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Tuesday, March 19, 2013

El público se queja de medios con menos calidad


La crisis ha dejado a muchos medios con redacciones reducidas y menos recursos para la información. La audiencia lo sabe y se queja. El problema del periodismo es la calidad, no la cantidad. Una batalla en la que muchos llevamos muchos años y que el público más fiel no se cansa de repetir. La crisis no es excusa para sacrificar la calidad.
La cantidad es esencial. Los diarios y revistas gordos siempre han atraído al público y el negocio digital demanda cantidad de información tanto para mantener la errática y esquiva atención de la audiencia como para rentabilizar el bajo CPM de la publicidad. La presión de la cantidad acaba deteriorando el valor de la calidad, un problema en el que anida gran parte de las dificultades para rentabilizar la información y los medios digitales.
La audiencia quiere calidad. Una encuesta del State of the News Media 2013 indica que casi dos tercios (60.7%) de los norteamericanos que han abandonado los medios informativos (diarios y televisión, sobre todo) lo hacen por la pérdida de calidad de la información. Sólo menos de una cuarta parte (23,5%) se quejan de la reducción de noticias y de páginas en los diarios o tiempo de emisión en los telediarios.
Cuando se pregunta a toda la audiencia, la diferencia entre la importancia de la calidad y la cantidad se mantiene: un 48% del público se queja de información poco completa frente a un 31% que se fija más en la reducción de noticias.

Cuatro factores se consolidan entre los más importantes para el público de la información: la calidad, el atractivo, la adecuación a sus intereses e ideas, y la oportunidad, en tiempo y forma de consumo.
La percepción de la calidad depende mucho de cada producto y su orientación al público y el mercado, pero algunas característica sirven para el compromiso informativo: veracidad, rigor, precisión, credibilidad, completitud.
Criterios objetivos a los que se suman los subjetivos: utilidad, cercanía, comodidad, contextualización, selección, personalización, interactividad. Cada vez más importantes por el crecimiento de la adecuación y personalización de la información y la oportunidad o adaptación a el momento, la plataforma y dispositivo de consumo.
Esas dos últimas características crecen extraordinariamente gracias a los móviles y tabletas, donde los contenidos se hacen móviles y más útiles que nunca, por lo que los medios están obligados a ser contextuales: adaptados a la forma, momento y dispositivo de consumo.

Hacer mejor y más oportuno con menos. Es uno de los ejes de la mejor estrategia periodística de siempre, renacida con la crisis y la necesidad de diferenciarse en el inabarcable ciberespacio.
Cualquier medio debe decidir entre el periodismo cuantitativo o el de calidad. Sólo unos pocos grandes medios pueden aspirar a los dos.
El gran problema de la mayoría de los medios convencionales está en ser diferenciales, únicos y de valor para su público. En el mercado digital a esas características se une la escalabilidad de la información y los contenidos, tradicionalmente muy escasa.
Escalabilidad es el término usado en informática y sistemas para responder a un aumento de la demanda sin obligar a otros procesos o a un cambio estructural de los recursos. La capacidad de crecer y responder a las necesidades sin fracasar y adaptándose a las necesidades de la demanda, como la infraestructura de servidores, en la nube o el poder de los algoritmos para responder a nuevas necesidades.
El periodismo es parco en escalabilidad. Tradicionalmente el contenido se ha concebido como único, para un sólo uso y un tipo de consumo determinado, sin capacidad de reutilización ni adaptado a un consumo y demanda diferente en función del soporte, el hábito de consumo o la forma de uso que cada usuario le da.
La escalabilidad se gana con una programación de la información adecuada a la demanda y enfocada a diferentes plataformas con características de formatos diferentes.
Elementos imprescindibles para un modelo de negocio sostenible y de calidad que algunos medios empiezan a desarrollar con su estrategia informativa en redes sociales, alertas, contenido digital y publicación en soportes tradicionales. Una estructura y programación de la información que supera la obsoleta discusión de si es primero el soporte convencional o el digital para aprovechar el consumo, audiencia y negocio de cada uno.

Tuesday, September 27, 2011

Delicious se convierte en agregador social

Delicious cambia. Unos meses después de que en abril los fundadores de YouTube, Chad Hurley y Steve Chen, compraran el servicio de bookmarks a Yahoo, un nuevo Delicious se estrena con una estética similar a agregadores como Flipboard o Zite y trata de aprovechar el criterio social de sus usuarios para convertirse en un motor de descubrimientos.
Un rediseño que limpia y trata de hacer más atractivo las colecciones de enlaces para animar a los usuarios a compartirlas y crear playlist de contenidos a través de stacks (tacos o manojo de cartas o cromos), recopilaciones de enlaces sobre un tema a los que se añade una imagen para mostrar en la home de Delicious.
Entre los cambios hay una convergencia de la terminología de Delicious con las redes sociales: los bookmarks son ahora enlaces y la red (network) son ahora seguidores. Por fin se admiten etiquetas compuestas de varias palabras y se anuncian futuras herramientas en perfiles de usuarios más completos y adaptados a la internet de las personas.


El resultado visual es muy similar a los interfaces de aplicaciones de agregadores sociales, pero mientras la mayoría utilizan las cuentas en las redes sociales para seleccionar contenidos, Delicious lo hace con los enlaces guardados por los usuarios.
Frente a la inmediatez y el consumo impulsivo de las redes sociales, el nuevo Delicious quiere ofrecer una selección más reposada, sólo los enlaces que los usuarios deciden guardar y etiquetar.
Un paso hacia la edición social (curation o edición de flujo de contenidos) con una mirada más reposada. Es la receta de Hurley y Chen para acabar con la saturación de la abundancia digital.
La propuesta de Delicious responde a la pregunta de cómo conseguir la mejor selección de contenidos confiando en los principios básicos de su arquitectura original: los enlaces seleccionados y etiquetados por los usuarios. Todavía está por ver cómo puede integrarse mejor con las redes sociales que acaparan el tiempo y la actividad de los usuarios y se han convertido en los mayores redistribuidores de contenidos. 
Criterio personal, con más pausa que en el tiempo real y cada vez más urgente de las redes, para crear colecciones temáticas de contenidos que se puedan consultar como un blog colectivo o suscribirse para recibir sus actualizaciones.

En esa carrera por convertirse en otro agregador social, los grandes usuarios de Delicious hemos perdido gran parte de la gestión de los tags, los paquetes (bundle) o simplemente cómo renombrarlos ahora que se permiten tags compuestos.
Y muchos habréis echado de menos los enlaces guardados más viejos, a los que sólo se llega cruzando tags.
Como bien dice Tramullas la simplificación para reorientar Delicious a convertirse en un escaparate más que en un archivo sistematizado compartido, ha empobrecido sus  funcionalidades. Una tendencia que se repite en otros cambios y remodelaciones.

Friday, April 29, 2011

Un botón para librarse o sumergirse en la boda real

Magnífica iniciativa de The Guardian: un botón permite elegir si se quiere ver en la portada de su web la información sobre la boda real o, por el contrario, eliminarla y ver la portada con el resto de la información.
Es una gran herramienta para el lector, pero también toda una reflexión sobre los contenidos y su importancia. La boda del príncipe Guillermo, segundo en la línea sucesoria al trono de Inglaterra, tiene un indudable interés informativo. Pero también es un ejemplo de infotainment y de esa información del corazón que hace mucho tiempo inunda los medios informativos.
Cada vez es más difícil distinguir la prensa de supuesta calidad de la del corazón en estos temas. Unos invaden el espacio y el tratamiento de los otros en busca de audiencia.
Pero para muchos lectores, esa elección supone una rebaja de los criterios editoriales y una confusión entre información, sensacionalismo y corazoneo.
Lo mismo ocurre habitualmente con otro tipo de informaciones además de la de gente. Quizá el ejemplo más claro sea la deportiva, estrictamente el fútbol, que en gran parte ha dejado de ser información para convertirse en una nueva fórmula de telerrealidad y en un espectáculo constante.
El botón para monárquicos o republicanos de The Guardian no es sólo una artimaña gráfica, es toda una reflexión sobre la pertinencia de someter a todo el público de un medio serio y de calidad a este tipo de contenidos.
Dar la opción de eliminar de forma sencilla esa cobertura es ofrecerle a una parte de sus lectores la posibilidad de concentrarse en la información que más le interesa y obviar unos contenidos cuyo interés general es prácticamente nulo.
La alternativa y la reflexión que deberían hacer muchos otros medios, como los españoles, es separar claramente la información de interés general sobre la boda de la monarquía británica: la que debe cubrirse en las páginas de internacional con enfoque de interés político y general, de la del corazoneo, la moda y la gente, que debería diferenciarse nítidamente.
Y mejor si se ofrece al público la opción de escoger.
Cuando los nuevos medios avanzan hacia la selección personal y social de los contenidos y el periodismo debe convertirse cada vez más en un seleccionador de información y un motor de descubrimiento y conocimiento (discovery engines), este tipo de herramientas son una buena respuesta a la demanda de los usuarios de compartir el criterio en la selección de la información con los medios.

Friday, April 08, 2011

Más responsabilidad, con Sostres y sin él

Responsabilidad. Es la mayor carencia de una gran parte del periodismo de estos días. El problema del periodismo, también si es de opinión, no es sólo lo que cuenta o argumenta, sino asumir su responsabilidad y sus consecuencias. Debería, además, ser siempre veraz. Una obligación de la que no está eximida la opinión.
Las palabras no son inocuas. Matan como las balas. Hieren como aquellas espadas como labios de Aleixandre. En una democracia con libertad de expresión no es el poder ni la justicia quien debe vigilar y asumir las consecuencias de la opinión, sino el propio público y los responsables de los medios.
En el cálculo de la responsabilidad y su asunción está la verdadera diferencia entre el periodista y los medios profesionales, y el resto.
El caso Sostres es lamentable no sólo por la polémica generada por un artículo comprensivo con la violencia machista, sino por la hipócrita irresponsabilidad de los responsables de su publicación y de una gran parte del público que lo defiende.
Lo comenta la ministra de Sanidad e Igualdad, Leire Pajín, en su blog: a muchos nos sorprendió hace unos días observar como el maltrato, la violencia y los asesinatos contra las mujeres son una preocupación menor para la sociedad. Del cero al 0,1% en las respuestas espontáneas del último barómetro del CIS.
Con 74 mujeres muertas en 2010 y 17 este año, con jueces remisos a imponer pulseras electrónicas a los maltratadores -la disyuntiva entre libertad y responsabilidad- y con cien mil mujeres con protección policial, el mal es enorme.
Una parte de la sociedad no puede volver la cara. Es responsabilidad de todos denunciar y condenar al maltratador y a quienes lo defienden.
Era buen chico, normal. La frase se repite en los testimonios de los vecinos en televisión entre los llantos por cada muerta sin que los editores de los telediarios se preocupen de su valor informativo, pertinencia y responsabilidad. Sostres la utilizó para titular su artículo.
Es la comprensión de la sociedad. El círculo vicioso de la banalización del mal que muchos comprenden y ante el que asienten, resignados como los confesos hipócritas en el reclinatorio.
Es la comprensión de Sostres hacia un chico malherido por la violencia del desamor. Es la falta de responsabilidad que victimiza al asesino, al maltratador, para extender la sospecha contra la víctima. La arpía escondida en las raíces más profundas de nuestra cultura milenaria.
Es la técnica más antigua de la propaganda.
Los testimonios cándidos de los vecinos y la comprensión de Sostres son el medidor de nuestra hipocresía.
Contra ella, responsabilidad.
Pedro J. Ramírez, asumió ayer una parte al retirar el artículo de la web. "Ayer fallaron nuestros controles. Vuelvo a pedir disculpas", dijo en Twitter.
Tarde e insuficiente. Se lo dijo su redacción, se lo han dicho muchas personas de El Mundo los últimos meses, se lo dice la competencia.
Pedro J. Ramírez sabe a qué juega con Sostres, como lo sabe este polemista.
A mí no me importa Sostres. Coincido con la ministra Pajín. A mí me importa la sociedad inconsciente del significado y las consecuencias de las palabras. Del jolgorio irresponsable, a menudo mentiroso y siempre maledicente e inquisitorio de tantas tertulias televisivas y radiofónicas, de tantos blogs y tuits que se creen ocurrentes cargando contra la políticamente correcto, contra tanta sociedad que sigue sin sentirse responsable y que se escandaliza ritualmente ante el lloro de los huérfanos. Entre los sollozos se sigue oyendo la sospecha contra la víctima.
La redacción de El Mundo le recuerda a su director que ya habían protestado el 17 de noviembre contra la irresponsabilidad y le piden que prescinda de su colaboración. "En contra de lo que sostiene Sostres, en la violencia machista no hay descontrol de la ira. Hay afán de dominación". La redacción del diario explica claramente el origen del cáncer machista.
Y su analogía con el terrorismo es pertinente: "Mientras en este país la apología del terrorismo siga siendo delito, entender un crimen, como afirma Sostres en su columna, debería estar perseguido por la ley".
Recuerdan que las vilezas y exabruptos de Sostres son constantes. Su irresponsabilidad y la de quienes lo amparan y publican, también.
Yo defiendo a Sostres y lo acuso.
Yo quiero que Sostres siga escribiendo para gritarle a la cara que es un cobarde.
Yo quiero que Telemadrid y Pedro J. continúen albergando sus opiniones para denunciar su vileza moral y la de quienes lo jalean.
Yo quiero que Sostres escriba y hable para que nos empuje a todos a perseguir con justicia, implacables, a quienes creen tener el poder de acabar con la vida de quienes creen suyos.
Yo quiero que Sostres escriba para poder seguir escribiendo en contra.
Yo quiero poder gritarle a quienes lo aplauden que son cómplices de esos asesinatos. Peor. Irresponsables, refugiados en la inocencia de quienes no dan la cara.
A mí no me importa Sostres. Me importa poder decirle a algunos que cuando lo comparan con el mal descrito en tantas obras, de Sade a Capote, de Bernard Hénry-Levine a Céline, de Martínez-Santos a Panero, todos, todos esos son responsables.
Unos escribieron para denunciar e intentar comprender las razones de la maldad. Otros para sacarla de las entrañas de lo humano y arrojarla ante los demás. Otros, simplemente, para confesar su fascinación y su responsabilidad.
El problema no es Sostres ni lo que piense. Ni la demora compasiva y comercial del director de El Mundo. El problema es no darnos cuenta de la raíz y los males de una sociedad que asiste horrorizada e impotente, pero trémula y compasiva, al desfile del horror cotidiano y su banalización en los medios y las opiniones.
Dejar la impunidad, aumentar la responsabilidad, es la obligación de una sociedad democrática y responsable. Para que dentro también puedan vivir nuestros monstruos. Y más que perseguirlos, los estudiemos para evitar que mañana vuelvan a ser, para evitar que mañana todos seamos impunes.
Seamos lo que queramos ser. Digamos lo que pensemos. Sin renunciar al dolor, la depravación, el vicio, la mentira y la violencia. Porque existen y son parte de lo nuestro. Pero seamos responsables. Ante nosotros y los demás.
El resto es hipocresía.

Monday, August 10, 2009

Compromiso contra la manipulación

Otra vez el periodismo figurante nuestro de todos los días. Otra vez la letanía de lamentos. Otra vez la pasividad y la hipocresía de quejarse como viejas asustadas y no tener el coraje suficiente para plantar cara a una clase política irresponsable y abonada a una democracia escénica sin compromiso.

El País o Público publican reportajes sobre los abusos de comunicación de los políticos y el periodismo figurante, ese pan nuestro de todos los días que distribuye proclamas, notas de prensa, vídeos de los partidos y multitud de comunicaciones de políticos e instituciones sin rubor y a menudo sin la mínima investigación ni comprobación.

Basta ya de hipocresía.

¿Dónde están los responsables del abuso y el fraude informativo? Son los políticos lenguaraces y falsarios, pero también los directores de los medios que publican esas barrabasadas. Esos directores que se preocupan tanto de que las declaraciones de los políticos se extiendan lo suficiente en sus páginas e informativos y tan poco de avisar al público del fraude, de las negativas a las preguntas, de respaldar a sus periodistas ante la manipulación de la burocracia política y comunicativa.

Fernando G. Urbaneja, presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), ha vuelto a pedir "respuestas individuales y colectivas" contra el desdén de los políticos a los periodistas y, por tanto, a los ciudadanos y la democracia.

Urbaneja recuerda a los directores de los medios su responsabilidad para frenar este enorme deterioro de la democracia y el periodismo que vivimos desde hace años.

En 2008, tras una campaña electoral lamentable, a los directores de los periódicos les costó dos meses consensuar una postura común contra los abusos y las restricciones informativas en plena campaña. De las televisiones, ni noticia, los vídeos de los partidos engordan esos informativos panfletarios donde se llenan minutos y minutos con tan poco que contar. Y mucho menos que informar.

El abuso de unos políticos que se creen irresponsables ante la ciudadanía y que controlan el poder con el puño de una burocracia a la que no le asustan ni los votos -cautivos-, ni los jueces -obedientes-, ni los medios -politizados y timoratos- es cada vez mayor. Al enorme tejido de los gabinetes de prensa, las ruedas de prensa sin preguntas, las comunicaciones institucionales, los vídeos de partidos e instituciones, las inauguraciones, actos y mil oportunidades de propaganda que los ciudadanos pagan cada día con su dinero y su tiempo -para mayor gloria y riqueza de organizadores y entramados tipo Gürtel y tantos otros- se suman ahora las redes sociales de los partidos en internet, los vídeos distribuidos en la Red sin filtro ni cautela animosamente redistribuidos por las televisiones, los manifiestos engañosos y tantas otras manipulaciones.

Pero nada.

El silencio también es periodismo.

Callar también es informar. Filtrar la propaganda de la información es la decisión más importante. ¿Por qué publicar todo lo que los políticos quieren si no aporta valor para los ciudadanos y el debate público? ¿Por qué se distingue tan mal la propaganda de la información en los medios de comunicación?

¿Cuánto tiempo tardarán esta vez los directores de los medios en consensuar una postura común como la pedida ya varias veces por la APM, algunas organizaciones de periodistas catalanes y otros profesionales en varias ocasiones?

La respuesta, señores directores es fácil. Sé que temen el vacío, que otros diarios de filiación contraria violen las prevenciones y den pábulo a los políticos, que militantes enojados los acusen, que sus accionistas se cabreen por las llamadas del poder y que algún director general sienta temblar la publicidad institucional, tan necesaria en estos días de crisis y a la que tan mal acostumbrados están los medios.

Pero se pueden tomar muchas medidas para acabar con el periodismo figurante y mejorar la información y la democracia.

Ejemplos:

1. No informar de ningún acto ni publicar manifestaciones realizadas sin posibilidad de preguntas y acceso abierto de los periodistas a la información.

2. Publicar siempre las condiciones en las que se realizan los actos oficiales, con qué presupuesto y quién paga y organiza, quiénes son los asistentes y con qué finalidad se celebran.

3. Exigir la entrega de todos los documentos, estudios o pruebas a las que se aluda y ponerlas a disposición del público.

4. Hacer constar siempre la disponibilidad de los comparecientes para aceptar preguntas. Especificar si alguna relevante no ha sido respondida.

5. Reducir drásticamente los entrecomillados y declaraciones de los políticos, especialmente en los titulares y entradillas.

6. Informar más de qué se hace y menos de qué se dice. Sostener el seguimiento y la evolución de las promesas, proyectos y otros futuribles de los cargos públicos.

Como estas caben muchas más medidas, simples y efectivas, para mejorar la información y la democracia. Pero ninguna es factible sin coraje y voluntad periodística y ciudadanas.


Grupo en Facebook para pedir a los medios que se nieguen a cubrir las ruedas de prensa y actos de los políticos sin preguntas

Thursday, August 06, 2009

Democracia escénica

Francisco Camps celebra su exculpación en un vídeo distribuido por el gobierno que preside. Aplaude que los jueces no vean delito en recibir regalos de los inculpados en la trama Gürtel. Manel Franch, jefe de prensa del Ministerio de Trabajo, amenaza a un periodista de TVE por hacer preguntas incómodas al ministro Celestino Corbacho. Sin preguntas. Sólo se admite el periodismo como amplificador.

Periodistas sin preguntas y políticos sin respuestas. ¿Es esta la democracia y la información que queremos? Sin preguntas los periodistas son autómatas. Sin respuestas no saben y por tanto no pueden contar. Los políticos no son seres irresponsables y autónomos, como muchos parecen creer: son servidores públicos, responden ante la ciudadanía. Informar con transparencia es uno de los pilares de la democracia y la responsabilidad es uno de los principales déficits que sufrimos en una sociedad de la información que más bien es un estado del bienestar en el ocio acrítico.

Los políticos se han acostumbrado a ruedas de prensa sin preguntas, a proferir manifestaciones partidistas en declaraciones institucionales, a controlar la imagen con la distribución directa a las televisiones de actos, mítines y todo tipo de actos cuidadosamente preparados. Y los medios son a menudo portavoces acríticos. No advierten al público que no se han permitido preguntas, de emisión de imágenes editadas y controladas por los partidos o que la única escena visible es una representación.

Una farsa aumentada por partidos y políticos con las nuevas herramientas digitales. Vídeos y blogs que saltan el tamiz del periodismo y donde, con excepciones, no se permite el filtro social que tales herramientas facilitan. Democracia escénica. Falseada por quienes controlan la comunicación y el periodismo como arterias del poder. Por eso es imprescindible construir una democracia abierta y transparente cuando los medios y las herramientas de comunicación y tecnológicas lo permiten. Y no embobarse con la saturación cuando la forma más eficiente de esconder información es difundir mucha comunicación.

Columna semanal en Vocento y otros medios

Friday, July 03, 2009

Ayúdanos a informar, lector

¿Cómo afrontar tareas inmensas? ¿Cómo encontrar a los detenidos, desaparecidos o muertos en países sin libertad para informar? ¿Cómo detectar hasta la última moneda defraudada por políticos sin escrúpulos? ¿Cómo reconocer a quienes influyen en los que toman decisiones cuando no son conocidos? Respuesta: algunos lectores lo saben, muchos pueden ayudar. Periodismo P2P, periodismo 3.0 o crowdsourcing informativo: apóyate en la participación de los demás para llegar donde no puedes hacerlo sólo o con medios propios.


Gran Bretaña. El mayor escándalo político que se recuerda: los abusos de los diputados con sus gastos y el dinero público. La revelación de The Daily Telegraph ha puesto patas arriba al gobierno, al parlamento más antiguo y a casi toda la clase política. Descubiertos y obligados a la transparencia, el Parlamento de Westminster publica en la web un millón de registros de las rentas y gastos de los diputados.
¿Cómo analizar todo ese material y descubrir a los corruptos y sus abusos? Respuesta del periodismo tradicional: ¡Muchachos, a trabajar! ¡A devorar documentación para ir publicando lo que encontremos! Pueden haber sido las palabras del director del Telegraph, como serían los de tantos responsables periodísticos.
¿Existe otra respuesta? Lectores, ayudadnos, vosotros los conocéis mejor que nadie. Es la opción de The Guardian. El periódico necesitaba recuperar la ventaja que su competidor le había sacado con la exclusiva. Y se apoyó en más de 22.700 usuarios de su web que han analizado ya casi 200.000 páginas de documentos para encontrar irregularidades, errores, malas conductas, etc. Es lo que el diario ha llamado su "experimento de crowsourcing", apoyarse en recursos externos, en los lectores, para con la fuerza y los recursos de la comunidad alcanzar metas muy difíciles de lograr sólo con recursos propios.
No es nuevo en periodismo. Al fin y al cabo todo el trabajo del reportero se basa en preguntar, en hablar con la gente para contar lo que ocurre. Pero cuando los periodistas están cada día más encerrados entre las fuentes habituales y los gabinetes de comunicación, presionados por la presión de la información en tiempo real, el público vuelve a ser parte de la solución. Y en las herramientas tecnológicas se pueden encontrar aliados para facilitar la difusión de información.

Irán. El experimento de The Guardian va más allá. Si las herramientas de la web 2.0 demostraron que los iraníes podían romper el bloque de las comunicaciones y los SMS impuesto por el gobierno de Ahmadineyad, el diario británico pide al público que le ayude a completar la base de datos de detenidos y víctimas de la represión realizada también con informaciones periodísticas, de oenegés y otras fuentes.
No son los únicos, The New York Times también pide la identificación y las fotos de los represaliados a los iraníes. No era la primera vez, el Times ya había contado con ayuda de sus lectores para revisar el diario del presidente de la Reserva Federal de Nueva York.

India. Vota la mayor democracia del mundo. Unas elecciones difíciles en un país con mil escenarios distintos, luchas internas, feudos políticos, analfabetismo, enfrentamientos religiosos, tribales y de castas. ¿Cómo vigilar la limpieza de los comicios? Vote Report India lo intentó poniendo a disposición de los ciudadanos un sistema de denuncias por SMS y teléfono, además de emplear herramientas ya comunes en la web como mapas, noticias cortas, fotos o vídeos de la gente para localizar posibles problemas e irregularidades.
Fue un proyecto de Ushahidi (testimonio en lengua swahili), una web que ha creado una plataforma para recolectar información de los ciudadanos a través de la web, los móviles y el teléfono. Nació de la iniciativa de un grupo de blogueros kenianos encabezados por Ory Okolloh, una abogada y activista preocupada por la limpieza de la política. Ushahidi nació en 2008 para vigilar la violencia post electoral en Kenia y se ha difundido por otros lugares como Congo, Suráfrica o Gaza.

¿Dónde están los que mueven los hilos de los políticos? Los periodistas de la National Public Radio (NPR) norteamericana querían identificar a los lobbies más combativos en la reforma de la sanidad pública norteamericana. ¿Cómo hacerlo? Cuando los senadores arrancaron su trabajo todos estaban en la presentación. Mientras otros fotógrafos de los medios hacían fotos de los senadores, el fotógrafo de NPR las hacía del público. Y pidieron ayuda a los usuarios de la web para identificar a los lobistas más importantes. Ahí están, atentos a sus intereses y localizados por los internautas y los periodistas.

El crowdsourcing no es exclusivo del periodismo. En páginas como Open Innovators se pueden encontrar experiencias de colaboración en empresas, marketing, emprendedores, etc. La idea es aprovechar la inteligencia colectiva para reunir datos e información, hacer eficiente la participación de la audiencia más allá de las reacciones a las noticias y utilizar el criterio social para filtrar la información.
Después de muchos intentos, lo novedoso es que grandes medios han empezado a darse cuenta del poder del público y se atreven a utilizarlo más allá de los comentarios en las webs o de los contenidos ciudadanos en casos de grandes acontecimientos. Los nuevos experimentos de crowdsourcing utilizan herramientas de software libre –cuya filosofía está en sus fundamentos- para crear plataformas y bases de datos donde el criterio social y la participación P2P –peer-to-peer, colega a colega- del público ayude a los periodistas en su nuevo papel de conservadores y procesadores de datos, igual que en lo que se ha dado en llamar la minería de datos.
El periodista y los medios se convierten así en redes sociales con una relación con las fuentes y la audiencia más productiva que en el pasado. Una relación que necesita de filtros, algunos seguirán siendo periodísticos; otros, sociales, compartidos con la inteligencia colectiva que forma la acción de los usuarios, y otros posibles gracias a las herramientas tecnológicas. Todos juntos a trabajar para lograr mejor información.

Para Soitu.es

Tuesday, June 23, 2009

Carrera por el tiempo real

La carrera por el dominio del tiempo real ha comenzado. Es el gran desafío de la nueva guerra de los buscadores entablada entre Google y Microsoft con el lanzamiento de Bing y otros aspirantes nacidos en los últimos meses. Twitter marca el paso con su enorme poder para conectar gente y acontecimientos. Biz Stone, uno de sus fundadores, ha afirmado que Twitter "nos ha alertado de que hay un ritmo al que podemos operar en tiempo real". Es el gran dominador del flujo social: información continua siempre accesible y en contacto con otros usuarios en una comunidad de intereses. La magia de su pantalla o del muro de Facebook donde los usuarios se enganchan para seguir la actividad de otros: particulares, famosos, medios, empresas.

Es la próxima frontera de los hiperconectados: gestionar una realidad aumentada e instantánea donde la fascinación, la voracidad de la comunicación y el embrujo de la velocidad despliegan su poder. Marinetti y los futuristas estarían hoy enganchados a las redes sociales.

Google y el aspirante Bing se enfrentan por indexar y ofrecer los resultados más rápidos. La velocidad desafía el algoritmo y sus criterios. ¿Cómo decidir el resultado más relevante y ajustado cuando la inmediatez devora la matemática? Una respuesta es la recomendación social y la personalización. Twitter y los mil servicios que utilizan sus datos para ofrecer búsquedas y resultados en tiempo real apuntan a los usuarios a los que sigues. El criterio social sería el filtro más veloz.

El desafío es encontrar el contenido más fascinante de los YouTube, Flickr, Twitter y tantos otros ofreciendo un equilibrio entre inmediatez, relevancia y popularidad. Sin ese filtro todo es ruido y el usuario queda atrapado en una trampa donde el tiempo pasa sin valor. Perdidos en el frenesí donde el formato tiene más valor que el contenido. Una recomendación: dejarse fascinar un rato por las visualizaciones de la actividad de Digg.

El periodismo y los medios también saben que la actualización manda. La historia del periodismo es en gran parte la historia de la exclusiva y la primicia. Y cada vez se corre más. Tanto que las ediciones digitales caen en errores y a menudo debilitan el criterio editorial hasta volver a los medios irrelevantes entre el enorme diluvio de internet.

El nómada móvil vive al instante. Desde su teléfono de última generación o su portátil conectados a la Red viven su vida y la de muchos más con los que comparten ideas, pasiones, ira y utilidad. Ser su guía es el nuevo santo grial de los innovadores.

Columna semanal en Público

Tuesday, May 26, 2009

La presión del tiempo real en Twitter

Al día siguiente de escribir en Público un artículo sobre el crecimiento del flujo social en la web y su presión sobre la inmediatez y la tensión de lo último en las redes sociales descubro esta entrevista a Biz Stone, uno de los creadores de Twitter, sobre la importancia de las búsquedas en tiempo real, una funcionalidad que también fascina a Google.
Para Stone, "Twitter ha cambiado el paso o nos ha alertado de que hay un ritmo al que podemos operar en tiempo real".
La introducción de un buscador en los perfiles de Twitter, el uso de hashtags por los usuarios o la creación de grupos son manifestaciones de esa pasión por la conexión en tiempo real que sólo tamizada por el criterio social puede tener sentido más allá del flujo.

El flujo social se adueña de internet

Flujo social: información continua siempre accesible y en contacto con otros usuarios en una comunidad de intereses. La web está dejando de ser una colección de páginas para convertirse en una corriente continua de contenidos donde se navega en tiempo real por conversaciones con enlaces. Una red cada vez más social, inmediata e hipertextual con un nuevo sistema de distribución donde las redes y agregadores sociales, de Twitter a Facebook pasando por Menéame, ganan poder frente a los buscadores, directorios y portales. En la economía de la abundancia los contenidos destacados por los usuarios, compartidos y recomendados son los más valorados y consumidos.
Cuando la crisis provoca la búsqueda de nuevos negocios de pago por la insuficiencia de la publicidad para sostener la producción de contenidos digitales, el paquete –la marca, la cabecera, la obra completa- es cada vez más irrelevante. Y la corriente no admite barreras. La actualización y la distribución viral marcan la conducta de los hiperconectados. La distribución social se convierte en un valor diferencial de los contenidos. Crece el poder de los contenidos vivos, su consumo impone unidades más pequeñas (tweets, enlaces cortos) y adaptables a la multitarea continua de los internautas intensivos.
Los usuarios agrupados en comunidades rastrean el flujo continuo de la web y crean una corriente de valor con lo que comparten. Criterios sociales que permiten seleccionar entre la marea infinita de bits pero también dejarse sorprender por lo inesperado. En el reino de la hiperconexión la información se convierte en el tejido de las redes sociales y los contenidos más valorados son los que se pueden difundir viralmente en tiempo real y se pegan a la identidad digital de sus consumidores. La experiencia de los usuarios se enriquece por esa sensación de estar constantemente actualizado y en contacto con otros. Una experiencia magnética y pegajosa que atrapa frente a las pantallas y donde la atención se trunca, se acorta para cada elemento, mientras se prolonga cada vez más pendiente del propio flujo. Es la magia de las redes sociales y la explicación de su poder para atraer y retener a sus usuarios.
Por eso algunos medios permiten comentar y compartir sus contenidos a través de redes sociales, otros incorporan el criterio social de los usuarios en sus páginas y muchos adoptan formatos de actualización continua en sus webs o aplicaciones para móviles. Hasta Google permite valorar y comentar las búsquedas para mejorar su mítico algoritmo.

Columna en Público

Monday, October 13, 2008

The New York Times amplía el criterio social


All the news that´s fit to print". Es el viejo lema de The New York Times, epítome del viejo criterio del periodismo de calidad y el juicio de los periodistas para publicar sólo las noticias que merecen ser publicadas. Pero el paradigma de la comunicación y la información ha cambiado y el Times prosigue su avance para integrar el criterio social en la información, como hicimos hace ya más de un año en ADN.es, el primer medio periodístico español que integró la valoración de sus lectores al estilo de Digg o Menéame.
TimesPeople se estrenó en junio de este año como primera herramienta del Times para la gestión de la identidad de dominio público basada en la información y ahora crece para poder acceder no sólo a las recomendaciones de tu grupo de amigos, sino a la de todos los usuarios de la herramienta.
El criterio social ya es uno de los nuevos criterios para el periodismo de calidad, sin duda. ¿Quién mejor que los usuarios más activos y selectivos del Times para recomendar información a otros?
El crowdsourcing y el poder de la participación y la colaboración no es más que lo que los viejos periodistas decían que detectaban por instinto. Bien, ahora hay herramientas para gestionarlo. Mejor usarlas que depender sólo de la intuición.

Tuesday, September 16, 2008

Filtros para la avalancha digital

Agobiados y distraídos por exceso de información. Así ven a los internautas intensivos y multitarea algunos expertos. Es la maldición de la exuberancia digital: tanta información, tan poco tiempo. Es el principio básico de la economía de la atención. Pero la atención puede debilitarse ante semejante avalancha.
Maggie Jackson, autora de un reciente libro sobre el tema (Distracted), augura incluso una “nueva era oscura” por agobio cognitivo. Otros niegan la capacidad de los cibernautas para ser multitarea y hay quien acusa a los buscadores de crear una cultura de la estupidez.

¿La solución? Filtro humano y criterios sociales. Fíate de los otros. No tanto por sentido común, sino porque a quienes les gusta, interesa o quieren saber más de lo que a ti te interesa son tu mejor guía. Las redes sociales lo inundan todo tras la era del algoritmo, que procesa mejor cuando se fía de los humanos.

iTunes ya recomienda música, como hacen otras webs. La mayor tienda de música digital permite saber qué canciones te gustarán analizando las que ya tienes en tu iPod, las que otros compran en la tienda de Apple o las incluidas en listas de reproducción de otros usuarios.

MySpace distribuirá música para oír gratuitamente y con posibilidad de compra. La nueva versión de la red social animará a sus usuarios a crear listas de canciones personales y de grupo. Las discográficas parecen entender al fin que los fans son los mejores promotores y distribuidores de la música.

Los agregadores de noticias crecen y cada vez más internautas llegan a los medios a través de ellos. Nuevas herramientas de recomendación y sociales llenan las webs de ocio, compras, etc.

Una encuesta de Pew Internet indica que el 38% de los internautas usan los servicios de alojamiento y gestión de contenidos en la web para poder compartirlos. Es la cultura de la participación, la única capaz de recomponer el mundo fragmentario y líquido de los contenidos y la vida digital. La única que nos ayuda con la pesada multitarea cuando la velocidad de procesamiento de nuestro cerebro es menor a la de la información recibida. Una ventana con Twitter, chat, correo electrónico, tu página en Facebook, el móvil, ¿necesitas cerrar algo?

El problema no es tanta información, sino filtrar de forma eficiente. Es el desafío de la web social y semántica. Vale la pena recordar, como decía James Surowiecki en su célebre libro The Wisdom of Crowds, que esa sabiduría social funciona sólo con diversidad de opiniones, independencia, descentralización y capacidad de agregación. De lo contrario, la endogamia de los grupos y el control 2.0 ejercido por las empresas de Internet resta libertad e inteligencia. Filtros sociales, sí, pero críticos y libres.

Columna en el diario Público

Thursday, September 04, 2008

Ciberpredadores de información

Gabriel García Márquez "sufre como un perro" por el mal periodismo causado porque "a los periodistas no les dan tiempo para nada". Pero a los consumidores de información digital les importa un bledo. No sufren, no, y prefieren los medios más inmediatos a los más reposados. Las últimas encuestas indican que los ciberusuarios priman la inmediatez frente a la profundidad y otorgan más credibilidad a los medios más rápidos por encima de los que premian el reporterismo y la profundidad de la información.

Las audiencias digitales se separan cada vez más de las convencionales. Se informan por internet y la televisión y crece la influencia de los medios sociales, con los blogs en cabeza mientras los foros y grupos pierden fuerza frente a los agregadores de noticias y las redes sociales.

Los criterios tradicionales de la información (veracidad, rigor, precisión, credibilidad, completitud, etc.) son sustituidos por criterios subjetivos: facilidad de acceso, inmediatez, comodidad, personalización, interactividad y uso de elementos audiovisuales.

Actualización permanente, predominio audiovisual y participación son los criterios predominantes en los medios preferidos por los ciberdevoradores.

Artículo completo en Soitu.es

Sunday, August 24, 2008

Un vídeo sólo para privilegiados

La manía del vídeo no es cosa sólo de internet. Quien tiene la imagen posee la cosa. Y como sabe cualquier programador de TV nada alimenta más el morbo que las imágenes de los alrededores de una tragedia. Si además su acceso es exclusivo, como rotulan tantas televisiones y medios, su taumaturgia enciende el ego de quienes las ven.
Por eso no es de extrañar que Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (Aena) haya premiado con ese privilegio al rey, al presidente Zapatero y a medio gobierno, así como a la presidenta madrileña Esperanza Aguirre, al alcalde Gallardón y a un sinfín de colaboradores.
A todos menos al juez responsable de la investigación, que ha tenido que reclamarlo.
Aena se escuda diciendo que se la envío un día después del siniestro de Spanair a la policía judicial y que se trata de un caso de incomunicación entre investigadores y juzgado.
Pero no es excusa.
Da igual si entregó o no el vídeo cuando debía. Aena debería ser más respetuosa con las víctimas, con la investigación y con los ciudadanos. El vídeo de las operaciones de los aviones es un documento técnico, no una curiosidad ni un entretenimiento. Y, por supuesto, nunca debe ser un privilegio. Si se entiende que puede ayudar a esclarecer los detalles del siniestro debe estar al alcance de todos los ciudadanos, y no sólo de los políticos. De lo contrario, se deben tener en cuenta las ansias de información y el respeto a los familiares, y las necesidades de la investigación.

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Más en Soitu.es | La hipocresía del dolor

Friday, August 22, 2008

La hipocresía del dolor

Dolor. No lo soportamos, pero nos fascina. Y una tragedia como la del accidente de Spanair en Barajas vuelve a desatar el sensacionalismo, la crítica a los medios, el cuestionamiento del dolor, el debate sobre las imágenes y la cobertura de la tragedia, y también la atracción por el dolor de los otros. ¿Compasión? ¿Hipocresía? Un debate que renace y que no debe limitarse sólo a los medios de comunicación.
"¿Cuándo acabará esta película?", preguntó uno de los niños víctimas del accidente del vuelo JK 5022 al bombero que lo rescataba. "La ilusión es la regla general del universo. La realidad no es más que una excepción", dejó dicho Jean Baudrillard en su ensayo El asesinato de lo real. Sin esa ilusión ya adelantada por la caverna de Platón el conocimiento es imposible. Seguramente también la vida. Por eso la mente de ese niño convirtió la tragedia que vivía en una ilusión, tratando de mitigar su impacto en el cerebro.
Pero el dolor es también a menudo un espectáculo cuando el sensacionalismo se ceba. Y no seamos hipócritas, tanto sensacionalismo hay en regodearse del dolor ajeno como en ocultarlo. Las televisiones con sus programas basura son motivo de escándalo fácil y justificado mientras otros sensacionalismos más hipócritas engatusan y pasan más inadvertidos o hasta son celebrados: la mala información y las sospechas infundadas antes de tener datos y razones; la política del morbo, asentada en un exceso de gestos que encubren la responsabilidad y la mala gestión; la propia reacción excesiva de una parte del público a cualquier información que afecte su sensibilidad, o la falta de sensibilidad del Comité Olímpico Internacional prohibiendo las manifestaciones de dolor de los deportistas españoles.
Todos maltratan a la verdad. Todos maltratan a las víctimas.

Artículo completo en Soitu.es

Tuesday, May 06, 2008

Directores valientes a destiempo

Impresionante. Los directores de periódicos sólo han tardado casi dos meses en firmar una condena del periodismo figurante, ese donde las ruedas de prensa no sirven para preguntar porque las "declaraciones institucionales" lo acallan todo.
Es una pena que esta unidad inusual olvide las prácticas similares de las empresas y pase por alto la autocrítica por la repetición de las notas de prensa y materiales de los gabinetes de comunicación admitida constantemente en sus medios.
Casi dos meses para denunciar una campaña electoral abusiva. Con un control total de la imagen y de la información electoral, como denunciaron entonces las organizaciones profesionales.
Y casi no hubo eco. Sólo en algunos medios como TV3, Soitu.es y, días después, en El País.
Entonces los directores corajudos estaban enfangados en la campaña. Será por eso que también aceptaron, promocionaron y difundieron unos pseudodebates lamentables, diálogos de sordos controlados y acotados hasta la imbecilidad por los partidos.
¿Dónde están la condena de los valientes responsables de las televisiones, públicas y privadas, que aceptaron de buena gana la señal de los mítines ofrecida, editada y controlada por los partidos?
No están, no contestan.
Ahorraron dinero, la audiencia respondió, ¡quién carajo necesita un poco de periodismo y de democracia!
Bobadas. La caja es lo primero.
Ahorro de costes y menos problemas.
Firman la nota pública alentada por la Asociación de la Prensa de Madrid los directores de los diarios nacionales de información general editados en Madrid, los de La Vanguardia y El Periódico de Catalunya, y los de los grandes gratuitos, con excepción de Metro.
La nota circulaba hace tiempo, pero algunos directores han necesitado mucho tiempo y algunos ajustes para firmarla.
Cauta valentía.
Sus reporteros ya pasaron la campaña. Se comieron la propaganda y tuvieron poca oportunidad de hacer periodismo.
Ahora es el momento del valor.
Consideran que "esas 'declaraciones sin preguntas' no merecen la comparecencia de periodistas, sobra con la distribución de las mismas, en los soportes posibles, para que los medios valoren el tratamiento informativo que les parezca adecuado".
¿Se atendrán a ese compromiso?
Lo dudo.
¿"Sobra con la distribución de las mismas"? ¡La propia nota avanza su rendición!
Todo esto ya pasó en la campaña de 2004. Y no se hizo nada.
Y en la catalana de 2006. Y sólo los periodistas de TV3 protestaron y retiraron sus firmas.
Las televisiones seguirán enchufando el micrófono como hacen cada día, en cada tertulia, en cada telediario. Y si los partidos pagan los totales, la edición y las conexiones, mejor. Más pasta para los sufridos accionistas, horas de programación llenas y dinero en los bolsillos de los periodistas tertulianos.
Todos contentos. Business is business.
Y, por supuesto, las webs y ediciones digitales de los grandes medios seguirán aferradas a la última estupidez para indexar más documentos en Google y ser los más rápidos en actualizar la banalidad cotidiana.
Anima ver que alguna vez unos cuantos directores de periódicos se pueden poner de acuerdo para defender mínimamente la profesión.
Ahora, queridos directores, no estaría de más cumplir. Respaldar a los reporteros cuando se quejan, permitir los plantes ante los abusos, denunciar la falta de transparencia de políticos instituciones y empresas, no publicar propaganda ni comunicación, sólo información.
¡Y hacer periodismo, coño!
Un poco de coraje. La próxima vez, por favor, un poco más a tiempo. Sus periodistas lo agradecerán. El público, también.

Friday, February 23, 2007

José María García dispara

José María García ha vuelto a los medios para disparar contra todo y contra todos. Sin perdón (excepto para él mismo). Política, medios, ladrillo, fútbol. El guión es casi perfecto. Oírlo así, de sopetón en el negro fundido de El Loco de la Colina no deja dudas: el micro del Loco no es de oro. Las palabras de muchos de sus entrevistados, tampoco.
Jesús Quintero está afectado.
¿Censura? ¿Criterio?
Quizá este hombre no tendría que haber estado nunca en el programa de El Loco. De estar, el entrevistador tiene la batuta para que el espectador entienda el contexto, veracidad e intenciones del personaje. Y una vez realizada la entrevista debería ser el propio profesional quien juzgase qué debería emitir, cómo y con qué información para que los televidentes tuvieran los datos adecuados para sopesar las palabras del entrevistado.
El resto es exceso.

Las andanadas de García difundidas por Elmundo.es:

Monday, October 02, 2006

¡La crispación le sienta tan bien a la prensa!

El fin de la era de la prensa | 9. Mercado y posición

El País anunció hace unos días una subida del 6% en su difusión de septiembre frente a la cifra del mismo mes de 2005. 435.000 ejemplares, 18.000 menos que al cierre de 2005, según datos de la Oficina de Justificación de la Difusión (OJD).
El Mundo contraataca hoy con la difusión veraniega de julio y agosto. El diario de Pedro J. Ramírez anuncia un crecimiento del 6% en julio y del 3% en agosto de 2006 frente a esos meses del año pasado para situarse por encima de los 300.000 ejemplares, 14.000 menos que la media certificada de 2005.
El Mundo revela las caídas del 12% de El País y ABC en esos meses de verano y se considera a sí mismo "el diario con más lectores de España" al sumar sus audiencias de papel y en internet.
Pedro J. Ramírez aprovecha para cimentar el big bang de la derecha mediática al cargar contra ABC, del que destaca sus caídas de más del 20% de esos meses, impulsadas en parte por la conspiración de la nueva derecha mediática contra el diario tradicional de ese sector.
El Mundo echa un cable a La Razón (propiedad de Planeta) y destaca su alza del 5% en verano para certificar el cambio de tercio del liderazgo de la prensa.
A El País y El Mundo la crispación les sienta muy bien. El diario impulsor de la nueva derecha conspirativa, tutelada por el ex presidente José María Aznar, concentra al lector militante e indignado de derecha con sus conspiraciones y capta la atención de muchos escépticos de la vida pública y críticos del actual gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.
Es el gran referente de la oposición más crispada junto a Federico Jiménez Losantos en las ondas.

El País anda desfallecido. Está sumido en una renovación que será larga y todavía es dudosa respecto a su orientación y estrategias. El periódico referente de la Transición está avejentado. Conecta poco con nuevas preocupaciones y sensibilidades, le sobran tics, le falta independencia (política, pero sobre todo corporativa), a menudo es terriblemente aburrido y el fracaso de su estrategia de internet comienza a hacerle perder referencia pese a la apertura de su web tras el intento de pago.
Por todas esas rendijas se cuela El Mundo para un lector joven pero ya asentado, de buena condición socioeconómica y que es más conservador que el lector tradicional del diario de Prisa.
Pero en septiembre llegó la respuesta a El Mundo y la contrainformación sobre la conspiración del 11-M y una parte de su público se volvió a animar.

ABC está a la deriva. El diario sufre una larga renovación más lenta y menos arriesgada de lo necesario. La conspiración en su contra dirigida por Pedro J. Ramírez y Federico Jiménez Losantos (y vigilada de cerca por Aznar) ha hecho mucho daño.
ABC tiene dos enormes problemas: su lector tipo se desvanece (casi ha desaparecido, en cifras y en proyección en la vida pública) y está atrapado en una posición ideológica sin referente en la política real.
Ni hay liberales de verdad en el PP ni Mariano Rajoy es un líder con personalidad. La apuesta puede ser su condena.
Un diario con casi un siglo en la poltrona del poder busca una renovación de audiencia para la que le falta gancho y coraje. Vive un cambio en su línea editorial de mucha valentía pero en el que está abandonado de referentes públicos.
Para rematarlo nada mejor que la doble faz de algunos de sus columnistas, que escriben con un tono e ideas en el diario de Vocento y con otras más próximas a la competencia en las publicaciones de la Faes, las tertulias y otros altavoces mediáticos.

La Razón es una anécdota de nicho ideológico y músculo promocional a rebufo de lo que a José Manuel Lara le dure la paciencia y sus equilibrios con el Avui en Barcelona. Con el fundador Luis María Anson acogido por Pedro J., La Razón cabalga de escudero de quien quizá sólo lo necesita hasta ser campeón del torneo.
El futuro del gratuito ADN y los entendimientos con el conde de Godó tendrán mucho que ver.

En Barcelona El Periódico intenta renovarse y La Vanguardia prepara otra gran reforma como cuando dejó el huecograbado y la caspa posfranquismo para convertirse en un referente de la nueva Cataluña.
Los dos sufren con la difusión tanto o más que los periódicos de Madrid.

Señales de cambio de era
Con tantos factores habría que escribir varias tesis, pero situándome sólo en el periodismo aventuro algunas conclusiones para el debate:

>> Nuevo liderazgo para un nuevo público. El líder de la Transición ha perdido sus atractivos y gran parte de su audiencia. El público más activo social, cultural y económicamente busca un nuevo referente de calidad. El País intenta reposicionarse y El Mundo apuesta fuerte. A ambos les lastra su politización. ABC está muy alejado de esa batalla y en Barcelona La Vanguardia afianza un sitio mejor defendido que el de El Periódico.

>> La información vivirá en internet. Pedro J. Ramírez ha descubierto la Red. Por eso destituyó a Gumersindo Lafuente. Del escepticismo a la apuesta contenida y ahora, el futuro.
Pedro J. sabe que debe dominar la información en internet si quiere ser el líder del futuro.
El País sigue atenazado por la mentalidad de algunos de sus directivos, incapaces de entender una realidad sobre la que teorizan pero donde no actúan o lo hacen muy tímidamente. Su apuesta en la Red es tecnológica, pero su periodismo digital defrauda.
ABC y Vocento tampoco andan con la necesaria presteza y paso firme.

>> Los diarios vuelven a ser ideológicos. Abandonado y sometido el periodismo queda la política del poder. Los diarios son políticos por naturaleza porque su ADN es la vida pública. Pero deben estar más con los ciudadanos que con el poder, con la información más que con la opinión.
La realidad es bien distinta.
Recelosos de lo nuevo, del riesgo, acostumbrados a los pasillos del poder -corredores de ingresos, licencias audiovisuales, publicidad institucional y allegada, etc.- son torpes para transitar por nuevas esferas públicas y privadas.
Por ahí se han colado los gratuitos. En internet, el mercado español está corrompido desde su cuna por los confidenciales, desechos de los viejos medios hechos bits irresponsables y panfletarios.

>> Crisis de negocio. Los diarios son grandes medios, necesitan audiencia y difusión amplias para recabar los recursos necesarios para producir información de calidad. Ese mercado desaparece con la explosión de la multimedia, la fragmentación de la audiencia y la crisis de la comunicación masiva.
¿Pueden ser productos de nicho? Sí, pero sólo con una fuerte reestructuración en su modelo de negocio. Con redacciones de mucha calidad y menos estructura industrial y empresarial. Con un umbral de beneficios más ajustado y estrategias multimedia y multiproducto que ya algunos están desarrollando mientras otros no ven el precipicio.

>> El periodismo cuestionado. La información necesita periodismo. Y periodistas y editores. Pero también volver a sus orígenes: el encuentro y la sintonía con la ciudadanía. Los periodistas ciudadanos, el periodismo 3.0 y la gran revolución de la socialización de la información permite volver a encontrarse, achicar la brecha entre profesionales y público e incorporar el criterio social en los medios.
Si se sigue pensando en la amenaza por encima de otras ventajas el periodismo es prescindible porque no responderá a lo que el público espera.
Los ciudadanos son más corajudos y flexibles.

Wikiartículo abierto | El fin de la era de la prensa
Actualizaciones del artículo

Tuesday, December 20, 2005

La difusa identidad terrorista

El tratamiento de la información sobre terrorismo siempre es complejo. El terrorismo está diseñado para impactar en la población a través de la difusión de sus actos, y los periodistas topan con muchas dificultades de equilibrio, percepción, atribución, política y contraste de muchos actos terroristas y de violencia política, religiosa, tribal o racial.
ETA se cuela constantemente en la información de los medios españoles, como también lo hace Al Qaeda y sus versiones.
Por eso la BBC ha vuelto a reclamar mayor precisión en el uso del adjetivo, que se procure la atribución por las fuentes para evitar juicios de valor de los periodistas y se repare en los diferentes criterios de denominación de atentados y de los responsables de hechos violentos, que van desde insurgentes a militantes o combatientes irregulares, responsables de ejecuciones incluso tras juicios.
Los criterios de la BBC (.doc Word) llaman la atención sobre que el empleo de "la palabra terrorista puede ser una barrera más que una ayuda para la comprensión" de la información.
"No debemos adoptar el lenguaje de otra gente como el nuestro propio (...) Nuestra responsabilidad es permanecer objetivos e informar de manera que permita a nuestras audiencias hacer sus propios juicios sobre quién está haciendo qué a quién".
Una aspiración de "neutralidad moral" obligada en un medio global con diferentes audiencias y diferentes visiones sobre qué es terrorismo. Pero muy difícil de conseguir cuando quien informa está de un lado y los violentos están al otro.
El lado de los periodistas es o debe ser el de la ley, la democracia y los ciudadanos, pero el nuevo terrorismo global y su respuesta, en ocasiones al filo de la ley o en contradicción con el derecho internacional, hace tambalear muchos principios.
La intención de la BBC es despojar de elementos políticos a los actos violentos, y por eso pide mayor precisión en el lenguaje con descripciones de qué hacen (tirotean, bombardean, asaltan, secuestran...) quiénes (de tal organización, conocida o no, en tal situación...) a quién (otros combatientes, civiles, transeúntes, viajeros, etc.).
Es un paso más sobre la última actualización de su código deontológico, donde se prima la precisión sobre la rapidez y se insistía en "la especial responsabilidad sobre la audiencia británica e internancional cuando se informa de conflictos".
Todos los códigos nacionales e internacionales alertan para no caer en las trampas, el lenguaje y las amenazas de los terroristas. En recomendaciones como las reunidas por Radio Televisión Española se recuerda la imposibilidad de la neutralidad contra el terror y se anima a los periodistas a defender a los ciudadanos y la democracia. Se llama también a evitar el lenguaje terrorista para no tergiversar la realidad y luchar contra el lenguaje argumental con "un lenguaje que impida la justificación y dignificación de su actividad delincuente".
En el mismo sentido se ha pronunciado la Comisión Europea, que incluso pretende un código deontológico con recomendaciones sobre cómo llamar a los terroristas para desposeerlos de justificaciones políticas, religiosas, etc. Organizaciones como Reporteros sin Fronteras denuncian los excesos del miedo.
Los socialistas vascos también pidieron hace unos meses un pacto entre políticos y periodistas sobre terrorismo que fue rápidamente contestado por los profesionales.
Responsabilidad, rigor, precisión, alejamiento de las justificaciones y juicios de valor de unos y otros. El documento de la BBC hace pensar sobre la inflación de terrorismo, con todas sus connotaciones, y empuja a una búsqueda de la verdad desnuda de los hechos y sus protagonistas en un contexto.
Considera la pura descripción del terror y sus autores y víctimas suficiente para que el público pueda hacer su juicio. ¿Será suficiente y adecuado? Despojar la información de cualquier justificación para hacerla aparecer patente a los ciudadanos quizá sea suficiente, pero sólo si el contexto está explicado con rigor y completitud, y de nuevo surgen dudas entre la defensa de la precisión y la excesiva corrección política.

P21 | Contra la retención de datos
P21 | La BBC actualiza su código ético

Monday, December 05, 2005

Nuevos criterios para el periodismo de calidad

Respetar las tradicionales exigencias objetivas del periodismo y sumar los nuevos criterios subjetivos emanados de la intervención del público son condiciones indispensables de la calidad en la era del Periodismo 3.0.
Es la idea sobre la que construí la disertación para la inauguración del Máster de Periodismo Las Provincias/CEU (crónica en Universia), una buena ocasión para reflexionar sobre los desafíos del periodismo de calidad en la época de la participación.
A las exigencias objetivas de veracidad, rigor, precisión, credibilidad, completitud y demás criterios objetivos, el periodismo actual debe sumar las subjetivas: utilidad, cercanía, comodidad, contextualización, selección, personalización, interactividad... que ya no dependen de la obtención de la información, sino de cómo se edita y difunde para su uso por el público.
Algunos de estos criterios son tan tradicionales como los objetivos y han sido explotados por la prensa y la radio local, y hoy en día por la prensa gratuita, mientras los grandes medios abordan la información desde una perspectiva demasiado ideológica y convertida ya en rasgo esencial de su hueco de mercado.
Pero para refrescar la información es necesario salir de las fuentes tradicionales y su tratamiento. Los medios cubren fuentes institucionales (instituciones, gabinetes de prensa, empresas, etc.) y acontecimientos (sucesos de especial relevancia).
La dependencia de las fuentes se hace excesiva en un entorno de saturación informativa, y en esa edición de informaciones con el mismo origen y mensajes ya elaborados e institucionalizados se cae en la redundancia, en la similitud de tantas informaciones y tantos medios. La propia procedencia de la información impone además la lejanía del público.
Los medios participativos generan sus propia agenda apoyada en el saber de sus autores (conocimientos e intereses particulares), su cercanía a la información (por interés o contacto) y por la propia reacción del público a los mensajes.
El criterio social depura mensajes a menudo procedentes de los medios y los personaliza en la conversación.
El periodismo futuro combina lo mejor de una y otra tradición. Algunos grandes medios como The Washington Post ya están intentando entrar en la conversación aprovechando herramientas de los medios sociales.
Cada vez serán menos los medios con la potencia y autoridad suficiente para liderar la agenda informativa, pero debajo de los grandes acontecimientos hay mucha información a menudo sepultada. La lealtad a los ciudadanos y el control de los poderes públicos siguen siendo principios irrenunciables del periodismo, pero la cotidianeidad es mucho más.
Este nuevo periodismo surgido de la interacción del tradicional y el 3.0 apunta a un modelo futuro donde:
>> el consumo de información es personal pero se comparte socialmente y el criterio social afecta al periodístico;
>> aparece con fuerza una cercanía emocional a la información multiplicada por la instantaneidad;
>> un rechazo de la institucionalización de los mensajes y una demanda de voz humana para establecer una conversación en confianza;
>> en un entorno de fuerte interactividad desde la agenda que condiciona el producto final.