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Comiendo voy... desde Seattle a San Diego

En el viaje de 4+ semanas que hicimos desde Seattle a San Diego (y que os conté aquí), no faltaron las experiencias gastronómicas. Bueno, ya me conocéis un poco —y si no, solo hace falta "darse una vuelta" por el blog o mi cuenta de Instagram. ;) La única condición que teníamos era no comer NADA de comida europea ni mediterránea (que de eso ya tenemos bastante por aquí) y centrarnos en la comida americana y asiática, ya que la costa oeste tiene comida japonesa, china, vietnamita y demás muy, muy rica por su conexión histórica y geográfica con Asia. En fin, nos pusimos manos a la obra y rumbo al sur de California, eso sí, con calma y mucho camping de por medio. No os voy a enseñar las humildes comidas que hicimos mientras estábamos de acampada (ni los muchos s'mores que comimos de postre), sino una selección de mis comidas favoritas on the road. ¿Empezamos?


**Seattle**

Nada más aterrizar, después de un vuelo de 11 horas y con el cuerpo que no sabía ni dónde estaba, teníamos antojo de una buena sopa calentita, así que fuimos directos a tomar un buen cuenco de pho vietnamita. Vamos, el equivalente vietnamita a una buena sopa de fideos. Reconstituyente y reconfortante y, claro, con su toque picante.


En Seattle nos centramos en la comida asiática porque es de los mejores sitios donde probarla. Cuánto echaba de menos algo tan simple como el bok choy o col china, así que en cuanto la vi en el menú de este restaurante chino, tuve que pedirla. No pudo faltar también el clásico Kung Pao Chicken.



Tampoco faltaron cenas fantásticas en casa, por ejemplo este King Salmon cocinado sobre una plancha de madera (de aliso) a la barbacoa. Un menú que no podía ser más típico del Pacific Northwest, porque el salmón es central en la cocina del Pacífico. El corn on the cob estaba también espectacular, todo hay que decirlo. ¡Gracias, cuñado!



No faltó la visita a un buen restaurante clásico americano en el centro, CJ's, en el que me zampé un rico Patty Melt (hamburguesa con queso y cebolla entre cortadas de pan a la plancha). Tan rico estaba que no me dio tiempo a hacerle foto. ;)  Sí hice foto a este Swedish Pancake, finito y delicioso. 



**Portland**

Portland resultó ser todo un descubrimiento en cuanto a opciones culinarias. Con su aire casual-cool y su revolución gastronómica, no faltaron sitios donde comer bien. ¡Nos hubiera gustado estar más días para poder probar otros! 
Una de las cosas "muy de Portland" es la cerveza. En cada esquina hay una brewery donde probar ricas variedades de cerveza, y es tanta la pasión cervecera, que la gente la hace en sus propias casas. Esta tabla de degustación es de Burnside, que también sirve comida excelente.


Otro de los sitios recomendables es Lardo, un pequeño establecimiento de sándwiches en el que el cerdo triunfa. Las de abajo son Dirty Fries (con trozos de cerdo no identificados). El sándwich es el rico Smoked Coppa Cubano (jamón, provolone...).



¿Quién iba a decir que el tradicional plato casero de mac & cheese es un plato estrella en la gastronomía de Portland? Pues parece que sí. Y uno de los mejores sitios (o el mejor, según algunos) para probarlo es Le Bistro Montage. Además, las sobras te las envuelven en forma de escultura de aluminio, todo un detalle. Los cócteles y oyster shooters no están nada mal tampoco.



Y un clásico de Portland que no podíamos irnos sin visitar es Voodoo Doughnut. Una locura de donuts de todo tipo: con Froot Loops, con Oreos, Cocoa Puffs... y el famoso donut con bacon y sirope de arce. Potente, pero demasiado para mí. A pesar de la cara de asco que puse cuando lo vi, mi favorito acabó siendo el de Oreos y crema de cacahuete, barroco pero delicioso.




**Crater Lake y Redwood Country**

Tras dejar Portland comenzamos nuestro verdadero road trip y turismo de acampada, lo que equivale a muchos diners, restaurantes de montaña... y comida de lata fácil de preparar cuando haces camping. La primera noche en Crater Lake fue muy fría (como podéis ver aquí). Por ello, no hubo más remedio que darse desayunos reconstituyentes como este, mejor incluso junto a una buena chimenea. Nuestra prioridad era comer porque como se puede apreciar las fotos son de móvil.  ;)


Otro rico desayuno fue el de este descubrimiento en la zona de Redwoods, el Woodrose Café. Excelentes los Eggs Benedict y el Buckwheat Pancake que se asoma en la foto.



**San Francisco**

En San Francisco se come muy bien, y la comida asiática es en general excelente. Una de las zonas que hay que visitar es Chinatown, el barrio chino más antiguo de Norteamérica y la comunidad china más grande fuera de Asia. Recomendado el Great Eastern Restaurant, un buen sitio para ir a tomar dim sum, aunque la carta es también recomendable.



**Monterey y Big Sur**

Bajando por la costa desde San Francisco se llega a la zona de Monterey (donde se puede visitar el famoso acuario). Unos amigos nos habían recomendado el genial Black Bear Diner, una cadena local muy divertida decorada toda ella de osos negros. La Big Bear Burger no decepcionó.


En Big Sur celebramos un día especial en el famoso Nepenthe, donde ya habíamos estado y en el que queríamos disfrutar de las vistas al atardecer, pero también descubrimos lugares como el Big Sur Bakery (buenos y sanos sándwiches, además de café y bollería).



Pero sin duda mi descubrimiento favorito fue el impronunciable Deetjen's (Big Sur Inn). Se merece una entrada aparte porque el lugar es precioso. La comida orgánica y preparada con esmero estaba perfecta. ¡Nos quedamos con ganas de volver! Recomendado el desayuno.




**San Luis Obispo y Santa Bárbara**

Entrando ya en la Central Coast de California (y dejando atrás nuestra aventura de acampada) llegamos a la locura que es el Madonna Inn en San Luis Obispo. Nada tiene que ver con la cantante, pero si echáis un vistazo a su página web veréis por a qué me refiero. Es un hotel de lo más kitsch en el que cada habitación tiene una temática diferente. No nos alojamos allí sino en Santa Bárbara, pero sí tomamos un Root Beer Float (root beer con helado de vainilla) y un batido de chocolate (en la foto) para marcar la ocasión.  ;)


En Santa Bárbara, mi comida preferida fue en este restaurante mexicano apartado de la zona turística, Los Agaves. Deliciosa comida a buen precio y una selección de salsas y condimentos excelente. Pedimos tacos al pastor y tacos de pescado (en primera plana).



**Los Ángeles**

Los Ángeles es una de mis ciudades favoritas de EE. UU. en cuanto a opciones donde comer. Me gustan sobre todo la cultura tan extendida de los food trucks y la muy buena comida mexicana y asiática que ofrece. Pero como solo vamos a la segunda patria una vez al año, hay que aprovechar y disfrutar de la gastronomía clásica americana en todo su esplendor...

Como estos super panqueques de coco y chocolate de uno de nuestros favoritos, The Griddle Café, que ya os enseñé aquí.


Y como siempre estamos buscando la hamburguesa perfecta, probamos por fin el popular Umami Burger. Más que recomendable su Truffle Burger. Los pepinillos fritos tampoco estaban mal, más una curiosidad que otra cosa.



Uno de las zonas nuevas que visitamos en Los Ángeles fue Little Tokyo, que realmente es muy little. Son solo unas tres calles, pero se pueden encontrara buenas pastelerías y restaurantes japoneses. En el Japanese Village Plaza hay además tiendas de "artilugios" japoneses y un supermercado japonés genial. Estos pastelitos típicos son de Fugetsu-Do.


En Marugame Monzo comimos los mejores udon que he probado (hechos a mano en el mismo restaurante). Estaban im-pre-sio-nan-tes... tanto que hice unas fotos rápidas con el iPod y me olvidé de la cámara.  :)



**San Diego**

En nuestro destino final, como no podía ser de otra manera, comimos la especialidad de la ciudad hasta hartarnos: fish tacos. Pero además descubrimos algunos buenos sitios nuevos, como The Blind Burro —muy buena comida mexicana de Baja California y ricas margaritas— o un excelente lugar para desayunar, Snooze. Totalmente recomendado TODO, como la interesante versión de mis queridos eggs benedict, con ruibarbo. El megaburrito y el carrot cake pancake no estaban nada mal tampoco.




Sin duda dimos un buen repaso a la gastronomía lugareña y, aunque solo enseño una selección de lo mejor, hay que decir que no hubo grandes decepciones.

¡Espero que no os haya entrado demasiado hambre!  ;)

***


Crater Lake, Oregon

El parque nacional de Crater Lake en Oregón es un lugar mágico. Cuando llegamos para acampar a finales de septiembre acababa de pasar una tormenta de nieve. De hecho, tuvimos que retrasar el viaje un día para que no nos pillara de lleno. 28 cm de nieve cayeron en tan solo dos días. Pero la nieve solo hizo que el paisaje fuera incluso más espectacular.

La historia de este parque nacional es de lo más interesante. Donde hoy hay un enorme cráter con un lago, antes había una montaña llamada Mazama. La montaña, como todas las de esta zona (la Cordillera de las Cascadas), era un volcán. Medía casi 3.700 metros de altura. Aproximadamente en el año 5677 a. C. entró en erupción y se colapsó más de 1.600 metros, creando una caldera volcánica. La caldera se fue llenando de agua con el paso de los años y formó el lago más profundo de EE. UU. (¡592 metros!). Mazama tiene mucha importancia para el pueblo nativo de esta zona, los Klamath, que presenciaron la erupción. La belleza del lago es su profundo color azul y la claridad del agua. Es uno de los lagos de agua más pura, ya que no tiene fuentes fluviales que lo alimenten (solo el agua de la lluvia y del deshielo) ni polución.

Así vivimos nuestra primera (y espero que no última) visita a Crater Lake.

Nada más llegar, a montar la tienda... ¡en la nieve!



Antes de que anocheciera fuimos al cráter a estirar las piernas y ver el atardecer. Junto al cráter hay información sobre la historia del parque y del lago.


Después de la tormenta de los días anteriores, las nubes y la niebla todavía hacían acto de presencia sobre el cráter, dejando imágenes como estas.




Al borde del cráter está el histórico Crater Lake Lodge, un hotel de montaña que abrió en 1915.







A la mañana siguiente salió un día soleado y radiante de cielo azul y lago aún más azul.


El lago tiene dos islas. La más grande (abajo) es Wizard Island,  un cono de escoria (no lo insulto, se dice así) de 230 m de altura sobre el lago que se formó tras la erupción de Mazama con las subsiguientes erupciones. Se formaron otros conos, pero este es el único que sobresale en la superficie. Así que Crater Lake es "un cráter con un lago con un cráter".  ;)


Como la cantidad de nieve era considerable, hicimos una excursión a un pico cercano, Watchman Peak.


Así de precioso e invernal estaba el comienzo del camino.





{A esta ardilla de manto dorado nos la encontramos junto al camino.}

Las vistas de los otros volcanes de las Cascadas mientras ascendíamos eran impresionantes.



Tras la ascensión, teníamos una vista directa de Wizard Island y el cráter.




Sobre la cima hay una caseta a la que se puede subir, e información sobre los alrededores.






Lo bueno de la nieve es que se pueden ver muy bien las huellas de los animales
(ciervos, martas, gatos monteses, linces...)


Y para entrar en calor tras la caminata, nada mejor que un chocolate caliente
junto a la chimenea en Crater Lake Lodge.  :)


Después, vuelta al campamento... pero a pesar de las advertencias y la escasez de humanos en el cámping no vimos ningún oso.  ;)


¡Feliz fin de semana!

***