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jueves, 2 de enero de 2014

Feliz No Navidad




No sé por qué, pero para mí estas fiestas cada vez tienen menos sentido: ni me creo que llegara ningún salvador, ni veo ese pretendido espíritu navideño por ningún lado, sino más bien un espíritu consumista, ni entiendo que haya que celebrar algo tan arbitrario como la llegada de un nuevo año, hecho meramente periódico y que depende de los astros… Lo único que de verdad tiene sentido son Sus Majestades los Reyes Magos que llegarán dentro de poco a mi casa para hacer las delicias de mis cuatro hijos, que al igual que yo creen firmemente en su existencia, no hay más que verlos subidos en sus burros la noche del día 5 en Linares de la Sierra corriendo por todo el pueblo lanzando los caramelos que colman sus alforjas de esparto. ¡Eso son unos Reyes en condiciones, y no los arrastrados por tractores!

Pero como de lo que se trata, a pesar de lo que quieren vendernos, es de ser felices, quiero desear desde aquí a todos los que aún me leen la mayor felicidad para todos los días de su vida. ¡Feliz No Navidad!

martes, 25 de diciembre de 2012

Christmas Truce



Es Navidad, un año más, el día en que quien es feliz comparte la alegría que le inunda y el infeliz ve amplificada su desdicha. Lo de menos es que haya nacido un Salvador, porque todo aquel que no sea un idólatra sabe que eso nunca sucedió, ni sucederá, y por otra parte no hay nada de lo que tengamos que salvarnos. Lo realmente importante son los buenos deseos, que incluso obraron el milagro de una tregua en Ypres en 1914, con trincheras decoradas a los sones del Stille Nacht. Hace días que mi espíritu se encuentra en la habitación de un hospital donde reposa quien fue una vez mi mejor amigo. Hubo Navidades mejores, y sin duda las habrá. No hay sitio para la queja, ni para el reproche. Seguimos escribiendo, un año más, aunque sea tarde. A veces hay tan poco que decir, y tanto que callar, que es mejor mirar hacia delante hasta que el sueño desvanezca los últimos atisbos de realidad.

sábado, 7 de enero de 2012

Apuntes (149): Permanencia


Que no me miren, que no me hablen, que no me toquen, que me dejen vivir la vida que he elegido, con quienes yo he elegido.

~

Esta mañana, en el sendero de los Molinos, Jaime ha resuelto el dilema entre lo bueno que está el jamón y la pena que da que maten a esos cerditos tan graciosos que ve por el campo. Dice que se les pueden cortar las piernas y sustituirlas por otras de plástico, y así el cerdo sigue vivo y nosotros comemos jamón tan ricamente.

~

Y siguiendo con las anécdotas, Gonzalo quedó muy apenado el día de Año Nuevo al ver que unas velas muy graciosas con forma de angelito habían quedado reducidas a una masa de cera informe. Nada más verlas propuso la solución: bastaría con sacarlas al patio, donde hacía mucho frío, hasta que recuperaran su forma original.

~

Es una experiencia curiosa leer cualquier libro de Azorín y a continuación contemplar su retrato. Parece mentira que el dueño de un rostro tan avinagrado pudiera escribir con tal preciosismo, describir con tanta maestría estampas de la naturaleza, de la armonía del hombre, los caminos, los pueblos y los campos españoles.

~

Si no se escribe con un mínimo de vocación de permanencia, la obra nunca permanecerá.

~

Aunque para lo que hay que permanecer...

viernes, 6 de enero de 2012

Apuntes (148): Caramelazos


No me voy a quejar de los Reyes; por ahora he sido agraciado con mi primera petición: me he levantado fresco como una lechuga. Ni un simple resfriado, aunque no estoy muy seguro de que haya sido lo suficientemente bueno. Veremos...

~

Son muy pocas las actividades sociales del hombre donde los egos no salen a relucir. No el trabajo, desde luego, ni los cócteles y reuniones de todo tipo, ni los clubs y asociaciones (vulgo, sectas). Por eso evito ir a "bolos", soy antisectario, y trabajo porque no tengo más remedio. Y, a pesar de todo, no soy misántropo, mi rotunda falta de misoginia me libra de eso.

~

He leído el prólogo del insigne Ortega y Gasset a la primera edición de las Cartas finlandesas de Ganivet, y me ha parecido un ejercicio de petulancia y erudición insufrible. Hay hombres de letras y filósofos que cimentan su fama en un estilo pretendidamente culto, infiriendo teorías innovadoras hasta en el prólogo de un libro: aquí se habla de lo que es una generación literaria, de trabajos pasados y presentes de Ortega, de por qué ciertos autores se ven abocados a la originalidad... de todo menos del autor y de la obra que se prologa. Increíblemente, no hay una sola referencia a las Cartas finlandesas, y de Ganivet se habla de pasada, para ponerlo como ejemplo (junto con Unamuno, del que se habla más, Bernard Shaw y Barrés) de la tesis presentada. Por mi parte, si a mí me escribieran un prólogo de esas características, por muy Ortega que fuera, lo mandaría a la papelera de reciclaje previo paso por el cuarto de baño.


~

Los niños disfrutaron ayer muchísimo de la cabalgata de Alájar. El único incidente fue la primera andanada de caramelos lanzada por el rey Melchor, que hizo diez o doce dianas en la cabeza del pobre Gonzalo. Me costó hacerle ver que los Reyes eran muy buenos y se habían equivocado, pero no quedó del todo conforme y ha elegido sin dudarlo al rey Baltasar, que le alcanzó los caramelos en la mano.

~

Lo bueno de las cabalgatas en los pueblos es que se tiene enchufe: los Reyes, como son magos, conocen perfectamente a los niños, y claro, como los míos se hacen notar se llevan sus favores, hasta el punto de que volvieron (sus tres primos también ayudaron) con una bolsa de al menos siete kilos de caramelos, a una media de un kilo por barba, que no está nada mal. Lo mejor fue que no quedó un solo caramelo en las calles, a diferencia de la cabalgata de Sevilla, que resulta obscena: no hay nada más deprimente que las calles amanecidas el seis de enero con una alfombra de caramelos pisoteados.

jueves, 5 de enero de 2012

Mi carta a los Reyes Magos


- Salud.


- Un aifon último modelo (el más caro que haiga).

- Un seguro a todo riesgo para mi ridáider.

- El premio Nobel de Física.

. Un Scalextrix de cien metros cuadrados.

- Mil ejemplares de la trilogía Millenium (para disfrutar viéndolos arder en la chimenea).

- Un libro de poemas publicado en papel (eso del ebook es una mariconada).

- Irme a vivir a Alájar.

- Que no vengan más niños.

- Un trébede.

- Aprender alemán por ciencia infusa.

- Un trabajo consistente en llevar un blog a razón de mil euros por entrada, más un plus de cien euros por comentario.

- Y muchas más cosas que ya se me irán ocurriendo, para el año que viene.

miércoles, 4 de enero de 2012

Vísperas



Cuatro de enero: víspera de vísperas de Reyes Magos. Los hombres hemos vivido siempre de las vísperas, porque son éstas las que han alimentado la ilusión; y la ilusión es patrimonio casi exclusivo de los niños, que cuentan los días y las horas que faltan para su cumpleaños o su santo, esperan como agua de mayo las vacaciones, o el día en que harán estación de penitencia para continuar con la tradición heredada de padres y abuelos. Son tan inocentes y, por ello, tan felices, que la promesa más modesta les hace esperar el acontecimiento como si fuera la llegada del Mesías. Después disfrutarán; seguramente, pero la verdadera emoción está siempre en la espera.

Y hablando de espera y de ilusión, nada supera al día en que los Reyes Magos traen sus regalos a todos los niños de España; hasta a los traviesos (malos no los hay), a los que han amenazado con carbón, les traen también juguetes, además de un carbón de caramelo que endulza aún más el día grande. No sé por qué, pero yo no tengo apenas recuerdos de cuando era niño, y sin embargo recuerdo todas y cada una de las noches de Reyes, la emoción al acostarme, lo difícil que resultaba conciliar el sueño y el momento en que los hermanos nos despertábamos unos a otros, más temprano que ningún día, y nos agolpábamos ante la puerta cerrada del salón con los ojos encendidos de emoción.

Traigo hoy un poema escrito hace justamente dos años, en unos momentos de más inspiración que los actuales. Valga para que los mayores también encontremos en estos días nuestro pedacito de ilusión.


Aquellos Reyes Magos de mi infancia
pintaban de emoción las vacaciones
de Navidad, vendían ilusiones
hoy perdidas, envueltas en fragancia
a dulces caramelos, a distancia
lejana, a camellos y turrones
de guirlache, niños dormilones
pasándose la noche en vigilancia.
Los Reyes que ahora vienen van con prisas.
No caben sus juguetes en la casa
y acaban por morir de cualquier modo
llevándose consigo vuestras risas
y haciéndome entender lo que me pasa:
¡Ya no soy niño, y lo he perdido todo!

martes, 3 de enero de 2012

Apuntes (147): Un día por Valverde


Fuimos ayer a ver el belén viviente de Beas, y, aunque no le faltaba un detalle, los "seres vivientes" no estaban a la altura, los angelitos. Eran niños de unos diez o doce años, y no se les veía muy entusiasmados con su papel. La Virgen María estaba peleándose con San José a empujón limpio, y los carpinteros, panaderos, hilanderas y demás población hebrea pasaban el rato lo mejor que podían jugando a las cartas, bromeando o haciendo dibujos en el suelo. Preguntamos a los encargados de la matanza por sus labores y nos respondieron que estaban hartos de contestar siempre a la misma pregunta. A todo esto, un grupo de adultos pasaba repartiendo bolsas de gusanitos a los sufridos niños, que formaban así una estampa de lo más tradicional. En fin, que uno prefiere las figuritas toda la vida, que aportan más veracidad al cuadro belenístico.

~

Y antes de Beas comimos en Valverde con unos amigos. Barbacoa de tres metros de alto con fregadero y encimera incluida, que allí sienten pasión por las barbacoas. Tienen hasta una manera especial de ensartar la carne, en los llamados espetos, muy distintos de los que se usan en Málaga para el pescado. Son unas horquillas largas y afiladas donde se ensartan las piezas de carne muy cerca unas de otras, lo que les da un sabor especial. Por lo visto hay que pedir al carnicero que corte las piezas de una manera determinada, y parece ser que es una costumbre propia únicamente de ese pueblo. Quizás una herencia árabe, como tantas otras que se mantienen vivas milagrosamente.


~

En esta ocasión el protagonismo gastronómico de la reunión no fue la carne a la parrilla, sino un huevo de avestruz que nos habían regalado unos amigos. Ni que decir tiene que el cacharro llamó la atención, con un peso de más de un kilo y una cáscara más dura que un cuerno. El problema vino a la hora de cascarlo: había que olvidarse del método tradicional de chocarlo contra el borde de la sartén (en este caso una paellera). Hubo que recurrir a un cuchillo de grandes dimensiones y, tras varios intentos, se abrió un boquete en el huevo, con la mala fortuna de acertar justo donde estaba la yema, que de este modo se pinchó, destruyendo las esperanzas de conseguir un huevo frito. Tuvimos que conformarnos con una especie de revuelto con un sabor peculiar, bastante bueno, pero no hubo manera de comer ni siquiera la mitad, y eso que éramos once personas.

~

Había allí un señor al que le sorprendió la guerra con cinco años, y a los siete se quedó huérfano de padre y madre. Cuenta de esos tiempos que debía buscarse la vida como fuera, rapiñando en los campos lo poco que había de comer, o enganchándose en los camiones para rajar un saco de grano. No había grifos, ni retretes... dice que no había nada. Y ahora, a los 81 años, tiene muy presente ese recuerdo que a nosotros nos parece una historia remota. La represión en el pueblo fue dura: como él dice, había falangistas que denunciaban a todo el que podían para que vinieran a buscarlo y lo pasearan. Tantas atrocidades, tanta miseria... y tanta abundancia ahora, que se le antojará obscena, como ridícula le debe de resultar la crisis en comparación con aquellos años negros.

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Tiene la sierra algo especial: un silencio lleno del trino de los pájaros y del rumor de los árboles que le hace sentir a uno en armonía, no ya con la naturaleza, sino consigo mismo, porque se forma parte de una comunidad que ha domesticado el medio para nutrirse de él, sin dar el paso siguiente que conduce a la deshumanización.

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Cuatro niños riendo y jugando en el campo: eso es la vida; ahí está su esencia.

domingo, 1 de enero de 2012

Navidades Comme il faut


DECÁLOGO PARA UNAS NAVIDADES DE TODA LA VIDA


1. Tragarse enterito el Concierto de Año Nuevo.

2. Tocar las palmas como un carajote al ritmo de la Marcha Radetzky.

3. Seguir con atención los saltos de esquí desde Garmisch Partenkirchen.

4. Decorar el árbol de Navidad con espumillón y campanitas de colores, y no esa mariconada de las luces led.

5. Llamar al cava champán.

6. Llamar a Baltasar "El rey negrito".

7. El 22 de diciembre, pasar toda la mañana con el soniquete de los niños de San Ildefonso por la radio, nada de televisión.

8. La madrugada de nochebuena no olvidar dejar bien encendido el fuego de la chimenea por si acaso se le ocurre bajar por ella al gordopilo de Papa Noel.

9. Acudir a la cabalgata con la intención de coger kilos y kilos de caramelos, abriéndonos pasos a codazos, y cagándonos en los muertos de la gente que los desprecia y los pisotea.

10. El cinco de enero por la noche, dejar unas tapitas y unas copitas para SSMM los Reyes y un par de cubos de agua para los camellos.

sábado, 31 de diciembre de 2011

Apuntes (146): The last post of the year


Ayer tuve un reencuentro entrañable, inolvidable: después de dos largas semanas de espera durante las cuáles no pude dejar de pensar en él un solo momento, a las ocho de la tarde sonó el timbre de mi casa en Alájar y al abrir, -¡oh maravilla!- me encontré con mi vecino Manolo que portaba en sus brazos el ridáider perdido. Lo cogí con mimo, me lo llevé al corazón y examiné con cuidado todos sus ángulos. El pobre está un poco perjudicado, ha perdido una de sus esquinas, tiene algunos rayones en el marco, pero, lo más importante, funciona como el primer día. Me he prometido a mí mismo no volver a separame de él, tenerlo siempre a la vista y no depositarlo en ningún lugar extraño. Así se lo he dicho, y un pequeño parpadeo en la pantalla me ha hecho ver que me entendía, que comprendía mi angustia y me perdonaba por un descuido tan grave que pudo dar al traste con nuestro matrimonio.

~

Hay días luminosos en que uno cree en la eternidad, y otros oscuros donde esa eternidad también es cierta, pero pesa como un cielo negro hecho de plomo.


~

Estos apuntes se van fabricando con esfuerzo, sin la espontaneidad que tengo escribiendo otras cosas. Me tengo que parar a pensar en lo que escribo, y eso me hace temer que no es honesto, no es real. En cualquier caso aquí están, como un testimonio no sé muy bien de qué, una amalgama entre mi vida, mis recuerdos, mis lecturas y, sobre todo, mis pensamientos cada vez más sofisticados, cada vez más fingidos, cada vez más ciertos.

~

El leño grande de la chimenea aún tiene un rescoldo cuando bajo muy de mañana con el sueño pegado en los ojos, pero ese olor a humo me despierta y me hace sentir vivo, porque es un olor de la naturaleza, y así se han despertado durante milenios los hombres, antes de que se encauzara una energía que fabrica el calor como si fuera un milagro. Un aparato vomitando aire caliente sin que haya detrás nada que lo explique no se puede comparar a un leño ardiendo en el hogar; se nota en la paz que se siente al acercarnos.

~

Y por último, dada la fecha en la que estamos, y a sabiendas de que es una gran mariconada hacer estas cosas por Internet, y una mariconada aún más grande hacerlo en otro idioma, teniendo en cuenta que ésta es mi última entrada del año, en que hemos compartido dichas y desdichas, demonios escondidos, pajas mentales, lágrimas escondidas de risa y de menos risa, canciones, poemas y alguna que otra cornada medio en broma medio en serio, va por ustedes:


Die Andurrialer Blogischer und ich wünschen Ihnen:

"Prosit Neujahr!"

jueves, 29 de diciembre de 2011

Diez mariconadas navideñas


1. Comprar turrón praliné de crema catalana o turrón de coco con arándanos.

2. Felicitar las fiestas con un e-mail dirigido a media España y parte del extranjero.

3. Asegurar a la suegra que se la quiere mucho.

4. Leer Un cuento de Navidad, de Dickens.

5. Creer en Papa Noel con el argumento de que "así los niños tienen más tiempo para jugar".

6. Plantar en el belén a un tío cagando a la vista de San José, la Virgen y el Niño.

7. Comprar un árbol de Navidad en Ikea.

8. Colgar del balcón un gordopilo de barbas blancas vestido de rojo subiendo por una escala.

9. Colgar del balcón una tela roja con un Niño Jesús regordete, que digo yo que lo podían haber sacado más guapo.

10. Mover cielo y tierra para que la niña, que es más fea que un núo, salga en la cabalgata de Estrella de la ilusión.

lunes, 26 de diciembre de 2011

La ilusión no está en crisis


Transcripción fidedigna de la Carta a SSMM los Reyes Magos de mi sobrina Marina, de 6 años:

Queridos Reyes Magos:
Os digo que sigais trayendo jugetes
y regalos porque sino los niños se
desanimaran y se pondran tristes.
Cuidado con la crisis economica
y ahora pasadlo bien y buena suerte
Adios

viernes, 23 de diciembre de 2011

Navidad, Heine y puñados de esperanza



Ich weiß nicht, was soll es bedeuten,
Daß ich so traurig bin,
Ein Märchen aus uralten Zeiten,
Das kommt mir nicht aus dem Sinn.


Yo no entiendo por qué me ha penetrado
esta tristeza que me hiere el alma,
una leyenda de tiempos pasados
que no me deja descansar en calma.

Heinrich Heine: Die Lorelei
El Märchen, el cuento de hadas de estos días, es sin duda la Navidad que se avecina. Una fábula antiquísima, un misterio que se repite año tras año. De nuevo Heine tiene la palabra:
Es ist eine alte Geschichte,
Doch bleibt sie immer neu
.
Es una vieja historia/a la vez siempre nueva. Ahí está el misterio, en ese renacer tan simbólico, año tras año durante milenios. Un mensaje de esperanza y alegría siempre renovado. Incluso los no creyentes como yo intuimos algo especial, como si una bendición cayera sobre la tierra. Recibo felicitaciones de mucha gente que cree en el misterio, y yo no puedo corresponder de corazón, pero las agradezco. Venga, pues, esa tristeza dulce acompañada de unos puñados de esperanza que nos servirán para afrontar con más ánimos el tiempo que queda hasta la próxima Navidad.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

¡Los muertos del éxito!


Ojo al correo electrónico con el que me felicitan las Navidades desde el departamento de Organización de Empresas de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, al que pertenezco:

La Dirección del Departamento y el personal de apoyo administrativo os desean una Feliz Navidad y un 2012 pleno de éxitos.
¡Pleno de éxitos! ¿Pero qué coño significa eso de "éxitos"? ¿No me podían haber deseado paz, felicidad, alegría, si acaso prosperidad? ¿Habrá algo menos navideño que el éxito, más repugnante, más utilitarista, más alienante? A veces me planteo qué leches hago dando clases de empresa, si no creo en lo que enseño. La Economía es otra cosa, es una ciencia abierta, social, emparentada con la Filosofía. En Economía no se habla de éxito, sino de necesidades humanas. Así nos luce el pelo, si el máximo ideal de nuestros jóvenes es el éxito, si los estudios de empresariales son los más buscados porque conducen al éxito. Yo me cago en los muertos del éxito, y pido más humanidad, coño, que se puede salir adelante sin tantos éxitos y tantos sacrificios estériles a la mayor gloria del dios euro.

P.S. Ahí, con dos cojones, dando nombre y apellidos y los centros donde trabajo, que hay demasiadas mariconas sueltas por ahí que les da miedo no vayan a pegarles una patada virtual en el culo. Y es que cuando las cosas se dicen con educación y sin decir palabrotas no hay que temer nada...

viernes, 31 de diciembre de 2010

Tanka de año nuevo

.

Caen los años
como gotas de cielo;
duele la vida.
Añoranza del tiempo,
destellos de ilusión.


¡¡Feliz 2011!!

martes, 28 de diciembre de 2010

Is this the world we created?


Hoy, pocos días después del nacimiento del Niño, toca acordarse de la matanza de tantos otros niños, sucedida haca más de dos mil años pero presente ahora más que nunca. No todo es regocijo, ojalá. Hay mucho de sufrimiento, que sólo lo puede apagar la esperanza. Hemos hecho demasiado daño al mundo, a nuestros hermanos y a nuestros hijos.




Just look at all those hungry mouths we have to feed.
Take a look at all the suffering we breed;
So many lonely faces scattered all around
Searching for what they need

Is this the world we created?
What did we do it for?
Is this the world we invaded
Against the law?
So it seems in the end
Is this what we're all living for today?
The world that we created

You know that every day a helpless child is born
Who needs some loving care inside a happy home.
Somewhere a wealthy man is sitting on his throne
Waiting for life to go by

Is this the world we created?
We made it on our own.
Is this the world we devastated
Right to the bone?
If there's a God in the sky looking down
What can he think of what we've done
To the world that He created?

Sólo mira a todas esas bocas hambrientas que tenemos que alimentar.
Echa un vistazo a todo el sufrimiento que causamos.
Tantos rostros solitarios esparcidos aquí y allá
buscando aquello que necesitan.

¿Es éste el mundo que hemos creado?
¿Para qué lo hicimos?
¿Es éste el mundo que invadimos
en contra de la ley?
Así parece.
¿Para esto estamos viviendo hoy en día?
Éste es el mundo que hemos creado.

Sabes que cada día nace un niño desamparado
que necesita cariño dentro de un hogar feliz.
En algún lugar un hombre rico se sienta en su trono
esperando a que pase la vida.
¿Es éste el mundo que hemos creado?
Lo hicimos nosotros mismos.
¿Es este el mudo que hemos devastado
hasta la médula?
Si es que hay un Dios en el cielo mirando hacia abajo,
¿Qué puede pensar de lo que hemos hecho
al mundo que Él creó?


P.S. Freddy Mercury era una maricona de cojones.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Incorrecciones (I): De maricones y mariconeos


Hoy inauguro etiqueta, donde recogeré todas aquellas palabras, expresiones, situaciones, acciones e incluso omisiones que los ejemplares celtibéricos hemos venido usando durante milenios hasta que de repente, al comenzar el siglo XXI, han sido censuradas, hasta el punto de que quien las usa es señalado como un ser indeseable, indigno de la sociedad avanzada en la que vive. Comenzaré la serie con una palabra castiza, de raigambre antigua y que lamentablemente está cayendo en el olvido: maricón.

De toda la vida un maricón es un homosexual, pero generalmente el término se ha reservado para aquéllos a los que se les veía a legua la "pluma", lo que también se daba en llamar una "loca". Estos sujetos van llamando la atención por donde van, con una enorme variedad de gestos como dejar la mano floja, echar la cabeza hacia atrás para hacer volar los cabellos que no tienen, decir a todo el mundo "guapo" y cosas por el estilo. Los homosexuales que no hacen gala de tal comportamiento son simplemente eso, homosexuales, y es cierto que en tiempos pasados han sido perseguidos y humillados, pero actualmente, salvo excepciones, nadie se mete con ellos, y son ciudadanos tan respetables como el que más.

La palabra "maricón" ha dado lugar a numerosas variantes, como "mariconeo", "marica", "maricona", "amariconado", "mariconazo" y muchas otras, casi siempre de carácter festivo, y que se usan como apelativos para todo tipo de personas. Así, por ejemplo, si yo digo a un amigo mío que es "una pedazo de maricona" es porque me ha ganado una carrera, me ha hecho alguna pequeña jugarreta, ha llegado tarde a una cita o algo por el estilo, pero seguramente mi amigo es tela de machote.

Lo lamentable y sorprendente del caso es que hoy día no se puede usar en público la palabra "maricón" o alguna de sus variantes so pena de ser crucificado por las huestes de lo políticamente correcto, pero si yo, pongo por caso, hablo en una entrevista de un maricón famoso, todo el mundo está legitimado para insultarme y tildarme poco menos que de fascista. Sin embargo, la horrorosa palabra "gay" cuenta con el beneplácito de todo el mundo. Así están las cosas.

Ahora podría decir algo muy socorrido: "yo no tengo nada contra los maricones; incluso tengo muchos amigos que lo son". Pero -¡ay!- tampoco esto me está permitido: muchos, y sobre todo muchas, me saltarían a la yugular, así que... ¡coño, ya lo he dicho! Bueno, para eso tengo un blog, para poder hablar, con todo el respeto del mundo, de maricones, de mariconeo y de lo que haga falta, mientras que no me lo cierren - cruzo los dedos-.

P.S. La foto es cosa de Mr. Google, que a veces tiene mucha guasa.

sábado, 25 de diciembre de 2010

El príncipe de la paz


Dicen que hace un día nació un niño, no un niño cualquiera, ni de nadie, sino de todos nosotros. Dicen que él guiará nuestros pasos, y que alabaremos su nombre. Dicen que ese niño es nuestro Dios, nuestro padre. Dicen que ese niño, entre muchos otros regalos, nos trae la paz.

Yo no sé qué creer, nunca sé qué creer, pero si ése es su regalo, si en verdad es el Príncipe de la Paz, creeré tan fuerte que se me oirá en toda la Tierra.



For unto us a Child is born,
unto us a Son is given,
and the government
shall be upon His shoulder;
and His name shall be called
Wonderful, Counsellor,
the Mighty God,
the Everlasting Father,
the Prince of Peace.

Porque un Niño ha nacido entre nosotros,
un Hijo se nos ha dado,
y llevará sobre sus hombros
nuestro destino;
y aclamaremos Su nombre:
Admirable, Consejero,
el Dios Todopoderoso,
el Padre Eterno,
el Príncipe de la Paz.

jueves, 7 de enero de 2010

¡Valientes Reyes!

Para terminar con esta miniserie dedicada a los Reyes Magos os cuento una anécdota, cómo no, de mi hijo Miguel. Este año, por un triste motivo, no hubo cabalgata en Alájar, pero para que los niños no se quedaran sin ver a los Reyes se organizó el mismo día 6 una entrega de regalos en la iglesia. Allí estaban Sus Majestades, esperando con los brazos abiertos a los niños del pueblo. Todos recibieron su regalo: Jaime, Ignacio, mis sobrinos... hasta el bebé Gonzalo tuvo su muñequito musical. Cuando llegó el turno de Miguel avanzó hacia su rey, que era Gaspar, y le vi departiendo amigablemente con él un ratito. Al volver traía una cara un poco rara. Se acercó a mí y me dijo, en tono misterioso:

- Papá, estos Reyes son de mentira.

Como os podéis imaginar me quedé preocupado: a sus seis años debería creer en los magos a pies juntillas. Entonces le pregunté la razón de esa conclusión, y me dijo:

- Me ha preguntado Gaspar que qué me han traído los Reyes.

¡Malditos impostores...!

miércoles, 6 de enero de 2010

¡Les pillé!

Ayer por la noche hice algo prohibido, que siempre temí desde mi infancia: cuando nos acostamos todos en casa después de volver de la cabalgata de Linares de la Sierra, dejando los zapatitos de siete niños en el salón, me levanté de la cama silenciosamente y, cámara en ristre, me aposté escondido detrás de una columna esperando la visita de Sus Majestades. La foto que obtuve es un documento gráfico impresionante.


¡Los pillé descolgándose por la escalera, los muy tunantes! Siempre me he preguntado cómo demonios entraban en casa, y no sé por qué pensaba que lo hacían por la puerta principal, dejando los camellos abrevando en el umbral. Resulta que no es así, se las arreglan para colarse por el tejado, seguramente por la claraboya (sin premio). Se descuelgan utilizando una escala, dejan los regalos y vuelven a subir, recogiendo la escala y desapareciendo sin que se note nada. Seguramente le pegan un cambiazo a Papá Noel de los camellos por sus renos voladores, al menos por esa noche; aunque el gordopilo se diera cuenta son tres contra uno.

Yo estuve todo el tiempo conteniendo la respiración, con la espalda pegada a la pared, hasta que dejé de oír ruidos. Entonces me asomé al salón a ver el trabajo que habían hecho, y vi esto.


¡Qué eficiencia! En poco más de diez minutos habían dejado el salón de esta guisa. Ojalá tomara ejemplo más de un trabajador que suelo ver por esas zanjas de dios. Y ni os cuento los gritos que han dado esta mañana mis cuatro hijos y tres sobrinos ante tal panorama. Si tuviera que definir la ilusión, diría que es la cara de los niños mientras esperaban arriba a que yo les dejara bajar por la escalera.

martes, 5 de enero de 2010

Reyes Magos encabalgados


Aquellos Reyes Magos de mi infancia
pintaban de emoción las vacaciones
de Navidad, vendían ilusiones
hoy perdidas, envueltas en fragancia

a dulces caramelos, a distancia
lejana, a camellos y turrones
de guirlache, niños dormilones
pasándose la noche en vigilancia.

Los Reyes que ahora vienen van con prisas.
No caben sus juguetes en la casa
y acaban por morir de cualquier modo

llevándose consigo vuestras risas
y haciéndome entender lo que me pasa:

¡Ya no soy niño, y lo he perdido todo!