La banda californiana Cracker venía anoche a Madrid a cerrar su gira española de este pasado mes de noviembre, y cuya primera de las dos fechas en la capital salió esta de ayer, la del día 30, a la que luego se añadió la del día 26, con lo que eso supuso dos cosas, primero que los conciertos finales de gira tienen sabor a despedida pero son especiales (tocaron cuatro temas más que el miércoles), y segundo que todo el merchandising estaba agotado o casi agotado, nada de discos y las camisetas volaron hasta las tallas pequeñas, increíble.
De telonero hizo Tim Easton, un tipo veterano con buen castellano, ataviado con su guitarra y armónica, al que llegué ya empezado su concierto y que amenizó al personal con su particular folk.
Ya desde el inicio, Cracker dejan claro que son otra cosa, otro tipo de grupo, y que juegan en otra liga, en aquella en la que no sólo suenan mejor que nadie, sino que no cometen ni un sólo error en una nota, aparte de repartir temazos uno detrás de otro, sin compasión. Hablamos de un grupo que suena perfecto en temas lentos, interpretados a dos guitarras, en medios tiempos con 5 miembros, en canciones rápidas, etc., y que además saben que tienen un público fiel allá por donde pisan, y Madrid no es una excepción.
En cuanto a Cracker, primero salió a escena David Lowery solo con guitarra acústica a interpretar un tema titulado Plaza de toros, 1967, canción propia de su carrera en solitario de su disco In the shadow of the bull de 2019. Y ya salió la banda entera con la novedad de la inclusión de la violinista de Chicago Gina Forsyth, que con sus culebreos sobre el escenario y su manera de tocar dejó a más de uno ojiplático. Empezaron con Dr. Bernice, aquel tema con el que acababa su primer álbum del que también cayeron St. Cajetan, Teen Angst (What the world needs now), Another song about the rain y Happy birthday to me, de aquel mítico Kerosene hat de 1993 escuchamos Wedding day, Low, Sweet Potato, Loser (versión de Jerry García) y Euro-Trash Girl. De The Golden age sonó Big dipper como primer bis y otra vez David en solitario con la guitarra acústica. Del forever de 2001 sonó como segundo bis One fine day y el California country boy de aquel doble magnífico el Berkeley to Bakersfield de 2014. De la antigua banda de David, Camper Van Beethoven cayeron Take the skinheads bowling y como último bis el Club me sucks. Gina tocó un tema suyo, el Sparrows y en cuanto a las versiones pudimos escuchar el Pictures of Matchstick men de Status Quo y el You ain't goin' nowhere de Bob Dylan.
Un concierto regenerativo de una banda que sigue siendo extraordinaria y que con ese violín sonó más folk que de costumbre.
Os dejo con el tema One fine day tal y como sonó ayer.