mio madre

Mio madre nun sabía idiomes pero yera tan mimosa... dicíame que con enfotu pues algamar cualquier cosa. Mio madre nun sabía idiomes pero falaba a les freses, facía ensalada rusa y mil tortielles franceses. Mio madre nun sabía idiomes pues pisó poques escueles, ¡y facía un caldu gallego y unes coles de Bruseles...! Mio madre nun sabía idiomes, yera una madre estupenda, facía arroz a la cubana con salsa a la boloñesa. ...Primeros versos del poemario Mio madre, de Aurelio González Ovies, editado por Pintar -Pintar, abril 2010 (Edición en asturiano)

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sábado, 14 de marzo de 2015

BOLLINES DE OLIVA CANTARINES


La receta de hoy llegó a mis manos casualmente y gracias a Lourdes. Son unas 'bollinas' de aldea que hace su cuñada Oliva. Las preparé con natas de leche fresca, como la receta original, pero Lourdes las hace con nata comercializada, que es más asequible. También añadí un poco de sal y el rallo de limón. Os aseguro que están muy, muy ricas. Flotan al freír y no quedan nada aceitosas. Un auténtico lujo, garantizan una merienda o un buen desayuno de fin de semana.
Desde aquí, las gracias a Oliva, y decirle que es un honor poder contar con ella en este humilde blog.
Oliva Fernández, 'Cantarines', y José Luis Alonso, 'Tenislao', con la presidenta de El Pico, Esther García
HOMENAJEADOS. Imagen de el Comercio.


Os dejo un texto publicado recientemente en La Nueva España 
Bañugues. Fotografía de mi amiga Nieves, del blog,  Dulce y salado

TODO EN SU SITIO, A. G. Ovies

Quién le diera a mi tierra lo que hubo en otro tiempo. Suelos fértilesy amplios, sembrados por doquier. Maizales garbosos bajo el calor de agosto, patatales extensos como el hambre de ahora, prados llenos de gente con bálagos y carros y alegres cantinelas y hombres animosos y empuje de mujer. Y meriendas campestres, después de la fatiga, con queso y dulce y pan y tortillas jugosas y leche presa y miel. Quién le diera de nuevo la riqueza robada: el ganado paciente, cuadras muy fructuosas, caserías boyantes, castaños y robledos, pomaradas que olían a la palabra ayer. Casas propias, futuro, familias numerosas con trabajo y abuelos y padres y allegados y una sencilla mesa que te invite a comer.

Quién pudiera poblar de sabios pescadores sus playas y sus costas –Ángel, Servando, Lolo, Falín, Honorio, Arturo, José Antonio, Avelino, Quico el Pinto, Gabriel…–; quién cubrirlas de lanchas y aparejos y faros, de boyas y de redes y hacerla ser de oro como un día lo fue. Esparcir su abundancia por todos los concejos, recuperar caminos, renovar sus condados, injertar su linaje, reconstruir sus ruinas, renombrar sus palacios, amasar su prosapia y ponerlos en pie. Quién le restableciera sus montes recortados, sus riberas raídas, sus predios afligidos, su paisaje impecable, desgastado de tanto –gratuitamente en falso–, ceder y conceder.

Quién le diera sus alas y su soberanía y su lengua de siempre, la que hablaron los nuestros, y su abolengo excelso y su razón de ser. Quién avistara tanta magnitud y hermosura. Y advirtiera de pronto sus vegas florecidas y sus arroyos húmedos, sus aldeas vivaces, encaladas y sanas, con estiércol que ahumara frente a las antojanas y gallos que informaran de cada amanecer. Con quintanas, paneras, ristras de suficiencia, tendales esplendentes, filas y alegres corros en los patios de escuela, corros y multitudes en romerías y en fiestas con pólvora y charangas, con ídolos y ramos, con ropa nueva y fe.

Y que todo estuviera en su sitio, el de entonces; el que merece aún esta región honesta: los mayores al mando, con su edad y conciencia. La calma en la rutina, el horizonte enfrente, las estrellas en lo alto, el agua ante la sed. Que todo mantuviera su entidad y su esencia; que todo conservara su exactitud, su trino, su apariencia y verdad: la montaña y el río, el helecho y la malva, el jilguero y la noche, el árbol y el apego, la franqueza y el bien.

martes, 20 de enero de 2015

MASA FRITA: TERESICAS CON MEMBRILLO, fácil


El relleno, a vuestro gusto.
Con el frío, la nieve y los cambios propios de estos últimos días, parece que apetecen más las 'llambeduras o llambionaes', con un chocolatín caliente y un apacible calor de hogar. Bueno, pues para ello os propongo estas exquisitas teresicas, basadas en las publicadas en el libro de Pilar Ovies, `Tu cocina´ y con el deseo de que os gusten. No plantean ninguna complicación y son rápidas de preparar.
La masa queda muy fina y hojaldrada

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Un texto de A. G. Ovies publicado en La Nueva España



Palanca de yerba n´Asturies. Foto: Orgullosos de ser Bañugueros.
La escasez en mitad de la abundancia

Aurelio González Ovies

Dicen que crece el hambre y sé que no es mentira, pero en mi tierra están las frutas caídas por el suelo. Y los huertos callados y olvidados sus lindes y abatidos sus muros. Nadie baja al otoño con cestos deseosos de bayas y sabores. Nadie prueba el almíbar de cada primavera ni recolecta el bien de sus libres arbustos. Tan sólo la alimaña se regocija y nutre del festín opulento de la naturaleza. Apenas los más jóvenes conocen las espinas del erizo ni han probado la carne de los escaramujos. De pronto hemos pasado de la nada al exceso. Y ya no recordamos la humildad de las uvas ni el tacto del membrillo ni el fragor del saúco de acostumbrarnos tanto a fingidos productos.

Dicen que hay hambre y sé que eso es muy cierto. Aquí, en cualquier calle, muy cerca de nosotros. Mas en cualquier paraje se pudren las ciruelas al borde del camino y las tiernas castañas y los piescos maduros. No apetecen a nadie las manzanas ni el higo ni las moras ni el apio ni el orégano tímido que perfuma el verano. Nadie mira las nueces ni recoge las guindas. Nadie aprecia el arándano ni el fértil avellano ni los solos madroños ni el rubor de los prunos. En mi región parece que nos sobra de todo o que aquello que abunda se desecha o se tira; y es más fácil comprarlo adulterado y falso. Y pisamos bellotas y añoramos su harina, descastamos el fuego y pagamos por humo.

Dicen que terminamos con todo lo que existe. Que es el sino del hombre. Que su instinto es así. Porque apenas cuidamos lo mucho que perdura con su verdad de siempre, con su paciencia inmune. Y me extraña que aún se prenda la luciérnaga. Y que sigan los cuervos con su vuelo de luto. Me admira que madruguen las ardillas y el Sol y que canten contentos el raitán y el cuclillo o que ahueque la noche la insistencia del búho. Me asombra que nos amen el perro y el caballo y todavía nos cedan su lana las ovejas y que no hayan cansado las aspas de la brisa ni se hayan obstruido las arterias del mundo. Me sorprende que el cielo no se haya desplomado o que la mar permita que profanemos más sus túneles cobalto. Me desconcierta el hombre, a veces, con sus poses. Porque dicen que hay hambre, pero somos un péndulo entre miseria y lujo.

jueves, 27 de febrero de 2014

CASADIELLES DE TRUBIA, DE JUAN EL PANADERO

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Muchas gracias a Bea y su familia, por la receta.
Hoy se celebra en nuestra región el día de les `comadres´, esa fiesta que, en un principio, no quería más que otorgar a las mujeres, al menos por una tarde o una noche, los mismos privilegios de los que gozaban los hombres durante todo el año. Aprovecho la ocasión para publicar estes casadielles que tengo preparadas desde hace tiempo. La receta que me facilitó Bea, es de su padre que regentó varios años una panadería familiar. Como no me comentó si la terminación era al horno o fritas, las preparé de las dos maneras.
Es una masa estupenda, estira lo que queramos y no se rompe, pero es importante dejarla en reposo de un día para otro.
Espero que las disfrutéis, lo mismo que todas las mujeres asturianas esas reuniones gozosas. Que tengáis un feliz encuentro.


CON MIS PROPIAS CADENAS

Con mis propias cadenas mallé la libertad. Siempre soñé acceder a sus 
soberanías. La libertad es frágil y voluble. Rotunda y encendida. Como las 
dolorosas amapolas que surgen de repente en un verso sonoro de Antonio 
Gamoneda. Hay en la libertad tardes muy desoladas, con pinares ausentes y 
cielos invernales. Y pájaros oscuros que gravitan y rondan la decepción antigua 
del poeta. Es endeble y vidriosa. Como la decepción que tocó Gloría un día en 
sus títeres de agua y en sus mundos de fieltro y en su piel de muchacha 
afrutada y enferma. 
La libertad que habito me aísla de los credos y las filantropías. Me libra de los 
garfios y de algún que otro adeudo. Y me obliga a ocultarme de la realidad, me 
somete a un estado de inquietud y belleza. Es parecida a un ático con la luz de 
un domingo entre la brisa. Me recuerda al amor. A sus ojos inquietos. Libertad 
joven, limpia. Semejante a su pelo y a su blusa en aquellas hermosas 
primaveras. Es breve en ocasiones, caprichosa y tenaz, como ola de océano, 
como Nervo y Sabines, como Rulfo de un faro, como nube en verano que veloz 
cruza el mundo y anuncia una tormenta. 
Y me tiende sus puentes hacia otros corazones. Hacia otros semejantes que 
aman la independencia. Que no firman contratos ni tramitan usuras ni se 
venden ni asienten ni se ensucian ni arriendan. Mi libertad me afloja las riendas 
que no acepta, pero son necesarias para la forma humana. Y me asiste y está 
siempre entera conmigo, por mucho que jamás se la advirtiera. Me permite 
cruzar por la literatura y arribar en parajes que aún no están en libros. 
Preguntarle a Cernuda qué sabe del olvido, cómo reconocerlo, desde dónde 
hasta cuándo se extienden sus dominios, con qué voto ahuyentar su 
inminencia. 
Mi libertad es mía. Como la piel y el tacto y la mirada. Es una libertad 
intercambiable, huraña. Me aleja de presbíteros y de los dictadores, sus 
catervas y tretas. Me envejece y me amolda a su extraño carácter. Pero me 
contamina con sus infinitudes de albedrío y firmeza. Me consiente sondear los 
deseos imposibles, rechazar sus antojos. Saborear el pecado. Ausentarme y 
seguir hacia mí mismo. Observar las medusas que surcan la Odisea. Abrazar el 
suicidio de Goytisolo y Sylvia. Su eternidad bordeada de espliego y de 
ciclámenes. Su pasión por la vida, su sed de inexistencia. 
© Aurelio González Ovies 
La Nueva España (19-2-2014) 

miércoles, 12 de febrero de 2014

ROSQUILLAS DE ANGÉLICA, fáciles




Y siguen el frío, el viento, el mal tiempo. En la anterior publicación os contaba de los lamentos de la mar. Pero no esperaba que su desesperación fuese tanta, como para destrozar todo cuanto se encontrara por delante. En Luanco fue un auténtico desastre. Bares, cafeterías, restaurantes, casas particulares, mobiliario urbano, paseos... Una pena, sinceramente. Y así una noche y otra. Cuentan los marineros de la zona que nunca vieron nada igual. Menos mal que no hubo daños humanos, pero se me caían las lágrimas al ver la impotencia de las buenas gentes ante los desperfectos. Y eran las fiestas del Santo Cristo del Socorro... Mucho ánimo a todos.

La receta de hoy es de una compañera de los cursos de repostería, Angélica. Las preparó para merendar una tarde de clase y nos gustaron mucho. Tiene una casería y las hizo con nata de leche fresca, yo, sin embargo, utilizo nata de repostería. El resultado no es el mismo, pero están bien ricas. Otra de las compañeras, Elvira,  me pidió la receta hace unos días y decidí hacer una pocas. Son muy fáciles. Espero que os gusten. Y quisiera decirle a Angélica que disfrute de su jubilación y que, no lo dude, que se echará de menos su presencia, por esa alegría y simpatía que le caracteriza. Te mando besos, amiga.

Éstas son las que llevó al curso.

Os dejo un poema de A. G. Ovies, recogido en TOCATA Y FUGA, Alvízoras llibros,Oviedo 2004

¡QUÉ SERÍA DEL DOLOR
si un hombre no llorase.

Existiría el adiós
y sus coches en marcha.

Tendría noches la luna
tan llenamente hermosas.

Tendría estrellas la noche,
a veces, tan humanas.

Elevarían los fados
sus grúas melancólicas.
Sonrojarían las rosas
su estar presente
apenas.

Merecerían los trigales los molinos
de viento
que Colinas realza.

Qué cantidad de negación
para omitir la ausencia-

Podría haberse marchado
Jacques Brel con su guitarra;

y yo esculpir en mí:   sin ti no importa nada?

sábado, 1 de febrero de 2014

BOLLINES DE LA GÜELINA GLORIA, con chocolate (Muy fáciles)


Para Gloria, la del Molín, de Arlós.
Hoy, desde cualquier rincón de mi casa, siento cómo braman las olas. El mismo rumor, los mismos lamentos, desde hace días... Un verdadero espectáculo. Cuando el Cantábrico muestra su bravura sobre la costa, es poderoso, incontenible, enorme. Pero me identifico con él, siento que pertenezco a su mundo o bien que forma parte del mío...
Hace frío, y tan  pronto llueve, graniza o sale un engañoso sol. Invita a tomar un chocolate calentín con una 'llambionada', así que  me parecen oportunas estas 'bollinas' muy fáciles que,  hace un tiempo, compartí gustosamente con la güelina Gloria y su familia. La güelina ya no está, pero quiero desde mi cocina recordar su receta y, así, rendirle un cariñoso homenaje. Va para ti, Gloria, la del Molín, la de Arlós, güelina buena donde las haya, que descansa en su rincón soleado, lleno de Luz y Paz. In memoriam.


Un poema de A. G. Ovies, recogido en Nadie responde, colección Esquio de poesía, Ferrol, 1996
(A Chusa, por su esperanza)
De qué nos sirve entonces
la memoria
si no tenemos fe ni percibimos
que hay algo por encima 
de nosotros
que nos lleva a soñar
lo inalcanzable.
Otra edad llegará
que nos despierte
y nos haga llorar
sobre el vacío, 
nos asome a su invierno
y a sus noches
de estrellas más lejanas
que el recuerdo.
De qué me vale entonces
esta voz
que nombra a veces
cosas tan queridas
y ahoga a veces
tragos tan amargos.
De qué tanta pasión
por habitar mi ser,
encontrar el silencio,
compartir ese eterno
momento en que la mar
parece que nos habla.
De qué sino para esperar
que en todo hay esperanza.
Foto del temporal, gentileza de José Ángel Charo

jueves, 24 de octubre de 2013

TERESITAS DE SARTÉN



Esta vez la receta es de un libro de cocina antiguo: La moderna economía, de Carmina Fernández de Rivera, 1959, 5ª ed. Y se lo tengo que agradecer a otra buena amiga, sabía que lo cuidaría muy bien y me lo hizo llegar, acompañado de muchos más. Decir que me tocó el corazón es quedarme corta, seguro que si os gustan los libros, entenderéis muy bien este sentimiento. Gracias, Conchita, disfruto mucho leyendo las recetas, aunque me sea imposible publicar más a menudo. Pero ya iré poniendo las que sean fáciles y rápidas.
Gracias también a todas esas buenas personas que me rodean y me miman, y demasiado. Un beso.

La receta, unas teresitas de sartén, fáciles, económicas y rápidas de hacer, más aún de comer, pues si las hacéis, ya me contaréis.




Un poema de A. G. Ovies, de su último libro, Versonajes
FRUELA


Qué raro que tarde tanto...,



qué raro que no volviera,
si dejó las zapatillas
como otros días a la puerta.
Si se marchara de viaje,
me limpiaría la caseta
y me daría comida
y un bote con agua fresca.
Hace un mes que no aparece;
ya olfateé en la taberna,
no lo han visto ni en el pozo
ni en el bosque ni en la era.
Voy a a esperar unos días
y a ver si alguien me orienta.
Voy a recorrer el pueblo
y a llegarme hasta la iglesia.
La última vez, me parece, 
cuando le dolían las piernas
lo llevaron dos señores
de una furgoneta negra.
Y allí está noche tras noche
ladrando y aullando Fruela,
entre un blanco cementerio
y una sola y vieja escuela.   


domingo, 17 de febrero de 2013

CANUTILLOS FÁCILES (crema de manteca de mamá)

La receta de estos canutillos es de doble autoría. La masa me la facilitó mi amiga Flor, a la que le encanta la repostería, bueno, la cocina en general. La crema, es de nuestra madre. Una mezcla que casa muy bien. La delicadeza del dulce sabor de la crema con manteca y el hojaldrado crujido de la masa de moscatel son un regalo para el paladar.
Muchas gracias Flor, la masa estira muy bien y queda muy rica.
El ser `llambiones´, como denominamos por aquí a las personas golosas, pienso que viene en los genes. Es cosa de familia. Desde siempre recuerdo las tardes de domingo con sabor a azúcar. Un simple bizcocho, una fuente de rosquillas, un larguero de bollines o una tarta de manzana, por poner algún ejemplo, adornaba nuestra mesa al calor de una taza de leche. Nuestra madre también lo heredó, a la vez que sus primas. Prima especial, de las especiales, casi una hermana, era Reme. Se criaron juntas, compartieron tiempos en los que la escasez era abundante, pero no por eso lo pasaron mal. No les faltó de nada, sus tías guardianas, abuelos y tío, trabajaron duro para hacerlo posible. Hoy quiero rendirle homenaje. Seguro que se 'zamparía' unos cuantos canutillos con su sonrisa burlona, como quien no quiere la cosa.
Cuando se juntaban ella y nuestra madre en días de mercado, con lo que más disfrutaban era con algunos dulces que comían en una pastelería ya desaparecida de Avilés
Querida Reme, como se que te prestarían, los comparto contigo.
Guapa por fuera y mucho más por dentro.
Un poema de A.G. Ovies
banuguesdesde-penas.jpg
Los pedreos que tanto y tanto recorrió Reme.

      Cuando lloraba, entonces

                               yo le decía:

                               no llores,

                                               mira,

                                                               ¿ves?,

                               por ti va y viene el mar

                               con olas a la tierra.

                               Tú lloras porque no la alcanzas

                               y ella porque no te llega.

                                                                                                                                         (Para Reme)

viernes, 8 de febrero de 2013

TERESICAS, las bollinas de crema de mamá

Rellenas de crema pastelera. Fuente: Cocina selecta, Carmen.
Al próximo domingo, el anterior al carnaval, nuestra madre siempre lo denominaba `domingo del gordu´ y siempre nos tostaba bollines: de calabazón, de manzana o bollines sin más. Otras veces, `mantes´ (frixuelos), rosquilles y casadielles.  Pero, independientemente a estas fechas, si nuestro primo Toño anunciaba una visita a nuestra casa, ya la veíamos trajinando con harina y rodillo en mano: le hacía bollines de crema. Tenía, como ya comenté, solamente un libro de cocina, pero le sacó todo el provecho del mundo. Cuando se fue, me quedé sin saber cuál sería la receta que utilizaba para prepararlas, así que poco a poco, fui haciendo las que creía que podían ser, hasta que llegué a ésta. Me prestó hasta la emoción, os lo puedo asegurar. Son muchas las que me quedan por rescatar aún, pero esta receta, mis amigas lo saben, era especial. Siempre que nos reunimos o alguna persona me comenta sus dulces, inevitablemente les preguntaba a ver si daba con ella. Bueno, hoy la publico y si la hacéis, espero que os encanten tanto como a nosotros. Y tú, mamá,  que desde tu estrella, las disfrutes-


Para nuestro primo Toño

Y, cuando se va un trocín de corazón... Os dejo un texto de A.G. Ovies.
 Argos.

La casa, sin ti

Para «Argos»

06.02.2013 | 02:21, La Nueva España

Catorce años juntos, de noche a mañana. Qué días brillantes vistos desde ahora. Fue todo muy rápido, más de lo esperado. Llegó la vejez e invadió tu cuerpo. Se metió en tus huesos, contagió tus órganos, robó el equilibrio de tus blandas patas. Fue todo muy pronto, más de lo previsto. Todos los rincones quedaron desiertos. Quedaron muy solas todas las estancias. Dejaste el vacío que deja un humano, lo mismo que un ser de los que nos quieren, como una persona de las que se aman.


Es todo distinto, así de repente. Nada se parece a lo que eras tú. Te echaron de menos hasta las persianas, y la luz del día sobre el limonero y la mesa vieja del mosaico azul y tu olivo amigo, que mira a la calle y el tiesto de barro sobre el que meabas. Te querían las puertas y los azulejos y la estantería y el lomo del libro que tanto mordiste y la voz del timbre y el sabor del pan y el lápiz de goma y el nudo de hilos y la colchoneta en la que soñabas. Todo es diferente, aunque sea lo mismo. Llenabas el mundo con tus rizos negros, con tus cejas blancas encendías la casa.


Te añoran los brezos, las sillas y el toldo. Todo te requiere, fuera, en la terraza. Te evocan los brotes que caen del camelio y las hojas secas que tira la adelfa. Y la regadera y el sanjuán de abajo. Y algún abejorro que vuela hasta al polen joven del narciso. Y el jazmín que cuelga junto a la ventana. Y las escaleras que subiste a diario. Y el color del cielo, al caer la tarde. Y el rumor del mundo, en torno a la noche. Y la intimidad que inflaman las lámparas. Dejaste una herida grande, muy profunda, como la que se abre al perder las cosas que más significan, una época bella, una compañía fiel y generosa, la sinceridad de una mirada.


Ceniza. No hay más. Ese lapso inane entre todo y nada. Ese vano previo a la incertidumbre de lo más certero. Volveremos juntos, si es que regresamos a nuestros orígenes, a corretear por la primavera, a lanzarte un palo, a jugar con lascas. Catorce años juntos. ¡Qué fugacidad! Quedaron muy tristes tu hueso y tu erizo, tu nombre y tus trapos, todos tus muñecos, todas tus costumbres. Lloró la jirafa.

domingo, 9 de diciembre de 2012

CASADIELLES FRITES, DE MELINA

Fáciles y rápidas.

Una receta de un dulce que se solía hacer por las Navidades y en Pascua, indistintamente, en nuestra región, aunque ahora se preparan todo el año. Ya se perdió esa tradición de elaborar llambionadas solamente en las fechas señaladas. Por un lado es mejor, poder disfrutar de unes casadielles cuando a uno le apetezca siempre es bueno, pero parece que ya no las disfruto igual. La escasez, en ocasiones, proporciona tanto sabor... No se si os pasa lo mismo, el turrón, por ejemplo, no me parece que sepa igual que antaño. Seguramente será porque antes, esperábamos con ilusión la Navidad para poder comerlo y era una excepción maravillosa. Valorábamos mucho más todo lo que teníamos...
La receta me la dio Melina, una amiga de Cardo. Es la que siempre se hizo en su casa, desde hace muchos años. Y como también tiene nueces caseras y miel, les prepara un relleno delicioso. He de deciros que Melina disfruta cocinando y lo hace de forma inigualable, y es quedarme corta. Porque cuando se pone amor en lo que se hace, todo se traduce en éxito. Ella es así y además muy generosa. Gracias, Melina, guapa, por la receta, por les casadielles y por el resto de comidinas ricas que, seguro, me seguirás anotando.
Espero que os gusten. Ya tenía otra receta de las mismas aquí, bastante parecidas, que son las que hacía nuestra madre. Con la masa de Marita, también quedan muy ricas, pero éstas de Melina, son más hojaldradas.
Ideales para estos días festivos que vienen.

sábado, 10 de noviembre de 2012

BOLLINES DE CALABAZÓN DE LOLA EL ZAMARRU, MADRINA

Para mis primas, sangre de mi sangre, un pequeño homenaje a Llolla.
Ayer visitando a María para contestar a uno de los muchos comentarios cariñosos que me deja, me llevé una grata sorpresa. Tenía publicados unos dulces muy parecidos a les bollines de calabazón que tanto se hacen en nuestro concejo y en muchos otros rincones de nuestra pequeña región. Ella las llama torticas de calabaza. Me es muy grato ver todas estas recetas, tan tradicionales, que unen y que se hacían muy similares en todas las provincias. Gracias, María, por tus historias, por tu manera de narrar las vivencias, por el cariño que pones en todo lo que haces. Gracias, mi amiga de Murcia.
En el anterior puente de difuntos también las preparé para compartirlas con mis familiares y a mis primas Bele y May y a M. y A. les prestaron mucho, se acordaban de su güelina, mi madrina Lola. Siempre que tenía calabazas, hacía estos fritos para, cuando llegaran de la escuela, tenerles un buen tazón de chocolate calentín en la mesa, donde remojarlos. Nos reímos un buen rato hablando de ella. Persona menudina (zamarrina, jeje) y símpatica a más no poder. Siempre la recordaré contando aquellas historias de tiempos pasados en las que se implicaba y narraba hasta el más mínimo detalle. Tanto a ella como a su hermano Manuel les gustaba mucho contar cuentos e historietas para disfrute de todo el que llegaba a su casa o a quienes ellos visitaban. Vivencias e invecciones, al igual que lecturas del pasado y películas de cine... Me parece que la estoy viendo a los pies de mi cama cuando estaba convaleciente, venía y cada tarde me regalaba sus recuerdos y su interpretación de la novela que más le había gustado: El conde de Montecristo. Prodigiosa memoria para recordar tantos nombres propios, de lugares y de personas.
En sus últimos días, cuando apenas podía hablar, la visitamos y le pregunté que si no tenía algo que contar. Me contestó que desde allí no podía escuchar al cuco cantar, a continuación dijo: 
cuquillín del rey,
paliquín d´escoba,
¿cuántos años falten para la mio boda...?
Y fueron las últimas palabras que le escuché. Gracias, madrina, ya ves: no querías amadrinarme porque decías que ya eras la madrina de mamá y que eras muy `vieya´, y mira cuántos años disfrutamos juntas... Desde tu estrella espero que veas estés bollines que preparamos acordándonos de ti y que todos nos alumbréis con vuestra Luz.

Les bollines de hoy son bastante similares a las que ya tengo publicadas del año pasado (pinchar aquí), me ajusté un poco a las medidas que me dijeron mis primas, para hacerlas lo más parecido a las de mi madrina.
Lola y Manuel del Zamarru, principios del siglo pasado.

miércoles, 31 de octubre de 2012

HUESINOS DE SANTO

Ideales para mojar en chocolate
Ya están aquí estas fechas tan tristes. Al menos a mí así me lo parecen. Sé que a las personas que ya están en su estrella las añoramos todos los días del año, pero estos días me llevan a extrañarlas aún más... Cementerios cargados de flores, sepulturas pintadas, limpias, y personas rindiendo homenaje a sus seres queridos ocupan las horas de este empezar de noviembre. Nuestra tía nos contaba lo que hacían antaño: se pasaban la noche alumbrando a los suyos, turnándose con el farol y los rezos. Miles de oraciones recitadas con fe para honrar su memoria.

Las reuniones familiares venían a la par. La casa se llenaba de parientes, hermanos, primos y amigos para compartir un chocolate caliente. Y mamá nos preparaba estos huesinos. Una fuente bien llena, para no quedarse escasa. Con bien pocos ingredientes, con los que solía haber en todas las casas. La receta, de su libro único de cocina, del que le regalaron cuando se casó: Cocina selecta de Carmen.
Hoy la comparto con vosotros.
Cocina Selecta, Carmen, quinta edición, Oviedo 1959

sábado, 15 de septiembre de 2012

BOLLINES DE LALA ( La Galupa)

Para  comerlas ya templadinas.
Los posavasos son creaciones de los chicos y chicas de la Asociación Rey Pelayo, para personas con discapacidad.  ¡¡¡Preciosos!!!
Hoy os dejo una receta de aprovechamiento que me facilitó mi amiga Ana. Unas ricas bollinas que prepara su madre casi todos los fines de semana. La idea primera era pasar por su casa para que ella misma las hiciese, pero como los quehaceres quiebran muchas veces la buena voluntad (o, como diría un buen amigo `la urgencia de lo inmediato...´) no me fue posible acudir. Cuando Ana me dio la receta ya me parecía que tenían que estar muy ricas y no me defraudaron.

Conozco a esta familia desde siempre y las aprecio mucho, ellas lo saben. Pero con Ana siempre mantuve una amistad muy grande. Aunque pasemos meses sin vernos, las dos sabemos que ahí estamos para lo que sea. Además nos encanta por igual la cocina y las dos somos entusiastas coleccionistas de libros. Espero con mucha ilusión una libretina llena de recetas de su puño y letra. Allí seguro que estarán algunas de las  que hacían su abuela y su madre,  Lala la Galupa,  una trabajadora infatigable, a la que siempre admiré por su capacidad para hacer frente a todo lo que se le pusiera por delante. Con su cuerpo menudo y ágil emprende cualquier tarea sin arrugarse. Una digna representante de tantos y tantos Galupos que viven en nuestro concejo y fuera de él. Pienso que es bien conocida y querida. Y sus hijas, más de lo mismo. 

Gracias, Lala, estas bollinas son  especialmente ricas, llenas de sabor tradicional, baratinas y fáciles de hacer. Y queda pendiente una buena 'fartura' en tu casa, para merendar y charlar sin mirar el reloj. ¿Vale?

A ver si os gustan.

sábado, 18 de febrero de 2012

BOLLINES DE ALDEA, de Gozón

Nuestres bollines , les de siempre.
Bueno, como os prometí, hoy publico les bollines... Esta es una de las recetas que más añoraba tener. Nuestra madre las preparaba a bulto, es decir, ella iba echando los ingredientes en un perol y al final añadía harina hasta conseguir la masa perfecta. Y siempre sabían muy ricas.

jueves, 16 de febrero de 2012

BORRACHINOS

Muy jugosinos y sabrosos.
Se acercan las fiestas de Carnaval. Por aquí se suele `tostar´unos días antes de la celebración. En nuestra familia se empezaba en el llamado `domingo del gordo´, el domingo anterior al martes de la fiesta. Nuestra madre era bastante 'llambiona', vamos, que le encantaba hacer postres y demás dulcerias.

martes, 26 de julio de 2011

BOLLINES DE CALABAZÓN

Con menos calabazón quedan más esponjosas.
Estes bollines las preparaban en el otoño, cuando recogían los calabazones, la calabaza grandota que es amarilla por dentro y naranja por el exterior. Este tipo de calabaza la llamaban "de freír" y la que por dentro es blanca, la "de comer." Son muy fáciles de hacer y muy sabrosas. Al día siguiente, si es que llegan, están más reposadas,.

Dedicada a todas las ANA que lean estas palabras

jueves, 14 de julio de 2011

TORRIJAS FÁCILES

Las tenemos que dejar freír despacín para que se hagan bien por dentro y no se quemen por fuera.
Supongo que alguna vez os pasará lo mismo que a mí, que pocas veces acierto con el pan que compro. Así que me sobra bastante. Lo utilizo para hacer el pan rallado, pero en ocasiones hago estas riquísimas torrijas. Son muy fáciles y baratinas. En verano, las preparo por la noche y las dejo enfriar en la nevera, frías están muy buenas.

UN POEMA DE AURELIO GONZÁLEZ OVIES:

martes, 18 de enero de 2011

BOLLINES DE MANZANA

Cortadas al medio y rellenas de dulce...!

Siempre, al llegar de la escuela muertos de frío, nuestra madre nos tenía sobre la mesa una tacina con chocolate y alguna fritura. Dependiendo de lo que tuviese por la cocina, preparaba la bollería. Estas bollinas de manzana eran bastante frecuentes, además aprovechaba las que tenían algún golpe y estaban a punto de ponerse mal. Nos encantaban. Al día siguiente formaban parte del desayuno... Cuanto tiempo pasó...Bueno, pues cuando las preparo me siento un poquitín en aquel pasado y disfruto con todos los que ya no están en mi cocina , parece que los hago presente con sus recetas. Gracias a todos.