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jueves, 21 de agosto de 2025

Las meMorias EscriTas



No se puede escribir sin escuchar el murmullo que viene de muy atrás. 

Hay un punto, invisible pero denso, en el que las palabras se empapan de vida. 

Allí mi mano no manda: obedece. 

Escribir significa abrir una grieta en la piel y dejar que el tiempo se derrame.

En silencio... observando.


Dentro, la memoria no es un archivo ordenado. 

Veo un cuarto cerrado, 

con luz que entra por rendijas, 

con muebles cubiertos de sábanas, 

con olores que el aire ha guardado. 


A veces avanzo a tientas, 

palpando objetos cuyo tacto reconozco 

antes que su nombre. 

Otras, un solo gesto, 

un sonido mínimo, me lanza de golpe 

a un escenario dorado.


La escritura me devuelve todo sin filtrar. 

No distingue lo que amo de lo que  hirió. 

Cada frase,  una excavación: 

   se remueve la tierra, 

      se respira polvo, 

         se encuentran huesos, 

            flores secas, 

               trozos de esferas. 

Deseos intactos que viven sin tiempo.


Nada está forzado.  

Nada es del todo mío. Ni tuyo.

Quizá eso sea escribir: 

permitir que la memoria deje de vivir sin pesos pesados 

y decida convertirse en un lugar donde otros puedan entrar. 


Porque ya todo quedará para siempre, 

... del otro lado de esa puerta.


                                          /AnA GaLinDo/ 

Apoema ]

Ilustración: anKa zhuRavleva .]


 

viernes, 21 de octubre de 2022

Acógeme



Acógeme en el silencio de esta mañana. 
Guarda mis memorias, cultiva mis recuerdos.

Toma mi nombre (el que no pronuncias)
y reúne mis secretos.

Llévalos contigo, mientras andas... 

Despacio, recorre el camino
(hacia adentro).

Y siente
… que la vida nos acompaña.

"Ahora"
ya es
"Siempre"

/AnA GaLinDo/ 

[Fotografía tomadas de Pinterest]


jueves, 24 de marzo de 2022

Despertar. Inercia


Al despertar, somos lo que recordamos. A veces incluso nos lleva unos instantes de espera.

El color de las  sábanas; 
la hora de la madrugada,
el ruido de una moto que pasa.
El lugar del agua sobre la mesa.

O lo que otros recuerdan de nosotros.

Una música susurrante.
Un color de barra de labios.
O alguna que otra silueta sensual.

La memoria tiene curiosos atajos  y, en ocasiones, termina siendo una película que vemos como si fuéramos ávidos espectadores. Cinéfilos de historias ajenas.

Imaginamos finales felices;
enojos salvables; 
distancias sutiles; 
mentiras discretas.

Los recuerdos de lo que fuimos tienen la misma tendencia que la luz, la misma estrategia: intentan siempre ir hacia delante. 
Matizando colores y difuminando tinieblas.

Porque, muchas veces, mirar hacia atrás es querer saber quiénes, realmente, somos Ahora.

O  sorprendernos de quienes creímos ser.

Y entonces despiertas. Para recordar el aroma del café que te espera impaciente y que absorbes en el porche, mirando extasiada lo que ocurre hacia afuera esbozando, sin esfuerzo,  una casi imperceptible sonrisa.


 /AnA GaLinDo/ 

[Ilustración Patrick Gonzales ]


  

viernes, 11 de abril de 2014

No RecuerDo...




e cuesta recordar aquella noche abatida por la ciudad,
cuando hasta la luna se mostraba huidiza por la abstracción de la noche,
cuando hasta los pasos crujían despertando los gritos de las mutiladas losas.

Y no recuerdo, lo siento pero no recuerdo,
cómo la luz asomó tras los cristales de aquella espesa lluvia,
dejando al descubierto un corazón a punto de desmoronarse,
y tu mano me sujetó para no descender a través de aquel agujero negro
que intentaba devorarme antes de que asomara el amanecer.


os tejados plateados, de cubierta rojiza, despidieron entonces un brillo
que me devolvió al caudal de tus ojos, tristes y envolventes,
para que yo no muriera de frío.

Y fue entonces, que yo me puse a bailar hasta ver la luz del sol nacer.

Ahora vago sin memoria, repitiendo entre la niebla, dónde está, que alguien lo busque para mí. Que alguien lo ate para mí, que alguien le diga que lo ando buscando por esta  desoladora y solitaria ciudad.


/AnA GalinDo /

Modelado "Canciones de Libro" Nena Daconte. El Aleph de Borges