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lunes, 2 de marzo de 2009

Vivir

"Los bordes del tablero se van llenando de peones y caballos

comidos, pero vivir es tener los ojos clavados en las piezas que

siguen en juego."



Julio Cortázar - En "Los premios"



jueves, 12 de febrero de 2009

Siempre se extraña Cortázar...


Un 12 de febrero también, pero de 1984, moría en París Julio Cortázar a los 70 años. Afortunadamente, tenemos infinidad de textos que nos impiden olvidarlo...

Los que siguen, son fragmentos y frases sueltas de Rayuela, tal vez su novela mas popular.


"Nunca te llevé a que Madame Léonie te mirara la palma de la mano, a lo mejor tuve miedo de que leyera en tu mano alguna verdad terrible sobre mí, porque fuiste siempre un espejo terrible, una espantosa máquina de repeticiones, y lo que llamamos amarnos fue quizá que yo estaba de pie delante de vos, con una flor amarilla en la mano, y vos sostenías dos velas verdes y el tiempo soplaba contra nuestras caras una lenta lluvia de renuncias y despedidas y tickets de metro."

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"Como no sabías disimular me di cuenta enseguida que para verte como yo quería era necesario empezar por cerrar los ojos."

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"Yo aprovechaba para pensar en cosas inútiles, método que había empezado a practicar años atrás en un hospital y que cada vez me parecía más fecundo y necesario."

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...la felicidad tenía que ser otra cosa, algo quizá más triste que esta paz y este placer, un aire como de unicornio o isla, una caída interminable en la inmovilidad.

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¿Y el Tiempo? Todo recomienza, no hay un absoluto. Después hay que comer o descomer, todo vuelve a entrar en crisis. El deseo cada tantas horas, nunca demasiado diferente y cada vez otra cosa: trampa del tiempo para crear las ilusiones. «Un amor como el fuego, arder eternamente en la contemplación del Todo. Pero en seguida se cae en un lenguaje desaforado.»

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Nuestra verdad posible tiene que ser invención, es decir escritura, literatura, pintura, escultura, agricultura, piscicultura, todas las turas de este mundo. Los valores, turas, la santidad, una tura, la sociedad, una tura, el amor, pura tura, la belleza, tura de turas.


martes, 16 de diciembre de 2008

La infancia y el cielo

"La rayuela se juega con una piedrecita que hay que empujar con la punta del zapato. Ingredientes: una acera, una piedrecita, un zapato y un bello dibujo con tiza, preferentemente de colores. En lo alto está el Cielo, abajo está la Tierra, es muy difícil llegar con la piedrecita al Cielo, casi siempre se calcula mal y la piedra sale del dibujo. Poco a poco, sin embargo, se va adquiriendo la habilidad necesaria para salvar las diferentes casillas (rayuela caracol, rayuela rectangular, rayuela de fantasía, poco usada) y un día se aprende a salir de la Tierra y remontar la piedrecita hasta el Cielo, hasta entrar en el Cielo, lo malo es que justamente a esa altura, cuando casi nadie ha aprendido a remontar la piedrecita hasta el Cielo, se acaba de golpe la infancia y se cae en las novelas, en la angustia al divino cohete, en la especulación de otro Cielo al que también hay que aprender a llegar. Y porque se ha salido de la infancia se olvida que para llegar al Cielo se necesitan, como ingredientes, una piedrecita y la punta de un zapato”.


Julio Cortázar, en "Rayuela"

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Me caigo y me levanto

Nadie puede dudar de que las cosas recaen,
un señor se enferma y de golpe un miércoles recae
un lápiz en la mesa recae seguido
las mujeres, cómo recaen!
teóricamente a nada o a nadie se le ocurriría recaer
pero lo mismo está sujeto
sobre todo porque recae sin conciencia
recae como si nunca antes
un jazmín para dar un ejemplo perfumado
a esa blancura
¿de dónde le viene su penosa amistad con el amarillo?
el mero permanecer ya es recaída
es jazmín entonces
y no hablemos de las palabras
esas recayentes deplorables
y de los buñuelos fríos que son la recaída clavada
contra lo que pasa, se impone pacientemente la rehabilitación
en lo más recaído hay algo que siempre pugna por rehabilitarse
en el hongo pisoteado, en el reloj sin cuerda
en los poemas de Pérez, en Pérez
todo recayente tiene ya en sí un rehabilitante
pero el problema, para nosotros lo que pensamos nuestra vida
es confuso y casi infinito
un caracol segrega y una nube aspira
seguramente recaerán
pero una compensación ajena a ellos los rehabilita
los hace treparse poco a poco a lo mejor de si mismos
antes de la recaída inevitable
pero nosotros tía ¿cómo haremos?
¿cómo nos daremos cuenta de que hemos recaído
si por la mañana estamos tan bien
tan café con leche
y no podemos medir hasta donde hemos recaído en el sueño
o en la ducha
y si sospechamos lo recadente de nuestro estado
¿cómo nos rehabilitaremos?
hay quienes recaen al llegar a la cima de una montaña
al terminar su obra maestra
al afeitarse sin un solo tajito
no toda recaída va de arriba abajo
porque arriba y abajo no quieren decir gran cosa
cuando ya no se sabe donde se está
probablemente Icaro creía tocar el cielo
cuando se hundió en el mar …. y
dios te libre de una zambullida tan mal preparada
tía ¿cómo nos rehabilitaremos?
hay quien ha sostenido que la rehabilitación
sólo es posible alterándose
pero olvidó que toda recaída es una desalteración
una vuelta al barro de la culpa
perfecto!
somos lo más que somos porque nos alteramos
salimos del barro en busca de la felicidad
y la conciencia y los pies limpios
un recayente es entonces un desalterante
de donde se sigue que
nadie se rehabilita sin alterarse
pretender la rehabilitación alterandose es una triste redundancia
nuestra condición es la recaída y la desalteración
y a mi me parece que un recayente debería rehabilitarse de otra manera
que por lo demás ignoro
No solamente ignoro eso
sino que jamás he sabido en qué momento
mi tía o yo recaemos
¿cómo rehabilitarnos entonces si a lo mejor no hemos recaído todavía?
y la rehabilitación nos encuentra ya rehabilitados
Tía, no será esa la respuesta ahora que lo pienso...
Hagamos una cosa:
Usted se rehabilita y yo la observo
varios días seguidos
digamos, una rehabilitación continua
usted está todo el tiempo rehabilitándose y yo la observo
o al revés si prefiere
pero a mí me gustaría que empezara usted
porque soy modesto y buen observador
de esa manera si yo recaigo en los intervalos de mi rehabilitación
mientras usted no le da tiempo a la recaída
y se rehabilita como en un cine continuado
al cabo poco nuestra diferencia será enorme
Usted estará tan por encima que dará gusto
entonces yo sabré que el sistema ha funcionado
y empezaré a rehabilitarme furiosamente
pondré el despertador a las tres de la mañana
suspenderé mi vida conyugal
y las demás recaídas que conozco
para que, sólo queden las que no conozco
y a lo mejor poco a poco un día estaremos otra vez juntos tía
y será tan hermoso decir...
ahora nos vamos al centro y nos compramos un helado
el mío todo de frutilla
y el de usted con chocolate y un bizcochitos.

Julio Cortázar

domingo, 30 de noviembre de 2008

El testigo


- Vos no podrías -dijo-. Vos pensás demasiado antes de hacer nada.

- Parto del principio de que la reflexión debe preceder a la acción, bobalina.

- Partís del principio- dijo la Maga-. Qué complicado. Vos sos como un testigo, sos el que va al museo y mira los cuadros. Quiero decir que los cuadros están ahí y vos en el museo, cerca y lejos al mismo tiempo. Yo soy un cuadro, Rocamadour es un cuadro. Etienne es un cuadro, esta pieza es un cuadro. Vos creés que estás en esta pieza pero no estás. Vos estás mirando la pieza, no estás en esta pieza.



Julio Cortázar, en "Rayuela"


* Dedicado a la chica mas "cortazera" que conozco, y admiradora de La Maga sobre todo...
Aunque justo hoy, quizás no lo merezcas (ja!), para vos Jose!

lunes, 10 de noviembre de 2008

Policrítica en la hora de los chacales (parte 1)

Por Julio Cortázar
Revista Casa de las Américas, n º 67, julio-agosto de 1971, La Habana


Explicación del título: hablando de los complejos problemas cubanos, una amiga francesa mezcló los términos crítica y política, inventando la palabra policritique. Al escucharla pensé (también en francés) que entre poli y tique se situaba la sílaba cri, es decir grito. Grito político, crítica política en la que el grito está ahí como un pulmón que respira; así he entendido siempre, así la seguiré sintiendo y diciendo. Hoy hay que gritar una política crítica, hay que criticar gritando cada vez que se lo cree justo: sólo así podremos acabar un día con los chacales y las hienas.


¿De qué sirve escribir la buena prosa?
¿De qué vale que exponga razones y argumentos?
Si los chacales velan, la manada se tira contra el verbo,
Lo mutilan, le sacan lo que quieren, dejan de lado el resto,
Vuelven lo blanco negro, el signo más se cambia en signo menos,
Los chacales son sabios en los télex, son las tijeras de la infamia y del malentendido,
Manada universal, blancos, negros, albinos, lacayos si no firman y todavía más chacales cuando firman.
De qué sirve escribir midiendo cada frase,
De qué sirve pesar cada acción, cada gesto que expliquen la Conducta
Si al otro día los periódicos, los consejeros, las agencias, los policías disfrazados,
Los asesores del gorila, los abogados de los trusts
Se encargarán de la versión más adecuada para consumo de inocentes o de crápulas,
fabricarán una vez más la mentira que corre, la duda que se instala, y tanta buena gente en tanto pueblo y tanto campo de tanta tierra nuestra que abre su diario y busca su verdad y se encuentra con la mentira maquillada, los bocados a punto, y va tragando baba prefabricada, mierda en pulcras columnas.

Y hay quien cree y hay quien olvida el resto, tantos años de amor y de combate, porque así es, compadre, los chacales lo saben: la memoria es falible y como en los contratos, como en los testamentos, el diario de hoy con sus noticias invalida todo lo precedente, hunde el pasado en la basura de un presente traficado y mentido.

Entonces no, mejor ser lo que se es,
Decir eso que quema la lengua y el estómago, siempre habrá quien entienda este lenguaje que del fondo viene

Como del fondo brotan el semen, la leche, las espigas. Y el que espera otra cosa, la defensa o la fina explicación, la reincidencia o el escape, nada más fácil que comprar el diario Made in USA
Y leer los comentarios a este texto, las versiones de Reuter o de la UPI
Donde los chacales sabihondos le darán la versión satisfactoria, donde editorialistas mexicanos o brasileños o argentinos, traducirán para él, con tanta generosidad, las instrucciones del chacal con sede en Washintong,
Las pondrán en correcto castellano, mezcladas con saliva nacional, con mierda autóctona, fácil de tragar.


No me excuso de nada, y sobre todo no excuso este lenguaje,
Es la hora del Chacal, de los chacales y de sus obedientes:
Los mando a todos a la reputa madre que los parió,
Y digo lo que vivo y lo que siento y lo que sufro y lo que Espero.

Diariamente, en mi mesa, los recortes de prensa: París, Londres, Nueva York, Buenos Aires, México City, Río. Diariamente (en poco tiempo, apenas dos semanas) la máquina montada, la operación cumplida, los liberales encantados, los revolucionarios confundidos, la violación con letra impresa, los comentarios compungidos, alianza de chacales y de puros, la manada feliz, todo va bien.
Me cuesta emplear esta primera persona del singular, y más me Cuesta Decir: esto es así, o esto es mentira. Todo escritor, Narciso, se masturba defendiendo su nombre, el Occidente lo ha llenado de orgullo solitario.


¿Quién soy yo Frente a los pueblos que luchan por la sal y la vida, con qué derecho he de llenar más páginas con negociaciones y Opiniones personales?
Si hablo de mí es que acaso, compañero, allí donde te encuentran estas líneas, me ayudarás, te ayudaré a matar a los chacales,
Veremos más preciso el horizonte, más verde el mar y más seguro el hombre.
Les hablo a todos mis hermanos, pero miro hacia Cuba,
No sé de otra manera mejor para abarcar la América Latina.
Comprendo a Cuba como sólo se comprende al ser amado, los gestos, las distancias y tantas diferencias, las cóleras, los gritos: por encima está el sol, la libertad.

Y todo empieza por lo opuesto, por un poeta encarcelado,
Por la necesidad de comprender por qué, de preguntar y de Esperar,
Qué sabemos aquí de lo qué pasa, tantos que somos Cuba,
Tantos que diariamente resistimos el aluvión y el vómito de las buenas conciencias,
De los desencantados, de los que ven cambiar ese modelo
Que imaginaron por su cuenta y en sus casas, para dormir tranquilos
Sin hacer nada, sin mirar de cerca, la luna de miel barata con su isla paraíso
Lo bastante lejana para ser de verdad paraíso
Y que de golpe encuentran que su cielito lindo les cae en la Cabeza.
Tienes razón Fidel: sólo en la brega hay derecho al Descontento, sólo de adentro ha de salir la crítica, la búsqueda de fórmulas mejores,
Sí, pero de adentro es tan afuera a veces,


Y si hoy me aparto para siempre del liberal a la violeta, de los que firman los virtuosos textos por-que-Cu-ba-no-es-eso-que-e-xi-gen-sus-es-que-mas-de-bu-fe-te,
no me creo excepción, soy como ellos, qué habré hecho por Cuba más allá del amor,
Qué habré dado por Cuba más allá de un deseo, una esperanza.
Pero me aparto ahora de su mundo ideal, de sus esquemas,

Precisamente ahora cuando se me pone en la puerta de lo que amo, se me prohibe defenderlo,
Es ahora que ejerzo mi derecho a elegir, a estar una vez más y más que nunca, con tu Revolución, mi Cuba, a mi manera. Y mi manera torpe, a manotazos, es ésta, es repetir lo que me gusta o no me gusta, aceptando el reproche de hablar desde tan lejos
Y a la vez insistiendo (cuántas veces lo habré hecho para el Viento) en que soy lo que soy, y no soy nada, y esa nada es mi tierra Americana,
Y como pueda y donde este signo siendo tierra, y por sus Hombres, escribo cada letra de mis libros y vivo cada día de mi vida.

(sigue en el siguiente post)

Julio Cortázar
Revista Casa de las Américas, n º 67, julio-agosto de 1971, La Habana


Policrítica en la hora de los chacales (parte 2)

Por Julio Cortázar
Revista Casa de las Américas, n º 67, julio-agosto de 1971, La Habana



Comentario de los chacales (vía México, reproducida con alborozo en Río de Janeiro y Buenos Aires): "El ahora francés Julio Cortázar… etc." De nuevo el patrioterismo de escarapela, cómodo y rendidor, de nuevo la baba de los resentidos, de tantos que se quedan en sus pozos sin hacer nada, sin ser oídos más que en sus casas a la hora del bife; como si en algo dejara yo de ser latinoamericano, como si un cambio a nivel de pasaporte (y ni siquiera lo es, pero no vamos a poner a explicar, al chacal se lo patea y se acabó) mi corazón fuera a cambiar, mi conducta fuera a cambiar, mi camino fuera a cambiar. Demasiado asco para seguir con esto; mi patria es otra cosa, nacionalista infeliz; me sueno los mocos con tu bandera de pacotilla, ahí donde estés. La revolución también es otra cosa; a su término, muy lejos, tal vez infinitamente lejos, hay una magnífica quema de banderas, una fogata de trapos manchados por todas las mentiras y la sangre de la historia de los chacales y los resentidos y los mediocres y los burócratas y los gorilas y los lacayos.

Y así es, compañeros, si me oyen en La Habana, en cualquier parte, hay cosas que no trago, hay cosas que no puedo tragar en una marcha hacia la luz,nadie llega a la luz si saca a relucir los podridos fantasmas del pasado,si los perjuicios, los tabúes del macho y de la hembra siguen en sus maletas, y si un vocabulario de casuistas cuando no de energúmenos arma la burocracia del idioma y los cerebros, condiciona a los pueblos que Marx y que Lenin soñaron libres por dentro y por fuera, en carne y en conciencia y en amor, en alegría y trabajo.

Por eso, compañeros, sé que puedo decirles lo que creo y no creo, lo que acepto y no acepto,
Esta mi policrítica, mi herramienta de luz,
Y en Cuba sé de ese combate contra tanto enemigo, sé de esa isla de hombres enteros que nunca olvidarán la risa y La ternura, que las defenderán enamoradamente,
Que cantan y que beben entre turnos de brega, que hacen Guardia fumando,
Que son los que buscó Martí, lo que firmaron con su sangre tantos muertos
A la hora de caer frente a chacales de dentro y a chacales de fuera.
No seré yo quien proclame al divino botón el coraje de Cuba y Su combate;
Siempre hay alguna hiena maquinada de juez, poeta o crítico, lista a cantar las loas de lo que odia en el fondo de sus tripas, pronta a asfixiar la voz de los que quieren el verdadero diálogo, el contacto por lo alto y por lo bajo: contacto con ese hombre que manda en el peligro porque el pueblo, cuenta con él y sabe que está ahí porque es justo, porque en él se define la razón de la lucha, del duro derrotero,
Porque jugo su vida con Camilo y el Che y tantos que pueblan de huesos y memorias la tierra de la palma;
Y también en contacto Con el otro, el sencillo camarada que necesita la palabra y el rumbo para impulsar mejor la máquina, para cortar mejor la caña.

Nadie espere de mí el elogio fácil, pero hoy es más que nunca tiempo de decisión y de aguas Claras: Diálogo pido, encuentro en las borrascas, policríticas diaria,
No acepto la repetición de humillaciones torpes,
No acepto risas de los fariseos convencidos de que todo anda bien después de cada ejemplo,
No acepto la intimidación ni la vergüenza. Y es por eso que acepto la crítica de veras, la que viene de aquel que aguanta en el timón, de aquellos que pelean por una causa justa, allá o aquí, en lo alto o en lo bajo, y reconozco la torpeza de pretender saberlo todo desde un mero escritorio y busco humildemente la verdad en los hechos de ayer y de mañana, y te busco la cara, Cuba la muy querida, y soy el que fue a ti como se va a beber el agua, con la sed que será racimo o canto.
Revolución hecha de hombres, llena estarás de errores y desvíos, llena estarás de Lágrimas y Ausencias, pero a mí, a los que tantos en horizontes somos pedazos de América Latina,
Tú nos comprenderás al término del día, volveremos a vernos, a estar juntos, carajo,
Contra hienas y cerdos y chacales de cualquier meridiano, contra tibios y flojos y escribas y lacayos
En París, en La Habana o Buenos Aires, contra lo peor que duerme en lo mejor, contra el peligro de quedarse atascado en plena ruta, de no cortar los nudos a machetazo limpio,
Así yo sé que un día volveremos a vernos,
Buenos días, Fidel, buenos días, Haydée, buenos días mi Casa, mi sitio en los amigos y en las calles, mi buchito, mi amor, mi caimancito herido y más vivo que nunca,
Yo soy esta palabra mano a mano como otros son tus ojos o tus músculos,
Todos juntos iremos a la zafra futura, al azúcar de un tiempo sin imperios ni esclavos.

Hablémonos, eso es de hombres: al comienzo fue el diálogo. Déjame defenderte
cuando asome el chacal de turno, déjame estar ahí. Y si no lo quieres, oye, compadre, olvida tanta crisis barata. Empecemos de nuevo, di lo tuyo, aquí estoy, aquí te espero; toma, fuma conmigo, largo es el día, el humo ahuyenta los mosquitos.

Sabes, nunca estuve tan cerca como ahora, de lejos, contra viento y marea. El día nace.


Julio Cortázar
Revista Casa de las Américas, n º 67, julio-agosto de 1971, La Habana

martes, 23 de septiembre de 2008

Negación del olvido

Discurso pronunciado por Julio Cortázar en París durante el Coloquio sobre la Política de desaparición forzada de personas.
31 de Enero - 10 de Febrero de 1981

"Pienso que todos los aquí reunidos coincidirán conmigo en que cada vez que a través de testimonios personales o de documentos tomamos contacto con la cuestión de los desaparecidos en la Argentina o en otros países sudamericanos, el sentimiento que se manifiesta casi de inmediato es el de lo diabólico. Desde luego, vivimos en una época en la que referirse al diablo parece cada vez más ingenuo o más tonto; y sin embargo es imposible enfrentar el hecho de las desapariciones sin que algo en nosotros sienta la presencia de una fuerza que parece venir de las profundidades, de esos abismos donde inevitablemente la imaginación termina por situar a todos aquellos que han desaparecido. Si las cosas parecen relativamente explicables en la superficie - los propósitos, los métodos y las consecuencias de las desapariciones -, queda, sin embargo, un trasfondo irreducible a toda razón a toda justificación humana; y es entonces que el sentimiento de lo diabólico se abre paso como si por un momento hubiéramos vuelto a las vivencias medievales del bien y del mal, como si a pesar de todas nuestras defensas intelectuales lo demoníaco estuviera una vez más ahí diciéndonos:

“¿Ves? Existo: Ahí tienes la prueba”.

Pero lo diabólico, por desgracia, es en este caso humano, demasiado humano; quienes han orquestado una técnica para aplicarla mucho más allá de casos aislados y convertirla en una práctica de cuya multiplicación sistemática han dado idea las cifras publicadas a raíz de la reciente encuesta de la OEA, saben perfectamente que ese procedimiento tiene para ellos una doble ventaja: la de eliminar a un adversario real o potencial sin hablar de los que no lo son pero que caen en la trampa por juegos del azar, de la brutalidad o del sadismo y a la vez injertar, mediante la más monstruosa de las cirugías, la doble presencia del miedo y de la esperanza en aquellos a quienes les toca vivir la desaparición de seres queridos. Por un lado se suprime a un antagonista virtual o real; por el otro, se crean las condiciones para que los parientes o amigos de las víctimas se vean obligados en muchos casos a guardar silencio como única posibilidad de salvaguardar la vida de aquellos que su corazón se niega a admitir como muertos. Si basándose en una estimación que parece estar muy por debajo de la realidad, se habla de ocho o diez mil desaparecidos en la Argentina, es fácil imaginar el número de quienes conservan todavía la esperanza de volver a verlos con vida. La extorsión moral que ello significa para estos últimos, extorsión muchas veces acompañada de la estafa lisa y llana que consiste en prometer averiguaciones a cambio de dinero es la prolongación abominable de ese estado de cosas donde nada tiene definición, donde promesas y medias palabras multiplican al infinito un panorama cotidiano lleno de siluetas crepusculares que nadie tiene la fuerza de sepultar definitivamente. Muchos de nosotros poseemos testimonios insoportables de este estado de cosas, que puede llegar incluso al nivel de los mensajes indirectos, de las llamadas tele fónicas en las que se cree reconocer una voz querida que sólo pronuncia unas pocas frases para asegurar que todavía está de este lado, mientras quienes escuchan tienen que callar las preguntas más elementales por temor de que se vuelvan inmediatamente en contra del supuesto prisionero. Un diálogo real o fraguado entre el infierno y la tierra es el único alimento de esa esperanza que no quiere admitir lo que tantas evidencias negativas le están dando desde hace meses, desde hace años. Y si toda muerte humana entraña una ausencia irrevocable, ¿qué decir de esta ausencia que se sigue dando como presencia abstracta, como la obstinada negación de la ausencia final? Ese círculo faltaba en el infierno dantesco y los supuestos gobernantes de mi país, entre otros, se han encargado de la siniestra tarea de crearlo y de poblarlo.

De esa población fantasmal, a la vez tan próxima y tan lejana, se trata en esta reunión. Por encima y por debajo de las consideraciones jurídicas, los análisis y as búsquedas normativas en el terreno del derecho interno e internacional es de ese pueblo de las sombras que estamos hablando. En esta hora de estudio y de reflexión, destinada a crear instrumentos más eficaces en defensa de las libertades y los derechos pisoteados por las dictaduras, la presencia invisible de miles y miles de desaparecidos antecede y rebasa y continúa todo el trabajo intelectual que podamos cumplir en estas jornadas. Aquí, en esta sala donde ellos no están, donde se los evoca como una razón de trabajo, aquí hay que sentirlos presentes y próximos, sentados entre nosotros, mirándonos, hablándonos.

El hecho mismo de que entre los participantes y el público haya tantos parientes y amigos de desaparecidos vuelve todavía más perceptible esa innumerable muchedumbre congregada en un silencioso testimonio, en una implacable acusación. Pero también están las voces vivas de los sobrevivientes y de los testigos, y todos los que hayan leído informes como el de la Comisión de Derechos Humanos de la OEA guardan en su memoria impresos con letras de fuego, los casos presentados como típicos, las muestras aisladas de un exterminio que ni siquiera se atreve a decir su nombre y que abarca miles y miles de casos no tan bien documentados pero igualmente monstruosos. Así, mirando tan sólo hechos aislados, ¿quién podría olvidar la desaparición de la pequeña Clara Anahí Mariani, entre la de tantos otros niños y adolescentes que vivían fuera de la historia y de la política, sin la menor responsabilidad frente a los que ahora pretenden razones de orden-y de soberanía nacional para justificar sus crímenes? ¿Quién olvida el destino de Silvia Corazza de Sánchez, la joven obrera cuya niña nació en la cárcel, y a la que llevaron meses después para que entregara la criatura a su abuela antes de hacerla desaparecer definitivamente? ¿Quién olvida el alucinante testimonio sobre el campo militar “La Perla” escrito por una sobreviviente, Graciela Susana Geuna, y publicado por la Comisión Argentina de Derechos Humanos? Cito nombres al azar del recuerdo, imágenes asiladas de unas pocas lápidas en un interminable cementerio de sepultados en vida. Pero cada nombre vale por cien, por mil casos parecidos, que sólo se diferencian por los grados de la crueldad, del sadismo, de esa monstruosa voluntad de exterminación que ya nada tiene que ver con la lucha abierta y así en cambio con el aprovechamiento de la fuerza bruta, del anonimato y de las peores tendencias humanas convertidas en el placer de la tortura y de la vejación a seres indefensos. Si de algo siento vergüenza frente a este fratricidio que se cumple en el más profundo secreto para poder negarlo después cínicamente, es que sus responsables y ejecutores son argentinos o uruguayos o chilenos, son los mismos que antes y después de cumplir su sucio trabajo salen a la superficie y se sientan en los mismos cafés, en los mismos cines donde se reúnen aquellos que hoy o mañana pueden ser sus víctimas. Lo digo sin ánimo de paradoja: Más felices son aquellos pueblos que pudieron o pueden luchar contra el terror de una ocupación extranjera. Más felices, sí, porque al menos sus verdugos vienen de otro lado, hablan otro idioma, responden a otras maneras de ser. Cuando la desaparición y la tortura son manipuladas por quienes hablan como nosotros, tienen nuestros mismos nombres y nuestras mismas escuelas, comparten costumbres y gestos, provienen del mismo suelo y de la misma historia, el abismo que se abre en nuestra conciencia y en nuestro corazón es infinitamente, más hondo que cualquier palabra que pretendiera describirlo.

Pero precisamente por eso, porque en este momento tocamos fondo como jamás lo tocó nuestra historia, llena sin embargo de etapas sombrías, precisamente por eso hay que asumir de frente y sin tapujos esa realidad que muchos pretenden dar ya por terminada. Hay que mantener en un obstinado presente, con toda su sangre y su ignominia, algo que ya se está queriendo hacer entrar en el cómodo país del olvido; hay que seguir considerando como vivos a los que acaso ya no lo están pero que tenemos la obligación de reclamar, uno por uno, hasta que la respuesta muestre finalmente la verdad que hoy se pretende escamotear. Por eso este coloquio, y todo lo que podamos hacer en el plano nacional e internacional, tiene un sentido que va mucho más allá de su finalidad inmediata; el ejemplo admirable de las Madres de la Plaza de Mayo está ahí como algo que se llama dignidad, se llama libertad, y sobre todo se llama futuro".