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martes, 22 de enero de 2019

Ermita rupestre de Arroyuelos


Nuestro viaje a Cantabria terminó sumergiéndonos en el s.X. Visitamos en Valderredible la iglesia rupestre de Arroyuelos, que resulta ser una cueva de dos pisos con construcciones de arquitectura mozárabe. Aquí vemos en su interior el arco de herradura, que es donde remata la cabecera de la planta y dos ampliaciones con arcos de medio punto que descargan en un pilar cuadrado central. A lo largo de la nave aparece el elemento de banco corrido, muy característico de estas construcciones. La planta superior tiene una especie de tribuna (con posibilidad de otro piso dadas las marcas que indicarían otra elevación de madera). La iglesia está dedicada a los mártires cordobeses Acisclo y Victoria y se encuentra en un lugar elevado desde donde se divisa la colegiata de San Martín de Elines (a escasos dos kilómetros) y el valle del Ebro. No es la única ermita rupestre que hay en la zona.

Cuatro colegiatas románicas, pueblos medievales, una ciudad con museos y bares, acantilados vertiginosos, cuevas prehistóricas y una estela celta. Apasionante Cantabria.

jueves, 10 de enero de 2019

San Martín de Elines


En Valderredible (agrupación de más de 50 municipios cántabros por donde corre el río Ebro y cuya capital es Polientes), se encuentra la pequeña localidad de San Martín de Elines, que tiene una colegiata románica espectacular. Unos arcos mozárabes y unas ventanas indicarían que ya en el s.X había allí algún lugar de culto construído. Lo que vemos ahora es del s.XII, aunque tiene un claustro que pertenece ya al XVI. En este claustro hay un sarcófago con una larga espada y una inscripción que cita el año 1231, creyéndose que se trata de un caballero peregrino de Santiago. El templo tiene única nave con presbiterio y ábside (canecillos -algunos eróticos- en el exterior y pintura románica -dos apóstoles- en el interior). Tiene también un gran campanario cilíndrico. En su interior es el tambor del ábside lo más interesante: tiene dos pisos de arquerías de medio punto sobre columnas. Cinco arriba (tres son ventanas) y cuatro abajo. En este monasterio se escribió en el s.XIV (por un monje anónimo) el Libro de miseria de omne, obra del mester de clerecía que reflexiona sobre el pesimismo humano. Roberto fue la persona que nos explicó la colegiata y la manera en que nos contó las historias allí acontecidas nos dejó un buen recuerdo de nuestra visita.

Justo enfrente de la colegiata está el bar Noa, donde nos prepararon en la terraza una estupenda comida mientras esperábamos a que llegara Roberto para abrirnos la iglesia. Pechugas de pollo a la brasa con huevo y patatas fritas (las patatas de Valderredible son famosas en toda España), ensalada, cerveza y café. Robles y manzanos rodean el paisaje de la colegiata.

martes, 8 de enero de 2019

Limpias


Dos fueron los motivos por los que nos acercamos a Limpias (Cantabria): un cristo y un chocolate. En el bello barrio de Rucoba se encuentra la iglesia de San Pedro, una construcción del s.XVII con interesante fachada (barroca) y un hermoso retablo en el altar mayor (rococó), con la imagen del Cristo de la Agonía (a la que se le atribuyen numerosos milagros). Es una talla de madera policromada, del s.XVIII que llegó a Limpias procedente de Cádiz, después de detener allí una inundación. El Cristo tiene a sus lados a San Juan y a la Dolorosa. Fue don Diego de la Piedra (caballero de la Orden de Santiago) quien mandó traer esta imagen a su villa natal.

Después, otra maravilla: un chocolate con picatostes en el bar Hermi. La textura y sabor de estos deliciosos trozos de pan frito (mojado en el chocolate a la taza)  nos dio la razón en las sorpresas que te pueden dar pueblos escondidos o poco conocidos. Por aquí pasa el río Asón, que desemboca en el Cantábrico. Tradicionalmente Limpias ha tenido manantiales y fuentes de agua con excelentes propiedades, posiblemente de ahí le venga el curioso nombre al lugar, enclavado en un hermoso valle.

miércoles, 2 de enero de 2019

Santoña


Santoña (Cantabria) es el pueblo de las anchoas por excelencia. Como está en una marisma, casi todo está rodeado por el mar. Allí se visita la iglesia de Santa María del Puerto y la Plaza del Peralvillo. En la iglesia, del s.XIII (reformada en el XVI) hay unos curiosos capiteles historiados y una hermosa pila bautismal. Destaca el fascinante retablo de San Bartolomé, de estilo flamenco, que son tablas pintadas hacia el 1500 por Petri Nicolai Morauli, de Brujas. En la Plaza del Peralvillo hay una escultura de una señora que lleva un recipiente en la cabeza y, también, algunos bares interesantes. En el paseo marítimo hay un monumento a Juan de la Cosa (1460-1510) navegante que dibujó un histórico mapamundi.

En Casa Emilia, un restaurante situado al lado de la Plaza de Toros, puedes degustar una ración de sardinas asadas, unos mejillones al vapor y unas rabas, con copa de albariño, botella de agua y tarta de queso, sale a 47 euros dos personas. En la misma calle hay una tienda para comprar las anchoas de la misma marca del restaurante.

martes, 1 de enero de 2019

Santa María de Bareyo


Santa María de Bareyo es una de las joyas románicas que puedes encontrar en los recorridos por las fascinantes tierras cántabras. Situada en la localidad de Bareyo (Cantabria) es una construcción del s.XII con evidentes influencias mozárabes. Enclavada en una suave loma, cerca del mar (a la altura del cabo de Ajo) y de Santoña, parece ser que su origen fue un monasterio allá por el s.IX como consecuencia de cierta política repobladora. En los s.XVI y XIX hubo añadidos en las inevitables reformas y ampliaciones. Hoy observamos una única nave de crucería. Tras el arco triunfal vemos una bóveda y, en su hemiciclo absidial, dos registros de arcos de medio punto con elegantes columnas y capiteles. En una de las columnas de la galería está adosado un personaje con ropa de época (¿podría ser el propio arquitecto?). Decoraciones geométricas y rostros aparecen por cualquier lado que te fijes. 

También es muy interesante la pila bautismal (dos leones que devoran a una persona y decoración de entrelazado tipo "nudo de Salomón") colocada en el cuerpo bajo la torre y, en el exterior, la belleza de su ábside dividido en tres partes con sus correspondientes ventanales (uno cegado).

domingo, 23 de diciembre de 2018

Laredo


La Puebla Vieja de Laredo (Cantabria) es un conjunto de calles (seis) que se organizan entorno a la iglesia de Santa María de la Asunción, que está en un alto. En el año 1556 Carlos V desembarca en el puerto de Laredo, camino de su retiro a Yuste, y esa presencia marcará la historia de la ciudad. La Rúa Mayor, San Marcial, Santa María, San Martín, la Rúa de en Medio y la Rúa de Abajo muestran en sus caminatas numerosos palacios y casas nobiliarias. La iglesia citada es del s.XIII, modificada en el XVI y entre sus joyas está el retablo gótico del s.XV llamado de Belén. Fuera del callejerío señalado se encuentra la iglesia (y convento) de San Francisco, el túnel de la Soledad (del s.XIX para construir un puerto que no se llegó a terminar), el edificio del antiguo ayuntamiento de 1562 y el complejo fortificado del Rastrillar. En la foto, el Arco de San Marcial, una de las puertas medievales del segundo recinto amurallado, más elevado que el anterior, y que circundaba a la iglesia.

En la Rúa Mayor (la calle de los vinos) se encuentra el Restraurante Guti, que ofrece un menú de 15 euros. Revuelto de champis, merluza mariscada y leche frita, acompañados de vino blanco solera, dejaron un estupendo sabor de boca a la visita a este casco histórico.

jueves, 20 de diciembre de 2018

Castro Urdiales


Castro Urdiales (Cantabria) era ciudad romana en el año 74 cuando se estableció aquí Flavióbriga (se pueden visitar excavaciones en pleno casco viejo). En el s.XIII se construye la iglesia de Santa María de la Asunción (que tiene un Cristo de Zurbarán en una capilla) y, parece ser, que un siglo antes ya existía el Castillo de Santa Ana (con un faro añadido en el s.XIX). Ambos edificios conforman el perfil más conocido de Castro Urdiales. Un bello puente medieval te lleva hasta la ermita de Santa Ana (ubicada en un peón). Leonardo Rucabado, llamado el caballero andante de la arquitectura, dejó huellas de edificios singulares a principios del s.XX. Entre ellos la Casa de los Chelines o el Chalet Sotileza. También visitamos el Centro Cultural La Residencia, un palacete modernista abierto a exposiciones.

En Marisquería Alfredo nos sentaron en la terraza al lado del paseo marítimo y degustamos una ración de navajas, un rape y una merluza a la plancha y una deliciosa tarta de hojaldre. Con copa de vino blanco y agua, nos costó 66,70 para dos.

martes, 18 de diciembre de 2018

Liendo


Liendo (Cantabria) está declarado conjunto histórico-artístico. Y lo mejor de todo es que no existe. Quiero decir, pueblo como tal no hay, es un conjunto de pueblos que forman ese término municipal, que ocupa un maravilloso valle y que llega hasta el mar. Está formado por 13 barrios, siendo el más importante Hazas, que es donde se encuentra la iglesia parroquial de Ntra .Sra. de la Asunción (s.XVII), con espectacular pórtico y torre. De Hazas nos trajimos dos recuerdos interesantes: el restaurante El Ambigú donde cenamos una noche una esplendorosa ración de rabas en tempura y, al día siguiente, una hamburguesa ibérica deliciosa; y, por supuesto, La Torre de la Quintana, posada que lleva Mara y que siempre le agradeceremos los consejos que nos dio para recorrernos la zona.

En el barrio de Villanueva está la ermita de San Julián, con ruina consolidada del s.XII y, a unos pasos, la fascinante playa de San Julián que vemos en la foto. También visitamos El Arboreto (barrio de Mollaneda) que resulta ser un parque integrado en el paisaje con árboles de todas partes del mundo.

jueves, 13 de diciembre de 2018

Liérganes


Liérganes es uno de los pueblos con más encanto de Cantabria. De aquí es la famosa Leyenda del Hombre del Pez. Parece ser que un hombre de este pueblo, Francisco de la Vega, cayó en la ría de Bilbao en 1674 (donde trabajaba de carpintero) y apareció, cinco años después, en la bahía de Cádiz. El anónimo hombre, que tenía escamas en la piel y tenía el cuerpo en forma de pez, fue llevado a un convento y la primera palabra que dijo fue el nombre de su pueblo, dándose la casualidad de que un secretario de la Inquisición era de Liérganes y empezaron a atar cabos de la historia (contada por Fray Benito Jerónimo Feijoo en un ensayo en el s.XVIII). En un molino del s.XVII te cuentan esta leyenda. El paseo por Liérganes se hace entre casas y palacios. Desde el prado de la iglesia de San Pantaleón (s.XIII) se divisa la iglesia de San Pedro Advíncola (s.XVII, tres naves divididas por columnas toscanas). Tienen un puente llamado romano construído en 1587 bajo el que pasa el río Miera.

En La Juguetería disfrutamos de un menú de 17 euros consistente en, según elección, tabla de patés caseros (merluza, bonito y puerros) y quesos de Liérganes, solomillo ibérico con salsa de vermut y naranja y, de postre, tarta de queso. Con aperitivo de gentileza y vino tinto de la casa.

domingo, 9 de diciembre de 2018

Santa Cruz de Castañeda


Santa Cruz de Castañeda otra de las importantes colegiatas románicas de Cantabria y se encuentra localizada en la localidad de Socobio. Llama la atención su ábside central y su cimborrio, también sus hermosos capiteles con leones, águilas, pelícanos. Construída en el s.XII, se reconstruyó en el XVII. El retablo (con una virgen gótica que tiene una manzana en la mano) se encuentra en el absidiolo de la izquuerda y data de 1641 cuando se colocó en el ábside central hasta hace poco. En la derecha en vez de absidiolo románico hay capilla neoclásica construída en el s.XVIII para un importante indiano con fortuna. Ya en el s.XIII empezaron los añadidos de nave para colocar capillas y sepulcros de familias ricas.

Antes de la construcción de la colegiata, ya había aquí en el s.X un monasterio benedictino. Al lado de la colegiata se encuentran las dependencias del Centro de Interpretación del Románico, que te dan pistas para escursiones por la zona.

miércoles, 5 de diciembre de 2018

Puente Viesgo


La localidad de Puente Viesgo (Cantabria) es famosa por su balneario y por sus cuevas con pinturas de arte paleolítico. Tiene unos 2840 habitantes y está situada en plena comarca de los Valles Pasiegos. Allí destaca la iglesia de San Miguel (foto), neorrománica, construída entre 1948 y 1973, aunque tiene capilla y torre originales del XVII.  La Casona de Fuentes Pila fue construída por Javier González de Riancho en 1928 (hoy es el ayuntamiento).

En lo que antiguamente era una estación de ferrocarril tienen un interesante centro de información turística, donde te animan a dar un bello paseo por las veredas cercanas al río Pas. Puedes ver la locomotora Reyerta (construída en Munich en 1912 y que prestó servicio hasta mediados de los años setenta del siglo pasado) y cruzar un puente para volver por el otro lado. En el restaurante La Unión, atienden maravillosamente: tienen un menú de 11 euros que en nuestro caso fue cocido montañés /alubias de manteca, entrecote de ternera a la plancha con salsa de queso /bocartes del Cantábrico y tiramisú de sobao /pudin de queso. Con vino y agua.



martes, 4 de diciembre de 2018

Cueva Las Monedas


Siguiendo el camino que bordea Monte Castillo (Puente Viesgo, Cantabria), a 675 metros de El Castillo, se encuentra la cueva de Las Monedas. Se trata de un viaje por el centro de la tierra de 800 metros (se visitan unos 160) en el que ademas de disfrutar de estalactitas y estalagmitas, se puede disfrutar de una serie de dibujos (en una única sala) con una técnica concreta: dibujos negros trazados al modo de un lapicero. Se han reconocido unas 17 figuaras de animales y signos (caballos, renos, cabras) que remiten a un arte de 12.000 años a.C.

La cueva de Las Monedas fue descubierta en 1952 por el guarda forestal Isidoro Blanco, que ya la conocía desde los años 20 de ese siglo. Se le denomina así porque en un pozo de 23 metros de profundidad se escondían 20 monedas de la época de los Reyes Católicos que, o bien fueron escondidas o, tal vez, olvidadas por alguien. Como quiera que también se encontraron huellas de osos, al principio se le conoció también como la Cueva de los Osos.

Las Monedas, El Castillo y otras dos cuevas que no se visitan (La Pasiega y Las Chuimeneas), junto con otras cinco cuevas de Cantabria son Patrimonio de la Humanidad desde 2008.

jueves, 29 de noviembre de 2018

Cueva El Castillo


Monte Castillo es una elevación caliza que guarda en su interior sugerentes laberintos en forma de cuevas que tienen una antigüedad de 150.000 años. Está localizado en Puente Viesgo (Cantabria) y esos lugares mágicos son por orden de recorrido El Castillo, Las Chimeneas, La Flecha, La Pasiega y Las Monedas. De ellas, se pueden visitar la primera y la última.

El Castillo fue descubierta en 1903 por Hermilio Alcalde del Río, pionero del estudio arqueólogico en Cantabria y director de la Escuela de Artes y Oficios de Torrelavega (también fue alcalde de esta localidad). Se han localizado 275 figuras con técnicas, temática y grafismo variados del Paleolítico (hace 40.800 años, lo que las convierte en el arte más antiguo del mundo). Son dibujos, pinturas y grabados que manifiestan expresiones artísticas singulares. Destacan manos pintadas en negativo (manos colocadas en las rocas con pintura alrededor). Hay bisontes, ciervas, caballos y símbolos enigmáticos. Aquí se encontró también el Bastón de Mando (una cuerna de ciervo que, a su vez,  tiene grabado un ciervo, de hace 12.000 años) y que se puede contemplar en el Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria en Santander.

Desde el año 2008 la cueva de El Castillo es Patrimonio de la Humanidad (junto con otras 8 cuevas de Cantabria más la de Altamira que ya lo era desde 1985). Forma parte del Bien protegido Cueva de Altamira y Arte Rupestre Paleolítico de la Cornisa Cantábrica (que incluye 5 cuevas de Asturias y 3 del País Vasco).

martes, 27 de noviembre de 2018

Península de la Magdalena


Santander regaló a Alfonso XIII 24 hectáreas y media para que se hiciera una residencia de verano. Entre 1908 y 1912 los arquitectos Javier González Riancho y Gonzalo Bringas Vega construyen el Palacio de la Magdalena, en diseño montañés con aires ingleses. El rey lo utilizó hasta 1930. En 1977 Don Juan de Borbón lo vende al ayuntamiento por 150 millones de pesetas. Actualmente en verano la Universidad Menéndez Pelayo lo utiliza para cursos de verano (al igual que las llamadas Caballerizas, acondicionadas como residencia de estudiantes).

Un paseo por este delicioso rincón de Santander, hoy parque público, te permite disfrutar de vistas de la bahía espectaculares. A lo lejos se distingue La Horadada (una roca donde la leyenda dice que chocó la barca que traía las cabezas de San Emeterio y San Celedonio) y la Isla del Moro (con un faro de 1858). También están el Parque Marino (en el agua del mar que entra viven focas, leones marinos y pingüinos) y el museo El Hombre y el Mar, con tres galeones utilizados por Vital Alsar en su travesía por el Atlántico y una répica de la balsa con la que surcó el Pacífico en 1970. Los árboles que se han talado conservan en su tocón esculturas de madera muy originales.

martes, 20 de noviembre de 2018

Santander


Santander ofrece un abanico de posibilidades para disfrutar del arte y la cultura. Su catedral (s.XIV a XX) tiene su parte más antigua en la llamada Iglesia del Cristo (del s.XIII), con sus espléndidos arcos ojivales. El Centro Botín es una construcción de Renzo Piano de 2015 y cuenta con exposiciones más o menos interesantes en sus dos volúmenes independientes unidos por pasarelas de acero y vidrio. Su fachada está formada por 250.000 piezas cerámicas y la entrada cuesta 4 euros. El ayuntamiento modernista (foto) se inauguró en 1907 y es obra de Julio Martínez-Zapata (no se terminó hasta 1967). En el año 1941 se produjo un gran incendio en la parte más antigua de Santander que provocó  una nueva reestructuración de calles y edificios (afectó a la catedral pero no al ayuntamiento). El Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria cuenta con estelas, lápidas funerarias, huesos de animales, cerámica, broches, téseras, puñales, vasijas y herramientas. Destaca el Bastón de Mando encontrado en la cueva de El Castillo (un ciervo dibujado, justamente, en una cuerna de ciervo adaptándose al espacio en el que se graba).
El Paseo de Pereda y las plazas de Cañadío, Pombo a Porticada son el cogollo del ambiente de la ciudad.

En el Barrio Pesquero, en la Plaza del Cabildo se encuentra Casa Jose, una marisquería que es uno de los puntos gastronómicos más genuinos de Santander. Unas rabas de peludín con aros de cebolla, un rape a la plancha y una tarta de queso, junto con una botella de blanco Behetría de Cieza (D.O. Vino de la Tierra de la Costa de Cantabria) sale por 35,80 euros.

domingo, 18 de noviembre de 2018

Sotileza


En el año 1885 José María de Pereda publica Sotileza, retablo humano (en torno a la figura de una muchacha a quien llaman así por un caracter que recuerda a la parte fina de hilo del aparejo en el que se ata el anzuelo para pescar) de los distintos tipos sociales del Santander de mediados del s.XIX. Sobre todo los relacionados con los marineros y el ambiente pesquero de la época. En la Calle Alta, 29 se encuentra un mural realizado por José Ramón Sánchez que ilustra la vida cotidiana descrita en la novela. Una medianera ciega de 240 metros cuadrados se convirtió en 2003 en un homenaje a la novela de Pereda. Muy cerca de allí, en el número 30 se encuentra la que está considerada la casa habitada más antigua de Santander (del siglo XVIII, con escudo del linaje de los Estrada).

"Esta apreciable familia habitaba el quinto piso de una casa de la calle Alta (acera del sur) que tenía siete a la vista, y cuya línea de fachada se extendía muy poco más que el ancho de sus balcones de madera. Digo que tenía siete pisos a la vista, porque entre bodega, cabretes, subdivisiones de pisos y buhardillas, llegaban a catorce las habitaciones de que se componía, o, si se quiere de otro modo más exacto, catorce eran las familias que se albergaban allí, cada una en su agujero correspondiente, con sus artes de pescar, sus ropas de agua, sus cubos llenos de agalla con arena para macizo, sus astrosos vestidos de diario y toda la pringue y todos los hedores que estas cosas y personas llevan consigo necesariamente."

En la novela, Sotiliza (joven huérfana acogida por un matrimonio de marineros) renuncia al amor de Andrés (hijo de marino) al imponerse la realidad social: tiene que casarse con el pescador Cleto.

jueves, 15 de noviembre de 2018

Bárcena Mayor


Bárcena Mayor es uno de los pueblos con más encanto de Cantabria (y, por lo visto, uno de los más antiguos). Un recorrido por sus calles es un viaje en el tiempo y en el espacio (está rodeado por el Parque Natural Saja-Besaya). No se permite la entrada con coches (hay que aparcar en la entrada). En su paseo te encuentras con la antigua Escuela (hoy tienda de artesanía, sobre todo de objetos de madera), con las Casas Gemelas, la Casa Rectoral (con escudo de símbolos religiosos), la iglesia de Santa María (del s.XVII), la Casona con tres arcos, fuentes, lavaderos y un puente que cruza el río Argoza y que te lleva hasta la ermita del Carmen. Casi todas las casas mantienen el estilo de la típica arquitectura montañesa.

En Bárcena Mayor hay cinco restaurantes para comer. Nosotros nos decidimos por La Solana de Bárcena Mayor y fue un acierto. Tenían un menú de 20 euros que, por elección, fue: ensalada templada de bacalao con brotes tiernos y salsa alioli, chuleta de novilla Tudanca y tarta de queso, acompañado de sidra de Cantabria (Somarroza). Desde la terraza donde nos sentaron veíamos uno de sus antiguos lavaderos.

martes, 6 de noviembre de 2018

San Vicente de la Barquera


San Vicente de la Barquera es una de las villas marítimas históricas de Cantabria. En tiempos estuvo perfectamente amurallada. Se conservan algunas puertas, como la de la Barrera o de Santander (foto). Dos monumentos son los imprescindibles: la iglesia y el castillo. La iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles es una construcción del s.XIII con reformas en el XV. Es gótica, de 3 naves y 3 puertas. En ella destaca el retablo barroco del s.XVII y el sepulcro renacentista de mármol (obra de Juan Bautista Vázquez el Viejo) del inquisidor Antonio del Corro (1432-1556) que fue importante canónigo de la catedral de Sevilla. Construyó al lado de la iglesia un hospital para pobres, hoy día es el Ayuntamiento. El llamado Castillo del Rey cierra la muralla y sus actuales paredes son del s.XIII aunque ya había un edificio anterior. Se alza sobre una elevación rocosa lo que le da una visión a distancia espectacular.

En la Plaza Mayor del Fuero tomamos unas cañas y una ración de rabas en  El Manantial. El 3 de abril de 1210 el rey Alfonso VIII de Castilla otorgó a San Vicente de la Barquera un fuero que le permitiría desarrollarse política, cultural y económicamente (para hacer de su reino una potencia naval).

martes, 30 de octubre de 2018

Comillas


Comillas (Cantabria) cuenta con la huella de Antonio López y López (1817-1883, primer marqués de Comillas), empresario y banquero español y, parece ser, relacionado con negocios de esclavitud en Cuba. Su espectacular Palacio de Sobrellano, en estilo neogótico, es obra de Joan Martorell y se terminó en 1888 (actualmente es propiedad del Gobierno de Cantabria). También el marqués fue mecenas de la Antigua Universidad de Comillas, en principio seminario católico, obra de Martorell construída entre 1883 y 1892 y con elementos decorativos  de Lluís Domènech i Montaner (como su espectacular Puerta de las Virtudes realizada en bronce). Desde los años 70 del siglo pasado esta universidad tiene su sede en Madrid y ahora es una Fundación para estudiantes extranjeros de español.

El Corro Campíos (foto) es la plaza más popular de Comillas: Antiguamente era el lugar llano donde se jugaba a los bolos. Cerca está la iglesia de San Cristóbal, barroca del s.XVII. En Marisquería Adolfo, un excelente menú: mejillones al vapor, merluza a la plancha, ensalada de lechuga y tarta de manzana. Con copa de rueda Marqués de Cáceres, sale por persona a 30,50 euros.

miércoles, 24 de octubre de 2018

El Capricho de Gaudí


El Capricho de Gaudí es uno de los pocos edificios contruídos fuera de Cataluña por el arquitecto Antoni Gaudí y fue realizado entre los años 1883-1885 en Comillas (Cantabria). También se le conoce como Villa Quijano, ya que su propietario fue Antonio Díaz de Quijano (1838-1885), un joven abogado que llevaba los asuntos del Marqués de Comillas y de otros indianos que hicieron fortuna en Cuba. Tiene tres plantas y las habitaciones están orientadas para disfrutarlas a lo largo del día según la orientación del sol. Debido a su aspecto exuberante, pronto el edificio fue bautizado como capricho. Su dueño lo disfrutó poco tiempo, ya que falleció joven y recién inaugurada la vivienda. La entrada al edificio, siempre con guía, cuesta 5 euros y te van explicando todas las dependencias: el invernadero, la habitación principal, la sala de baño, las vidrieras, el estudio, el salón principal, el recibidor, el hall de entrada, el cenador y la sala de fumar, los desvanes y zonas de servicio. En los jardines hay una curiosa gruta construída con bloques de piedra.

Las flores de girasol son el motivo ornamental de la fachada. No está claro si Gaudí en persona estuvo o no visitando las obras, que fueron dirigidas por su compañero Cristóbal Cascante. En cualquier caso, es uno de los pruneris proyectos importantes de Gaudí.