Y en ese intento de reflexión, me detuve en lo dificil que es encontrar y sostener el equilibrio, en lo complejo que se hace hallar el justo medio que nos permita seguir resistiendo y haciendo, ¿cómo sostener la necesaria calma para la acción reflexiva y no la impulsiva, en un contexto donde las desigualdades son cada vez mayores y las inequidades cada vez más desproporcionales?; ¿cómo hacer para hablar de un mundo en paz, cuando la cotidianeidad nos enfrenta constantemente a situaciones violentas, partiendo de la vulnerabilidad permanente de derechos?; ¿cómo no preguntarse si tiene sentido la lucha diaria, cuando uno escucha que se le pregunta a la gente que significa el 24 de marzo, y responden un feriado por semana santa?; ¿cómo evitar no caer en la insensibilidad, como mecanismo defensivo, frente a tanta crueldad diaria?; ¿cómo hacer para no sentir ganas de dejar todo, y huir a seguir reproduciendo el individualismo tan vigente en estos tiempos?
Sin embargo, en el medio de este caos, de este desequilibrio, uno se encuentra compartiendo sentires, ideas, proyectos con otros tantos, que siguen enunciando a pesar de todo intento de silenciarnos; que siguen haciendo a pesar de sentir tantas veces el cansancio, de no sólo escuchar sino de padecer las injusticias; que siguen avanzando, andando, superando el peso de las barreras que pretenden limitarnos a diario; que están convencidos de que es posible cambiar las cosas y por eso vencen ante tanto intento de desvanecernos; que siguen respetando y actuando desde la pasión que genera el aspirar a tranformar lo establecido, lo impuesto.
Y como parte de la búsqueda de ese equilibrio, de no permitir que nos derribe la frustraciòn de no alcanzar la meta esperada en el tiempo deseado, es tener en claro y presente que la transformación no es algo inmediato, pero si es una constante las revoluciones, transformaciones cotidianas, que tenemos mucho por hacer en ello, y sin dudas eso renueva y demuestra que es posible sostener con plena convicción el ideal de una sociedad justa con equidad e igualdad, y màs aún cuando nos permitimos la libertad de actuar desde y con esas convicciones, sin autoimponernos limitaciones, sin entregrase, resisitiendo y es en esto donde yo encuentro el equilibrio para seguir andando...
No te entregues corazòn (se puede escuchar acà la canción)