Hace meses, el ministro Wert animaba a los estudiantes a que se interesaran por una carrera "con salidas" en el mercado laboral. Y hace pocos días caía en mis manos un vídeo que me animaba a reflexionar….a rescatar de la memoria algunas preguntas que con el paso de los años se van olvidando. Y todo viene al hilo del consejo que nos dieron y como herencia legítima, repetimos hasta la saciedad a nuestros hijos; Estudiar "esa" carrera, para conseguir un nivel de competitividad dinero y estabilidad laboral.
Estamos cada vez más influenciados por el consumismo, sumergidos en una dinámica cultural de trabajo y gasto. Pero resulta que hoy, los argumentos van cayendo por su propio peso, ya no vale estudiar una carrera, ni siquiera “esas” carreras, tienen salida, el panorama laboral, es otro.
Y en este momento que más necesitamos ese anclaje de seguridad, sencillamente porque se han roto todos los paradigmas sobre el empleo, vuelven las dudas….eso, cuando la situación me permite distraer algunas ideas..... y me pregunto, ¿de verdad nos habíamos preparado para vivir? ¿para vivir como queríamos , como soñábamos o como nos dijeron que debíamos hacerlo?
Mientras cada uno de nosotros estemos tan preocupados de salvarnos individualmente, de llegar a la meta y vayamos dejando a un lado a nuestros contemporáneos, nuestros vecinos, nuestros sueños… Mientras nuestra prioridad sea intentar hacer lo que creemos más rentable….En tanto que mantengamos la convicción que en la vida triunfa la competitividad por encima de otros valores… Mientras el objetivo sea hacer algo “de provecho” aunque no nos guste y releguemos ingenuamente para la jubilación, lo que verdaderamente nos hace felices…Mientras nos dejemos llevar por la marea negra……seguiremos siendo animales racionales que “nacer no piden, vivir no saben y morir no quieren “. Como reza un proverbio chino.
En un escrito de Facundo Cabral quien se declaraba “intensamente vivo”, leo: “Somos arquitectos de nuestro destino, de nosotros depende que hagamos un castillo o una prisión”
Y le doy la razón y me lo creo, y aunque ya sea más tarde que pronto, me digo: No estaremos en paz y en armonía con el mundo que nos acoge, si no nos damos la oportunidad de subir al escenario y representar la obra de nuestra vida, aprovechando todo aquello que le da sentido y que nos genera pasión por vivir.
Suena a utopía, lo sé, pero..... ¿merece la pena intentarlo?
Y todas estas reflexiones....... por..... "¿Bailamos?"
¡Escuchemos a los pequeños grandes sabios de la casa, saben lo que quieren….!
Si quieres lo mejor para ellos, ¡no les cortes las alas!
Saludos Calados
Marinela