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Expresión libre e información veraz

jueves, 24 de enero de 2019


La expresión irrestricta de nuestros puntos de vista es un Derecho Humano (art. 19 de la Declaración Universal). La Constitución de la UNESCO, que tiene como misión construir la paz "en la mente de los hombres", establece en su artículo primero "la libre circulación de las ideas por la palabra y por la imagen".

También es un derecho poder acceder a una información veraz, equilibrada, que no refleje la ideología, creencias,  partido político, etc. de quienes emiten la noticia.

Es intolerable que los muy pocos sean capaces de modelar el comportamiento de los muchos mediante el acoso de un enorme poder mediático, hasta el punto de que sigan callados e inaparentes cuando el tiempo del silencio ha concluido. 

La desinformación es peligrosísima.

No me canso de insistir en el riesgo de ser sólo espectadores, receptores impasibles, pusilánimes, resignados. Las generaciones venideras merecen algo más. No nos dejemos convencer y ahormar. Con la mejor voluntad, muchas personas no conocen más verdades que las que se les presentan por quienes no dan puntada sin hilo pensando exclusivamente en las próximas elecciones.

Lamentablemente, hasta los medios de comunicación menos tendenciosos se inclinan, de vez en cuando, ante el inmenso poder del “gran dominio” (militar, financiero, energético, mediático).   La concentración del poder mediático audiovisual y escrito es de tal naturaleza que no sólo influye a escala mundial para justificar acciones difícilmente asumibles por la mayor parte del público sino que, a través de los medios más adecuados del "grupo", desencadenan movimientos especulativos de la economía  o crean "enemigos" para que no se desacelere la inmensa maquinaria de la guerra.

Muchas personas que no leen más de un periódico corren el peligro -salvo contadas excepciones- de formarse una idea totalmente errónea de lo que acontece. En consecuencia, sus opiniones sobre la gobernación, sobre la justicia, sobre los partidos... se van tiñendo de la misma parcialidad, de los mismos sesgos que los que caracterizan al diario. Lo mismo sucede con los canales de TV que, progresivamente, van perteneciendo a los mismos amos...

Es fundamental informarse prestando atención también a tendencias reconocidamente contrarias, ver otros canales de TV y escuchar, de vez en cuando al menos, otras emisoras de radio que las "habituales"... Y hablar desapasionadamente, serenamente, de temas controvertidos con amigos de "otros cestos"... Y ver también lo que pasa más allá de nuestro entorno, fuera de España.

Por cuanto antecede, es indispensable tener tiempo para pensar, para reflexionar sobre los distintos temas, para leer y escuchar otras opiniones y expresar después nuestros puntos de vista sin cortapisas, nunca al dictado de otros, nunca condicionados por influencias sectarias, fanáticas, dogmáticas, supremacistas. Sólo así  podremos avanzar hacia el otro mundo posible que anhelamos.

Derecho a una información veraz

miércoles, 16 de enero de 2013

Libertad irrestricta de expresión -la UNESCO, en el Art. 1º de su Constitución, establece la necesidad de garantizar la "libre circulación de las ideas por la palabra y por la imagen"- y derecho a una información veraz. 

Cuando escribe, el periodista puede decir lo que quiera. Cuando describe, debe transmitir con exactitud lo que ha acontecido. Si le proporcionan informaciones, debe contrastarlas, porque si la noticia no es fidedigna, el lector o el oyente recibe descripciones sesgadas o totalmente falsas. 

Insisto hoy en este tema y reivindico este derecho porque con motivo de un vídeo-comunicado a la reciente manifestación en Bilbao sobre el acercamiento de presos, no sólo se ha producido una reacción tan inexacta como furibunda por parte de algunos periodistas (de cuyo nombre y medio de comunicación no quiero acordarme) sino que en las referencias a mi persona no dicen, especialmente en algunos casos, nada que sea cierto. Es pura invención, fruto de la animadversión ideológica y de la obediencia ciega a las consignas recibidas. 

Ni asistí a la manifestación ni, desde luego, declaré una sola palabra en favor de la amnistía. Tampoco apoyo otras reivindicaciones que al parecer se formularon por asistentes a la misma. Quien lo desee puede escuchar el vídeo ( http://www.youtube.com/watch?v=WQvaeg80S4k ) y comprobar que se trata de una tergiversación y manipulación indignas, que han sido rápidamente utilizadas por los fanáticos que piensan que "calumnia, que algo queda". 

Allá con su conciencia. Por mi parte, "¿Ladran?. Cabalgamos". Seguiré trabajando en favor del buen periodismo. Seguiré procurando la necesidad de aplicar los derechos humanos en un contexto genuinamente democrático. Como advirtió Quevedo, "No he de callar, por más que con el dedo silencio avises o amenaces miedo". 

Derecho a una información veraz.

Autenticidad e imparcialidad

lunes, 31 de enero de 2011

El papel del ciberespacio, de las redes sociales y de la telefonía celular en la movilización popular no ha hecho más que empezar.

Es cierto que al igual que permite a todos los ciudadanos expresarse libremente y relacionarse, también el poder puede utilizar la nueva tecnología de la comunicación para controlar, amenazar, disuadir.

El “eco” de las páginas de interlocución e interacción social se agranda cuando los medios audiovisuales o escritos las utilizan como fuente de noticias.

La rebelión pacífica, no presencial, puede ser clave para la “fermentación” de una bien organizada, potente y no violenta acción popular.

En Túnez, mientras las potencias occidentales miraban a otro lado, como de costumbre, ha tenido lugar un movimiento de hondo calado popular, que no podía resistir por más tiempo –precisamente por la mejora de los niveles educativos- la corrupción que empañó al régimen, especialmente por la saga de la actual mujer del Presidente.

La protesta triunfa porque hay causa, porque –en palabras del Preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos- los ciudadanos se ven “compelidos a la rebelión”. Si no hay circunstancias que motivan e impulsan a la reacción, sin esperar un “tsunami” que siempre conlleva sufrimiento y efectos negativos, intentar una respuesta de la sociedad a destiempo puede ser contraproducente y los gobiernos “diana” pueden capitalizar el fracaso a su favor y tomar medidas de regulación, logísticas y de propaganda que pueden dificultar después la capacidad de concienciación y compromiso propios de la libre expresión.

Hay que “indignarse” a tiempo y estar muy atentos para garantizar la eficacia de los medios de comunicación que, en muy pocos años, derrocarán sistemas autoritarios y consolidarán la democracia genuina.

También –insisto en ello*- es imprescindible conocer la veracidad de las informaciones que facilitan Wikileaks y otras fuentes de información. Hay que saber la verdad y toda la verdad, porque resulta sospechoso, por ejemplo, que ninguna filtración se haya referido a Israel y, cuando excepcionalmente lo ha hecho, ha sido para descalificar a los palestinos, ridiculizando sus “ofertas” en el proceso de paz, lo que puede ahondar las diferencias internas…

El Presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, había anunciado que en septiembre de este año, al cumplirse las dos décadas del inicio del proceso de paz con unos interlocutores israelíes que, con la excepción de Yitzhak Rabin, han impedido siempre llegar a buen puerto, declararía –con la anuencia del Presidente Obama- el Estado Palestino. Con las filtraciones ha visto debilitada su posición, aunque la credibilidad de las mismas no ha sido contrastada. Es el periódico “The Guardian” el que ha “seleccionado” estas noticias, "autentificadas" según el rotativo.

Y nos asalta una pregunta: ¿las referencias aludidas no están en Wikileaks o no forman parte de la selección efectuada por los medios de comunicación que las han publicado?

El rigor es exigible. Porque, de otro modo, lo que puede ser un componente esencial del “nuevo comienzo” que anhelamos, podría ser “rentabilizado” por los grandes poderes.

Rigor, verificación: también me ha impresionado la parcialidad de lo que se ha publicado recientemente en la prensa sobre el Informe del Human Rights Watch, particularmente sobre Guantánamo. Se critica duramente a la Unión Europea por su “docilidad” con las dictaduras del mundo (se refieren principalmente a Ben Alí, el depuesto Presiente tunecino). A China se la trata con “cobardía casi universal”… Me gustaría leer que también se condena la mortífera invasión de Gaza en la Operación “Plomo Fundido” de la que, según Wikileaks, el gobierno de Tel Aviv habría informado previamente al líder palestino!

Lo dicho: una vez más, ni son todos lo que están ni están todos los que son. Rigor!

*Ver el blog “Wikileaks, bravo!” del 07.12.2010