Me topé con el disco "Super Session" casi por casualidad, al igual que la forma en que se grabó. A primera vista, podría parecer otro experimento de blues-rock de finales de los sesenta, pero en pocos minutos te das cuenta de que es algo completamente distinto. Es crudo pero refinado, suelto pero notablemente coherente, y transmite la energía de tres músicos inquietos atrapados entre dos capítulos de sus carreras. Al seguir escuchándolo, no pude evitar imaginar cómo se sentiría estar en ese estudio, sin un gran plan, solo una sala llena de talento y la cinta rodando. Esa sensación de espontaneidad es lo que hace que valga la pena explorar "Super Session" décadas después. Permitirme recomendar aquí, en este blog de música, este extraordinario álbum.
ALBUM: Super Session
Al escucharlo, me impresionó lo natural que resulta. Para ser un álbum nacido de la espontaneidad y la necesidad, transmite un propósito que muchos discos cuidadosamente planificados no logran. Publicado en julio de 1968 por Columbia Records, esta colaboración entre Al Kooper, Mike Bloomfield y Stephen Stills se erige como uno de los grandes accidentes afortunados del rock. Con el tiempo, su influencia no ha hecho más que crecer, a pesar de que comenzó como una sesión de improvisación sin grandes ambiciones.
Talentos inquietos:
Para 1968, estos tres músicos se encontraban entre proyectos, cada uno buscando el siguiente capítulo en sus carreras. Al Kooper acababa de dejar Blood, Sweat & Tears tras crear su álbum debut. Mike Bloomfield estaba a punto de dejar The Electric Flag. Stephen Stills, que aún no formaba parte de Crosby, Stills & Nash, acababa de salir de Buffalo Springfield. Kooper, ahora trabajando como A&R para Columbia Records, aprovechó la oportunidad para traer a Bloomfield al estudio para un experimento de grabación de dos días.
El objetivo de Kooper era simple: reunir a un grupo de músicos talentosos en una sala y dejarlos improvisar, como los músicos de jazz que admiraba. La idea no era crear un disco pop refinado, sino explorar el blues, el rock y más allá de una forma libre y desestructurada. Además de Kooper en teclados y guitarra y Bloomfield en la guitarra principal, la formación incluía a Barry Goldberg en el teclado, Harvey Brooks en el bajo y "Fast" Eddie Hoh en la batería.
Lo que siguió fue una serie de actuaciones inspiradas que trascendieron su modesto presupuesto de 13.000 US$ y su limitada preparación.
Blues en pleno apogeo:
La primera mitad (cara A) de Super Session pertenece a Bloomfield y es una obra maestra de la guitarra eléctrica de blues. El tema inicial, "Albert’s Shuffle", marca el tono con un ritmo relajado, mientras el fraseo fluido de Bloomfield se entrelaza con el órgano Hammond de Kooper. Hay una química orgánica que se siente casi telepática. En "His Holy Modal Majesty", una excursión modal de nueve minutos que rinde homenaje a John Coltrane, Bloomfield se adentra en el territorio del jazz, mientras que el uso experimental de la ondulina por parte de Kooper le da a la pieza una atmósfera psicodélica con tintes orientales.
Otros temas como "Stop" (una canción de Jerry Ragovoy) y "Man’s Temptation" de Curtis Mayfield muestran la versatilidad de Bloomfield, cuya versatilidad blues se expande para dar cabida a texturas más funky y conmovedoras. Estos cortes revelan por qué la revista Rolling Stone lo incluyó posteriormente entre los mejores guitarristas de todos los tiempos. La forma de tocar de Bloomfield es a la vez sofisticada y cruda, un equilibrio inusual que pocos han logrado desde entonces.
Video del tema "Stop":
Pero entonces, de repente, Bloomfield se fue. Acosado por el insomnio y quizás por su propia confusión interna, dejó una nota y regresó a San Francisco, dejando a Kooper con medio álbum y otro día de estudio por delante.
Entra Stephen Stills:
En lo que podría haber sido un desastre, Kooper cambió de rumbo rápidamente. Llamó a todos los guitarristas que conocía en la Costa Oeste, desde Jerry Garcia hasta Randy California, y fue Stephen Stills quien respondió. Stills se encontraba en un momento de transición, y su llegada cambió por completo la atmósfera del proyecto. Donde Bloomfield había aportado el alma del blues de Chicago, Stills aportó una sensibilidad de la Costa Oeste, con toques de folk-rock y psicodelia.
Su versión de "It Takes a Lot to Laugh, It Takes a Train to Cry" de Bob Dylan es brillante y desenfadada, con un aire casi country-rock. Sin embargo, lo más destacado es la extensa versión de "Season of the Witch" de Donovan. Durante once minutos, la guitarra de Stills, impregnada de wah-wah, lleva a la banda a una improvisación hipnótica y vibrante que se siente a la vez urgente y pausada. Es una de esas raras grabaciones donde se percibe a los músicos impulsándose mutuamente, retroalimentándose mutuamente.
Otros momentos destacados de la Cara B incluyen un interludio jazzístico en "Harvey’s Tune", compuesta por el bajista Harvey Brooks, y una versión salvaje y distorsionada de "You Don’t Love Me", donde Stills se desata con una interpretación sorprendentemente feroz. Sus contribuciones le dan a Super Session un nuevo aire, asegurando que el álbum nunca se sienta incompleto a pesar de la marcha de Bloomfield.
Un modelo para la improvisación de rock:
En el momento de su lanzamiento, Super Session alcanzó el puesto número 12 en el Billboard 200 y rápidamente se convirtió en disco de oro. Sin embargo, más importante que su éxito comercial fue la puerta que abrió a los músicos de rock para experimentar. La visión de Kooper de reunir músicos para una improvisación única se acercaba más al jazz que a las rígidas estructuras del rock de la época. Sin quererlo, el álbum presagió el auge de "supergrupos" como Blind Faith y Crosby, Stills & Nash y marcó el camino hacia las improvisaciones extensas de bandas como Grateful Dead y Allman Brothers.
Al escucharlo hoy, sigue siendo notable su frescura. Las interpretaciones son sueltas pero nunca descuidadas, aventureras pero siempre arraigadas al ritmo. E incluso las peculiaridades, como las inusuales texturas de Kooper o Bloomfield sumergiendo su pie en un cuenco de cristal durante la sesión, no hacen más que acrecentar el encanto original del álbum.
Por qué deberías escucharlo:
Super Session no es solo una curiosidad histórica. Es un álbum que invita a la escucha atenta, tanto si te atrae la maestría blues de Bloomfield como las florituras psicodélicas de Stills. Captura un momento en el que los músicos de rock no temían arriesgarse, salir de su zona de confort y dejarse llevar por la música.
Si te encanta descubrir discos que transmiten vida, que te transportan a la sala con los músicos, este es uno para disfrutar. No es frecuente que la música creada de forma tan casual, incluso caótica, suene tan vital décadas después.
Disco recomendado
Para los amantes del blues, el rock y el arte de la improvisación, Super Session sigue siendo una escucha imprescindible. Es una instantánea de tres músicos brillantes que se encuentran en una encrucijada de sus carreras y crean algo más que la suma de sus partes. Escúchalo y déjate sorprender por cómo una "buena idea en su momento" puede seguir resonando tantos años después. ¡Un gran álbum, muy recomendable!
Video del tema "Season of the Witch":
Tracklist (LP original):
Cara A:
1. "Albert's Shuffle" Al Kooper, Mike Bloomfield 6:43
2. "Stop" Jerry Ragovoy, Mort Shuman 4:23
3. "Man's Temptation" Curtis Mayfield 3:25
4. "His Holy Modal Majesty" Kooper, Bloomfield 9:13
5. "Really" Kooper, Bloomfield 5:29
Cara B:
1. "It Takes a Lot to Laugh, It Takes a Train to Cry" Bob Dylan 3:30
2. "Season of the Witch" Donovan Leitch 11:07
3. "You Don't Love Me" Willie Cobbs 4:12
4. "Harvey's Tune" Harvey Brooks 2:09
Miembros:
- Al Kooper – voz, piano, órgano Hammond, Ondioline, guitarra eléctrica, guitarra de doce cuerdas
- Mike Bloomfield – guitarra eléctrica en la cara uno, reedición de las pistas 10, 12 y 13
- Stephen Stills – guitarra eléctrica en la cara dos, reedición de la pista 11
- Barry Goldberg – piano eléctrico en "Albert's Shuffle" y "Stop"
- Harvey Brooks – bajo
- Eddie Hoh – batería, percusión