El primer vídeo que colgué en este blog fue "you know i´m no good" the Amy Winehouse. Fue el 27 de febrero de 2008 y aquel día también escribí esto:
"Tal vez, en un lugar que aún no conozco, exista la posibilidad de dejar de perder, de levantar cabeza de una vez por todas; de poder mirarme y sentir que soy alguien normal; dejar a un lado al bicho, no estar enganchado a ella, mirar a los demás con algo distinto al odio o a la indiferencia, un lugar como el parque al que llevaba a Cris cuando era un renacuajo, me cogía de la mano y me llamaba por mi nombre, un lugar en el que no exisistieran las apariencias ni los prejuicios. Debería haber un lugar en el que no fuera necesario esconderse. Debería haber un lugar en el que la muerte no fuera la felicidad."
Aquella canción resumía la novela que estaba escribiendo, radiografiaba a "ella" de Moriría por ella con pasmosa exactitud. No la había escuchado antes y me sorprendió que encajara como un guante en la historia. Durante las siguientes doscientas páginas el protagonista, se debatía entre tratar de olvidarla y la esperanza de que ella volviera con él para siempre. Porque a veces uno cree que comprendiendo al otro encontrará la clave para que todo funcione, que en algún lugar escondido de la otra persona uno puede llegar a la herida y curarla.
Pero no se puede. Nadie cambia si no quiere cambiar. Y si quiere cambiar y cambia, uno, por el simple hecho de haber estado ahí pertenece a ese pasado al que ata una piedra y lanza desde un puente al fondo del río. Empezar de cero requiere sacrificios humanos, y en realidad "mueres por ella" cuando ella decide que empieza de nuevo mientras aún tú la quieres.
Si un gato tiene siete vidas ¿cuántas tiene el corazón? ¿Dónde está la frontera entre la esperanza y la estupidez? Y sobre todo ¿Por qué llegué tan lejos con personas que tenían un pasado tan problemático y un futuro tan entre ceja y ceja en el que yo no cabía?
Dadas las circunstancias y en vista de la experiencia entiendo que querer a alguien es una estupidez y confiar es un suicidio y es por eso que este blog se acerca a su fin. Entre el suicidio y hacer algo me propuse capitalizar mi experiencia en el tratamiento del agua. A ello me dedicaré hasta que, tarde o temprano, me encuentre con mi destino. El destino está escrito por todas partes, y se crea a la más mínima, cuando Amy decidió ser Winehouse convocó, probablemente, sin saberlo, ese alcoholismo. Donde ella apostó por su vino, yo apostaré por mi agua.
En cuanto al blog, siento que las cosas hayan sido así y siento las veces que me he podido mostrar brusco o desagradable, y todo el tiempo que me he escondido, que no he contestado, que no he querido dar el paso de conocernos en persona. O de seguir viéndonos si ya nos conocíamos. No quería jugar o contagiar a nadie esta misantropía, esto en lo que me he ido convirtiendo.
A pesar de ello creo que, como en los videojuegos, aún me queda una vida. La gastaré pero no aquí.
Os deseo tanta suerte como tristeza y rabia yo siento. Eso significa que seréis muy afortunados.