11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).
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domingo, 22 de mayo de 2016

"En primera plana" (2015).


-- "Spotlight" (título original en inglés). Estados Unidos / Canadá. Año 2015.
-- Dirección: Tom McCarthy.
-- Actuación: Mark Ruffalo, Michael Keaton, Rachel McAdams, Liev Schreiber, John Slattery, Brian d'Arcy James, Stanley Tucci, Elena Wohl, Gene Amoroso, Doug Murray, Sharon McFarlane, Jamey Sheridan, Neal Huff, Billy Crudup, Robert B. Kennedy.
-- Guión: Josh Singer y Tom McCarthy.
-- Banda sonora: Howard Shore.

-- "En primera plana" en IMDb.
-- "En primera plana" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

1976. Lo que, según los trailers, las sinopsis y tal, debía ser una peli de HEROICOS PERIODISTAS DESENTERRANDO LA MUGRE DEL SISTEMA, en vez de eso decide partir con 70S FUNKY. Bueno, no tan funky. Pero sí muy 70s. Escena en comisaría. Con kid y sacerdote porque PELI SOBRE ABUSO CURA VS INFANTE. Y por los diálogos vemos que TODO SE ESTÁ CUBRIENDO. Guau. Ya era hora de que el cine más comercial acreditara un poco el asuntillo. Salto en el tiempo, 25 años a 2001 (y no fue ayer, fue hace DÉCADA Y MEDIA ATRÁS, siéntanse viejos ahora), cuando un personaje estoquello se jubila en un periódico. Lo cual da origen a un par de escenas más o menos inconducentes, désas que presentan personajes y tal, y... entra THE NEW KID. Que de chico nuevo nada, mira que es Liev Schreiber y sus 48 añejos, y... listo. Si él aparece, HE IS THE BAD GUY. Aparece como jefe de los periodistas de un grupo de cazanoticias llamado Spotlight, que hace lo que ya nadie hace: INVESTIGAR DURANTE MESES EN VEZ DE COPIAR EL CABLE DE LA AGENCIA DE NOTICIAS. Y bueno, Liev Schreiber se va a encargar de joderles la pita porque es Liev Schreiber y él siemp... er... er... un momento... ¿el personaje es JUDÍO? Ah, no, perdonen. Que esto es Jólivu, y aquí no hay judío malo. No, perdonen, no he dicho nada, va a ser que Liev Schreiber por una vez en la vida (y sin que sirva de precedente, creemos) hará de buen. O... bueno-bueno, lo que se dice bueno, stevia que endulza como el azúcah pero no es azúcah, no tanto. En la primera entrevista parte diciendo que "lo enviaron para recortar costos, que internete está jodiendo el periodismo tradicional, blablablá". Sería un tema interesante para una peli, cómo internete ha cambiado el periodismo investigativo (por no decir que lo ha matao bien matao), pero bueno, la peli no volverá a tocar el tópico en too su p*** rodaje. El caso es que el tipejo éste, que viene-a-joer-la-marrana-pero-no-la-joe, llega con un boom: quiero que me investiguen las declaraciones de un abogao que dice que un cardenal está tapando cosiacas de la Iglesia Católica. Cosiacas tales como que los sacerdotes se ponen cariñositos con los niños (por alguna razón, con las niñas no), que yo te doy candys y tú me das tu candy, que déjame inocularte la Palabra del Señoh y tal, y... bueno, eso. ¿Que es un tema mórbido para hacer chistes de esa clase? Sí, por supuesto, pero para eso están leyendo esto en Cine 9009, ¿verdá? En fin, en qué estaba. Ah, sí. Que parece que tenemos un curita muy amigui con los niños (claro, ahora sabemos, pero es el año 2001, ¿OK? Acuérdense, hagan memoria, coman pasas). La cosa es hablar con un abogao y tal. Por suporto, algunos de los miembros del equipo tienen familias en la Iglesia Católica porque o si no qué drama, ¿no? (ya saben: "estoy investigando a los curas, pero tengo familia que admira a los curas, ¡oh, mein Gott!", etc). Y en fin, cuando llevamos VEINTE MINUTOS de una peli de DOS HORAS, entonces POR FIN van a hablar con el abogao, y echan a andar de verdá la trama de la investigación y tal (si, es de esas pelis que se cocinan a fuego lento, algo que fascina a los críticos y fastidia al público). El caso es que el abogao dice que los casos no se denuncian, que pasan los tres años de prescripción, que estoquello, el caso es que al final too quea en agua 'e borrajas. Pero claro, éstos son periodistas sabuesos, no tipejos que les dicen "oye, dí que son extremistas que fueron exterminaos como ratones" y ellos van y publican sin cuestionar el guión. Y así comienza la LUCHA CONTRA LA IGLESIA CATÓLICA. Que es un blanco legítimo porque, verán, no es EL GOBIERNO, que en los Yueséi no se toca en las pelis (observen: en las pelis los corruptos siempre van CONTRA el sistema, y nunca SON el sistema. Y llega la poli y los tribunales y hay JUZTIZA). Y dos horas de peli dezpué... ¿dónde está mi Oscar? ¿Ahí? Ah, ya, OK, déjenmelo ahí, sobre la repisa plis, ahí luce bonito, miren, si no era tan difícil ganarse uno al final del día...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Uno de los más grandes escándalos de los tiempos modernos... fue uno que ya se sabía. Que los curitas se hacían amigos de los nenes. Plis, ya se escribía porno en el siglo XVIII respecto del tópico. Pero claro, en el XX la Iglesia Católica cometió el error imperdonable de creerse blindá y a prueba de balas, perdió influencia, y de pronto, ya no tenía como tapar los trapitos sucios. Eso de querer seguir viviendo como rey cuando tus ingresos van poco a poco a nivel de mendigo (y bueno, parte de los ingresos de la Iglesia es en realidad mendigar, porque qué otra cosa es el famoso diezmo sino mendigar a los feligreses... y la otra parte de los ingresos, bueno, eso nunca se sabrá porque el responsable apareció suicidao colgando de un puente en Londres). Y en medio de too eso, estalló el escándalo de los curitas diciendo "dejen que los niños vengan a mí". Y de pronto, se puso de moda que en las pelis, los curitas fueran los malos. ¿Alguien recuerda que en pelis como "El enemigo público número 1" o en "Policía corrupto", los sacerdotes eran LOH BUENOH? Qué tiempos aquéllos, ¿verdá? Ahora, en cambio, en el XXI, se ruedan pelis como "Las hermanas de la Magdalena" o "Philomena" o "El bosque de Karadima", y nadie dice absolutamente ná. Ni siquiera la prensa derechista dice algo, lo que ya es decir, porque si hay tradición de defender lo indefendible, ésa es la prensa derechista (porque existen dos planetas Tierras en sendos universos paralelos: el real, y el de la prensa derechista). El caso es que en 2015 se estrena una peli así como de bajo perfil, pero désos guiones perseguíos por aquí y allá, llamá "En primera plana". Que retrata de cómo los periodistas MUCHO MUCHO BUENOH investigan y ponen en evidencia a los curitas MUCHO MUCHO MALOH. La cosa se rodó con 20 melones de dólares, lo que se logra contratando a varios actores désos que son pequeñas glorias más famozcos por nombre que por porsuporto (Michael Keaton hot por "Birdman" dezpué de años de travesía en el desierto, una Rachel McAdams que parecía lista para ir a superstar y acercándose a los 40 todavía no da el salto, un Mark Ruffalo que mantiene un low profile aparte de Hulk en "Los Vengadores", un Liev Schreiber que a estas alturas del partío es eterno secundario de lujo en pelis como ésta o "La quinta ola", un Stanley Tucci que siempre se las arregla para obtener roles en donde trabaja poco y chupa cámara mucho y con juztiza por una vez, un Billy Crudup que desde "Watchmen" parecía destinao a las grandes ligas y ya ven...), y a rodar que son dos días. ¿Resultados? La crítica se derritió. Y el público... well... recaudó miserables 88 melones. Claro, costó 20, de manera que igual hubo beneficios. Pero 88 es una cantidá ridícula frente a cualquier blocbasteríada de Jólivu. Incluso en los Premios Oscar, el gusto fue agridulce. Claro, le voló en la cara el Oscar a Mejor Peli a "El rejod..." perdón, "El renacido" (que, admitámoslo, de ser buena era buena, pero también su tantín sobrevalorá), y además le robó in-ya-feis el Oscar a Mejor Guión a "Intensa mente", que se lo merecía más (aunque, bueno, los Oscares son la Feria de las Vanidades, así es que no nos vamos a poner tan quisquis aquí. Que hay gente lunática que hasta ve pelis porque "mira, ganó el Oscar, tiene que ser buena, ¿no?"). Y... hmmm... ¿irá a sobrevivir? Quiensá. Yo pienso que no. No tiene pinta de ser la peli que en diez años van a decir que JOER QUÉ WENA ERA, MARCÓ UN HITO, REVOLUCIONÓ EL CINE, Y YO ESTUVE AHÍ PARA VERLA, CON MIS PROPIOS OJITOS (bueno, recaudó cagones 88. Es probable que tú NO ESTUVISTE AHÍ para verla). Pero... bueno, sigamos a lo siguiente.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es difícil calificar pelis como ésta. Hay pelis que son buenas. Francamente buenas. Brillantes. Y uno dice que, joer, qué wena está (como Kate Upt... er... dejemos eso). Hay pelis que son malas de cojones. Hay pelis que no son ninguna maravilla y puestos a pensar igual son malillas, pero consiguen entretener. Hay pelis que son irregulares, tienen sus puntos altos y sus bajos y, sumando y restando, igual sacan el aprobao aunque con cierta mirá pa'l lao con sus defectos. Y luego... están estas pelis. Hechas con holgura y corrección y buenas intenciones y un trabajo muuuuuu firme y profesional, no digo que no, pero... pero... le falta cocción. Como que se nota mucho la ansiedá de "somos relevantes, el Oscar plis"... No es que "En primera plana" ruegue por el Oscar ni mucho menos (no tiene canción how-gentle-my-Oscar-plis, por ejemplo), pero ya de por sí, el tema invita. Porque ruedas una peli acerca de lo malo-malo-malo que son los curas, y ya de por sí caes parao (y escribo esto sin defender a los curas. Un desgraciao que aprovecha su cargo para abusar física y psicológicamente de renacuajos indefensos que se han puesto a su cuidao por mejol, es un tipejo que se merece que le dupliquen el peso corporal con balas de plomo, y no digo por el culo porque podría gustarle. Pero una cosa es castigar a los curas, y otra muuuuuu distinta ir a por ellos porque son presa fácil). El tema de por sí es delicao. Puede explorarse a fondo, como por ejemplo "El bosque de Karadima", un recomendao absoluto si de verdá te interesa ver una peli acerca de curas pedófilos. Puede tratarse con mucha dignidad, como en "Philomena". O puede ser simplemente el pretexto para montarse una historia que esté correctita y too... pero que le falten dientes. Porque eso es "En primera plana", una peli correctita que no va más allá. Así, vemos un equipo de periodistas mortíferamente eficientes, que parece más sacao de "Todos los hombres del Presidente", como si esa peli hubiera sido rodá ayer en vez de 1976. Hoy en día, el periodismo investigativo está de capa caída por los blogueros, internete, etc, y eso es un hecho. Y se pueden rodar pelis que acrediten este hecho, y aún así sigan el curso regular de "periodistas descubriendo un escándalo": la prueba es "Conspiración y poder" con Cate Blanchett y Robert Redford, que no será una obra maestra, pero es superior a ésta precisamente por eso, porque clava su tema más en la yugular. Al lao del equipo de periodistas mortíferamente eficientes, tenemos varios tópicos que se aluden, pero no se profundizan: los conflictos personales de los periodistas (porque, joer, si vives en una comunidá construía por católicos y estás investigando mierda tapá por católicos, eso ALGÚN conflicto te tiene que traer), conflictos que son tocaos un poco por encima, sin ahondar mayormente, tenemos el rol de los abogaos en el asunto, que también se explora pero no se profundiza (porque ALGUIEN tuvo que estar tapando toa esa mierda, ¿no?), los curitas en sí tampoco los vemos ni entendemos sus motivaciones más allá de ser los villanos genéricos de turno (algo que siempre se critica a los blockbusters, y no digo que sea una crítica equivocá, pero algo de congruencia, señores, que acá vemos lo mismo y nadie dice ná porque esta peli es ARTSY), etcétera. ¿Es entonces una mala peli? No, no lo es, en lo absoluto. La peli está rodá, no diré con genio, pero sí con talento y eficiencia, no voy a decir que no, y too el mundo se pone por la labor: los guionistas con un buen guión (aunque el Oscar debía llevárselo "Intensa mente", ya lo dijimos, pero en fin), los actores están bien en sus roles (aunque tampoco eran el colmo del desafío actoral, pero en fin, cuántas veces hemos visto pelis que requerían talentos primarios de actuación y ni aún así), la dirección es ajustadita... una peli bien hecha, sí. Pero no debemos confundir hechos. Que una peli trate un tema espinoso y denuncie las mamarrachadas que un grupo de tipejos con faldas y permiso de Jesucristo para delinquir, no la hace una obra de arte por defecto. Y cuando se trata un tema ambicioso (y éste lo es, no digamos que no, aunque sea por lo sensible del asunto), entonces uno tiene derecho a ponerse algo más exigente. ¿La recomiendo? Sí, la recomiendo. Pero no como el Oscar a la Mejor Peli ni una maravilla ni ná de eso. La recomiendo simplemente como un buen exponente de ese subgénero fílmico de "periodistas sabuesos buscando la verdá", lo que no está mal, pero sin dejarse inflar por todo el hype que, desde ciertos sectores, vino sobre esta peli.

IDEAL PARA: Hacerse un bosquejo histórico de cómo empezó a cocinarse la ruina de las operaciones pedófilas de la Iglesia Católica.

domingo, 13 de diciembre de 2015

"Filadelfia" (1993).


-- "Philadelphia". Estados Unidos. Año 1993.
-- Dirección: Jonathan Demme.
-- Actuación: Tom Hanks, Denzel Washington, Jason Robards, Antonio Banderas, Joanne Woodward, Robert W. Castle, Mary Steenburgen, Ann Dowd, Charles Napier, Roberta Maxwell, Buzz Kilman, Karen Finley, Robert Ridgely, Bradley Whitford, Ron Vawter, Anna Deavere Smith, Tracey Walter, Julius Erving, Ed Rendell, Chandra Wilson, David Drake, Roger Corman.
-- Guión: Ron Nyswaner.
-- Banda Sonora: Howard Shore.

-- "Filadelfia" en IMDb.
-- "Filadelfia" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Una suave percusión, un teclado atmosférico, musicalizando escenas cotidianas en las calles de Filadelfia, y Bruce Springteen cantando "streets of Philadelphiaaa...", y ya tenemos una entrada a lo grande. Frente a un juez vemos a dos abogados conversando en lados opuestos de un caso, Tom Hanks y Denzel Washington. Pero a la salida del tribunal, nada más amiguis los dos, por aquello de que un tiburón no muerde a otro. Bueno, resulta que Tom Hanks es un maricón. Y valga la aclaración, no en el sentido de "abogado maricón" que se utiliza como sinónimo de "abogado malparío", "abogado jodepú" o "abogao" a secas, sino en el sentido de ser un abogado homosexual (bueno, eso tampoco es tan indicativo. Son más de lo que parece a simple vista). Pero es abogao homosexual de los buenos, o sea, que tiene pareja estable y tal (Antonio Banderas entrando por la puerta ancha a Hollywood. Y me ahorraré los potenciales chistes de doble sentido a costa de la expresión "entrando por la puerta ancha"). El caso es que como Tom Hanks es un crack, le dan el caso estrella dentro del bufete en donde trabaja, uno de esos en que hay cuatro o cinco vejetes "asociados" que nunca se los ve trabajar, en estas pelis a lo menos, pero que cortan el cotarro. En una de las tantas le preguntan al Tom Hanks que oye, qué es esa manchita Gorbachov' style que tienes allá arriba, y el otro que no, que no es ná de ná, si es un golpe de pelota y tal (mentira cochina, pero bueno, entre abogaos estamos, ¿vale? Joer, que esta peli me está poniendo el cachondeo a tiro). El caso es que la salud de Tom Hanks comienza a deteriorarse (oigan, es ficción nomás, no se apresuren a descorchar champaña. Está bien que les caiga mal, pero acuérdense que incluso un aburguesao como Tom Hanks califica dentro de la categoría "ser humano"), debe quedarse en la casa, y trabaja en el caso en esos modernos cacharros llamados... ¡¡¡COMPUTADORAS!!! (con un Windows 3.11 y un Word Perfect, suponemos). Y justo justito el día en que tiene la caballa crisis de salud, el documento se desaparece, y no hay respaldo en el disco duro de la empresa. Al final aparece y lo presentan poco menos que en el minuto final. Al día siguiente, los asociados citan al Tom Hanks y le dicen "mira, eras nuestro mejor abogado, no nos has fallao nunca, te íbamos a hacer asociao y tal, pero por este sospechoso incidente del que no se desprendió absolutamente ninguna consecuencia negativa porque igual se resolvió, te vamos a poner de patitas en la calle como un perro sarnoso. Pero eso nada tiene que ver con la costrita Gorbachov que te vimos en la cabeza, ¿OK?". Tom Hanks se fastidia cosa mala, y empieza a consultar abogaos para lo obvio, o sea, para plantarle así demanda a la empresa por culo y sin vaselina por despido injustificado, basado en la discriminación por SIDA. Habla con el Denzel Washington (estaba en la peli, ¿recuerdan?) y éste no quiere tomar el caso porque, joer, no hay por donde cogerlo (el caso, por favor...). O sea, ¿cómo se enteraron de que el Tom Hanks tenía SIDA? Quiero decir, aparte de ser un putero en varias pelis ochenteras, eso es. Pero al poco después, el Denzel Washington ve al Tom Hanks bien serio en la biblioteca estudiando, y sabe que no es una demanda frívola, que la cosa va en serio, además de ver al Tom Hanks DISCRIMINADO (oye, tú, el que gritó "bienchuchetumare"... un poco más de respeto por favor, que a todos nos gustaría discriminar a Tom Hanks pero no se puede, es contra la ley, óiganle). Ahora tenemos por fin a DOS CONTRA EL CRIMEN. Contra el crimen de despido injustificado y discriminación, eso es. Una importante batalla legal por la justicia y los derechos humanos, y los Oscares de la Academia, ha comenzado.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

La última gran peli de cine social de los '70s se estrenó en 1993, y se llama "Filadelfia". Versa sobre la homosexualidad, un tema que desde siempre ha sido difícil. Algunas culturas se lo toman con cierta naturalidad (los griegos, los japoneses). Otras, no tanta. Herederos de la Palabra de Dios, los cristianos han construido civilizaciones enteras en donde la homosexualidad no es aceptada, y en las cuales los homosexuales son buenos como leña para la hoguera. En fecha tan reciente como inicios del XX, todavía era posible ver a maricas como Oscar Wilde condenados a trabajos forzados, a ver si así se hacían hombres. El cine yanki, fiel al precepto de que hay que darle a las audiencias lo que pide, emprendió un cierto derrotero en mostrar perversioncillas sexuales antes de que a inicios de los '30s cayera con todo rigor el Código Hays sobre la industria, que entre otras cosas prohibía "cualquier inferencia de perversión sexual". Debemos recordar que en la época, la homosexualidad no era considerada una opción sino una enfermedad siquiátrica (bueno, todavía algunos, pero los siquiatras serios hace mucho que ya no intentan "curar a los gays" ni incluyen ser gay en el DSM). Pie de entrada para... las pelis que sugieren sutilmente la homosexualidad sin que nadie pueda darse por enterado so pena de ser un "mente sucia" (desde "El Halcón Maltés" de John Huston hasta varias de Hitchcock, incluyendo la increíblemente criptogay "Extraños en un tren"). Desde los '60s pareció que el cine iba a liberalizarse un resto, pero luego sucedió lo que sucedió: San Francisco convertido en Sodoma y Gomorra, los '70s, los Village People... y finalmente el SIDA. Visto por muchos grupos como un castigo de Dios. Y la propaganda antigay recrudeció de nuevo. Lo divertido del caso es que el cine '80s, y la cultura '80s en general, tuvo también su buen punto gay (los videoclips de la época exhudan hormonas raritas que es un gusto). Y en el cine, ¿qué puede ser más criptogay que vender una peli PARA HOMBRES en donde el prota es un recio adonis musculoso como Arnold Schwarzennegger o Sylvester Stallone, y en donde las minas o son amachadas, o directamente ni aparecen? Era cuestión de tiempo antes de que surgiera una peli dirigiéndose de raíz al problema. Quien tomó el toro por los cuernos fue Ron Nyswaner, guionista que también es activista gay, y que se inspiró en un par de casos de la vida real sobre despidos por SIDA (Geoffrey Bowers, y Clarence B. Cain). El guión le gustó a Jonathan Demme, pero como corresponde a una peli en donde los gays son los buenos, la producción atravesó por sus problemas. Primero que nada, había que venderle la peli al grueso público, porque admitámoslo, a inicios '90s era como un poquito difícil convencer a la gente de ir al cine a ver una peli en donde 1.- El prota es gay, que 2.- Tiene pareja gay estable, y que 3.- Se está muriendo de SIDA, y 4.- Además es un buen chato, en vez de ser un horrible depredador sexual al cual odiar (estilo "Cruising", o en versión femenina, "Bajos instintos", por ejemplo). Para remediar esto decidieron contratar a una estrella de alto perfil, aunque las primeras opciones se cayeron (para la posteridad: Daniel Day-Lewis, Andy Garcia, ¡Michael Keaton!). Al final el rol recayó, cosa inesperada, en Tom Hanks, un actor conocido hasta el minuto fundamentalmente como comediante, y del que nadie esperaba en realidad que tuviera las espaldas para cargar un rol dramático como éste. El rol del abogado amiguete iba a ser inicialmente un ítaloamericano, y se pensó en un comediante como Bill Murray o Robin Williams, pero por esas alineaciones cósmicas que de tanto en tanto bendicen al cine, un actor negro conocido hasta el minuto por roles con su cuota de activismo social ("Haz lo correcto", "Malcolm X") llamado Denzel Washington se mostró interesado, y como Jonathan Demme estaba interesado en trabajar con él hace tiempo, le dijo welcome on board, son, let's do it (la peli, claro. Por favor). Y hubo un incidente de ironía un tanto macabra cuando Jonathan Demme quiso que el rol de uno de los abogados homófobos cabrones fuera para un actor sidoso en particular, Ron Vawter, y TriStar Pictures se negó a contratarlo porque la compañía de seguros que aseguraba la peli no quería extenderle cobertura porque, bueno... estaba sidoso, por eso. Al final Ron Vawter apareció en la peli porque Jonathan Demme puso a TriStar Pictures contra la espada y la pared, haciéndoles ver lo hipócrita que era estrenar una peli de contenido social acerca de que no debemos discriminar a la gente con SIDA, en donde se le hubiera negado un rol a un actor por causa de tener SIDA precisamente. Al final, cuando se estrenó la peli, tuvo un éxito discreto, al inicio por lo menos. Después empezó a funcionar el boca-a-oreja, la gente acudió en masa a verla, y acabó recaudando OCHO VECES SU COSTO (con 26 millones de dólares de presupuesto, recaudó 206 millones), instalándose como la novena peli más taquillera del año, el mismo año en que "Parque Jurásico" instaló un nuevo récord mundial de recaudación con sus más de 900 millones, y que el cuarto lugar fuera ocupado por otra peli "con conciencia" como "La lista de Schindler". Qué tiempos aquellos en que un drama social quedaba entre las pelis más vistas del año, ¿no? La ruta de la peli se coronó con un Oscar para Tom Hanks (el primero en una racha de dos, porque al año siguiente vino "Forrest Gump") y otro para Bruce Springsteen por su tremendo tema "Streets of Philadelphia". Irónicamente, el guionista Ron Nyswaver se quedó debajo de la mesa, en otra de esas decisiones para la historia de las decisiones idiotas del Oscar, siendo batido por el guión de... "El piano". Porque parece que una peli que muestra a Harvey Keitel en bolas tiene un mejor argumento y diálogos que un drama social acerca de la discriminación. Digo yo.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Aunque en algunos aspectos "Filadelfia" es una peli seriamente "de su época" (y en otros, incluso resulta algo demodé), en otros sigue siendo tan actual como el primer día. Para las audiencias modernas ha perdido mucho de su impacto ya que a veinte años de su estreno, los temas que aborda se ven como superados: los homosexuales son mucho más aceptados hoy en día (no que la tengan regalada ni nadie los mire feo, pero su situación ha mejorado haaaaaarto respecto de lo que era en 1993), el SIDA ya no es una sentencia de muerte segura sino apenas una enfermedad crónica (una joda de enfermedad crónica, vale, pero aún así)... También el hecho de ver a Tom Hanks en un rol dramático, que en 1993 fue la gran sorpresa gran para todo el mundo acostumbrado a verlo en infracomedietas como "Despedida de soltero" o "Quisiera ser grande", se ha desvanecido un tanto, y su actuación ya no sorprende tanto como antes, no porque sea mala (no lo es) sino por el efecto acostumbramiento. Pero aún así, el tema fundamental de la peli sí que sigue siendo muy actual: la discriminación. ¿Somos una sociedad más tolerante que en 1993? Dudoso. Se ha instalado un discurso políticamente correcto acerca de muchas cosas, pero en la práctica se sigue mirando por arriba del hombro. La gran diferencia es que hoy en día la discriminación es más atomizada. En 1993, con medios de comunicación más limitados, la tendencia era a formar grandes bloques de ideas y pensamientos, mientras que hoy en día, con Facebook y las redes sociales, la discriminación se practica de facto ninguneando a los que no piensan como uno y no tienen el estilo de vida de uno. Hoy en día no se discrimina gritándole a alguien que es un pervertido o riéndose en la cara de él (salvo cierto autoproclamado pastor chileno al que hubo que cerrarle las fauces tribunales mediante, porque según algunos, Jesús autoriza a practicarle bullying a la gente que te desagrada). Hoy en día se discrimina ninguneando, haciendo el vacío, aplicando la ley del hielo. Antes se podía sacar en cara a alguien el haber dicho o hecho algún comentario discriminatorio, hoy en día ya no se puede porque la gente se cuida más de hacer dichos comentarios, pero los hechos los delatan. En ese sentido la dinámica ha cambiado un poco, pero la discriminación en sí sigue siendo la misma de todos los días. En "Filadelfia" vemos como el abogado gay sidítico se enfrenta a una verdadera muerte social porque es despedido de su trabajo por sus jefes homófobos, mientras que hoy en día la muerte social vendría por la exclusión tácita del tipo que no sigue a la masa, que no sigue el trend topic de Twitter, que postea cosas raras en Facebook. En ese sentido, en el retrato que la peli hace de la mentalidad prejuiciosa, de la desinformación, y en definitiva de las ganas de utilizar el poder propio para joder al prójimo que no es como nosotros porque sí, porque se atreve a SER DIFERENTE, esta peli sigue siendo dolorosamente actual.

-- Uno de los aspectos más criticados de la peli, es justamente una de sus fortalezas. Se ha dicho que la peli es demasiado camp, que presenta a los gays como locazas sueltas para el sexo casual, que el prota es un santo a pasitos del típico niño de tragedia de la época de Dickens que muere con aromas a santidad porque "es demasiado bueno para este mundo pecador", que no se muestra a Tom Hanks comiéndose a mordiscos con Antonio Banderas. En definitiva, una peli cuya principal moraleja radica en que los gays son como todas las otras personas, desfigura el universo gay hasta caricaturizarlo. En realidad, estas críticas son injustas. El "estilo de vida gay" presentado en la peli no difiere en exceso de un "estilo de vida heterosexual", quizás con la significativa excepción de la fiesta homosexual, que de todas formas, si bien tiene su toque camp, tampoco es un refugio de locas desatadas ni mucho menos. El prota es retratado como un buen tipo, vale, pero en un minuto confiesa haber tenido una escapadita pecaminosa por ahí, lo que introduce un tono de gris en su personaje, lo que lo humaniza sobremanera. Y es cierto que no vemos porno gay en la peli ni mucho menos, pero tampoco es estrictamente necesario para el guión, y hay una o dos escenas en donde vemos a Antonio Banderas efectivamente preocupado por Tom Hanks con gestos cariñosos. En definitiva, esta peli hace su mejor esfuerzo por mostrar a los gays como seres humanos normales, con sentimientos y afectos como todo el mundo, sin ridiculizarlos ni mucho menos, pero tampoco sin tratar de santificarlos. Es cierto que el prota parece un poco ser más santo que el resto, pero por otra parte está en la premisa misma de la peli, ¿no?

-- La realización misma es impecable. Partiendo por la actuación de Tom Hanks, que fue, es y será la mejor de toda su carrera, muy por encima de las salidas de madre pedorras que se mandaba en los '80s, y también muy por encima de esos roles de burguesito aburrido en que se ha encajado sobre todo a partir del XXI. A su lado, Denzel Washington también se manda otro papelazo como ese abogado muy profesional en lo suyo, pero que tiene serios problemas él mismo para aceptar a los gays, y se le nota claramente incómodo tratando de hacer lo correcto... y aún así lo hace. Del lado de los villanos el que brilla como una bestia inmunda de autocomplacencia y egotismo es Jason Robards, consiguiendo el casi imposible de que su rol de villano-con-tarjeta-de-presentación adquiera cuerpo y substancia, e incluso sea vehículo de algunos de los temores de la audiencia, sin hacerse querible en el proceso. La sinuosa y reptiliana abogada de los villanos es interpretada también de una manera excelente por Mary Steenburger, repitiéndose bajo la batuta de Jonathan Demme que le había dado un Oscar a la Mejor Actriz de Reparto por "Melvin y Howard" en 1980, aunque para las audiencias masivas probablemente sea mejor conocida como la encantadora profesora de la que se enamora Doc Brown en "Volver al futuro III". El director Jonathan Demme venía por cierto de dirigir "El silencio de los inocentes", y tiene un tino estupendo para las locaciones y ambientaciones (vale, casi todo es en interiores, pero las escasas escenas exteriores están clavadas), hasta el punto que la mismísima Filadelfia, la "ciudad del amor fraternal" como lo recuerda Denzel Washington en un diálogo (Filadelfia viene del griego que significa "amor fraternal" justamente) se transforma en un personaje, de manera intencionada porque después de todo, como también lo recuerda Washington, es la ciudad de la Declaración de Independencia, la formulación de los derechos humanos para Estados Unidos. Complementa Howard Shore con una estupenda banda sonora, aunque el que sin lugar a dudas se lleva la palma en el rubro es Bruce Springsteen, componiendo una canción en realidad bastante sencilla, pero que de esa misma sencillez saca una garra tremenda. Así como "Filadelfia" es probablemente una de las mejores pelis de los '90s, es seguro afirmar que "Streets of Philadelphia" es una de las mejores canciones de la década.

IDEAL PARA: Ver cine social del bueno.

OTRAS PÁGINAS SOBRE "FILADELFIA":

-- "Philadelphia" en Se Rueda.

domingo, 11 de octubre de 2015

"Los siete pecados capitales" (1995).


-- "Se7en" (título original en inglés), "Pecados capitales" (título en Argentina). Estados Unidos. Año 1995.
-- Dirección: David Fincher.
-- Actuación: Brad Pitt, Morgan Freeman, Gwyneth Paltrow, Richard Roundtree, R. Lee Ermey, John C. McGinley, Kevin Spacey, Julie Araskog, Mark Boone Junior, John Cassini, Reg E. Cathey, Peter Crombie, Hawthorne James, Michael Massee, Leland Orser, Richard Portnow, Richard Schiff, Pamala Tyson, Daniel Zacapa, Alfonso Freeman, Harris Savides, Andy Walker, Richmond Arquette.
-- Guión: Andrew Kevin Walker.
-- Banda Sonora: Howard Shore.

-- "Los siete pecados capitales" en IMDb.
-- "Los siete pecados capitales" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

En una ciudad no especificada de Estados Unidos en donde todo es óxido y lluvia, hay un policía negro vejete que sabemos que va a ser cool porque es MORGAN FREEMAN. En la época en que, hagan memoria... ACTUABA. El caso es que al Morgan le asignan... ¿una señora Daisy? Oh, no, por supuesto que no. Le asignan un joven y ambicioso policía, Brad Pitt cuando estaba en la cresta de la ola como el galán mojabragas de Jólivu. Ambos deben investigar la muerte de un tipo que aparece... ¿no han visto la peli? Bueno, lo describiré. Un gordo obeso mórbido cuya grasa daría para volver al peso normal a como veinte clones de Gwyneth Paltrow, con la cabeza hundida en un plato de espaguetis. El Brad Pitt empieza a dárselas de estoquello, y el Morgan Freeman se cabrea y lo manda a tomar vientos. (A ver cuántas chicas vieron esta peli en el cine para alimentar sus fantasías húmedas con Brad Pitt, y al ver la escenita ésta buitrearon de una toda la ración de vómitos agendada para mantenerse flacas durante la semana). El caso es que Brad Pitt, con modales macarras que parecen casi autoparodia, le hace flor pará 'e carros al Freeman porque, oye, tú eres un vejete y además feo, mientras que yo soy jovencito y arrastro a la chica que se me pegangana, así es que más respeto con lo HOTTIE. El Morgan Freeman dice que pa' estarse jo'iendo la última semana de trabajo con un chuloputo merda, mejor que lo asignen a casos separados. El jefazo, como hay que poner problemas, quiere no, quiere no, quiere no, al final bueno-ya. Al Morgan Freeman lo dejan en el caso, y al Brad Pitt lo mandan a un caso un poquito menos sangriento, el de un abogado (porque como todos sabemos, los abogados son vampiros porque tienen carencia de sangre en las venas). Y bueno, sucede lo que cualquiera puede adivinar: tenemos a dos actores con tremendo cartel, al Freeman y al Pitt, así es que no vamos a desperdiciar a ninguno corriendo por separado en una historia B cuando podemos concentrarlos a los dos en la historia A, de manera que al final resulta que los dos casos igual están conectados. Morgan Freeman entonces descubre, porque será poli y too pero es más listo que el hambre y culto además, que el asesino está escenificando los SIETE PECADOS CAPITALES. Porque verán, para algunos la Edad Media no termina todavía. Vendrán más asesinatos, y... ¿podrán nuestros héroes impedirlos? ¡Por supuesto que no! Porque qué gracia tiene que una peli se llame "Los siete pecados capitales" si agarran al fulano cuando está cometiendo su cuarto asesinato, digamos, y desperdiciamos otros tres bonitos asesinatos porque sí, ¿verdad?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Qué época aquélla. David Fincher pertenece a la primera gran oleada de directores que se habían cultivado menos en el mundo del cine, que en uno bien diferente, más taquilla, más rompedor: el videoclip MTV. No es que los directores de cine no grabaran antes videoclips o comerciales (Ridley Scott dirigió el famoso spot 1984 para Apple, y su hermano Tony Scott había rodado un videoclip para George Michael, pero ambos ya tenían currículum en el cine a sus espaldas, mientras que Fincher partió con videoclips y de ahí subió al cine). Alguien olvidó que es más fácil enseñarle a un cineasta a hacer videoclips, que a un videoclipero a hacer cine, por lo visto. De todas maneras el asalto era inminente: después de todo... ¿no se había vendido YA A MEDIADOS DE LOS '80S el concepto de "Miami Vice" como "MTV cops"? En paralelo, un tipo llamado Andrew Kelvin Walker, que trabajaba para Tower Records (una red de tiendas de venta de discos que era más o menos análoga a Blockbuster en el mercado del videohome, o sea, una plaga imparable cuya gran afición era reventar a la competencia más pequeña hasta que Internet los reventó a ellos), y de cuya experiencia salió... ¿un lindo relato de ponies rosados y arcoiris? Por supuesto que no: salió el guión de esta peli. Eso es síndrome postraumático y no lo de Vietnam. Resulta hilarante observar, a la luz del éxito, taquilla y fama posterior de la peli, que nadie quería el guión. ¿El guión escrito por un perfecto desconocido que además NO ES UNO DE LOS NUESTROS PORQUE NO ES JUDÍO, y que en realidad tiene un argumento que es apenas una excusa para concatenar asesinato molón tras asesinato molón? (Joer, los de "El juego del miedo" se mandaron siete con la misma premisa a partir de 2004, siete, cuéntenlas bien, pero una década antes, nadie tenía idea). Al final alguien compró el guión, pero encontraron el final demasiado poco Hollywood (ya saben, la tierra de los finales felices), así es que lo reescribieron, cambiándolo por una EMOCIONANTE CARRERA CONTRA EL TIEMPO para salvar a la esposa del poli joven. Y entonces, alguien pensó en David Fincher. Que después de todo, tan mal no lo había hecho con su peli debut, "Alien 3" (universalmente masacrada como una pésima peli de Alien y un muy poco promisorio debut para Fincher, aunque en estricto sentido, ni la peli es tan mala, ni tampoco la culpa es de Fincher sino de los cincuenta millones de cocineros que echaron a perder el pastel). Así es que le enviaron... el guión equivocado. El original, sin la reescritura HAPPY ENDING. Ups. A David Fincher le gustó, y decidió que le daría una segunda oportunidad a Hollywood. Cuando llegó, se encontró con que el estudio no quería rodar el guión original, quería rodar la revisión. Maldita sea. David Fincher dijo que se bajaba si no lo dejaban rodar el guión de verdad. Estuvo a punto, pero al coro se sumó Morgan Freeman. Y después, Brad Pitt. No es que estuvieran largos de estrellas para rodar la peli (el rol de Brad Pitt originalmente iba a ser para Denzel Washington, lo que hubiera sido la repipa, pero éste decidió que el guión era demasiado sanguinolento... ya tuvo el Washington tiempo para arrepentirse después. En cuanto al rol de Morgan Freeman, se lo quisieron ofrecer a Al Pacino, que prefirió ir a rodar "La sombra de la corrupción", y después a darse de cabezazos contra el Muro de los Lamentos de las malas decisiones fílmicas). Tampoco querían a Gwyneth Paltrow arriba, pero como en esa época algo pasaba con la Gwyneth y el Brad (¿recuerdan esos tiempos? ¿Antes de Brad y Jennifer? ¿Antes de Brad y Angelina?), al final éste insistió y se mantuvo a la Gwyneth. Al final, después de todos esos accidentes, la peli terminó siendo estrenada. Con éxito inmediato. Costó 30 millones de dólares, hizo 327. La crítica la adoró. David Fincher ascendió al Olimpo fílmico, y si bien después su carrera ha sido más o menos irregular (nunca ha caído demasiado bajo, pero también su condición de darling se ha desvanecido algo con el paso del tiempo... es el precio de la integridad artística, por supuesto), nunca ha dejado de ser amado por todo cultureta hipster con el corazón bien puesto. Por no hablar de los cincuenta millones de clones que siguieron de esta peli, el más destacado de los cuales es por supuesto la mencionada "El juego del miedo". Nada mal, sr. Fincher, nada mal. ¿Sería mucho pedirle ahora que rodara una peli que fuera menos estilo y algo más de substancia?

¿POR QUÉ VERLA?

-- Considerando que "Los siete pecados capitales" es una de las pelis más famosas, vistas e influyentes de los '90s, hasta el punto que su famoso giro de tuerca final es tan conocido y por lo tanto tan poco misterioso como el significado de "Rosebud" en "El ciudadano Kane" de Welles o la verdadera solución del asesinato en "Psicosis" de Hitchcock, resulta increíble observar lo mal que ha envejecido. No es una mala peli, en lo absoluto. Pero sí que es una peli demasiado "muy de su época". Un par de razones lo evidencian. Por un lado, la fórmula de "Los siete pecados capitales" (investigación policíaca, fotografía cochambrosa, asesinatos over-the-top, un cierto toquecillo sobrenatural-quizás a ratos) ha sido explotada después hasta la saciedad ("Poseídos", "El juego del miedo", "Captivity", el torture porn en general... y de hecho ni siquiera es una idea nueva porque es más que nada un refinamiento y americanización de lo que los italianos venían haciendo desde el giallo en adelante), y frente a sus imitadores, no se puede decir que "Los siete pecados capitales" sea más icónica o profunda, si no es por el hecho de ser "la primera". En segundo lugar, el propio Fincher después siguió adelante y rodó pelis mucho más interesantes, redondas y profundas ("El Club de la Pelea", "Zodíaco", "El curioso caso de Benjamin Button", "Red social", "Perdida"). Resulta curioso observar que Fincher mismo comentó alguna vez que "Los siete pecados capitales" era un intento de rodar algo como lo que William Friedkin debería haber rodado después de "El exorcista", curioso porque aunque algo más de dos décadas anterior, "El exorcista" se ha mantenido mucho más firme con el paso del tiempo, ayudado por supuesto que a diferencia de "Los siete pecados capitales", no es un ejercicio de substancia sobre estilo, sino que todo el excelente apartado visual está al servicio de una profunda exploración de nuestra relación con la naturaleza del mal, incluyendo la sexualidad, la culpa, y el valor de la religión, mientras que "Los siete pecados capitales"... bueno, en "Los siete pecados capitales" tenemos apenas un loquito que mata gente y eso es el mal, y punto. Es fácil ver por qué la peli enganchó tan bien con la audiencia de los '90s, considerando que en esos felices tiempos en que la Historia se había acabado, la racionalidad surgía triunfante, el libremercadismo era la solución y panacea a todos los problemas del mundo, era también la época en que, en las catacumbas, el movimiento neocon levantaba cabeza. No es por nada que en "Los siete pecados capitales", la religión es identificada explícitamente en la imaginería fílmica con el Medioevo, con grabados vetustos, con una estética lejana a la vida moderna, y el asesino es un tipo sin ninguna real conexión humana (tanto, que no aparece en la peli sino hasta bien el final, y carece de identidad). Es una idea interesante, pero nuevamente las comparaciones son ofensivas y reveladoras a un tiempo. "The Dark Knight" hizo exactamente lo mismo con el Joker, ya que el Joker, al igual que John Doe, no es tanto un ser humano o un personaje como una fuerza satánica suelta sobre el mundo, pero en "The Dark Knight" vemos como esa fuerza satánica influye, pervierte y corrompe a los "buenos" ciudadanos, mientras que en "Los siete pecados capitales", toda esa exploración de nuestra relación con el mal es terriblemente superficial: el mal está ahí, nosotros estamos aquí, el mundo es lluvia y óxido (y desierto, al final), pero igual nosotros somos buenos, nobles y decentes y de una pieza. No hay ambigüedad. Es exactamente el Zeitgeist de los '90s, en donde todos los libremercadistas ateos éramos buenos, y esos idiotas religiosos eran una especie de reliquia del pasado. Claro, después llegamos al XXI, y descubrimos que los talibanes todavía pisaban fuertes (los talibanes que tumban Torres Gemelas, por supuesto, pero también los talibanes que ganan Presidencias en Estados Unidos con sospechosos recuentos de votos en Florida). La peli tuvo las antenitas de vinil para captar eso que estaba viniendo, pero no alcanzó a ser premonitoria porque no exploró mucho más el tema. Es decir, lo dicho: nada de substancia. Sólo estilo. Y si el estilo al final resultó tan fácil de copiar...

-- Si la peli se ha sostenido en el paso del tiempo, es en buena medida gracias a su impecable factura. David Fincher es y ha sido siempre un cineasta de fuste. Habrá rodado pelis mejores o peores, pero de ninguna de ellas puede decirse que le falte un envoltorio bonito. Fácil, ¿no? Bueno, si es tan fácil, ¿por qué Michael Bay se fusila cañonazos de 200 millones por peli y no es capaz de sacarse una que tenga una estética mínimamente decente? Claro, David Fincher venía del mundo del videoclip, blablablá, OK con eso, pero muchos otros que vienen del videoclip no han sido capaces de rodar tan sólido (se me ocurre McGee, cuya estética videoclipera funciona excelentemente bien para "Los ángeles de Charlie", pero en buena medida por el carácter autoparódico de la peli). Capitaneados por Fincher, Morgan Freeman y Brad Pitt entregan dos enormes actuaciones, saliéndose de la dinámica caricaturesca del "poli viejo serio vs. poli joven macarra" para construir dos verdaderos personajes, en lo que acaso es una deconstrucción inconsciente de los tópicos de los dos polis condenados a entenderse (en esta peli, lo de ambos no termina exactamente en amistad abierta, sino en algo a mitad de camino entre la mera tolerancia y la incomodidad... tal y como probablemente sería en la vida real). Al lado de ellos, el resto de los actores son más bien veniales. Sea porque las actuaciones son deslavadas (¿cómo es que Gwyneth Paltrow se hizo una carrera después? Ha actuado bien en algunas pelis, pero es que joer, al día siguiente de verla aquí yo no la hubiera contratado ni para que interpretara a un extra sin diálogo), sea porque aparecen demasiado poco (Kevin Spacey, el caso más notorio). Pero funcionan dentro de lo suyo. Howard Shore por su parte contribuye con un excelente soundtrack, aunque lo suyo ya era cosa de fábrica si se piensa que venía de soundtrackear "El silencio de los inocentes" (aunque, cosas del destino, nadie hoy en día lo identifica con la musiquita de estas pelis porque, vieran ustedes, su trabajo más reconocido acabó siendo uno completamente diferente, la titánica banda sonora de "El Señor de los Anillos" en concreto). Si vamos a tener una peli puro-estilo-nada-de-substancia, entonces por lo menos que el estilo sea bueno. En ese sentido la peli cumple, y cumple muy bien.

IDEAL PARA: Nostálgicos de los '90s, y amantes del cine de horror, policial morboso, y casquería varia.

jueves, 27 de marzo de 2014

"El Hobbit: La desolación de Smaug" (2013).


-- "The Hobbit: The Desolation of Smaug".
-- Dirección: Peter Jackson.
-- Actuación: Martin Freeman, Ian McKellen, Richard Armitage, Benedict Cumberbatch, Orlando Bloom, Evangeline Lilly, Luke Evans, Lee Pace, Stephen Fry, Graham McTavish, Ken Stott, Aidan Turner, Dean O'Gorman, Mark Hadlow, Jed Brophy, Adam Brown, John Callen, Peter Hambleton, William Kircher, James Nesbitt, Stephen Hunter, Cate Blanchett, Mikael Persbrandt, Sylvester McCoy, Craig Hall, Ryan Gage, John Bell, Mark Mitchinson, Manu Bennett, Lawrence Makoare, Ben Mitchell, Nick Blake, Richard Whiteside, Dallas Barnett, Michael Mizrahi.
-- Guión: Fran Walsh, Philippa Boyens, Peter Jackson y Guillermo del Toro, basados en la parte del medio y sin principio ni fin de la novela de J.R.R. Tolkien.
-- Banda Sonora: Howard Shore.

-- "El Hobbit: La desolación de Smaug" en IMDb.
-- "El Hobbit: La desolación de Smaug" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Escena en una taberna (¡FLASHBACK-FLASHBACK!). Vemos a Gandalf conversando con Therion... er... con Thorin acerca de estoquello de los destinos de la Tierra Media, y de cómo reclamar el reino de Thorin. Exacto, los enanos que ya no se veían exactamente heroicos en la primera entrega, acá se consagran oficialmente como los bitches de Galdalf el Marrullero. Luego, salto a una escena en donde aparece un... er... ¿hombre lobo? No. Es un hombre oso. Por aquello de la originalidad, supongo. No queremos que esta cosa se parezca a Crepúsculo, ¿verdad? El caso es que los enanos y el hobbit van y se esconden, pues en dónde más va a ser, en la casa del hombre oso, que justito andaba en su fase de hombre oso y por lo tanto afuera. Joer, invadiendo así una propiedad ajena, cualquiera los aloja de manera hospitalaria y tal. El caso es que la cosa viene bien porque los enanos y el hobbit están siendo perseguidos por... qué más da. El caso es que tienen un poco de conversación que ayuda a crear MITOLOGÍA (léase: leñe que tenemos que rellenar tres pelis de éstas, TRES, de TRES HORAS de duración cada una, partiendo de un panfleto de 300 páginas, tenemos que sacar de donde sea sin que importe lo mierdero que sea el resultado). El caso es que le hacen la quitada a los orcos que les venían a la siga y... STAGE 1 COMPLETE. STAGE 2... READY!!! Van caminando por ahí, y a Gandalf le da por, bueno, hay cosas más importantes que hacer, total estos peones de mi tablero de ajedrez se mueven solos, me largo me voy síyabeibi. Con Galdalf ex machina fuera de la partida, sucede lo inevitable. Que los enanos se pierden dentro de un bosque muuuuuu tenebroso, porque si hay algo que saben hacer los bosques, es ser tenebrosos. Para que después digan que Tolkien era un ecologista. Pero como perderse a lo tonto es como un poco banal y no mete mucho miedito, pues, veamos, qué más les metemos... ¿Qué no hemos metido en esta trilogía todavía? ¡Ah, sí! Arañas. ¿O ya lo hicimos? Bah, qué más da. De manera que van unas jodías arañas y se agarran a los enanos y los convierten en capullos de seda y... ¿se los devoran para que termine nuestra agonía y no tengamos que pasar por la caja del cine una tercera vez? Eh, no, que para eso está el hobbit. Que la peli se llama por el hobbit, leñe. ¿El hobbit entonces los rescatará con su profundo ingenio o haciendo uso de grandes dosis de heroísmo? No, claro que no, en qué clase de peli se creen que están, ¿una inteligente, acaso? No, va el jodío hobbit, el Bilbo que le dicen, se pone el anillo de invisibilidad, y asunto arreglao, macho, que con un anillo de invisibilidad cualquier idiota es valiente. Incluso hasta la clase de idiota que... antes de terminar la batalla... VA Y SE SACA EL ANILLO QUE ERA JUSTO EL ARMA DECISIVA EN LA BALANZA A SU FAVOR. Sucede lo previsible: que los enanos, que hasta el minuto iban ganando, empiezan a recibir la paliza padre, en la cual los enanos van cayendo heroicamente uno a uno... eso es lo que hubiera escrito si estas pelis tuvieran un mínimo de realismo, pero na, fíjense, las arañas inútiles no se meriendan a ningún enano a pesar de la clara incompetencia de éstos para luchar (y son los que quieren habérselas con un dragón, los mendas). ¿Los enanos se salvan porque AL FIN descubren su heroísmo y AL FIN hacen algo por ellos mismos en vez de ser salvados por el enésimo Jackson ex machina? ¿Qué? ¡No, joer, en qué clase de peli creen que están! No, llegan unos elfos y los salvan. Y los capturan. STAGE 2 COMPLETE. STAGE 3... READY!!! Y así.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Desde que "El Señor de los Anillos" marcara un antes y un después en la historia del cine épico, después de que los estudios New Line Cinema se forraran con casi 3.000 MILLONES DE DÓLARES DE UTILIDADES, y después de una coronación con aromas a santidad en donde "El regreso del rey" fue recompensado con los mismos 11 Oscares que son el récord mundial sostenido entre "Ben Hur" y "Titanic", el hambre por más tolkieníadas creció y creció como... como... (inserte su chiste favorito sobre la ambición por el Anillo Unico aquí). El problema es que el jodío Tolkien, como buen erudito inglés, pues ni puta idea de negocios. Nada de sacar tomo tras tomo tras tomo que se pueda hacer adaptación tras adaptación tras adaptación, sino que... una novelita más o menos corta llamada "El Hobbit", que se adapta en un plisplás. Eso, y un mamotreto intragable llamado "El Silmarillion" que cuenta el grueso de la historia de la Tierra Media y tal (bueno, después vinieron las historias inconclusas y las historias de la Tierra Media y no sé qué más). Pues que así no se puede. ¡Cómo se va a forrar uno de dinero si es que... si es que...! ¿O a lo mejor sí se puede? Bueno, adaptamos "El Hobbit" entonces. Y para que los pajarracos pasen por caja, la convertimos en trilogía con un par. Con un par de tres, eso es. Total, en la trilogía del Señor de los Anillos cada peli adaptaba un tomo entero de 500 páginas, mientras que aquí la novela entera apenas tiene 300, pero no vamos a dejar que esas menudencias nos detengan, ¿no? Total, 1.- Decompressive storytelling a mansalva, y 2.- Importar lo que sea del material semiapócrifo publicado por el hijo, y 3.- Inventarse el resto, total qué tan difícil puede ser. ¡Somos los guionistas de Hollywood, hemos conseguido arruinar una tonelada de tesoros de la literatura universal antes, y PODEMOS HACERLO DE NUEVO! "El Hobbit: Un viaje inesperado" resultó toda una sorpresa. Por lo laterilla que fue. Joer, que si querían sacar cuartos de los bolsillos de la audiencia, ya, tres pelis, vamos, si los zombis en estos tiempos tú no los encuentras en "Guerra Mundial Z" sino en el frikerío pasando por caja, pero, ¿de tres horas cada una? ¿Para qué? Si acortándolas a dos horas, la gente pasa más rapidito por caja, eso es razonamiento básico. O quizás para copar las carteleras de los cines y acogotar a la competencia, mira que el jodío Woody Allen con "Blue Jasmine" mandarse una de 90 minutos, qué loser el judío ése. Pero el público, algo escarmienta, figúrense. Poquito, pero algo. "El Hobbit: Un viaje inesperado" recaudó algo más de mil millones de dólares (del cuarteto de pelis que en 2.012 pasaron la barrera de los 1.000.000.000: "Los Vengadores", "The Dark Knight Rises", "Skyfall" y la hobbíada), mientras que ésta ya no llegó a los 1.000 millones (bueno, casi 950 millones, igual si ellos lo encuentran indigno de ellos, ya pueden ir dándomelos a mí, que falta me hacen. Aunque la humillación de quedar por debajo de "Mi querido enemigo 2" debe doler). Porque por mucho 48cuadrosporsegundo y por mucho tridí que le metan a las pelis, igual la gente como que se cabrea un poquito si es que no le ofrecen algo más substancioso. Historia. Personajes. Lógica interna. Bueno, el sector de la platea que todavía valora esas cosas. Porque los tarados que van al cine a conversar y tuiteárselo todo como reporteros en vivo y en el lugar de la acción, de ésos también los hay. A ellos se les podría vender una peli sobre culos como en "Idiocracia", y pagarían igual. O 3 pelis de 3 horas sobre 1 novela de 300 páginas. Y pagan igual. Eso, y... er... también mi dinero entró a la caja. Tarado que es uno, que no escarmienta.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Dejémonos de idioteces. Sabíamos a lo que íbamos. No se pueden sacar tres pelis de tres horas cada una de una novela de trescientas páginas, sin inventarse cosas por el camino o bailarle encima de la tumba a Tolkien. Lo sabíamos con "El Hobbit: Un viaje inesperado", sabíamos que era el aperitivo, y por eso aguantamos un par de cosas. Es una manera tramposa de hacer cine, y que a veces estalla en la cara de los productores (trataron de hacer un poco lo mismo con "Robin Hood", dejándose cosillas para la secuela, pero el público se anduvo cabreando y no respondió lo suficiente como para repetirse el plato). Pero bueno. Es lo que hay. Lo tomas o lo dejas. Si no quieres ver la peli, no la veas. Si te ensartaste con la primera parte, no veas la segunda. Pero por otra parte... si la primera era un preludio o prólogo, pues ahora vamos a lo bueno, ¿verdad? ¿¿¿VERDAD...??? Esa es la idea, por supuesto, pero al final, resulta que "El Hobbit: La desolación de Smaug" defrauda, y mucho. La primera mitad de la peli cumple con entretener. Tiene una estructura de videojuego, vale, pero total, ver a los enanos haciendo el mongo sobre unos barriles hasta es divertido y too. Los fanáticos se van a mosquear cosa madre, pero ser fanático de un meapilas como Tolkien es y siempre ha sido algo más bien para cachondeo. En fin, espectáculo puro y duro, la primera mitad, eso habíamos pagado por ver, ¿no? Hasta ahí, bien. Sin superlativos, sin alabanzas, pero bien. Pero luego viene lo triste. Los personajes llegan a la ciudad del lago. Y se la pasan UNA HORA DE PELI haciendo básicamente nada. O sea, tratando de conseguirse armas, lidiando con la política local que no es muy política tampoco, con una ciudad gobernada por una guardia militar compuesta por soldados que aparecen cuando le conviene al guión y están todos de franco cuando también le conviene al guión... Lata, en definitiva. Con el riesgo subsiguiente de que para cuando POR FIN los jodíos enanos y el hobbit viajan a la montaña, pues como que se corre el riesgo de que el espectador haya perdido todo el interés, que no en balde ya vamos en la marca de las 2 - 2 1/2 horas. ¡Ah! Entretanto Gandalf sigue en sus marrullerías, descubre el refugio del enemigo, ¿y qué va y hace? Manda a su amigote el cabezacagaopájaro a avisar en donde están los malos, y se mete él solito a luchar contra la más grande amenaza que ha existido sobre toda la Tierra Media. En las de James Bond funciona porque, bueno, el villano siempre es bruto para perder tiempo con el clásico "pero antes de matarte, dejaré que atestigües la hora de mi triunfo final" y tal, pero ESTO... ES... ESPART... er, no, esto es la Tierra Media. Joer, el no tener programas televisivos de cops en la Tierra Media, a lo mejor Gandalf hubiera aprendido así a no entrar sin refuerzos (y claro, sucede lo que sucede después. No tan gore como el "Robocop" de 1987, pero igual. Que lo de ser capturado por Saruman después en "La Comunidad del Anillo" es casi un running gag). La cosa repunta un poco gracias a que Benedict Cumberbatch se roba la platea como el dragón Smaug. Porque cuando sobreviene la inevitable batalla final, después de ver a los enanos cagándola minuto sí y minuto también, no haciendo nada por sí mismos para salvar su propio trasero de según qué circunstancias, dependientes de un hobbit que a su vez es dependiente de un anillo de invisibilidad que en la peli anterior estaba casi con un cartel de "SOY UN ANILLO MALTRATADO, SÁLVAME MI HÉROE Y PROTECTOR Y LLÉVAME LEJOS DE AQUÍ, ENSÁRTAME CON TU DEDO Y SERÉ TUYO POR SIEMPRE", después de todo eso hasta dan ganas que un dragón tan imponente y soberbio como Smaug se los cargue a todos (y nos ahorre la tercera parte, de paso). Y ojito, que eso no pasaba leyendo la novela original, ni tampoco viendo "El Hobbit" de 1977. La batalla final, por supuesto, en lo que podríamos llamar el Síndrome "Transformers 2: La venganza de los caídos", se alarga y se alarga y se alarga, y... ¿culmina con LA DESTRUCCIÓN DE SMAUG, dejando el escenario preparado para la Batalla de los Cinco Ejércitos? Joer, no, eso sería la decisión lógica, y qué decisión lógica se han mandao hasta ahora con la saga, Jackson y su estado mayor. O la otra decisión lógica habría sido cortar la peli antes, y dejar la peli justito en las primeras líneas de diálogo entre Smaug y Bilbo, y sugerir lo que podría llegar a pasar en la tercera. En vez de eso, después de una batalla larga y no muy decisiva, el dragón extiende las alas y se larga de su morada (dejando de paso el tesoro que tanto se esfuerza por conservar, a merced de unos enanos codiciosos revoloteando en el interior de su montaña sagrada, cargándose de paso el respeto que le teníamos a la inteligencia de Smaug), a... a... veamos, qué puede ser lo más villano que se haga... destruir la aldea del lago, sí, eso haré, porque eso es lo que hacen los malvados, hacer cosas malas (en la novela original y en "El Hobbit" de 1977 tenía más sentido: Smaug se lanzaba a atacar la aldea en el lago en un arrebato de ira ciega, PENSANDO QUE HABÍA DESTRUIDO A LOS INVASORES). Eso, con una línea tan cliché que le quita toda la imponencia que Smaug había reunido hasta el minuto: "Soy fuego. Soy MUERTE". ¿Tantos cientos de años viviendo en la Tierra Media y tanto tiempo tranquilito en tu montaña para pensar a conciencia, y no se te ocurre una línea más original? Smaug, muy grande y mucho escupir fuego, pero al final del día... apestas. Y ése es el momento que eligen para dejar caer el CONTINUARÁ. No uno en donde los héroes estén en peligro mortal o el mundo entero se encuentre en la estacada, sino uno en donde los enanos y el hobbit aunque apaleados están a salvo, y lo que está en peligro es una aldea de casuchas miserables que no tiene significación geopolítica ninguna ni sus habitantes nos importan tampoco. Guau, cuánto suspenso. Y no avisé de los spoilers porque, joer, ustedes se leyeron la novela, ¿verdad? ¿¿¿VERDAD...??? La inclusión de Evangeline Lilly, de lo mejorcillo (por una vez no por fanservice ya que la moza no muestra paños menores ni ná), la banda sonora de Howard Shore más bien anodina (y pensar que este tipo inventó el soundtrack épico del siglo XXI con "El Señor de los Anillos"), y... creo que no se me ocurre nada más. Después de todo lo anterior, ya ni siquiera me atrevo a escribir el "es de esperar que para la tercera remonten" de rigor, porque a saber qué estropicio harán allá. Viene la muerte de Smaug y la Batalla de los Cinco Ejércitos, y además tienen que unir los cabos sueltos con "La Comunidad del Anillo". La tercera parte se llamará "El Hobbit: Historia de una ida y de una vuelta", según tenemos entendido. Y nosotros iremos y volveremos del cine, y nos volverán a apalear. Somos animales de costumbres, y ellos lo saben, y así nos explotan. Pero para cuando adapten el "Silmarillion", ahí sí que no cuenten conmigo, ¿eh? Ahí sí que no.

IDEAL PARA: Aburrirse como una ostra.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].


domingo, 23 de diciembre de 2012

"El Hobbit: Un viaje inesperado" (2012).


-- "The Hobbit: An Unexpected Journey" (título original en inglés), "El Hòbbit: un viatge inesperat" (título en catalán). Estados Unidos / Nueva Zelanda. Año 2012.
-- Dirección: Peter Jackson.
-- Actuación: Ian McKellen, Martin Freeman, Richard Armitage, Ken Stott, Graham McTavish, William Kircher, James Nesbitt, Stephen Hunter, Dean O'Gorman, Aidan Turner, John Callen, Peter Hambleton, Jed Brophy, Mark Hadlow, Adam Brown, Ian Holm, Elijah Wood, Hugo Weaving, Cate Blanchett, Christopher Lee, Andy Serkis, Sylvester McCoy, Barry Humphries, Jeffrey Thomas, Michael Mizrahi, Lee Pace, Manu Bennett.
-- Guión: Fran Walsh, Philippa Boyens, Peter Jackson y Guillermo del Toro, basados en la novela de J.R.R. Tolkien, material adicional de J.R.R. Tolkien, ideas complementarias de J.R.R. Tolkien, y en general cuanta idea escrita en servilletas de mesa le pudieron adosar que viniera firmado por J.R.R. Tolkien.
-- Banda Sonora: Howard Shore.

-- "El Hobbit: Un viaje inesperado" en IMDb.
-- "El Hobbit: Un viaje inesperado" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

En una época indeterminada, hace mucho tiempo atrás, dentro de este universo narrativo que a su vez no sabemos si es una época indeterminada hace mucho tiempo atrás de nuestro propio mundo, o bien una realidad paralela, o bien Nueva Zelanda. En dicho flashback vemos como los enanos tenían una chupicivilización cavando minas como un Codelco cualquiera, hasta que de pronto descubren esto-o-aquello, y su rey enano se enferma de ambición, codicia, deseo de oro... ¡Leñe, que se hace capitalista el desgraciao! Y con perfecta filosofía darwinista, resulta que cuando hay suficiente oro se viene así un tremendo especulador financiero llamado Smaug, que hace lo que todo especulador financiero de toda la vida hace: apoderarse de lo que ya está a sangre y fuego, echar a los anteriores, y decir "¡la destrucción creativa es el motor del capitalismo!". Y después echarse a dormir sobre sus riquezas, claro, sin preocuparse de los Occupy Wall Street porque esto es la Tierra Media, el mundo en donde todos son feudales y respetan las jerarquías en vez de nuestro mundo moderno. Salto en el tiempo a... Hobbiton. La aldea de los hobbits. Ahí vemos a Bilbo y a su sobrino Frodo (Elijah Wood harto más curtidito de cara que cuando tenía rostro de bebé para ESdlA), y Bilbo comienza a rememorar su aventura. Una aventura en la que Frodo todavía no estaba y por lo tanto el personaje no tuvo que pasar por recasting (en esta primera entrega a lo menos, que con too lo que se han inventao, pues quién sabe), y un Bilbo más joven que es otro actor (e Ian Holm, pataleta, vamos) es visitado por un tipejo cuyo modus vivendi es dedicarse a la industria de los fuegos artificiales, y que dice llamarse Gandalf. Este tipo va y le dice "¡oye, voy a cenar contigo a la noche, así es que tenme algo rico, y, ah, voy a invitar a una panda de gorrones a tu mesa! Hasta la noche, chaíto"... Tal cual. Con un par. Porque si hay algo que hacen los magos de la Tierra Media, es cagarse en la pobre clase media que lo único que quiere es que la dejen en paz. Y el tipejo éste cumple su amenaza: a la noche empiezan a aparecer uno por uno un montón de enanos que muy enanos serán, pero comen como sabañones los descriteriaos. Que le pelan la despensa al pobre Bilbo, que nada ha hecho para merecer semejante cosa salvo... como lo observa el desgraciao de Gandalf... "tenerle demasiado amor a la vida tranquila" o algo así. Toma ya, cabrón malparío, ¿qué tiene de malo quedarse en casita y no salir a ninguna parte ni meterse con nada ni nadie de este mundo? (Me rechinó cuando leí la novela hace más años de los que quiero confesar, y me sigue rechinando puesto en celuloide). Y como lo muestra la peli, se supone que cagarse sobre el pobre Bilbo, arrasarle la despensa, y ocuparle una noche en donde él podía tener otra clase de planes como salir con una grácil hobbita, machacársela con la última edición de Elfas Guarras Magazine o simplemente irse a la cama a dormir temprano, se supone que todo eso es GRACIOSO. QUE DEBEMOS REIRNOS DE LA DESGRACIA DEL POBRE WEÓN. En fin, el caso es que después de hacerle la putada, le extienden el contrato tipo para la aventura, porque si hay algo que los aventureros de toda la vida que van a cazar tesoros en plan Indiana Jones hacen, es llevar contratos tipos en donde estén establecidas todas las estipulaciones respecto de derechos, obligaciones, aportes, reparto de ganancias, y las inevitables cláusulas de exención de responsabilidad. (Seriously: estoy empezando a pensar que la Tierra Media es menos feudal y más capitalista de lo que pensaba). Al hobbit, maldita la gracia de ir y firmar para terminar, no sé, devorado por un lobo, cocinado por un troll o achicharrado por un dragón, así es que no firma. A la mañana siguiente, la casa está despejada. Todo limpio. No Gandalf, no enanos. Y entonces, cuando debería estar celebrando por patas, va el tonto, firma y sale corriendo detrás del grupo. Porque sí, porque la peli se llama "El Hobbit" y por lo tanto alguno de la raza tiene que haber para justificar el título, digo yo. ¿Cuántas aventuras más vivirán en esta peli? Unas cuantas, pero les daré una pista: quedan 45 minutos menos de peli. Seriously: para llegar al punto en que el hobbit se embarca en la aventura, debes aguantar tres cuartos de hora de metraje. Warren Ellis estaría orgulloso.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En una cátedra universitaria vivía un catedrático. No era una cátedra sucia y húmeda, llena de gusanos y olor a légamo: era una cátedra universitaria, y eso significa comodidad. ¿Quién la ocupaba? Un ínclito llamado John Ronald Reuel Tolkien, un soñoliento enamorado de los idiomas antiguos, las leyendas antiguas, la Inglaterra rural antigua y en general de cualquier cosa que tuviera más de un siglo de antigüedad en esos tempranos XX. Un tipo que había chocado de bruces con la Modernidad en las brutales trincheras de la WWI, y que al regresar había empezado a escribir historias entrelazadas entre sí por una mitología común. En medio de todo eso, por una razón u otra, en 1937 publicó una novelita infantil llamada "El Hobbit". Resulta que por razones bastante adivinables, esta obra terminó teniendo mucho más éxito que sus sesudos y secos estudios sobre los idiomas germánicos de la temprana Edad Media, y se abocó a la labor de una secuela, que fue "El Señor de los Anillos". El resto es historia. Por alguna razón nunca hubo adaptaciones de dichas obras al cine, pero una vez muerto en 1973, sus herederos descubrieron que había que comer, y por lo tanto vendieron los derechos. A finales de la misma década ya habían salido "El Señor de los Anillos" de Ralph Bashki, y una dupleta de pelis animadas del duo dinámico Rankin/Bass, "El Hobbit" y "El regreso del Rey" (sé que hay otras más, pero como no las he visto a la fecha, ni idea). El ostensible fracaso comercial de las mismas, sumado al hecho de convertirse en espantajo al ingresar a esa categoría espantapersonas que es "peli de culto", las convirtió en malditas no sólo a ellas, sino a la Tierra Media en general. El cine fantástico en general siempre había sido relegado a la categoría de cosa para cabros chicos, y no había mucho interés en la obra tolkieniana más allá de cuatro frikis. La losa pareció puesta con la decadencia definitiva del cine épico tradicional (que era más "para adultos", por regla general, o al menos de eso se convenció la Academia cuando repletó con Oscares la estantería de la gente tras "Ben Hur"), que con la inmensa explosión de los FXs en los '90s parecía cosa del pasado frente a cosas en donde se podía lucir más la animación por computadora, como la ciencia ficción o la acción ultrachula por ejemplo. Por alguna razón, alguien pensó entonces que era buena idea ir contracorriente y lanzarse a una adaptación épica de "El Señor de los Anillos", encargársela a un cineasta llamado Peter Jackson a quien nadie conocía (aunque quienes habíamos visto "Criaturas celestiales" podíamos tener algo de confianza viendo las escenas del mundo ficticio compartido del par de protas femeninas, que vistas en retrospectiva son como un preludio de lo que haría Jackson con la Tierra Media), en tres pelis en vez de dos, y a cruzar los dedos porque no se transformara en el Titanic del siglo XXI (o que lo hiciera en el sentido King Cameron en vez del hundimiento a pique, eso es). Y el milagro sucedió. No una sino dos, y tres veces. El final fue apoteósico: "El regreso del Rey" se transformó en la segunda peli más taquillera de la historia por detrás de "Titanic", y en la década siguiente todavía se mantenía porfiadamente en el Top Ten, siendo superada en la siguiente década sólo por "Avatar", "Los Vengadores", "Harry Potter y las reliquias de la muerte parte 2", y "Transformers 3: El lado oscuro de la Luna". Eso, por no hablar de igualar el récord histórico de "Ben Hur" y "Titanic" de llevarse once pelones dorados para la casa. Por alguna razón, los productores habían elegido empezar con "El Señor de los Anillos", y ahora que tenían una franquicia en que cada entrega superaba los 600 millones de dólares en promedio de ingresos (cifra rutinaria para un blockbuster de éxito hoy por hoy, pero en ese entonces una recaudación de órdago), se encontraron con el problema repentino de que no había cómo seguirla adelante. Después de todo, al final de "El Señor de los Anillos" el GRAN MAL es vencido, ¿no? (tengo entendido que Tolkien escribió apuntes para una eventual secuela ya sin elfos ni enanos sino sólo con los hombres, pero la perspectiva lo deprimió lo suficiente como para que nunca pasara de algunas páginas. Porque introducir una raza de gatos como Bastet manda estaba fuera de cuestión para el filólogo ése, parece). ¿Entonces qué explotamos? ¿Esa especie de puzzle de carnicero que es el Silmarillion? Probablemente no. ¡Entonces "El Hobbit"! Por alguna razón, no se pusieron manos a la obra de inmediato. Luego New Line Cinema pasó por problemas, y MGM que iba a poner fondos, estuvo a punto de irse a la quiebra y después se fue en derechura a la quiebra. En medio de eso iba a dirigir Guillermo del Toro ("El laberinto del Fauno", peli que tiene su qué de Tolkien, no me digan que no), pero después se aburrió de que la cosa no llegaba a ninguna parte, así es que se embarcó en la adaptación de "En las montañas de la locura" de Lovecraft antes de enterarse de que el tándem Scott/Lindelof se había embarcado en el vergonzante plagio de esa obra lovecraftiana IN SPACE que fue "Prometeo", pobre hombre... En fin, volviendo a "El Hobbit". Después de cincuenta millones de vueltas y circunvalaciones diversas, resultó que para que valga la pena la espera, la peli la vamos a sacar en dos... ¡no, quise decir, en TRES partes! Sí, leñe, una trilogía precuela completa a "El Señor de los Anillos" sacada de un texto que es más breve que cualquiera de los tres tochos que componen la otra obra... No quiero ni pensar en cuántas pelis va a salir "El Silmarillion" cuando traten de adaptarlo (¡la caída de Numenor! ¡¡¡EN CINCO PARTES!!!). O los doce tomos de la "Historia de la Tierra Media" ordeñados por Christopher Tolkien. ¡Leñe, que estos tipos podrían sacar un EPIC de dos horas cincuenta a partir del autógrafo de Tolkien a un admirador en una servilleta!

¿POR QUÉ VERLA?

-- ¿Cómo se consigue extender una novela de unas 300 páginas a tres pelis de 150-180 minutos cada una? Ahora que tenemos la primera entrega, conocemos la respuesta. Dos técnicas. 1.- Meter un montón de incidentes conexos a la historia principal que están en relatos secundarios de Tolkien, o si no directamente inventados por los propios guionistas, que vive Dios no será la primera vez que un guionista se sacará cosas de la manga para llevar una peli al cine. Y 2.- Decompressive storytelling a mansalva, la misma plaga que azotó y todavía viene azotando a los cómics desde los '90s en adelante, que al principio era para darle una cualidad más cinematográfica al cómic (¡oh, ironía!) y acabó transformándose en un recurso sacacuartos que so pretexto de "hacer más fluida la narrativa", extendía una sola historia por seis grapas en seis meses al hilo para compendiarlas en su resultado final, EL TOMO, y vendérsela doblada y dos veces a los fanáticos (funcionaba mejor antes de las descargas de Internet, en todo caso). Leñe, y pensar que la invención de la elipsis en narrativa fue uno de los más grandes progresos de la literatura universal, si es que ustedes los humanitos están emperrados en involucionar de regreso a la ameba. ¿El resultado? Según los críticos blogueros de toda la vida, una mugre. Pero sabemos por qué lo dicen. Es la precuela de una de las pelis más bienamadas del siglo XXI, las pelis que todos los frikis aman porque salir del closet y proclamar SOY FRIKI se hizo respetable gracias a ellas, así es que todo comentarista que quiera dárselas y ser alguien en la blogósfera ahora tiene que tirar a partir "El Hobbit" por principio, porque no es "El Señor de los Anillos" ni tiene su mismo nivel de impacto. Frente a eso, partamos por lo obvio. No estamos ni de lejos una adaptación literal de la novela original tolkieniana (bueno, de un tercio más o menos de ella), aunque sea por la hipertrofia narrativa a cuanto nivel se le puso a tiro a los guionistas. Si hemos de evaluar esta peli no es por su fidelidad al material literario de base, que es relativa en el mejor de los casos, sino por su capacidad (o incapacidad, a según) para hacer lo que toda cinta épica debe hacer: proporcionarnos una experiencia BIGGER THAN LIFE, sentirnos por un minuto transportados a un universo paralelo en donde tú puedes ser un gran héroe, el bien y la nobleza triunfan, y el mal y la bellaquería encuentran su justo y merecido castigo. Como la vida misma, vamos. Y en eso, "El Hobbit" lo consigue. Aunque más con un "logrado" o un "bien", que con un WHOAAAAA WHAT THE SHIT OHMYFUCKINGGOD WHAT A MOVIE!!! Las comparaciones son odiosas, pero es inevitable que tengamos el referente de "El Señor de los Anillos" al verla, al igual que teníamos el referente de "La guerra de las galaxias", "El Imperio contraataca" y "El regreso del Jedi" cuando salió "La amenaza fantasma" (aunque en ese caso la precuela tenía muy poco de rescatable en sí, trilogía original o no trilogía original de por medio). Pero si nos olvidamos por un rato que estamos ante lo que técnicamente es una precuela (la novela original no lo era, era "El Señor de los Anillos" la que era secuela, pero como las pelis se hicieron al revés...), tenemos una historia buena en general. El esquema de la misma es más o menos el de todos los comienzos de aventura, con un prota bien asentado en su vida que por esto-o-aquello termina recorriendo el mundo y viviendo un montón de peripecias. A ratos la cosa es demasiado episódica y eso como que aburre un poco, pero ese defecto (inevitable, tratándose de una historia "de viajes") ya estaba en menor medida en la novela original. Hay secuencias que podrían haber sido apuradas con un poco de elipsis (¡leñe, si "El Hobbit" en dibus animados apenas duraba hora un cuarto y conseguía meter casi todos los incidentes importantes de la novela!), y otras que parecen encaminadas a desarrollarse en las dos secuelas que vendrán ("La desolación de Smaug" y "Ida y vuelta") [ACTUACIÓN FEBRERO 2015: El de la tercera terminaron llamándola "La batalla de los cinco ejércitos"]. También, cosa rara habiéndose dado espacio para un guión de casi tres horas, ciertas cosas no quedan bien amarradas, siendo la más descarada de todas por qué Gandalf eligió a Bilbo para la aventura (más adelante en la peli dice que fue porque le inspira esto-o-aquello, ehm, pero si uno reexamina la primera secuencia de la peli, nada de lo que dice Gandalf aparece en Bilbo ni por asomo, de manera que o quisieron poner a Gandalf como viejo ya medio chocheando, lo que puede ser por lo vejestorio que está el pobre Ian McKellen, o los guionistas simplemente usaron el kit-de-armar-guiones y no se preocuparon de retirar las sobras de pegamento de la maqueta ya armada). Pero en los momentos en que la peli se inspira, lo hace por todo lo alto. Puede que la secuencia de los gigantes de piedra salga sobrando en términos narrativos, ¡pero es que se ve tan cortaaliento en el cine...! Los momentos en que los personajes salen con algo asombroso, son realmente buenos (el trineo de conejos por ejemplo). Momentos cruciales de la saga como el encuentro entre Bilbo y Gollum están también muy bien narrados (ya sé, spoiler, leñe, pero es que óigale, si usted no ha leído la novela... ni ha visto los infinitos trailers... ni ha estado expuesto al hype...). Esos momentos vibrantes compensan para bien los tramos más morosos. La peli quizás no tenga tanta épica como "El Señor de los Anillos", pero por un lado es la precuela que lo inició todo, y la escala de la misión es bastante inferior a salvar un mundo entero, ni siquiera salvar un reino entero (reconquistarlo, más bien, pero no de un ejército enemigo sino de un dragón, que muy poderoso será, pero sigue siendo uno), pero si no tienes presente eso, entonces yo no sé en donde tenías puesta tu cabeza el día en que decidiste ir al cine a verla. En resumen, una peli solvente, que probablemente hubiera funcionado mucho mejor si se hubieran rodado en el orden original de las novelas en vez de haber partido por "El Señor de los Anillos", cuya sombra sauroniana es para desgracia de ésta, muy, pero que muy larga.

-- ¿Encaja bien esta peli con la trilogía original? La respuesta es sí. Le hicieron un montón de adiciones a la historia, incluyendo una escena completa con Christopher Lee y Cate Blanchett para hilvanar, lo que es un gran acierto. Lo que en la novela original era una aventura aislada (en un primer borrador de Tolkien, la novela ni siquiera se ambientaba en la Tierra Media, y se mencionaban lugares como China...) y sin mayor repercusión dentro del universo narrativo, acá aparece como algo más interesante. Es una simple misión para conquistar un tesoro y refundar un reino enano, ¿cierto? Por un lado, sí. Pero por el otro, la idea de que vuelva a surgir un reino enano poderoso obviamente cambiará los equilibrios geopolíticos, y eso la peli lo discute bien. Como bien se lo espetan a Gandalf, no esperaba que su pequeña cruzadita con una bandita de enanos iba a pasar desapercibida, ¿verdad? Esa sensación de que lo que ocurre en primer plano tiene más trascendencia de la aparente, y que se están cocinando cosas en la trastienda, la peli lo logra muy bien (la larga sombra de "La amenaza fantasma", sí, pero mucho mejor hechito aquí). Estamos a la espera de ver cómo resuelven esos tópicos y empalman todo con la trilogía original en las otras dos pelis que faltan para completar esta primera trilogía, pero si eres uno de esos humanitos que se la ha pasado la última década bajo una roca y nunca ha visto una de las tres pelis, puedes partir por acá y todo va a fluir naturalmente hacia allá (supuesto de que no la caguen con las otras dos entregas, claro). Por cierto, dicho sea malintencionadamente de paso, es sintomático que Peter Jackson jugó a la segura, y tramó la historia casi como una especie de remake bastardo de "La Comunidad del Anillo", como puede observarse haciendo un paralelo entre ambas: 1.- Prólogo épico, 2.- Escena en Hobbiton que empuja la aventura, 3.- Primeras batallitas, 4.- Encuentro clave (con Aragorn en la otra, con un mago aquí), 5.- Batallita en donde los protas se salvan in extremis, 6.- Escena cortesana con los elfos, Hugo Weaving incluido, 7.- Escena de peligro en las montañas, 8.- Batalla en el mundo subterráneo, 9.- Traca final. ¡Y funciona! Quizás por la vaga sensación de estar reconociendo una estructura familiar, vale, es una solución algo tramposilla, pero como dicen, si funciona no lo toques. Vamos a ver ahora si "La desolación de Smaug" sigue la misma estructura de "Las Dos Torres", lo que sería de esperar si consideramos que con el ataque de Smaug la novela original sube bastantes voltios de épica, igual que con la Batalla del Abismo de Helm en "El Señor de los Anillos". A esperar hasta 2013 para salir de las dudas.

-- El nivel de realización es tan lujoso y superlativo como la trilogía original. Las actuaciones son memorables de la primera a la última. Martin Freeman toma muy bien el relevo de Ian Holm como un joven Bilbo (seriously: el parecido de manierismos resulta espeluznante), salvando bien la papeleta en un rol que, como decíamos, el guión no termina de cuadrarlo a la hora de definirlo. Ian McKellen vuelve a disfrutar su rol de Gandalf el mago que viene y se va el muy cabrón, aunque el cansancio de una década después empieza a sentirse. Andy Serkis vuelve a robarse la pantalla en sus escasos minutos (bueno, no tanto, decompressive storytelling, ¿recuerdan?) de aparición como Gollum. Cate Blanchett como Galadriel por su parte es un aporte mucho más significativo que en "La comunidad del Anillo", además de una escena muy enternecedora con Ian McKellen que parece casi de romanticismo caballeresco medieval. Entre las adiciones que no estaban en "El Señor de los Anillos", Ken Stott se lleva escenas muy emotivas como Balin (leñe, que es el único de los enanos mencionado por nombre aparte de Thorin en el prólogo), el obligado personaje medio mentor, en este caso entre los enanos. Pero entre los nuevos el que se lleva la palma es Richard Armitage como el rey Thorin Escudo de Roble, dando muy bien el tipo como ese personaje al que sabemos heroico y que está luchando por una causa justa, pero en el cual podemos adivinar demonios interiores y un inquietante lado oscuro que suponemos veremos desarrollado en las secuelas (también se robaba la escena en la novela original, dicho sea de paso, y en la novela es imposible no sentir un poco de pena por él). Thorin es probablemente el personaje mejor desarrollado de todos, el que menos se siente como un arquetipo y más se siente como un personaje completo, y si bien es cierto que el guión ayuda y mucho, también Richard Armitage pone bastante de lo suyo. He escuchado quejas de que los enanos no están tan caracterizados como para distinguirlos unos de otros, pero se lo perdono porque este problema venía de la novela original (aunque bueno, quizás podrían haberlo corregido mejor, considerando la cantidad de escenas metidas con fórceps). Por cierto, la caracterización de los enanos a ratos me rechinó: alguno por ahí no dejaba de recordarme a un guerrero Klingon en la serie original de Star Trek, pero en fin, no podía ser perfecto tampoco. La fotografía es espectacular, y dato para la trivia, parte importante de la misma es obra de Andy Serkis, ya liberado de sus obligaciones como Gollum, y que parece andaba merodeando por ahí el día de contrataciones. El soundtrack de Howard Shore es correcto, aunque se resiente un poco de las odiosas comparaciones con su majestuosa banda sonora para "El Señor de los Anillos" (el de acá es algo más folk, incluyendo la canción de créditos final, lo que es congruente con la escala épica menor, pero ya sabemos que nunca faltan los ambiciosos inconformistas siempre ávidos de MÁS Y MÁS Y MÁS Y MÁS...). En resumen, tenemos una peli que no está llamada a tener el mismo impacto que "El Señor de los Anillos" original ni alcanza sus mismas cumbres, pero que encaja bien con la trilogía original y además es cine de aventuras del bueno, del de toda la vida. Aunque con media hora menos hubiera quedado mucho más redonda, eso sí.

IDEAL PARA: Ver una adaptación relativamente digna de "El Hobbit" y una digna peli de aventuras en general.

domingo, 30 de diciembre de 2007

"Ed Wood" (1994).



-- "Ed Wood". Estados Unidos. Año 1994.
-- Dirección: Tim Burton.
-- Actuación: Johnny Deep, Martin Landau, Sarah Jessica Parker, Patricia Arquette, Jeffrey Jones, G.D. Spradlin, Vincent D'Onofrio, Bill Murray, Mike Starr, Max Casella, Brent Hinkley, Lisa Marie, George "The Animal" Steele, Juliet Landau, Clive Rosengren. Estados Unidos. Año 1994.
-- Guión: Scott Alexander y Larry Karaszewski, basados en el libro "Nightmare on Ecstasy" de Rudolph Grey.
-- Banda Sonora: Howard Shore.

-- "Ed Wood" en IMDb.
-- "Ed Wood" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

¡¡¡BUAAA-AAA-AAA-AAA...!!! Buenas noches, y sean bienvenidos. Están a punto de presenciar una dramática historia, llena de horrores y abominaciones inconcebibles, una que pondría a cualquier ser humano al borde de su propia sanidad mental, para la cual, ¡quedan prevenidos!, presentaremos toda la evidencia, todas las pruebas, todo aquello que les permita a ustedes conocer a ese monstruo del horror... ¡¡¡Ed Wood!!! Hay un director de teatro llamado Ed Wood, fracasado como pocos, que de pronto descubre un nuevo y genuino interés por hacer películas. El punto de inflexión es un proyecto llamado "Glen o Glenda", que trata sobre una operación de cambio de sexo, y él es el más indicado para intentarla, porque verán, nuestro buen Ed, a pesar de estar felizmente matrimoniado, tiene fetiche por los angoras y le gusta vestirse de mujer... La película es un fracaso memorable, tanto, que incluso el propio productor de pelis malas la encuentra mala. Pero Ed Wood le coge el gusto a esto de hacer pelis, así es que se embarca en otro proyecto, "La novia del átomo", con su esposa a cargo... pero despide a su esposa cuando descubre que otra chica podría financiarlo... y cuando su esposa se cabrea, decide meterse con otra chica que sí acepta a los chicos que les gusta vestirse de mujer... y hace amistad nada menos que con Bela Lugosi, el antiguo Drácula... (¿no que estaba muerto?).

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En los '50s, la década del baby boom, la época de los rebeldes bailarines de rock 'n' roll, y las casitas prefabricadas en los suburbios de la Era Eisenhower con artefactos que eran la antesala de los Supersónicos... La época también de las primeras Playboy y de Betty Page, también. Y es que los '50s fueron, en el fondo, sórdidos. Tan sórdidos, que incluso hasta hubo lugar para un extraño personaje llamado Edward D. Wood Jr. Nuestro hombre tenía todo el afán de hacer películas, pero en fin, hay gente que confunde afán con talento y talento con genio, y este tipo quería, pero simplemente no podía (sería bueno que Michael Bay tomara conciencia de eso). Wood murió en 1978, ya no digamos defenestrado por todos, sino simplemente amargado porque nadie le tomaba, no diré tampoco en serio, sino simplemente en cuenta. Dos años después, obtuvo fama y reconocimiento internacional cuando en los Turkey Awards su película "Plan 9 del espacio exterior" fue "honrada" como el Peor Filme de Todos los Tiempos (aunque mira la de pelis que se han rodado desde entonces... ¡¡¡COF COF...!!! "Battlefield Earth" ¡¡¡COF COF...!!!). Además, en ese tiempo surgió un nuevo tipo de aficionado cinéfilo, el cutrívoro, cuya especialidad es ser los escarabajos peloteros del sistema: la mierda son desechos orgánicos, pero alguien tiene que procesarla, y si además pueden sentirse orgullosos de eso... De manera que para mediados de los '90s surgieron varios cineastas reciclabasura como Tim Burton o Quentin Tarantino. Y he aquí que tenemos a Tim Burton, el chico maravilla tras "Beetlejuice", "Batman", "Batman regresa" y "El joven manos de tijera", embarcado en este proyecto. Porque digámoslo con todas sus letras, era casi imposible que otro cineasta pudiera llevar a buen puerto un proyecto como éste, porque desde donde no hay, no se puede sacar...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Esta peli, junto con "Batman regresa", es probablemente el hito cinematográfico más grande en la carrera de Tim Burton. Porque Tim Burton es uno de los grandes directores de Hollywood, y el que captó por antonomasia ese espíritu torturado y ultraindividualista de los '90s, además de ser la quintaesencia de lo darkgoth; pero por otra parte, tan pagado de su propio talento que es él, lo ha derrochado de una manera simplemente criminal. Mientras era un donnadie rodando "Beetlejuice" o "Batman", lo hacía bien porque estaba obligado a ser innovador, o se moría de hambre. Pero después de "Ed Wood", ¿qué ha rodado, que valga realmente la pena? No me refiero a pelis homenajes como "Marcianos al ataque" o "El jinete sin cabeza", o revisiones de viejos leit motivs personales como "El cadáver de la novia" (que huele mucho a "El extraño mundo de Jack"), por no mencionar su horrendo remake de "El planeta de los simios". Bueno, está "El gran pez", pero luego se embarcó en "Charlie y la fábrica de chocolate", y volvimos a la casilla 1. En el fondo, Tim Burton es un Peter Pan que decidió nunca crecer... sólo que sus juguetes actuales son sus películas. No es raro que empatizara tanto con Ed Wood, hasta el punto de convertirlo en su alter ego personal. Burton es mejor director que Wood, eso está claro, pero por otra parte, como el hombre quiere ir siempre de rebelde por la vida, pues bien, la vida de un tipo que se hizo famoso rodando malas películas tenía que ser la bofetada perfecta que Burton estaba buscando en contra de... ¿de qué, en realidad? ¿De quienes lo adulan como un Gran Director, mostrándoles que hasta el Más Miserable Villano puede ser un Par De España? Una jugada retorcida, pero lo retorcido es muy burtoniano, así es que pasa con honores.

-- Así como David Cronenberg en "El almuerzo desnudo" (sobre William Burroughs) o Terry Gilliam en "Pánico y locura en Las Vegas" (sobre Hunter S. Thompson), Burton tuvo la perspicacia de reparar en que para una mente tan fantasiosa como la suya, el biopic no iba a funcionar. Así es que procedió a hacer lo suyo, a mediatizar la historia. Eso desde el comienzo, desde que se introduce la historia con un breve monólogo de un presentador saliendo desde un ataúd. Un toque muy burtoniano, y muy '90s: "lo que van a ver es real... o no". Recuerden que en ese tiempo, "Mátrix" estaba a la vuelta de la esquina. La peli entera está rodada en clave de comedia... ¿diré "negra"? Bueh, la película es en blanco y negro (aunque dicen las malas lenguas que eso no fue una decisión estética, sino que nadie acertó a decir cómo demonios se habría visto Bela Lugosi a todo color en la realidad). Pero tampoco creo que califica para "comedia negra". Para "comedia blanca", tampoco. Digámosle, "comedia gris".

-- ¿Ya le echaron un vistazo al elenco? Aparece Johnny Depp, por supuesto, el actor fetiche de Tim Burton, en una brillante presentación. El salvaje desafío de interpretar nada menos que a Bela Lugosi, el vampiro quintaesencial (el del "Drácula" de Tod Browning, de 1931), era literalmente una misión imposible, así es que... ¡alehop! ¡Llamemos al actor de "Misión Imposible"! (la MI de los '60s, la buena, no el remake ochentero ni las de Tom Cruise...). No me refiero al canoso Peter Graves, por supuesto, sino a Martin Landau. Y para que la cosa quede en familia, en un rol secundario podemos apreciar el estupendo quehacer de una por entonces desconocida Juliet Landau (hija de Martin, y de Barbara Bain, coestrella de Martin en la mencionada "Misión Imposible"), que unos cuatro o cinco añitos después se haría reconocida entre la frikada como Drusilla, la vampira villana de "Buffy la Cazavampiros". Pero volviendo a los papeles principales, las esposas de Ed Wood fueron interpretadas por dos desconocidas: la segunda por Patricia Arquette (en esa época opacada por su hermana Roxana, antes de "Estigma"), y la primera por Sarah Jessica Parker, años antes de "Sex and the City" (pero con la misma cara de caballo), y viniendo de actuar como reposo del guerrero Bruce Willis en "Punto de impacto". El resto de los actores están en roles anodinos cada uno, pero servidos con un profesionalismo apabullante, mereciendo reconocimiento especial el gran Bill Murray, cuando nadie apostaba por él como actor dramático, e interpretando aquí a un medio macho, y Jeffrey Jones como el presentador Criswell. ¡Ah! Y no nos olvidemos los cinco segundos en que aparece Vincent D'Onofrio en pantalla, interpretando por todo lo alto nada menos que a... ¡¡¡Orson Welles!!! Es que, hombre, ves a D'Onofrio, y es la viva estampa, gestos y voz del Maestro. Yo no sé cómo el pobre hombre pudo seguir actuando después; es como haber sido astronauta y caminante lunar, y después aburrirse dictando conferencias por todo el mundo en vez de empezar a entrenar para ir a Marte.

-- La banda sonora... No está tan inspirada, qué otra cosa puedo decir. A ratos acompaña muy bien, pero en otras, hay insistencia de que usen "La bella durmiente" de Tchaikovski, y la cosa no termina de funcionar bien. El responsable es Howard Shore, uno grande, pero no tan grande como otros (como James Newton Howard, por ejemplo), y que años después iba a tener su punto álgido con el machacón soundtrack de "El Señor de los Anillos".

-- El héroe es un depravado que le gusta rodar pelis vestido de mujer. Ya sólo por eso, vale la pena verla. Además, aparece el rodaje de tres pelis icónicas de Ed Wood: "Glen o Glenda", "La novia del monstruo" (rebautismo desde "La novia del átomo") y "Plan 9 del espacio exterior". Y también aparece, ¡cómo no!, la escena en que el elenco completo de la película "satánica" del Plan 9... es bautizado en masa por el rito bautista... Sólo Ed Wood podía conseguir cosas tan insanas como ésas. Y sólo Tim Burton podía mostrarlas sin caer en el ridículo.

IDEAL PARA: Repasar la biografía de un mal director estándar de Hollywood, repleta de buenas actuaciones y con un buen guión... y para los cutrífagos de toda la vida, por supuesto (aunque quizás esta peli resulte demasiado elevada, intelectual o inteligente para ellos).

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