viernes, 26 de diciembre de 2008

Tus palabras



Me dijiste que no tenías nada para mí,
pero yo no te dije que a lo que ya me has regalado no podré corresponder aunque viviera cien vidas.

Por primera vez no me molesta el llanto de un niño,
ni me hiere la luz fija apuntando a mis ojos,
ni el miedo a perderte encuentra abierta la puerta.

Por primera y quizá única vez,
puedo dejar en tus manos lo que nunca me perteneció
pero que ya palpita en cada célula de mi ser,

lo que yo quise hacer mío con la fuerza de un profundo anhelo
y lo que ha modificado mis vértices hasta hacer coincidir el haz de tu luz
con el punto de mi oscuridad para dar paso a la armonía:

tus palabras

domingo, 21 de diciembre de 2008

21 Diciembre




Dicen que hoy despertó el invierno, que se encogió al salir con el gesto primero de un escalofrío y metió las manos sin guantes en sus bolsillos.
Dicen que miró alrededor con gravedad y el semblante serio, que se detuvo al ver con una agilidad forzada, caminar torpemente una vida apagada para huir de su presencia imponente y que al caer las sombras de la tarde cubrieron de espasmos húmedos la quietud adormilada de las aves sin nido.

Ahora fuerzo mis ojos anhelando encontrar los suyos en lo ajeno
y calladamente el frío invierno me engulle sin que yo pueda oírle.

Ya puedo sentir que se me hiela la sangre y se quedan sin calor mis manos,
que estás aquí para obligarme a respirar profundo...
que has venido para imponer la belleza de tus dominios a las noches plateadas.

jueves, 18 de diciembre de 2008

Mi corazón



Deja que me pida cuentas la vida
y le presentaré las veces que soñé contigo.

Deja que brinque mi corazón cuando me llamas
y que esa espera se convierta en mi deliro.

Deja que tu voz de seda me envuelva,
que embriague mis sentidos con tu risa
y guarde como un tesoro su eco varado junto a mi orilla.

Pero espera,
solo tardaré una vida...

Déjame ahuyentar primero este gris invierno,
mientras curo los besos que se desangran
sólo por vestir de azul la derrota anticipada

sábado, 13 de diciembre de 2008

Madrugada



Caminos que suben entre la escarcha
donde los pies mojados se entumecen
entre las rocas que aún duermen bajo la noche,
hasta llegar a la personificación de lo inhóspito.
-Has madrugado mucho hoy
y aún falta tiempo hasta que se oculte Venus.

No te quedes helado, que aquí no hay hogueras,...
aunque guardo el calor del sol nocturno,
y cuando llega el día,
al abrir los brazos al viento,
te podrías quemar con la misma llama
que calcina el perfil del hueco
donde duerme el amor cuando regresa.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

LA ESTELA DE TU ADIÓS


La soledad se pone el abrigo,
aparta el humo al salir
y gira sobre sí misma en la calle mojada.

Imagina pasos que la siguen por el callejón
mientras las lágrimas hacen surcos en su cara
esperando el beso envenenado.

Se apoya sobre una pared de piedra,
y allí estás tú,
apenas te oye decir "adiós",
te mira y tu repites con tu inconfundible sonrisa "adiós".

Se acerca demasiado y por vez primera olvida
cuando te dice muy bajito
"de ti no quisiera despedirme nunca".

"Tengo que irme", le dices, y echas a correr,
te vuelves...
y ella baja la cabeza porque le pesa vivir
dejando que te vayas sin pedirte aquel veneno.

domingo, 7 de diciembre de 2008

DIFÍCIL EXPLICACIÓN













Reconoce que a veces le cuesta decir lo que quiere.
Intenta explicarle:

Sí, había un espacio que no sabía ni que existía, una nostalgia por la pérdida de algo, quizá de mi propia vida, había, ... no sé muy bien lo que había , quizá no había nada o si acaso el espacio estaba vacío porque todo lo que pudo encontrarse allí, nunca llegó a ocupar el lugar que le pertenecía, o tal vez nada pertenece a nada , ni tan siquiera a alguien. Sé sin embargo que existe algo común entre todos , pero la verdad es que somos tan diferentes..., y aún así nos reconocemos al mirarnos casi como almas gemelas que hubiesen vivido mucho tiempo perdidas en las montañas y sólo en el reencuentro es cuando todo se armoniza.

Y claro está así no es forma , con lo cual la perplejidad es absoluta.
Sigue:

El caso es que todo en mí está reducido a muy poco y en todo caso lo poco que poseo es
enorme, es como si no hubiese mayor fortuna y toda está depositada ahí dentro, (observo que quien escucha intenta ver dónde y entonces señala a su pecho ) aquí, -dice-y yo no sé qué hacer con tanto...
(mirada de extrañeza, apoyando el monólogo: - sí, claro- , pero cuando intenta atrapar la idea siguiente recuerda su risa, su voz, sus palabras... y los sentimientos que le provocan la deshacen y sigue en blanco, queriendo, eso sí,
pero sin saber cómo continuar )
Bueno,- le dice - yo lo que quiero es que comprendas (como si eso fuera fácil ) la importancia que para mí tiene todo esto, que alguien aparezca en tu vida y que casi sin hablar y sin saber apenas lo que fue cada una de las historias personales antes de Brokeback , hoy signifique que la vieja fortaleza interior se haya reforzado con nuevos aires de futuro, que las propias raíces paralizadas retomen la frescura necesaria para seguir creciendo, que con sólo saber que esas personas ( ¿en plural?- le dice una oscura voz que reconoce como la más atrevida y posesiva de todas las que son capaces de asomar a su conciencia ) existen hoy y están en algún lugar, ya es suficiente para esperar la noche con alegría por si alguno de ellos se cruza en mis sueños...

Y como era de esperar,
a estas alturas su interlocutor ya ha comprendido que le habla del complejo mundo de emociones que se le agitan por dentro al compás de las notas de una guitarra y que lo mejor es no preguntar por si acaso.
Pero hay algo que....

viernes, 5 de diciembre de 2008



AMANECER DESDE EL ACANTILADO

Se imaginó allí, de pie sobre el precipicio,
era una fría mañana de invierno con la cama aún desecha y sin un plan concreto que despertase su interés suficiente para iniciar un simple movimiento y llevar a la práctica alguno de los que aparecían como posibles.
Pensó una vez más en el acantilado...
el lugar al que más le costaba subir y el mismo que le llegaba a proporcionar todas las posibilidades incluida la de lanzarse al vacío,
quizá por eso era con frecuencia la imagen de la liberación, una forma como otra cualquiera de saber que sólo dependía de un paso más allá del límite,
aunque había una constante,
siempre allí encontraba un motivo para volver a desandar el camino:
unas veces era el vuelo de un insecto minúsculo, otras el sonido del viento, una figura en las nubes que se le antojaba podía esconder un mensaje oculto,
el recuerdo de una sonrisa o el color de la tarde.
Aquella mañana subió como tantas veces, pero no fue capaz de encontrar el motivo del regreso.
Ahora está allí.. en el Acantilado.
















Amanecer en Jordania
Autor: brokemac