Mostrando entradas con la etiqueta ANTONIO PÉREZ. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta ANTONIO PÉREZ. Mostrar todas las entradas

miércoles, 20 de marzo de 2013

CUATRO ENIGMÁTICOS GRABADOS

  Al hilo de nuestra lamentable actualidad política he recordado que pensé iniciar este blog con un comentario sobre los grabados que ilustran las ediciones parisinas de las Relaciones de Antonio Pérez. Después el resultado fue otro, pero qué fácil es acordarse del caso Pérez en estos años que nuestros gobernantes dedican a reiterar errores atávicos. Suena a poco Pérez, y a lejano, y difícilmente imaginamos el impacto político que su caso pudo tener en la Europa de su tiempo, pero si vamos al detalle todo empieza a resultar más familiar. Uno de los cargos que se le hacen en su juicio de residencia puede servir para ir centrando las cosas: 
   “Que teniendo poca hacienda al tiempo que comenzó a ejercer su oficio de secretario, después acá que lo ha tenido y ejercido, a causa de las muchas dádivas y presentes que ha recibido se ha podido tratar y se ha tratado espléndida y costosamente, en su casa y fuera de ella, teniendo muchos criados y caballos, acémilas y coches para su servicio, edificando casas, haciendo banquetes, jugando cuantiosa y constantemente mucho dinero, gastando ordinariamente en cada año (según la común estimación) ocho o diez mil ducados; y con esto está muy rico y tiene mucha hacienda en casas, juros, alhajas, joyas y preseas, y ha podido emplear y ha empleado en censos más de cincuenta mil ducados, haciendo los contratos y poniendo los dichos censos para más disimulación en cabeza de tercera persona, en todo lo cual ha dado mucha nota, escándalo y murmuración al pueblo en gran deservicio de su majestad y poca reputación de sus ministros.” 
    Esto me suena.

viernes, 27 de noviembre de 2009

RELACIONES DE ANTONIO PÉREZ

   Hará unos 10 años, cuando la red truncó mi incipiente trayectoria de bibliófilo presencial me tropecé con uno de esos títulos capaces de despertar las ensoñaciones de cualquier lector de Dumas o Stevenson: Pedaços de Historia, o Relaçiones, assy llamadas por sus auctores, los peregrinos”, impresso en León, s.a., [8], 389, [18], en cuarto. Probablemente contribuyó a ello el inesperado encabezamiento que sabiamente había dado el librero a su ficha, “Without fear or regret”, traducción de la divisa que al parecer, una pluma coetánea había escrito sobre la portada del libro: “Ni peur de l’avenir, ni regret du passe”. Por mi formación académica, o más propiamente a pesar de ella, yo conocía bastante bien la turbulenta historia del culto, elegante y poco escrupuloso Antonio Pérez, secretario de Estado de Felipe II. Desconocía completamente, por el contrario, su bibliografía. De modo que hasta que no fui revisando la detallada descripción del librero norteamericano que lo ofrecía, y recordando aquella historia de ambiciones, traiciones, venganzas y alta política europea que protagonizó su autor, no tuve plena conciencia de la naturaleza del libro que se ocultaba tras ese enigmático título. Aunque entonces me pareció inalcanzable, no pude evitar imprimir su ficha, que todavía conservo. No imaginaba, y menos tras verlo desaparecer del catálogo de la librería en unas semanas, que años después el azar me pondría ante un ejemplar capaz de ensombrecer la fascinación de aquel vagamente vislumbrado entonces.


Retrato de Antonio Pérez, 1791. Biblioteca Digital Hispánica.
Grabado por Manuel Salvador Carmona sobre modelo de José Jimeno, a partir del lienzo del Escorial, o directamente del que procede éste, que formaba parte de una galería de retratos existente en los Reales Estudios de San Isidro de Madrid a mediados del siglo XVIII.