viernes, 27 de septiembre de 2013
Cappellacci di zucca - Pasta rellena de calabaza
lunes, 24 de diciembre de 2012
Broken Glass Biscotti
domingo, 29 de abril de 2012
Insalata caprese
lunes, 12 de marzo de 2012
Pomodori di riso
Roma, un día de verano de hace mucho, mucho tiempo…
Él se ofreció a llevarla hasta la basílica de San Giovanni in Laterano y le explicó como llegar después desde allí hasta Santa Maria Maggiore, recorriendo la via Merulana.
Subieron juntos la escalinata. Al despedirse, por un momento sus manos se rozaron y parecía que sus dedos quisieron entrelazarse pero ninguno de los dos completó el gesto.
Ella entró en la iglesia, se entretuvo por un rato contemplando la explosión barroca de relieves dorados, tan del gusto de Borromini, y después entró en el claustro, a refrescarse con sus sombras y su sencillez, tan opuestas al espectáculo de lujo que ofrecía el interior del templo.
Terminada la visita, se dirigió hacia Santa Maria Maggiore por via Merulana, tal como él le había indicado, escuchando en su walkman la cinta del cantante del momento, que su amiga le había regalado el día anterior. Mientras caminaba se sentía agradecida por el sol y por la libertad de pasear por esa ciudad maravillosa. Sonrió. Tuvo la certeza de que, más pronto que tarde, regresaría a Roma y no sólo para seguir visitando iglesias…
Y regresó, no una sino muchas veces. Hubo amor y desamor, pero Roma nunca la desilusionó. Aún hoy sigue esperando con ilusión cada nueva visita a esa ciudad que si te atrapa se te mete dentro del corazón y no te suelta jamás. Cada vez que vuelvas, tendrá para ti un rincón nuevo, un atardecer mágico, y un plato sencillo y exquisito como éste, que en sí mismo encierra la luz y el aroma del verano.
1 tomate grande maduro
1 cucharada sopera de arroz
1 cucharadita de albahaca picada
1 patata pequeña, pelada y cortada en gajos grandes.
Sal al gusto
Aceite de oliva
Preparación:
Al bol donde tenemos la pulpa y el jugo de los tomates añadiremos el arroz, la albahaca y sal al gusto, y dejaremos reposar una hora. Distribuimos esta mezcla entre los tomates, ponemos a cada uno su tapa encima y los colocamos en una fuente apta para horno untada con aceite de oliva. En los espacios que quedan entre los tomates distribuimos las patatas, las salamos y rociamos todo, patatas y tomates, con un hilo de aceite de oliva.
Llevamos al horno precalentado a 200º durante 40-45 minutos, o hasta que veamos que el arroz está cocido y las patatas tiernas.
Se puede tomar en el momento o preparar la víspera, resulta ideal como comida de tupper. Para mi gusto, templados es como están ideales.
jueves, 1 de diciembre de 2011
Gnocchi gratinados con tomate, espinacas y mascarpone
Mil gracias por todos los comentarios al post anterior y gracias de corazón por vuestras felicitaciones para Bianca. No he podido contestaros uno a uno pero me han emocionado vuestras palabras, muchas gracias de verdad.
Ingredientes:
500grs de gnocchi
350 ml de salsa de tomate (Preferentemente casera y aromatizada con ajo y albahaca fresca)
100g de espinacas baby
250 grs de mascarpone
50 grs de Parmesano rallado
Preparación:
Poner a cocer los gnocchi en abundante agua salada. Mientras tanto, calentar la salsa y añadir las espinacas. Remover y mantener 5-6 minutos a fuego lento, hasta que las espinacas estén cocidas.
Cuando los gnocchi estén listos apartarlos del fuego, escurrirlos y mezclarlos con la salsa de tomate en una fuente apta para horno. Distribuir el mascarpone en 4-5 cucharadas repartidas por encima de la salsa y terminar con el queso rallado.
Gratinar hasta que el Mascarpone se haya diluido en la salsa y el Parmesano se haya fundido y tenga un bonito color dorado.
jueves, 13 de octubre de 2011
Sarracenas (Tagliatelle integrales) con calabaza, queso azul y piñones
Hace unos días Whole Kitchen me dio una alegría al incluir una de mis recetas, la calabaza asada con queso azul y nueces, en su Tour recetas dedicado a la calabaza como ingrediente otoñal, de este otoño que, por lo menos en Madrid, no termina de llegar.
Ayer estuve en el Retiro (junto con otros dos o tres millones de madrileños) y el aspecto del parque y el ambiente en general hacían pensar más en la primavera que en el otoño. Para muestra las rosas:
O este arbusto que fotografié a petición de mi hija, que dejó de perseguir a sus queridos pavos reales para llevarme corriendo de la mano a ver su descubrimiento mientras me decía emocionada "Mira mami, está lleno de frutos silvestres!" Me la hubiera comido...
Aunque también conseguí un par de fotos en las que se huele el otoño, como ésta:
Y esta otra, mi favorita. Estoy enamorada del color de esas hojas y de esa tela de araña. Este año tenemos el raro privilegio de contemplar el otoño bajo la luz del verano. No me digáis que no es curioso el contraste. Nada de tonalidades anaranjadas, ni rastro de ese juego sutil de sombras y luces. Es un blanco implacable que nos deslumbra y roba los colores de un tiempo que ya no es suyo y que está apurando hasta el último minuto.
Pero me estoy despistando, lo que quería hoy era traeros esta receta con la calabaza como ingrediente estrella, aunque le disputan el protagonismo el queso azul, los piñones, una pasta muy especial y, de fondo, el regusto único del Marsala.
Ingredientes para 6 personas (ó 4 muy tragonas)
800 grs de pulpa de calabaza (peso neto, ya pelada, despepitada y cortada en cubos de 1,5 cm aprox.)
1 cebolla grande
2 cucharadas de AOVE
1 cucharadita de pimentón de la Vera
30 grs de mantequilla
3 cucharadas soperas de Marsala
Sal al gusto
100 grs de piñones
6 hojas de salvia frescas, picadas finas
125 grs de Gorgonzola (podéis utilizar cualquier otro queso azul que os guste)
500 grs de pasta larga. En este caso he utilizado unas saracene integrales que formaron parte del premio del sorteo de mi amiga Sara con productos de Italian Delicat del que ya os he hablado en alguna otra ocasión. Es una pasta exquisita, de sabor muy característico pero delicado, y con una textura maravillosa, que resiste muy bien los condimentos complejos como éste pero también va estupendamente con una salsa de tomate sencilla, o un ragù de carne, etc.
(Paréntesis: Conste que no colaboro con Italian Delicat y no me pagan por decir esto. Mi amiga Sara ya les representa estupendamente. En realidad ya no colaboro con ninguna marca, de modo que las opiniones sobre cualquier producto que aquí comparta serán completamente desinteresadas salvo que indique lo contrario)
Preparación:
Ponemos la calabaza sobre una bandeja de horno forrada con papel de cocina. La rociamos con poquísimo AOVE y la horneamos a 180º durante 5-6 minutos. No debe quedar blanda, debe estar apenas tierna o de lo contrario se nos convertirá en papilla cuando estemos ligando la salsa y queremos que se vea entera.
Tostamos los piñones en una sartén a fuego moderado y reservamos.
Rehogamos la cebolla en aceite hasta que esté dorada. Añadimos la mitad de la salvia y rehogamos un minuto más. Retiramos del fuego y añadimos la calabaza, el queso azul cortado en cubitos y la mitad de los piñones.
Cocemos la pasta muy al dente (que le falten por lo menos 3-4 minutos) y colamos pero no en exceso. Reservamos una taza del agua de cocción de la pasta. La echamos en la sartén/rondón/etc donde tenemos la salsa y removemos con mucho cuidado para que se mezcle todo pero sin romper la calabaza y el queso. Si fuera necesario añadiremos un chorrito o dos del agua de cocción de la pasta.
Espolvoreamos con los piñones y la salvia que hemos reservado y llevamos a la mesa para comer este plato bien caliente.
Fuente: Nigella Lawson - Kitchen: Recipes from the heart of the home.
viernes, 3 de diciembre de 2010
Fusilli al caviar de berenjena
En un día de perros, os traigo una receta que recuerda el calor y los aromas del verano.
Ingredientes:
500 grs. de fusilli
Una berenjena
Una cucharada sopera de zumo de limón
4 cuartos de tomate seco, más un cuarto extra cortado en trocitos
3 ramitas de orégano fresco
4 cucharadas de AOVE
Sal
Pimienta
Preparación:
Lavar la berenjena, cortarla longitudinalmente en dos y asarla durante 40-50 minutos. Pasado ese tiempo pelarla y procesar la pulpa junto con el resto de los ingredientes.
Condimentar la pasta cocida al dente con esta crema. Decorar con trocitos de tomate seco, hojitas de orégano y espolvorear con pecorino rallado.
Fuente: Cucina Moderna, número de agosto 2010.
jueves, 18 de noviembre de 2010
Whole Kitchen propuesta salada noviembre 2010: Gnocchi de patata
viernes, 15 de octubre de 2010
Penne rigate con porri, prosciutto crudo e pan grattato ai funghi
Pan grattato ai funghi:
200 grs de pan duro cortado en cubitos
150 grs de champiñones (con boletus queda espectacular pero yo no tenía)
Jamie fríe el pan y los champiñones, yo asé ambas cosas en el horno y después lo procesé todo hasta reducirlo a un polvillo con textura irregular.
Lo reservamos mientras preparamos la salsa.
Ingredientes de la salsa de puerros:
Un minuto de silencio por las pappardelle
4 puerros grandes
Tomillo limonero
Ajo
Sal
½ vaso de vino blanco
½ litro aprox. de caldo de verduras o de pollo, a ser posible casero
4 lonchas grandes de jamón serrano
Pimienta
AOVE
Mantequilla
Preparación:
Cortamos los puerros de forma oblicua en rebanadas gruesas.
Los rehogamos a fuego moderado en mantequilla y aceite hasta que estén dorados. En ese momento añadimos el ajo y el tomillo. Pasados un par de minutos incorporamos el vino blanco y dejamos evaporar a fuego vivo.
Dejamos cocer 11-12 minutos, exactamente el tiempo que tardará la pasta en cocerse si utilizamos pasta seca como en este caso.
Que aproveche!
Fuente: “Jamie en casa” – Jamie Oliver
lunes, 5 de julio de 2010
Ravioli de calabaza y champiñón en tempura con Harinas Santa Rita
Lo suyo es preparar el relleno de esta pasta usando amaretti (galletitas muy similares a los macarons, con sabor a almendra amarga) pero yo no tenía amaretti, ni tiempo de hacerlos, ni licor Amaretto para conseguir ese sabor tan característico. Además estaba deseando probar los productos Santa Rita, así que el primero que estrené fue el preparado para croquetas y bechamel. Tenía la intuición de que haría un relleno rico y cremoso junto con la calabaza y no me equivoqué.
El sabor a almendras se consigue muy bien con unas gotas de esencia de almendra.
Hacer un hueco en medio y cascar dentro los huevos (suena feo, lo sé, pero así es como se hace)
Amasar removiendo con los dedos hasta que esté toda la harina incorporada y seguir amasando hasta conseguir una masa compacta y elástica. Si resultara demasiado dura se le puede añadir aceite de oliva en cantidades muy pequeñas hasta conseguir esa elasticidad necesaria para trabajar la masa.
Cuando ya tenemos nuestra bola de masa preparada, la cubrimos con film y la dejamos reposar media hora al fresco.
Si no tenemos ya preparado el relleno podemos hacerlo en este momento.
Ingredientes para el relleno:
1/2 kg de calabaza
1 cebolla pequeña
Mantequilla, c.n.
Preparación del relleno:
La masa tiene que quedar finísima, incluso de medio milímetro de espesor si es posible. Hacen falta brazos y codos bien entrenados y mucha paciencia pero vale la pena.
Una vez que tenemos estirada la mitad de la masa, depositamos el relleno sobre ella a montoncitos.
Cocemos en abundante agua salada (yo cuento un minuto después de que estén flotando completamente horizontales) y condimentamos con mantequilla, salvia picada muy finita y queso parmesano rallado.
Champiñones en tempura al pimentón de la Vera
Ingredientes:
Preparación:
lunes, 21 de junio de 2010
Risotto de calabacín con sus flores y crujiente de Grana Padano (Primera propuesta salada Whole Kitchen: Risotto de verduras)
La primera propuesta del círculo Whole Kitchen me ha encantado porque soy una entusiasta del risotto, aunque en lugar del risotto clásico de verduras decidí hacer uno un poco diferente para enseñaros un ingrediente que algunos seguramente nunca habréis probado y que os aconsejo vivamente: las flores de calabacín.
La combinación risotto - flores de calabacín fritas no es muy ortodoxa, quizá alguna de mis lectoras italianas se tire un poco de los pelos porque lo tradicional hubiera sido incorporarlas en crudo al arroz antes de terminar la cocción pero a mí me gusta verlas y saborearlas enteras dentro de su rebozado. Espero que os guste la idea y os animéis a hacer este risotto y sobre todo las flores de calabacín, os sorprenderá su textura y su sabor sumamente delicados.
Ingredientes para 2 personas:
Risotto
1 taza (180 grs aprox.) de arroz carnaroli o arborio (como alternativas también se puede usar un buen arroz de Calasparra o arroz bomba)
1 y 1/2 litros de caldo de verduras o de ave, preferentemente casero. Seguramente sobrará pero es mejor no descubrir que nos falta cuando estamos en plena preparación del risotto
2 huesos con tuétano
1 cebolla mediana
1 calabacín pequeño, si es uno grande bastará con la mitad
150 grs de mantequilla
2 ó 3 hebras de azafrán
50 grs. de queso Grana Padano rallado
Sal
AOVE
Crujiente de Grana Padano:
50 grs de Grana Padano rallado
Flores de calabacín fritas:
2 flores de calabacín
100 ml. de cerveza
3-4 cucharadas soperas de harina
Preparación:
En primer lugar tenemos que extraer el tuétano de los huesos, para ello se pueden dejar la víspera en agua con bastante sal para que se ablande, pero si vamos con prisa y se nos ha olvidado les damos unos minutos de hervor en la olla express y se suelta sin problemas.
En una bandeja de horno cubierta con una hoja de papel sulfurizado depositamos montoncitos de Grana Padano rallado (una cucharada sopera) dejando una separación de 3-4 cm. Les damos un golpe de horno fuerte (220-240º) hasta que el queso se haya fundido completamente y esté plano como una galleta y de color marrón clarito. Dejamos enfriar y reservamos.
Rehogamos el tuétano así obtenido en la mitad de la mantequilla junto con la cebolla picada muy finita. Añadimos a continuación el calabacín cortado en rodajitas muy finas (yo previamente lo aso, le aporta mucho más sabor al risotto) y le damos unas vueltas para que tomen sabor.
Echamos de un golpe el arroz y lo rehogamos ligeramente.
Bajamos el fuego y comenzamos a añadir el caldo que habremos colocado cerca de nuestra olla caliente pero sin que sea necesario mantenermo hirviendo. Vamos incorporando el caldo por cacillos y removemos el arroz suave pero constantemente, y no añadiremos un cacillo hasta que el contenido del anterior se haya consumido.
Seguiremos añadiendo caldo y removiendo hasta que el arroz esté listo.
Por cuánto tiempo? Personalmente me es imposible decirlo, depende de muchos factores, en especial del tipo de arroz que estemos utilizando. Para que sea perfecto debe quedar al dente por fuera y tierno por dentro, y para saber cuándo llega este momento yo voy probando igual que hago con la pasta.
Cuando esté listo y aún tenga un poco de caldo, lo retiramos del fuego, le añadimos la mantequilla que hemos reservado y el Grana Padano, y lo cubrimos con un paño para que repose unos minutos.
Rápidamente preparamos las flores de calabacín. Yo para ahorrar tiempo dejo preparado el rebozado en la nevera y voy calentando el aceite un par de minutos antes de terminar el arroz.
Para ello le quitaremos el tallo a las flores con mucho cuidado para no romperla y para no pincharnos. Las envolvemos con mucha delicadeza en el rebozado y las freímos en aceite muy caliente. Quedan con este aspecto delicioso.
Para emplatar: servir un cacillo de risotto y adornar cada plato con un crujiente de queso y una flor de calabacín partida por la mitad.
Y a disfrutar! Queda tan meloso que parece que llevara nata, probadlo y veréis.