No soy hombre, ni mujer.
...Sólo soy una persona...
Mecano
The Gossip (Beth Ditto) - Listen Up!
¿Y si todo esto de ser hombre y mujer no fuera más que "puro teatro"? ¿Y si pasara lo mismo con el hecho de ser gay o lesbiana? Imaginad por un momento que todas las personas fuésemos actores y actrices de una obra de teatro llamada Género, representada a diario sin interrupción desde hace siglos, y dirigida por un guionista invisible y un productor explotador. En esta obra de teatro, desde su estreno, las mujeres han tenido la tarea del cuidado de la casa y de la prole, mientras que los hombres se han encargado tradicionalmente de traer al hogar la caza, el pan, ...o dinero. De tanto repetir la misma actuación, como hicieron nuestros padres y los padres de nuestros padres, nos hemos creído el papel y lo hemos convertido al final en "la realidad", en nuestra realidad. La obra Género ha seguido en cartel porque hemos repetido ritualmente nuestro papel de hombre y mujer, papeles que ya están asignados desde antes de nacer, con roles muy marcados, que dejan poco espacio para la improvisación. Sin embargo, hay actores y actrices que improvisan, que se convierten en cuerpos actantes rebeldes y que crean constantemente sus guiones alternativos. Estos actores y actrices están vistos por el productor y por el conjunto de la "compañía teatral" como elementos subversivos que pueden acabar con el buen funcionamiento de la obra teatral. Se les tacha de "raros" (Queer en inglés), y por marginales -al margen de la norma-, son marginados. Pero estos "raros" (queers) no son estos chicos gay que hacen cola en discotecas de moda, con camisetas D&G, después de haberse machacado el cuerpo en el gimnasio, ni los hombres y mujeres que se casan entre ellos, nuevos personajes que se han ido incorporando a la trama de las versiones actualizadas de Género. Por el contrario, Queers son todos aquellos que están excluidos (que se encuentran al margen), bien sea por su raza, por clase social, por su cuerpo, su estética, prácticas sexuales, etc...
Dana International - LoLa

Las ideas de este
post están recogidas en una entrevista de
Beatriz Preciado, publicada en la revista
Zero, a
Judith Butler, pensadora estadounidense de gran influencia en el post-feminismo, autora de libros,
Cuerpos que importan, o
Deshacer el Género, que han revolucionado los conceptos clásicos de género, identidad y sexualidad. Seguidora de Derrida, su obra intenta explicar que la división social en dos sexos, hombre y mujer, es una construcción cultural. Las categorías femenino y masculino, o lo que es lo mismo, los roles de género, son constructos sociales y no roles naturales. Butler en su libro
El Género en Disputa propone la "performatividad del género", fundamental hoy en la teoría
queer y el discurso feminista:
"El género, lejos de ser una verdad anatómica o psicológica aparece como un ficción cultural, como el efecto performativo de una repetición estilizada de actos que acaban naturalizándose y produciendo la ilusión de sustancia". Pero además, Butler va un paso más allá y afirma que, el sexo y la sexualidad lejos de ser algo natural son, como el género, algo construido, una ficción cultural. Durante los años 90, surgen en Estados Unidos grupos activistas GLTB, como
Queer Nation, que se apropian del concepto
"queer", que hasta entonces era utilizado como insulto para "maricón" o "bollera", para hacer de él un lugar de reivindicación y de acción política, en contraposición a las políticas de integración de gays y lesbianas en la cultura heteropatriarcal dominante que han generado múltiples exclusiones en términos de clase, raza o sexo. Para Butler, el movimiento
queer es una respuesta al orden establecido, y la identidad
queer, si es que se le puede llamar así, no es fija y estática, sino que va cambiando según las circunstancias económicas, sociales y políticas. Lo
queer es lucha y marginación social. Su propuesta es repensar e inventar colectivamente todo aquello que nos constituye como sujetos.
Garbage - Androgyny
"Me hice lesbiana cuando tenía 14 años": resulta gracioso hablar de este modo, quizás sea así, ¿pero estaba segura de saber lo que implicaba esta categoría?: No estoy segura. La categoría llegó hasta mí de otro modo. Besé a alguien y ese nombre cayó sobre mí. Así que esa palabra estaba allí, circulando de algún modo en la cultura y, por así decirlo, se apoderó de mi acción, aunque no hasta que el acto se había llevado más o menos a cabo. Fue una interpelación un tanto brutal y tuve que luchar con ella durante esos años. Supongo que hay, como decía Foucault, una vida del discurso que no coincide exactamente con la vida de una persona. Pero ambas se cruzan haciéndonos pensar sobre el deseo, sobre los términos del reconocimiento, sobre la fuerza del discurso que prohíbe o incita, y sobre la necesidad de luchar dentro de ese discurso para inventar nuevos modos de vivir nuestro deseo.
The Hidden Cameras - I believe in the good of life