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viernes, 27 de octubre de 2017

EL TREN DE BERTHA

“El tren de Bertha”, o más bien dicho, sus críticas son un claro ejemplo de la hipocresía (y en el peor de los casos, de la ignorancia) de aquellos que ven cine de calidad –y solo cine de calidad- cuando calibran la película de la que van a hablar según el rasero que más les conviene.
“El tren de Bertha”, no es más que un “Exploitation” de serie B que se aprovechaba del tirón que tenía “Bonny & Clyde” y una consecuencia directa de “Mamá Sangrienta” dirigida, precisamente, por el productor de esta, Roger Corman. Lo que pasa, es que la dirige un asalariado Martin Scorsese, y solo por eso, para esos plumillas, esta película es un ejercicio de estilo, una película a tener en cuenta. Me gustaría saber que pensarían de ella esos mismos, si la hubiera dirigido cualquier otro. Scorsese aborda su segunda película bajo la batuta del productor, Roger Corman, que le pide unos mínimos comerciales que no son de su cosecha (esto es, dosis ingentes de violencia y sexo, aunque luego, Scorsese, convertiría la violencia en un recurso habitual en su filmografía) y se limita a rodar lo que sus jefes le piden, pero obviamente, salvo por algunas cositas que sí serían su sello, aquí no vemos a Scorsese por ningún lado. Sin embargo, está claro que esta película le sirvió de aprendizaje. Al margen de Scorsese, “El tren de Bertha”, es una película interesante.
Basada en las memorias novelizadas de la tal “Boxcar Bertha” que da nombre a la película en su versión original, cuenta la historia de una joven huérfana que  durante la gran depresión”, se asocia a un sindicalista del sector ferroviario. Los avatares del destino propician que ante los problemas con las huelgas y los sindicatos, el sindicalista, Bertha, y un par de hombres más que se encuentran por el camino, formen una banda criminal que se dedica a asaltar trenes con el fin de donar este dinero al fondo para huelgas, sin embargo, ya se les busca por comunistas y criminales. Durante la travesía que nuestros protagonistas atravesarán, seremos testigos de varios baños de sangre.
El principal atractivo de esta película, que al final no deja de ser una peliculita de bajo presupuesto, es el poder ver como se maneja Martin Scorsese con pocos duros y con tan solo tres semanas para rodar. Y no se apaña mal, no crean, pero no mejor que otros directores de películas baratas. Cuando se escribe sobre “El tren de Bertha”, nadie se quiere dar cuenta de la cantidad de desenfoques con los que cuenta la cinta –no por una cuestión estética, sino por incompetencia-, ni de lo mal montada que está, o de ese raccord criminal que no pocas veces provoca la hilaridad del cinéfilo más puñetero y avispado. Por otro lado, el verdadero interés de esta película, radica en ver las carencias y chapuzas de las que hace alarde, y jamás lo contrario. Porque no. Porque “El tren de Bertha” está entretenida, y es curiosa, pero es una película muy mal hecha. Casi Amateur.
Un tal Miguel Ángel Palomo, decía en la prensa: "Un filme comprometido, contestatario, (...) rodado con furia, con dominio visual, y apoyado por una Barbara Hershey que desprende a la par dureza y sensualidad".
Yo me pregunto si vimos la misma película, porque que eso de que es un filme comprometido… Amigo mío, esto es un puto filme comercial cuyo único afán es el de llenar los bolsillos del productor. Que nuestro prota sea un sindicalista no es más que un matiz. Toda esa furia y dominio visual, lo dice usted porque es Scorsese, porque la única verdad es que esta película está rodada con el culo, es una chapuza. Eso si, Barbara Hershey está muy rica, y la vemos hasta las amígdalas en esta película.  Así que lo de la dureza vendrá por las erecciones que provoca la actriz rebosante de juventud y toda ternesca, y la sensualidad por la de veces que sale follando ¿no? Cómo se les ve el plumero. En fin.
Al margen de esto, ciertamente es una película entretenida, con sus altibajos, curiosa y visible. Pero en ningún caso es esa obra revolucionaria que nos quieren hacer creer que es, solo por ser de quien es. Ah, y el guion es flojito.
Como anécdota, decir que cuando Scorsese acabó la película, se la puso a John Cassavetes, quién le dijo que había empleado un año de su vida en hacer una pedazo de mierda y que se alejara del “Exploitation”. Scorsese le hizo caso y se puso a hacer pelis de mafiosos.
En los papeles protagonistas tenemos a la ya mencionada Barbara Hershey que, insisto, no es normal lo buena que está esta mujer (pajilleros, preparados para darle a la pausa y al zoom en la escena en la que ella juega a los dados), incluso en su vejez. Hershey, no quedó muy contenta con la película, y arremete contra Corman diciendo que lo que habia rodado Scorsese estaba muy bien, pero que el film quedó defenestrado por el montaje de Corman que se excede en escenas de sexo y violencia, y que en consecuencia, el público solo vio eso. Yo le digo que, hija mía, si a esta peli le quitas las tetas y la violencia, no solo lo que cuenta importa un bledo al espectador, sino que además sería un coñazo.
También tenemos, en el papel de sindicalista,  a David Carradine, muy joven y totalmente incapacitado para el arte de la actuación, que por aquél entonces salía con la Hershey (con lo feo que era, anda que no tuvo suerte), y que tiene la suerte de hacer una escena en el film junto a su padre John Carradine, que ya estaba mayor el hombre… pero no era consciente de lo mucho que la serie B/Z explotaría todavía su vejez.
Barry Primus y Bernie Casey, habituales en los repartos independientes (e incluso underground) de fuera de Hollywood del momento, completan el reparto.
Está bien. Una curiosidad.

viernes, 16 de octubre de 2020

EL REY DE LA COMEDIA

La que probablemente sea una de las mejores películas en torno a la comedia stand up, “El Rey de la comedia”, resulta, sin embargo, una de las más minusvaloradas del siglo pasado. Amparándose en que, igual en aquellos años una película sobre un desequilibrado humorista no era muy del interés del público, esta resultó un fracaso de taquilla de soberanas proporciones. Asimismo, en nuestro país, la vieron poco más de 141.000 espectadores, que es una cifra poco menos que discreta. No obstante, y sin ser una comedia al uso —poco momentos para la risa, aunque los suficientes para considerarla una comedia— “El Rey de la comedia” sí que resulta una de las películas más inteligentes de su generación, así como trata un tema que puede traer más de un quebradero de cabeza a las celebridades; el acoso al que estas están sometidas por los fans y cazadores de autógrafos, máxime, cuando estos hacen gala de algún desequilibrio psíquico.
La premisa es estupenda; Rupert Pupkin, magistralmente interpretado por Robert de Niro, es un aficionado a la comedia de micro que profesa una gran admiración por todo un maestro del medio como es Jerry Langford, un sosias de Jerry Lewis, quien además lo interpreta. Pupkin, que no ha actuado nunca para el público, se considera un cómico bueno, lo suficiente como para debutar ante millones de espectadores en el programa televisivo de variedades que presenta Langford. A la salida de uno de esos programas, en un incidente, Pupkin conoce a Langford y le explicará su situación como cómico. Langford replica que no se puede empezar la casa por el tejado y le sugiere que le llame a su oficina más adelante, y verá que puede hacer por él. Pupkin ya se flipa de mala manera y comienza a alardear ante su gente de una supuesta amistad que le une a la celebridad. Cuando le llama, este no recibe respuesta alguna, por lo que comenzará a acosarle. Como ese acoso no sirve de nada, decide secuestrarle, pidiendo como rescate el debutar en su programa, cosa esta que hará con inesperado desenlace.
Verdaderamente una de las grandes películas de Scorsese y, sin embargo, ninguneada hasta que con el paso de los años los estudiosos del cine le han otorgado el reconocimiento que se merecía con honores. De hecho, al estar la película “Joker” ligeramente inspirada en esta, ahora se la tiene como un pequeño clásico de los 80, pero hasta que esto sucedió, “El Rey de la comedia” fue considerada siempre como una películita del montón. El guion, firmado por Paul D, Zimmerman, ya existía en la década de los 70. De hecho, De Niro lo había leído y se había encaprichado de él hasta tal punto que le compró los derechos del mismo, por lo que cuando ese guión ya se convirtió en proyecto, le fue ofrecido a Michael Cimino quien saboreaba los laureles del éxito tras haber rodado “El Cazador”. Sin embargo, en un alarde de megalomanía, antes de que “El Rey de la comedia” se convirtiese en proyecto, este rechazó dirigir la película para irse a arruinar a la United Artist con el fiasco “La puerta del cielo”; prefirió dirigir el mayor desastre financiero de la historia del cine. Y unos años antes de morir, se cambió de sexo para pasar a ser Cindy en lugar de Michael… pero eso sería otro asunto. Entre tanto, Martin Scorsese, en idéntica situación que Cimino tras haber rodado “Toro Salvaje”, preparaba su proyecto maldito que luego se materializaría, casi rozando la década de los 90, en “La ultima tentación de Cristo”, y pretendía que Robert de Niro interpretara a Jesucristo. A este no le pareció muy atractiva la idea ya que tenía pensado, tras “Toro Salvaje”, cambiar un poco de registro. Estaba deseando interpretar una comedia. De Niro, le sugirió a Scorsese el guion de “El Rey de la Comedia”, y el director, mientras ponía en pie la película sobre Jesucristo, rechazó el hacerla alegando que no sentía ninguna conexión con el personaje. Tras la insistencia de De Niro y una segunda lectura, cambió de opinión. Decidió rodarla; el guion era francamente bueno. Además, se avecinaba una huelga de escritores cinematográficos que paralizaría el rodaje de su superproducción, así que, considerando tanto Scorsese como De Niro que la película se podía rodar de manera rápida y sin salir de Nueva York, lugar donde la huelga no afectaría demasiado —el meollo estaba en Hollywood—, se pusieron a rodarla antes de que les pillara el gato. Contaron, asimismo, con el apoyo de una compañía pequeñita, aunque más tarde se encargara de su distribución la 20th Century Fox. El guion se basaba en artículos de las revistas más punteras de los años setenta que retrataban el modo de vida de los caza autógrafos, por lo que Robert de Niro, decidió componer su personaje, por un lado, observando a cómicos de stand up y, por otro, observando a sus propios acosadores y cazadores de autógrafos. En una de estas que fue asaltado por uno de sus admiradores a las puertas de su casa, De Niro le preguntó que qué quería de él, y el admirador le respondió que llevarle a su casa, invitarle a comer y charlar un ratillo. Y así se inspiró para dar vida a Pupkin. Compuso una mezcla de cómico clásico y cazador de autógrafos, y el resultado podemos verlo en la película.
Por otro lado, el rodaje, una vez iniciado, se complicaba para Martin Scorsese, porque lo inició tras salir del hospital donde pasó una temporada aquejado de una neumonía. Cuando comenzó a rodar no se había recuperado del todo, y esto le ocasionó no pocos problemas que ralentizaron el rodaje ya que solo le dedicó unas pocas horas al día. El rodaje se prolongó durante 20 semanas. Por otro lado, en el reparto, cuando Scorsese leyó el guion, tenía en la cabeza que el papel de Jerry Langford lo interpretara el popular showman Johnny Carson, pero este lo rechazó por desavenencias, en ningún momento económicas, sino de ritmo de rodaje; Carson, solo quería hacer una toma de sus intervenciones, lo que era bastante poco para el modus operandi de un director tan metódico como Scorsese. Así pues, quiso contar, tras descartar varias e importantes opciones, con Jerry Lewis, quien era uno de los comediantes más importantes de los USA. Pero Lewis tenía fama de egomaníaco y de conflictivo y, Scorsese, que tenía la mente puesta en “La última tentación de Cristo”, lo último que quería era egos por las nubes y conflictos con estrellas caprichosas. No obstante, la presencia de Lewis dotaba a la producción de credibilidad y empaque, por lo que, a pesar de los pesares, a pesar de encontrarse todavía convaleciente, estos obstáculos no fueron motivos suficientes como para no contratarlo. Asimismo, durante las conversaciones previas a la contratación, y viendo Lewis que a Scorsese le preocupaba su condición de estrella, este le aseguró que si entraba en la película, dejaría los egos y los caprichitos de estrella en el armario. Al finalizar el rodaje, no solo no tuvo ni un solo problema de este tipo con Jerry Lewis, sino que lo tildó de ser una maravillosa persona y declaró haberse llevado con él estupendamente durante toda la producción. Así que, sí, reinó la armonía que tanto anhelaba para con una película pequeñita. Es más, incluso, Scorsese le dejó meter mano a Jerry Lewis en algunas escenas, ideando este diálogos y situaciones que no estaban en guion, pero que le podrían ir bien al personaje. Sin ir más lejos, la escena en la que una anciana que es rechazada por Jerry cuando esta le pide que salude por teléfono —en una cabina— a un familiar suyo, le dice que ojalá se muera de cáncer, es cosa del propio Jerry Lewis, y dice inspirarse en cosas que le habían pasado a él con los fans cuando, por estrés, o por inapetencia, decidía no firmar un autógrafo o hacerse una fotografía con algunos de ellos. Más adelante, Scorsese llegó a declarar que la labor de Lewis en la película fue formidable y que no se ha reconocido su trabajo como actor en este film como se merecía.
La película se estrenó y pasó sin pena ni gloria. Tanto Scorsese como De Niro, consideran que a lo mejor, no se trataba de un tema muy atractivo para el público. Así debió ser, pero ya sabemos que la mayoría de las veces el público es idiota, y lo que no fueron conscientes hasta millones de años después, es que habían facturado una de sus mejores películas y, por ende, una de las mejores películas en torno a la comedia stand up, aunque sea tratado desde un tono un tanto amargo y desquiciante que, por otro lado, es el gran acierto de la película. “El Rey de la Comedia” —si dejamos a un lado los alardes estetas y “marcapaquete” de Scorsese que son constantes en su cine, y, por lo tanto, preciosistas—, desprende decadencia y sordidez en cada uno de sus fotogramas, consiguiendo que el espectador, que en un principio se puede sentir identificado con el personaje de Rupert Pupkin, poco a poco vaya sintiendo antipatía hacia él y hacia el mundo que lo rodea, con esa amiga que tiene, aún más zumbada que él, que le ayuda en el secuestro de Jerry Langford, y que con tanto acierto interpreta Sandra Bernhard. Por otro lado, y en relación a la condición icónica del personaje Rupert Pupkin, en una de sus tardías reivindicaciones, alguien halló paralelismos entre los personajes de Travis Blicke, el taxista del anterior éxito de Scorsese “Taxi Driver” y el aspirante a cómico de “El Rey de la Comedia”, a lo que Scorsese respondió afirmativamente diciendo que, no solo ambos personajes poseen el mismo desequilibrio mental, sino que, además, Pupkin era mucho más peligroso que Blicke y, sin duda, mucho más agresivo.
La carrera de Scorsese todos la conocemos, pero esta etapa, la de los años ochenta, es especialmente interesante, porque teniendo él en mente nada más que la fallida “La última tentación de Cristo”, entre medias, mientras la ponía en marcha y conseguía rodarla, dirigió, por entretenerse, magníficas películas como con la que acabo de darles la chapa o la apasionante “Jo, ¡Qué noche!” o “El color del dinero” donde se pega la machada de rodar la secuela de un clásico como es “El Buscavidas”.
Que bueno era Scorsese y para lo que ha quedado…

miércoles, 29 de septiembre de 2010

LA TIENDA DE LOS HORRORES

Maravillosa. Es la única palabra posible para describir esta película: maravillosa.
Ayer noche tenía ganas de revisar alguno de esos títulos que sabes que, más o menos, siempre funcionan. Y así, de paso, tendría material nuevo que reseñar en este bonito blog. Aquello que lo veo, termina y, oh!, casualmente en el mismo dvd tenía "La tienda de los horrores" y, como aquel que dice, "se puso ella sola". Me dije "Anda coño! pues venga, esta también!". ¿Y que pasó?, que me la comí entera, cual porno-star, y la disfruté increíblemente. Más que el film precedente (que también caerá por aquí).
Famoso musical filmado, basado en otro de origen teatral que, a su vez, se inspiraba en el cult-film de Roger Corman (que por cierto, ¡es un coñazo de aúpa!). Se rodó en 1986. Yo lo vi recién estrenado en el cine Cataluña (que ya no existe!) acompañado de algunos de mis "amigos" del EGB. A ellos en general no les gustó, se quejaban de que las canciones eran pesadas y que la peli era una chorrada. ¡¡Ilusos!!, con razón nunca me acabé de llevar bien con ninguno de ellos. El cine lo recuerdo a tope, y que el público se rió cuando en una canción se hace referencia a los cleenex (sí amigos, la audiencia era tan imbécil antes como lo es ahora). Yo, como no podía ser de otro modo, conocía perfectamente lo que iba a ver gracias a mis amigos franceses ("Mad Movies", "L´Ecran Fantastique", etc) y lo pasé bomba. De hecho, me obsesioné (que raro!) con Audrey II, la planta carnívora protagonista, hasta el extremo de que hice mi propia versión en fieltro!
Bien, situémenos. Una floristería al borde de la quiebra. Seymour, el dependiente buenazo y tonto enamorado de su compañera de labores, Audrey, tiene una planta de curioso aspecto. Gracias a esta, el local se vuelve muy popular y comienzan a nadar en la abundancia. Sin embargo, el vegetal es en realidad un invasor del espacio que necesita sangre humana para vivir y crecer y cuyo fin es, sí, dominar el mundo.
Todo en este film es fabuloso. Su adecuadísimo reparto (genial Rick Moranis), sus excelentes famosos invitados (Bill Murray, John Candy, Jim Belushi...), el increíble y brutal diseño de producción (entre realista y de comic), los insuperables (y muy bien coreografiados) números musicales y sus brillantes canciones (perfectamente gozables en tu walkman o mp3), la dinámica, fresca y divertida dirección de Frank Oz y, por supuesto, las dos guindas que le han dado inmortalidad, Steve Martin en el inigualable rol del dentista loco (su canción está entre las mejores, sino la mejor de todas) y la planta asesina. Audrey II tiene el adecuadísimo vozarrón de Levi Stubbs (fallecido líder de "The Four Tops") y, ¿qué puedo decir?, es una obra maestra de ingeniería, cojones, animatronic de la vieja escuela que chorrea perfección en todos sus detalles, su agilidad, su look, su magnética personalidad... ALUCINANTE, pura creatividad.
"La tienda de los horrores", que estuvo nominada a dos Oscars pero no los consiguió, pasa en un plis, es ultra-entretenida, sin embargo en su época no funcionó en taquilla lo que se esperaba por sus arrebatos de despiadado humor negro. Y eso que, como todos saben ya a estas alturas, originalmente el final era hiper-pesimista, con los héroes muriendo y un ejército de plantas dominando el mundo. Una escena de increíble y asombrosa facturación que fue cruelmente extirpada cuando en los pases de prueba el público reaccionó negativamente. Una auténtica tragedia, afortunadamente subsanada en los extras del estupendo blu-ray.
De esta guisa, "La tienda de los horrores" ha quedado como una peli de culto a la que muchos veneran (yo entre ellos). Si hubiese funcionado, habríamos tenido una invasión de reproducciones en plástico de la carismática planta ¡y anda que no hubiera molado, oye! (¿a que esperan los jugueteros de hoy, encabezonados en recuperar iconos de los 80?).
Urge una reivindicación ya por todo lo alto (ver esto en el Festi de Sitges sería tremendísimo) Una obra maestra lista para ser redescubierta.
Nota curiosa: Según Imdb, en un principio el proyecto lo iba a producir Steven Spielberg y dirigir Martin Scorsese (!!!)... ¿hubiese sido aún mejor?... ¡naaaaah!.

viernes, 18 de diciembre de 2020

LA CHICA DEL GANGSTER

“La chica del Gangster” es una horrorosa traducción para el título original de esta película, “Mad Dog and Glory”, en alusión al protagonista de la cinta, y, efectivamente, a la chica propiedad del gangster al que hace mención el título castellano.
Se trata de una de las películas más refrescantes de la década de los noventa, una mezcla de cine de mafias y comedia —una verdadera percusora, ya que luego el subgénero tendría una nueva vida con películas como “Una Terapia peligrosa” y su secuela, o la divertida “Mickey Ojos Azules”— que con una puesta en escena totalmente deudora del género negro, avanza en su desenlace con una serenidad pasmosa, dejando, no obstante, perplejo al espectador; es atípico todo lo que cuenta. Siendo una peli sencilla, en realidad es más rara que un perro verde.
Cuenta la historia de un apocado y cobarde policía al que todos llaman Perro Loco que, en un atraco, salva la vida a un individuo al cual el atracador está apuntando con una pistola. Este individuo resulta ser un jefe mafioso, Milo. Por consejo de su psiconalista, busca al policía tras el suceso para darle las gracias, así que, en deuda con él, le invita al espectáculo de  stand up que él mismo interpreta en su tiempo libre. Tras esto, y teniendo en cuenta que la camarera, Glory,  le ha quemado la mano al policía cuando le servía café, el gangster le enviará a esta para que le cure la quemadura, y para que pase con él una semana en su casa (ya que la chica es de su propiedad y este es el pago a esa deuda), cosa esta, que al policía no le parece en absoluto bien, y tratará de evitar a toda costa, mientras surge, por parte de ambos, el inevitable enamoramiento.
El policía apocado está interpretado por Robert De Niro, el gangster chistoso sería Bill Murray y la camarera en propiedad, Uma Thurman.
“La chica del Gangster” es una producción de Martin Scorsese, que no dudó en mofarse un poco del género que le ha convertido en un director histórico y en poner sus cuartos en una película de John McNaughton, quién en aquella época era un director con vistas de prestigio tras su sorprendente “Henry, retrato de un asesino”. Curtido en el cine independiente, en esta ocasión, ponían a su servicio un estudio: Universal. Además, sería su primera incursión fuera del cine fantástico.
Con guion de Richard Price, giuonista de estudio, la película se concibió en un primer momento para que el papel del mafioso que cuenta chistes, Milo, fuera interpretado por Robert De Niro al que le había encantado el guion, Sin embargo, De Niro, pidió expresamente interpretar a Perro Loco , ya que como actor nunca había interpretado a un personaje de esas características, apocado, alienado y alejado completamente del arquetipo de tipo duro. Al mafioso de turno ya lo había interpretado millones de veces, al igual que ya había interpretado a un cómico de stand up en  “El Rey de la comedia”—y que luego volvería a interpretar ventitantos años después en  “The Comedian”—, por lo que el papel de Milo no suponía ningún reto para él. El de Perro Loco, sí. Como a Scorsese le parecía estupenda la idea, y a Mcnaughton también, el principal mecenas, Universal, no puso ninguna pega al respecto. Así que, con De Niro haciendo de policía, el director del casting comete una genialidad pensando que el mejor sustituto de De Niro como mafioso, podía ser Bill Murray.
Una vez rodada la película en 1992, esta sufrió constantes retrasos a la hora de estrenarse, ya que al tratarse de una película de estudio, y la cinta en cuestión tenía cierto tufillo a  comedia autoral, a Universal no le gustó el final que esta tenía. En él, el mafioso se salía con la suya. Sometieron a la película a diversos test con público y la respuesta de este era tajante en  todos ellos; no gustaba el final. Así pues, tuvieron que volver a rodarlo a gusto del público y, por ende, del estudio, quedando en el corte definitivo el final tal y como lo conocemos actualmente. Una pena. En cualquier caso el final impuesto no resiente en absoluto el resultado de la película que es soberbia y, en su extrañeza, funciona todo como tiene que funcionar. Vista hoy, yo creo que es de esas películas que ha ganado con el paso de los años.
Con todo, se estrenaría un año después, en 1993, funcionó en taquilla como se esperaba, y la recepción crítica fue bastante positiva. Sin embargo, la carrera como director de McNaugton, se resentía película a película, no volviendo a rodar nunca ningún producto tan solvente como este o su ópera prima “Henry, Retrato de un asesino”. Y hoy, está bastante alejado de la clase de director que en estos tempranos 90, prometía ser.
En España fue bien, la vieron casi 700.000 espectadores. No obstante, y a pesar de la calidad de la película, es una de las más olvidadas de la nefasta década cinematográfica de los noventa en el cine. Ni creo que a estas alturas se la reivindique; demasiado serena, no es un artefacto a la Tarantino, en definitiva, es demasiado buena película para que recale en los subcoscientes posmodernos, que al final son lo que reivindican y reactivan según que productos.  Pues, oye, casi mejor.

viernes, 9 de junio de 2017

THE COMEDIAN

8 Años ha tardado Robet De Niro en poner en pie su proyecto sobre “Stand Up”, “The Comedian”. Un proyecto que desde el momento de su concepción no tuvo más que problemas, problemas que desembocaron lastimosamente en uno de los grandes fracasos de este 2017.
En un principio, el proyecto lo había diseñado De Niro para que lo rodase Martin Scorsese. Este, siempre dispuesto a tener en consideración los proyectos de su amigo De Niro. Así, De Niro se puso manos a la obra, y encargó el guión a los guionistas Art Linson y Jeff Ross, y fue entonces, cuando por motivos que no se han dado a conocer a la luz pública, Scorsese decide no entrar en el proyecto.
Más adelante, con De Niro encabezonao con el proyecto, se contrata a  Mike Newell, director de “Donnie Brasco” para dirigirla. Sin embargo, también por motivos no aireados, meses después este es sustituído por Taylor Hackford, director de “Oficial y Caballero” o "Pactar con el diablo” (Marisela, su esposa, en el momento que saliste del apartamento, ella estaba arriba con Carlos. Están en la pipa fumando crack. Mira amigo, están en la cocina compartiendo un Jumbo, y después en tu misma cama, él se la va a meter por el culo. Y a ella le va ha gustar. En tu cama verde especial), quién finalmente la lleva a cabo.
Pero los problemas siguen apareciendo; Kristen Wiig, que adoptará el principal rol femenino, renuncia a hacer su papel. Se lo ofrecen a Jennifer Aniston, esta lo rechaza, y por fin, este acaba haciéndolo Leslie Mann. Por lo demás, el reparto es estupendo, teniendo papeles destacados DannyDe Vito, Harvey Keitel o Billy Crystal.
La película se estrenó en el Afi Fest de 2016, y allí consiguió que Sony Pictures se hiciera con la distribución en USA de la película, mientras que Warner se encargaría de su explotación a nivel mundial. Sin embargo, entre su estreno en el festival, y su estreno comercial en salas, las críticas fueron demoledoras con la película, tachándolo de sin sentido y de ofrecernos una historia muy pobre, por lo que la película salió con 800 salas en los USA, y no llego a recaudar ni tan siquiera 900.000 dólares en su primer fin de semana. Un fracaso mayúsculo. Este fracaso generó que la película quedara relegada al ostracismo y se la tenga poco en cuenta y si en los USA ya ha sido distribuida en formato domestico,  en España, continúa inédita.
Un efecto dominó en toda regla. Ahora ¿Es mala la película? Pues déjenme decirles que muchas veces los plumillas de los críticos, que con sus opiniones pueden decidir el destino de una película, no tienen ni puta idea, porque lo cierto es que “The Comedian”, resulta ser una tragicomedia con olor a clásico. Muy buena, rodada por hackford magistralmente, fotografiando en HD la ciudad de Nueva York con maestría, y contando una historia del todo interesante, donde todo el reparto está estupendo y en especial De Niro, que interprete uno de los mejores papeles de los últimos años de su carrera. Ahora, la película es lenta, eso si, pero porque requiere su tempo, y este es lento. No es muy graciosa, pero es que tampoco es una comedia pura; tiene sus pinceladitas dramáticas. Pero en definitiva, “The Comedian me parece una película cojonuda”.
Cuenta la historia de un cómico venido a menos al que toda sua audiencia recuerda por un papel que interpretó en una serie de los años 70 u 80. Más allá de eso, nadie parece reconocerle su mérito. Un día en un espectáculo, un “Heckler” (un espectador porculero en la jerga “Stand Up”) se pasa más de la cuenta con  el personaje de De Niro, y este, baja del escenario y le da una paliza, por lo que le condenan a prisión y a horas comunitarias, dónde conoce a una chica que le hace tilín. A partir de ahí, y durante las siguientes dos horas,  seremos testigos del día a día de este cómico, de cómo se las apaña para salir adelante, de cómo se enfrenta con el padre de su nueva amiga –estupendo Harvey Keitel- y en definitiva, en como transcurren los días en la vida de este cómico. Estupenda en todos los sentidos.
En cuanto al tema “Stand Up”, la verdad que el repertorio, tanto el que de Niro suelta, como el que sale de boca de otros cómicos desconocidos que aparecen en la película, es material de primera categoría, y convierten “The Comedian” en una de las mejores películas que giran en torno al “Stand Up”.

viernes, 18 de abril de 2014

SEDUCIDOS Y ABANDONADOS

El actor Alec Baldwin y el director James Toback (que, a mi humilde parecer, no ha hecho nada realmente destacable a lo largo de su carrera) unen esfuerzos para parir un documental sobre lo mucho que cuesta -sobre todo, hoy día- reunir los dineros para tirar adelante una película medianamente digna (en cuanto a medios). Para ello, inventan un proyecto así como de drama erótico y se las piran al Festival de Cannes. Allí, entre charla y charla con productores y posibles inversores (entre ellos unos cuantos ricachos), también se reúnen con bastantes rostros reconocibles del mundillo (actores y directores) y les preguntan sobre sus experiencias y, ya de paso, sus orígenes. El resultado es de lo más entretenido y estimulante.
Desconozco cual es la verdadera finalidad de "Seducidos y abandonados", pero casi parece confeccionada para desanimar a todo aquel que pretenda apuntarse a la industria del séptimo arte. La de culos que has de lamer y la de rechazos que has de soportar dignamente superan en número e intensidad a cuando sales por ahí con calentón y ganas de follar... francamente, no sé si yo sería capaz de pasar por esta mierda (y por la otra!).
Haciendo gala de un ritmo endiablado (sobre todo para la vista, hay momentos en los que la pantalla se divide en tantas subpantallas que al final te pierdes, algo a lo que contribuye el seguimiento de los subtítulos) y un amplio sentido del humor (el colega Baldwin resulta ser todo un cachondo) -a pesar de que, esencialmente, lo que cuenta es muy trágico-, la tendencia general es de lógica nostalgia, a "cualquier tiempo pasado fue mejor". Todos se lamentan de algo que ya sabemos, que en los 70 Hollywood era mucho más valiente y arriesgaba poniendo guita en proyectos innovadores y diferentes. Lo que parecen olvidar es que, precisamente, un exceso de aquellos, y el desmedido ego de muchos de sus responsables, fueron los que se cargaron a la gallina de los huevos de oro.
Todo este lloriqueo sería algo más cargante (que principalmente viene de boca de, obvio, los más mayores) si no fuese por la cantidad de joyitas que algunos sueltan. Así de memoria son especialmente interesantes los parlamentos de Martin Scorsese, Roman Polanski y Ryan Gosling (tremenda la anécdota del avión). Luego están los que se sinceran sin tapujos y aparecen mucho más vulnerables y humanos de lo acostumbrado, como James Caan (quien reconoce que su carrera básicamente está ya muerta) y Francis Ford Coppola. Aunque lo más cachondo es oir hablar a los productores y posibles inversores, sus escaqueos, sus quejas y, sobre todo, sus absurdas demandas y su cruda sinceridad respecto al estatus de los actores que James Toback propone para su supuesto proyecto (el mismo Alec Baldwin es calificado despectivamente como "actor de televisión"). El más jefe de todos es Avi Lerner, co-capitoste de "Nu Image" y al que le importa una mierda soltar que solo quiere ganar pasta, que no lee los guiones de sus producciones (eso lo explica todo) y calificar al cine "de autor" propio de Cannes como "películas que solo van a ver las madres y hermanas de los que las han hecho". Brillante.
Sorprende ver que la mayoría de los productores se apuntan a la aventura -sin demasiadas dificultades- aunque su ofrecimiento nunca supera los cinco millones de dólares. Cifra esta que Toback considera insuficiente. No sé, a mi no me parece tan miserable para un drama intimista... pero ¿qué sabré yo?.
En el lado malo, pues la tendencia del documental a echar mano de referencias respetables (grandes clásicos, grandes poetas y pensadores, grandes nombres del séptimo arte), despreciando todo aquello que se sitúe a un nivel más comercial/popular, como las pelis basadas en comics o videojuegos, a las que por ahí alguien sitúa en un poco generoso renglón. Lo de siempre.
Pero vamos, que esa es mi única queja y viene condicionada por mis apetencias consumistas, porque en realidad "Seducidos y abandonados" está muy bien, es entretenido, es instructivo, es divertido, es patético (en el fondo no deja de ser un berrinche de aquellos que no logran alcanzar la cima o la han dejado atrás... o, peor, de los que lo tienen todo y, aún así, lloran) y ha conseguido lo imposible, que le pierda un poco de asco a Diablo Cody. Eso tiene mérito.
Muy recomendable.

viernes, 8 de abril de 2022

FRANKENSTEIN 90

Comedia muy afrancesada (y francesa), sosa como ella sola, al estilo de la también franchute “Drácula e hijo”, “Frankenstein 90” es un cambio de tercio en la carrera de un cineasta que llegó a ser una influencia para Martin Scorsese, o cuyos films son exhibidos a modo de obra de arte en las instalaciones de MOMA de Nueva York: Alain Jessua. También es muy francés el hecho de que un director de prestigio un día decide realizar una comedia alocada.
Así, “Frankenstein 90” tiene como principal objetivo parodiar la obra intocable de James Whale, “El doctor Frankenstein”, siguiendo paso por paso los acontecimientos del clásico, pero adaptándolos a los años 80 cuando se rodó, trufando el argumento de una serie de gags y situaciones cómicas que lo cierto es que me resultan bastante poco graciosas. No resulta original ni la idea de base, antes ya parodiaron Frankenstein con mucha más gracia y tino Mel Brooks con “El jovencito Frankenstein” e incluso Armando Crispino desde Italia con “Frankenstein a la italiana”.
Un descendiente directo de Victor Frankenstein (que también se llama Victor Frankenstein) es un doctor experto en cibernética y decide acabar lo que su antepasado empezó; así pues se dedica por las noches, disfrazado, a robar partes de cuerpos muertos con el fin de crear una criatura y darle vida. Cuando lo consigue, esta le sale con un nivel intelectual bastante alto que lo lleva a soltar toda suerte de diatribas filosóficas. Cuando el monstruo ve hacer el amor con su novia a su creador, le da cierta envidia, por lo que el doctor le fabricará una novia a base de partes del cuerpo de strippers asesinadas. Por otro lado, al tener el monstruo un carácter bastante fuerte, las cosas se complicarán cuando interactúe con el resto de miembros de la sociedad.
El resultado de la película, muy europeo y particular, como dije al principio es soso y desangelado, apenas si funcionan un par de gags, pero se deja ver por la ligereza del asunto y por el papel del monstruo interpretado por el cantante Eddy Mitchell que con su corpulencia, sus cicatrices rojas (como si fueran cicatrices reales) y su tupé que hace parecer a su cabeza cuadrada como la de Frankenstein, tiene bastante gracia. Habida cuenta de la cinefilia del artista, cuyo nombre artístico viene dado en homenaje a uno de sus actores favoritos, Eddie Constantine, se comenta que durante el rodaje se lo pasó estupendamente, no así, Jean Rochefort, uno de los actores gabachos con más prestigio en su país, que se tomó su papel de doctor Frankenstein más como un trabajo alimenticio.
Poco más que decir al respecto, tan solo destacar su maravilloso póster, con esas caricaturas gomosas y desternillantes y contar como anécdota que “Frankenstein 90”, es citada como principal “placer culpable” por el director coreano de moda, el prestigioso —y oscarizado— Bong Joon Ho. Suyas son “Rompenieves”, “Okja” o, por supuesto, “Parásitos”.

lunes, 28 de agosto de 2017

GHOST

“Ghost” fue un fenómeno social en 1990, una película que habiendo costado tan solo 22 millones de dólares, llegó a recaudar cerca de 600 convirtiéndose así en la película más taquillera de los 90, y uno de los films de mayor trascendencia en su momento.
Con fama de moñas, de edulcorada y de estúpida, fui a verla de adolescente al cine, como cualquier hijo de vecino (en España fueron a verla cerca de 4 millones de espectadores) y pese a los cientos de pases televisivos que se le ha dado, jamás volví a verla. Recuerdo que en su momento me entretuve, pero no es el tipo de cine que suscite mayor interés en mí. Así que recientemente, y aprovechando que la tenían en un “Cash Converters” por un pavo, dedico ver como ha aguantado el paso del tiempo.
Cuenta la historia de un banquero que está a punto de casarse con su novia, hasta que este es asesinado por un ratero, y quedar en tierra su fantasma. Este, vagando por la vida, descubre que su asesinato no ha sido fortuito, sino planeado por un compañero suyo que está robando unos cuantos millones de dólares y que casi ha sido descubierto por él. Con la ayuda de una Médium, nuestro protagonista hará que su novia descubra todo el entuerto que gira en torno a su asesinato, para así poder irse en paz, no sin antes decirle  a su novia lo mucho que la quiere y la cantidad de amor que se lleva al otro barrio. A las féminas, les encantaba este argumento, y les encantaba el bueno de Swayze, temprana y tristemente fallecido hace algunos años.
Teniendo en cuenta lo mal que queda a día de hoy el cine noventero, he de decir que no ha envejecido tan mal, ni es tan edulcorada ni tan moñas, pero tampoco es una película a reivindicar. Es puro “Fast Food”, ver y olvidar. Sin más.
Sin embargo, toda ella es una rara avis, puesto que fue un enorme éxito a nivel mundial –y una peli muy de su época-  con un director que venía de hacer un cine opuesto a este, que luego no tuvo mucha suerte.
Y es que cuando el guionista Bruce Joel Rubin salió del teatro de ver una obra clásica, y en ella, un fantasma le dice al protagonista que ha de vengar su muerte, se le ocurrió que ese era un buen punto de partida para una película de Hollywood, por lo que desarrolló el guion de “Ghost” y  al verlo los ejecutivos del estudio, a estos les entusiasmó, por lo que el producto tuvo luz verde en seguida. En la mente de  Rubin, estaba que la película se convirtiera en un clásico moderno –lo consiguió, no obstante-  Y producida por Paramount, mucho se tenía que torcer la cosa. En su mente, la película estaría interpretada por Tom Cruise, que rechazó la oferta. Tom Hanks, que parecía adecuadísimo en ese momento, lo rechazó por el mismo motivo que Cruise; no quería interpretar personajes que estuvieran muertos, por pura superstición.
Más avanzada la preproducción, Paramount vino con la estupenda noticia de que ya tenían director para la película. Dijeron que habían conseguido al mejor, al más rentable. Rubin se esperaba a Steven Spielberg o a Martin Scorsese, pero el estudio le dijo que no, que tenían uno mejor todavía. Cuando preguntó que de quién se trataba, y el estudio respondió que Jerry Zucker, Rubin se llevó las manos a la cabeza. ¿Cómo iba a dirigir uno de los directores de “Aterriza como puedas” o “Top Secret” su película? No parecía el adecuado, pero el estudio convenció a Rubin de que esas películas, no solo habían sido taquilleras, sino que además de eso, eran muy buenas películas a pesar de ser “Spoofs”. Nada más conocer a Zucker, y ver los puntos de vista comunes, y el entusiasmo que le ponía al proyecto, pronto hicieron migas y el trabajo fue armonioso. Zucker, estancado como estaba en esos míticos “Spoofs”, quería cambiar de tercio y hacer algo distinto.
Así pues, con las presencias de Demi Moore, que despuntaba, y Patrick Swayze que le encantó a Zucker tras verle en un programa de televisión emocionarse con la reciente muerte de su padre, amén de ser uno de los pocos actores que no rechazaron el papel por hacer de muerto, pusieron en marcha una película que si ajustamos a los precios de hoy en día, sería una de las más taquilleras de todos los tiempos. El contrapunto cómico lo puso una muy en alza Whoopy Goldberg, que acometió el papel de médium sin chirriar demasiado, y se convirtió, según la crítica yankie, en lo mejor de la película. No en valde se llevó el Oscar a la mejor actriz secundaria ese año.
La película fue un bombazo en todos los sentidos, se metió a público y crítica en el bolsillo, miles de parejas se enamoraron viendo la película –o escuchando su banda sonora compuesta de viejos éxitos de décadas anteriores- y dejó para la posteridad la romántica escena en la que, mientras los protas se manosean un poco haciendo alfarería, hacen el amor de una manera sexy y delicada. De hecho, esta escena propició que en 1990, se dispararan las matriculaciones en las escuelas de alfarería. Cosas estas que solo provoca el cine.
La carrera de los tres protagonistas se relanzó con mayor fuerza, si bien es cierto que Zucker, aún habiéndose desencasillado, tan solo haría dos películas después, “El primer Caballero” y “Ratas a la carrera”, sin embargo, tuvo una prospera carrera como productor.
Y del resto, ya saben. Clásico moderno, de los pocos que dio la década de los noventa en lo que a cine de estudio se refiere (que ya sabemos que el indie de aquellos años está muy bien considerado).

miércoles, 18 de agosto de 2021

MARQUESINAS DE REFILÓN

Las marquesinas que aparecen en las siguientes imágenes muestran varios títulos adscritos al género fantástico + terror, algunos de indiscutible relumbrón. Pero no fueron tomadas directamente desde las sucias calles, no way, la gracia reside en que aparecen de fondo en los fotogramas de otras sendas películas. Y recalco de fondo, como si el director no hubiese dado ninguna importancia al hecho de que figuraban dentro del cuadro, porque en esos gloriosos momentos todas ellas eran simples películas, sin arrastrar el pesado petate "cult" que arrastran hoy.
Esa era la condición ecuánime para seleccionarlas 
(el caso contrario sería el del cine donde se proyecta "Phantasma" filmado por todo lo alto al arranque de "Arrebato"). Seguramente hay cientos más. Mil más. Pero las que siguen son las que mis cansados ojos detectaron en su momento y, ya puestos, las películas en las que tienen el placer de asomar.
Deleitense...



La horrible "Creepozoides" no fue directamente
a vídeo en los USA, tienen la prueba en este fugaz
fotograma de la tampoco muy inspirada "Acción Jackson".


Esto es la gloria: el "Dawn of the dead" original, 
"Posesión Infernal" y "Muertos y Enterrados" de una
sola tacada.... acojonante. Lo vimos en
"El mago de la velocidad y el tiempo" (y justamente
el que aparece es su director y prota, Mike Jittlow)


Otra sesión compartida de órdago, "Posesión Infernal"
y "XTRO" (la mejores, más sangrientas y
terroríficas películas jamás hechas)
juntitas en un cine de la calle 42 de Nueva York.
Lo vimos en "1,2,3... Splash".


Más Nueva York y más calle 42, en este caso
hablamos del clásico de Tobe Hooper, asomando
lo morros nada menos que en otro clásico, "Taxi
Driver", la mejor peli de Martin Scorsese.




Y para acabar, un poco de trampichuela, 
porque hablamos de la famosa serie de televisión
de "La Masa" con Lou Ferrigno. Pero no pude
contener el deseo de incluirla acá, ni que sea por esa
marquesina con "Fiebre del Sábado Noche" y, de paso, el
anuncio del "King Kong" de 1976.

miércoles, 27 de julio de 2022

EL OTRO BAÚL DE TÍO VICENTE 14 - CRÍTICAS

En una revista de pretensiones tan intelectuales como era "Casablanca" ¿de qué manera se tomaban las películas abiertamente comerciales y/o populares? ¿Qué decían de ellas en su sección de críticas? Hablamos de los años ochenta, una década maravillosa para el cine popular desde la óptica del público, pero fatal desde la del crítico, que solían machacar todo lo que apestara a blockbuster o género. Entonces leerlo te cabreaba. Hoy resulta casi cómico, especialmente en algunos casos que veremos a continuación.
Para vivirlo en sus carnes, bastará que le den a la tecla Ctrl + botón izquierdo del ratón mientras canturrean felices aquello de: ¡Graaaaacias ooootra veeeez tío Vicenteeee!

Para su escueta crítica de una película hoy tan bien considerada como es "Acorralado", Felipe Vega se desgañita acusándola de pasarse la novela original de David Morrell por el forro de los cojones y, cómo no, calificando a Sylvester Stallone de inculto por no leerla. Entonces era algo muy común, tratar de tonto al actor (luego, tras "Rambo", empeoraría) Y es algo que siempre me ha hecho mucha gracia, Stallone será tonto... pero fue nominado al Oscar por el guion de "Rocky" (también por su interpretación), triunfó como la cocacola y hoy es el mito viviente que es. 
¿Tu, Felipito, qué has hecho?


La siguiente tenía que ser la bomba: "Casablanca" haciendo una crítica a
la última comedia de... ¡¡Cheech y Chong!! Maaaaadre! Veamos. 
Bueno, como pasa con muchas parrafadas de la revista, no está claro si es positiva o negativa. Se toman el tema demasiado en serio y desvarían mediante intelectualismos. Aunque la frase final sí lo sentencia con cierta claridad.
En fin, pensaba que de un crítico llamado Pachín Marinero Viña obtendría algo más de frescura. Y, sin embargo, me ofusca comprobar que acusa a "La vida de Brian" de "cine cómico fácil" y llama gordo a Cheech -aunque lo confunda con el otro- ¿En serio Pachín? ¿Tu te has fijado en los musculazos que gastaba? 


Ya tenemos de nuevo al bueno y viejo Miguel Marías. Y, una vez más, se encuentra ante la incómoda tesitura de decir algo negativo de una película ultra-comercial (encima con el sello Spielberg, el demonio de la crítica sesuda de la época) que, en realidad, ha disfrutado como un enano. Así, recurre a su habitual prosa retorcida. Aunque al final pierde uno poco los papeles, sale del armario y reconoce abiertamente las virtudes de "Poltergeist". Película que, curiosamente, a mi nunca me ha acabado de gustar.



Posiblemente, a Marías le pegaba más David Cronenberg. Es cierto que en aquella época todavía no acarreaba el respeto intelectual que tiene hoy, pero ya habían tímidas muestras. Sin ir más lejos, por esos años Martin Scorsese se había declarado admirador suyo. Y lo prueba esta crítica bastante positiva de "Cromosoma 3" -con referencia también alegre a Carpenter y De Palma- Lo que no acabo de comprender es ese comentario sobre el público aficionado al cine de terror. Tal vez ustedes sepan qué intenta decirnos Don Miguel.
Me escriben y meloplican, porfas.

lunes, 20 de diciembre de 2010

EL COLOR DEL DINERO

Martin Scorsese dirige a Paul Newman y Tom Cruise en una película de billar que no habla para nada de billar. Recuerdo de chaval cuando vi la película con mi amigo Ohian, nos flipamos tanto que estuvimos todo el verano acudiendo a un bar donde tenían mesa de billar. La mayoría de las veces solo veíamos jugar, otras cogíamos los tacos y nos dejábamos nuestros escasos dineros metiendo bolas al tuntún, usando nuestras propias reglas y no se si estropeando el tapete mas de una vez. Solo recuerdo que el ultimo día nos llamaron la atención y ya no volvimos, casi seguro que rompimos algo. Tropecientos años después, sigo siendo igual de mal jugador de billar que antes, pero al menos ahora conozco las reglas, y me sentí un poco decepcionado al ver que en El color del dinero es mas una película de jugadores y tramposos, que de billar propiamente dicho.

Paul Newman (que gano el oscar por este papel) interpreta a Eddie Felson, un antiguo campeón de billar que ahora se encarga de distribución de licores. En su local conoce a una joven promesa llamado Vincent Lauria (Tom Cruise) al que propone ir de ciudad en ciudad ganandose unos cuantos miles de dolares haciendo apuestas y pegando timos. Vincent le sigue el juego, pero no le gusta perder, a Felson la edad le esta jugando malas pasadas y empieza a perder la vista y partidas de billar. La sociedad Felson-Lauria se acaba rompiendo, para encontrarse un par de meses después en una importante campeonato en Atlantic city. Allí mentor y alumno se tendrán que ver las caras de nuevo.

La película habla de la edad, de hacerse mayor y saber el lugar que ocupa cada uno, pero también de timos y estafas, el deporte de fondo verde y bolas de colores es una excusa, bien podrian jugar a poker, petanca o bolos, al final la historia de Felson es lo que importa. Veanla si no lo hicieron hace años, Newman se sale y Cruise no lo hace nada mal aunque este sobreactuado.

jueves, 21 de febrero de 2008

JUSTICIEROS DE NUEVA ALCURNIA

Corren malos tiempos para los justicieros, o eso es lo que uno saca en conclusión tras ver los flojos resultados en taquilla de los dos ejemplos del subgénero más recientes que ha parido Hollywood, "La extraña que hay en ti" y "Death Sentence", esta última aún pendiente de estreno por estos lares. Es una pena, desde luego, y más para un fan de esa clase de películas como es el que firma, sin embargo, podemos consolarnos disfrutando de las dos producciones comentadas porque, y más en el caso de la segunda, se encargan de dejar el listón bastante arriba.
Me moría de ganas de ver "Death Sentence" desde que supe de su existencia. El director de "Saw" y de la más que disfrutable "Dead Silence", dando órdenes a un actor por el que siento especial afecto, Kevin Bacon. Pero antes, tocaba ver el título que la precedió, en el que nada menos que Jodie Foster se encarga de emular a Charles Bronson en sus correrías nocturnas, y todo ello orquestado por un cineasta al que jamás te esperarías tras un film de semejante temática, Neil Jordan.
Curiosamente, "La extraña que hay en ti" está mucho más cercana al espíritu Bronsiano y, específicamente, a "El justiciero de la ciudad" (la primera) que "Death Sentence". Mientras esta segunda gira en torno a la batalla sin cuartel entre la víctima y los asesinos de su imprescindible ser querido, en "La extraña...", aunque también figura ese motivador (obligado en el subgénero), el abanico se amplía. Como "Paul Kersey" en "Death Wish", Jodie Foster acribilla a maleantes anónimos que han tenido la desgracia de cruzarse en su camino. De hecho, el film hace gala de una secuencia de ajusticiamiento en el metro absolutamente idéntica a otra de la peli madre y que, a su vez, se inspira en el hecho real que dio pie a la novela, su posterior adaptación a la gran pantalla y al desarrollo, crecimiento, degeneración y asentamiento de un tipo de cine generalmente muy criticado y denostado por aquellos sopla pollas que van de progres y no hacen otra cosa que mirarse al ombligo sin entender nada de nada. Ni siquiera, a estas alturas, "La extraña que hay en ti" se libró de las predecibles acusaciones de fascistoide, a pesar de que Jordan y la prota se esfuerzan en no caer en el terreno propio del "exploitation" y adornar su propuesta con más profundidad y humanidad de la que uno podría esperar ante semejante empresa (eso hizo que, por otro lado, les llovieran críticas de hipocresía, y se citaban como mucho más honestas en su planteamiento las desventuras del Bronson más macarra). Irónicamente, la peli que más prestigio se supone que tiene, o debe tener, por el caché de sus responsables, es la más radical y extrema en su planteamiento ideológico.
Por su lado, "Death Sentence", se muestra como un vibrante thriller, oscuro, tenso, violento y estupendísimo, que merecía mucha más suerte a la hora de acumular billetes verdes. Es la mejor peli de James Wan, y el amigo Bacon está soberbio en su descenso a la locura y desesperación. Sus reacciones ante los primeros actos violentos que acomete son mucho más creíbles y realistas que los de la Foster. Como decía, "Death Sentence", argumentalmente delimita la acción a unos personajes específicos, la banda que asesina al hijo de Bacon y éste, un buen padre aburguesado que, poco a poco, se va transformando en una máquina de matar nihilista y a la que no le importa otra cosa que la venganza. Digamos que arranca como "El justiciero de la ciudad" y lentamente va mutando a un "Taxi Driver", hasta el clímax final, muy deudor del de la peli de Martin Scorsese, sobre todo en su gráfica (muy gráfica) y arrebatadora ultra-violencia.
La "ideología del vigilante" queda más velada que en "La extraña que hay en ti" en el momento en el que Bacon no decide acabar con la chusma de las calles, si no que se centra única y exclusivamente en aquellos que le han agredido a él y su familia. Es, en esencia, una cinta de acción, aunque con un contundente baño dramático.
Un detalle que, extrañamente, parece haber pasado inadvertido a la mayoría de críticos y cronistas (sobre todo Españoles, cómo no), es que "Death Sentence" está basada en una novela de Brian Garfield, es decir, el autor de "Death Wish", el libro que lo empezó todo. El mismo Garfield, nada contento con la adaptación que de su novela había hecho Michael Winner exaltando la violencia y el juego de la venganza como algo "bueno", decidió escribir su propia secuela a "Death Wish" con una intención muy clara: Demostrar que el papel del justiciero no tiene nada de heroico. Naturalmente, en pleno apogeo del Bronson más carnicero, nadie quiso llevar esa segunda epopeya a la pantalla conscientes de que estaban ante un planteamiento más negativo de lo habitual en el tipo de películas que, por entonces, reinaban en la taquilla. Quizás todo eso explique por qué, a pesar de su baño de sangre y de ese Kevin Bacon transformado los últimos 25 minutos en un especie de "Punisher", en esencia "Death Sentence" no hace un retrato favorable de la imagen del vigilante. El film nos muestra que la violencia solo lleva a más violencia, y que actuando de la manera que lo hace el protagonista de la función, únicamente lograremos agrandar la herida y convertirnos en exactamente aquello contra lo que luchamos. No por nada, Garfield tuvo muy buenas palabras con respecto a la peli.
Resumiendo, que “Death Sentence” está de puta madre.

miércoles, 28 de junio de 2017

LOS FOTOCROMOS DE "UNO DE LOS NUESTROS"

Pues sin más, aquí les dejo con los fotocromos de una de las mejores y más cararterísicas películas de Martin Scorsese. Good Follas, que dijeron una vez en la prensa.
















lunes, 1 de abril de 2013

INTERVIEW: TOMMY WISEAU

Me ha hecho mucha ilusión el poder entrevistar al artífice de una de las películas con más culto de los últimos 10 años, la enloquecida (a pesar de lo sereno y dramático que pretende ser su argumento) “The Room”, una de mis pelis chungas de cabecera, dirigida e  interpretada por el carismático e imposible Tommy Wiseau.
Después de lidiar con su administrador John, e intentar buscarles un local en España que se digne en estrenar, no ya su película, sino su Show, John le pasa mi cuestionario a TW (que así es como le gusta que le llamen) y como todas las estrellas de cine, Wiseau responde a las preguntas de la manera más escueta posible.
Señoras y señores, aquí les dejo con la entrevista al gran Tommy Wiseau.



Cuéntanos algo sobre el proceso de creación de “The Room”

“The Room” supuso 12 años de trabajo. En primer lugar, se supone que era una obra de teatro, después un libro, pero al final escribí un guión y se transformó en película.

“The Room” es una película independiente, que, sin embargo goza de un gran culto en USA, llegando su fama incluso al resto del mundo. ¿A que crees que se debe esta conexión con el público?

La razón es porque “The Room” está tratada con humanidad y la gente conecta con ella, y se basa en el comportamiento humano y las relaciones humanas.

La película es dramática, sin embargo, hay muchos toques de humor. ¿Es el humor que hay en “The Room” intencionado?

Todo lo que ves en “The Romm” se hizo intencionadamente y no te creas lo que escriben en artículos basados en suposiciones.

Siendo “The Room” una película independiente en la que invertiste dinero hace ya diez años ¿Has recupero la inversión tras las diversas proyecciones? ¿Has obtenido ganancias?

Estamos contentos de estar donde estamos. En Junio, es el décimo aniversario de “The Room”.

A tu película se le da el mismo trato por parte de los fans que al clásico “The Rocky Horror Picture Show” ¿te gusta que el público interactúe en las proyecciones?

Estoy feliz de que la gente disfrute y se lo pase guay con la peli. Yo siempre digo que puedes reír, puedes llorar, puede expresarte, pero por favor no hos hagáis daño los unos a los otros. ¡Disfrutad con “The Room”!


Tu siguiente película tras “The Room” es “Homeless in america”, un documental sobre vagabundos. ¿Por qué crees que no ha tenido la repercusión que si ha tenido “The Room”?

Fue un proyecto diferente y no se puede comparar naranjas con manzanas.


Eres actor y director ¿En que faceta te encuentras más cómodo?

Disfruto haciendo ambas cosas.




En el corto “The house that drips blood on Alex”, tienes un papel hecho a tu medida ¿Te llamaron para este corto tras ver tu trabajo en “The Room”?

Me contrataron como actor. Soy un actor de teatro.

¿Te gustaría trabajar para los estudios de Hollywood?

Sí. He hecho algunos proyectos y estoy abierto a otros proyectos con estudios de Hollywood.

Después de “Homeless in america” ¿Tienes algún proyecto?


Estamos trabajando en una nueva película llamada “Foreclosure”. Se dará a conocer en breve. Y estoy trabajando en una película de vampiros.


¿Qué le dirías al publico español para que se animase a ver “The Room”?
“The Room” es una experiencia especial como ninguna otra. ¡Espero que lo disfruten y se diviertan con ella!

      Dime tus cinco películas favoritas y otras cinco que no te gusten nada
     
      Pienso positivamente, así que mis películas favoritas son:
      “Ciudadano Kane, “Gigante”, “Cleopatra”, “Entrevista con el Vampiro”,  
      “Harry el sucio” y tantas otras.
       

Cinco directores favoritos y cinco directores que no te gusten.

Mis directores favoritos: Clint Eastwood, Martin Scorsese, Francis Coppola y otros.

¿Algo que añadir? ¿te gustaría decir algo a los lectores de “AQUÍ VALE TODO”?

Me gustaría poder ver “The Room” en un  ambiente de cine y algún día voy a visitar España para un estreno y saludar a todo el mundo.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

AQUARIUS

Durante mucho tiempo consideré "Aquarius" como "la última película buena del cine de terror moderno italiano". Revisada recientemente, cambio el slogan a: "La -casi- única película buena del cine de terror moderno italiano".
Seamos prácticos, visto hoy, el trabajo de gente como Lucio Fulci, Sergio Martino, Umberto -papanatas- Lenzi o, especialmente, Lamberto Bava, resulta bastante aburrido. O, mejor, totalmente mortecino. Sin embargo, "Aquarius" no solo mantiene el tipo, además logra algo casi imposible de encontrar en un producto ítaloparlante adscrito al género de mis amores: No aburre. Y no solo no aburre, ¡entretiene!. Eso sí que es un milagro. Dentro de tal elitista tendencia también cabe el amigo Dario Argento, especialmente en sus mejores tiempos. Y no es puta casualidad, pues los lazos entre el padre de "Inferno" y Michele Soavi, director debutante en "Aquarius", eran bien fuertes. De hecho, la gracia de esta película es que se erige casi como testamento de la era dorada del terror italiano post-Mario Bava por así decirlo, el de los 70 y, muy especialmente, los 80. Y lo firma el pupilo más aventajado posible, el amigo Soavi, en cuyo curriculum previo encontramos el famoso documental que dedicó a su maestro Argento con "Il mondo dell'orrore di Dario Argento" para quien, antes de currar como director, lo hizo como asistente y actor (en "Tenebre", "Phenomena" y "Ópera"). Pero Argento no fue el único, también dio lo suyo para Lamberto Bava en idénticas funciones ("Cuchillos en la oscuridad", "Demons", el remake de "La máscara el demonio" y "Blastfighter, la furia de la venganza", en la primera hacía de -si la memoria no me falla- asesino travesti y en la segunda era el tipo de la media-máscara que reparte propaganda del estreno del film diabólico en el metro). Su vinculación al horror italiano no se queda ahí, ya que Soavi ha ejercido exclusivamente de intérprete en films tan característicos como "Alien 2", "Miedo en la ciudad de los muertos vivientes" (la de Fulci, para quien también colaboró en "El destripador de Nueva York"), "El día del cobra" (de Enzo G. Castellari), "Los invasores del abismo" (de Ruggero Deodato) o "Il gatto nero" (de Luigi Cozzi -amigo de Víctor-). Y aunque curiosamente su nombre siempre va asociado al de Argento, en realidad otro para quien curró a destajo en sus inicios fue el no menos legendario Aristide Massaccesi, más conocido como Joe D´Amato. Michele fue actor, co-guionista no acreditado y asistente en títulos tan variados y demenciales como "Bronx lucha final", "2020 Los rangers de Texas", "Terror sin límite", "Calígula 2" o "Ator el poderoso". Tal vez por ello fue Massaccesi, y no Argento, el primero en producirle un largometraje comercial, es decir, este mismo "Aquarius" que Aristide apadrinó desde su flamante "Filmirage" y que, como guinda del pastel, cuenta con un guión original de Luigi Montefiori, más conocido como George Eastman, el caníbal de "Gomia, terror en el mar Egeo" (dirigida por D´Amato, of course), que pal caso se esconde tras el alias de Lew Cooper. Ahí es nada. Visto lo visto, está claro que solo Michele Soavi podía cerrar el círculo aplicando lo aprendido y, encima, tan bien (y americanizando su nombre a Michael, como debe ser).
Un puñado de actores hambrientos, y su director, ensayan desesperadamente un espectáculo teatral de danza moderna sobre un anónimo asesino. Todo pinta que va a ser un desastre. Esa noche, la prota de la función, aquejada de dolores en el tobillo, hace caso omiso al jefe y se marcha al hospital más cercano para que le venden la pupa. Su presencia motivará la huida de un peligrosísimo psicópata que se le cuela en el coche, se carga a la chica de guardarropía del teatro y desaparece. Llega la policía, registra el lugar, no encuentra nada y se marcha dejando únicamente dos agentes que de poco servirán (uno de ellos encarnado por el propio Soavi). El director decide aprovechar el suceso y convierte su obra en un inesperado biopic del psycho-killer visitante... así que, pa meterse caña con los ensayos, se encierra a si mismo y a los actores en el teatro, escondiendo la llave. Poco saben todos ellos que el homenajeado también ronda por allí, dispuesto a cargárselos y, para más inri, la primera persona a la que asesina es la única que sabe dónde está escondida la llave de la puerta principal. La noche que les espera será de órdago.
"Aquarius" fui a verla el día de su estreno, al cine. Lo recuerdo muy bien porque los Viernes por la tarde solía reunirme con los idiotas de mis ex compañeros de EGB para acudir a las películas. En aquella ocasión, elegí yo. Naturalmente entonces ya sabía mucho sobre la peli de marras gracias a mis queridas revistas francesas, aunque la reconocía más por el título que allí recibió, "Bloody Bird". Al entrar, un sensacionalista cartel que el mismo cine se había sacado de la manga, nos advertía que lo que íbamos a ver era muy fuerte porque resultaba "totalmente verosímil". Menuda chorrada!!. De hecho, y aunque lo pasamos muy bien durante el visionado, al terminar uno de mis "amigos" criticaba el desenlace del film aludiendo, justamente, a su falta de verosimilitud. En fin, jóvenes presuntuosos. A mi todo aquello me daba igual, me la sudaba, había disfrutado como un enanito y salí bien saciado, ya que por entonces lo que buscaba con desesperación en un film de horror era la más generosa y gráfica truculencia y, en ese sentido, "Aquarius" iba la mar de bien servida. ¡Qué tiempos aquellos en los que el cine de terror incluía gore valiente y gráfico, pero en sus justas dosis, sin caer en el exceso por el exceso, ni el humor, ni la estilización en busca de la aprobación de las élites políticamente correctas!, preocupándose más por ser "una de miedo con gore" que "una gore con miedo" o, peor, "una gore con gore" o, ya de pesadilla, "una gore con risas".
El caso es que, menos experimentado en estas lides, consideraba "Aquarius" una muestra moderna de "giallo". Bien cierto es que guarda algunas características propias de esa clase de cine, pero en realidad la obra de Michele Soavi encaja mucho mejor en la etiqueta de "slasher". ¿Una mezcla de lo mejor de ambos bandos?, pues sí, me parece bien. Por parte "slasher" tenemos a un asesino mudo e imparable ataviado con un uniforme negro y una máscara de lo más chanante. Esa cabeza de búho gigante es ya legendaria. Tenemos el grupo de jóvenes servidos para ser asesinados con las más variadas armas y los crímenes más impactantes y sangrientos, que incluyen cosas tan clásicas como hachas o una surrealista pero efectivísima sierra mecánica. Y tenemos el climax en el que la "final girl" y el malo se enfrentan cara a cara, así como la aparente invulnerabilidad del segundo. En el terreno del "giallo" encaja el mini-puzzle que resolver del final, el asesinato enfocado como todo un arte (los cadáveres de las víctimas reunidos es algo muy "slasher", pero no lo de presentarlos de forma tan artística) y, en general, la concepción elegante, bonita y estilizada que Soavi tiene del terror, algo directamente heredado de su amigo y vecino Dario y que destaca especialmente con la hipnótica y pomposa banda sonora, así como con esas plumas flotantes o los números musicales de la obra que ensayan los protagonistas (el sumum de lo cual viene cuando la que conoce la ubicación de la llave es asesinada brutalmente delante de todos, convencidos de que el agresor es el actor disfrazado. Ese es uno de los momentos más "giallo", más Argento, de la fiesta, a base de soundtrack orquestal e iluminación azulada).
Hace unas líneas hablaba de los asesinatos truculentos y salvajes. Déjenme volver a ello. En la época se consideraba "Aquarius" como una película "fuerte" y seguramente en 1987 sí encajaba en la etiqueta. No estábamos tan acostumbrados a ver de modo claro y sin disimulos cómo una sierra mecánica abría el estómago a un tipo, y aquí es algo que está bien presente y, además, rodado de modo muy efectivo, muy tétrico, con una linterna como única fuente de luz, el asesino con la máscara salpicada de sangre y la víctima, gritando agónicamente, rodeados de oscuridad y asentados sobre un Argentiano suelo inundado de agua. Brillante. En posteriores entrevistas Soavi decía que no se consideraba muy amigo del gore (¡ni del terror de los ochenta!, al que acusa de poco imaginativo), pero que aceptaba que un film de terror iba ligado a la muerte y la sangre, y que en cierto modo esta última era lógicamente inevitable. También comentaba que el presupuesto con el que contaron para "Aquarius" era mínimo, y que lo efectos especiales se resolvieron del modo más rudimentario. Hay una chica -embarazada!- que es partida por la mitad y cuando se revela su medio-cuerpo, nos damos cuenta que se trata de un auténtico maniquí al que han pegado unas tripas. No digo que cante hasta el extremo de resultar risible y chapucero, para nada, pero sí es verdad que el momento pasa fugazmente ante nuestros ojos evitando resultar demasiado evidente. Lo mismo que la decapitación del director de la obra de teatro. Pero que nadie se confunda, porque esa pobreza queda totalmente compensada por la inmensa capacidad de Michele Soavi, que se muestra como un cineasta de lo más talentoso a la hora de dotar de ritmo a su película, de sacar buen partido del montaje y, en fin, de jugar con el suspense. "Aquarius" es impactante y sangrienta, sí, pero también emocionante. Digamos que podríamos partirla en cuatro cachos. Arranque, masacre (donde mueren el 90% de los personajes secundarios, sin descanso), enfrentamiento y desenlace. El enfrentamiento es el segmento más delicado porque, casi sin diálogos, y a base de sonido e imagen, el director se centra en el puro suspense, cuando el psycho-killer tiende una trampa a la "final girl" que debe agenciarse la llave de la puerta sin que su agresor se de cuenta, aunque lo tenga a medio metro. Muy logrado momento de puro cine, que eclosiona con el inevitable bis a bis de la  pareja, destacando el instante de él colgando del techo y deslizándose por un grueso cable hacia ella. De infarto.
Quizás uno de los puntos más flojillos de la película sean algunos de sus actores, ya sabemos que en la mayoría de las pelis de terror italianas suelen ser muy malos, ridículos. Aquí se salvan de la pura quema por los pelos, aunque queda sitio para algunas sobreactuaciones notables. Sin embargo, la mayor de todas ellas da el pego, porque se trata del director de la función teatral, un tipo ególatra, cruel y manipulador al que el rollo histriónico le va como anillo al dedo. De hecho, es uno de los personajes que más recuerdo dejan y para mi significó descubrir al actor que le da vida, David Brandon y sus notables orejones. Había protagonizado "Caligula 3" para el mismo Joe D´Amato (un evidente exploitation de la de Tinto Brass, donde ya coincidió con Soavi), y luego también saldría en el "Crímenes en portada" de Lamberto Bava. Pero su rol más extraño y atípico es el primero, haciendo de ángel "Ariel" para Derek Jarman en su epopeya arty-punk "Jubilee" (connotaciones de una carrera paralela en el teatro y otras artes más elevadas y respetadas).
Barbara Cupisti es la guapa "final girl" de rigor que has visto también en películas de algunos clásicos como Fulci ("El destripador de Nueva York", ¡su debut!), Argento ("Ópera"), o el fucking Lenzi ("La porte dell´inferno"), así como en "El engendro del diablo" y "Mi novia es un zombie" del mismo Soavi (a lo tonto él y la moza llevaban años coincidiendo en la pantalla, así que será verdad eso de que son o fueron pareja, apunte este que no he podido corroborar).
Sin embargo, el rostro más mítico de todo el film es el de un -habitualmente- sobreactuado Giovanni Lombardo Radice (alias John Morgen) haciendo de supergay. La fama a nivel fandom le llegó cuando Fulci decidió taladrarle la cabeza en "Miedo en la ciudad de los muertos vivientes" y Lenzi castrarlo para "Caníbal Feroz". Lo vi in person en su visita a un festival patrio, pero -paradójicamente- era más soso que una cocacola con solo cinco cucharadas de azúcar.
Terminamos este repasito con la fea Mary Sellers (sin vínculos con el inspector Clouseau) y que también mostraba su poca atractiva faz en el temible remake de "La máscara del demonio", cortesía de Bava hijo de... Mario, "Contamination .7" (de D´Amato) y "Ghost House", de -oootra vez- Umberto Lenzi currando para "Filmirage". Curiosamente esta costrosa peliculita que consumí en un cine porno justo cuando probaba suerte proyectando otra clase de productos menos grumosos (¡¡vamos, ni el puto "deuce" y sus cutre-cines!!), reciclaba el soundtrack completo de "Aquarius" que -como ya he señalado- está muy bien y tiene un peso importante en la película. Uno de sus tres responsables, probablemente el más reconocible, es Simon Boswell, inevitablemente ligado al universo de Dario Argento y que también ha puesto su talento al servicio de una ralea de films sin desperdicio: "Phenomena", "Demons 2", "Crímenes en portada", "Karate Kimura" (!), "Santa Sangre" (estupenda su partitura para este clásico de Alejandro Jodorowsky producido por el hermano de Dario), "Hardware, programado para matar" y "Dust Devil" (Richard Stanley siempre se ha declarado admirador del dire de "Suspiria"), "El señor de las ilusiones" (de Clive Barker) y, muy recientemente, "The Theatre Bizarre" (obviamente en el capítulo firmado por Stanley) y la horrenda e incomprensiblemente reputada "The ABCs of death".
¿Y qué le pasó a Michele Soavi después?, pues que Terry Gilliam vio "Aquarius" y le gustó tanto, que decidió ficharlo como director de segunda unidad en "Las aventuras del barón Munchausen". Contaba también Gilliam que el amigo dio bastantes problemas durante el rodaje a la hora de agenciarse más dinero del acordado por obra y gracia de cierto "grupo de presión" de poca recomendable casta. Con todo, Soavi declaraba en "L´Ecran Fantastique" que había decidido subirse al carro para vivir la experiencia y aprender. Movidas raras pero, al parecer, no tan graves porque años después Gilliam y el italiano volverían a encontrarse, repitiendo roles, en la espantoide "El secreto de los hermanos Grimm"... así que, nunca se sabe.
Luego llegaron "El engendro del diablo" y "La secta" (esta vez, sí, producidas por su querido Dario Argento, que metió bastante la mano en ambas) y la peli que le consagró, la bonita, curiosa, chorra y rara "Dellamorte Dellamore", subnormalmente titulada en España "Mi novia es un zombie" de la que Martin Scorsese posee una copia en su colección privada. Cuando parecía que Soavi iba a alcanzar la cima (le llegaban ya propuestas desde Hollywood, como dirigir la vomitosa "Abierto hasta el amanecer"), movidas de corte personal/familiar le retiraron del cine durante cinco largos años, truncando su prometedora carrera. Retomó la silla del director para la televisión italiana, donde dirigió algunos telefilms policíacos que ni he visto, ni me apetece ver. Hace poco leí que el muchacho tenía intención de regresar a la big screen y con una de terrores, pero habrá que ver qué pasa, porque los tiempos han cambiado mucho y tal vez su creatividad haya caducado. O no, veremos. De momento y hasta entonces, podremos gozar ad infinitum de este "Aquarius", clásico del terror moderno mundial que, como dicen los yankees, es "highly recomended". Sin duda alguna.