Después de leerme varios discursos de Kirchner he logrado por fin comprender uno de sus conceptos más utilizados. Por fin, al leer su última pieza de alta oratoria, entendí lo que el presidente entiende por
autoestima.

Ustedes saben que cuando me tocó empezar a gobernar el país, decía un conocido director de un conocido diario argentino, que íbamos a durar tres meses, que íbamos a durar seis meses, que había estado en Washington y que iba a durar cinco meses y medio. Ni hablar de las cosas que decían los economistas.
Bueno como lo que decían los tratadistas, ahora, en la discusión de La Haya, lo mismo. Es decir que todos los tratadistas.. ¡Qué increíble esta Argentina! porque cuando se discuten cosas realmente, a veces, el fallo es favorable, a veces es contrario; se están dirimiendo intereses. Pero hay que tener convicciones, hay que tener en cuenta que se puede estar contra un Gobierno pero no se puede pensar, quien está contra ese Gobierno, que a la nación no les salgan las cosas como le tienen que salir.
Me parece que los argentinos tenemos que aprender que culturalmente esto nos ha traído, muchas veces, problemas graves y hasta pérdida de autoestima. Yo creo que las decisiones siempre hay que tomarlas con una serena reflexión. Como decía el fallo, hoy, de La Haya, donde se dirimía la cuestión respecto a la presentación que había hecho Uruguay, y nosotros lo tomamos –se lo digo a todos los argentinos – con una serena de reflexión, de creer que estamos defendiendo los intereses por convicción.
Según el diccionario de la Real Academia Española, autoestima significa
"Valoración generalmente positiva de sí mismo."El concepto de autoestima de Kirchner es, sin embargo, un poco diferente.
Para Kirchner autoestima significa la capacidad de hacer absolutamente lo que a uno se le ocurra, aunque viole los derechos de otros, con tal de tener la
convicción de que lo que uno haga defiende sus (aunque diga que son nuestros) intereses.
Básicamente violar la ley cuando la ley se opone a la defensa de sus
intereses, con la justificación de su propio
convencimiento.
Un ejemplo: Kirchner está interesado en unos terrenitos en El Calafate. Dichos terrenitos se consiguen mediante licitación pública de precios. Como Kirchner es el presidente del país, además de haber sido gobernador de la provincia de Santa Cruz (en la que se encuentra El Calafate) por varios años, está convencido que está sobre la ley, por lo que tiene la autoestima suficiente como para hacer que el intendente de esa ciudad turística le entregue los terrenos de su interés a precio vil por decreto sin la licitación que exige la ley.
Volviendo al tema de los cortes, Kirchner festejó el fallo, pero más que su triunfo festejó la derrota de los agoreros. Él disfruta más ver que sus adversarios (¿enemigos?) pierdan que sus propios triunfos.
Ya en
Sine Metu habíamos notado que Kirchner tampoco sabe asumir sus derrotas, prefiere que se diga que fuerzas malignas triunfaron pero jamás que él perdió.
Dedicó una buena parte de su discurso del 23 de enero a recordar lo que habían dicho estos "enemigos" sobre un posible fallo adverso. Publico sólo agunos como ejemplo:
Pero yo les voy a hacer recordar algunas cosas, con total sentido de amor y de cariño, es decir: Vaticinios y especulaciones sobre el último fallo de la Corte Internacional de La Haya, lo digo con absoluto desprendimiento. La tapa de Ámbito Financiero (23 de enero) dice: “Papeleras: condenarían, hoy, al país por cortes de rutas”. ¡Qué poco optimista! . “EL Gobierno nacional quedaría de nuevo arrinconado entre su falta de política ambiental eficaz, la debilidad frente a los ambientalistas, que le marcan la política exterior y la incorporación a un ‘veraz’ jurídico internacional por incumplir esa orden”.
(...)
También escribía Gabriel Sued, de La Nación (23 de enero): “Los antecedentes del caso, a nivel internacional, ahuyentan el optimismo”. ¡Gabriel! En otro editorial de La Nación, del 22 de enero, se dice: “Hay que acatar fallo de La Haya”. Lo vamos a acatar.
(...)
“Los bloqueos rozan con la ilegalidad”. Elisa Carrió: “Ahora vamos a perder en La Haya”. Obvio, nunca va a decir que vamos a ganar algo. “Nos estamos poniendo al Tribunal en contra”, dice. 14 a 1...Esto lo dice el día 21 de enero. Bueno, las cosas que dice.
Pero ¿qué decía Kirchner sobre los cortes el 22 de noviembre?
El otro tema es que tenemos que terminar con la hipocresía y se los digo a estos medios también. Yo no estoy de acuerdo con los cortes, también lo digo, no estoy de acuerdo con los cortes porque me parece que tenemos que evitar que nos hagan caer en la provocación de cortar (...) Yo les pido por favor que levanten los cortes, que no le sirven a la estrategia argentina, se los digo de todo corazón a los hermanos entrerrianos, de Gualeguaychú, hermanos argentinos, compartiendo la lucha contra estos intereses y demás, pero yo no voy a levantar la mano contra otro argentino, tengo que persuadir.
Bueno. No sólo no los persuadió para que depusieran la actitud de cortar las rutas, pese a que en aquel momento tenía la convicción que los cortes no le servían a la estrategia argentina, sino que salió a defenderlos en La Haya a costa del presupuesto del Estado.