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miércoles, 12 de julio de 2017

Radiohead - Hail to the thief (2003)


En el año 2002 Radiohead, la banda de Oxford, se encuentran grabando los temas de su próximo disco, después de esa doble tacada que componían Kid A y Amnesiac, ambos procedentes de las mismas sesiones de grabación, y que supusieron un cambio enorme en el estilo del grupo y pasarse a la electrónica de manera importante, aunque si se veían los conciertos de la gira, los temas en vivo sonaban más rockeros. Según ellos mismos recuerdan, las sesiones de grabación fueron cómodas y plácidas, pero en su afán por ser siempre distintos, en su gira de verano de 2002, iban interpretando canciones que estaban grabando para lo que sería Hail to the thief, y dependiendo de la reacción de los fans irían decantándose por la inclusión de unas canciones u otras en el disco. Recuerdo verles en el FIB 2002 en un concierto memorable que conservo, y en el que interpretaron dos temas que luego acabaron en el álbum, A Punch up at the wedding y la que sería primer single There There y que acabó de forma atronadora aquel show.
Aquí, digamos que vuelven a una estructura más convencional de los temas, dejan la electrónica como base, aunque la tienen muy presente en adornos y efectos raros que completan muchos temas. Por otro lado es un disco que al oírlo parece caótico, desordenado y por momentos esquizofrénico (hay momentos de alguna rayada), pero también tramos melódicos maravillosos y piezas para enmarcar. Quizás el ambiente relajado de las sesiones que invitaba al jugueteo y a dejar volar la creatividad, hizo que se incluyeran muchas canciones y sea el disco más largo del grupo, llegando casi a la hora. El caso es que el productor Nigel Godrich, habitual con ellos, discutía con la banda sobra tal circunstancia ante las quejas de los músicos (Yorke publicó años después un tracklist alternativo que dejaba cuatro temas fuera), en ese sentido sería como su White album con alguna pieza descartable. Pero hablamos de un grupo que hasta entonces estaban en una cima muy alta, y bajar un escalón parecía una hecatombe. Nada más lejos de la realidad, se trata de un enorme trabajo, variado, opresivo y oscuro, pero muy rockero por momentos. En cuanto a las letras, era inevitable la influencia por aquel entonces de la guerra contra el terrorismo que dirigía George W. Bush, y eso quedó reflejado, pero Yorke siempre quiso dejar claro que no era un disco político, de hecho incluso hay pasajes de la Divina Comedia de Dante en el álbum.


2+2=5 empieza con el enchufe de una guitarra a un amplificador, signo que denotaba la vuelta al rock de los ingleses, para luego desarrollar una melodía adictiva con ritmo sincopado hasta que se desata la furia, extraordinario comienzo. Sit down. Stand up comienza con sonidos electrónicos simples, pero donde crean un clima oscuro, que se va retorciendo acumulando tensión, hasta que todo estalla en un boom electrónico final glorioso y algo alocado. Sail to the moon con el piano y la guitarra es una melodía tranquila y envolvente que te conquista con su tremenda delicadeza. Backdrifts vuelve a la onda oscura y electrónica, con vuelta a cambiar el registro, aunque aquí la melodía sincopada tiene aires de rock industrial por momentos, quizás un tema algo menor. Pero llega Go to sleep y el tono sube, de aire acústico desde su inicio, con la voz de Yorke brutal y que se va tornando rockero a medida que avanza y donde las guitarras se van adueñando de la canción hasta los punteos finales que ponen los pelos de punta. Where I end and you begin es un tema premonitorio de lo que sería el primer disco de Thom Yorke en solitario (The Eraser), y que a mi me gusta con su tremenda línea de bajo de Colin Greenwood y esa batería descomunal de Phil Selway, a lo que se va añadiendo las guitarras, cuya tensión va en aumento y que termina avasallando, temazo. We suck young blood es una balada de piano diría espeluznante, acompañada de palmas (no flamencas) y algo inquietantes y donde Thom canta en un tono agudo brutal, desatando demonios como le gusta, y tremenda la aceleración instrumental en medio del tema.
The Gloaming es quizás la pieza más rara y difícil del disco, con efectos de videojuegos, pero la salva la voz de Yorke que parece que sale de una cueva para dar luz, asombrosa la mezcla de esos sonidos electrónicos con las cuerdas vocales. Y llega un momento cumbre del álbum, There There, palabras mayores, un tema colosal que se inicia con los tambores, las guitarras, la batería de onda tribal, hasta que entra la voz de Mr. Yorke que es simple y llanamente abrumadora, y el avance de la melodía es brutal acabando de manera rockera genial (la primera vez que escuché este tema en vivo en 2002 se me puso el bello erizado, no digo más). Y después de fliparlo llega I will que en dos minutos se eleva a la gloria absoluta, se trata de un pieza con arpegios de guitarra y donde la voz increíble (otra vez) de Thom es ahora muy grave y doblada a si mismo con un sublime falsete que es gloria bendita, casi de aires eclesiásticos, dulzura y tristeza en la misma tonada. A punchup at the weeding tiene un ritmo de bajo y piano muy adictivo, con aires jazz y funky, una antológica canción que tiene nervio contenido leches, vuelven a inventar la rueda. Myxomatosis es la bizarrada del disco (por la letra del gato que contrae una enfermedad de transmisión sexual) pero musicalmente con ese riff penetrante de sintetizador (que sustituye a lo normal que sería una guitarra) desde el inicio es muy rockera en su concepto y como no, oscura. Scatterbrain tiene una preciosa melodía comandada por guitarras y que es el preludio de lo que vendrá más adelante en In Rainbows. A wolf at the door remata el álbum con esa especie de clavicordio, el ritmo de la batería y ese fraseo rapero de Yorke, que se vuelve melodía agradable en la mitad, para luego volver a la oscuridad.


En definitiva hablamos de un muy buen disco, que sólo tiene un problema, y es que antes hay obras maestras incontestables, pero ya quisieran muchas bandas parir un disco así de bueno, es la cuestión de estar siempre o casi siempre en la excelencia.

Os dejo con el tema Sit Down. Stand up.

miércoles, 6 de mayo de 2015

The White Stripes - Elephant (2003)


The White Stripes en el año 2003 editan su cuarto trabajo. Venían de tres discos con mucho acento blues y de claras influencias por ese estilo musical. Y aquí abren la paleta a más estilos, sin perder esa esencia bluesera y realizarán singles que les convertirán en grupo de referencia por aquel entonces. Su pureza en cuanto a estilo les provocaba limitaciones, pero estamos ante una banda muy notable que con su combinación perfecta de sonido auténtico, imagen y actitud hacía gala de un empaque como pocas bandas han tenido en los últimos años, quizás sólo los Black Keys se les pueda comparar, de hecho hay muchas similitudes entre ambas formaciones.
Este álbum fue grabado con Liam Watson en los estudios Toe Rag en Londres, con un equipo analógico de ocho pistas, y los temas se compusieron y se grabaron en diez días. Las copias previas de Elephant que se distribuyeron entre los periodistas sólo existieron en formato vinilo, en declaraciones del grupo: "Queríamos que sólo nos entrevistara gente que tuviese tocadiscos". Costó poco hacer el álbum, y los réditos fueron extraordinarios, exitoso en ventas a rabiar. Lo mejor de este disco es que se escucha del tirón, hay canciones extraordinarias mezcladas con alguna que otra memorable versión.



Seven Nation Army comienza el trabajo con esa guitarra con efecto que hace de bajo en el inicio de la canción (y que ha servido con el tiempo para ser un himno coreado hasta en estadios desde este inicio del tema) acompañado del pedal de la batería y la voz, que además y por si fuera poco tiene subidas y bajadas tremendas, un auténtico hit que revienta pistas a día de hoy todavía con ese derroche guitarrero. Black math es un auténtico fogonazo garajero, donde voz, ritmo y la mezcla de batería y guitarra alcanza cotas estupendas. There's no home for you here tiene multitud de voces dobladas alcanzando momentos gospelianos, que contiene también subidas y bajadas bien controladas. I just don't know what to do with myself es la versión del disco, de Burt Bacharach, una maravilla absoluta, interpretada de manera majestuosa, sobre todo por Jack que está espléndido. In the cold, cold night está cantada por Meg White (esposa de Jack, ya divorciados en ese momento), su momento de gloria que no hace nada mal. I want to be the boy to warm your mother's heart es una delicia compositiva, puro Jack, armonía y melodía sublimes con su preciosa voz destilando clase hasta que entra el ritmo, con un piano preciso e ironía en la letra. You've got her in your pocket es una canción más bien acústica, desnuda, muy de cantautor, excelente tema sin sección rítmica. Ball and biscuit es el blues largo del álbum, una exhibición de hard blues a la altura de algunos temas de Led Zeppelin (influencia siempre presente). The hardest button to button es otro hit, muy dinámico que comienza también con ese falso bajo a partir de los efectos de la guitarra de Mr.White, además de unos cambios de ritmo alucinantes. Little Acorns es el otro hard blues, este con añadido de voces y piano al inicio. Hypnotize es el tema más corto del disco, un pildorazo garajero de buen ritmo y destacable acabado. The air near my fingers vuelve a una composición notable con melodía y sentimiento, además de esa manera de cantar de Jack que embelesa. Girl, you have no faith in medicine vuelve a un ritmo garajero absoluto y contundente, con un gran despliegue instrumental inconmensurable. Well It's true that we love one another finaliza la joya en tono stoniano del 68, con un blues latente de fondo, donde Holly Golightly colabora, un dueto guasón en el que Jack y Holly se confiesan su mutuo cariño.



En resumen un enorme disco, que ya en su día causó sensación, pero que 12 años después me sigue pareciendo extraordinario, especial y emotivo, que me sigue haciendo saltar y sentir emociones a día de hoy.

Os dejo con el vídeo de The Hardest Button To Button  a cargo de Michel Gondry, una de las piezas visuales más maravillosas de esta década.


jueves, 5 de febrero de 2015

Ocean Colour Scene - North Atlantic Drift (2003)


En el año 2003, Ocean Colour Scene, la banda de Birmingham, edita North Atlantic Drift, un disco enorme y poco conocido por el público en general. Muchos son los fans que consideran que lo mejor del grupo está en sus discos de la parte final los años 90, y como mucho llegan a Mechanical wonder (otra maravilla), cuando aquí tuvieron una evolución fantástica. Las referencias o influencias del mismo no dejan de ser inevitables, por un lado Beatles, Who o SmallFaces, y por otro el siempre omnipresente Paul Weller (padrino de la banda en su momento). El álbum denota a un grupo que va cogiendo ese punto de madurez, bastante importante a la hora de encajar, cuadrar y rematar composiciones, que desde luego en esta trabajo están a un nivel impresionante. La riqueza instrumental, el sonido potente, y toda la gama de temas, desde más rockeros, hasta las baladas, pasando por el folk (con la colaboración de Linda Thompson) le dan al trabajo un gran empaque.
La formación es la misma que en sus primeros trabajos, es decir, Simon Fowler a la voz y guitarra acústica, Steve Cradock a la guitarra solista, piano y hammond, Damon Minchella al bajo y Oscar Harrison a las baquetas, un batería de un nivel fuera de serie. Decir que este fue el último disco que grabó con la banda su bajista original, Damon, que poco después abandonó el grupo.
Por otro lado, el título del disco (La deriva del Atlántico Norte) hace referencia al comentario político sobre el imperialismo cultural de Estados Unidos y su apoyo incondicional por parte del gobierno del Reino Unido, en concreto ante la inminente invasión estadounidense de Irak, que fue rechazada por la mayoría de la opinión pública británica.






Comienza el disco con I just need myself, un tema rockero, de mucha fuerza con la guitarra de Steve muy presente junto a la sección rítmica, que Simon además canta de lujo imprimiendo su sello característico. Oh Collector es una tremenda canción, que empieza tranquila con la voz de Fowler y leves percusiones para que luego entre la banda a saco y despliegue una melodía hermosísima, tremendo medio tiempo con cambios de ritmo bestiales. North Atlantic Drift, tema que da título al disco, es una preciosa balada dónde Steve a la guitarra solista se sale y con una letra dónde ponen el dedo en la llaga, llamando diablo a George W.Bush (Y donde el Éufrates se une con los otros ríos, Ahora es el hogar del diablo y el mentiroso, Y la pira que va a hacer) mientras suena una melodía grandiosa. Golden Gate bridge, como su título indica, habla del puente de Golden Gate, como metáfora para saber si se puede seguir confiando, mientras la música coge fuerza en un tema hermoso, con la voz de Simon brutal y un estribillo pegadizo.
Make the deal es un excelente tema con influencias de Phil Spector y los Beach Boys, sobre un comienzo vocal con piano que sirve de introducción, nos metemos en una preciosa melodía y en el terreno pop, con arreglos de cuerda muy adecuados. For every corner es otra delicia compositiva que Mr. Fowler vuelve a cantar como los ángeles, hasta que vienen guitarra y sección rítmica para elevar el tema de manera brutal con el estribillo, un gran tema con cambios de ritmo buenísimos. On my way vuelve al rock con ese riff de guitarra inicial que nos introduce en el ritmo rápido y vertiginoso de la canción, además de desplegar una melodía realmente buena. Second hand car es un tema acústico, en tono folkie delicioso, que tiene un estribillo precioso y muy marcado, que amplía la gama de estilos del álbum de manera magistral, tremendo temazo. She's been writing es un tema tributo a Sandy Denny de Fairport Covention, dónde cuenta con la colaboración de Linda Thompson vocalmente, un tema lento en tono folk-country de una belleza exquisita. The song goes on empieza con guitarra acústica, hasta la entrada de la batería y bajo, para desarrollar otra melodía brillante con un estribillo delicioso, otro buen tema. When evil comes cierra el disco, el tema más largo, cuya letra incide en que el diablo viene, y lo hace desde el otro lado del charco, con un inicio lento y la voz del cantante para luego en un increscendo adecuado, entrar todos los instrumentos, gran final.





En resumen, un disco que para mi es fabuloso, de lo mejorcito de su discografía (hay donde elegir) pero del que poco se habla cuando se refiere al grupo, y que aún así, para la propia banda es fundamental, de hecho posteriormente editaron un directo acústico que llevaba el título de uno de los temas de este trabajo.

Os dejo con el single I just need myself.

sábado, 16 de abril de 2011

Yeah Yeah Yeahs - Fever to tell (2003)




Yeah Yeah Yeahs es una banda neoyorkina que practica un rock crudo alternado con garaje y punk. Este trio está compuesto por Karen O, cantante y pianista, el guitarrista y teclista Nick Zinner y el batería Brian Chase. La voz de Karen destaca entre gritos, melancolía, chillidos y aullidos, además de incorporar sonidos sintéticos y de samplers.







A parte de este disco tienen dos más y un par de EP's, y en todos ellos las influencias en la cantante que provienen claramente de PJ Harvey, de la primera Patti Smith, pero también de Debbie Harry y sus Blondie más rockeritos, teniendo fuerza y empaque en sus tonos vocales, pero con un estilo muy marcado. Os recuerdo mi devoción por los trios, he aquí otro.







Este disco en concreto comienza con Rich, una pieza de rock-punk con toques siderales al principio, y un ritmo de guitarra y batería muy potente. Date with the night es una pieza de ritmo muy rockero, con arrebatos de distorsión y una batería muy presente, la guitarra va y viene. Man es un corto tema donde ritmos y fuerza son descomunales. Tick es otra pieza corta y acelerada de gran impacto, con batería y guitarra muy presentes, además de la voz de Karen sumergida entre ellos. Black Tongue (Serpiente negra, para aquellos extraviados del lenguaje) es una pieza en la que Karen O destaca de manera tremenda con su voz, chillidos, grititos y demás (seguro que le asustaba la serpiente). Pin tiene un ritmo gracioso al principio, que varía a ráfagas distorsionadas, estilo Sonic Youth (gran influencia del grupo, como no) y un ritmo potente. Cold light bebe del rock más clásico, con contínuos trozos de distorsión entrelazados, me recuerdan a los Led Zeppelin cuando se ponían pesados... No no no es quizás la canción más elaborada del disco con un principio casi de balada que se va encolerizando poco a poco, con riffs distorsionados de guitarra y sólos de batería en la parte final. Maps fué la canción que más sobresalió del disco en su momento, además de single y que tiene un ritmo de batería (me recuerda a los Pixies) que empieza abriendo la melodía a la entrada de voz y guitarra con punteos curiosos. Y control es un tema de sonidos raros y sincopados al principio, que siguen a lo largo de la canción, es un tema a medio tiempo al estilo Yeah Yeah Yeahs, un gran tema. Modern romance cierra el disco, el tema más diferente del mismo y la vez el más pausado y lisérgico. Luego, después de un espacio de silencio hay un tema oculto, casi de toma desechada.







Os dejo con el vídeo de Maps, que espero os guste.




domingo, 16 de enero de 2011

Ryan Adams - Rock 'N' Roll (2003)



Bien, y ahora toca un disco de rock and roll, y el elegido es Ryan Adams. Este músico nacido en Jacksonville, Carolina del Norte, en 1974, es uno de los más prolíficos de los últimos 10 años.
Comenzó su carrera en solitario con el disco Heartbreaker del año 2000, pero fué con Gold con el que, en 2001 se dió a conocer mundialmente. Desde entonces 11 discos en 8 años, desde 2005 unido a los Cardinals.


Decir que en este disco colabora su amigo Billie Joe Armstrong, el líder de Green Day, haciendo coros y segundas voces. En cuanto al disco en si, es puro rock and roll, como su título, a mi personalmente me parece el más completo suyo en cuanto a composición. Empieza con This is it, donde guitarras y voz mandan claramente. Shallow sigue por los mismos derroteros, teniendo la base clásica bien asentada. 1974, dedicada al año en que nació él mismo, es una descarga brutal de un estilo de rock americano sin concesiones. Wish you were here tiene algún toque más country rock. So alive es una canción pop-rock francamente buena (que versionó Xoel López con Deluxe) y de grandes momentos vocales. En Luminol volvemos al rock más desgarrado, dominante en el disco. Burning Photographs más a medio tiempo, da un buen contratiempo al album. She's lost total control recupera el aire rockero y desenfadado. Note to self: Don't die vuelve el lado más duro y fuerte del disco. Curiosamente la canción que da título al album es la más tranquila con diferencia, una canción lenta y corta. Anybody wanna take me home es la balada con mayúsculas de el disco, pedazo de canción que volvería a reinterpretar en su disco siguiente Love is hell. Do Miss America vuelve al rock sin aditivos. Boys es más powerpop, pero sin perder la calidad. The drugs not working es otra pieza de puro rock and roll con buenos coros. Por último, en ésta que es la versión inglesa del disco, hay una canción extra Hypnotixed, que no desentona para nada en el tono general del disco.


Os dejo con el vídeo de So Alive. Disfrutad.