Mostrando entradas con la etiqueta Madrid. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Madrid. Mostrar todas las entradas

sábado, 26 de abril de 2025

La matriarca

"La matriarca" es la penúltima novela publicada por Pablo Rivero al que, con siete libros ya en el mercado creo que no se debe identificar como un actor que escribe, sino como un novelista que en ocasiones también actúa. La trama de la novela se inicia con la muerte de una anciana, María, al precipitarse desde la ventana de su casa al patio de luces. Al aviso acude la teniente de la Guardia Civil Candela Rodríguez junto con su compañera y amiga, la sargento Sandra Martínez. Candela ya no cuenta con Mateo, el que fue su leal compañero en otros casos de importancia que investigó en el pasado (y en otras novelas), pero todavía siguen en contacto ya que Candela le suele consultar sobre algunos asuntos en los que él está especializado. Cuando algunas semanas más tarde se produce la desaparición de Felicidad, la anciana propietaria del edificio en el que murió María y que gestiona las viviendas de alquiler, Candela y su equipo regresan a la comunidad y vuelven a encontrarse con la familia de Felicidad, sus tres hijos adultos que aún viven bajo la tutela económica de la madre, y con sus conflictivos inquilinos. Las sospechas sobre la desaparición de la matriarca recaen sobre los hijos y también sobre algunos vecinos que claramente se dedican a actividades ilícitas. Al hilo de la investigación que inician irán asomándose a la dura realidad de ancianos que malviven con pensiones mínimas que apenas les alcanzan para comer, a la soledad y el desamparo de unas personas que son abandonadas en los años en que más necesitan ser ayudados y acompañados. 

La narración se me ha hecho un poco pesada, dado que se reiteran con frecuencia los hechos y datos como para evitar que el lector se pierda de un capítulo a otro y vaya teniendo claro por dónde marcha la investigación en cada momento. Aparte de eso, es de destacar la preocupación del autor por los temas sociales que denuncia que casi acaban por tener más peso que el propio asunto que investigan. El libro está lleno de referencias a las circunstancias de las ciudades y la sociedad actual: los negocios tradicionales sustituidos por locutorios o restaurantes de kebabs, la despersonalización del sector bancario, las llamadas de spam ofreciendo ofertas de telefonía o la gente haciendo el ridículo en los videos de Tik-Tok. Claramente, Pablo Rivero está más interesado en denunciar con este libro asuntos como la marginación social, la brecha digital o el maltrato a los ancianos que en la propia trama de thriller que le sirve como excusa para plantear todos esos asuntos. En cualquier caso, debemos reconocer que al final le ha quedado un thriller policial bastante turbio centrado en complicadas relaciones familiares llenas de secretos y con giros de guión bastante acertados para rematar la historia. Una historia muy pegada a la realidad actual y a alguna de sus problemáticas más relevantes.

"A fin de cuentas, hasta las mejores familias tienen sus secretos."

lunes, 31 de marzo de 2025

Un bien relativo

En "Un bien relativo" la escritora Teresa Cardona regresa con otra historia protagonizada por la teniente de la Guardia Civil Karen Blecker, que tras trabajar en la Interpol en Holanda es destinada al pueblo madrileño de El Escorial (que pronto aprenderá a no llamar pueblo, sino que es un Real Sitio) Criada a la europea, con un padre alemán y tras trabajar en los Países Bajos durante tanto tiempo, Karen aprecia la multitud de diferencias en el modo de vida en España, las relaciones personales, familiares y la convivencia entre vecinos es muy diferente a lo que ella estaba acostumbrada. En el pueblo se conocen casi todos, saben de la vida unos de otros, pero también disfrutan de una calidad de vida y cercanía humana que echaba tanto de menos cuando vivía fuera, aunque también suponga factores negativos como cierta falta de intimidad, y el someterse a la curiosidad de los demás.

El caso que ocupa la novela se inicia cuando en un camino rural a las afueras del pueblo, aparece el cadáver de una religiosa que resulta ser sor Lucía, una monja que se encontraba recuperándose de una reciente enfermedad en el monasterio de las Carmelitas de San Lorenzo. Sin poder descartar que se haya tratado de una muerte accidental Karen, ayudada por sus compañeros, inicia las pesquisas habituales.

En paralelo vamos conociendo la historia de la joven Conchita y su familia que transcurre unas décadas antes; es un relato de violencia doméstica, dolor, miseria y desigualdad; de la contraposición de los que gozan de privilegios y pueden conseguir lo que desean con su influencia y su dinero y los que no tienen nada que ofrecer más que entregarse ellos mismos a los poderosos para lograr sobrevivir. Esta otra narración terminará por dar las claves de la muerte de sor Lucía que investigan los guardias civiles.

Me ha resultado en esta ocasión más interesante la historia que en teoría transcurre en segundo plano que la propia de la investigación criminal. He encontrado los perfiles de los personajes muy bien trazados, así como los diferentes estratos de la sociedad del Madrid de los años 80. Me he sumergido completamente en la narración y he disfrutado mucho de su lectura, a pesar de la dureza del tema que aborda y que se trata mostrando bastante ecuanimidad entre los diferentes puntos de vista implicados.

"Las cosas nunca son perfectas (...) no son ni blancas ni negras. La mayoría de las veces son grises y, muchas veces, el bien no es absoluto, solo relativo."

martes, 25 de febrero de 2025

No tocarás

Nuria Pérez es una extraordinaria cuentista, una maestra de la narración oral que ha demostrado esta capacidad en varios podcasts donde ha desplegado su gran poder de evocación con esa manera suya de conectar historias y personajes, transportándonos a cualquier rincón del mundo o a otras épocas para desde allí arrastrarnos por el tiempo y el espacio estableciendo sorprendentes conexiones y alcanzando finales inesperados.

Y todo eso a lo que nos tiene ya acostumbrados a sus seguidores es de algún modo lo que hace también en su primera novela, "No tocarás", en la cual entrelaza las historias de tres mujeres separadas por años y kilómetros de distancia. Marta vive en Madrid en 1998, trabaja en el museo Sorolla y sufre obsesión por el orden, por hacer listas de cualquier cosa y por contarlo todo: los pasos que da, los coches rojos con los que se cruza o las cabinas telefónicas de todo Chamberí. Cuando inicia una misteriosa relación con un desconocido al que nunca ha visto y con el que se intercambia mensajes cifrados, su mundo se ve abocado a un gran cambio que comenzará por una divertida yimkana. En el mismo nivel temporal, Adela Ferri es una escritora de éxito, vive en Londres con un marido infiel, una hija rebelde adolescente, y una suegra italiana que nunca deja de criticarla; parece que los problemas han decidido aparecer todos a la vez y amargarle la vida cuando está a punto de presentar su última novela, hasta tal punto que llega a temer que esté perdiendo el juicio como le ocurrió a su padre. Finalmente, en otro siglo, en el Londres victoriano, Mary Hessler trabaja como niñera y tiene un pretendiente locamente enamorado de ella y capaz hasta de cometer un asesinato por protegerla, pero Mary comete un error que provoca un vuelco en su destino que quedará marcado incluso más allá de su muerte.

Todo el relato se origina y gira en torno al incendio del Alexandra Palace de Londres en 1873 y a la figura de Joaquín Sorolla, además de otra multitud de pequeños detalles que van conectando a las tres protagonistas. Es sorprendente el modo en que la autora crea un universo propio a través de esa manera de contar historias que se entrecruzan, hechos del pasado que marcan otras vidas muchos años después y detalles que van dejando un rastro de coincidencias y señales que entrelazan unas historias con otras. En la escritura de Nuria Pérez se mezclan nostalgia, delicadeza y curiosidad; sus relatos tocan muchas fibras sensibles, lugares comunes que conforman la memoria colectiva de varias generaciones.

"A veces el pasado esconde la llave que abre el futuro que merecemos y hay que saber escucharlo (...) No pases por alto las señales"

viernes, 12 de julio de 2024

Lo raro es vivir

Hace muchísimos años que leí por última vez algo de Carmen Martín Gaite, tantos que, aunque recuerdo los títulos: "Nubosidad variable", "Entre visillos" o "Caperucita en Manhattan", sería perfectamente capaz de releerlos como si nunca lo hubiera hecho antes, cosa que no descarto hacer en algún momento, ya que apenas guardo recuerdo de sus argumentos aunque sí la vaga sensación de que me gustaron en su momento. Sólo guardo un recuerdo algo más nítido de "Usos amorosos de la postguerra española" que leí de adolescente y me sorprendió por lo mucho que había cambiado nuestra sociedad en los cincuenta años transcurridos desde la época que se retrataba en este ensayo que me resultó, además, bastante entretenido. Imagino que leerlo ahora, tantos años después, sería todavía más impactante.

Por ahora me he decantado por volver a la autora con "Lo raro es vivir", una novela contada en primera persona por Águeda Soler, una protagonista bastante peculiar. Reconozco que en ocasiones me he perdido en sus divagaciones, en su ir y venir de un asunto a otro, dando por supuesto que sabemos de qué habla aunque ella misma reconoce que es parte de su carácter e incluso de su encanto lo de divagar, tomar indecisiones, mentir constantemente o, como ella dice "cosía la verdad con hilos de mentira"

La narradora nos traslada a losl escenarios de su juventud durante los años ochenta en Madrid, "en algún autobús de la Universitaria, en el entierro de Tierno Galván, en conciertos de los de encender mechero, haciendo cola en los Alphaville, en la manifestación anti-OTAN, en Chicote"; las acompañamos por muchos bares de Madrid, rodeada de música, incluso escribió canciones que nunca llego a grabar. En la actualidad Águeda ronda los treinta años, trabaja en un archivo y fantasea con escribir una tesis, pero, como le pasa con casi todo, lo va dejando pasar. La reciente muerte de su madre le ha afectado bastante, la relación con su padre y su nueva familia es somera igual que con su abuelo ingresado en una residencia. Vive con Tomás, aunque tiene claro que esa relación no va a ninguna parte.

Sin que ocurra nada verdaderamente importante en la historia, seguimos a la protagonista en sus reflexiones, sus relaciones familiares y amorosas, su modo de moverse en el mundo y tratar de encontrar su camino y el sentido a su vida sin acabar de encontrarlo. Salgo de esta lectura, eso también es cierto, cargada de nostalgia de aquellos tiempos de cabinas telefónicas, diccionarios en papel y calculadoras, de cartas manuscritas, contestadores automáticos, el mundo que conocimos los que crecimos antes de esta era digital, cuando las relaciones de cualquier tipo eran más lentas pero también más directas y seguramente más profundas.

sábado, 6 de julio de 2024

Delito

La imagen con la que arranca "Delito", esta nueva novela de la periodista Carme Chaparro, es ciertamente impactante: un 2 de junio, a las diez y cuarenta y dos minutos de la noche, diez personas se precipitan al mismo tiempo desde el séptimo piso de un hotel en la Plaza de España de Madrid. Delito es el nombre del personaje bajo el que el forense Santi Munárriz se traviste una noche a la semana para escapar de su realidad y dar riendas suelta a su lado más salvaje. Santo es un hombre extremadamente inteligente, un excelente profesional, pero también acosado por sus muchas obsesiones y si conducción sexual.

Al mismo tiempo que ocurre el suicidio colectivo, está de regreso en Madrid Berta Gigliani, una antigua reportera de sucesos muy popular en la televisión a nivel nacional que huyó del país hace once años escapando de un escándalo que amenazaba su reputación y su vida. Ahora, tras el fallecimiento de su madre, debe encontrar a su hermano recién salido de la cárcel y tratar de recomponer el pasado.

La novela se desarrolla a base de diálogos ágiles con lenguaje fresco, muy real, muy de la calle. Reconozco que la lectura me ha resultado extremadamente ágil, me la he bebido en unos pocos días y aunque hacia el final la historia se vuelve algo truculenta con escenas bastante morbosas, creo que si se enfrentan con ánimo de disfrutar de un thriller vertiginoso sin entrar a analizar la veracidad de cada detalle, es una opción óptima como lectura de evasión. Esto no quita para que la autora nos ponga en el punto de mira algunos de los asuntos más desagradables de nuestra sociedad como son el turismo de tragedias, el modo en que algunos medios de comunicación exprimen las desgracias ajenas por hacerse con la audiencia y copar el prime time, o los tertulianos que sientan cátedra opinando sobre cualquier asunto de actualidad. Pero también hay una mirada positiva hacia otros aspectos como el programa nacional de donaciones de órganos o la profesionalidad de los médicos de la sanidad pública. El resultado es una novela fresca, dinámica y emocionante que sirve perfectamente como lectura veraniega.

sábado, 30 de septiembre de 2023

Mujeres que compran flores

"Mujeres que compran flores", novela de Vanessa Montfort, es uno de los muchos títulos que me traje anotados tras la lectura de "La libreria sulla collina" en la que cada capítulo se cerraba con los pedidos diarios de libros que la libreria recibía a través de Internet. Éste era uno de los títulos que más se repetían en dichos pedidos, lo que despertó mi curiosidad por descubrirla. 

Aunque la obra tiene bastante de novela coral, hay un personaje central en torno al que gira el argumento y que es, además, la narradora de la historia. Marina tiene cuarenta años y tiene que redescubirse en su nueva vida en la que ya no es una mitad de otro sino una mujer nueva completa; ha perdido a su pareja y cree que nunca aprenderá a vivir sola. Cuando se muda a una nueva casa en el centro de Madrid, en pleno barrio de las Letras durante un asfixiante verano, el destino la acercará a un grupo de mujeres con las que descubrirá que tiene mucho en común. Estas mujeres coinciden, por diversas razones, en la floristería Jardín del Ángel cuya propietaria, Olivia, cuenta con una fuerza arrebatadora y trata de apartar a Marina de su tristeza tras perder a su marido. La contrata como ayudante y la integra en su círculo de amigas. 

Cada una de las protagonistas de la novela encarna un tipo de mujer diferente, con una serie de peculiaridades, o incluso taras, en lo que se refiere a su forma de relacionarse con los hombres y de verse a sí mismas; está Gala, la que sólo busca relaciones superficiales que no le exijan compromisos; Aurora, sometida a un compañero de piso que vive de ella, incapaz de valorarse a sí misma por su auténtica valía; Cassandra, triunfadora en lo profesional y demasiado segura e independiente como para no asustar a los hombres; Victoria que se exige al máximo en el trabajo, como madre y esposa y le frustra no llegar a todo pero aún así, considera que una aventura extramatrimonial es lo que le conviene para dar alegría a su vida. En el jardín de Olivia se reúne esta hermandad de mujeres que comparten sus problemas y se apoyan mutuamente en sus dificultades. Y todas ellas, aunque no lo reconozcan e incluso lo nieguen, lo que realmente desean es encontrar el verdadero amor, el que les proporcione la auténtica felicidad y comprenden que para ello deben lanzarse al vacío sin red de protección, permitir que el sentimiento prevalezca sobre la razón. 

Entre todas animan a Marina a tomar el timon de su vida, tanto figurada como literalmente, a embarcarse en el velero donde hasta ahora sólo había navegado como copiloto de su marido, igual que en su relación matrimonial, y atreverse a emprender una travesía por el Mediterráneo que será la manera de comenzar una nueva etapa vital, tomando sus propias decisiones y marcando su propio rumbo sin seguir indicaciones de otro ni vivir para los demás, sino para ella misma

"¿cuándo fue la última vez que hiciste algo por primera vez?"

El escenario que nos ofrece la autora es una versión idealizada del madrileño barrio de las Letras, lleno de acogedoras cafeterías, librerías, galerías de arte, teatros y toda la variedad de tiendas de barrio en pleno centro de la capital que le dan un ambiente de pueblo encantador por donde pasean actores y turistas, vecinos de toda la vida y bohemios e incluso algún arqueólogo de los que buscan los restos de Cervantes en el convento de las Trinitarias. 

Este es un ejemplo perfecto de novela feel good llena de frases positivas, plagada de ideas sacadas de cualquier manual de autoayuda sobre la fuerza de las mujeres y sus verdaderos potenciales ocultos que sólo necesitan el empuje de otras mujeres para brillar. Pero también hay que reconocer que cuenta con escenas divertidas, conversaciones con chispazos de ingenio y aunque los personajes casi resultan caricaturescos como modelos estereotipados que son, sirve como buen entretenimiento que resulta en una lectura liviana, positiva y que trata de la posibilidad de cumplir sueños, dar un giro radical a la vida y tomar el camino que nos lleve a la auténtica felicidad. Si buscas una lectura de este tipo, este libro no te defraudará. 

lunes, 26 de diciembre de 2022

Papel y tinta

En los últimos años han comenzado a proliferar en el género de novela histórica española las obras que nos trasladan a escenarios urbanos de finales del siglo XIX o inicios del XX con protagonistas femeninas que se enfrentan a las circunstancias históricas y sociales de su época tratando de definir un nuevo papel para las mujeres, que muestran interés por la política y el mundo que les rodea, con ambición por ampliar su ámbito laboral que se reducía al entrono doméstico y formar parte de manera activa de la nueva sociedad democrática y moderna que asomaba por el horizonte.

En esta línea se desarrolla en argumento de esta novela de María Reig, "Papel y tinta", cuya protagonista es Elisa Montero, una joven de humildes origen acogida por su madrina, Doña Manuela Montero, viuda de un acaudalado empresario afincado en Madrid. En aquellos primeros años del siglo XX, el recientemente creado barrio de Salamanca acoge la residencia de doña Manuela y cada vez más familias acomodadas que conforman el selecto ambiente en el que Elisa crece y se relaciona. Educada por la estricta señora Montero, si bien a nivel material lo ha tenido todo, Elisa siempre echará en falta sentir cercanía y afecto sincero por parte su madrina que la trata con frialdad y le impone desde bien joven rígidas reglas de comportamiento. Con el paso de los años, el gusto de Elisa por las letras y su interés por entender la política y los asuntos de actualidad harán nacer en ella el secreto deseo de convertirse en periodista, algo que su madrina no está dispuesta a aceptar al igual que su futuro marido que no concibe la necesidad de que su esposa desempeñe un trabajo fuera de su casa. Elisa tendrá que asumir el papel de un reportero masculino de nombre Pedro Liébana para poder ver publicados sus artículos en prensa, llegando a camuflarse tras un disfraz que le permite moverse con soltura entre los círculos periodísticos, las tertulias masculinas y codearse con otros periodistas entre los que conocerá al francés Olivier Pascal, que será su gran rival profesional. Elisa tratará de compaginar esta personalidad secreta con su papel de joven prometida y después esposa ejemplar dentro de la burguesía madrileña de la que forma parte, mientras se rebela contra el papel de las mujeres en la sociedad como meros objetos decorativos al lado de sus maridos a los que deben proporcionar una familia y constituir el reposo del guerrero. Pero por mucha pasión que sienta por la escritura, tampoco se atreve a romper definitivamente con los privilegios de los que disfruta, a abandonar la comodidad en la que se encuentra instalada y verse expulsada de su entorno social, abocada a ganarse la vida con su trabajo.

El escenario en el que se desarrolla la novela es el Madrid de principios de siglo, los círculos literarios y culturales, el agitado e inestable ambiente político durante el reinado de Alfonso XIII en el que el periodismo adquiere un papel primordial frente a una ciudadanía que cada vez requiere más y mejor información en torno a la guerra europea y los asuntos que afectan directamente a España y a sus territorios coloniales, la guerra de Marruecos, los crecientes problemas económicos, las huelgas, la instauración de la dictadura de Primo de Rivera y los crecientes conflictos que desembocarán en la instauración de la I República.

Estoy segura de que esta historia podría haberse contado en cien páginas menos, ya que muchas escenas resultan redundantes y hay momentos en los que el argumento no avanza sino que da vueltas sobre sí mismo. Pero también tiene aspectos muy positivos, destacando la fantástica ambientación que nos trasladan al momento histórico cuyo paisaje se enriquece por la aparición de numerosos personajes reales del mundo político, artístico y cultural de aquellos años y que hace que el viaje al pasado que nos ofrece esta novela sea una experiencia integral que se disfruta de principio a fin. 

viernes, 9 de diciembre de 2022

La bestia

El escenario en el que transcurre la novela que le valió el premio Planeta del pasado 2021 al trio de escritores que publican, ya sin ocultarse, bajo el nombre de Carmen Mola, es el Madrid mísero y superpoblado 1834, arrasado por una epidemia de cólera que extiende la muerte por la ciudad sin distinción de clases sociales, llevándose por delante a ricos y a pobres por igual. A esta tragedia se le suma la aparición de un misterioso asesino bautizado por el pueblo como "La Bestia" que mata y despedaza a sus víctimas, todas ellas niñas adolescentes procedente de los más humildes barrios de la ciudad, sembrando el terror entre la población ante este criminal del que ni siquiera se sabe si es humano o si se trata de algún tipo de animal salvaje o tal vez de un ser procedente directamente del infierno. Queda claro que "el año 1834 tiene un repertorio de desdichas inacabable."

Todo esto ocurre en medio de las luchas políticas que enfrentan a los carlistas contra los partidarios de la joven reina Isabel, mientras que el pueblo trata de señalar al culpable de la epidemia de cólera y apunta sus iras contra el clero a quienes acusan de propagar la enfermedad para debilitar a la población envenenando las fuentes públicas. Los curas, a su vez, culpan a las clases más miserables de la propagación de la enfermedad que no es sino un castigo divino por haberle dado la espalda a Dios.

A todo esto, sólo el periodista Diego Ruiz parece interesado en sacar a la luz las brutalidades de la Bestia y defender a sus víctimas, las niñas más desprotegidas de la ciudad, ayudado de su amigo Donoso, un antiguo guardia real en horas bajas. Entre estas clases más humildes vive Lucía, una chica que trata de lograr los medios para poder escapar de la ciudad con su pequeña hermana Clara y alejarse de tantos peligrosos y posibilidades de morir como les acechan en este Madrid tan violento y hostil. Cuando Clara desaparece, a todas luces a manos de la Bestia, Lucía la buscará adentrándose en peligrosas aventuras, aún a riesgo de su propia vida.

No quiero dejar de exponer algunas reflexiones sobre el revuelo causado por la revelación de la verdadera identidad de los escritores que, hasta la concesión del premio Planeta, se ocultaban tras el seudónimo de Carmen Mola. Me ha sorprendido mucho el enojo de algunas personas por el hecho de que, tras un nombre femenino, se ocultaran tres hombres. ¿No es acaso una buena noticia que, en lugar de que una mujer se deba parapetar tras un alias masculino para poder publicar, como fue lo habitual durante tanto tiempo, en este caso ocurra al revés?, ¿No prueba esto que en la actualidad firmar con nombre de mujer supone mayor garantía de alcanzar el  éxito editorial? ¿Resultará que aquellos que han disfrutado con la lectura de las anteriores novelas del trío de autores sin conocer su verdadera identidad vayan a renegar ahora de sus anteriores opiniones? Por mi parte, sólo puedo decir que ya había leído anteriormente algunas obras de dos de los componentes del trío de escritores, Jorge Díaz y Agustín Martínez, y que me parecieron novelas muy recomendables y que igualmente esta última escrita a tres manos me ha resultado enormemente entretenida, como las anteriores de Carmen Mola y que en absoluto me afecta conocer el verdadero nombre de los autores. Me ha resultado una lectura de lo más adictivo, con una acción imparable, un retrato cruel y duro del Madrid de la época y que, a pesar de la dureza de algunas escenas que resultan impactantes, me ha atrapado hasta la última página, con una buena combinación de acción trepidante y buena novela histórica. 

domingo, 5 de junio de 2022

Misericordia

Todos los especialistas sobre el tema coinciden en considerar a Benito Pérez Galdós comoel indiscutible maestro de la novela española del siglo XIX. En 2020 se cumplió el centenario de su fallecimiento y en aquel momento me propuse descubrir algunas de sus obras. Reconozco que solamente había leído "Miau" durante mis años de instituto y, dado que me imponen bastante los colosales Episodios Nacionales, he optado por una novela de más fácil lectura, aunque sólo sea por su extensión. "Misericordia" es un potente retrato del Madrid de la época de la Restauración monárquica protagonizado por Benigna, también conocida como Benina o Nina, la fiel sirvienta de doña Paca Juárez, dama de origen ilustre pero caída en desgracia y abocada a la ruina. Tan buen corazón tiene la Benina que, después de haber empeñado y malvendido su señora sus valiosas posesiones y careciendo de medios para mantenerse a ella misma, la criada decide ponerse a mendigar para ayudar a la economía doméstica, ocultándole además su nueva actividad a doña Paca, cuya pobreza vergonzante le impide salir ella misma de casa a buscarse el sustento así que, con la excusa de ocupar las mañanas empleada en casa de un imaginario clérigo de nombre don Romualdo, cada día la mucama se une al ejército de mendigos que ocupan las puertas de la céntrica parroquia madrileña de San Sebastián. A las escasas limosnas recibidas se le suman los prestamos y las compras a fiado, e incluso de encantamientos que atraen la riqueza se vale la buen de Benina para tratar de hacerse con los escasos dineros que le permitan mantener a su señora,  a sus desagradecidos hijos e incluso a un caballero arruinado, familiar lejano de aquella, así como ayudar a su compañero en las tareas de la mendicidad, el africano Almudena.

La novela nos ofrece un vivido retrato del momento histórico en el que se sitúa la acción así como de las clases sociales que poblaban la capital durante aquellos tiempos, desde los mendigos quasi profesionales a la burguesía venida a menos. Expresiones y dichos populares, referencias a asuntos políticos, problemas en la economía nacional, el pan que sube, la Bolsa que baja, los conflictos sociales, las desigualdades, el desencanto del pueblo, son todos elementos que sirven para dotar de enorme realismo al relato que desnuda las miseria de las clases populares y de aquellos otros caídos en desgracia tras haber conocido tiempos más boyantes.

"Y cuando se cree una que es el acabose de la pobreza, resulta que hay otros más miserables, porque una se echa a la calle, y pide, y le dan, y come, y con medio panecillo se alimenta… Pero estos que juntan la vergüenza con la gana de comer y son delicados y medrosicos para pedir; estos que tuvieron posibles y educación y no quieren rebajarse… ¡Dios mío, qué desgraciados son!"

Galdós es reconocido como el genio de la novela naturalista por su manejo del relato, su retrato realista del país en el que vivió él mismo y en el que se mueven también sus protagonistas. Combina el escenario histórico y el entorno social con los avatares vitales de los personajes, a base de detalladas descripciones, el uso de abundantes adjetivos que hurgan en lo más profundo, tanto de los caracteres de los numerosos personajes que transitan por el relato, como de los lugares que estos frecuentan: las malolientes calles, los humildes alojamientos, los descampados que rodean la ciudad, las iglesias y los figones. Todo eso cobra vida gracias a la pluma privilegiada del gran autor canario que no en vano se ha convertido en una figura inmortal de la Literatura nacional y universal.

lunes, 18 de abril de 2022

El buen padre

Todos los hilos de "El buen padre", esta trepidante novela de Santiago Díaz, se ponen en marcha al mismo tiempo. La acción se inicia con el descubrimiento del cadáver de una mujer dentro de una maleta que aparece flotando en el estanque del Retiro; el marido de la fallecida y su joven amante son, lógicamente, los primeros sospechosos. Al mismo tiempo, otras tres personas, un abogado, una jueza y una chica joven, son secuestradas a la vez en diferentes lugares. Un anciano llamado Ramon Fonseca se entrega a la policía declarándose responsable de dichos secuestros y exige que sea la inspectora Indira Ramos la que se ocupe del caso y descubra quién asesinó realmente a su nuera, Andrea Montero, crimen por el que su hijo Gonzalo se encuentra actualmente en la cárcel. De no resolver el caso en el breve plazo que el anciano marca, los secuestrados irán muriendo uno tras otro. 

La inspectora Indira Ramos, protagonista de la novela, es uno de esos personajes peculiares que últimamente abundan en las novelas policiacas: diagnosticada con trastorno obsesivo compulsivo, ve suciedad, bacterias y desorden por todas partes, lo que no le ayuda a la hora de establecer relaciones sociales. Por otro lado, tampoco goza de ninguna simpatía entre sus compañeros ni subordinados tras haber denunciado a otro policía por saltarse las normas, algo inconcebible para su cuadriculada mentalidad y su extremada honestidad, según las cuales todo debe seguir una lógica y someterse a las reglas.

Se dice que un padre haría cualquier cosa por un hijo, pero el macabro plan que organiza Ramón Fonseca para lograr que se reabra el caso de su hijo, es algo fuera de serie. La trama nos llevará por las mafias carcelaria de rumanos y colombianos, incluso la tenible 'Ndrangheta calabresa tiene su parte en esta historia, pero además asistiremos a sucios asuntos de tramas urbanísticas, prostitución de lujo y todo un variopinto surtido de delitos de diferente calibre a los que se enfrenta la inspectora Ramos y su equipo policial en una carrera contra reloj para salvar a los tres secuestrados y además descubrir al verdadero culpable de la muerte de Andrea Montero.

El ritmo es absolutamente frenético de principio a fin. Las tramas se van entrecruzando y surgen nuevos personajes que van complicando el argumento. A base de capítulos bastante cortos de los de "leo solo uno más y ya paro" el libro se devora en nada de tiempo, lo que dice mucho a favor de esta primera novela de la serie protagonizada por la inspectora Ramos, que esperamos que mantenga el mismo nivel en las siguientes entregas.

sábado, 27 de febrero de 2021

Rey blanco

Llega con 'Rey blanco" la conclusión de la trilogía de la Reina Roja de Juan Gómez-Jurado. Se repite nuevamente (por suerte) en esta entrega la receta de las anteriores: la acción trepidante, el humor ingenioso e inteligente, un ritmo frenético de principio a fin, elementos todos estos que ya hacen reconocible cualquier novela del autor. La inteligencia de Antonia Scott y su desconexión del mundo real frente a la sensatez y el sentido común del entrañable Jon Gutiérrez los convierte necesariamente en una pareja de éxito, como el yin y el yan que se complementan a la perfección, que pueden confiar a ojos cerrados en el otro, que se apoyan mutuamente. Más todavía ahora que la vida de Jon está en las manos de Antonia.

La acción del relato viene reforzada por el ágil estilo de frases cortas, impactantes diálogos absolutamente creíbles ya que los personajes hablan como la gente de verdad, a lo que se unen sus latiguillos, esas frases que se repiten como mantras y que acompañan a los protagonistas a todo lo largo del libro y que acentúan su personalidad y casi esperamos oírlos pronunciar en el momento clave. 

No me ha dado tiempo a plantearme si es posible que exista realmente algo semejante a la estructura de las Reinas Rojas a lo largo de todos los países europeos, si es creíble que algo tan grande permanezca oculto a la vista de todos y que actúen al margen de todas las leyes y controles. Tal vez si, tal vez no, pero casi que no me importa la verosimilitud de la organización; el frenesí de la historia que nos cuentan nos arrastra, las escenas están tan bien diseñadas, llenas de riesgos, disparos, sangre a raudales y rematadas además con el comentario más certero e irónico, que puedes dejar de lado la parte racional que trata de justificar el hecho de que Antonia y Jon puedan pasearse por Madrid pegando tiros y recibiéndolos también, destrozando cochazos, corriendo contra el reloj para resolver casos antiguos y otros por suceder, con una bomba pegada literalmente a su espalda y tratando de complacer a un loco irracional que pone a prueba sus capacidades. Puro disfrute y evasión, en definitiva. Como le he leído alguna vez decir a Gómez-Jurado, probablemente no va ganar nunca un Nobel de Literatura, pero qué buenos ratos nos haces pasar, cari.

martes, 26 de enero de 2021

A corazón abierto

Hasta ahora no había leído demasiado de Elvira Lindo tan sólo la novela "Una palabra tuya" hace ya bastantes años y más recientemente "Lugares que no quiero compartir con nadie" que me gustó muchísimo, aparte de muchos de sus artículos periodísticos, de ahí que tenía ganas de descubrir este "A corazón abierto", una obra biográfica centrada en la figura de sus padres pero que también tiene mucho de autobiográfico porque, al fin y al cabo, es la historia de toda una familia que abarca desde los primeros años de vida del padre hasta la actualidad y en la que la vida de la propia autora tiene mucho peso. Una de las cosas que más me han sorprendido de esta lectura es la capacidad que la Lindo tiene para contar episodios terribles incluyendo muchas escenas que no dejan en buen lugar a sus protagonistas pero haciéndolo sin asomo de crueldad ni maldad, sino con mucho cariño, incluso con ternura, reconociendo llanamente los defectos propios y ajenos de los diferentes miembros de esta familia nómada que cambia constantemente de domicilio siguiendo los múltiples destinos profesionales del padre, hombre enormemente dominante siempre enamorado de su adorada esposa, mujer frágil y enfermiza y unos hermanos entre los que se entabla la relación habitual en cualquier familia numerosa que oscila entre las peleas furibundas y el amor incondicional. Todos los personajes son intensos, potentes, retratados con crudeza pero también con pasión y sinceridad.

El centro del relato lo ocupa el padre, tal y como acostumbraba a hacer durante su propia vida. Y a pesar de todo lo que de él nos cuentan, es imposible no sentir compasión por ese hombre que se nos presenta al inicio del libro como un enfermo y derrotado, vestido con un camisón de hospital en sus últimos días. Más aún cuando conocemos su infancia solitaria, criado sin amor por una tía despreocupada y una madre, la temible abuela Doña Sagrario, que se encuentra en el punto más alejado posible de la idea de una madre o abuela cariñosa o preocupada por los suyos. Todo esto suma para que seamos capaces de perdonarle al padre sus faltas, su carácter duro y sus maneras toscas. "Yo no sé cómo no querer a mi padre. Ella me enseñó a quererlo por encima de todo."

Pero junto a la historia de los padres encontramos el relato de los años de la infancia de la propia autora y más tarde su juventud y edad adulta. Unos años retratados con sinceridad y ternura, incluyendo miedos, traumas, experiencias y descubrimientos contados con el tono inocente y divertido de una niña de imaginación desbordante que observa atenta, aunque sin entenderlo demasiado, el mundo de sus mayores. La niña se convierte en adolescente rebelde que busca su propia personalidad como individuo fuera de la sombra de su familia. Sólo ahora, reflexionando sobre aquellos años con la mentalidad de una adulta es capaz de racionalizar mucho de la forma de ser y actuar tanto de su madre a la que no deja de admirar y añorar como de aquel padre que volcó sus miedos y sus carencias nunca reconocidos en sus hijos y su mujer, dirigiendo la familia con mano de hierro, tal y como le habían enseñado a querer; un hombre obsesivo, autoritario y justiciero, pero para quien su familia siempre fue el centro de su vida.

"Yo he tenido siempre desde pequeña un Niño Jesús de escayola en el cabecero, pero mi madre me dejó descolgarlo para poner el póster de Mark Spitz que te daban con Lily Revista Femenina. Mark está con el pecho desnudo porque es nadador olímpico y sus siete medallas de oro puro refulgen en la oscuridad. Lo veo sonreír con la luz que entra de la farola. He comprobado que, esté donde esté de la habitación él me mira fijamente. He llegado a meterme debajo de la cama y al sacar la cabeza por sorpresa, ahí estaba, mirándome. Cuando voy a entrar en el cuarto siento que me está esperando. A mí me gustaría casarme con Mark Spitz en cuanto me sea posible, pero no se lo he dicho a mi padre, porque él se opondría, él siempre me dice que yo tengo que quedarme soltera y ser su secretaria. Me presionan mucho.

viernes, 11 de septiembre de 2020

La nena

Por fin encontré el momento para disfrutar de la conclusión de la trilogía protagonizada por la inspectora Elena Blanco y su equipo de policías, obra de la misteriosa escritora de identidad desconocida Carmen Mola y uno de los más exitosos fenómenos editoriales de los últimos años en nuestro país y, porqué no decirlo, uno de los más merecedores de dicho éxito, vista la voracidad con la que sus entregados lectores hemos devorado y recomendado cada una de sus entregas. En "La nena", última novela de la serie, una vez que Elena Blanco ha abandonado la Brigada de análisis de casos tras el dramático desenlace de la última investigación a la que se dedicaron y en la que la inspectora recuperó a su hijo, al que venía buscando desde hacía tantos años, para volver a perderlo de manera trágica y definitiva, el equipo continúa trabajando bajo la dirección provisional de Chesca y añadiendo a su nómina un nuevo fichaje: la joven agente Reyes Rentero, sobrina del comisario jefe, aunque deseosa de hacerse valer por sí misma al margen de la etiqueta de enchufada con la que aterriza en la brigada. Nada más comenzar la novela, Chesca cae en una trampa y es secuestrada por un peculiar individuo. La brigada en pleno inicia de inmediato su búsqueda, lo que llevará a poner al descubierto la vida personal de la compañera secuestrada, su pasado y los secretos que trataba de ocultar. Elena Blanco no podrá evitar involucrarse en esta misión, a pesar de encontrarse apartada de la policía, dedicada ahora a labores de beneficencia y demás actos sociales, para regocijo por fin de su madre. En su regreso de lleno a la tarea policial, Elena deberá asumir que Zárate, con quién mantuvo un complicado romance, había iniciado una nueva relación con Chesca, lo que en ocasiones puede interferir en la manera en que ambos encaren esta investigación. Según esta avance, irán descubriendo una serie de asuntos sobre los que Chesca estaba realizando investigaciones personales en paralelo a los procedimientos oficiales, lo que provoca en el equipo una mezcla de interés profesional junto con la pura curiosidad personal por conocer estos aspectos más ocultos de la vida privada de la compañera desaparecida.

La novela nuevamente, como ocurría con sus predecesoras, es un frenesí continuo desde la primera página hasta la conclusión, con una acción trepidante organizada a base de capítulos cortos que enganchan de tal modo que te obligan a seguir adelante pasando páginas sin parar, aún a pesar de la abundancia de escenas violentas y personajes sórdidos y absolutamente desagradables que abundan en la historia. Lo cierto es que la autora sabe combinar a la perfección las escenas más emocionantes con los profundos retratos de los personajes en los que se nos muestran sus preocupaciones, problemas y más profundos sentimientos de tal modo que es difícil dejar reposar la novela y prueba de ello es que yo misma, que no soy una lectura especialmente veloz, me la he liquidado en apenas tres días. La pena es que no se prevé que la serie continúe, aunque siempre podemos confiar en que la cabeza pensante que se oculta tras esta saga ya tenga en marcha alguna otra obra capaz de hacemos vibrar de igual modo. ¡Ojalá!

viernes, 17 de julio de 2020

La red púrpura

Nos encontramos en estos tiempos en unos momentos bastante comprometidos para los lectores de novela policíaca. Partiendo del hecho de que el género atraviesa una época de esplendor por la cantidad y calidad de los títulos publicados, también es verdad que cualquiera puede comprobar que ya no se lleva lo de publicar una novela con un caso de investigación autoconclusivo con el que disfrutar unos días de emocionante lectura y, una vez finalizada, despedirse de ella con un agradecido " a otra cosa, mariposa" y pasar a otra lectura como si tal cosa. Ahora esto es cada vez menos posible dada a la tendencia mayoritaria a que todos los éxitos editoriales de este género se organicen en series, como poco en trilogías y esto, que no es que sea algo malo en sí, pero es cierto que obliga a los lectores de alguna manera a engancharse a la serie, quieras o no; los finales generalmente abiertos te amarran al yugo de la obligación de continuar con la historia, de no perderte ninguna entrega porque los argumentos se entremezclan unos con otros y se encuentra uno así fidelizado de manera involuntaria y obligado a no perderse el nuevo caso o la continuación de la saga, a veces sin saber durante cuánto tiempo.

En "La red púrpura" Carmen Mola retoma el argumento de su historia en el punto exacto donde dejamos a la inspectora Elena Blanco y su equipo de agentes de la BAC (Brigada de Análisis de Casos) al finalizar la anterior novela, "La novia gitana". Han pasado pocos meses y el equipo investiga sobrelsobre esta Red Púrpura, una trama de negocios de lo más turbio que, amparados por el anonimato de internet y de la dark web, aquellos lugares de la red no accesibles para cualquiera, manejan asuntos de la más ilegal, inmoral y violenta categoría que se pueda imaginar, desde pornografía a apuestas, comercio de drogas o de cualquier material, servicio o sustancia imaginable, los ciberdelincuentes campan a sus anchas por lado más oscuro de internet. Allí es donde el equipo trata de localizar a los responsables de este grupo que se dedica a retransmitir  en directo desde crueles torturas hasta peleas a muerte, aceptando apuestas y manejando ingentes cantidades de dinero.

La inspectora Blanco, responsable del equipo de investigación, ha dejado todo de lado y vive sólo para su trabajo: no tiene vida privada ni amigos, sólo sus ligues de una noche, sus lingotazos de grappa y el desahogo de alguna noche en el karaoke cantando clásicos italianos. Sus compañeros de la brigada no llevan nada bien esa entrega absoluta que exige también a los que trabajan a su lado. Y es que para Elena, el resolver este caso es vital ya que sabe que probablemente este sea el único camino que le lleve a recuperar a su hijo, secuestrado hace ocho años precisamente por la gente a la que ahora persigue. Sin embargo, resolver el caso también conlleva un riesgo; la inspectora evita pararse mucho a pensar en el tipo de monstruo en el que se habrá convertido su hijo tras estos años integrado como un miembro más de la Red Púrpura, pero sabe que no parará hasta encontrarlo para cerrar definitivamente la herida que le va arrancando la vida año tras año.

No queda más remedio que ponernos en breve con la tercera entrega para descubrir hacia dónde les llevará el destino a los personajes de esta serie, si continúan trabajando en investigación policial, luchando contra el mal o si se habrán retirado de la primera fila y se limitan a poner multas de tráfico o a regar los geranios del balcón, tras tantos años librando batallas en el equipo más selecto de la policía española. Lo dicho: a seguir con la serie para saber más.

domingo, 20 de octubre de 2019

El hombre que inventó Madrid

En "El hombre que inventó Madrid" he descubierto, de la mano de Javier Puebla, la figura de José de Salamanca, un astuto hombre de negocios muy bien relacionado con empresarios, banqueros e incluso con la reina regente Maria Cristina y con su hija, la reina Isabel II, después. Salamanca navega con arrojo y generalmente con éxito por los procelosos mares de las finanzas, la política y la vida social de la primera mitad siglo XIX español. Entre sus principales proyectos destaca el  impulso a la llegada del ferrocarril al país además de aprovechar sus contactos para obtener importantes beneficios en la Bolsa, aunque no siempre juegue limpio para conseguirlo. Pero su gran proyecto, el que lo hará inmortal, será el de convertir a Madrid en una gran ciudad al nivel de las capitales europeas, diseñando el elegante barrio que llevará su nombre y que prácticamente acabe llevándole a la ruina.

El principal valor de la novela estriba en el fabuloso retrato que nos presenta de la más que convulsa época de la reina Isabel II con sus complejos conflictos políticos, con su continuo baile de presidentes de Gobierno y ministros, el papel del Ejército siempre amenazando con hacerse con el poder, sin obviar los lances románticos de la joven reina que se deja llevar por sus deseos más que por la razón de Estado. Los "secundarios" que pueblan las páginas de la novela tampoco tienen desperdicio ya que entre los rivales de Salamanca se encontrarán personajes del peso de los generales Narváez o Serrano y entre sus aliados se cuentan los banqueros Buschenthal o Rothschild, así como algunas figuras relevantes de la vida madrileña como el hostelero Lhardy o personalidades de las letras universales como el insigne Alejandro Dumas, pasando por el papa Pío IX e incluso Eugenia de Montijo, emperatriz de Francia.

En mi opinión, la lectura adolece de cierta debilidad en el ritmo narrativo: algunas escenas se demoran demasiado mientras que otros episodios se resuelven a toda prisa dejándonos con ganas de profundizar en determinados episodios como pueden ser los primeros años de vida del protagonista que apenas se mencionan. Pero, en conclusión, la novela supone un entretenido acercamiento a una época histórica fascinante de la mano de uno de sus protagonistas, un hombre que hasta este momento era un completo desconocido para mí pero que puedo asegurar que es un personaje digno de descubrir.

miércoles, 22 de noviembre de 2017

El pintor de Flandes

Paul van Dyck se ha criado en casa de la familia del famoso pintor flamenco Anton van Dyck como un hermano más, pero sabe que su origen es otro, él sospecha y anhela que su padre sea el gran maestro Rubens en cuyo taller de pintura trabaja. A pesar de su talento y esfuerzos no logra brillar como cree que merece, por lo que cuando se le presenta la oportunidad de viajar a Madrid para trabajar a las órdenes del conde de Villamediana, personaje cercano a la Corte de Felipe IV, ve en ello una posibilidad de brillar en la capital más poderosa de Europa y cree que su trabajo le posibilitará convertirse en pintor al servicio del rey, pero el trabajo que se le encarga es, además de monumental, una tarea secreta que en ningún caso debe de ser revelado fuera de los muros del palacio del conde.

En "El pintor de Flandes" Rosa Ribas nos presenta el Madrid de 1622, la ciudad sucia y embarrada de casuchas desordenadas y monasterios descomunales, plagada de mendigos y delincuentes, donde los nobles se enzarzan en constantes luchas de poder, situados en bandos a favor o en contra del poderoso valido, el conde de Olivares y tratando de obtener el favor del rey adolescente y voluble. El joven flamenco descubrirá, de la mano de Fernando, secretario del conde, la realidad de una ciudad llena de intrigas que él tendrá que plasmar en su gran cuadro según las indicaciones de su mecenas que le hará retratar a las principales personalidades del momento en la escena del festín alegórico en el que se presenta la cabeza cortada de Juan el Bautista. Todo el que es alguien en la sociedad de la época aparecerá retratado a manos del pintor que demostrará a través de este encargo su gran maestría, lo que le permitirá pasar de ser un artesano manual a ser reconocido como un verdadero artista.

El libro nos presenta un vívido retrato de la España del Siglo de Oro a través de un cuadro que claramente, existe y se exhibe en el museo del Prado de Madrid, si bien su autoría está asignada al pintor de origen polaco Bartolomé Strobel "el joven", ya que la figura del bastardo de Rubens es una creación de la autora, pero es una historia creíble y muy bien contada con la que se disfruta del mundo del arte y de la política de la época retratada.

"La degollación de San Juan Bautista y el banquete de Herodes" Museo del Prado de Madrid

jueves, 27 de agosto de 2015

El año sin verano


Para despedir este mes de Agosto que ya finaliza, traigo aquí una lectura muy propia de la temporada, no sólo por su título sino por su argumento y ubicación temporal. "El año sin verano", del periodista de televisión y recién estrenado escritor Carlos del Amor, es una novela que tiene muchas cosas positivas que señalarle, para empezar, su lenguaje sencillo y directo, con el tono  natural de un amigo que nos cuenta una historia que realmente le ha ocurrido. Se le nota al autor que tiene soltura con la palabra, aunque en ocasiones resulte demasiado conciso, tal vez, como si quisiera contarnos muchas cosas sin que le podamos culpar de estar enrollándose demasiado, sin querer extenderse de más, cosa que podía haber hecho en alguna ocasión. Gracias a esa frescura tenemos la sensación de que el autor le habla directamente al lector, que nos participa de sus vivencias en aquel verano en que pretendía escribir una novela y que, sin quererlo, se enredó en las vidas de sus vecinos de edificio. 

El arranque del argumento es una fantasía recurrente de todo el mundo, esto es: qué haríamos nosotros si un día se nos permitiera curiosear en la vida de nuestros vecinos, si nos encontráramos en la situación de poder entrar en las casas de quienes comparten con nosotros ascensor y poco más que un saludo cortés al cruzarnos en el portal y descubrir qué secretos esconden tras sus puertas. Esto le ocurre al protagonista de la novela, un escritor que pasa el verano en Madrid tratando de sacar adelante una novela, pero que se embarca en una aventura que le distrae de su objetivo principal. Se congregan así en el relato un buen puñado de personajes a cuyas casas y por consiguiente a cuyas vidas va asomándose el escritor descubriendo dramas y mentiras, pasiones y secretos que durante años han permanecido ocultos. Llevado por la curiosidad el protagonista tratará de reconstruir el pasado de una historia de amor con final trágico y que le llevará a un final que no esperaba. 

He disfrutado mucho con el juego literario en el que nos embarca Carlos del Amor que mezcla con mucha soltura realidad y ficción, donde los datos reales de la vida o el trabajo en la televisión del protagonista de la novela se asemejan sospechosamente a los del propio autor, de modo que nunca sabremos en qué punto exacto se separan la ficción de la biografía. O al menos esa es la impresión que nos queda al leerlo. No diría que es una novela redonda, flojea algo en los diálogos que a veces suenan forzados, me gusta mucho más cuando se centra en la narración o el monólogo que cuando pone a conversar a los personajes. También le echaría en cara el que después de habernos presentado muchas historias de numerosos vecinos acabe centrándose sólo en una sola de ellas, me parece que se queda sin entrar en profundidad en otras historias que merecerían ser conocidas más a fondo, además de que el final resulte un tanto apresurado. Supongo que le ocurre que ha tratado de seguir el consejo de uno de los personajes que le recomienda al escritor protagonista no complicarse demasiado en la trama de su próxima novela:
"No sé, tanta historia cruzada, uno que entra, otro que sale. (...) La gente quiere historias más sencillas, no líes tanto la madeja que nos lías. Espero que tu nuevo libro no esté lleno de cruces"
A pesar de ello está claro que es un autor al que no descarto seguir la pista porque tiene muchas historias que contar y buena pluma para hacerlo,quizás si se lo toma con más calma la próxima vez, sin miedo a ocupar más páginas de las que en principio tuviera planeadas, pueda ofrecernos más de una buena novela.

lunes, 20 de abril de 2015

El corazón helado

Hacía muchos años que no leía nada de Almudena Grandes, a pesar de que no hay una sola de sus novelas que no venga acompañada de un enorme éxito de crítica y público, como dirían las crónicas antiguas. Y lo cierto es que el recuerdo que tenía de su escritura, tanto por "Atlas de geografía humana" como por "Los aires difíciles" era muy bueno, pero así y todo he tardado bastante tiempo en reencontrarme con ella a través de esta novela, "El corazón helado", una novela con trasfondo en la Historia reciente de España a través de varias décadas y llegando hasta nuestros días, enlazando en la trama las vivencias de dos familias en una historia que proviene de la Guerra civil que cada una vivió en un bando: los Carrión que se situaron en el lado de los que la ganaron y prosperaron posteriormente y los Fernández, que la perdieron, tuvieron que exiliarse y sólo a la muerte de Franco regresaron a su país, si bien con con la amargura de los años perdidos y de las injusticias padecidas. Los descendientes de aquellos padres viven ahora en un país que no distingue ya bandos ni sufre represalias de ningún tipo, pero las afrentas personales sufridas en el pasado, no puede dejar de marcar sus relaciones personales, de pesar sobre sus sentimientos hacia aquellos que una vez fueron los enemigos. Las dos tramas temporales se desarrollan en distintos escenarios, Somosierra, París, el frente ruso, la España de la posguerra y la sociedad actual, pero fundamentalmente Madrid, tanto en época de guerra como en el tiempo presente la autora se pasea por su ciudad y la retrata con gran viveza, la disfruta y la exprime como si de un personaje más se tratara. Las historias familiares, de amistad, amor y también de enfrentamiento y odio se entrelazan en una novela extensa pero que no se hace larga, con constantes idas y venidas entre distintos momentos del pasado al presente en los que los lazos familiares, las venganzas y las cuentas sin cerrar continúan cruzando los caminos de las dos familias donde los secretos y las mentiras del pasado llegan hasta hoy día, hasta la pasión entre Raquel y Álvaro que no pueden sustraerse de lo que sesenta años antes ocurrió en su país.

Sí es cierto, y creo que no puedo dejar de mencionarlo, que el relato está fuertemente marcado por la ideología de la autora: el retrato de las familias protagonistas es el retrato de las dos Españas que se enfrentaron en la Guerra Civil, una división que sería deseable que, a estas alturas del siglo, estuviera resuelta pero en la que Almudena Grandes toma partido definitivamente por los republicanos dignos, buenos y valientes frente a los nacionales "inmorales, sin dignidad ni corazón" aprovechados, ventajistas, indignos, crueles, miserables y oportunistas, mientras que se mantiene una defensa acérrima de las acciones de la izquierda de las que sólo llega a mencionar en algún momento que se dieron "crímenes individuales y espontáneos de la zona republicana". Y esto se manifiesta en las acciones y las actitudes de los personajes, no sólo de los que participaron en la guerra, sino incluso de sus descendientes. No puedo evitar mis dudas sobre la afirmación de que solo hubo personas decentes en el lado de los republicanos, no es posible que eso haya sido así y menos aún continuar hoy juzgando a las personas por el bando en el que lucharon sus abuelos, arrastrando los enfrentamientos, los rencores o las venganzas de generación en generación.

Al margen de esta escora ideológica evidente, que si bien no me sorprende conociendo como conozco previamente a la autora y su pensamiento, sí que me ha estorbado en ocasiones en lo que se refiere al fondo, nunca a la forma de la novela, no puedo dejar de reconocer que el resultado es literariamente impecable. Ha sido un placer reencontrarme con el estilo narrativo de Almudena Grandes, con la riqueza y la generosidad de su prosa que no racanea las palabras que brotan abundantes, incansables, componiendo frases largas, completas, llenas de adjetivos adecuados, de descripciones certeras, que transmiten pensamientos que nacen y giran y extienden sus ramas hacia otras ideas y nuevas frases, que cuentan y recuentan, recuerdan y reviven, se enlazan unas con otras y arrastran al lector en una experiencia gozosa de lectura. Y es que es un auténtico placer adentrarse en el estilo narrativo de la autora de la que destaca la construcción de sus personajes llenos de matices, de luces y sombras, personas de a pie que resultan siempre creíbles, unos personajes que llegan a superar al propio argumento que no deja de ser rico y evocador, que nos hace revivir los distintos escenarios y épocas que retrata. Una novelista magnífica, sin duda, Almudena Grandes capaz de crear todo un universo, transportarnos en el tiempo y hacernos vivir otras vidas a través de su escritura.

lunes, 13 de octubre de 2014

Me hallará la muerte

Hacía mucho tiempo que no leía nada de Juan Manuel de Prada de quien guardaba buen recuerdo, aunque ya algo difuso, de libros anteriores. Con esta última novela "Me hallará la muerte" me he reencontrado con su estilo rico e intensamente descriptivo, con su sorprendente adjetivación y con su forma de escribir que podríamos decir que se encuentra en las antípodas del minimalismo.

En el libro que nos ocupa, el protagonista, Antonio Expósito, es un joven sin oficio, familia ni futuro, un maleante de medio pelo que malvive en el Madrid de los crudos años de la posguerra del trapicheo, el hurto y demás triquiñuelas. Cuando su último golpe fracasa y acaba matando a un hombre, Antonio se ve obligado a huir y no se le ocurre mejor opción que alistarse para luchar en la División Azul y marchar al frente ruso en plena guerra mundial. Allí encontrará a tantos otros jóvenes que se han alistado como él, para huir de una condena o de una vida mísera, razones mucho más prosaicas, sin duda, que el patriotismo y el fanatismo ideológico de los que les arengan a luchar contra el comunismo sin moverse de sus cómodos sillones; todos ellos huyen hacia la guerra, a expiar sus culpas bajo la promesa de que “un valiente no le debe nada a nadie”. Allí, en el campo de batalla, tratarán de obtener una gloria que limpie su pasado y descubrirán un código de honor que no existe en la vida civil. En Rusia Antonio conocerá a Gabriel Mendoza, su oficial al mando, tal vez el único hombre íntegro y leal a sus ideales en muchos kilómetros a la redonda. Tras pasar enormes desgracias en la guerra y como prisionero de los rusos, Antonio regresará a España donde se debatirá entre asumir una nueva vida, una nueva identidad que promete ser brillante, o recuperar lo más preciado que abandonó al marchar: una mujer que aún le quita el sueño. No tardará en comprobar que cuando una mentira se pone en marcha es difícil de parar, crece como una bola de nieve arrastrando todo a su paso.

Destacar, como es habitual en el autor, el vocabulario riquísimo y cultivado que emplea a todo lo largo del relato, con numerosos vocablos y expresiones castizas y anticuadas, de jergas diversas y culturismos en ocasiones desfasados, pero que crean unas potentes imágenes con unas descripciones acertadísimas plagadas de metáforas que densifican la lectura, la cargan de matices, transmiten las sensaciones con más agudeza, llevándote a leer con algo más detenimiento, desviando en ocasiones la atención del fondo de lo que se lee a la forma en la que está escrito. Reconozco que me ha costado seguir adelante muchas veces, que no es una novela que se pueda leer a la ligera, que no es una lectura fácil, sino de las que requieren tiempo y dedicación. Y esa riqueza lo mismo puede resultar de agradecer por la calidad de la prosa que convertirse en una rémora que ralentice la lectura, dependerá seguramente del ánimo y el humor del lector y de lo que conecte con la historia y sus personajes.

Lo que sí logra De Prada es trasladarnos a los mismísimos paisajes fríos y desolados de Rusia que dibuja con sus crudas descripciones del campo de batalla y del ambiente desesperado de los que saben que están perdiendo la guerra y, para más inri, entregando sus vidas por una causa que no es la suya. El cuadro que realiza de la guerra es desgarrador, muestra la inutilidad de esta, el desperdicio de vidas que supone, la crueldad de las muertes en el campo de batalla. Abundan las escenas cargadas de deshumanización y odio también en los campos de prisioneros que se me han hecho muy complicadas de leer por su crudeza, al tiempo que me mantenían enganchada por su viveza y realismo. Por lo que se refiere a su retrato de la sociedad madrileña de los años de la posguerra, refleja un ambiente sofocante y sórdido, cargado de tristeza y miseria económica y moral. 
"una ciudad demasiado angosta para los sueños, demasiado aturdida de ambiciones y banalidad"
Una imagen crudamente realista y excesivamente pesimista y chusca de aquellos años de escasez y penurias, de supervivientes, maleantes y buscavidas, de hipocresía de los que sustituyen la ideología y los principios por el arribismo y la falsa moral. Demasiadas sombras y pocos elementos positivos en esta España que nos propone De Prada.

Una lectura, en fin, no apta para todos, no adecuada para quien busque una lectura de evasión y relajo pero sí para quien quiera disfrutar de una prosa riquísima, de una magnífica pluma que, por eso mismo, escarba demasiado hondo, tal vez, en la naturaleza de las personas. Un magnífico envoltorio para un contenido más bien triste con una visión excesivamente pesimista de la especie humana.

viernes, 20 de junio de 2014

La vida cuando era nuestra

Esta novela de Marian Izaguirre es un acertado ejemplo de eso que se suele llamar “libros sobre libros”: una novela en cuyo argumento se incluye otro libro que ocupa un lugar preeminente, una historia dentro de otra y una conexión entre ambos argumentos que entrelazan sus historias sin que podamos decidir cuál prevalece, cuál es el hilo principal y cuál está supeditado al otro. Así se estructura esta novela “La vida cuando era nuestra” que tan positivamente me ha sorprendido.

En lo que se refiere al argumento incialmente principal nos encontramos ante dos historias, por una parte la de una mujer madura, de origen inglés y de la que ni siquiera tenemos muy claro su verdadero nombre, en ocasiones se presenta como Alice, pero otros la llaman Rosa. De ella sabemos más bien poco, sólo que llegó a España durante la guerra civiel siguiendo a un amor y que ahora está sola y no lleva bien esa soledad; poco a poco nos  irá contando fragmentos de su vida al hilo de sus recuerdos que siempre le acompañan como fugaces fragmentos del pasado que rememora y le devuelven a los seres queridos a los que echa en falta y los lectores iremos poco a poco reconstruyendo ese pasado suyo y entendiendo qué es lo que le ata a Madrid. Por otro lado nos encontramos con un matrimonio que en los grises años 50, cuyo lóbrego ambiente social tan bien se retrata, regentan una pequeña librería que abrieron con lo que les quedó cuando la guerra les dejó sin su editorial y sin la vida tal y como la conocían antes, esa “vida cuando era nuestra” que da título a la novela. Matías y Lola, que así se llama la pareja, comparten vida y trabajo en su minúsculo y poco lucrativo negocio que básicamente se limita al material de oficina y a los libros de segunda mano, pero conservan el amor que un día les unió y los principios por los que vieron arruinada su vida cuando la guerra terminó.

Cuando Matías encuentra entre la última remesa de libros de segunda mano recibida una curiosa novela titulada “La chica de los cabellos de lino” la vida de las dos mujeres se entrecruzan. En esta novela se narra la vida de la pequeña Rose Tomlim, una niña que crece en una granja de Normandía sin saber que es hija ilegítima de un noble inglés. Su adolescencia en los años previos a la I Guerra Mundial y su descubrimiento del mundo al hilo de una guerra, sus años de juventud, su vida en París... todo eso lo comparten Lola y Alice mientras van descubriendo juntas, a través de la novela la vida de la joven Rose. Esas horas compartidas da origen a una incipiente amistad en las que ambas mujeres se ven identificadas con muchas de las cosas que han vivido, cada una en una época pero con muchos puntos en común. Desde el principio es inevitable identificar a la joven Rose protagonista del libro con la madura Alice, convencida de que son la misma persona y de que estamos ante unas memorias de su propia vida. No sabemos a dónde nos llevará este juego pero lo cierto es que Alice, o Rosa, está abriendo su alma, mostrando su pasado a Lola, haciéndola partícipe de lo que fue su vida y cómo salió adelante y llegó hasta donde ahora la encontramos.

 “Ahora éramos dos mujeres, una vieja y otra joven, unidas por un libro.” 

El relato es muy fluído, constantemente avanza y nos va presentando los hechos de una forma desordenada a veces pero muy clara. A pesar de seguir el hilo de las dos historias independientes no hay brusquedad al pasar de una a otra, en ocasiones, incluso, las experiencias de ambas parecen mezclarse, un personaje toma una decisión o hace una reflexión que, perfectamente, le cuadraría a algún personaje de la otra historia, al final acaba siendo todo una única historia con muchos hilos, distintas épocas pero donde predomina la sensación de que las cosas importantes no son muy distintas de una época a otra o de un país a otro. La autora demuestra una sobrada capacidad para contar las cosas y transmitir emociones con pocas palabras, sin largos párrafos, cambiando de escena en una sola frase sin resultar brusca. Emplea frases cortas pero reflejando pensamientos de manera certera, con la palabra justa, el adjetivo adecuado. Una manera muy ágil y a la vez muy efectiva de contar las cosas.

Me deja un muy agradable recuerdo esta lectura una vez terminada, con esa sensación de no haber abandonado del todo a las protagonistas, de evocar de vez en cuando alguna escena, porque realmente están muy bien dibujadas, son muy creíbles y permanecen en el recuerdo incluso después de haber terminado la novela. Y por encima de todo ello, el tema siempre presente de la lectura, los libros, las librerías y los libreros, los autores que se citan constantemente o que aparecen como personajes, todo ello es un valor añadido que suma activos a la buena sensación que me ha causado esta muy recomendable novela.

“Cuando uno es mayor, como yo ahora, lee y olvida muy fácilmente. Es como si necesitaras abrir hueco en un depósito que ya está demasiado lleno. Pero cuando uno es joven lee sin saber que las palabras leídas hablarán de nosotros con el paso del tiempo, nos guste o no.”