Ilustración de Iron Man -de estilo pop art- a cargo del diseñador gráfico Patrick Connan para conmemorar el 50º Aniversario del personaje, creado por Stan Lee, Jack Kirby y Don Heck en las páginas de 'Tales of Suspense' # 39 en Marzo de 1963. Connan homenajea sin pudor el cartel de la película 'Robocop', el clásico de Paul Verhoeven (1987), cuyo lema era 'Mitad hombre, mitad máquina, todo policía'.
Cuaderno de bitácora de J. L. Lafuente. Blog sobre cómics, cine, fotografía, música, literatura y libre opinión. Un auténtico cajón de sastre.
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domingo, 22 de diciembre de 2013
viernes, 28 de diciembre de 2012
CÓMICS MARVEL DE LOS 80 (II):
IRON MAN # 160 USA (JULIO 1982)
Título: ‘A Cry of Beasts’.
Guión: Denny O’Neil.
Lápiz: Steve Ditko y Marie Severin.
Entintado: Dan Green.
Color: Don Warfield.
Portada: Jim Starlin.
Este es uno de esos cómics de los que guardo un recuerdo imborrable, quizás debido a que en el momento en que apareció publicado en España por primera vez (en Junio de 1986, en el número 15 del volumen 1 de la serie de Iron Man de Forum, cuya portada tenéis reproducida más arriba) yo contaba con unos 9 años de edad. Por aquel entonces lo que más me impresionó de la lectura de aquel número no fueron las aventuras del héroe, ni los villanos a los que se enfrentaba, sino el tema que abordaba de fondo: EL ALCOHOLISMO, un tema que a mi yo infantil le parecía demasiado adulto para ser tratado en un cómic. Sin embargo, aquel tebeo no sólo salía bien parado de su aproximación a un tema tan peliagudo, sino que personalmente me demostró que no había temáticas prohibidas ni argumentos tabúes para un medio como el cómic. El cómic como expresión artística hacía muchos años que había alcanzado la mayoría de edad.
El número 160 era el segundo escrito por Denny O‘Neil (tras el inicial # 158 y el fill-in del # 159, al que dedicamos la entrada anterior), en lo que sería una larga estancia en la serie, prolongada hasta el número 208. O’Neil siempre ha sido un guionista caracterizado por atreverse a tratar temáticas adultas y socialmente comprometidas en sus cómics. Sin embargo, el mérito de la introducción de la temática del alcoholismo en Iron Man no es atribuible a O’Neil, sino a David Michelinie, su antecesor al cargo de las aventuras del Hombre de Hierro. Michelinie firmaría junto a John Romita Jr. una de las mejores historias de Iron Man jamás publicadas, el número 128 (Noviembre de 1979), titulada ‘Demon in a Bottle’ (‘El Demonio en una Botella’), durante la denominada ‘primera crisis alcohólica de Tony Stark’, cuya mítica portada tenéis más abajo.
| Portada obra de Bob Layton. |
Sin embargo, durante su etapa de casi 50 números O’Neil condujo la adicción al alcohol de Tony más lejos de lo que nadie antes se había atrevido. Durante la ‘segunda crisis alcohólica de Stark’, el guionista llevó a la ruina a Stark Industries, y redujo al millonario playboy a semejante estado de embriaguez y de incapacitación que su puesto como Iron Man tuvo que ser ocupado durante muchos números por James Rhodes (futuro Máquina de Guerra). Quizás desde la perspectiva del lector actual, tan resabiado y tan vuelta de todo, la sustitución de Tony Stark por otro héroe no sea nada impactante, pero os aseguro que para todos los lectores de aquellos primeros años 80 fue un auténtico shock. En su momento fue una decisión bastante arriesgada e innovadora, antes de que este tipo de estrategias se convirtiesen en norma habitual para incrementar las ventas de los cómics. A muchos fans que habían abandonado la serie previamente aquello les pilló con el pie cambiado, y al regresar exclamaban atónitos: ‘¡No me lo puedo creer! ¿Ahora Iron Man es negro?’ Finalmente, y como era inevitable, Tony superaría su adicción y regresaría a ocupar su puesto como héroe, con una nueva armadura blanca y roja, en un proceso de redención personal similar al de Daredevil tras 'Born Again'. Pero eso no quita para que los aficionados de entonces nos tragáramos que el trueque Rhodes por Stark iba a ser algo permanente. Los lectores éramos mucho más inocentes por esa época.
| Otra portada mítica, Iron Man # 170, obra de Luke McDonnell y Steve Mitchell, en la que Jim Rhodes viste por primer vez la armadura del Hombre de Hierro. |
Ya desde la estupenda portada de Jim Starlin, con Iron Man luchando en desigualdad contra el Escuadrón Serpiente (en una magnífica composición en diagonal que acentuaba lo desequilibrado e inestable de la lucha), se intuía que aquel iba a ser un número especial. Sospechas que quedaban confirmadas nada más pasar página y encontrarnos con esta maravillosa splash page, obra de Marie Severin. En ella observamos a un Tony Stark completamente ebrio en la barra de un bar de la América rural, ataviado con su armadura pero con el casco tirado despreocupadamente por el suelo. En su mano izquierda apenas acierta a sostener una botella de whiskey, mientras que en la derecha empuña los restos de otra con la que se ha valido para cortarle la cara a uno de los parroquianos del tugurio tras una pelea tabernaria. El pobre diablo llora y gimotea en el suelo con las manos en el rostro. Tony se tambalea dando tumbos, mientras grita borracho su identidad secreta a los cuatro vientos:
- No oss metáiss conmigo…¡No osss metaisss conmigo! ¿Me oísss? Porque ssoy Tony Ssstark… el Hombre de Hierro… y puedo zurrar a cualquiera… ¡Sssoy el invencible Hombre de Hierro!…
En esta magistral página Severin logra transmitir a la perfección la atmósfera grotesca que la artista sin duda estaba buscando transmitir, pero grotesca en el sentido del ‘esperpento’ valleinclanesco. No sólo por la suciedad del antro llamado Norton‘s Bar (reflejado en mil pequeños detalles: el reloj roto detenido a punto de dar las 10, las fotos de mujeres desnudas y boxeadores que adornan el local, los avisos de que no se fía ni hay cambio disponible visibles sobre el espejo, los ceniceros llenos de colillas, el suelo pringoso por las bebidas derramadas y los restos de cristales…) sino también por el estilo feísta, caricaturesco, casi underground, con el que la dibujante define los rostros y rasgos de los personajes: la cara desquiciada y desencajada de Tony Stark con el cabello grasiento y sudado, la expresión de asombro y sorpresa del camarero calvo con el cigarro en la boca, el miedo en los ojos del personaje en primer plano que hace un gesto de tranquilidad con las manos, o el trío del fondo, cuya actitud varía desde el estupor del granjero que ha visto interrumpida su partida de cartas con los naipes en la mano a la sonrisa burlona del paleto de la gorra, que parece estar disfrutando del espectáculo que se presenta ante sus ojos. Todo ello confiere a la escena de un halo estilo ‘american gothic’, de sociedad rural aislada y perdida en el tiempo, como el metafórico reloj roto pretende destacar. Mientras, dominando la composición, el título ‘A Cry of Beasts’ (traducido en la edición española como ‘Grito Animal’) nos recuerda que el hombre es a su manera la peor de las bestias.
Naturalmente, el estilo feísta y caricaturesco de esta ilustración se debe a que Marie Severin dibujó durante los 80 en el magazine de humor satírico ‘Crazy’ (el intento por parte de Marvel de competir con la revista ‘Mad’), así como en el autoparódico ‘Not Brand Echh’. Severin es una de esas ‘artistas de plantilla’ de Marvel de toda la vida, una persona entrañable, más conocida por su faceta de colorista y eventual entintadora en cientos de números, pero cuya labor como dibujante no ha sido nunca lo suficientemente valorada. Severin es en mi opinión un personaje a reivindicar, ya que sin duda merece más reconocimiento y admiración del que tiene en la actualidad. Doblemente si pensamos que fue una de las pocas artistas femeninas integrantes del Marvel Bullpen durante los 70 y 80.
| Portada del libro 'The Mirthful Mistress of Comics', de Dewey Cassell. |
Esta es la única página que dibujó Severin en todo el número. El resto están dibujadas por Steve Ditko. ¿A qué se debió el hecho de que el creador de Spider-Man y Doctor Extraño dibujase todas las páginas del número menos una, algo ciertamente poco usual? Al parecer, cuando leyó el argumento de O’Neil, Ditko se negó ante el editor Mark Gruenwald a dibujar una historia tan desmitificadora como aquella, que tenía una visión totalmente contrapuesta al ideal heroico randiano que Ditko propugnaba. Ya se sabe que Ditko era un artista muy ‘especial’, incapaz de hacer nada que contradijera su particular ideología personal. Al final, tanto Gruenwald como O’Neil lograron convencerle de que dibujase todo el episodio, con la salvedad de la splash page de la página uno, origen de todo el conflicto, para la que tuvieron que recurrir a Severin. Curiosa anécdota, ¿verdad?
Lo cierto es que aquella página me impresionó tanto en su momento, que se me quedó grabada a fuego. Aún hoy día, sigue siendo mi página favorita de todas las que he leído sobre Iron Man. Personalmente, si sólo pudiera salvar del fuego una página de las miles que conforman las aventuras del Vengador metálico, sería sin duda esta. Lo más curioso es que en 1983, un año después de que se publicase este número, el director Richard Lester incluyó en la tercera película de Superman del añorado Christopher Reeve una secuencia muy parecida a la que se narra aquí. De jovencito siempre me llamó la atención esta casualidad y la similitud de las escenas.
Como decíamos, el resto del número está dibujado por Steve Ditko, y aunque el Ditko de los años 80 no se encontraba al mismo nivel de plenitud y genialidad que el Ditko de los 60 (como puede comprobarse en su etapa en ‘ROM the Spaceknight’), quien tuvo retuvo, y el peculiar artista firmó unas páginas a un gran nivel. Un poco de Ditko sigue siendo mucho. Al igual que sucedía con Paul Smith en el anterior número 159, el 160 fue el único ejemplar de Iron Man que Ditko dibujaría en su carrera. Se trata por tanto de una rareza, un número único e irrepetible.
Al pasar a la página 2, descubríamos que la escena de la splash page no había sido más que una pesadilla de Tony Stark, al mismo tiempo que O’Neil informaba a nuevos lectores -a través de los bocadillos de pensamiento- del pasado alcohólico del personaje y de su miedo a recaer en la bebida, con lo que en apenas unas líneas dejaba rápidamente planteado el conflicto del número.
- ¡No… no! ¿Ese sueño otra vez… esa pesadilla! Mi horror personal. No he tomado un trago en más de un año… pero casi podía saborear el licor. Es probable que esté en mi subconsciente debido a la fiesta a la que tengo que acudir esta noche, en la que habrá litros de alcohol.
A pesar de estar rehabilitado, el mayor temor de Stark es ser débil y recaer en su adicción. Como vemos, esta es una de las características intrínsecas de los héroes Marvel, en palabras de Stan Lee: superhéroes con superproblemas. Ídolos con pies de barro y con debilidades muy humanas. La imperfección y humanidad de los héroes Marvel contrastaba poderosamente con la idealización de los héroes de la Distinguida Competencia, más perfectos y por lo tantos más lejanos y ajenos al lector. Más próximos por tanto al mítico arquetipo heroico admirado por Ditko.
Y lo cierto es que en la fiesta a la que acude Stark no faltarían las ocasiones en las que caer en la tentación, con infinidad de camareros ofreciéndole toda clase de bebidas espirituosas, desfilando con bandejas ante sus ojos anhelantes. Stark acude al acto social acompañado de Muffy Cuddle, una actriz de serie B que se convertiría en la gran protagonista al final del número. Muffy, al igual que el propio Stark, es alcohólica, solo que ella no busca una solución para su problema. Tony ve personificados en la actriz todos los aspectos que odia y desprecia de sí mismo.
| - Tony: 'Maravilloso... justo lo que necesitaba... una borracha.' |
Más allá de lo argumental, Ditko maneja en este cómic toda una serie de recursos narrativos y estilemas gráficos que son puro Ditko. Como prueba esta viñeta, en la que el artista hace gala de su capacidad de síntesis, resumiendo en 3 simples figuras el proceso a través del cual Stark se viste con la armadura de Iron Man.
O las escenas en que Iron Man da caza a los tigres y leones escapados del zoo, y que inevitablemente recuerdan a las escenas análogas dibujadas por el propio Ditko 20 años antes en el legendario 'Amazing Spider-Man Annual' # 1 (1964, la primera aparición de Los Seis Siniestros) en la batalla de Spider-Man contra Kraven el Cazador.
| Página del mencionado 'Amazing Spider-Man Annual' # 1 (1964). |
O la peculiar y distinguible manera que tenía Ditko de 'mover' a los personajes, patente en estas secuencias, en las que Mamba Negra disparaba y envenenaba a Iron Man y a un asistente a la fiesta.
Como colofón, tras derrotar al Escuadrón Serpiente, un agotado Iron Man se quita el casco y observa en un espejo su propio rostro amoratado y sanguinolento tras las secuelas del combate, quizás para recordar al lector que no es la armadura, sino el héroe debajo de la armadura lo importante. Y entonces, una Muffy Cuddle que se ha pasado todo el episodio bebiendo, traumatizada tras la batalla contra el Escuadrón Serpiente, comienza a sufrir alucinaciones (el 'delirium tremens' alcohólico) agazapada en una esquina, mientras cree ver cientos de serpientes reptando por su cuerpo, en un acto de justicia poética, ante la mirada de impotencia y compasión de Iron Man. Os dejo con las palabras de Dennis O’Neil, en un final tan trágico y amargo que no podréis olvidaros nunca de él.
- Muffy Cuddle: ¡Serpientes… serpientes reptando… reptando sobre mí…!
- Iron Man: No existen… excepto en tu cabeza.
- Texto de apoyo: Para Muffy Cuddle, las últimas semanas han discurrido como una larga fiesta. Esta noche empieza a pagar por ellas. Y Tony Stark la mira, compadeciéndose de la joven… preguntándose si él mismo será alguna vez libre de la pesadilla que habita en el fondo de una botella.
domingo, 23 de diciembre de 2012
CÓMICS MARVEL DE LOS 80 (I):
PAUL SMITH EN IRON MAN
| Portada de Iron Man # 159 (Junio de 1982), obra de Paul Smith. |
A mediados de 1982, el comic-book de Iron Man, el Vengador escarlata, se encontraba en un momento de transición. Atrás quedaba una larga y exitosa etapa a manos del guionista David Michelinie y de un primerizo John Romita Jr. Ambos autores fueron los encargados de realizar muchos de los mejores números de la serie hasta el momento, y algunos de los que los aficionados guardan un mejor recuerdo.
Aunque tanto Michelinie como Romita Jr. volverían por separado a la serie más de un lustro después de su partida, lo cierto es que en 1982 se preparaban para ceder el testigo a partir del número 160 al equipo formada por el veterano Dennis O'Neil (que había abandonado DC un par de años antes) y por Luke McDonnell en el apartado gráfico.
El número 159 es pues un fill-in, un número de relleno situado como bisagra en medio de dos largas etapas. Lo que hace especial este número es el artista encargado de dibujarlo, Paul Smith, uno de los pencilers con más talento del mercado americano y tristemente uno de los menos prolíficos, con apenas 8 decenas de comic-books dibujados en más de 30 años de carrera. Por lo tanto, cada número realizado por este autor es un pequeño tesoro en sí mismo.
Paul Smith comenzó su carrera trabajando como animador a las órdenes del director Ralph Bakshi en la adaptación de 'El Señor de los Anillos', y de ahí pegó el salto al mundo del comic-book. Lo cierto es que su pasado como animador dejó su huella en su manera de dibujar, cuyo estilo se caracteriza por la síntesis en el trazo (tremendamente elegante y estilizado, casi de línea clara), por la expresividad facial y corporal de sus personajes y por lo diáfano de su narrativa.
Entre sus trabajos más conocidos se encuentra una breve pero recordada etapa en Doctor Extraño junto al guionista Rogern Stern (a la que la crítica especializada no ha dudado en tildar como una de las mejores y más definitorias del personaje, a la altura de las de Ditko o Colan), la primera miniserie de 'X-Men y Alpha Flight' (que dio lugar a la saga de 'Las Guerras Asgardianas', cuya segunda mitad se encargaría de dibujar otro artista maldito, Arthur Adams) o 'La Edad de Oro' para DC junto a James Robinson, quizás el elseworld definitivo sobre la JSA y el All-Star Squadron.
Pero si por un trabajo es especialmente recordado Paul Smith hoy en día, ese es sin duda por la decena de números que dibujó en 'The Uncanny X-Men' junto a Chris Claremont (165-170 & 172-175 USA). Smith sustituyó a Dave Cockrum como dibujante, que a su vez había regresado a la serie previamente tras la marcha de John Byrne. Y lo cierto es que el trabajo de Smith supo estar a la altura de Byrne. Algunos piensan que incluso lo superó en algunos aspectos. ¿Quién no recuerda algunas escenas míticas, como la de la transformación de Tormenta durante la Saga del Nido? ¿O la famosa splash-page en que Kitty Pride gritaba -¡El profesor Xavier es un idiota!? ¿O el duelo a navaja entre Calisto y Ororo, con el liderazgo de los Morlocks y la vida del Ángel en juego? ¿O Scott Summers agujereando una moneda en el aire mientras cortejaba a Madelyne Pryor? ¿O el cambio de look de Tormenta y su peinado mohawk, tan propio de los 80? ¿O el duelo de Cíclope contra el resto de miembros de la Patrulla-X, manipulados mentalmente por Mente Maestra? Y tantos y tantos otros momentos inolvidables de esta etapa, tan numerosos que cuesta recitarlos...
Volviendo al número de Iron Man que nos ocupa, es necesario mencionar que el guión corrió a cargo de Roger McKenzie, y cuenta con un argumento sencillo, como corresponde a un número unitario. Tras enfrentarse a los 4 Fantásticos en el famoso número 232 de su serie (el número que fue el punto de arranque de John Byrne como autor completo al frente de 'The World's Greatest Comic Magazine', en Julio de 1981), el villano Diablo fue derrotado con la ayuda mística del Doctor Extraño. Habiendo perdido la memoria a resultas del combate, un amnésico Diablo trabaja como bedel en Industrias Stark hasta el momento inevitable en que recupera sus recuerdos, desatándose la batalla contra Iron Man.
Así pues, argumentalmente el número no es más que un combate entre el Vengador y un villano prestado de la galería de los 4F, que reaparece aquí. Entretenimiento puro, pirotecnia sin pretensiones. Pero eso sí, menudo combate. Merece la pena deleitarse con las páginas dibujadas por Smith, que soporta sobre sus hombros todo el peso del cómic, empezando por la splash-page inicial con el dragón bicéfalo.
Como era de esperar, el alquimista español carga contra el héroe con toda clase de elementales, ya sea de fuego, hielo, aire o piedra, como ese magnífico golem de asfalto que hace que Iron Man atraviese varias plantas de pisos de Stark International.
Y entonces alcanzamos el momento cumbre, el clímax de la batalla, cuando Diablo lanza los 5 modelos previos de armaduras animadas contra su dueño, en una secuencia muda de 2 páginas que es absolutamente magistral, antológica. No sólo por la manera en que Smith descompone la acción en páginas de 8 viñetas, barajando sabiamente los planos (narrativamente impecable, con ese plano de las antiguas armaduras golpeando con saña a Stark alejándose gradualmente, dando la derrota por segura, en una secuencia de 3 viñetas, para a continuación comenzar en la siguiente página a imponerse paulatinamente a ellas, una por una), sino también por la expresividad épica de la anatomía de los combatientes, con Iron Man alzándose sobre los restos destrozados de sus contrincantes. En ese sentido, estas 2 páginas me parecen tan buenas como las célebres 3 primeras páginas mudas que dibujara Steranko para el número 1 de 'Nick Fury: Agent of S.H.I.E.L.D.' (Junio de 1968).
Finalmente, tras derrotar al villano, Iron Man se lo entrega a los 4 Fantásticos para que lo custodien, terminando el cómic con un simpático comentario de la Cosa, que por aquella época desconocía la identidad secreta de Tony Stark.
- Sue Richards: Por cierto, Ben... Me pregunto donde estará Tony Stark.
- Ben Grimm: Ah, todos los playboys son iguales, Susie. No tienen ni una sola preocupación en el mundo. ¿No es verdad, cabeza de lata?
- Iron Man: Ben... no sabes ni la mitad.
Fijaos en los rostros de Iron Man en todas las viñetas. Lo cierto es que nunca la inexpresiva máscara del Hombre de Hierro había resultado tan expresiva como en las manos de un dibujante como Paul Smith, ni la armadura clásica (la mejor de todas las armaduras del personaje) había lucido tan bien desde tiempos de Neal Adams.
En España, el número 159 de Iron Man se publicó por primera vez dividido entre los números 14 y 15 del volumen I de la serie de Cómics Forum en 1986, debido a la extraña costumbre que tenía Planeta en aquella época de cortar episodios por la mitad.
Después de este episodio, Paul Smith no volvería jamás a dibujar la serie de Iron Man (con la excepción del Annual 10 de Agosto de 1989, inmerso en la saga 'Atlantis Attacks'), con lo cual este pequeño número aumenta su valor, al tratarse prácticamente de un ejemplar único e irrepetible.
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