es que... esta noche me duele la cabeza
¿otra veeez?
¡¡¡...?...!!!
«Creo que la razón primordial por la que existimos, por la que vivimos en este mundo, es el descubrimiento»
James Dean

Si algo debemos agradecer al ejército norteamericano es el cambio cultural que se produjo respecto al cuerpo masculino después de la Segunda Guerra Mundial. Las fuerzas armadas, en un intento desesperado por mantener su tropa y animar a otros a reclutarse, empezaron a promover la publicación de fotos de marines atléticos y saludables (de raza blanca); en revistas como
Life y similares se mostraban soldados sin camisa o en bañador, luciendo cuerpos musculados. Nace el
pin-up masculino. Desde entonces, la cultura popular a través de la publicidad, la música, y particularmente a través del Cine, ha ido construyendo una imagen consciente de “lo masculino”. Y Hollywood impuso ese ideal al mundo: un hombre fuerte, viril e íntegro. Frente a los códigos del “macho”, p.e. “el vaquero” Wayne, “el duro” Bogart, o “el héroe” Cooper, aparece un joven de su tiempo, con nuevos valores e ideales, rebelde pero sensible, en lucha consigo mismo y contra el sistema. Los actores que surgen durante la década de los 50, además de guapos guapísimos, destacan por su formación teatral, todos ellos pasaron por el Actor's Studio. Marlon Brando, James Dean, Montgomery Clift y Paul Newman: son los antihéroes del cine moderno, y ayudaron a toda una generación a eliminar algunos tabués de la sociedad de su época.
Dentro de este contexto, me gustaría subrayar en este post el entusiasmo con el que gays (las lesbianas aún eran invisibles) se apropiaban de la mínima referencia a la homosexualidad en la pantalla, por muy ambigua que sea, aunque venga de un personaje de reparto y esté muy muy escondida. Y hoy seguimos haciéndolo, al menos con el cine clásico. Me centraré en estos ejemplos, porque puedo terminar hablando del vaquero de Marlboro o, de Schwarzzie y su Terminator.
* * * * *
Rebelde sin causa (Elia Kazan, 1955)
Sal Mineo, igual que en la vida real, era "amigo" de Dean más allá de la admiración, del mismo modo que Platón le idolatraba en
Rebelde sin causa. Jimmy era como su protector. En su primer encuentro en la comisaría le dice:
«¿Quiéres mi chaqueta?, ¿está calentita?». La ausencia de una figura paterna camufla un deseo homosexual, patente en las miradas constantes que le lanza.
«¿Quiéres venir a mi casa? Estoy solo. Podríamos charlar, desayunar. ...como hacía con mi padre. ¡Ojalá hubieras sido tú mi padre!». Natalie Wood también repara en ello:
«Deberías haberle escuchado, hablaba de ti como si fueras el héroe del Mar de China».

En la última escena Jim le sube la cremallera de su chaqueta porque Platón siempre tenía frío... Sal Mineo repite el mismo rol en
Crime in the streets, pero esta vez su objeto de deseo es John Casavettes, a quien tampoco puede evitar mirar fascinado. Es muy interesante también el rol de Mark Rydell, director de
La Rosa y
En el estanque dorado, aunque no se dice que sea homosexual, su personaje es muy amanerado; y un sádico en sus actos, pero esto daría para otro post.
Crime in the streets (Don Siegel, 1956)
«Su homosexualidad
era algo más que James tenía que llevar consigo desde niño,
no lo gritaba a los cuatro vientos, ni sentía vergüenza por ello,
pero nunca lo dijo en público, solo lo sabían sus amigos más íntimos,
las personas con las que convivió o trabajó,
y la disfrazaba con un cinismo festivo»
Elizabeth Taylor
«Lo único que Monty deseaba
era que representáramos todo el día Té y Simpatía»
Un lugar en el sol (George Stevens, 1951).
«No soy ni un joven rebelde, ni un viejo rebelde, ni siquiera un rebelde cansado, sino simplemente un actor que trata de hacer su trabajo con el máximo de convicción y sinceridad»
Monty
Montgomery Clift fue el más atormentado de todos ellos por su sexualidad, tanto que nunca pudo ser feliz en su vida personal. Al contrario que sus compañeros poseía una educación exquisita. Al morir su madre, empezó a salir con mujeres mayores buscando protección femenina, pero siempre tuvo amantes masculinos más o menos duraderos. El miedo a reconocer su homosexualidad le hizo sufrir toda la vida, la no-aceptación fue el origen de muchos de sus problemas: una excesiva afición al alcohol, los fármacos y otras drogas, un trágico accidente que le desfiguró la cara, estuvo a punto de morir en un incendio, y poco después fallecía de un ataque al corazón con 45 años. Con su buena amiga Liz Taylor sólo mantuvo una relación materno-filial, a pesar de que ella tenía 17 y él casi 30 cuando se conocieron. Gracias a ella pudo incorporarse al rodaje de El árbol de la vida, y consiguió imponerle en los repartos de De repente, el útimo verano y Reflejos en un ojo dorado, que finalmente interpretó Brando al fallecer Monty.
Y protagoniza una de las escenas homoeróticas más famosas del Western en Río Rojo de Howard Hawks. Durante el rodaje sufrió las burlas de John Wayne y Walter Brennan ("demasiado" educado para ellos, tampoco Monty soportaba sus rudos modales ni su conservadurismo). Solamente John Ireland parecía ocuparse de él.
Río Rojo (Howard Hawks, 1948)
Cherry (John Ireland): Es una pistola muy bonita esa que llevas, ¿puedo verla?...
Matt (Montgomery Clift se extraña con la proposición, se rasca la nariz, mete la mano en la funda, saca el arma, y se la pone en su mano).
Cherry: A lo mejor te gustaría ver la mía.
(Intercambian sus armas. Matt no parece prestar mucha atención a la pistola de su compañero, pero Cherry alaba su revólver).
Cherry: Bonita, muy bonita... Sólo hay dos cosas más hermosas que un arma: un reloj suizo y una mujer ...no importa de dónde. ¿Alguna vez has tenido un buen reloj suizo?
Matt no contesta. Empiezan a disparar sobre unas latas vacías.
Ambos elogian la puntería del otro:
Cherry: Sí, ahora sé quien eres. Eres Matthew Garth, ¿verdad?
Matt: Sí, así es.
C.: Eres tan bueno como dicen que eres. Quizás tan bueno como yo.
M.: Yo dejaría espacio para un tercero.
C.: ¿Sí? ¿Quién? ¿Es tan bueno?
M.: Dunson. Él me enseñó.
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«La gente me decía que me comportaba como Brando incluso antes de saber quien era Brando. No me molesta la comparación, pero tampoco me halaga»
James Dean

Un tranvía llamado deseo (Elia Kazan, 1951)
Marlon Brando aúna en sí mismo varios iconos culturales, la camiseta sudada, la mantequilla y la chaqueta de cuero, un elemento más que indispensable en el uniforme de los
leathers.
Johnny,
I love you
Siempre había sospechado que había algo homoerótico en la brutal rivalidad entre los personajes de Johnny (Marlon Brando) y Chino (Lee Marvin) en
El Salvaje. ¡Esa violencia! no es normal! El
look de Brando sigue vigente como arquetipo gay, muy recurrente en particular en el ambiente
leather. Me ha costado encontrar información sobre ello. Pero tenía razón.
http://www.filmforno.com/ The Wild One.
Picnic (Joshua Logan, 1955)
El pecho desnudo de William Holden fue un enorme escándalo cuando se estrenó
Picnic en Estados Unidos. Los subtextos gays de las películas de Charlton Heston le sacaban de quicio. No entendía nada.
Ben-Hur (William Wyler, 1959)
Ostras y Caracoles...
Spartacus (Stanley Kubrick, 1960)
Craso (Laurence Olivier):
¿Robas, Antonino?
Antonino (Tony Curtis):
No, Amo.
— ¿Mientes?
— No, si puedo evitarlo.
— ¿Has deshonrado alguna vez a los dioses?
— No, Amo.
— ¿Te reprimes de todo vicio para respetar las virtudes morales?
— Sí, Amo.
— ¿Comes ostras?
— Cuando las tengo, Amo.
— ¿Comes caracoles?
— No, Amo.
— ¿Consideras moral comer ostras e inmoral comer caracoles?
— No, Amo. Claro que no.
— Cuestión de gustos, ¿no?
— Sí, Amo.
— Y el gusto no es lo mismo que el apetito, y por tanto no se trata de una cuestión de moralidad, ¿no es así?
— Podría verse de esa manera, Amo.
— Es suficiente. Mi toga, Antonino.
Mi gusto incluye... tanto los caracoles como las ostras.
Tony Curtis falleció el pasado 29 de septiembre. En
Trapecio estaba mono, pero me van más tipo Burt Lancaster. Al lado de Kirk Douglas pasa desapercibido en
Espartaco y
Los Vikingos. Mi favorita de las suyas es
Con faldas y a lo loco, pero aquí también me quedo con Jack Lemmon. Un día después moría
Arthur Penn:
El zurdo,
El milagro de Ana Sullivan,
La jauría humana o
Bonnie & Clyde. Uno de los Grandes.
El zurdo (Arthur Penn, 1958)

Hay dos films de
Arthur Penn que sirven para este análisis:
El zurdo es un extraño western que muestra a un ambiguo Billy el Niño, un adolescente inadaptado que acabará como criminal.
Paul Newman vino a llenar el hueco dejado por las prematuras muertes de Monty Clift y Jimmy Dean. Citar también
La gata sobre el tejado de zinc, donde volvía a interpretar a un joven homosexual de un modo mucho más explícito.

Y
Bonnie and Clyde. Fue
Warren Beaty quien le propuso a Penn la reconstrucción de la biografía de los famosos atracadores Bonnie Parker y Clyde Barrow. En este film la homosexualidad es sustituida por la impotencia. Sea como fuere, Bonnie sin poder llevárselo a la cama... Como ya hiciera en
El zurdo, muestra tan sólo unos personajes que son el reflejo de la sociedad en la que viven.
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El caso Wilson.
(Continuará...)
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YO QUIERO SER UN MACHO MAN: La representación camp de la masculinidad en la identidad gay-leather. Alfonso Ceballos Muñoz.
Bob and the Beefcake Boys. Hunk du jour.
http://elsolonline.com/ Rock Hudson: el príncipe valiente.
Montgomery Clift: la homosexualidad como una losa. Joaquín de las Heras.