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martes, 5 de julio de 2022

PASADO EN CLARO (FRAGMENTO) de Octavio PAZ

Mi madre, niña de mil años,

madre del mundo, huérfana de mí,

abnegada, feroz, obtusa, providente,

jilguera, perra, hormiga, jabalina,

carta de amor con faltas de lenguaje,

mi madre: pan que yo cortaba

con su propio cuchillo cada día.

Los fresnos me enseñaron,

bajo la lluvia, la paciencia,

a cantar cara al viento vehemente.

Virgen somnílocua, una tía

me enseñó a ver con los ojos cerrados,

ver hacia dentro y a través del muro.

Mi abuelo a sonreír en la caída

y a repetir en los desastres: al hecho, pecho.

(Esto que digo es tierra

sobre tu nombre derramada: blanda te sea.)

Del vómito a la sed,

atado al potro del alcohol,

mi padre iba y venía entre las llamas.

Por los durmientes y los rieles

de una estación de moscas y de polvo

una tarde juntamos sus pedazos.

Yo nunca pude hablar con él.

Lo encuentro ahora en sueños,

esa borrosa patria de los muertos.

Hablamos siempre de otras cosas.

Mientras la casa se desmoronaba

yo crecía. Fui (soy) yerba, maleza

entre escombros anónimos.

jueves, 13 de enero de 2022

NUNCA PIENSO, GIMOTEO, O DISCUTO CON NADIE de Marina TSVETAEVA

Nunca pienso, gimoteo, o discuto con nadie.

No duermo.

No busco el mar, la luna, el sol ni la nave.

 

No percibo el calor del hogar ni el verdor de la hierba.

No espero anhelante el don que tanto deseaba.

Ni la mañana ni el llamado del tranvía me deleitan ya.

Vivo ajena al tiempo y no recuerdo

fechas o siglos.

 

Una pequeña bailarina en una cuerda floja que ha sido cortada,

he de caerme muy pronto.

Soy la sombra de una sombra.

Dormida, camino hacia dos lunas oscuras.

miércoles, 16 de septiembre de 2020

MEMENTO de Mascha KALÉKO

No me da miedo mi propia muerte,

Sólo la muerte de mis seres queridos.

¿Cómo voy a vivir cuando ellos ya no estén?


Sola en la niebla voy tanteando por la muerte

Y de buen grado me dejo llevar a la oscuridad.

Partir no duele ni la mitad que quedarse.


Bien lo sabe aquel que se enfrentó a lo mismo 

-Y que me perdonen quienes lo padecen.

Pensad: la propia muerte tan sólo se muere;

Mas con la muerte de otros hemos de vivir.


martes, 17 de marzo de 2020

PARA ESTE DÍA de OLGA OROZCO

Reconozco esta hora.
Es esa que solía llegar enmascarada entre los pliegues de otras horas;
la que de pronto comenzaba a surgir como un oscuro arcángel detrás de la neblina
haciendo retroceder mis bosques encantados,
mis rituales de amor, mi fiesta en la indolencia,
con sólo trazar un signo en el silencio,
con sólo cortar el aire con su mano.
Esa, la de mirada como un vuelo de cuervo y pasos fantasmales,
que venía de lejos con su manto de viaje y las mejillas escarchadas,
y se iba bajando la cabeza, de nuevo hasta tan lejos
que yo buscaba en vano la huella del carruaje en el pasado.
Hora desencarnada,
color de amnesia como dibujada en el vacío del azogue,
igual que una traslúcida figura enviada desde un retablo del olvido.
¿Y era su propio heraldo,
el fondo que se asoma hasta la superficie de la copa,
la anunciación de dar a luz las sombras?
No supe descifrar su profecía,
ese susurro de aguas estancadas que destilan a veces los crepúsculos,
ni logré comprender el torbellino de plumas grises con que me aspiraba
desde un claro de ayer hasta un vago anfiteatro iluminado por lluvias y por lunas,
allá, entre los ventisqueros del irreconocible porvenir;
aquí, donde ahora se instala, maciza como el demonio del advenimiento,
en su sitial de honor en medio de la asamblea de otras horas, pálidas, transparentes,
y me dice que mis bosques son luces extinguidas y aves embalsamadas,
que mi amor era erróneo, como un espejo que se contempla en otro espejo,
que mi fiesta es un cielo replegado en el sudario de mis muertos.
Y se queda esta vez, sin bajar la cabeza.

miércoles, 20 de junio de 2018

LLAMADA VIVA de Ida VITALE

Ponerse al margen
asistir a un pan
cantar un himno

menoscabarse en vano
abrogar voluntades
refrendar cataclismos

acompañar la soledad
no negarse a las quimeras
remansarse en el tomado

ir de lo ceñido a lo vasto
desde lo opaco a la centella
de comisión al sueño libre

ofrecerse a lo parco del día
si morir una hora tras otra
volver a comenzar cada noche

volar de lo distinto a lo idéntico
admirar miradores y sótanos
infligirse penarse concernirse

estar en busca de alma diferida
preparar un milagro entre la sombra
y llamar vida a lo que sabe a muerte.

sábado, 14 de abril de 2018

UNA OSCURIDAD ESENCIAL de Fabián CASAS


Hay una oscuridad esencial en esta calle.
Un único farol ilumina el contorno
y árboles domesticados, altísimos,
producen una música de acuerdo al viento.
Miro a mi perro,
una conciencia a ras del piso
que hurga y mea en la tierra
y pienso en mí, hundido
en el lenguaje, sin oportunidad,
sosteniendo una correa que denota
lo que fue necesario para estar unidos. 

martes, 5 de septiembre de 2017

LA DONCELLA Y LA MUERTE de Nicanor PARRA

Una doncella rubia se enamora
De un caballero que parece la muerte.

La doncella lo llama por teléfono
Pero él no se da por aludido.

Andan por unos cerros
Llenos de lagartijas de colores.

La doncella sonríe
Pero la calavera no ve nada.

Llegan a una cabaña de madera,
La doncella se tiende en un sofá
La calavera mira de reojo.

La doncella le ofrece una manzana
Pero la calavera la rechaza,
Hace como que lee una revista.

La doncella rolliza
Toma una flor que hay en un florero
Y se la arroja a boca de jarro.

Todavía la muerte no responde.

Viendo que nada le da resultado
La doncella terrible
Quema todas sus naves de una vez:
Se desnuda delante del espejo,
Pero la muerte sigue imperturbable.

Ella sigue moviendo las caderas
Hasta que el caballero la posee.

viernes, 5 de mayo de 2017

EN AGUAS TRANQUILAS de José Ángel PIÑERO PÉREZ

Nos queremos en la distancia,
en las siluetas desdibujadas
en el clavo ardiendo
en la bandera blanca.


Navegamos en aguas tranquilas
inseguros, esperando el colapso
como el barco de papel
de un niño torpe,
uno hacia otro.

Nos tomamos de la mano
en el estrecho de Messina
Miramos hacia el cielo temiendo la tormenta
tantas otras veces inevitable:
El azul infinito se desvanece en nuestras retinas
La sal y la brisa nos protegen como un manto
Ahora navegamos en aguas tranquilas.

                                                                                                  de "Los versos sicilianos"

sábado, 21 de mayo de 2016

HORAS de Vicente HUIDOBRO

El villorio
Un tren detenido sobre el llano

En cada charco
duermen estrellas sordas
Y el agua tiembla
Cortinaje al viento

La noche cuelga en la arboleda

En el campanario florecido
Una gotera viva
Desangra las estrellas

De cuando en cuando
Las horas maduras
Caen sobre la vida.

 

martes, 27 de octubre de 2015

SOMBRA DE LOS DÍAS A VENIR de Alejandra PIZARNIK



a Ivonne A. Bordelois
Mañana
me vestirán con cenizas al alba,
me llenarán la boca de flores.
Aprenderé a dormir
en la memoria de un muro,
en la respiración de un animal que sueña.

miércoles, 10 de junio de 2015

SI MURIERA ESTA NOCHE de Idea VILARIÑO



Si muriera esta noche 

si pudiera morir 

si me muriera 
si este coito feroz 
interminable 
peleado y sin clemencia 
abrazo sin piedad 
beso sin tregua 
alcanzara su colmo y se aflojara 
si ahora mismo 
si ahora 
entornando los ojos me muriera 
sintiera que ya está 
que ya el afán cesó 
y la luz ya no fuera un haz de espadas 
y el aire ya no fuera un haz de espadas 
y el dolor de los otros y el amor y vivir 
y todo ya no fuera un haz de espadas 
y acabara conmigo 
para mí 
para siempre 
y que ya no doliera 
y que ya no doliera


lunes, 25 de mayo de 2015

HICE UN HOYO de Horacio CASTILLO


Hice un hoyo en la tierra
y lloré dentro de él; lloré de bruces,
hasta que el llanto llegó al fondo,
hasta que todo se anegó,
hasta que brotó de la profundidad
un tallo que nadie hubo tocado.

lunes, 11 de mayo de 2015

JUEGA OTRA GUERRA de Mikael BROWN


Juega otra guerra,
que el mundo está intacto,
esperando
tu arrebato o tu silencio,
tus ganas o tus miedos.

Juega otra guerra,
que el día ya está en armas,
dispuesto
a matarte mil veces
antes que mueras.

Juega otra guerra
que las horas
te envuelven
dulces y amargas,
rápidas y lentas,
pero siempre inasibles.

Juega otra guerra
con la rutina en la trinchera,
con palabras silbando cual
balas,
aprestando el cargador
de los nuevos intentos
de todos los días.

Juega otra guerra.
Heridas y flores.
Violencia y caricias.
Sueños y angustias.

Juega.
Mientras puedas.

lunes, 13 de octubre de 2014

MENTIRA de Fénix VALKIRIA


Sombras que ocultan la verdad,
Neblina espesa y densa,
Coraza fría e impenetrable.

Eres el terminal inequívoco de una larga y cruel ilusión,
Eres la flama que hizo cenizas un sentimiento,
Eres la tormenta que arrasó y arrastró los cimientos,
Eres los escombros de una vida de sueños y esperanzas rotas.

El final esperado y advertido,
El final doloroso y sangriento,
El final cruel.... pero honesto.




Fénix Valkiria

domingo, 14 de septiembre de 2014

QUE LOS RUIDOS TE PERFOREN LOS DIENTES de Oliverio GIRONDO




Que los ruidos te perforen los dientes,
como una lima de dentista,
y la memoria se te llene de herrumbre,
de olores descompuestos y de palabras rotas.
Que te crezca, en cada uno de los poros,
una pata de araña;
que sólo puedas alimentarte de barajas usadas
y que el sueño te reduzca, como una aplanadora,
al espesor de tu retrato.
Que al salir a la calle,
hasta los faroles te corran a patadas;
que un fanatismo irresistible te obligue a prosternarte
ante los tachos de basura
y que todos los habitantes de la ciudad
te confundan con un madero.
Que cuando quieras decir: "Mi amor",
digas: "Pescado frito";
que tus manos intenten estrangularte a cada rato,
y que en vez de tirar el cigarrillo,
seas tú el que te arrojes en las salivaderas.
Que tu mujer te engañe hasta con los buzones;
que al acostarse junto a ti,
se metamorfosee en sanguijuela,
y que después de parir un cuervo,
alumbre una llave inglesa.
Que tu familia se divierta en deformarte el esqueleto,
para que los espejos, al mirarte,
se suiciden de repugnancia;
que tu único entretenimiento consista en instalarte
en la sala de espera de los dentistas,
disfrazado de cocodrilo,
y que te enamores, tan locamente,
de una caja de hierro,
que no puedas dejar, ni por un solo instante,
de lamerle la cerradura.

jueves, 24 de julio de 2014

OPÚSCULO DE NOSFERATU A PUNTO DE AMANECER de Leo ZELADA.



INTRODUCCIÓN

Hay un infierno interior
revestido de imágenes diáfanas
que rodean a los melancólicos vampiros.
Ninfas que despliegan universos de hermosa oscuridad.
Unicornios incólumes
tras los cuales se esconden
oscuros y retorcidos dragones.


Esta es la historia de amor
entre una ninfa y un vampiro
-curioso lector-
este es el juego de los espejos y la muerte.

I
Desde la cúpula de la antigua catedral.

El Nosferatu contempla neutro
el frenesí de la urbe
alumbrada por irreales luces
como inefables colmenas de neón.

Espera lacónico
a su próxima víctima.

Él es lo epicúreo en aquel instante
la poesía oscura
el verbo profano.
El ángel negro
que perforará sensualmente
los cuellos vírgenes de las doncellas.

La poesía en sí eres Nosferatu y la metáfora primera.


II
En medio de los edificios
has logrado divisar a tu presa de hoy.

Caminando
- digo, levitando -
la pequeña ninfa
entre calles agrietadas y peatones anónimos
ha logrado dejar en sortilegio
al anonadado depredador.


Es bella
«una belleza casi inhumana»
-dirías tú-.
Bella como los rostros pálidos de los camafeos de Keats
transparente como los versos incólumes de Luisa Labé.

Sorprendido el antiguo vampiro
ha visto crecer dentro de sí
una melodía interior que creía apagada.

La ninfa huye de pronto
percibiendo por intuición algo terrorífico
y desconocido en el ambiente
-sabe que los habitantes de la noche
en los reinos de la luz se esconden -
él grita entonces desesperado:

“Ven
no escapes
¡oh fiel devota de las fuentes!
que conmigo conocerás
cielos amplios y mares eternos".

Ven:
"solo quiero acabar
con tu callada e inmutable inocencia
y romper con mis labios
la soledad suicida de tu cuerpo".


La felicidad son pequeños instantes
que uno vuelve eternos.


¿Nosferatu
en esta noche inmensa
eres tú el verdugo o la víctima?

III
Miras la noche
bebes la copa de vino
y extendiendo tus brazos desesperados
hacia el lóbrego cielo
«te amo
-exclamas-
te amo hacia la diáfana luna».

La melodía de Schönberg logra al fin doblegarte
e ingresa en ti como una ola gigantesca
colosal
épica
en tú cáustico ser.


La mano del escritor deja la pluma
bota el cigarrillo de los labios.
Se aleja impotente de la computadora
y se rompe exacta la creación.


Una lágrima negra se desliza
por tu cadavérico y pálido rostro.
Pesado como él último tramo de la noche
estéril como el inicio prístino del amanecer.

La roja araña maligna te grita ahora
con una voz aguda desde el techo:


«Estás muerto Nosferatu estás muerto
no te engañes: nunca
volverás a amar”.

Y el Nosferatu lúcido
con cierta amargura sabia
replegada en su antigua humanidad
responde:
«en los cuerpos inertes
existe el mayor movimiento».


IV
Hoy la has visto sola.
Transformada al mediodía
en la soledad de este café.
Con la profundidad de sus cabellos castaños
cayendo sobre su delicado y pálido cuello.

La has estado esperando en la penumbra del sótano
alerta entre la sombras.


La ves
y la intensidad
y ternura de sus resplandecientes ojos
con los cuales te observa
ha hecho retroceder
la perversa intención de tus afilados dientes.


El café esta oscuro y no penetra la luz del sol
y tú
inmune con un gabán negro
- el rostro calmo -
te has colocado al otro extremo de la barra.


La observas.
La contemplas como jaguar
al acecho.

Ella hace el ademán conocido de encender un cigarrillo
y tú como depredador experto
en estas lides de la seducción
aprietas raudo el encendedor en sus carnosos labios.


Ella sonríe irónicamente
y tú piensas que en mil años de vida
por los reinos de las tinieblas
no has visto algo tan espléndido y maravilloso
como el florecimiento de aquella bella sonrisa
extendida como flor de loto en sus rojos labios.
Aquella sonrisa que te ilumina
como un concierto de estrellas en la noche
por estas calles frías de neón.


La acompañas a los bosques.

«la amistad es una trampa».


La literatura escandinava
la música gótica
Baudelaire
el culto sin reservas al crepúsculo
son los inclaudicables pactos que los unen.


Las interminables pláticas en la inmensidad de la tarde
alrededor de una entrañable taza de café
recorriendo los nenúfares
y las fuentes
protegidos por la espesura de los bosques inmortales.
Allí donde no ingresa jamás
la luz abrasadora del diáfano sol.


Hoy a los pies de los rayos de la luna
Nosferatu
te has atrevido a tocar el cielo
y la has besado.


V
No hay mayor pasión que la de un poeta
ni mayor deseo
que la de un liróforo Nosferatu.

La noche resplandece ahora de un extraño brillo
cada vez que estás del brazo
de la bella Ninfa.


Es extraño ver cómo cambia todo a tu alrededor.

La luna
que alumbra misteriosa tus pasos
es ahora la luna misteriosa que luce realmente viva
y que alumbra en este instante tus pasos:
es ésta y no otra y se manifiesta eterna
aquí.


Contemplas virgen a la noche
hermosa
con la novedad y el misterio
de tu primer amor en Transilvania.


Las luciérnagas desfilan mágicas a tu alrededor.
Los árboles danzan tenues sobre sus góticos cuerpos.


Sientes vives
amas nuevamente
-eufórico vampiro-
pues no hay mayor amor
que la de un bardo Nosferatu enamorado
ni mayor placer
que el de besar el resplandeciente rostro de la ninfa
en tus azabaches labios.


VI
Todo lo dejaste por alcanzar la piedra filosofal
-ingenuo Nosferatu-
y todo lo has perdido.


Mujer clan familia amigos.

Ahora eres solo un apátrida excluido del género humano.

La noche es ahora tu hábitat.


La oscuridad el eclipse absoluto que te alumbra
y te acompañará toda la existencia
hasta la consumación incólume de los siglos.
Como aquellos largos días polares sin sol
y el manto glacial permanente
cubriendo el firmamento.


Has visto nacer y morir imperios.
Has visto desfallecer
en la inclemencia imperturbable del viento
a la soberbia raza humana
y a cientos de reyes
caer consumidos
por la insomne voracidad de los gusanos.

Como un judío errante navegaste por el mundo entero.

Felices fueron aquellos primeros siglos
sin percibir la intermitente «angustia de morir».

Mas el tedio insoportable te inundó
a la mitad del primer milenio
hasta convertirte
en lo que ahora eres:
líquen muerto
polvo inorgánico que trasunta plácido tus venas.

No hay sentimientos
eres la contemplación pura
y a pesar que intentaste en vano varios suicidios
el soplo eterno volvía a tu sangre irredenta
y con ella el terrible dolor intangible del spleen.


Hoy la vuelves a ver y te sientes vivo como al principio
y quieres morir
ser libre
amar «hasta perder el conocimiento»
sentir la brisa fresca de las mañanas
en tu pálido y verdoso rostro.
Aunque esto signifique el final de tus días.


Las palabras son extrañas aves que se lleva el Leteo.

Hoy lo has decidido.


Amanecerás contemplando el alba junto a ella
Opúsculo de un Nosferatu a punto de amanecer:
«sabes que el resplandor del sol
quemando tu piel
te redimirá»




martes, 6 de mayo de 2014

CABALLERO DON GALLARDO de Ovidio MORÉ

Foto de José Erin 


Puedo ser un caballero
de los de a la antigua usanza,
sin una gota de panza
y en la batalla el primero.
Quijote con escudero,
embutido en mi armadura,
forzando la cerradura
de algún casto cinturón,
para encontrar la pasión
a golpes de mi cintura.

Podría ser Don Gallardo
y vivir en el Toboso,
puro músculo, buen mozo,
un poco juglar y bardo.
Tener un jamelgo pardo
y que Conde a mí me llamen,
y al verme todos exclamen:
¡Vaya estampa de señor!
Y en las cosas del amor
todas las damas me aclamen.

O quizás ser como el Cid
y que me llamen Rodrigo,
tener un campo de trigo
olivares y una vid.
Ser poeta y adalid
en las cortes españolas,
cantarle a las amapolas
con mi cítara de antaño,
y estar casi todo el año
veraneando entre las olas.

Aunque, puestos a pedir,
me gustaría ser Rey
y aprobar alguna ley
que asegure el porvenir.
Por ejemplo que al salir
del blando vientre materno,
nunca te falte el pan tierno
ni casa donde morar
y, aún menos, qué cobrar,
sea verano o invierno.



lunes, 28 de abril de 2014

ACTOS INÚTILES de Daniel KATZ

Patear una montaña
escalar una piedra
soplar en las cavernas
mentir en los sueños
pagar en la cama
mirar bajo tierra
escribir con el codo
amar fotografías
caminar en el cielo
vivir con los muertos
saberlo todo
respirar humo
entender la muerte
sentir palabras
morir en cuotas
tocar el alma
escarbar enigmas
anhelar podios de color
vestir para mostrar
viajar en máquinas
recordar lo no vivido
contar el tiempo.

Actos inútiles.

Definitivamente irreversibles.

miércoles, 23 de abril de 2014

AUTOEPITAFIO de Reinaldo ARENAS

Mal poeta enamorado de la luna,
no tuvo más fortuna que el espanto;
y fue suficiente pues como no era un santo
sabía que la vida es riesgo o abstinencia,
que toda gran ambición es gran demencia
y que el más sordido horror tiene su encanto.
Vivió para vivir que es ver la muerte
como algo cotidiano a la que apostamos
un cuerpo espléndido o toda nuestra suerte.
Supo que lo mejor es aquello que dejamos
-precisamente porque nos marchamos-.
Todo lo cotidiano resulta aborrecible,
sólo hay un lugar para vivir, el imposible.
Conoció la prisión, el ostracismo,
el exilio, las múltiples ofensas
típicas de la vileza humana;
pero siempre lo escoltí cierto estoicismo
que le ayudó a caminar por cuerdas tensas
o a disfrutar del esplendor de la mañana.
Y cuando ya se bamboleaba surgía una ventana
por la cual se lanzaba al infinito.
No quiso ceremonia, discurso, duelo o grito,
ni un túmulo de arena donde reposase el esqueleto
(ni después de muerto quiso vivir quieto).
Ordenó que sus cenizas fueran lanzadas al mar
donde habrán de fluir constantemente.
No ha perdido la costumbre de soñar:
espera que en sus aguas se zambulla algún adolescente.
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