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jueves, 31 de enero de 2013

LOS SUPERHÉROES Y LA VEJEZ




Magnífica ilustración de una JLA envejecida a cargo del artista Bryan Lee, titulada 'We Were Heroes'. Esta es una de esas obras sobre las que merece la pena clickar para poder apreciarlas y recrearnos a un tamaño mayor. En ella, unos jubilados Aquaman, Superman, Batman y Flash pasan la mañana tomando el sol en el parque, sentados en un banco y dando de comer a las palomas, al tiempo que ven la vida pasar, ignorados por todos y rememorando glorias pretéritas mientras echan un pitillito. ¡Seguro que estos cuatro tienen más batallitas que contar que el abuelo de los Simpson!

Me encantan algunos pequeños detalles, como el hecho de que el hiperactivo Flash sea el miembro del grupo que más peso haya ganado con los años (se ve que al no poder correr por la edad, su metabolismo se ha vuelto en su contra, y al no poder gastar la cantidad de energía que quemaba corriendo, acumula kilos, víctima del sedentarismo). O el cuernecito torcido de la capucha de Batman, indicador de su alicaído estado de ánimo. O la expresión de tormento de Aquaman (probablemente rememorando la muerte de su hijo a manos del villano Manta Negra). O el hecho de que todas las botas de sus uniformes les queden grandes y holgueras, delatando la masa muscular perdida.

La obra es al mismo tiempo una estupenda denuncia de cómo tratamos a nuestros ancianos en las modernas sociedades industriales: apartados por sus familias, marginados, desahuciados o depauperados en asilos, ignorados por todo el mundo justo cuando toda su experiencia vital acumulada podría ser más útil para las generaciones más jóvenes. La vejez es casi un tema tabú para muchas personas, que no la aceptan como una parte fundamental de la vida, mientra luchan por evitarla a toda costa.

Si el tiempo de los cómics transcurriese a la misma velocidad que el tiempo real, éste sería sin duda el aspecto que la mayor parte de los héroes de Marvel y DC tendrían en la actualidad.

Y sin embargo, son muy pocos los cómics de superhéroes que hayan tratado con seriedad el tema de la vejez de sus personajes (con la salvedad, quizás, de la JSA y su legado). Cuando lo han hecho, casi siempre ha sido en versiones alternativas pertenecientes a universos paralelos o futuros distópicos. 'Elseworlds' en el caso de DC, 'What If...?' en el de Marvel.

Precisamente, el número 38 del volumen 1 de la serie What If...? es uno de esos pocos cómics en el que el tema del paso del tiempo y la vejez de los superhéroes ha sido tratado de manera acertada. Guardo buen recuerdo de ese cómic en cuestión, y es probable que un día de estos me anime a hacer un comentario más exhaustivo del mismo.




Mientras tanto, los superhéroes, a pesar de tener más de 75 años de historia, siguen inmunes al paso del tiempo. Como auténticos dioses, como iconos de la perfección humana, como los entes idealizados que son, están condenados a perpetuarse eternamente, sin nunca aparentar más que esos difusos treinta y tantos años que lucen en la actualidad. Congelados perpetuamente en la cima de su apogeo físico, no tienen capacidad para desarrollarse más allá, mientras nosotros, los lectores que crecimos con ellos, comenzamos a notar en nuestras carnes los estragos de la edad.

El tiempo para los personajes de cómic es circular, una trampa, un círculo vicioso del que es imposible salir o avanzar (al menos mientras continúen siendo rentables para sus respectivas editoriales). Los superhéroes viven su propio y particular síndrome de Peter Pan.

Como decía la canción de Alphaville en los 80: 'Forever young, I want to be forever young...'