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domingo, 8 de octubre de 2017

El Che Guevara: el incansable deportista asmático (primera parte)

Texto publicado originalmente en el libro "La Patria Deportista" (Editorial Planeta, Buenos Aires, 1996), bajo el título Ernesto Guevara, La aventura del deporte.


Por Ariel Scher
El Clarín


Se trataba de un sonido seco y monótono. Surgía de la nada, empujado desde la naturalidad del silencio, y se expandía moderada y seguramente hasta provocar una pequeña sensación de espanto. Avanzaba como un silbido tenue y se iba descomponiendo para convertirse en una especie de rebuzno. Desfilando con la sincronía de un ejército, el jadeo, la asfixia y el miedo sobrevenían uno detrás del otro, ensayando una rutina de la que sólo se sabe que no hay que esperar el final. Ahogado hasta añorar el oxígeno, el inside batallador no tenía más remedio que dejar a su equipo de rugby con catorce jugadores y corría hasta la línea de touch buscando un objeto que casi le devolvía la vida. Inhalaba profundo, se recomponía, y muy pronto regresaba al campo de juego para que los suyos volviesen a contar con quince integrantes. Luego, el ciclo recomenzaba, se agotaba, recomenzaba y se agotaba. Ocurría varias veces por partido. Para ser un jugador de rugby, ese inside asmático resultaba toda una rareza. Se llamaba Ernesto Guevara.

El Che Guevara en sus tiempos de jugador de rugby.

Guevara, quien entonces no era el Che sino el Chancho, debe haber sido uno de los rugbiers más contraindicados e imposibles de la historia. Jugaba merced a dos voluntades enormes: la suya, con la que peleaba contra la lógica y los consejos médicos, y perseguía una pelota ovoide como si fuera un hombre sin enfermedad; y la de unos cuantos chicos de doce años que se posaban a un costado de la cancha con un inhalador en la mano. No había más explicaciones. El rugby es un juego que cobija sonidos diversos. Acepta el eco apagado de las piernas que chocan. El quejido hondo del que salta mucho más arriba de lo que su cuerpo puede, o el rechinar agudo de los dientes de quienes forman parte de un scrum y sienten o saben que tienen que sacar potencia hasta de las muelas. Pero no alberga el ronquido patológico de los que respiran con dificultad. Sin embargo, envuelto en ese ronquido recurrente, Guevara lograba jugar.

Entre las elites sociales que habitaban la zona Norte del Gran Buenos Aires en la expiración de la primera mitad del siglo XX, mucho de lo que existía era excluyente y selectivo. Inclusive el aire, que de tan puro y fragante parecía una exageración de la realidad. A Guevara le sucedía con ese aire lo que más adelante le pasaría con la gente que lo respiraba: no le alcanzaba... dispuestos a que así como en la vida, en el rugby todo transcurriera como debía de ser, los miembros de esas elites, que tropezaban por primera vez con las migraciones de Guevara hacia el inhalador en medio del juego, inicialmente se asombraban y después rechazaban. Con frecuencia preguntaban cómo ocurría aquello que estaban viendo. Los conocedores, acostumbrados al espectáculo, relataban que ese inside era asmático y que tenía recomendado abandonar el juego, pero precisaban que era muy cabeza dura y se resistía. El inside, añadían, al igual que las circunstancias que protagonizaba, era un joven fuera de lo común. El tiempo y el propio Ernesto Guevara se iban a encargar de darles la razón.

El castigo del asma

La pesadilla del asma se acurrucó en los bronquios de Guevara el 2 de mayo de 1930. Fue, inicialmente, una tragedia individual y familiar. Es que cualquiera adivinaba que daba inicio una confrontación desigual. Peleaba un niño de dos años contra un mal considerablemente mayor, dueño de un mito que articulaba la invencibilidad con la desdicha.

Ernesto Guevara Linch, el padre del Che, evocó muchos años después la época del bautismo asmático: "Lo que determinó gran parte de nuestra vida fue la furiosa asma de Ernestito. Recuerdo el día en que le dio el primer ataque y que descubrimos su mal. Tenía dos años. Era el 2 de mayo de 1930. Hacía un frío horrible y había sudestada. Celia era una excelente nadadora y no le interesaba el mal tiempo. Ella igual iba a nadar al Club Náutico San Isidro, cerca de la casa en que vivíamos. Ese 2 de mayo yo la había ido a buscar por la tarde. Era muy joven y, como tal, algo desaprensiva. No pensó en ningún momento que esa temperatura podía perjudicar al chico. Cuando salimos del club, Ernestito estaba muy mal. Fuimos a lo de un viejo médico, cuyo nombre no recuerdo que era vecino nuestro. En ese momento descubrimos la enfermedad. Durante los dos años que siguieron le hicimos todos los tratamientos posibles; por último el médico indicó que el lugar adecuado para él era Alta Gracia, Córdoba".

En las jornadas en que la tos del pequeño Ernesto se afincó en la casa de la familia Guevara, nadie supuso que de esa criatura débil pudiera devenir alguna vez un deportista.

Bañarse en salud

Una tía, Beatriz Guevara Lynch, fue receptora del primer logro deportivo del chico asmático: "Querida Beatriz la sorpresa es que lla sé nadar justo el día de tu cumple años aprendí a nadar recibe besos de Ernestito", le escribió con las faltas de ortografía del caso, el 22 de enero de 1933 desde "alta Grasia", como decía el texto.

La natación fue, en efecto, el primer deporte al que se dedicó Ernesto Guevara. No resultó una elección emergida del azar. Su madre, Celia de la Serna, había sido una excelente nadadora de río. Guevara aprendió en la pileta del Sierras Hotel, cercana a su casa, en lo que su familia veía como un refuerzo importante para combatir contra dos pulmones deficitarios. Era el tiempo en que la sombra del asma forjaba obsesiones de conjunto. Era el tiempo en que todos los adultos que rodeaban a Guevara concebían al deporte como una herramienta dirigida casi en términos exclusivos a conseguir que ese chico fuera, esencialmente, normal. Otra tía, Carmen de la Serna, le confesó al periodista y biógrafo del Che, Hugo Gambini, que "cuando era muy chico tenía los hombros levantados por la respiración forzada, pero luego se le ensanchó la caja torácica con el deporte y el aire de Córdoba".

Los calendarios fueron demostrando que la concepción del deporte como medicamento era restringida. Quizás, empezaba a percibirse, el asma no partiría nunca. Pero para el Ernesto preadolescente la relación con el deporte tenía un sentido mucho más abarcativo que el de su defensa frente a una enfermedad que suele avasallar.

A los doce años tomó lecciones con el campeón argentino de estilo mariposa Carlos Espejo, y contra las disposiciones médicas y a escondidas de sus padres, se entrenaba mañana y tarde hasta tornar en un entrenamiento de sus amigos el tomarle el tiempo de sus mejores intentos.

Cuando en la casa paterna se descubrieron las fugas de Ernesto hacia la pileta, la explicación fue la misma que se empleaba para tratar de comprender otras conductas del hijo mayor del hogar. Bordeando la objetividad decían: "tiene un carácter rebelde".

Los primeros saltos

La gran proeza en el agua llegó poco después. Adolescente por unos años e inquieto para siempre, Guevara se asombró ante las funciones de un circo japonés llegado a Córdoba, entre cuyos miembros había acróbatas que se tiraban desde una gran altura a un estanque de medio metro de agua. Era un viaje loco y largo por el aire que siempre hacía brotar la explosión del aplauso pero nunca la tentación de la copia.

Aunque la entrada era muy cara, Guevara repetía y repetía la visita al espectáculo. En cada función se ubicaba más cerca del lugar de la prueba. Con los ojos abiertos registraba cada desplazamiento de los saltadores del circo. Con los ojos cerrados, podía reproducir la cadena de movimientos que culminaba en la zambullida más osada que había visto. No era un secreto: quería aprender la técnica de ese salto.

Tiempo después, en la localidad Cordobesa de Los Chorrillos, Guevara encontró una nueva ruta para escandalizar a sus amigos y amigas. El relieve irregular de la zona ofrecía pequeños picos pedregosos que se apoyaban en espacios de agua pequeños. Tras escalar las piedras, Ernesto simulaba tener miedo, tambaleaba un poco y finalmente se lanzaba hacia unos huecos de agua de un metro o un metro y medio. Era, en realidad, un ejercicio que había practicado hasta el agotamiento en la piscina. Pero invariablemente encontraba algún espectador que se asustaba ante tanta temeridad.

Es cierto que Guevara fue un nadador de calidad. Pero la reproducción del salto circense no surgió de su talento para el agua sino de su voluntad ilimitada para hacer posible lo que parece imposible. Durante el resto de sus días continuó viviendo a los saltos. Y también confiando en que nada era imposible.

Aunque un médico cordobés le extendió un certificado para que se lo eximiese de hacer educación física, la vida en Alta Gracia propició el desarrollo deportivo del pequeño Guevara. Según contó su padre, llegó a ser "un excelente jugador de golf", fruto de que su casa quedaba pegada al campo de golf de la ciudad y de su amistad con los caddies del lugar. "Todos venían a mi casa, desde los hijos del encargado del hotel de Alta Gracia hasta los caddies del campo de golf", narró Ernesto Guevara Linch para describir el contexto social en el que su hijo modelo otra de las vertientes de su nexo con el deporte. Unos años más tarde, Guevara también fue caddie y compitió con resultados aceptables en el Golf Club de Villa Allende, uno de los espacios más renombrados para la práctica de ese juego.

Los años de Alta Gracia contribuyeron para que el cuerpo de Guevara mejorara su capacidad aeróbica, aunque no lograron sofocar el asma, que le duró toda la vida. En esa época inauguró su entusiasmo por las caminatas y también un ejercicio que le sería particularmente útil mucho después: el montañismo. El joven Ernesto aprovechó los cerros cordobeses para conseguir dos piernas firmes, a las que fortaleció subiendo y bajando las alturas que circundaban su casa. En la agitada conclusión de la década del '50 y en una isla localizada muy al norte de Alta Gracia, Ernesto Guevara volvería a la montaña.

En Alta Gracia también incursionó en el boxeo y se exigió hasta rendir en el ping pong. El tenis, en cambio, fue en aprendizaje posterior. Cuando la familia se mudó a Córdoba, capital, alquiló una casa pegada al Lawn Tennis de la ciudad. Tanto Ernesto como su hermano Roberto pudieron jugar bien gracias a las lecciones de una maestra entrenada: la hija del cuidador de las canchas de ese club.

Hacer un futbolista

Hugo Gambini detalló en su libro El Che Guevara los inicios de la relación de Ernesto Guevara con el fútbol: "Leía las crónicas deportivas para informarse sobre los campeonatos profesionales de fútbol y como la mayoría de sus amigos eran adictos a los mismos clubes (Boca o River) Ernesto quiso elegir uno distinto. Cuando descubrió la existencia de Rosario Central, un club de la ciudad donde él había nacido, adhirió fervorosamente a su divisa. A partir de ese instante le encantó que le preguntaran '¿ De qué cuadro sos?', porque le daba la oportunidad de responder con cierta altivez: 'De Rosario, de Rosario Central. Yo soy rosarino'. No tenía la menor idea sobre esa ciudad ni había visto jamás a su equipo, pero él era rosarino y defendía su identidad...".

En esos años, Guevara tenía un ídolo en ese Central que imaginaba más de lo que conocía. Era Ernesto García, quien después brilló como puntero izquierdo en Racing. A García se lo conocía con el seudónimo de Chueco, pero también tenía otro apodo capaz de encajar con inclinaciones, aunque futuras, de Ernesto. Le decían "El poeta de la zurda". Acaso una vocación temprana por la rebeldía sumó otra singularidad en la biografía futbolística de Guevara. En Córdoba, contra las preferencias dominantes de los habitantes de la provincia, que volcaban sus simpatías hacia los clubes Belgrano y Talleres, eligió ser hincha de Sportivo Alta Gracia. Nunca hizo grandes esfuerzos en explicar por qué.

Ernesto Guevara padre dio cuenta de otra anécdota futbolística: "Estando en el Sierras Hotel de Alta Gracia, cuando mis hijos Roberto y Ernesto aún eran niños (ocho y once años) un íntimo amigo mío les preguntó a modo de broma: '¿A que no saben los nombres de los jugadores de Boca?'. Cuál no sería la sorpresa de mi amigo cuando los dos al unísono le fueron dando a toda velocidad los nombres de los once jugadores. Las personas allí presentes se reían a carcajadas al comprobar la rapidez con que habían contestado la pregunta; pero lo que no sabían los que escuchaban es que además podían dar de memoria los nombres de los jugadores de River, de Racing, de Tigre y de la mayoría de los cuadros de primera división. Y es que realmente el fútbol los apasionaba".

Su existencia como jugador resultó acotada. El límite previsible fue el asma. Igualmente, ratificando su determinación de andar contra más de una lógica, siempre realizó todo lo posible para que la respiración complicada no lo dejara fuera de la cancha. Un poco por decisión y otro poco por necedad, fue arquero, el puesto que menos movilidad le exigía y con el que tenía el inhalador a menor distancia. Quienes evocaron sus actuaciones destacaron que lo que más le gustaba era revolcarse por el suelo.

Guevara era un arquero gritón, preocupado por dominar con su voz los oídos de sus defensores. En Alta Gracia a uno de sus equipos lo bautizó "Aquí te paramos el carro". Cuando creció un poco, se integró a un equipo del pueblo cordobés de Bouer. Allí tenía una función adicional al cuidado del arco. Ocasionalmente, se le asignaba la persecución personal del mejor futbolista adversario. Guevara no era un virtuoso pero sí un tenaz. No era un gambeteador sutil pero poseía mucha fuerza y una capacidad de concentración extraordinaria. Marcar al rival más difícil no le permitía lucirse pero era una ayuda para su equipo. Por entonces, estaba dispuesto a subordinar su papel personal a la necesidad del conjunto. Nunca abandonó esa tendencia.

sábado, 30 de agosto de 2014

Livorno, Lucarelli y su historia de amor



Livorno es un puerto industrial italiano, ciudad obrera y cuna del Partido Comunista. En Italia, ser de Livorno y ser de izquierda es sinónimo. Los hinchas del club local, el AS Livorno, están abiertamente adscritos a la ideología comunista y enmarcan las tribunas del estadio con el color rojo y banderas con la hoz y el martillo. Los cánticos de apoyo al equipo se alternan con himnos como “Bella Ciao” o el “Bandiera rossa”.


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Las Brigadas Autónomas Livornesas, barra del AS Livorno.

El reavivamiento de la militancia política del club italiano está intrínsecamente relacionada con la historia de Cristiano Lucarelli, el hijo de un cargador portuario de la ciudad, afiliado al sindicato y militante del partido, que a los 22 años llegó a la primera división jugando con el Perugia. Luego pasó por Cosenza, Padua y Atalanta. Su fructífera carrera como delantero hizo que fuese fichado por el Valencia de España. Volvió a Italia donde pasó por el Lecce y el Torino.

En 1997 había sido convocado a la selección italiana Sub 21, con la cual anotó diez tantos en la misma cantidad de partidos. El gol que anotó frente a Moldavia lo celebró mostrando la camiseta con la efigie del Che Guevara que portaba por debajo de la oficial, imagen que se vio televisada en directo, y lo que le valió la censura de los dirigentes del calcio, quienes presionaron para evitar nuevas convocatorias de Lucarelli a los seleccionados nacionales. Solo hasta 2005 volvería a lucir la azzurra.

Al finalizar la temporada 2002-2003, un hecho marginal para el calcio marcaría el futuro tanto de Cristiano como del Livorno. El equipo rojo, que jugaba en tercera división, había logrado el ascenso a segunda. Lucarelli quería volver a su hogar y ponerse la camiseta del equipo de sus afectos, y vio la oportunidad de hacerlo. Poco importó que el Livorno no pudiera pagarle más que un modesto salario, y rechazó ofertas millonarias y la fama y comodidad de otros clubes. Esta decisión es relatada por el protagonista en el libro “Quédense con sus millones”.


En la temporada 2003-2004 Lucarelli fue el goleador del campeonato y logró conducir a su escuadra a ganar la liga y materializar el milagro de ascender a primera categoría. Allí se proclamó nuevamente goleador de la liga, luciendo en su camiseta el número 99, año de fundación de las Brigadas Autónomas Livornesas (BAI), la famosa barra del club.

En octubre de 2005, el alcalde de Livorno organizó la visita de la hija del Che, Aleida Guevara, quien visitaba Italia para recoger fondos para el hospital pediátrico cubano donde trabaja. Aleida se reunió con Lucarelli y con líderes de las BAI. En su visita, aseguró que “ese rostro es un símbolo de lucha. Espero que no se quede sólo en un mito, sino que sea un emblema para crear un mundo mejor”, en referencia a la imagen del héroe cubano-argentino omnipresente en Livorno.

El equipo toscano no sólo logró mantenerse en primera, sino que se clasificó a la Copa UEFA, campeonato en el cual, con un equipo luchador y compacto, llegó a rondas finales. Mientras tanto, el Lazio se convirtió en la principal rivalidad del club, dadas las tendencias fascistas del equipo romano, con el que Livorno disputa el enfrentamiento más político del torneo.

En julio del 2007, Lucarelli partió al fútbol ucraniano. Luego jugó para el Parma y se retiró en Nápoles. Siguió su carrera como entrenador de juveniles.

jueves, 23 de enero de 2014

En el Chaco (Argentina) se disputará la tercera copa "Hombre Nuevo"

Con el fútbol como una herramienta de construcción social y de organización popular, comienza hoy la III edición del campeonato, que reunirá a equipos de todo el país y del mundo para ofrecer un espacio real de acceso al deporte y una nueva instancia de lucha para el pueblo.


Por Diario de la Región

La III Copa América Alternativa “Hombre Nuevo” llega a Resistencia con el fin de promover un acceso verdaderamente popular a las prácticas deportivas, resistir al fútbol de mercado y construir un espacio de lucha y organización social. Puesta en marcha por integrantes de distintas agrupaciones y movimientos sociales, políticos, vecinales, estudiantiles y de trabajadores, la nueva edición del campeonato mundial alternativo reunirá a partir de hoy a jóvenes de toda la provincia, del país y de otros puntos del mundo en el predio de la Asociación de Veteranos de Fútbol de Chaco, ubicado en el acceso al aeropuerto de Resistencia.

“Quizás podamos ver mucho fútbol, pero no jugarlo. Lo que propone la copa es un real acceso a las prácticas deportivas, un espacio de compromiso social, de lucha por el trabajo, la tierra, la vivienda y la defensa de los pueblos originarios”, sostuvo Sergio González, integrante de la organización de la copa, en contacto con el Diario de la Región.

Tras las primeras ediciones que se realizaron en Jesús María, Córdoba, y Gualeguaychú, Entre Ríos, en esta tercera experiencia sudamericana de fútbol alternativo competirán 24 equipos locales, conjuntos de distintas partes del país como Buenos Aires, Rosario, Córdoba y Entre Ríos, y grupos de Brasil y Colombia. “Es importante destacar que esta es la primera vez que participan tantos equipos locales, lo que nos obliga a jugar una nueva instancia, la zonal, que se disputará el jueves y viernes y que clasificará a cuatro equipos para la copa mundial que comenzará el sábado”, explicó González.

Durante las cuatro jornadas deportivas, dividas en un zonal (hoy y mañana) y la copa propiamente dicha (sábado y domingo), también se desarrollarán actividades artísticas y culturales que comenzarán todos los días a partir de las 20. Teatro, pintura y música servirán de fondo para el encuentro que pretende ser escenario de debates, charlas e intercambio cultural entre distintos pueblos. Además, se instalará en el predio un campamento donde se instalarán muchos de los equipos y participantes de la copa y que estará abierto a todos aquellos que deseen compartir la experiencia desde cerca. Con entrada totalmente gratuita, la etapa zonal arranca hoy a las 17 y las actividades continúan a las 20 con espectáculos artísticos.

Garantizar el derecho al deporte

“Desde el fútbol buscamos aportar a una cultura que sea parte de aquellos contextos de rebeldía, que sea denuncia de injusticias, que pueda mostrar una realidad que muchas veces se invisibiliza y de una cultura que pelea por los derechos de acceso al deporte, como parte de las reivindicaciones que levantan a pueblos alrededor de nuestro continente”, sostiene el comunicado oficial de la copa que arranca hoy en Chaco. Hombre Nuevo se realizó por primera vez en Jesús María, en Córdoba, con equipos de Argentina, Brasil, Chile, Bolivia, Inglaterra, Bélgica y Lituania, que se juntaron para llevar adelante un fútbol alternativo dentro y fuera de la cancha.

Esta primera experiencia fue documentada por el Colectivo Hombre Nuevo que filmó Copa Hombre Nuevo, una película que retrata el espíritu de la copa. La segunda edición fue en Gualeguychú, en Entre Ríos, bajo el título “Hombre Nuevo Chaná Timbués” en homenaje a los indígenas que llegaron al Litoral por el río Uruguay.

“Los equipos vienen a vivir un encuentro deportivo, social y también político”, señaló González a este matutino y remarcó que la mayoría de los clubes participantes los conforman hombres y mujeres a partir de espacios de militancia, sociales, barriales, universitarios y de trabajadores, en rechazo al “fútbol para pocos y a los monopolios privados y negocios gubernamentales nucleados en la FIFA y sus expresiones en cada país”.

Los Imer, equipo chaqueño

La provincia se unió a la copa durante la segunda experiencia en Gualeguaychú con Los Imer, equipo masculino bautizado en memoria a Imer Flores, joven qom asesinado a golpes en Villa Río Bermejito en enero de 2013. “En esa oportunidad, luego del asesinato de Imer Flores, viajamos para denunciar la sistemática matanza que sufren los pueblos originarios”, explicó González al respecto de la inclusión de Chaco en el campeonato alternativo.

El 4 de enero de 2013, Imer Flores, de 12 años, murió luego de haber sido brutalmente golpeado en el camping municipal de Villa Río Bermejito en la apertura de la temporada veraniega. Tanto la comunidad qom como la familia del pequeño aguardan por un lado justicia y condena a los asesinos del nene y por el otro, un cambio más profundo, que permita terminar con el racismo y la discriminación que soportan los pueblos indígenas.

La investigación finalizó en diciembre de 2013 en la Fiscalía Nº 1 de Castelli, a cargo de Raquel Maldonado, ahora se espera que luego de la feria judicial, la Cámara del Crimen Nº 2 de Sáenz Peña, dirigida por Fany Zamateo, defina la fecha del inicio del juicio oral y lo establezca en Castelli. Para dar a conocer los detalles del caso y difundir la lucha de los pueblos originarios, los organizadores instalarán un puesto informativo en el mismo predio de la copa.

lunes, 25 de noviembre de 2013

Madureira 2013 W A Sport Special Edition 'Che Guevara' Football Shirts


The shirts - consisting of a maroon outfield version and a Cuban flag-themed style for the goalkeepers and both carrying the iconic graphic of the Cuban revolutionary leader, Che Guevara - have been released to commemorate the 50th anniversary of Madureira Esporte Clube's tour of Cuba in 1963.  The years appear on the Brazilian third division team's collars and the sleeve features the Brazilian and Cuban flags as a small detail.



The Rio de Janeiro side's players met with Guevara in '63, as the Argentine-by-birth fan of Rosario Central came to watch one of the tour matches.

Source: footballshirtculture.com

jueves, 17 de octubre de 2013

Mis héroes son Fidel y el Che, dice Maradona

El astro del fútbol fue homenajeado en Italia, donde asistirá al Roma-Napoli.


Ovacionado en Milán, Diego Maradona, que asistirá al clásico Roma-Napoli, afirmó que sus “héroes” son Fidel Castro y el Che Guevara, y expresó que él ha hecho de “portavoz” del líder cubano y también de Hugo Chávez.

Las afirmaciones de Maradona fueron hechas durante un homenaje del diario italiano La Gazzetta dello Sport, en una sala colmada por periodistas y fanáticos del Napoli.

“El que ama no olvida”, agradeció Maradona los aplausos.

“Fidel Castro y el Che Guevara son mis héroes, porque ellos se jugaron la vida para seguir donde están. Cuba me acogió“, añadió el astro argentino, quien aceptó la invitación del club Roma para ir al Olímpico al partido ante Napoli, su exequipo.

“Pelé, ¿el mejor deportista de todos los tiempos? Si hasta perdió en Brasil, la gente votó a Senna… Contra el moreno gané yo y él quedó mal, le dieron un premio para alegrarlo. Ah, el moreno es Pelé”, expresó Maradona.

“Dicen que sos loco”, le dijo el periodista Gianni Mina, amigo desde hace años de Maradona y que condujo la entrevista junto con Paolo Condo, otra firma importante de La Gazzetta dello Sport.

“Me gusta -respondió Maradona-, los locos, los borrachos y los niños son los únicos que dicen la verdad”.

Consultado sobre qué aconsejaría a Mario Balotelli, el crack más polémico de los últimos años en Italia, Maradona respondió que lo que pudiera decirle lo haría a solas en una habitación y pidió que “lo dejen tranquilo”.

“Cuando jugaba en Manchester City me mandó una foto mientras fumaba un cigarro. Me hizo reír”, contó sobre el crack de Milan.

Preguntado sobre las denuncias de arreglos de partidos, Maradona respondió que “si el fútbol sigue así y la gente empieza a creer que los resultados están arreglados vayámonos y pongamos una telenovela”.

Cuando le pidieron otro consejo para los jóvenes futbolistas, Maradona contestó que “la familia está ante todo. Nada tiene sentido sin la familia”, al tiempo que, ante otra pregunta, dijo que jamás comprendió ni comprenderá el racismo.

Aprovechó entonces para criticar con dureza a la FIFA: “son viejos agarrados a sus puestos por el negocio, no les interesa el fútbol ni los jugadores”, expresó.

Fanáticos con camisetas de Argentina y del Napoli aplaudieron muchas de sus respuestas y terminaron entonando “Ho visto Maradona”, clásico cántico de los fanáticos napolitanos en los tiempos del “Pibe de Oro”.

Tras ocho meses de ausencia, Maradona llegó a Milán desde Singapur en compañía de su actual novia, Rocío Oliva, para asistir al lanzamiento de una colección de videos con sus goles y su vida titulada: “Maradona, No Seré Nunca un Hombre Común”, coordinado por Miná.

Con información de ANSA y Cubadebate

lunes, 7 de octubre de 2013

Madureira se viste del Che Guevara

Con motivo de los 50 años de su gira a Cuba, el club brasilero diseñó un uniforme especial con la imagen del guerrillero heróico.


El club Madureira de Río de Janeiro, Brasil, estampó la imagen de Ernesto "Che" Guevara en su camiseta tricolor. Se trata de un homenaje a la gira realizada por el club a Cuba hace cincuenta años, con visitas a Fidel Castro y al "Che" Guevara, los líderes de la entonces naciente revolución.

El equipo de fútbol siete de Madureira presentó las nuevas camisetas en un evento llamado "Hasta la Victoria Siempre", con las que se conmemorará al equipo que hizo su gira internacional por Cuba en 1963.


Las giras de clubes brasileños fueron comunes en esa época, luego de que la selección nacional de ese país, con figuras como Pelé y Garrincha, deslumbraran al mundo con los campeonatos de Suecia '58 y Chile '62.

El 18 de mayo de 1963, Madureira, llamado "El Tricolor Suburbano", realizó una gira por Cuba y venció los cinco partidos que jugó: 5-2 contra el campeón local Industriales, 8-1 a Municipalidad de Morrón de Camaguey, 11-1 contra un equipo universitario, y 1-0 y 3-2 ante la selección de La Habana.

sábado, 28 de septiembre de 2013

Madureira 'se veste' de Che Guevara e faz homenagem

Tricolor lança duas camisas lembrando excursão para Cuba, há 50 anos. Os dois uniformes têm estampam fotos de Che Guevara e as cores cubanas.


Por Globoesporte.com

O ano de 2013 é de nostalgia para o Madureira. Há 50 anos, o clube voltava de uma excursão vitoriosa à Cuba, disputando cinco jogos e vencendo todos. Durante a visita ao país de Fidel Castro, que havia tomado o poder há quatro anos, quando derrubou o ditador Fulgencio Batista, o Tricolor Suburbano recebeu a visita do guerrilheiro argentino e líder revolucionário Che Guevara. O médico foi ao encontro do grupo brasileiro, fez fotos e bateu papo com os jogadores.

Para comemorar a data, o time de Futebol Sete do Madureira fez uma homenagem para Che. Disputando o Campeonato Carioca de Futebol Sete, a equipe lançou dois uniformes em alusão à visita do time ao país. Os dois uniformes, um grená, e outro nas cores azul, branca e vermelha (da bandeira cubana), levam a famosa foto de Che Guevara, e será usada em jogos do Tricolor no Carioca.

- Homenageando os 50 anos da visita do Madureira E.C. a ilha de Fidel, o Madureira Arena Akxe lança sua nova camisa. Tradição e história para um time vencedor!! - diz o recado do time.

miércoles, 23 de enero de 2013

Mario Salas e gli insegnamenti del Che


Vincenzo Paliotto
laltrocalcio.blogspot.com


Mario Salas, tecnico della Nazionale Cilena Under 20, ha un cognome che vuol dire veramente tanto nel suo paese. Infatti, dentro i confini andini un altro Salas, in questo caso Marcelo, con trascorsi importanti nel River Plate, nella Lazio e nella Juventus, è considerato uno dei migliori calciatori nella storia del paese, a quanto pare dicono i ben informati alle spalle soltanto di Elias Figueroa, el chico bueno, 3 volte Pallone d’Oro sudamericano, con una lunga e fortunata carriera al servizio, tra le altre, del Penarol e dell’Internacional di Porto Alegre. Tuttavia, la ribalta delle cronache calcistiche attuali è tutta per Mario Salas che sta guidando la sua selezione giovanile ad un brillate Sudamericano Under 20, collezionando ben tre vittorie consecutive nella fase eliminatoria. Oltretutto Salas ha dato modo di esprimersi in maniera ancora migliore al nuovo talento del football andino, tale Nicolas Castillo, cercato già da numerose e ricche compagini europee e che attualmente indossa la maglia cruzada dell’Universidad Catòlica de Chile. Classe ’93, è detto El Ibra chileno.

Salas, 45 anni di Vina del Mar, vanta una discreta carriera agonistica cominciata nel 1988 nelle file dell’Everton della sua città natale e quindi proseguita tra numerose soddisfazioni a Santiago del Cile nelle file dell’Union Espanola e del Colo Colo. Nel 1999 ha appeso le scarpette al chiodo dopo l’ultima stagione nel Santiago Wanderers ed ha poi cominciato ad allenare il piccolo Barnechea, compagine capitolina della Tercera Divisiòn e quindi ha assunto il delicato ruolo della selezione nazionale giovanile.  Salas da Commissario Tecnico sta facendo senza dubbio molto bene e punta oltretutto a  qualificare la sua squadra per i Mondiali di categoria in Turchia nel 2013. Oltretutto il tecnico ha fatto parlar di sé anche perché ha rivelato chiaramente di ispirarsi a Che Guevara e di aver trasferito al dottrina di vita del Comandante nel calcio: “Dico sempre ai miei giocatori di ribellarsi all’avversità in campo. Si può trasportare la dottrina di Che Guevara su un campo di calcio”. Così come ha raccolto in un’intervista il giornalista Vito Garcia.

 Al momento i risultati gli stanno dando ampiamente ragione nel campo e fuori. Il suo Cile rispetterà senza dubbio le consegne “rivoluzionarie”, ma anche se la vittoria sul campo non arriverà, i suoi giocatori potranno pur sempre dire di aver appreso un’enorme e gratificante lezione di vita.

martes, 8 de enero de 2013

Técnico de Chile aplica la doctrina del Che Guevara en su equipo


Mario Salas afirmó que sigue y aplica los fundamentos doctrinarios del Che Guevara en el fútbol.

El técnico de la selección chilena sub 20, Mario Salas, que se encuentra en Argentina para disputar el Suramericano de la categoría, afirmó que sigue y aplica "los fundamentos doctrinarios del Che Guevara en el fútbol".

"Uno puede llevar parte de la doctrina del Che al fútbol. Yo llamo a mis jugadores a rebelarse ante la adversidad y muchas veces ellos buscan en qué momento aplicó tal o cual arenga que acá utilizamos", afirmó el preparador, en declaraciones que recoge el diario la Tercera.

Mario Salas, que llegó al cargo a finales de noviembre tras la dimisión de Fernando Carvallo, considera que, si sus futbolistas "interiorizan" los "principios" e "ideas fundamentales" del guerrillero argentino-cubano, será beneficioso para el "objetivo" final que persiguen, que es "clasificar al Mundial".

"No sean conformistas, exíjanse más, pueden más. Deben estar concentrados y pensar rápido. Así siempre estarán preparados ante la adversidad, nadie los sorprenderá nunca y ustedes se impondrán y mandarán al rival", es una típica arenga de Salas a su plantilla.

Este lunes el técnico chileno llevó a la práctica los principios del Che y finalizó en la ciudad de Mendoza un entrenamiento con la consigna emblemática del legendario guerrillero: "¡Hasta la victoria siempre!".

Sobre el partido de debut en el campeonato ante Argentina, la selección anfitriona este miércoles, el seleccionador aseguró que todavía tiene algunas dudas, pero que "pasa por puestos y roles, más que por jugadores".

"Argentina es un rival que respetamos mucho", precisó Salas en declaraciones a radio Agricultura.

"Me preocupa su volumen ofensivo, tiene jugadores con trayectoria en primera división. Pero esperamos que ellos también estén preocupados de un par de características nuestras", y destacó al atacante del Oporto, Juan Iturbe, como el principal peligro de la albiceleste hacia la Roja.

EFE

domingo, 12 de agosto de 2012

Sergio “Kun” Agüero: “Para mí, el Che es como un Dios”

Por La Garganta Poderosa y Cubadebate


El delantero de la Selección Argentina y del Manchester City inglés, Sergio “El Kun” Agüero, se refirió a la necesidad de que las Islas Malvinas vuelvan a ser territorio nacional: “Recuerdo cuando estaba en el colegio y cantaba el himno de las Malvinas. Por eso, quiero que vuelvan a ser argentinas. Sería bueno y justo, pero hoy eso está sujeto a un acuerdo político, y realmente, no sé si se va a llegar a solucionar. Obviamente, todos nosotros queremos que vuelvan a ser nuestras, pero actualmente ellos tienen el dominio”.

En una entrevista brindada a La Garganta Poderosa, la revista de cultura villera escrita, fotografiada, dirigida y financiada por vecinos de distintos barrios marginados de la Argentina, el Kun profundizó en el tema: “En Inglaterra, jamás escuché que la gente hablara de las Malvinas. Allá las personas son muy respetuosas, en general, y nos quieren mucho a los argentinos. Lo que pasó con las Islas, no es un tema de la gente, sino un problema político: Inglaterra vino a conquistarlas, y son sus gobernantes los que han tomado esa decisión. Ni acá, ni allá, los pueblos están a favor de las guerras, pero hay negocios que sólo se pueden hacer conquistando lugares y, esta vez, nos tocó a nosotros. Sin dudas, es algo muy triste”.

Hace un año, cuando Sergio arribó a Inglaterra, el periódico The Sun le inventó una declaración que nunca dijo: “De vez en cuando hay una revolución total en el fútbol, y es necesario que alguien sea el revolucionario que empiece las cosas. Ese soy yo: el Che Guevara del fútbol moderno”. Sobre esa mentira, opinó el exIndependiente: “Todo eso fue absolutamente falso. Hay muchos diarios en Inglaterra que inventan bastante, yo nunca dije nada de eso”. Y respecto al Che, prohibido en los Juegos Olímpicos de Londres, expresó: “Si estuviese vivo, sería la primera persona que quisiera conocer, por lo que significó para Argentina y para otros países también. Para mí, es como un Dios”.

La Garganta es una cooperativa de trabajo de La Poderosa (www.lapoderosa.org.ar), una fuerza social de militantes anónimos y voluntarios, complementaria a las propuestas partidarias populares, que se construye desde las villas, buscando transformar la realidad a través de la organización y la unión vecinal con asambleas barriales, trabajo colectivo, actividades de educación popular y generación de cooperativas de trabajo, para actuar sobre las problemáticas de los barrios y caminar hacia una sociedad justa e igualitaria.

La charla con Sergio Agüero se publica en el decimonoveno número de La Garganta Poderosa que ya está en las calles, y que llega a todos los kioscos del país. Además, podés escuchar el grito de La Garganta en twitter @gargantapodero y también en Facebook: “La Garganta Poderosa”.

La edición de agosto también tiene en sus páginas, entre otras notas, un encuentro con el Ministro de la Corte Suprema de Justicia Eugenio Zaffaroni, en el que uno de los entrevistadores fue Fernando Carrera, víctima de la injusticia que lo mantuvo preso durante siete años por una causa armada en su contra; además, un íntimo reportaje con el actor Leonardo Sbaraglia sobre la realidad de España y Argentina: “España cree que la mano salvadora será la derecha, justamente la derecha, los hijos de aquella dictadura de 40 años”. Y por si fuera poco, una entrevista con el cantante Fidel Nadal: “En la última dictadura militar, me llevaron preso tres veces en un día, por cómo me vestía”.

viernes, 10 de agosto de 2012

El sueño de un niño de Livorno

Por Enric González

Dinero, celebridad y comodidad son las tres llamadas irresistibles de los tiempos que corren. Existe, sin embargo, un tipo que no cedió al reclamo y prefirió, en cambio, un sueño. Se llama Cristiano Lucarelli, tiene 29 años, juega como delantero centro y en su ciudad será recordado por muchas generaciones. Pagó mil millones de liras, digamos cien millones de las antiguas pesetas, por una oportunidad: la oportunidad de realizar sus sueños y pasar a la historia. Y no falló.

Entre quienes guardarán en la memoria las gestas de Lucarelli no figuran, seguramente, los aficionados del Valencia, que le soportaron durante una temporada mediocre en 1998-1999. Tampoco tendrá monumentos a la entrada de los estadios del Perugia, el Cosenza, el Padua, el Lecce y el Torino, todos los equipos por los que pasó en diez años de carrera profesional. Ni quedará en los anales de la selección italiana. Su carrera internacional terminó en 1997, cuando, con la Sub-21, marcó un gol a Moldavia y se quitó la camiseta azurra para mostrar a las cámaras de televisión, en riguroso directo, la que llevaba debajo: una con la efigie del Che Guevara. Por alguna razón, aquello molestó a la Federcalcio. No volvió a ser convocado, ni con los jóvenes ni con los mayores.

Video del gol de Lucarelli donde muestra debajo de su camiseta la imagen del Che Guevara.

Lucarelli es de Livorno y comunista, lo que equivale, casi, a decir de alguien que es de Osaka y tiene los ojos rasgados. El Partido Comunista Italiano nació en Livorno, el puerto industrial de Toscana, en 1921. Y la ciudad siempre ha sido de izquierdas. Como Lucarelli, que se ha puesto en el móvil la melodía de Bandiera Rossa. Nació en un barrio marítimo de mala fama conocido como Shanghai, hijo de un estibador portuario militante del partido y del sindicato. El niño Cristiano estuvo rodeado desde el principio de banderas rojas, por el PCI, y granas, por el Livorno. De mayor quería ser el delantero del Livorno que marcara el gol del ascenso a Primera. Hoy recuerda que, pese a su pasión total por el Livorno, tenía una esquina del alma con los colores del Inter, “porque ellos tampoco ganaban nunca”. Lo cual da una idea del personaje y del Livorno, una de las sociedades con menos historial del calcio. Ganó una Copa en 1987, y ya está. Por resumir: desde 1949 merodeaba entre Segunda, en las temporadas triunfales, y Regional, en las normales.

En primavera de 2003, Lucarelli estaba en el Torino y su representante, el abogado Carlo Pallavicino, le estaba buscando nuevo equipo. Las ofertas, todas de clubes de Primera, eran razonables: casi un millón de euros por año. Pero resultó que el Livorno subió a Segunda. Y Lucarelli le encargó a Pallavicino que le encontrara un puesto en su equipo del corazón, donde no había jugado nunca. El Livorno no podía pagar más que unos cientos de miles. Lucarelli aceptó, renunciando a sueldos que ascendían a más del doble, a la fama televisiva de otros clubes y a la comodidad de un puesto secundario. El propio Carlo Pallavicino ha publicado un libro sobre esa decisión y sobre lo que ocurrió después. “Quedaos con los mil millones”, se titula.

Lo que ocurrió después fue que Cristiano Lucarelli volvió a su ciudad y vistió el grana de su equipo convertido en el jugador mejor pagado del Livorno y en símbolo del sueño secreto de decenas de miles de livorneses: poner el pie en Primera, 55 años después. Lucarelli, un hombre con más pasión que capacidad reflexiva, se echó la responsabilidad a la espalda como si nada y jugó como nunca en busca del sueño de su infancia.

El día en que marcó el gol número 25 de la temporada, el milagro estaba hecho. El Livorno ascendió.

Lucarelli anotó ayer otros dos tantos que valieron tres puntos. El presidente de la República, el impecable Carlo Azeglio Ciampi, livornés y livornista, debió celebrarlo por todo lo alto. El Livorno se acercó un poco más a la mitad de la tabla y al objetivo de la permanencia.

Cristiano Lucarelli es un tipo que ha cumplido sus sueños, que vive entre los suyos y que será recordado por muchísimo tiempo en su ciudad. Y sólo ha pagado mil millones de liras por todo eso.

Publicado originalmente el 13 de diciembre del 2004 en Historias del calcio

sábado, 28 de julio de 2012

El Che Guevara: el deportista prohibido

Por Ariel Scher
11wsports.com


Carlos Espejo Pérez sabía hacer del agua una ruta, una fiesta o una gloria. Nadaba como un crack y, a veces, hasta mejor. Por eso ganó carreras en tantísimas piletas, por eso alcanzó en 1947 el récord sudamericano de los 200 metros en estilo pecho y por eso, también por eso, hubo una época argentina en la que muchos chicos se enfundaban convencidos en sus trajes de baño, inflaban los pectorales aún mínimos y se ilusionaban con que sus cuerpos navegaran sin ayuda como el de ese deportista de brillo. Pasaba especialmente en Córdoba, la tierra de origen del gran Espejo Pérez, donde mover los brazos, atrapar el aire o, aunque sea, salpicar hacia los costados igual que un nadador de los buenos representaba una hazaña que le daba sentido a la infancia. No hay un solo registro de cuántos jovencitos se dieron el gusto de alcanzar alguno de esos objetivos, pero sí se conoce que uno de ellos hizo el intento con un hermano de Espejo Pérez, Luis Juan de Dios, como breve maestro. El pibe portaba doce años, un empecinamiento que le permitiría enfrentar a adversarios mucho más encarnizados que los que habitan en una piscina y, por entonces, saludaba y sonreía cada vez que le decían "Ernestito". Estaba en el Sierras Hotel, de Alta Gracia, y pocos necesitaban nombrarlo añadiendo su apellido: Guevara. Todavía faltaban décadas, maduraciones, viajes, luchas y revoluciones para que en todas las aguas y en todas las tierras del mundo fuera exactamente el Che.

Tanto se destacó Espejo Pérez que llegó a ser olímpico. Le sucedió en 1948, cuando se convirtió en uno de los 17 nadadores argentinos que surcaron la Empire Pool, uno de los escenarios de unos Juegos que cerraban la brecha sin competiciones que se abrió por la Segunda Guerra Mundial. Terminó en el puesto 19 en aquella aventura, seguro de que no desplegó la más eficiente de sus actuaciones y sin suponer la paradoja que construiría a través de los años la Londres en la que había participado. Curiosa Londres olímpica: en 1948, le dio espacio a los movimientos del hermano de un circunstancial orientador de Ernesto Guevara en las piletas; en 2012, en cambio, el Comité Organizador de los Juegos, en esa misma Londres, dispuso que el rostro de ese chico que fue alumno de natación no apareciera en los lugares en los que se salta, se corre, se nada y se sueña.

Cierto es que, emblema de Cuba y de muchísimas voluntades transformadoras que dan vueltas por el universo, Guevara fue y es notorio por otras cuestiones antes que por el deporte. Espejo Pérez, el nadador campeón cuando el Che se educaba no sólo en nadar, resultó tema de muchísimos artículos periodísticos y hasta arribó a la tapa de la mítica revista El Gráfico en el número 1.436, en 1947: allí, su rostro joven emergía de unas aguas azules y plateadas, con la boca abierta como para apropiarse del oxígeno entero del planeta y con los hombros tensos y perfectos, listos para ir detrás del rumbo correcto. El Che, por contrapartida, fue más cronista deportivo -de su querido rugby, en 1951, en la revista Tackle- que entrevistado deportivo. Sin embargo, también apareció en El Gráfico. Ocurrió en mayo de 1950, al cabo no tanto más tarde que en la edición de la tapa de Espejo Pérez. En el número 1.606 de la publicación -con Adolfo Paraja, futbolista de Quilmes, ocupando la portada-, Guevara era Ernesto Guevara Serna y se lo veía, muy envuelto en ropas, en una publicidad de un motorino (una bicicleta con motor), en la que resaltaba las virtudes técnicas del vehículo con el que vibró durante 4.000 kilómetros sobre la superficie diversa y fascinante de una docena de provincias argentinas. La humanidad está enterada, por medio de biografías pormenorizadas y emocionantes, de que luego vendrían viajes más largos y más decisivos que no saldrían en El Gráfico.

El Che prohibido por las autoridades de Londres 2012 fue asesinado en Bolivia en octubre de 1967, justo cuando el prestigioso politólogo francés Jean Meynaud derrotaba a unos cuantos prejuicios y empezaba a publicar trabajos sobre los lazos entre el deporte y la política, un tema hasta ese momento percibido como menor en el ámbito académico. En esos materiales, que desembocarían en un libro notable, titulado en español como "El deporte y la política. Análisis social de unas relaciones ocultas", Meynaud recorrió con detalle las lógicas del olimpismo en el que detectó, como en casi cualquier construcción humana, esplendores y esperanzas que siguen conmoviendo y, también, miserias que no paran de doler. Se detuvo, en especial, en un punto al que llamó "el apoliticismo deportivo y sus límites". Con claridad, tornó evidente que el "apoliticismo" es una toma de posición política y marcó la diferencia entre "el apoliticismo-ilusión" (una especie de ingenuidad desde la que se cree que es posible que una competición transcurra sin que ninguna situación de poder, de potencialidades económicas y de historias culturales gravite en ella) y "el apoliticismo-táctica", que con frecuencia se enarbola desde sectores de poder: se argumenta que la política y el deporte no tienen que vincularse para, en el fondo, hacer que se vinculen de un determinado modo político.

"El apoliticismo-táctica" se puede comprender evocando dos gestos famosos de la historia olímpica: en los Juegos de 1936, los deportistas alemanes desfilaron en Berlín haciendo el saludo nazi ante Adolfo Hitler y no recibieron ningún castigo del Comité Olímpico Internacional, tal vez porque expresaban lo dominante, una porción de poder que no ponía en cuestión el mundo en el que vivían las élites directivas y ricas del olimpismo; en los Juegos de 1968, al revés, los atletas negros que se subieron al podio de los 200 metros e hicieron el símbolo del Black Power fueron sancionados con dureza, precisamente porque su protesta se oponía a la realidad -no deportiva sino política y social- que los potentados de la conducción olímpica no querían que se moviera.

La imposibilidad de ingresar a los recintos olímpicos con la imagen del Che estampada en las remeras es una definición política tomada bajo el recurrente argumento de "no mezclar la política con el deporte". Del otro lado, hubo más generosidad: Guevara no se prohibió incluir en su existencia a las imágenes olímpicas. En el libro "Che deportista", el cubano William Gálvez recogió un testimonio maravilloso de José Arbezu, un funcionario en la embajada de Cuba en Egipto que, unos cuantos lustros después, permanecía asombrado. Es que, de gira por África en 1965, el Che desatendió ciertas recomendaciones de seguridad y salió a la calle con un plan irrompible: se fue al cine a ver un documental sobre los Juegos Olímpicos de Tokio de 1964. Le interesaba más que mucho.

Suena tan burda la proscripción del Che en los Juegos que tienta encontrar una interpretación alternativa. Quién sabe. Los expertos en imaginar grotescos quizás dirán que semejante disposición es atribuible a que su apetito deportivo central fue el rugby, un deporte que recién regresará al programa olímpico, en la versión de siete jugadores, en 2016 y que anduvo distante, como enojado, del símbolo de los cinco anillos entrelazados desde su paso por París en los Juegos de 1924. Y sí, es innegable: Guevara fue menos olímpico que rugbier. No sólo ejerció como redactor de la revista Tackle sino que jugó y jugó, desafiando a los rivales y al asma que le envolvió los bronquios desde la primera niñez. Era un inside aguerrido que, cuando se sentía arrasado por las maldiciones de la respiración, apelaba al inhalador que le alcanzaban desde el costado del campo algunos preadolescentes entre los que, por ejemplo, se contaba el periodista Diego Bonadeo, testigo y narrador de esa experiencia.

Alberto Granado, el extraordinario compañero de itinerarios y de esperanzas del Che, obró en Córdoba como introductor al rugby de ese inside singular al que Bonadeo vio aferrarse a una pelota ovalada sobre suelo bonaerense en equipos como Yporá. "Estudiantes -evocó Granado cada vez que se lo requirieron- era un club desprendido de otro, más antiguo, llamado El Tala. Yo jugaba allí junto con mis hermanos y era el entrenador de la segunda división. En septiembre u octubre de 1942, vino Ernesto y me dijo que quería jugar al rugby. Había un problema. El tenía asma y la gente tenía miedo de que jugara porque varias veces se nos quedó duro en medio del campo. Pero como yo también había sido muy discriminado en el rugby porque era petiso y flaco, le dije 'te voy a enseñar'. Y él aprendió".

De cualquier manera, el propósito de los organizadores olímpicos de restringir a Guevara llegó tarde. El Che fue cronista y reportero gráfico de un acontecimiento de la misma órbita en 1955, cuando su circunstancial residencia en México lo puso en el tiempo y en la geografía precisas para cubrir los segundos Juegos Panamericanos. Los ojos atentos para las fotos y los dedos listos para los textos poblaron sus envíos para la Agencia Latina, una empresa que jamás le pagó por su labor. Dos argentinos con futuro de censura olímpica se entrecruzaron en México sin intuir que lo serían: uno, el Che, el de la efigie que no podrá exponerse en las vestimentas de Londres; el otro, Osvaldo Suárez, un excepcional fondista al que Guevara le destinó artículos por el tranco increíble que lo transportó hasta dos medallas doradas, alguien ausente en la convocatoria olímpica de Melbourne, en 1956, a pesar de sus perspectivas de ascender al podio, a causa de las resoluciones marginatorias e indefendibles de la dictadura que la Argentina inauguró en 1955.

El fútbol como identidad argentina y la pertenencia a Central por el nacimiento rosarino, el golf con lecciones cordobesas y los ensayos de tenis, unas búsquedas universitarias de atletismo y una observación cubana del béisbol, el montañismo en los días prerevolucionarios y el hallazgo temprano de los vuelos guiado por un tío. Eso y más que eso constituyó el deporte del Che y, sobre todo, el ajedrez, el juego que lo avisó en 1939 de la existencia de Cuba cuando el campeón José Raúl Capablanca expuso su genio en Buenos Aires, el mismo juego que lo apasionó hasta el final.

En Tucumán, su hogar en la actualidad, Espejo Pérez conserva recuerdos de Guevara. "Mi hermano me contó que el Che tenía un carácter muy fuerte y una gran voluntad de ganar", dice. De ese carácter, de esa voluntad victoriosa y de algunas otras cuestiones están enterados muchos en el mundo: como símbolo, como protesta, como rostro o como idea, el Che sigue presente. Podrán prohibirlo esta vez en la Londres olímpica y fascinante, pero sólo será un detalle. Nadie borra tan fácil del corazón de la historia a un tenaz aprendiz de natación.

jueves, 12 de julio de 2012

Londres 2012: prohíben uso de camisetas del Che Guevara

Los organizadores de los Olímpicos prohibieron el ingreso a los escenarios con camisetas del Che Guevara


A medida que se acerca el inicio de los Juegos Olímpicos de Londres se van conociendo las estrictas normas de seguridad que se implementarán en los estadios donde se realicen actividades deportivas.

Las medidas más recientes establecen que los asistentes no podrán ingresar a los escenarios con camisetas del Che Guevara ni con cualquier otra prenda de vestir que contengan mensajes o expresiones políticas de cualquier tipo.

Entre otros objetos, tampoco se podrán ingresar a los Juegos con pelotas, cámaras con lentes de largo alcance, matracas, paraguas y botellas de agua, según la lista que publica el diario británico
Daily Mail.

Las restricciones serán estrictas y forman parte de las normas de seguridad que implementarán las fuerzas élite que protegerán a los deportistas involucrados en los Juegos Olímpicos.

Por estas medidas el comité organizador fue criticado porque también abarca la prohibición de dormir al aire libre lo que, se considera, podría ser utilizado para organizar un sabotaje o atentado.

Tampoco se podrá circular con cantidades excesivas de alimentos. La organización estima que los lugares oficiales dispuestos para tal fin serán suficientes.

La Nación

sábado, 14 de enero de 2012

Se acerca la Copa América Alternativa 2012

Copa América Alternativa 2012 “El Hombre Nuevo” – falta poco!

Reproducimos a continuación el último comunicado oficial del evento, difundido el pasado 2 de enero:


Amigos y amigas,

en 25 días vamos a estar empiezando, en la ciudad de Jesus María, Córdoba, Argentina, la I Copa America Alternativa “El Hombre Nuevo”!

Para ella, están confirmadas hasta ahora personas venindo de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, Inglaterra, Alemania, Belgica y Lituánia!

Como falta poco, escribimos para decir algunas cosas e preguntar otras importantisimas. Acá están:

1. Sobre las partidas

La inscripción oficial de los equipos va a sucerder en el viernes, 27. cuando vamos a hacer las tablas. Lo que podemos decir ahora es que tenemos 3 canchas de fútbol de 11 disponibles!

2. Alojamiento

Llegando en Jesus María, la dirección es Calle 6, Esquina 46, Colonia Caroya. Es el local de las partidas, donde, en vieres durante todo el día, vamos a estar esperando para recibir los visitantes. En caso de que se pierdan, pueden llamar a 03525 605330 y 03525 15506975, teléfonos de la presidenta del Club Che Guevara, Monica Nielsen. En ultimo caso, puede irse a Pompeya 680 – 5220, dirección del Club Che Guevara.

Con el fin de alojar a todos y todas bién, NECESITAMOS SABER CUANTOS VIENEN! Asi que cada equipo necesita decir cuantos son, lo mismo para los que vienen solos.

3. Equipos

Hasta ahora, tenemos confirmadas:

Hombres:

Club Che Guevara (ARG)
Autônomos FC (BRA)
2 de Mayo (ARG)
Pelada de Esquerda (BRA)
Easton Cowboys (ING)
FC Vova (LIT)
La Filial (CHI)
Clube de la Comunidad Boliviana en Córdoba (BOL)

Mujeres:

Club Che Guevara (ARG)
2 de Mayo (ARG)
Easton Cowgirls (ING)
Club de la Comunidad Boliviana en Córdoba (BOL)

Si hay equipos incompletos, necesitamos saber, toda vez que hay gente sola querendo jugar! Decinos cuantos son!

4. Programación

La CAA 2012 empieza en el viernes, 27, con la inscrición y presentación de los equipos y una charla acerca de fútbol y transformación política, con el Club Che Guevara hablando un poco más acerca de su proyecto en la ciudad. Después, tendremos presentaciones musicales y fiesta. Puede ser que tengamos la partida de apertura del torneo, caso los equipos lo quieran.

En el sabado, 28, acontece la más grande parte de los juegos. Por la noche, más música y fiesta.

En el domingo, 29, teneremos la fase final de los juegos y, desde 18h o 19h, un festival de musica y la clausura, con el anuncio del local de la CAA 2013. Clubes y personas interesadas en candidatarse a eso, presentarse!

Eso es todo.

Cualquier duda, escriban a: autonomosfc@gmail.com

Abrazos y hasta luego,

Autônomos & Autônomas FC

sábado, 22 de octubre de 2011

El Che Guevara: el incansable deportista asmático (segunda parte)

Texto publicado originalmente en el libro "La Patria Deportista" (Editorial Planeta, Buenos Aires, 1996), bajo el título Ernesto Guevara, La aventura del deporte.

Por Ariel Scher
El Clarín


[Ver acá la primera parte]

Elogio de la persistencia

Cuando la familia Guevara volvió a Buenos Aires, Ernesto se asoció al San Isidro Club, donde reanudó el vínculo con el rugby. "Los médicos - escribió Ernesto Guevara Lynch - me habían dicho que ese deporte para Ernesto era simplemente suicida. Que su corazón no podía aguantarlo. Una vez se lo dije y me contestó: 'Viejo me gusta el rugby y aunque reviente voy a seguir practicando'. Ante tanta insistencia decidí usar otros procedimientos. Mi cuñado Martínez Castro era presidente del SIC y le pedí que sacara a Ernesto del equipo en que jugaba."

En disidencia con algunas historias con la vida del Che que señalan que del SIC, disgustado por la exclusión, pasó al club Atalaya, el periodista Diego Bonadeo, profundo conocedor del rugby, precisó al diario Sur: "Guevara jugó, y yo lo vi, en Yporá, un equipo que jugaba los campeonatos de la Liga Católica. Lo de Atalaya fue un poco posterior y salió de la necesidad de tener una cancha estable y de pasar a los certámenes de la Unión de Rugby del Río de la Plata, que es la antecesora de la Unión Argentina de Rugby".

Bonadeo fue uno de los chicos que, a la vera de la cancha, le entregaba el inhalador del que recuperaba el aire que siempre extraviaba. "Cada quince o veinte minutos - recordó - tenía que salir hacia fuera de la cancha, por ejemplo donde estaba el juez de línea, y donde también estaba yo con el inhalador, yo le daba el inhalador y entonces él se daba unas aspiraditas y podía seguir jugando." El periodista rechazó las referencias históricas que mencionan que Guevara era medio scrum: "El era inside, pero el dato más llamativo tenía que ver con su aspecto cuando jugaba. En esa época, los delanteros de segunda y tercera línea usaban orejeras como protección. Los tres cuartos, en cambio, jamás se las ponían, no lo necesitaban. Conocí un sólo tres cuartos que usaba orejeras. Era Guevara...".

Guevara jugó en Atalaya, donde también actuó su hermano Roberto, entre 1947 y 1949. El médico y ex rugbier Ernesto Donat, compañero de esa época, evoco para el programa Supersport, de la televisión Argentina: "El no fue uno de los fundadores, cuando apareció empezó a jugar como suplente o en división reserva". Según Miguel Seguí, dirigente de Atalaya, "jugaba bien, no era una maravilla pero jugaba bien". Para Bonadeo, "fue indudablemente un líder, pero no en el deporte, creo que era un jugador más del montón que de los que podían sobresalir".

De su singular aproximación a la vida del Che como rugbier, Bonadeo sumó otro hecho: "Una vez, en unos Juegos Interuniversitarios, escuché un dialogo del que jamás me olvidé. Tenía que jugar el seleccionado de rugby de Medicina, la carrera de Guevara. Un tipo preguntó por qué Guevara no jugaba y otro le soltó esta respuesta: 'Está haciendo una revolución en Panamá'".

A los tackles

Un día ganó el asma. Como si fuera necesario certificar que ningún inhalador es suficiente para sostener a un jugador, Guevara dejó descansar definitivamente su empeño de inside y se descolgó las orejeras que signaban su peculiar condición de rugbier. No obstante, la resignación nunca fue un rasgo saliente del joven que pasó por el rugby embistiendo tanto a los rivales como a los ahogos reiterados. Y siguió haciendo lo mismo, pero de otro modo. Pablo Pirán, un jugador de rugby que es sobrino del Che, contó una historia que puebla las memorias familiares y deportivas: "Le gustaba tanto el deporte que empezó a editar la primera revista de rugby. Se llamaba Takle. El la editaba y hacía los comentarios con el seudónimo de Chancho". Guevara no era renuente a la escritura, como testimoniarían posteriormente sus diarios de viaje y de batalla. Tal vez la experiencia periodística de Tackle afirmó el hábito de escribir. La publicación apareció en 1951 y Ernesto firmaba como Chang - Cho.

De acuerdo con el recuerdo de Ernesto Donat, "él se llamaba Ernesto Guevara, tenía el apodo, cariñoso pero apodo al fin, de Chancho por lo bohemio y lo desprolijo". Militante consecuente del desaliño, Guevara no se dedicó a sufrir porque lo apelaran Chancho. Levemente y a través de percepciones mucho más ligadas con la sensibilidad que con cualquier teoría, por entonces empezaban a preocuparlo otros problemas.

Un lugar en "El Gráfico"

El dato más divulgado de la historia deportiva de Ernesto Guevara es su aparición en la revista El Gráfico en 1950. En la Argentina se conmemoraba el centenario de la muerte de José de San Martín y la expresión Año del Libertador se repetía hasta abrumar, casi con la misma frecuencia con que el peronismo gobernante difundía las consignas en las que sintetizaba qué políticas y qué país transcurrían. En ese contexto, la presencia del hombre que sería el Che en la revista deportiva más importante del país no cambió la vida de nadie.

Guevara quedó incluido en la historia de El Gráfico en la página 49 de la edición del 19 de mayo de 1950. Era el número 1606 de la publicación fundada en 1919, cuya tapa tenía la imagen de Adolfo Paraja, un centrodelantero de Quilmes. En esa oportunidad, uno de los avisos mostraba al joven Ernesto Guevara Serna subido a un motorino (una bicicleta con motor). La firma le había ofrecido a Guevara el arreglo gratuito del motor a cambio de que remitiera una carta sintetizando un viaje que había hecho en la segunda mitad de 1949. La publicidad decía "Solidez y eficiencia son características principales del producto de la famosa máquina Meccanica Garelli de Milán". Después destacaba el nombre de la marca - Micrón - y agregaba: "La carta que transcribimos, recibida del señor Ernesto Guevara Serna, es una prueba más".


La carta estaba fechada el 28 de febrero de 1950, naturalmente mencionaba que era el Año del Libertador General San Martín y estaba firmada por Ernesto Guevara Serna. El texto era el siguiente: "Muy señores míos: Les envío para su revisación el motor 'Micrón' que uds. representan y con el que realicé una gira de 4.000 kms. a través de 12 provincias argentinas. El funcionamiento del mismo, durante mi extensa gira, ha sido perfecto y sólo he notado al final que había perdido compresión, motivo por el cual se lo remito para que lo dejen en condiciones. Los saluda atte.".

Guevara había recorrido Salta, Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero, Chaco, Formosa, Catamarca, La Rioja, San Juan, Mendoza, San Luis y Córdoba. Fue su primer viaje importante.

Las otras búsquedas

Todos los biógrafos de Guevara coinciden: era un hombre inclasificable, heterodoxo, tan revolucionario de su propia persona como del conjunto de las cosas. Esa actitud ante casi todo se manifestó también en el deporte, dentro del que probó cuanta variante tuvo cerca.

Anduvo en bicicleta hasta el agotamiento, aunque solía comentar que el ciclismo era un deporte absurdo. Hizo del campamentismo una experiencia frecuente y algunos de sus compañeros dijeron que allí aprendió recursos que empleó en campamentos posteriores, en los que ya no estaba en juego una posibilidad recreativa sino la política y la vida. Como estudiante de medicina, en 1948 participó de unos Juegos Universitarios y llegó a los 2,80 metros en su salto con garrocha, en un concurso en el que se inscribió "porque no había nadie anotado", como ironiza Granados. También en 1948 viajó a dedo desde Córdoba a Buenos Aires para presenciar una carrera de autos en la que intervino el argentino Juan Manuel Fangio, quien aún no era campeón del mundo. En Morón, tomó clases de vuelo con su tío Jorge de la Serna. Durante su juventud adquirió la preocupación por apoyar su estado atlético con una dieta equilibrada. En general, cuando dependió de su voluntad y no de las imposiciones de la realidad, no perdió esa costumbre. También disfrutó del tiro, la pesca, el patín y el hipismo.

En junio de 1952, Guevara hizo una de sus aproximaciones más extravagantes al deporte: navegó en el río Amazonas. Fue en el marco de un mítico viaje que hizo con su amigo Granados. Los internos de un leprosario del norte del Perú, donde habían trabajado, les obsequiaron una balsa que bautizaron con el extraño nombre de "Mambo - Tango". Con aciertos y con errores, todo terminó bien. Guevara sabía que, en esencia, había que hacer sólo una cosa: remar para adelante. Como también coinciden sus biógrafos, inclusive los más críticos, Guevara nunca tuvo demasiados inconvenientes en ir para adelante.

El viaje del cambio

El viaje de Guevara y Granados se gestó en 1951 y cobró movimiento en diciembre de ese año. Abarcó varios países de América latina y, producto de la simultaneidad que a veces adoptaban los procesos objetivos y subjetivos, fue también el viaje que empezó a transformar a un muchacho rebelde y aventurero en un personaje que incidió en la historia contemporánea.

La primera faceta deportiva del periplo la aportó la motocicleta, lloamada La Poderosa II, que sirvió de transporte a los dos amigos. Como motociclistas anduvieron hasta el Sur argentino y desde allí, marchando hacia el Norte, hasta Santiago de Chile. No era un tránsito sin dificultades: "Nuestra moto marchaba con parsimonia, demostrando sentir el esfuerzo exigido, sobre todo en su carrocería, a la que siempre había que retocar con el repuesto preferido de Alberto, el alambre. No sé de dónde había sacado una frase que atribuía a Oscar Gálvez: 'En cualquier lugar que un alambre pueda reemplazar a un tornillo, yo lo prefiero, es más seguro'. Nuestros pantalones y las manos tenían muestras inequívocas de que nuestra preferencia y las de Gálvez andaban parejas, al menos en cuestión de alambre". Luego la moto se rompió y sus tripulantes tornaron en caminantes.

El viaje también marcó el regreso al fútbol de Ernesto Guevara. La primera vuelta se produjo en el norte de Chile. "Allí - relató - nos encontrábamos con un grupo de camineros que estaban en una práctica de fútbol, ya que debían enfrentarse a una cuadrilla rival. Alberto sacó de la mochila un par de alpargatas y empezó a dictar su cátedra. El resultado fue espectacular: contratados para el partido del domingo siguiente; sueldo, casa, comida y transporte hasta Iquique. Pasaron dos días hasta que llegó el domingo jalonado por una espléndida victoria de la cuadrilla en que jugábamos los dos y unos chivos asados que Alberto preparó de modo de maravillar a la concurrencia con el arte culinario argentino.".

Después hubo más fútbol en un leprosario del Norte peruano, en la ciudad de San Pablo. Allí, junto a Granados, jugó con los leprosos, en una búsqueda terapéutica para distraer a los internos. Granados evoca: "Siempre me acuerdo de la canchita de San Pablo porque era maravillosa. Estaba rodeada de árboles, era cortita y ancha. Jugábamos contra los leprosos y contra los sanos, que eran dos equipos".

La acción de las canchas siguió en Machu Pichu. Escribió Guevara: "En las ruinas nos encontramos con un grupo que jugaba fútbol y enseguida conseguimos invitación y tuve oportunidad de lucirme en alguna que otra atajada por lo que manifesté con toda humildad que había jugado en un club de primera de Buenos Aires con Alberto, que lucía sus habilidades en el centro de la canchita, a la que los pobladores del lugar le llaman pampa. Nuestra relativamente estupenda habilidad nos granjeó la simpatía del dueño de la pelota y encargado del hotel que no invitó a pasar dos días en él";.

El retorno más integral ocurrió poco después. Fue en la ciudad de Leticia, en Colombia, donde Guevara y Granados procuraban encontrar una manera transitoria de sobrevivencia económica. Afirmando su derrotero de hombre de circunstancias asombrosas, al futuro Che esa vez lo auxilió el prestigio del fútbol argentino. "Lo que nos salvó - apuntó en su diario de viaje - fue que nos contrataron como entrenadores de un equipo de fútbol, mientras esperábamos avión, que es quincenal. Al principio, pensábamos entrenar para no hacer papelones, pero como eran muy malos nos decidimos también a jugar, con el brillante resultado de que el equipo considerado más débil llegó al campeonato relámpago organizado, fue finalista y perdió el campeonato por penales. Alberto estaba inspirado, con su figura parecida en cierto modo a Pedernera y sus pases milimétricos, se ganó el apodo de 'Pedernerita', precisamente, y yo me atajé un penal que va a quedar para la historia de Leticia." También en Colombia, los dos aventureros tuvieron un encuentro cálido con Alfredo Di Stéfano, uno de los mejores futbolistas argentinos de la historia.

"Durante el viaje usábamos mucho el fútbol para entrar en contacto con la gente", resume Granados. Les resultó una buena fórmula.

El viaje sumó actividades deportivas todo el tiempo. Hubo un partido de básquetbol contra militares en Perú y decenas de caminatas que pusieron a prueba el cuerpo. También un cruce a nado del río Amazonas, a la altura del brazo próximo al leprosario de San Pablo. Ese día Guevara cumplía veinticinco años. Celebró a su modo. "Ese vagar sin rumbo por nuestra Mayúscula América me ha cambiado más de lo que creí", redactó en sus notas de viaje. Faltaban pocos años para que el mundo se enterara del cambio.

Un cronista deportivo

En 1955, Guevara consiguió trabajo en México como redactor y fotógrafo de la Agencia Latina. En ese rol, cubrió los segundos Juegos Deportivos Panamericanos, que se realizaron en ese país y en ese año.

El 10 de abril de 1955 escribió una carta a su amiga Tita Infante en la que contó su reaparición en el periodismo deportivo: "Mi trabajo durante los Juegos Panamericanos fue agotador en todo el sentido de la palabra, pues debía hacer de compilador de noticias, fotógrafo y cicerone de los periodistas que llegaban de América del Sur".

martes, 14 de junio de 2011

El Che Guevara: un apasionado del deporte

Por Raúl Rodríguez
Radio Habana Cuba


A los cinco años, Ernesto "Che" Guevara nadaba con destreza. Sus primeros contactos con la actividad física llegaron por recomendación médica, para intentar calmar el asma, una enfermedad a la que tuvo que sobreponerse toda su vida.

Durante su infancia y juventud el Che se intereso por varios deportes y algunos de ellos los tomó muy en serio, como el rugby y el ajedrez.

El alpinismo, los saltos ornamentales, el golf, el fútbol, el boxeo, el tiro, el tenis de mesa y la pesca, ocuparon también pasajes de su existencia.

Fue justamente el deporte quien lo unió a su gran amigo, Alberto Granado. Este le enseño la técnica del rugby y lo acompañó posteriormente en su histórico recorrido de más de 4000 km por toda Sudamérica en una motocicleta.

Granado, quien en la década del 40 era entrenador de rugby en el club Estudiantes de Córdoba, recuerda que por su padecimiento de asma al Che no lo querían en ningún equipo, y cuenta con orgullo cómo lo aceptó en el suyo.

"Mirá Pelado, para jugar acá al rugby el examen de ingreso consiste en saltar por arriba de un palo y caer con el hombro. Los que vienen al rugby para hacer pinta no se animan. Los que quieren jugar pasan la prueba. Ahora te toca a vos. Si no le digo basta, todavía se estuviera tirando", dijo Granado.

Hasta los 23 años el Che estuvo jugando rugby, aunque su padre trató de impedirlo más de una vez porque le parecía un deporte muy rudo para un niño asmático.

Gracias al rugby el Che se hace fotorreportero de la revista Tackle y posteriormente cubre para Agencia Latina los Panamericanos de México en 1955.

El ajedrez fue otra de las grandes pasiones del Che, "su segunda novia", como lo calificara una vez.

A los 11 años el Che aprendió a jugar ajedrez, pero su interés por el deporte ciencia aumentó en su vida de guerrillero en la Sierra Maestra y en los primeros años de la Revolución cubana, donde se convirtió en uno de sus principales promotores.

En 1961, durante un torneo en La Habana, el Che dijo: "El ajedrez es un pasatiempo, pero además es un educador del raciocinio".

Fue también el ajedrez quien lo ligó desde su infancia al archipiélago cubano. Las primeras noticias que tuvo el Che de la existencia de Cuba fueron durante una visita del genial José Raúl Capablanca a la Argentina en 1939.

En Cuba dedicó muchas horas de su escaso descanso a impulsar el ajedrez. Eleazar Jiménez, campeón nacional en los años 60, afirmó que "gracias a su apoyo, Cuba cuenta hoy con varios grandes maestros".

"Fue el primer impulsor de la practica masiva del ajedrez en Cuba. Todos recordamos cómo en los primeros años de la Revolución eran frecuentes las simultáneas y las partidas de ajedrez en fábricas, industrias, o unidades militares", destacó Jiménez una vez.

La visión clara del Che también le hizo predecir el futuro del ajedrez cubano: "Vamos a tener grandes maestros, y esa será también una obra de la Revolución".

Publicado originalmente en mayo de 2009

viernes, 13 de mayo de 2011

Verón: "Conocer la vida del Che me abrió la cabeza"

"El futbolista debería involucrarse mucho más en cuestiones sociales" afirma el jugador de Estudiantes.


Mientras espera que se defina si deberá someterse a una operación de tobillo, la "Bruja" Verón reclamó más compromiso de los futbolistas y contó que se tatuó al Che Guevara porque "me ayudó a darme cuenta lo importante que es pensar más allá de uno".

Mientras lucha con su tobillo, que puede que pronto lo lleve a una operación para solucionar los dolores de una buena vez, Juan Sebastián Verón se hizo un tiempo para reflexionar sobre el fútbol, la vida, el dinero, el periodismo, los referentes… Y a todas las preguntas a los que lo sometieron los chicos de la revista de cultura villera La Garganta Poderosa, que sacó su quinto número.

En la entrevista que le realizaron los periodistas y fotógrafos de Zavaleta y la Villa 31 Bis, La Bruja contó que el fútbol “se puede estudiar de muchas maneras y uno puede estar de acuerdo o no, pero el juego permite un análisis importante, para el que lo ve. El tema es que no todos saben de táctica”, y analizó que “sería bueno que el periodista deportivo brindara información sobre el juego, en vez de priorizar las peleas de tal o cual jugador”. Pero fue más allá…

Verón también repudió el individualismo que manda en el fútbol: “El jugador es bastante egoísta. Un grupo exitoso siempre se logra pensando en el bien común”. El mediocampista del Pincha profundizó sobre el tema y destacó los valores de tener un verdadero grupo: “Los problemas aparecen cuando el individualismo supera al equipo. Por ese camino, es muy difícil llegar al triunfo. Hay aspectos que son importantes e innegociables: la humildad, el sacrificio, la solidaridad, el trabajo”. Y advirtió sobre el rol de los jugadores en una sociedad también egoísta: “Creo que el futbolista debería involucrarse mucho más en cuestiones sociales. Tenemos una herramienta muy grande y hay que ponerla a disposición de los chicos de los barrios”.

En el mismo sentido, “La Bruja” contó por qué decidió regresar de Europa, cuando para muchos el mejor Verón aún tenía más para demostrar en el Viejo Continente: “Pegué la vuelta cuando sentí que lo material no me servía, que el dinero, la comodidad, el confort, o la supuesta ‘seguridad’, no me otorgaban la felicidad que me produce estar acá, en mi lugar”. Y añadió que “todos debemos ser conscientes de que las raíces no se pierden, porque con eso se crece, y hasta podés mejorarlas, dándole un sentido al lugar de donde saliste”. Y, mientras mostraba a cámara el tatuaje del Che que lleva en un brazo, también explicó: “Me generó admiración su lucha en Cuba, un país que no era el suyo, pensando en el desarrollo de toda Latinoamérica. Y conocerlo, me hizo abrir la cabeza y darme cuenta de lo importante que es pensar más allá de uno. Hay que pensar siempre en el que se tiene al lado. Si todos lo hiciéramos, estaríamos mucho mejor”. La revista ya está en las calles y que se puede encontrar en los barrios, en diferentes puestos de diarios o solicitar por mail a lagargantapoderosa@gmail.com.

Tomado de Olé

martes, 15 de marzo de 2011

Alberto Granado, el Che Guevara y el fútbol

El bioquímico Alberto Granado fue mundialmente conocido por su amistad con el Che Guevara y por el viaje que ambos realizaron por cinco países de Suramérica. El fútbol era una de las pasiones que compartían. En su célebre expedición, sirvió de vehículo para relacionarse con habitantes locales y abrir nuevas puertas.

Por Camilo Rueda Navarro


En 1952, Alberto Granado y Ernesto Guevara efectuaron un viaje de siete meses por varios países de Suramérica. En moto, barco, camión, balsa… entre otros medios, conocieron de primera mano la situación sociopolítica del continente y descubrieron la pobreza y explotación de los pueblos latinoamericanos, lo que permitió que maduraran su conciencia social. “Yo aprendí que en vez de conocer el mundo había que transformarlo", sostuvo Granado en una entrevista con el periódico El País. Las sentidas impresiones del recorrido quedaron consignadas en las Notas de Viaje (Ocean Sur, 2004) de Ernesto Guevara, texto que sirvió de base para la película “Diarios de motocicleta”, dirigida por Walter Salles. Por su parte, Granado narró su experiencia en el libro “Con el Che por Sudamérica”.

El fútbol fue un asunto recurrentemente referido por los viajeros, que les sirvió, además de entretenimiento deportivo, como un efectivo mecanismo para obtener alimento, hospedaje y recursos económicos, y para entablar relación con los pobladores de cada país. Esto fue posible gracias al prestigio de buenos jugadores de fútbol de los gauchos. En el diario del Che están registrados varios episodios de este tipo.

En marzo, en Chuquicamata (Chile) cuenta Guevara: “nos encontramos con un grupo de camineros que estaban en una práctica de fútbol, ya que debían enfrentarse a una escuadra rival. Alberto sacó de la mochila un par de alpargatas y empezó a dictar su cátedra. El resultado fue espectacular: contratados para el partido del domingo siguiente; sueldo: casa, comida y transporte hasta Iquique. Pasaron dos días hasta que llegó el domingo jalonado por una espléndida victoria de la cuadrilla en que jugábamos…” (Pág. 78).

En Chile, los viajeros conocieron las difíciles condiciones de los trabajadores mineros y presenciaron algunas huelgas. El capítulo “Chile: ojeada de lejos” es un breve pero profundo análisis de la sociedad chilena y del panorama político de la época.

Luego, en Cuzco (Perú) registra el futuro comandante: “nos encontramos con un grupo que jugaba fútbol y enseguida conseguimos invitación y tuve oportunidad de lucirme en alguna que otra atajada…”; mientras Alberto “lucía sus habilidades en el centro de la canchita (…) Nuestra relativamente estupenda habilidad nos granjeó la simpatía del dueño de la pelota y encargado del hotel que nos invitó a pasar dos días en él…” (Pág. 112).

En junio, luego de conocer Machu Picchu y algunas ciudades del país, Alberto y Ernesto visitaron el leprosario de San Pablo, en el Amazonas peruano, lugar donde la práctica del fútbol era habitual. Son varias las referencias a las tardes futboleras de las que tomaron parte, no siempre con éxito: “Nos fuimos a jugar un partido de fútbol en que los dos actuamos muy mal”. Luego narra: “jugamos un partido de fútbol en el que ocupé mi habitual plaza de arquero con mejor resultado que las veces anteriores”.


De San Pablo partieron en la balsa “Mambo-tango” por el río Amazonas, hasta llegar a Leticia (Colombia). Allí, los dos jóvenes debieron pagar una alta cifra por los pasajes aéreos a Bogotá. “Lo que salvó la situación fue que nos contrataron como entrenadores de un equipo de fútbol mientras esperábamos avión…”.

martes, 25 de enero de 2011

El Che Guevara: de Rosario... ¿y de Central?


Por Marcos Di Salvo
Especial para Fútbol Rebelde


Para la historia oficial, Ernesto Guevara de la Serna nació en Rosario, Argentina, el 14 de junio de 1928, más precisamente en el edificio de la calle Entre Ríos 480. La historia cuenta que sus padres iban en una embarcación rumbo a los yerbatales propiedad de la familia en Caraguatay, cuando tuvieron que desembarcar en Rosario para que su madre diera a luz. Sin embargo, existen fuentes que indican que en realidad el guerrillero más famoso de la historia habría nacido un mes antes, en un intento de sus padres por ocultar a ese hijo pre-matrimonial. Existen entonces evidencias que podrían echar por tierra la teoría de que el "Che" era rosarino. No tenemos certeza de dónde hubiese nacido entonces. Pero de lo que sí tenemos certeza, es que era de hincha de Rosario Central.

Mural en la ciudad de Rosario. Foto: "El paisano e' Rosario".

Ernesto "Che" Guevara, el "guerrillero heroico" cuya foto inmortalizada por Alberto Korda flamea en las banderas de innumerables fanáticos alrededor del globo, símbolo obligado de rebeldía, había elegido a Rosario Central.

¿Por qué habría hecho tal cosa? El periodista Hugo Gambini en su libro "El Che" lo confirma: "... cuando vivía en Córdoba, como la mayoría de sus amigos eran adictos a los mismos clubes (Boca o River) él quiso elegir uno distinto. Cuando descubrió la existencia de Rosario Central, la ciudad donde el había nacido, se adhirió fervorosamente a la divisa. A partir de ese instante le encantaba que le preguntaran: ¿De qué cuadro sos?, porque le daba la oportunidad de responder con cierta altivez: 'De Rosario, de Rosario Central. Yo soy rosarino'. No tenía la menor idea sobre esa ciudad ni había visto jamás a su equipo, pero él era rosarino y defendía su identidad".

Vemos entonces en el joven Guevara, rasgos que se acentuarían en su adultez: la rebeldía de elegir un camino distinto, el orgullo de defender lo suyo por encima de las modas o las preferencias de los demás, aún cuando fuera rosarino sólo por fruto de la casualidad.

Muchos dudarán de mi palabra por ser, al igual que el "Che", rosarino y canalla, pero existen personas que han tenido trato con él y su familia que confirman este hecho.

Alberto Granados y Carlos "Calica" Ferrer eran amigos del "Che" en su juventud, antes de que deviniera en la figura histórica que es hoy en día. Ambos confirman lo mismo: que Guevara simpatizaba con Rosario Central. Granados cuenta incluso que era fanático del "Chueco" García, el ídolo canalla de aquel entonces.

El periodista y escritor Osvaldo Bayer cuenta que cuando vivía en Berlín, tuvo la oportunidad de entrevistar a Celia, la hermana del "Che", con la condición de que no le preguntara sobre su hermano, cansada ya de que todos le preguntaran por él. Al terminar el encuentro, casi abordando el tren, Bayer le pide una sola pregunta y Celia le dice sonriente: “Quedate tranquilo Osvaldo, que Ernesto era de Central…”

Sin ser un gran deportista, Guevara era aficionado al deporte. No era un gran fanático del fútbol, pero tampoco lo rechazaba: jugaba ocasionalmente de arquero. Nunca asistió a un partido de Central, ni jamás vivió en Rosario, esa es la verdad. Pero fiel a su identidad, escogió el club de la ciudad que lo había visto nacer, aún cuando vivía lejos de ella. Eso lo hace aún más noble, nos da cuenta de su espíritu, su forma de vivir y de ver el mundo.

Un mito, un guerrero, otro hincha de Central.