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miércoles, 18 de febrero de 2015

The National - High Violet (2010)


The National, en el año 2010, editó la que en su momento se consideró obra magna, definitiva y demás calificativos gloriosos por parte de crítica y público, de la banda de Ohio, hace ya años asentada en Brooklyn, New York. Pero no hay que olvidar que este disco era el sucesor de Boxer, un auténtico puñetazo en la mesa en 2007, y que entre medias, la edición de The Virgina EP, nos dejó saciados a la espera de este artefacto. En el momento de la salida de este disco, muchas voces dijeron que no superaba a Boxer, a día de hoy, cada uno tendrá su pensamiento y su opinión, pero a mi este álbum me parece impresionante, muy redondo, muy bien acabado y quizás falto de un single rompedor que si tenía el anterior trabajo, pero que no le hace falta ya que una de las grandes virtudes de High Violet, es que suena todo muy compacto, todos los tema muy por igual y de muy alto nivel en cada instante.
Con un estilo y sonido completamente consolidado, propio, personal e intransferible, totalmente adulto y de factura impecable, tal vez la banda dio un giro más épico a sus canciones. De lo que no cabe duda y tal vez sea de las cosas más destacables del álbum, es el trabajo extraordinario de Bryan Davendorf a la batería, además de la voz de barítono de Matt Berninger que sigue estremeciendo y emocionando a partes iguales. Hay pocas bandas, que entiendan la melancolía de la manera que lo hace este grupo y para mi gusto, con discos como este, hacen que los adore ya para siempre, además de su manera de transmitirlo, que sobre todo puedes apreciar en sus directos.


Terrible love inicia el disco, una canción espectacular con un increscendo brutal que va de menos a más y estalla con la potente percusión y grandes armonías vocales, una joya para empezar con un aire distorsionado a posta en todo el minutaje. Sorrow es una canción misteriosa y tenebrosa, con ese inicio de las escobillas de la batería y la voz, su aire oscuro en absoluto le resta belleza, típica pieza que va creciendo con cada escucha. Anyone's ghost es una canción donde la sección rítmica se sale, tanto bajo como batería, a la vez que la voz desarrolla la melodía, y ese estribillo pegadizo. Little faith con un inicio ruidoso, nos lleva a una melodía de medio tiempo, otro tema de esos que bordan y que va creciendo con cada escucha. Afraid of everyone es de esos temas que te dejan pasmado, momento álgido y cumbre compositiva, un tema adictivo, misterioso, una inquietante y tenebrosa intro con armonías vocales es la antesala a una canción con ritmo donde una buena y acompasada percusión, guitarra acústica, órgano, teclados, conjunto de vientos y guitarra distorsionada, lo convierten en una maravilla y una delicia para los oídos. Bloodbuzz Ohio es otra joya de la corona, quizás más luminosa y épica, donde batería y guitarra distorsionada acompañan a la tremenda voz de Matt, junto a la melodía que marca el piano y los vientos.
Lemonworld es un tranquilo y oscuro tema, y de, porqué no decirlo, transición preciosa entre partes gloriosas del álbum. Runaway, que en principio iba a llamarse Karamazov (por la novela de los hermanos Karamazov) es una canción lenta, un poco minimalista, pero de una belleza grande, y muy emotiva, con un final glorioso cuando entran los vientos en el estallido final. Coversation 16 crea una atmósfera superior desde el inicio, tema embriagador como pocos, donde la batería se vuelve a salir, y el órgano más las armonías vocales en segundo plano y esas guitarras distorsionadas constantes hacen el resto. England es otra locura de tema, con ese inicio de piano y violín, que nos introducen la melodía, más esa voz descomunal de Matt, una canción que me transporta y me hace viajar, para que la solemnidad y la épica hagan el resto. Vanderlyle Crybaby Geeks cierra el disco, y es una nana, preciosa, donde Matt lo hace casi todo, y se ha convertido en el final de sus conciertos dónde la cantan a pelo con el público.


Un álbum en definitiva imprescindible, ya que si te viene una persona neófita en el grupo y te pregunta porque disco empezar, yo le diría que este sin dudarlo, ya que aquí la banda alcanza su madurez plena, tanto en letras como en composiciones, ya sean más rápidas o más lentas, y desde luego un disco que con las escuchas se convierte en la categoría de obra maestra.

Os dejo con el vídeo de Conversation 16.


sábado, 7 de febrero de 2015

Tame Impala - Innerspeaker (2010)


Mi primer acercamiento a Tame Impala coincidió con mi inicio en el mundo blogero, es decir, a la vez que ponía en marcha todas mis ideas en mis primeros post, escuchaba y leía a compañeros que ya llevaban un tiempo en esto, hablar de esta banda australiana, y sólo oía cosas buenas, pero claro, hasta que no te pones el disco y no lo escuchas entero, no sabes si realmente te gusta tanto como podría parecer a priori. Arriesgué y me lo compré original, cuando todavía no eran muy conocidos, y aluciné en colores, porque simple y llanamente es una joya, pero parida desde la sencillez que es su gran virtud, canciones sencillas arropadas por arreglos algo complejos, eso si, pero que no son abusivos. Un disco, he de admitirlo, que a la primera escucha no es fácil, pero una vez hecho el oído al mismo y el aprendizaje de todo lo que contiene, el disfrute es máximo. Las influencias son claras, Syd Barret y los primeros Pink Floyd psicodélicos, los Beatles del Revolver en adelante y grupos cohetáneos de esa época.
Una clave de el álbum es que no hay ni un sólo tema de relleno, con esa psicodelia a raudales que domina, ritmos acelerados y guitarras que entran en bucles eternos, teniendo como base unas composiciones excelentes. Kevin Parker, oriundo de Perth, es un tipo solitario que por momentos me recuerda a Lennon componiendo, a su lado ácido y más psicodélico. Encima y por si fuera poco, Mr. Parker está a los mandos de la producción. Estamos ante canciones alucinógenas, no necesariamente producto de las drogas, sino producto de la cabeza de un chavalote aussie obsesionado con los sonidos, el espacio y los colores.


It's not mean to be inicia el disco con esa guitarra circular hace que comience el viaje, con los ritmos de la batería y la voz de Parker que te envuelven y te llevan en volandas con esa melodía tan preciosa, pero ya aquí se notan mil detalles (propongo su escucha con cascos) con sus sonidos y ruiditos que están detrás. Desire Be Desire Go con la batería al comienzo da entrada a la voz y las guitarras que rugen y se convierte en otro viaje donde volamos sin falta de LSD, en una maravilla de sonidos modelados y de darle a los pedales (decir que este tema ya venía de un Ep previo de 2008). Alter Ego es una obra maestra en si misma, desde el inicio con esa batería que clava el ritmo, los sonidos modelados, para mi una canción que anuncia a lo que podrían haber llegado los Beatles en su evolución psicodélica, un tema profundamente lennoniano. Lucidity fue el single del disco, pura influencia de los primeros Pink Floyd y aquellos singles (me recuerda mucho a Point me at the sky), maravilla psicodélica y vídeo para la historia. Make up your mind? es otro corte en el que desde el inicio te hipnotiza su ritmo entre la batería y la guitarra, con esos detalles de sonidos y sintetizadores muy llamativos hasta que llega la voz de Kevin a hacerte levitar. Solitude is bliss es otra obra de orfebrería, otro pelotazo, con esos requiebros elípticos de la guitarra del inicio, descomunal melodía y un desarrollo perfecto. Jeremy's storm es una instrumental que recuerda también mucho a aquellos desarrollos largos de Pink Floyd en su primer trabajo, fusión de instrumentos en una amalgama de psicodelia sin fin. Expectations tiene estrofas atmosféricas que dan paso al mensaje directo del estribillo, todo ello adornado con una fanfarria de innumerables recodos psicodélicos. Bold arrow of time es un blues a su estilo, claro está, ritmo machacón al inicio para mezclar con la parte más llevadera (me recuerda como precursora en cierto sentido de Elephant). Runaway, Houses, City, Clouds, se inicia en increscendo, viniendo desde abajo, quizás es el tema menos ameno al oído, con unas secuencias que se van repitiendo y algo difuso en su exposición, y quizás algo largo en minutaje.
Cierra el viaje I don't really mind y te devuelve a la Tierra, después de haber estado por no se sabe dónde flipando en colores, un gran final de disco, con un ritmo tremendo y una gran melodía. 


Una ópera prima descomunal, que tiene la gran virtud de no aburrir, ni de alargar en exceso nada, además de que todos los temas tienen una continuidad estupenda. Un viaje maravilloso del que nunca quieres volver y quedarte por ahí volando...
 
Este texto fue escrito por mi para Exile Subterranean Homesick Magazine, y ahora reposa en mi espacio.
 
Os dejo con el tema Solitude is bliss, tocado en el campo en California en 2010.
 

jueves, 29 de enero de 2015

Neil Young - Le Noise (2010)




Recuerdo que ya antes de que saliese Le Noise a la venta, algunas voces lo criticaban, supongo que a Tío Neil se la pelaba bastante, pero lo que es mejor, para mi era el punto de partida para prestarle aún más atención. En esta vida, con el paso de los años, te vas dando cuenta, que cuando alguien en cualquier manifestación cultural (música, cine, literatura, arte, etc.,) cambia, gira, o simplemente arriesga, hay sectores que exclusivamente por ese hecho, no le van a pasar ni una, pues es ahí dónde uno se interesa con todavía mayor ardor, si cabe.
Después de unos años, donde el músico canadiense, afincado en Estados Unidos, estaba volviendo a coger un ritmo endiablado de composición, y dónde ya algunos discos empezaban a ser más que importantes, llega esta auténtica joya, un serio aspirante a clásico moderno, y como no, otra obra maestra más en su dilatada carrera. Le Noise se convirtió, por derecho propio, en el regreso a la grandeza absoluta del músico más vigente y genial de su generación.
La idea primigenia de la grabación es sencilla, Neil y su guitarra a pelo, como tantas otras veces, tocando temas desnudos, eso no suponía sorpresa, ya que acompañado de su guitarra acústica lo había hecho casi su modo de vida. La novedad es que en este álbum, la quebradiza y encantadora voz de Young está envuelta en guitarras eléctricas saturadas hasta el extremo, con loops obsesivos que aparecen, desaparecen y una sonoridad tipo cueva, que le da ese ambiente extraordinario a todo el conjunto.
Un dato muy importante acerca del título del disco, lo da el productor Daniel Lanois (es un juego de palabras con su apellido) que es igual o tan importante como Neil en el resultado final, ya que este disco no sólo tiene grandes temas, sino que lo importante es "cómo suena". Es un álbum con multitud de detalles, diría que infinitos.





 
Walk with me abre el disco, y es una especie de declaración de intenciones para no llevarte a engaño, como un resumen del álbum, con un primer acorde de guitarra contundente y esos loops y sonoridades que van envolviendo y cerrando el tema, se trata a partir de muy poco, crear un mucho con esos ruiditos. Nada de bajos, ni baterías ni perscusiones, música cruda tocada desde las entrañas.
Sign of love tiene ecos de temas antiguos del propio autor (onda Ragged Glory con Crazy Horse) que no rompe para nada la tremenda coherencia del disco, además de oír aquí la voz del genio completamente sincopada y medio ocultada por los poderosos artefactos electrónicos que maneja Lanois. Someone gonna rescue you es quizás el tema más country del álbum, algo a lo que Young nunca podrá renunciar, ya que viene de allí, pero en este caso embutido en el ambiente de este disco, quedando de lujo. Love and war es una obra maestra en si misma, un tema fronterizo que podría servir de banda sonora a cualquier película del oeste de cualquier época, la manera de cantarla pone los bellos de punta, de esos temas que aúnan grandeza y más grandeza. Angry World se emparenta mucho con el segundo corte y va en la senda de los discos con Crazy Horse, siendo además otra pedazo de canción, con esos guitarrazos eléctricos alternados con esos detalles electrónicos gloriosos. Hitchhiker es un tema muy intenso, del Neil más rockero, ese lado grunge explotado en este disco de manera diferente, sólo centrados en su voz, la guitarra ruidosa y esos efectos que acompañan. Peaceful Valley Boulevard es un tema crepuscular, un oasis dentro del disco, un reposo del guerrero, como si en medio del camino recorrido hiciese una parada para coger fuerzas y rematar el trabajo. Rumblin' cierra el álbum con un comienzo extraño, hasta que aparece la voz de Young que sube los ánimos y nos eleva, esa melódica voz que todo lo puede.



 
Muchos grupos o artistas creen que la sensación de éxtasis eléctrico se consigue a través del ruido por el ruido y el descontrol, esta es la demostración justo de lo contrario, ya que mediante la combinación perfecta de una o dos pistas de guitarra, los detalles electrónicos comandados por el productor y la voz grabada en directo bajo el atronador sonido de dos viejos amplificadores Fender, se consigue la gloria.
En definitiva, Le Noise es un disco extremo, crudo, lleno de mil matices, pero de escucha reposada que te hace levitar en muchos momentos. También admito, que su peculiar enfoque sólo provoca dos cosas, que lo ames o lo odies, yo soy del primer bando.

Esta entrada fue originalmente escrita por mi para Exile Subterranean Homesick Magazine y ahora reposa en mi espacio.

 
Os dejo con el vídeo de Hitchhiker.

 

viernes, 31 de diciembre de 2010

Brian Wilson - Reimagines Gershwin (2010)



Y qué mejor para acabar el año, que este regalo musical, ¿verdad? Estamos sin duda ante uno de los genios del siglo XX, el ex-líder de los Beach Boys, uno de los mejores grupos vocales que han existido, Don Brian Wilson, qué después de sus experiencias de toda clase y condición con las drogas que le volvían paranoico (la marihuana) y el LSD que le dejaba atontado, parace haberlo superado y firma en la actualidad discos como éste, de una extraordinaria calidad.





En este disco podemos encontrar multitud de estilos musicales, desde el pop más agradable, al music hall, a baladas estilo Sinatra (sigue cantando muy bien), alguna bossanova, temas que recuerdan a los Beach Boys, eso es indudable, es sin duda un disco variado en toda la extensión de la palabra.






Y bien, en cuanto a las canciones del disco, empieza con una introducción en forma de armonías vocales, para continuar con The like in I love you, una pieza fantástica de pop atemporal en la que Brian canta de lujo. Summertime es otra joya, una versión con un sentido más jazzístico y casi de music hall. I loves you Porgy es una balada tierna. I Got plenty O' Nuttin' es una instrumental jovial, con instrumentos de viento muy bien alternados. It ain't necessarily so es otro clasicazo de proporciones gigantes dónde Brian por momentos recuerda aquellas armonías vocales de los Beach Boys. 's Wonderful es una bossanova extraordinaria, quien lo diría, pero parece como si fuese hermano de Antonio Carlos Jobim... They can't take that away from me, sin duda es la canción que recuerda con más fuerza a los Beach Boys, una canción suculenta por todos sus recovecos, armonias vocales, piano a tope, y una composición excelsa... y a disfrutar (en una fiesta como esta noche es ideal). En Love is here to stay vuelve el Brian más romanticón casi en plan crooner, a lo Sinatra, con base de jazz. I've got a crush on you es otra melodía donde manda el piano y la voz perfecta. I got Rhythm es una canción que nos recuerda de manera inevitable a los Beach Boys, con sección de vientos mandando, y alegre melodía. Someone to watch over me es otra balada en tono clásico. Nothing but love es quizás la canción más movida y rockerilla del disco donde vuelven a mandar las armonías vocales. El disco se despide con la misma Rapsodia del principio. En fin, espero que disfruteis en este fin de año con este disco espléndido.


Os dejo con The like in love you.


sábado, 25 de diciembre de 2010

Un disco de Navidad. Royal Crown Revue - Don't be a Grinch this Year! (2010)



Bueno, en estas fechas es lo habitual escuchar un disco de Navidad. Aquí os presento el más reciente que tengo, adquirido en el "extraño" concierto del Teatro Lara. He de decir que el disco supera bastante mis expectativas iniciales, ya que este tipo de discos suelen ser bastante lineales, y con las típicas versiones. En este caso, la presencia de Jennifer Keith a la voz acompañando a Eddie Nichols en varias canciones le da un toque sugerente.





El disco nada entre el swing, el jazz, el boggie y  por momentos se sumerge en el rockabilly, y algo de rock and roll de una manera fantástica, con algún campanazo navideño de fondo. La Royal Crown Revue es una big band por momentos y en otros se aleja de ese concepto, aunque sin ser algo que influya de manera excesiva en el resultado final del disco.




En cuanto al disco en si, comienza con una felicitación de la banda en forma de speech en Christmas Greetings, para luego seguir con la canción que da título al disco donde Nichols canta genial, como siempre. En Cool Yule, primera versión, aparece la voz de Jennifer Keith que está acertada. Sigue con Blue Christmas, la versión más rockera sin duda y con un sonido potente. Christmas lights es dulce, delicada con la voz de Jennifer. Take it back la más jazzística. Good King Wenceslas otra versión en plan jazz. El mítico White Christmas (Blanca Navidad) cantada por Jennifer de manera talentosa. Booggie Woogie Santa Claus, versión en tono boogie y Baby it's cold outside emulando duetos míticos del jazz. Otra versión clásica como Little Drumer Boy sirve de momento de gloria al excelso batería y al contrabajista de la banda. El disco acaba con la felicitación navideña de turno en Merry Christmas to all (pieza extraordinaria) y Hey Santa, muy marchosa y rockabilly.
Este es mi regalo de Navidad. Disfrútenlo y Felices Fiestas. 

viernes, 17 de diciembre de 2010

Band of Horses - Infinite Arms (2010)


Permítanme presentarles, el que para mi es uno de los discos de este año, sin duda, que ya agoniza. Y en este rush final descubrí este disco (Gracias amigo Calata, tu siempre con los oidos abiertos). Band of Horses fue creado por Ben Bridwell (guitarra, voz) y Mat Brooke (guitarra) en el 2004 después de que su grupo anterior, Carissa’s Wierd se desintegrara. Este grupo de Seattle (cuna del grunge) comenzó su andadura en el 2005 cuando editaron su debut Limited Edition Tour EP, que se vendió exclusivamente en sus presentaciones en vivo y en el sello dónde apareció.
A partir de ahí el grupo fué creciendo más y más, hizo dos discos muy buenos, hasta editar esta joya, dulce, sosegada, y rebelde por momentos llamada Infinite Arms, que me tiene embelesado.


En cuanto al disco, su primer single fué Compliments, una canción rotunda desde el principio, voces, guitarras y ritmos al unísono. Simplemente una maravilla. Antes, el disco comienza con Factory, una melosa y dulce composición, que cada vez que la oigan quedarán tan atrapodos/as, que se la pondrán una y otra vez (Ecos de Simon & Garfunkel...). Laredo es una obra maestra de canción, rockera, con esas voces maravillosas (Ecos de Wilco, como no), esta canción tampoco podrán dejar de oirla. Blue beard quizás sea la canción más tranquila del disco, un buen contrapunto para lo que viene después. On my way back home, empieza a remontar el vuelo otra vez, como esa ave que recupera la alegría. Infinite Arms es delicada, dulce, apasionada por momentos. En Dilly volvemos a los Band of Horses más rápidos y trepidantes... y a la vez delicados en las voces. Evening kitchen sigue siendo otra canción estilo Simon & Garfunkel, aunque quien lo diría con la pintas que tienen estos hombres (apuntan más al grunge). Older es una canción de estilo country a medio tiempo, espléndida (se me empiezan a acabar los calificativos). For Annabelle tiene quizás el lado más country (Ecos del Neil Young más country). Northwest apartment es rebelde, guerrera, y bella a la vez, recupera esa energía tan necesaria para darle la variedad necesaria al disco. Para acabar Neighbor, una canción dominada por las voces con estruendo guitarrero para finalizar. 
Qué decir, para mi un gran disco (creo que a mis colegas 61 & 49 y Tomás Verlein les encantará, si no lo conocen) y de lo mejorcito de este año. Puede que lo siga rayando durante mucho tiempo.

Os dejo con el vídeo de Laredo.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Black Rebel Motorcycle Club - Beat the devil's Tattoo (2010)


Siento una especial debilidad musical por los trios, y éste es uno de ellos. Se trata de un grupo de San Francisco cuyo rock es oscuro, sureño, sucio en ocasiones, pesado en otras, pero simple, con un lado acústico con harmónicas. Peter Hayes tiene una voz medio salida de la resaca, y eso unido a los riffs de guitarra de Robert Levon Been le conceden un puesto, para mi, muy importante dentro del rock americano actual. Aunque ellos nunca han estado a la moda de nada, su estilo desde que empezaron hace ya más de 10 años no es precisamente comercial.


Después de haber sacado un disco de directo, se esperaba con ganas este nuevo trabajo, y la verdad es que no han decepcionado, sino muy al contrario, han hecho un disco magnífico. Me recuerda por momentos al primero, ya que si que han recuperado mucho de aquel, pero aquí amplian la gama y parece como un Greatest Hits con nuevas canciones, eso si. Quizás es menos folk-rock y más rock-garajero, pero eso no es ningún problema, ya hicieron con Howl su disco de folk-rock.


En cuanto a las canciones, es una colección de buenas, buenísimas canciones. Empieza con la que da título al disco que va de menos a más. Luego para mi están 2 joyas de gran calado como Conscience killer y Bad blood. War machine es de esa clase de canciones pesadas. Sweet feeling recupera aires del folk. Evol es una obra maestra de esas que sólo ellos saben fabricar. Mama taught me better es otro rock trepidante y acelerado. River Styx es una vuelta al lado pesado y más oscuro. En The toll vuelven al lado acústico. De la parte final destacar Shadow's Keeper, suena a clásica canción de ellos. En cuanto a los dos bonus tracks (esta edición contiene 2) me parecen ambos excepcionales, sobre todo Martyr.

Os dejo con el vídeo de Beat the devil's tattoo.

sábado, 4 de diciembre de 2010

The Coral - Butterfly House (2010)



Butterfly House es el título del sexto y último álbum de los ingleses The Coral, quienes regresan con su mezcla habitual de pop colorido y luminoso, folk y psicodelia sesentera con influencia de Beatles o Byrds. El disco ha sido producido por John Leckie (The Stone Roses, The Verve, Radiohead, Pink Floyd) y la verdad es que se nota.


He de decir, que esta banda, y no sé el motivo, no han logrado alcanzar la repercusión mediática de otros grupos de las islas y me parece una auténtica lástima, ya que en cuanto a nivel de composición me parecen un grupo espléndido desde que editaran su primer trabajo homónimo en 2002, y lo han seguido haciendo en sus siguientes discos. De todas formas es evidente que después de varias e intensivas escuchas este disco está a la altura de los mejores (los 2 primeros) y que siguen rayando a gran nivel, en directo, como ya os comenté en la crónica de su concierto.


En cuanto a las canciones, el primer single fué 1000 Years, maravillosa canción de pop con aires folk y unos coros fantásticos. El disco empieza con More than a lover una clásica canción del estilo The Coral facturada como sólo ellos saben y Roving jewel otra joya.
Green is the colour es otra de esas canciones pop estupendas. La canción que da título al álbum es otro de los momentos fuertes del disco, así como She's coming around, más oscura.
Disfruten de él, porque es uno de los mejores discos del año.

Aquí les dejo con el vídeo de 1000 Years.