NOTA: 100%
Continuamos hipervitaminados y mineralizados to the Max con otro de los debuts definitivos de 2020 y que, desgraciadamente, se quedó fuera de los TOP F***ING 10 de discos internacionales al no llegar a tiempo a mis oídos. El cuarteto sueco de Gothemburg está integrado por cuatro adoradores del Anticristo como símbolo de anarquía, libertad y rebeldía a las normas establecidas pero, en fin, que no es una banda que se toma muy en serio la temática protesta, ellos se dejan llevar liricamente por los preceptos de Anton Lavey como provocación hacia las mentes bien pensantes con una coraza sónica en donde el punk rock'n'roll, el boogie rock, el garage y el blues se dan cita en su ritual de satanic rock'n'roll. Se dice... se comenta... que nuestros protagonistas fueron tentandos por un travieso demonio a través de esta conversación:
'- ¿Qué pasaría si vendemos nuestras almas al Diablo?, dijo Gabriel.
- ¡Y montamos una banda!, agregó Emma.
- ¡Sí!, un buen manojo de huesos agitándose, con letras oscurillas, interpuso Magnus.
- ¡Eso es!, gritó Kenni.
- ¡¡¡Una banda de rock'n'roll con una pasión desmesurada por Lucifer!!!'
¿A alguien no le queda claro todavía que el Rock'N'Roll es la música del Diablo?... ¡reseñemos!...