Steven Medina's Reviews > El valle del terror

Fue bueno, pero no para tanto.

En realidad 2,8

No puedo negar que mi personaje favorito es Sherlock Holmes, quizás por ello, mi fanatismo causó que mi primera impresión en cada una de sus novelas fuera de adulación hacia sus historias. Sin embargo, soy consciente de que ese fanatismo puede enceguecerme e impedirme ser imparcial al momento de hacer una reseña, por lo que siempre preferí esperar unas semanas para calmar mis emociones y así ser lo más neutral posible. Luego de esperar ese tiempo, revisaba mis anotaciones, reflexionaba sobre el contenido y mi conclusión siempre fue la misma: Buen libro, pero no para tanto. Esto me sucedió en cada una de las novelas y El valle del terror no fue la excepción, pero con los relatos la historia ha sido muy diferente. En mi opinión, las novelas realmente son casos cortos pero extendidos de forma innecesaria; en cambio, en los relatos no tenemos que esperar tantas páginas para disfrutar de las deducciones de Sherlock. Esta particularidad me hace creer que Arthur Conan Doyle nunca planeó una novela de Sherlock, sino que simplemente algunos casos fueron más largos de lo esperado y por ello se vio forzado a transformarlas en novelas.

Después de El Regreso de Sherlock Holmes el desprecio del autor por su personaje estrella se hace cada vez más notable, tanto así que en El valle del terror el protagonismo no lo tiene Sherlock sino el detective MacDonald y Jhon Douglas con su historia de vida, pero a pesar de esta particularidad no es una mala novela. Encontraremos, al igual que en Estudio en escarlata y El signo de los cuatro, un libro dividido en dos partes: En la primera conoceremos la resolución del caso y en la segunda la historia oculta del implicado. Sin ninguna duda lo más destacado es esa segunda parte, porque allí Arthur usando la historia de McMurdo nos hace una crítica espectacular sobre el peligro que puede traer la existencia de una logia. Una organización con tantos privilegios y poder puede crear mucha corrupción, asesinatos, amenazas, chantajes, control total, pero lo más grave un terror absoluto a los habitantes de cualquier lugar.

El problema, es que omitiendo esa crítica y la prosa que como siempre es muy buena, no hay otros aspectos importantes a destacar. La historia fue predecible, los interrogatorios fueron confusos porque no era fácil determinar quién era el que hacia las preguntas, Watson fue invisible y Sherlock resolvió todo muy sencillo. Sin embargo, lo que sí no me gustó fue el engaño que Arthur le hace al lector prometiendo un contenido que no aparece nunca. El nombre de “El valle del terror” nos hace pensar que será una historia oscura y misteriosa como El sabueso de los Baskerville, pero eso no es así. Ese nombre solo lo usó para llamar la atención. El otro engaño imperdonable fue la mención de Moriarty al inicio de la novela haciéndonos creer que este personaje aparecería más adelante, pero eso tampoco sucede y solo resultó ser publicidad engañosa para que siguiéramos leyendo: Eso no se hace. De no ser por la crítica sobre la logia mi calificación sería de una estrella sin dudarlo ni un segundo.

No obstante, a pesar de los disgustos con esta historia y de que el desprecio de Arthur hacia Sherlock es más notorio, continuaré leyendo los dos volúmenes restantes para disfrutar de la genialidad, personalidad y métodos usados por Sherlock con los que siempre me saca una sonrisa. Aun me quedan algunas sorpresas y horas de entretenimiento por lo que sin crear altas expectativas seguiré mi camino con el siguiente volumen: Su última reverencia.