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R3sacón (2013)


¡Viva las Vegas!

Parece ser que, en los tiempos que corren, lo mínimo que se le puede exigir a una cinta de éxito es una trilogía. Lógicamente si la cosa sigue funcionando luego le seguirá una nueva trilogía, algún reboot, varias precuelas y, cuando el suflé empiece a bajar, por qué no una serie de televisión. Qué demonios, ¡que sean dos! ¡Y una de ellas con dibujos animados! Resulta evidente que Resacón en las Vegas (2009) es una película que encaja a la perfección en el contexto “cinta de éxito”, así pues su secuela no se hizo esperar y todos teníamos, más o menos claro, que la tercera parte iba a caer tarde o temprano. Pues bien, ya la tenemos aquí. Pero si en la segunda parte llamada Resacón 2 ¡Ahora en Tailandia!, los responsables del film se limitaron a sablear la cinta original, con más o menos fortuna, limitándose a añadir una nueva localización, más salvaje que la anterior si cabe; en esta tercera película de la saga la intención ha sido la de cambiar la dinámica de los dos films anteriores (esa de que los protas se levantan con una resaca de tres pares de narices e intentan reconstruir lo sucedido durante la noche anterior). Efectivamente con este tercer film han invertido la dinámica, y lo han hecho con la finalidad de poder seguir haciendo exactamente lo mismo aunque, lamentablemente, con peores resultados.

Episodes. 1ª y 2ª temporada.


¿Cómo va eso?

Si practicáramos una encuesta a pie de calle y preguntáramos a la gente si les suena de algo el nombre de Matt LeBlanc, lo más seguro es que la mayoría de la gente respondiera que lo lamenta pero que no tiene ni la más mínima idea sobre de quien se trata; un grupo mucho más reducido podría ser que les sonara aunque no lograría ubicarlo; y por último una minoría residual lograría responder correctamente y nos diría que se trata del actor que interpretaba a Joey en la popular serie de televisión Friends. Y es que el de Matt LeBlanc es el típico caso de actor que después de intervenir en una conocida serie televisiva ya no se ha podido sacar su personaje de encima y lo ha seguido acompañando durante el resto de su carrera (en su caso agravado por el hecho de haber protagonizado, incluso, un spin-off). Pues bien, amigos, el Joey de Friends tiene nueva serie y ¿saben a quien interpreta? Pues a Matt LeBlanc.

El lado bueno de las cosas (2012)


No lo llames amor, llámalo bipolaridad.

Cuando uno se encuentra con una película del género “comedia romántica”, con dos guapas estrellas de Hollywood como protagonistas y con un título del estilo de El lado bueno de las cosas, más que de entrar en la sala a ver la cinta, de lo que le entran ganas a uno es de meterle fuego a todos los cines que la proyectan con la intención de limpiar nuestras almas gracias a un gran fuego purificador. Pero luego uno empieza a ver las críticas y todos los premios que ha recibido la peli y, todavía con un bote de gasolina en una mano y un mechero en la otra, empieza a dudar. Siempre me he quejado airosamente de que los grandes premios de cine tienden a ningunear las comedias en favor de los grandes dramas. Y de pronto, nos llega una pequeña comedia romántica que ha conseguido ocho nominaciones a los Oscar (y encima en las categorías grandes) y otros muchos premios internacionales. ¿Me habré precipitado a la hora de juzgar la película? Pues no.

Argo (2012)



Los rescatadores en Iránlandia.

Argo no deja de ser un nombre extraño para lo que en verdad es un thriller clásico de los de toda la vida. Exactamente la película pertenece a ese particular subgénero del thriller que es conocido con el nombre de: “huy, casi, por poco”. De seguro sabrán ustedes de lo que estoy hablando. Se trata de esos films en los que de forma continuada parece que van a suceder cosas pero “huy, casi, por poco”. Ejemplos: Que el malo está a punto de disparar al héroe pero en el último momento éste se agacha, el villano termina fallando y el espectador suelta un “huy, casi, por poco”; que faltan pocos segundos para que estalle la bomba y el prota logra detener el reloj cortando el cable adecuado cuando apenas restaba un segundo para hacer detonación y su cara denota un “huy, casi, por poco”; que la voluptuosa actriz protagonista está desnuda en la cama con el espía de turno y hace un ademán de incorporarse pero justo antes de hacerlo se cubre con las sábanas... “huy, casi, por poco”. Además, la cinta ha logrado una gran acogida entre crítica y público, convirtiéndose en una de las pelis más destacadas del año pasado, lo que lleva a preguntarnos: ¿Es Argo una gran película? Huy, casi, por poco.

Ariane (1957)


Siempre nos quedará París

La filmografía de Billy Wilder contiene una gran cantidad de obras maestras, y películas como Perdición (1944), El crepúsculo de los dioses (1950), o El apartamento (1960), así lo atestiguan. Pero con Ariane (1957) me he llevado una decepción, dirigida además el mismo año que Testigo de cargo, otra de sus obras maestras. Y aunque sea su primera colaboración con el guionista I.A.L. Diamond (trabajarían juntos hasta el último film de 1981, Aquí, un amigo), y aparezca una bella Audrey Hepburn (una de las actrices favoritas de Wilder), acompañada por un galán Gary Cooper (Cary Grant rechazó el papel), la historia se alarga demasiado. Eso sí, una menor película de Wilder no quiere decir un mal resultado en general, ya que contiene detalles y bromas para comentar, sobre todo el comienzo del film en el que la voz en off de uno de los protagonistas destaca París como la ciudad donde mejor se hace el amor y vamos viendo diferentes tipos de parejas besándose por las calles (ver tráiler).

El vuelo (Flight, 2012)


Días de vino y vuelos.

La filmografía de Robert Zemeckis me ha acompañado a lo largo de mi vida. De pequeño adoraba sus películas y su sentido del espectáculo y la aventura con títulos como Tras el corazón verde, la trilogía Regreso al futuro, ¿Quién engañó a Roger Rabbit?, o La muerte os sienta tan bien. Puede que no fueran perfectas, pero en una de ellas encontrábamos a una pareja en busca de un tesoro en una espesa y peligrosa selva, en otra un joven en apuros intentaba que su madre del pasado no se enamorara de él, otra abordaba un mundo en el que convivían los dibujos y los personajes de carne y hueso, y en la última la vida eterna conllevaba unas catastróficas consecuencias. Grandes temáticas para el poco sentido común de un pre-adolescente. Con Forrest Gump su carrera tocó techo y nos regaló una película que, a pesar de que en su momento me resultó de lo más antipática por robarle el Oscar a Pulp Fiction, con el tiempo hemos hecho las paces y he acabado reconociendo sus muchos méritos. Pero a partir de ese punto su carrera se fue a tomar pol saco. Le siguieron Contact, Lo que la verdad esconde y Náufrago, trabajos con temáticas atrayentes... pero ya no era lo mismo. Para colmo, más tarde se emperró en hacer triunfar la animación con la técnica de captura de movimiento y nos llegaron Polar Express, Beowulf y Cuento de navidad. Cenizas era lo único que quedaba de mi admiración por el director. Y justo cuando ya parecía que no quedaba esperanza, nos llega su último trabajo y logra dos nominaciones a los premios Oscar: El vuelo. ¿Y de qué trata la película? Pues sobre los problemas con la bebida de un piloto de aviones. No se paren. Sigan cavando la tumba.

El alucinante mundo de Norman (2012)


La divertida noche de los zombis.

Estamos en pleno siglo XXI pero nada parece haber cambiado con respecto a la época anterior. No existen coches voladores (de hecho apenas existen coches eléctricos); no han abierto un McDonalds en la luna; los ordenadores cada vez son más potentes, pero únicamente con el objetivo de poder almacenar más cantidad de pornografía; y los viajes en el tiempo siguen reservados a casposas ferias medievales de pueblo. ¿Y en cuanto al séptimo arte? Pues lo mismo: Para poder ver una película en tres dimensiones sigues estando obligado a colocarte unas incómodas gafas que en muchos casos deberás devolver a la salida y que pueden haber sido utilizadas el tipo más cerdo del mundo antes que tu, mientras rezas para que la cosa no sea muy oscura o muy movidita o de lo contrario no te vas a enterar de la misa la mitad (y ya no hablemos de la gente, como un servidor, que ya usa gafas en su día a día y que se ve obligado a un cierto grado de funambulismo para lograr intuir algo de profundidad); algunos de los directores más reputados siguen apostando por el western (Quentin Tarantino y Gore Verbinski) y se siguen estrenando películas de animación artesanales con la técnica del stop-motion. Por suerte para todos, algunas de ellas son tan chulas como El alucianante mundo de Norman.

Ted (2012)

El oso amoroso.

Pues todo parece apuntar a que, definitivamente, Seth MacFarlane se ha acabado convirtiendo en la gran esperanza blanca del humor americano. Su origen catódico tampoco debería ser algo que nos extrañara en exceso, ya que de todos es sabido que la gran mayoría de los grandes cómicos americanos de las últimas décadas provienen de la pequeña pantalla (del Saturday Night Live para ser más exactos). Pero pocos contaban con MacFarlane después de que en 2001 se cancelara su buque insignia: la serie de animación Padre de familia. Por suerte, algunos años más tarde, y debido a la presión popular, la serie volvió a las pantallas e incluso se le sumaron un par más de nuevos proyectos: Padre made in USA y El show de Cleveland. Actualmente vive un momento dulce de su carrera, con gran éxito de audiencia en sus programas televisivos, con un previsto salto cinematográfico de su serie más conocida: Padre de familia, habiendo ya sido confirmado como conductor de la próxima ceremonia de los premios Oscar, y habiendo estrenado su primera película como director: Ted.

Freaks and Geeks (1999-2000)

My generation.

Después del estreno de una serie televisiva pueden suceder cuatro cosas: a) que la audiencia responda favorablemente, consiga grandes cuotas de audiencia, el producto se convierta en todo un fenómeno de éxito y regalen cromos con el rostro de sus protagonistas en los paquetes de phoskitos; b) que consiga una audiencia suficientemente aceptable lo que, junto con un posible éxito de crítica y una pequeña legión de fervientes seguidores, provoque que siga en antena con la esperanza de que el resto de la población se interese por ella y de el salto a la categoría anterior; c) que los datos de audiencia no sean suficientes y que, a pesar de las buenas críticas y de un residual grupo de incondicionales, la serie sea finalmente cancelada (previo algún probable intento de cambio de horario e incluso de canal); y d) que el producto estrenado no interese ni a crítica ni a público, con lo cual sea fulminantemente finiquitado y toda la población salga a las calles danzando el baile de la victoria y entonando el “yes, we can”.

Pero detengámonos un instante en la categoría “c”, que es la que nos interesa. Los programas pertenecientes a este grupo jamás lograrán convertirse en series de éxito ni lograrán grandes cuotas de pantalla. A pesar de ello todavía les queda una última salida a la que difícilmente podrán aspirar los productos del resto de categorías: pueden llegar a convertirse en series de culto (lo cual funciona más como título honorífico que otra). Para ello lo ideal sería que la serie no cuente con demasiados capítulos, que no sea muy comprendida por una gran mayoría de la población, que la crítica especializada le haya dado su beneplácito y que, a poder ser, fuera injustamente cancelada dejando la obra parcialmente incompleta. Si además estamos hablando de un producto americano nunca estrenado en nuestro país y que solamente se puede encontrar en versión original subtitulada en ciertos programas de descarga a través de la red (dudo mucho que por bajarme una serie cancelada hace ya más de diez años me esté cargando la industria de nadie), no hace más que añadirle épica al enorme placer que produce poder ver, por fin, la fantástica FREAKS AND GEEKS.

En la casa (2012)


La vida de los otros

Hace poco se estrenó en las salas de cine En la casa, que obtuvo el premio a la mejor película y al mejor guión en el Festival de Cine de San Sebastián, y que hasta ahora es la más aclamada de la carrera cinematográfica del director y guionista francés François Ozon. En esta ocasión ha vuelto a adaptar una historia y ha optado por la obra teatral El chico de la última fila (2011), la primera que es llevada al cine del dramaturgo español más internacional, Juan Mayorga. Ambos hablaron y comentaron sobre la adaptación de la obra pero Mayorga tenía claro que debía dejar vía libre a Ozon para que escogiera lo que más le interesara de su obra. Y parece que debió dar buen resultado, ya que al autor le gustó la película y además acompañó a Ozon en la recogida de los galardones en San Sebastián.

Descalzos por el parque (1967)


¡Shama Shama!

Viendo este cartel (que recuerda mucho al de Sonrisas y lágrimas) a uno ya le da la sensación de que Descalzos por el parque puede resultar una comedia simpática y agradable, con la intención de que el espectador pase un rato entretenido. Y eso es lo que exactamente ocurre al ver la película, ópera prima de Gene Sacks, que había sido actor de teatro y de televisión en los años 50, y dirigió obras en Broadway en la década de los 60, cuya película más conocida fue la que realizaría el año siguiente: La extraña pareja. Pero para esta película en concreto contó con un guión de Neil Simon, que no tuvo más que adaptar su obra original que ya se había representado en Broadway en 1963 con un éxito muy notable, protagonizada entonces por Robert Redford y Elizabeth Ashley, repitiendo el primero en esta adaptación para el cine, acompañado en esta ocasión por la guapísima Jane Fonda.

El amigo de mi hermana (2011)


Interiores

En muchas ocasiones, aunque una película se haya rodado en pocos días y con poco dinero (algo que pasa comúnmente en el cine independiente), cuando el autor tiene talento, sabe a lo que se atiene y encima tiene a su merced a unos actores con buenas dotes interpretativas, el resultado puede ser bastante satisfactorio. Esto es lo que uno siente al ver El amigo de mi hermana (2011), escrita y dirigida por Lynn Shelton, cuyo título en español es simple y típico pero cuyo original tampoco tiene una traducción fácil ya que Your Sister's Sister es más bien un juego de palabras que hace referencia a un diálogo que tienen dos de sus protagonistas en una escena en concreto. Pero antes de entrar en materia, habría que decir que en el guión de esta comedia dramática la directora solo tenía esbozados algunos diálogos ya que su intención era que los actores tuvieran la capacidad de improvisar mucho y que las situaciones fueran surgiendo a lo largo del rodaje, algo que se consigue con creces con el gran trabajo del buen trío protagonista: Emily Blunt, Rosemarie DeWitt y Mark Duplass.

A roma con amor (2012)

Cuentos a la boloñesa.


Pues todo parece apuntar que, a sus setenta y siete años de edad, a Woody Allen la idea de la jubilación no es algo que vaya mucho con él. Así pues, en lugar de tomarse su profesión de una forma más relajada, el director sigue con su infatigable ritmo y nos sigue ofreciendo una película por año. Además, sigue con su tour por Europa (en plan gira musical de viejos rockeros) y después de filmar en Londres, Barcelona y París, en esta ocasión la acción se centrará en la ciudad de Roma, que se convertirá en el escenario ideal para las cuatro historias que contiene el film. Lo curioso del caso es que, teniendo en cuenta el título de la cinta, A roma con amor, lo cierto es que a pesar de que las cuatro historias del film, aisladas entre sí, tratan sobre temas de amoríos varios, solo una de ellas se puede entender propiamente como una historia sobre el amor, dejando las otras tres a temas más banales y cercanas al humor absurdo ya visto en los relatos del propio director. Supondremos, pues, que el “amor” a que se refiere el título debe ser entendido como aquel hacia la propia capital italiana, y así todos contentos. ¿O no?

Ruby Sparks (2012)


Los sueños se hacen realidad

Este viernes pasado se estrenó en nuestras salas de cine Ruby Sparks (2012), de Jonathan Dayton y Valerie Faris, un matrimonio que después de dirigir numerosos vídeos musicales (entre ellos el premiado Tonight, Tonight, de Smashing Pumpkins) decidieron dar el paso a la gran pantalla con Pequeña Miss Sunshine (2006), con la que cosecharon varios premios y un éxito abrumador tanto de crítica como de público. Ahora han dado vida un guión escrito por Zoe Kazan, la nieta del que fue director y escritor norteamericano Elia Kazan, que en una entrevista comentó que la historia le vino a la cabeza cuando volvía de un rodaje, al ver un maniquí tirado en un contenedor, recordando entonces una leyenda griega que aparece en Las metamorfosis de Ovidio: Pigmalión, un rey de Chipre, cansado de no encontrar a la mujer perfecta, empezó a crear esculturas de mujeres preciosas, enamorándose de la más bella de ellas, Galatea. Al soñar que cobraba vida, Afrodita hizo realidad su deseo y cuando despertó vio que la mujer de sus sueños era real.

Frankenweenie (2012)


El jovencito Frankenstein.

Ya lo decía la canción: “las vueltas que da la vida, el destino se burla de ti...”. Y es que durante los primeros años de la década de los '80, un joven (aunque ya despeinado) Tim Burton trabajaba para la Disney, aunque su arte no se puede decir que fuera del todo entendido ni, mucho menos, visto con buenos ojos dentro de la compañía. Así pues, tras dirigir un corto con la técnica de stop-motion, Vincent, y después de realizar un segundo corto basado en el mito de Frankenstein, de nombre Frankenweenie, la multinacional lo echó a la calle alegando que su trabajo había supuesto un desperdicio de recursos monetarios en una película demasiado terrorífica para los menores. Pero el joven Burton no arrojó la toalla y creció y creció hasta convertirse en un hermoso cisne blanco reputado director de culto capaz de contar con el reconocimiento tanto de crítica como de público. Y así fue como a mediados de la década del 2000, la Disney volvió a llamar a la puerta del realizador para volver a contratar sus servicios. Para cerrar el círculo, en 2007 ambas partes firmaron un contrato para la realización de una película basada en el mismo corto por el que lo echaron la primera vez, filmado en blanco y negro, con la técnica del stop-motion y de nombre Frankenweenie. Lo cierto es que si este párrafo lo leen con música de Danny Elfman de fondo la cosa mejora un montón.

¡Piratas! (2012)

Alguien voló sobre el nido del Dodo.
Existen dos elementos de esta nueva producción de la compañía Aardman que no deja de sorprenderme lo muy de moda que siguen estando en pleno siglo XXI. El primero es que se trata de una película de “piratas”, género muy denostado hace unos años (y sino que se lo pregunten a Geena Davis o a Roman Polaski) pero que después del éxito de la saga “Piratas del Caribe” parece seguir disfrutando de un momento dulce (este año incluso sacaron la cabeza en la cuarta entrega de Ice Age, en la que los protagonistas debían enfrentarse a unos temibles piratas prehistóricos). El segundo de los elementos es la técnica del “stop-motion” (auténtico signo de identidad de Aardman, junto con la plastilina). Resulta curioso como, en plena era digital, esta técnica de la vieja escuela siga teniendo tantos adeptos. Sin ir más lejos, este mismo 2012, junto con la película que hoy nos ocupa, también se estrenan dos apuestas fuertes más en “stop-motion”: Frankenweenie y El aluciante mundo de Norman. Y viendo los resultados obtenidos, que sea por muchos años. 
No se lo van a creer cuando se lo diga, pero resulta que la película ¡Piratas!, trata sobre... piratas. Exactamente sobre el llamado Capitán Pirata (estoy visualizando una mesa repleta de reputados guionistas rebanándose los sesos para dar con el nombre adecuado para el protagonista de esta aventura). Le acompañan su variopinta tripulación que, a pesar de tratarse de buena gente, no se puede decir que sean excesivamente aguerridos, valientes ni audaces. Más bien todo lo contrario. A pesar de eso, nuestro protagonista está empeñado con alzarse con el premio anual al mejor pirata del año, reputado galardón que recibe el pirata que consiga reunir un mayor botín en sus saqueos.

Entonces, si los piratas son los buenos de la película, ¿sobre quién recae el rol de malo oficial de la función? Pues ni más ni menos que sobre la reina Victoria de Inglaterra, una monarca con una especial debilidad por eliminar a todos los piratas de la faz de la tierra. Pero la reina no será el único personaje histórico que se cruzará en el camino de la tripulación y es que, en uno de sus habituales abordajes, los piratas se cruzarán con Charles Darwin quien le propondrá al Capitán un arriesgado plan para lograr ganar un montón de oro, con el que poder alzarse con su premio soñado. Lo cierto es que explicado así la trama no tiene mucha gracia y todo el conjunto desprende un tufo a topicazo plano que tira para atrás, pero lo cierto es que la cosa es de mucha risa.
 
Si existen unos personajes ligados a Aarman estos son, sin lugar a dudas, Wallace and Gromit, vistos en cortometrajes y en su salto al largo, la excelente Wallace and Gromit, la maldición de las verduras. Pero la compañía también ha realizado otros títulos como Chicken Run: Evasión en la granja, Ratónpolis y Arthur Christmas, operación regalo (estas dos últimas de animación por ordenador); o las televisivas Creature Comforts y Shaun the sheep. ¡Piratas! está dirigida por Peter Lord (co-director de Chicken Run: Evasión en la granja y miembro fundador de la compañía, hace cuarenta años) y Jeff Newitt. Entre los famosos que prestan su voz a los personajes de la película encontrarán a Hugh Grant, Martin Freeman, Salma Hayek y Jeremy Piven, entre otros. 
 
Se trata de un film cien por cien Aardman (algo que no se puede decir de sus dos anteriores films de animación por ordenador, bastante más flojos en su global), con sus personajes delirantes, su humor muy inglés, sus situaciones rocambolescas, su excelente animación por stop-motion, y sus carreras/persecuciones rocambolescas. Su humor es fresco, los gags se suceden a ritmo vertiginoso en algunos momentos del film, la reina Victoria está desencadenada e incluso sale un mono que hará las delicias del espectador. El sello Aardman también se percibe en una trama que se va complicando más y más a medida que avanza la historia (ya he dicho que el punto de partida es más bien sosainas). Lamentablemente la sensación general es de que el universo “pirata” está demasiado quemado ahora mismo, pero la película logra salir airosa a pesar de ello, aunque debo reconocer que todavía hubiera disfrutado más la cinta con un protagonista con algo más de carisma, ya que no logra estar a la altura del resto de personajes.
 
Resumiendo: ¡Piratas! es, ante todo, un producto familiar capaz de entretener a los más pequeños y hacer disfrutar a los mayores.
 

Nubes pasajeras (1996)


Buenos tiempos llegarán

Cuando uno acaba de ver una película de Aki Kaurismäki se da cuenta de que ha presenciado algo fuera de lo común, y si encima resulta que es un drama pero contado con un humor muy peculiar pues la experiencia no tiene desperdicio alguno, como queda muy patente al ver Nubes pasajeras (1996). En esta historia el director finlandés muestra algo tan actual como el desempleo pero lo hace de una forma brillante al mezclar imágenes de puro melodrama con diálogos absurdos y escenas y personajes memorables que son los que provocan la risa en el espectador. De ahí que el humor sea una característica del cine que este director atípico ha sabido crear durante su original carrera cinematográfica.


La pareja protagonista es un matrimonio formado por Ilona (Kati Outinen) y Lauri (Kari Väänänen). Ella es jefa de sala de un restaurante y él es conductor de tranvía. Económicamente no van muy bien pero aún así él compra una tele en color que pagarán a plazos. Poco después empezará su mala suerte ya que Lauri será despedido por una reestructuración de la empresa a causa de que la mayoría de la gente coge el metro o el coche, y ella se enterará de lo sucedido un mes más tarde, cuando se produzca también su despido ya que la gerente vende el local por la falta de clientes después de estar 38 años abierto.

Con esto ya vemos que para Ilona y Lauri estos cambios serán un duro golpe en su día a día, pero ahí no se quedará la cosa. Kaurismäki parece mover los hilos de su vida a la manera que él quiere que ocurra, exagerando la mala suerte de ambos en su lucha por encontrar un puesto de trabajo, y esto, junto con el detalle incluido de sugerir un suceso triste del pasado, hace que en cierto punto el espectador llegue a tomarse a risa tantas penurias que el director finlandés quiere hacer pasar al matrimonio. También, algo muy común en sus películas, es destacable la manera en que Ilona y Lauri se quieren, se expresan y se dicen las cosas, a veces hasta sin mirarse, o sin cambiar casi su expresión en el rostro tanto ante las adversidades que se les presentan como ante algún posible cambio positivo.


Aunque hay que decir que el cine de Kaurismäki tiene mucha más miga. Con la sencillez de su puesta en escena, sus elipsis tan bien utilizadas, y la creación de personajes extravagantes ha logrado una filmografía única. Y para ello le han servido de mucha ayuda dos aspectos a tener en cuenta: el primero, su gran colaboración con Timo Salminen, que con su fotografía tan carismática, con planos en los que resalta una luz poderosa y unos colores vivos, ha hecho que todo el conjunto aunara mucha calidad y belleza; y el segundo, su acertada utilización de diferentes tipos de música, como en esta película con el gran inicio de las letras de crédito en el que vemos en el restaurante al pianista Shelley Fisher que nos deleita con su preciosa canción Lonesome Traveller.


Y por último, habría que comentar que, como habrán comprobado en el título del film, en el mundo de Kaurismäki puede ocurrir cualquier cosa, tanto lo peor o más absurdo como lo positivo y esperanzador. Eso es lo bueno de este director, que aunque conozcas sus bazas siempre te sale con algún personaje increíble o con alguna escena inolvidable. Y les aseguro que en Nubes pasajeras encontrarán mucho de esto. Es verdad que habrán varios espectadores a los que no les gustará nada el tipo de cine que realiza este señor, pero les he de decir que a un servidor le cautiva su manera tan minimalista de conseguir historias tan auténticas y particulares.


"Una bella película muy característica de Aki Kaurismäki, que contiene tanto su humor peculiar como momentos de melodrama"

Shameless (US) 1ª y 2ª Temporada


Full house.
 
Shameless narra la historia de una disfuncional familia que malvive en un suburbio de la ciudad de Chicago. El padre, y cabeza de familia, es alcohólico y no duda en gastarse los pocos ahorros familiares en licor. Además sus propios hijos deben ir a recogerlo muchas mañanas porque el hombre no es capaz de regresar a casa por su propio pie. La hija mayor dejó de estudiar, antes de acabar el instituto, para hacerse cargo de sus cinco hermanos, después de que su madre los abandonara. Ella intenta sacar adelante la familia buscando dinero de donde buenamente puede para lograr poder comer y pagar las facturas más básicas a fin de mes. En eso ayudan también el resto de sus hermanos pequeños, apoyándose los unos en los otros para lograr salir adelante en una realidad que les es hostil y una vida que les ha dado la espalda. ¡Ah! Y por si todavía lo dudaban, Shameless, es una comedia.


La familia protagonista, los Gallagher (absténganse de bromas y chascarrillos varios sobre otras familias problemáticas de apellido similar), está formada por el padre, Frank, alcohólico empedernido, brabucón charlatán y consumidor habitual de todo tipo de sustancias ilegales, que resulta el típico personaje autodestructivo, con el agravante de tener a su cuidado a seis hijos menores de edad (imposible no odiarlo y amarlo, a la vez); y sus hijos: Fiona, la hija mayor, sobre la que recae el rol de madre, que debe encargarse de hacer funcionar la familia y evitar que sus hermanos terminen en una casa de acogida; Lip, un superdotado para los estudios a quien le resulta imposible no meterse en líos; Ian, un gay empeñado en entrar en el cuerpo de marines del ejército; Debbie, una especie de niña/anciana metomentodo; Carl, quien demuestra una preocupante tendencia para quemar todo tipo de cosas; y el pequeño Liam, que es negro.

Resulta fascinante las vueltas (de campana) que puede llegar a realizar la carrera profesional de un actor americano. Por ejemplo, los dos protagonistas de esta fantástica serie de televisión fueron, a la vez, los dos protagonistas de uno de los mayores descalabros cinematográficos de todos los tiempos y una de las peores películas realizadas en las últimas décadas: Emmy Rossum y Justin Chatwin, quienes interpretaron, respectivamente, los roles de Bulma y Son Goku en ese agujero negro de creatividad que llevó por nombre Dragon Ball Evolution. Los acompañan los veteranos y extraordinarios: William H. Macy (Fargo, Mistery Men), en el rol del padre, y Joan Cusack (In & Out, Escuela de Rock), quien interpreta a una vecina de la familia que sufre agorafobia y de la que no tardará en aprovecharse la familia Gallagher.
 
Estamos frente a lo que podríamos catalogar como una serie de tetas. Es un secreto a gritos que existen dos tipos de series usa actuales: en las que salen tetas y en las que no. Shameless pertenece al primer grupo, junto con otras series como: Juego de Tronos, Boardwalk Empire, True Blood, Californication, Weeds, Spartacus o Girls. La conclusión, así a bote pronto, sería que las series de calidad apuestan por las tetas (ojos en blanco, hilillo de baba). Parece que algo está cambiando en la televisión americana. Y nos alegramos enormemente, más si cabe, si la serie en cuestión se encarga de dejar en porretas a Emmy Rossum, quien parece haber abandonado sus sosos papeles anteriores, en films como El fantasma de la Ópera, El día de mañana, Poseidón o la propia Dragon Ball Evolution.

Paul Abbot, su creador, ha adaptado su propia serie, emitida en el Channel 4 británico (donde ya se está emitiendo la novena temporada), para la cadena americana Showtime. Y créanme si les digo que el resultado no podría haber sido más satisfactorio. Shameless es un fantástico espectáculo televisivo, irreverente, descarado, mordaz y políticamente incorrecto, dotado de unos personajes que funcionan tanto a nivel individual como colectivo, a cada cual más atrayente, y que en conjunto forman el grupo humano más esperpéntico e hilarante de parásitos sociales jamás unido bajo un mismo techo. La serie logra enganchar desde su episodio piloto, donde se sentarán las bases de la trama, mostrando especial interés por la figura del padre ausente (o simplemente tirado por el suelo) y la de la hermana mayor, obligada a sacar adelante su numerosa familia y de como se le pueden complicar todavía más las cosas cuando crea encontrar el amor. Para colmo, al principio de cada episodio, cuando se le recuerda a los espectadores lo ocurrido con anterioridad, aparece algún miembro de la familia para echarte la bronca en caso de que te perdieras el capítulo anterior (además también suelen haber escenas ocultas en los títulos de crédito finales).
 
Shameless juega claramente a buscar los límites humanos de bajeza moral para, posteriormente, superarlos y reírse de ellos. Reírse a carcajadas participando de la gran fiesta que termina siendo la serie, convertida en un constante show del más difícil todavía. Y para la posteridad siempre nos quedará Frank Gallagher, uno de los personajes más carismáticos, torpes y ridículos de los últimos años, un ser tan despreciable como fascinante, alguien de quien te encanta ver sus desventuras, pero que odiarías conocer en la vida real.

 
Resumiendo: Imprescindible comedia sobre las miserias humanas de nuestra sociedad, elevadas a la enésima potencia.
 

Un ladrón en la alcoba (1932)


Ladrones y amantes

Es muy agradable encontrar una película que cautive por su simpática historia y por estar llena de momentos ingeniosos que engrandecen aún más su brillante resultado, y eso es exáctamente lo que ocurre al ver Un ladrón en la alcoba (1932), una comedia romántica de la Paramount que podría ser la predecesora de las "screwball comedies" tan populares en los años 30 y 40 (se suele considerar como la primera de ellas a Sucedió una noche, de 1934).

Promoción fantasma (2012)


Los fantasmas atacan al profe.

Se comenta que el gran maestro Billy Wilder tenía en su oficina de trabajo una frase enmarcada que decía: “¿Cómo lo haría Lubitsch?” de manera que, cada vez que se encontraba en un callejón sin salida a la hora de escribir uno de sus magníficos guiones, pensaba en cómo abordaría, el director Ernst Lubitch, la situación que intentaba narrar. A eso se le llamó “el toque Lubitsch”. Pues bien, después de ver la comedia española Promoción fantasma creo que los responsables de la cinta también debían tener algún tipo de frase enmarcada en su lugar de trabajo aunque, en su caso, en lugar de hacer referencia al director alemán, debía decir algo como: “¿Cómo lo haría John Hughes?”. Me gusta pensar en ello como “el toque Hughes”. Duermo mejor por las noches.

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