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viernes, 27 de marzo de 2020

Por Italia 87 - Florencia 63 - Final: La Santissima Annunziata

Voy a terminar la larguísima crónica de estos meses sobre Italia con la iglesia de la Annunziata, patrona de Florencia. Hay allí un cuadro milagroso, de esos acheiropietoi, los no hechos por manos humanas. Le tiene una gran devoción en Florencia: supongo que a ella estarán acudiendo especialmente estos días.
El cuadro estaba cubierto por una plancha de bronce y sólo se abría a horas concretas. Aquí veis cómo va cerrándose esa cubierta:


Y aquí tenéis el cuadro abierto:


De frente:


Menos mal que tenemos wikimedia para poder ver algo realmente del cuadro. Muy bonito, ¿verdad? De una gran ingenuidad, de la buena:




A ella le pido que interceda ante el Señor para que acorte en todo el mundo, empezando por las naciones que más sufren ahora, Italia y España, este tiempo de prueba.

jueves, 26 de marzo de 2020

Por Italia 86 - Florencia 62 - Antes de la traca final: Totum revolutum

A todo se llega, también a acabar de contar un viaje que me llevó seis meses contar. Y acabando en medio de la cuarentena, que lo hace todo todavía más irreal.

Tangible era la cúpula de Brunelleschi, esa sí:


Al lado de Ognissanti había un edificio estilo Liberty, que es como llaman los italianos al modernismo:


Creo que ya puse esta Farmacia cerca de san Marco:


Desde la cafetería de los Uffizi había esta vista de la torre de la Signoria:




Esto era cerca del jardín botánico:


Mirad qué nombre más bonito el del Jardín Botánico: "Jardín de los Simples" (simples en el sentido farmacológico). Veo que se fundó en 1545, que es mucho fundarse:


Pasábamos a veces por una plaza con pinos muy altos, que el alcalde -nos dijeron un día unos vecinos que habían hecho un almuerzo reivindicativo- se quería cargar. ahí había una "fuente" de agua, pero también de agua con gas. La pintada "Il verde era vita! estaba por muchos sitios de Florencia y debía de ser de un elegiaco incomprendido:



El autobús nos dejaba en la parte de arriba de la calle Trieste y allí había una "Villa Triste", nombre que suena a poético pero que resultó que se le dio a esas villas que requisaban en el periodo último de la ocupación alemana para torturas:


Yo he desarrollado una fobia a los que pintan/manchan paredes. Había poemas en algunas, pero lo mejor es que había uno que les iba poniendo nota:






Estuvo contando cosas uno que trabaja en una Escuela de Arte Sacro que han montado aquí. Explicó que tienen que ponerse a posar para otros, así que salen todos los profesores en muchos cuadros, algo perfectamente lógico. En general, de pecar por algo, pecarían de excesivo realismo:



Estaba al lado del río Arno:

miércoles, 25 de marzo de 2020

Por Italia 85 - Florencia 61 - El Palazzo Rucellai

El palazzo Rucellai yo quería visitarlo porque uno de los primeros vídeos que había visto sobre Florencia cuando supe que iba a ir allí era este:



De Alberti ya había visto la iglesia de san Andrés de Mantua. También la fachada de este edificio, como dicen en Asturias, me prestó mucho. Me pareció como primitiva, en el mejor sentido de la palabra. Podría haber dicho que me parecía muy moderna, también.

Como veis, quedó inacabada, lo que contribuye -me parece a mí- a reforzar la apariencia de capa que recubre un edificio, como un decorado:
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Era como una decoración de cemento con marcas, no sé cómo decirlo:


Esta era el hall de entrada:


Enfrente tenían la loggia que hizo el propio Alberti, lamentablemente en obras:


lunes, 23 de marzo de 2020

Por Italia 84 - Florencia 60 - Una capilla de limosnas

El último día en Florencia, tras visitar el cenacolo de Andrea del Castagno y el Bargello, me iba volviendo cuando, yendo como iba por Via Dante, al lado de la Badia Fiorentina, donde este vio por primera vez a Beatrice, me encontré con una capillita, que justo estaba abierta.


[de wikimedia]

Era el Oratorio dei Buonomini di san Martino, diez buenas personas que hacían una caridad escondida: mirad lo que ponía en este cepillo: Limosine per li poveri verghognosi di s. Martino.
Es decir, que también había pobres vergonzantes en Florencia. Todos los manuales de literatura e historia del Siglo de Oro español nos engañaron haciéndonos creer que eso de los pobres vergonzantes era característico de España, por una excesiva preocupación por la honra y el desprecio del trabajo por las ínfulas nobiliarias: en todas partes cuecen habas:


En la inscripción de arriba ponía:
Cada vez que uno hace limosna a los pobres vergonzantes de la obra de san Martín adquiere dos mil ocho años y otras tantas cuarentenas de indulgencia concedidas de cinco Sumos Pontífices como pago de su breve existente en la dicha Obra


Era una capillita mínima, pero resulta que estaba llena de frescos que representaban escenas de la vida de san Martín y de las obras de misericordia, atribuidos a alguien del taller de Ghirlandaio. En la cabecera estaba este busto de san Antonino, atribuido a Verrocchio, nada menos:


Los frescos eran muy bonitos, ingenuos, no una maravilla prodigiosa, pero bonitos, sí:
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Mirad aquí mejor las escenas, que están muy bien.

viernes, 20 de marzo de 2020

Por Italia 83 - Florencia 59 - El Bargello 3 - marfiles

Además de ser quizá el museo de escultura más importante del mundo, resulta que había más en los pisos de arriba. Toda una zona de marfiles, de muchas épocas. Yo pongó sólo algunos, que por suerte tienen en su mayoría carteles identificativos.
Yo me limito a poner las fotos aquí, y lo más grandes que puedo. Si pincháis sobre las fotos, las podéis ver solas, por encima de los menús laterales:






















No sé si leéis Α (γιος) Σιμων / Ο Ζελότης (el apóstol san Simón el Zelotes)














Arte italiano - Finales del IV- Inicios del V d. C. Díptico: Adán en el paraíso / escenas de la vida de san Pablo






Práctica de griego:
ΑΝΔΡΕΣ ΓΑΛΙΛΑΙΟΙ / ΤΙ ΕΣΤΗΚΑΤΕ ΒΛΕΠΟΝ· / ΤΕΣ ΕΙΣ ΤΟΝ ΟΥΡΑΝΟΝ
(Hombres galileos, ¿qué hacéis parados mirando al cielo?)



Italia - El cónsul Basilio - 480 d. C.




Bizancio - La emperatriz Ariadna - principios del VI




Había más, había salas de cerámica, de escultura, una sala para los Della Robbia. Era para estar varios días: yo ya paré y salí de allí. Qué maravilloso museo, el del Bargello.