Wreck and Reference forma parte de una escena global, ecléctica, tal vez liberal y muy variada. Retomaré esta cuestión al final de este breve texto.
Una banda relativamente nueva (2011) y desde sus principios, vanguardista. En su primer LP absorbieron elementos del noise y del black. El segundo, lo entiendo más como una transición, una difícil expansión, una búsqueda incompleta. Siempre en base a un esqueleto electrónico, va quedando muy claro con cada disco, que es imposible encasillarlos en un estilo particular.
Deciden en este tercer álbum, limpiar la mezcla y ahondar en una faceta musical menos agresiva sobre todo a través de sintetizadores muy orgánicos. Sin embargo no queda duda de que la desesperanza de este dueto californiano está presente como siempre, aunque confusa esta vez, llegando a transformarse inclusive en irritación.
El vocalista tiene un rol importante, jugando con armonías que incluyen combinaciones de voz limpia y semi-sucia, dosificando su performance entre estagnación y agitación. Es música urbana, lúcida en el detalle, introspectiva.
Otra vez rítmicamente impredecibles. Sólo que ahora refinaron su sonido y como consecuencia dejan salir su confusión con claridad, paradójicamente. Luchando por mantenerse abajo pero ascendiendo y viceversa, el disco toca el tema del cambio.
Así que los dejo con una reflexión aprovechando este tema: Fue el post-metal (y Mastodon) la última gran tendencia del metal? Hablando de escenas, quiero decir, la extrema atomización de sub-géneros llegó a su climax?