Sequías y lloviznas
la incógnita de montones de momentos empapados de iras
y de sonrisas,
de pieles que intentan naufragar en un islote acordonado,
desde el que tender un delgado hilo dorado,
y atravesar a la otra orilla a un ser más íntimo,
... a nuestro propio YO.
De los montes brotan caudales de estiajes
que nos hacen padecer la sed de las palabras
...o de los gestos.
La pregunta nos llena de desiertos y le otorga poder
al pensamiento,
que se ocupa de poblarlas.
Entonces, las poesías se hacen danza y la voz se vuelve música.
En giros apasionados me sigues envolviendo
y riegas esta melancólica sequía.
Palabras y desiertos.
/AnA GaLinDo/