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viernes, 13 de enero de 2017

Reacciones

Uno, que es un reaccionario (lo que puse en mi muro de FB ayer):

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Antes de aplaudir explíquenme: si era tan buena idea, por qué esperó ocho años?
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Y con esto desaparece el único logro real de la Revolución Cubana (aparte de Hialeah, claro)
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1.-Obama acuerda con Raúl Castro eliminar el trato preferencial a los cubanos que entren al país y el Parole a los Médicos Cubanos
2.-El Gobierno cubano, cosignatario del acuerdo, saluda la eliminación de estos dos “escollos”, como “un importante paso en el avance de las relaciones bilaterales”.
3.-Obama en cambio dice que lo hace por el bien de los cubanos. No dijo cuáles cubanos en concreto pero no cuesta mucho trabajo imaginarse el apellido.
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Esto parece la segunda venida del Comandante en Polvo
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Más que “un importante paso en el avance de las relaciones bilaterales” yo diría "en las relaciones consensuales"
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Hay que explicarles a los mexicanos que ellos nunca han tenido ley de ajuste para que sean los propios mexicanos los que resuelvan los problemas de México.
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Barack Micocilén Obama
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Es recomendable que la política norteamericana hacia Cuba no se haga cumpliendo las orientaciones de Raúl Castro. Y si se hace que al menos eviten la verguenza de explicar que lo hacen en bien del pueblo cubano. Como si fueran la misma cosa.
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Si de algo no se puede acusar a la política de Obama hacia Cuba es de falta de transparencia... hacia el gobierno cubano.
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Reconózcanlo: eso de que Obama empiece a tratar a los cubanos como Trump quiere tratar a los mexicanos tiene tanto a obamistas como a trumpistas muy confundidos.

viernes, 6 de mayo de 2016

Con mucho coco

Ya todo el mundo lo debe de haber visto pero siendo este blog también mi propia libreta de apuntes no debo dejar de consignarlo: la presentación de Paquito D'Rivera en la Casa Blanca luego de un penoso episodio en el que Paquito había sido excluido del programa presentado por la Fundación Thelonious Monk y al que regresó luego de hacer pública la carta de protesta que dirigiera al presidente del país. Para los cazadores de símbolos había presa abundante. Se trataba de la pieza "Con poco coco" del legendario pianista Bebo Valdés en cuyo rescate del olvido el propio Paquito había jugado un papel decisivo. Mucho más importante que el de su propio hijo, Chucho Valdés, director de Irakere, agrupación que el propio Paquito ayudó a brillar. Chucho, ese pianista inmenso que en la Casa Blanca daría inicio a la ejecución de la pieza de su padre. Y luego, claro, está el solo de Paquito en el que repasa, entre juguetón y solemne, las primeras notas del himno de Bayamo. En fin, mucho más de lo que puede notar un observador poco informado (como eran casi todos los que estaban esa noche en el patio de la Casa Blanca, dicho sea de paso).



miércoles, 20 de abril de 2016

Fábula con final feliz y moraleja

A un famoso músico -digamos que se llama Paquito D'Rivera- lo seleccionan para tocar en un concierto en la Casa Blanca. Días después recibe la noticia de que ha sido excluido del proyecto inicial. Así, sin más explicaciones. El músico por más que piensa la única razón que se le ocurre para que lo pudieran excluir es política. De modo que se le ocurre escribirle al cabeza de familia de la Casa Blanca que casualmente es el presidente del país. Esta es la carta:
Presidente Barack ObamaThe White House,Washington, DC 
Estimado señor Presidente:
Hace un tiempo atrás, desde las oficinas del prestigioso Thelonious Monk Institute me comunicaron que me habían propuesto para participar en la celebración del “Internacional Jazz Day”, en un concierto organizado por la UNESCO el 30 de abril en la Casa Blanca y que contará con usted Sr. presidente y con la primera dama Michelle Obama como anfitriones. En dicho concierto, participarán grandes artistas del género, como Chick Corea, Aretha Franklin, Jimmy Heath, Dave Holland, Al Jarreau, Diana Krall, Christian McBride, John McLaughlin, Pat Metheny, Danilo Pérez, Wayne Shorter, Esperanza Spalding, Sting y el mismísimo Chucho Valdés, entre otros.
Yo tomé la noticia como un reconocimiento a mi contribución a la cultura americana, contribución que me ha merecido un nombramiento como NEA Jazz Master, doctorados honorarios de Berklee School of Music y la Universidad de Pennsylvania y la Presidential Medal of the Arts, entre tantos otros. Sin embargo, cuál sería mi sorpresa cuando hace unos pocos días recibí una llamada del Monk Institute informándome sin más detalles que mi propuesta había sido “vetada” por quienes organizan el espectáculo.
Si lo que estuviera en discusión fuera mi aporte artístico a la cultura americana y al jazz no me tomaría el trabajo de escribirle esta carta, Sr. Presidente. Sin embargo, mucho me temo que este “veto” obedezca a mi posición mantenida durante años en contra de la dictadura que oprime a Cuba, mi país de origen, y a favor del respeto a los derechos humanos y de los valores democráticos que tan bien usted defendió hace unos días en La Habana. No sería la primera vez que soy víctima de discriminación por mis convicciones democráticas a instancias de la dictadura cubana, incluso en este país. Y sin embargo este caso se me hace particularmente preocupante por tratarse de un evento del cual usted será su anfitrión. Usted, que apenas hace unos días defendiera en mi país de origen el principio de que “citizens should be free to speak their mind without fear. To organize and to criticize their government and to protest peacefully” y exaltara los logros de un exilio del que orgullosamente formo parte.
Sr. Presidente, le escribo porque me preocupa que sus gestos de buena voluntad hacia el pueblo cubano sean entendidos como un llamado a ser complacientes con las exigencias de la dictadura que lo oprime. Que sean tomados como pretexto para marginar en los propios Estados Unidos a tantos que en el exilio hemos defendido el derecho del pueblo cubano a expresarse libremente y decidir su destino en democracia. Me preocupa que este acto de discriminación política se produzca en un evento en su casa que es la casa de todos los americanos por lo que tiene de simbólico y también de ejemplar. Y me preocupa porque me es más fácil soportar –por dolorosa y humillante que sea– la discriminación individual a mi persona que la idea de que en nombre de la convivencia con otros gobiernos, independientemente de su carácter opresivo, se desprecien principios de convivencia básicos por los que tantas generaciones de americanos han luchado durante siglos y que son modelo y esperanza de convivencia para buena parte de la humanidad.
Supongo que la decisión de vetar mi presencia fue tomada a sus espaldas, pero mi exclusión del evento se hará a plena luz pública. Apenas cumplo con mi deber ciudadano de advertirle que incluso un evento que celebra un género musical que encarna la aspiración de libertad de tantos seres humanos puede ser usado en sentido contrario a la propia idea de libertad. Por el respeto que le tengo –acrecentado por su reciente actuación en mi país de origen– creo que es mi deber informarle de que su condición de anfitrión está siendo manipulada por aquellos que niegan los mismos principios que le permitieron a usted acceder a la presidencia de este país y a mí a dirigirme al hombre más poderoso del planeta con entera libertad y sin miedo a represalias.
Sinceramente:
Paquito D’Rivera
Pasa una semana. El músico no recibe respuesta. Se impacienta. Finalmente decide enviarle la carta a El Nuevo Herald. Apenas dos horas después de aparecida la carta en la edición digital del periódico Paquito recibe la re-confirmación para participar en el concierto del que inicialmente había sido excluido.
Moraleja: digámosla a la manera de Paquito. "Niño que no llora, cuchillo de palo"

miércoles, 6 de abril de 2016

Nota sobre el racismo "revolucionario"

La breve visita del presidente Obama a Cuba parece marcar –entre tantas cosas- la apoteosis del racismo revolucionario: ya sea en la forma de comparaciones –desfavorables- llevadas a cabo por FidelCastro entre el presidente norteamericano y el cubano Antonio Maceo o el sudafricano Nelson Mandela; de algún periodista oficialista tratando de demostrar que ser negro es incompatible –por ejemplo- con ser sueco. Un racismo que se hacía notar en la insistencia en ciertas expectativas asociadas con la raza del actual presidente norteamericano. O en las reiteraciones de que no tenía sentido abordar el tema del racismo en Cuba porque este había abolido por la Revolución en 1959.
Y es que una de las principales diferencias entre el racismo revolucionario y el tradicional es que mientras el segundo hace todo lo posible por conservar y justificar las desigualdades el primero, el revolucionario, pretende eliminar las desigualdades por el procedimiento expedito de prohibir que se mencionen. El racismo “revolucionario” se empeñará incluso en eliminar cualquier modo oficial de discriminación pero a continuación las “minorías” hasta entonces discriminadas deberán delegar su capacidad de reclamo en la vanguardia “revolucionaria”.  Es racista porque al igual que el racismo tradicional entiende que la minoría en cuestión no puede ni debe decidir por sí misma lo que le conviene y lo que no porque en cuestiones de autonomía y autoconciencia social son inferiores. Es revolucionaria porque a diferencia del racismo tradicional considera que a tales minorías se les puede sacar partido. Luego de restregarles durante un buen rato los méritos de la vanguardia revolucionaria como liberadora de dicha minoría se le exige una absoluta devoción y la cesión total de su capacidad de expresar y defender sus reclamos particulares o generales.
De ahí que la reacción en los medios oficiales a la visita del presidente norteamericano –y en especial a su discurso en defensa de los valores democráticos del país que representa- haya sido tan visceral. Aunque esos mismos medios debieran haber sabido que Obama había llegado la presidencia con la mayoría de los votos de un país que durante décadas han demonizado no han podido ocultar la sorpresa que les produjo su defensa de valores esencialmente norteamericanos. De alguna manera esperaban del president norteamericano la misma devoción que esperan de la población negra en la isla. Porque para el racismo revolucionario como para cualquier otro resulta elemental asociar el color de la piel de una persona con cierta actitud. En este caso se trataría de esperar al menos alguna suerte de complicidad de parte de Obama en nombre de las supuestas ventajas otorgadas por la Revolución a la raza a la que pertenece. Un racismo que, a diferencia del tradicional, sí hace una ditintinción entre las personas pertenecientes a la raza negra. Para ellos existen negros útiles y negros imperdonables. Útiles como Esteban Lazo, funcionario de rango impreciso en la nomenclatura castrista pero al que durante la visita de Obama era colocado insistentemente al lado del octogenario dictador ya fuera para convencer a Obama que los negros cubanos no estaban totalmente apartados del poder o para compensar la blancura del Castro de turno.  Un negro imperdonable sería el disidente Orlando Zapata Tamayo muerto tras una larguísima huelga de hambre en la cárcel hace seis años por su alevosa intentona de dañar la imagen de la Revolución con su muerte.
El estupor y la saña de los ataques que en estos días se suceden en la prensa oficial cubana rebasa el simple antagonismo político. Denota además una rabia mal controlada hacia un fenómeno que no acaba de entenderse porque nunca se entendió: el de personas negras que no estuvieran profunda y eternamente agradecidos a los desvelos de la Revolución por convertirlos en personas. Como lo atestiguaba el recientemente fallecido Jorge Valls en sus recuerdos de su paso por las cárceles cubanas de 1964 a 1984
"...los negros eran objeto de un trato especialmente malo: "tú, negro" decía el vigilante, "¿cómo pudiste rebelarte contra una revolución que está haciendo seres humanos de ustedes?". Siempre acababan con más golpes y pinchazos de bayoneta que los demás"

Ese racismo revolucionario, paternalista con los que le prestaban una obediencia que asumían obligatoria y brutal con los que la rechazaban, siempre estuvo ahí. Siempre se basó, como cualquier otra variante de racismo, en no reconocer a determinado grupo humano en absoluto pie de igualdad sino conceder cualquier trato igualitario como un favor que debía ser retribuido con un agradecimiento infinito. Si hoy lo notamos más no es por una alteración de la norma por parte de la ahora añeja vanguardia revolucionaria. Se trata más bien de que el mundo a su alrededor ha cambiado mucho en las casi seis décadas que lleva en el poder. Nada como la presencia del primer presidente norteamericano negro en La Habana para acentuar el contraste y el absurdo anacronismo que representan esos octogenarios con ínfulas de libertadores.

lunes, 28 de marzo de 2016

Servicio de traducción

Los diferentes medios informativos han hecho un esfuerzo sobrehumano para exprimirle algún sentido al último artículo del Viejito Sangrón en Jefe titulado nada menos que El hermano Obama pero por muchas vueltas que se le den apenas se pueden sacar tres conclusiones:
1-Que ya no consigue crear dos oraciones coherentes seguidas.
2-Que su perfidia, en cambio, sigue intacta.
3-Y que está muy, pero que muy molesto con el discurso de Obama.
Aquí los fragmentos más coherentes:
-“De cierta forma yo deseaba que la conducta de Obama fuese correcta. Su origen humilde y su inteligencia natural eran evidentes. Mandela estaba preso de por vida y se había convertido en un gigante de la lucha por la dignidad humana” [O sea, una manera de distinguir lo que según él sería un negro bueno de uno malo. Y el malo estuvo a punto de confundirlo por aquello del origen humilde]
-“Cuando Piero llegó no había nada que hacer excepto promesas” [Ahí está concentrada toda su sabiduría política: a falta de pan, promesas]
-“Obama pronunció un discurso en el que utiliza las palabras más almibaradas para expresar: ‘Es hora ya de olvidarnos del pasado, dejemos el pasado, miremos el futuro, mirémoslo juntos, un futuro de esperanza. Y no va a ser fácil, va a haber retos, y a esos vamos a darle tiempo; pero mi estadía aquí me da más esperanzas de lo que podemos hacer juntos como amigos, como familia, como vecinos, juntos’” [Hay que reconocer que al menos el “copy and paste” le funciona. Y su enemistad con la dulzura: ¿recuerdan cómo terminaron los seducidos por “las mieles del poder”?]
“Se supone que cada uno de nosotros corría el riesgo de un infarto al escuchar estas palabras del Presidente de Estados Unidos” [Esa es, sin dudas, la voz de un sobreviviente orgulloso de serlo]
Y aquí una muestra del “copy and paste” de casi seis décadas de discursos tremendistas:  “Nadie se haga la ilusión de que el pueblo de este noble y abnegado país renunciará a la gloria y los derechos, y a la riqueza espiritual que ha ganado con el desarrollo de la educación, la ciencia y la cultura”

Ahora uno entiende la rabia del Disparatero en Jefe en contra de la fuga de cerebros. Y es que es un flagelo que ha sufrido en carne propia. La siguiente cuestión es determinar para dónde se le fugó ese cerebro suyo.

sábado, 26 de marzo de 2016

Barnet rectifica a Obama

Otro encargado de "rectificar a Obama es el presidente de la UNEAC Miguel Barnet. Lo hace con cuidado, eso sí. Donde otros lo atacan frontalmente él prefiere hacer un acto de fe (de erratas). Donde Obama dijo "democracia" Barnet quiere poner "capitalismo". Y donde dijo "ropa vieja" Barnet quiere poner "Alicia Alonso". Como si no hubiera diferencia entre una vaca bien cocinada y una vaca sagrada cruda.

La ventajas de la amnesia

Empeñado en contrarrestar la impresión dejada por el discurso de Obama el cardenal Ortega habla sobre memoria y reconciliación :
El cardenal Jaime Ortega afirmó este viernes que la reconciliación nacional, así como entre el Gobierno cubano y Washington, debe hacerse sobre el "perdón" y no olvidando la historia como pidió el presidente Barack Obama en su reciente visita a la Isla, informa AFP.
"Entre los países, entre nosotros hace falta el perdón, ¿por qué? Porque la historia no se olvida fácilmente, hay agravios que no se olvidan, no se pasa una página fácilmente, porque hay que perdonar agravios", dijo Ortega en su homilía del Viernes Santo, en la catedral de La Habana, televisada a todo el país" [...] "en esto hay una gran dificultad, no se pasa la página y no se deja atrás la historia porque la historia es necesaria y la historia es maestra de la vida como dijo el pensador griego y hace falta tenerla siempre presente y sin embargo tenemos que vivir reconciliados". Indicó que la reconciliación entre cubanos emigrados y los que viven en la Isla, es una "palabra que no se ha entendido ni en esta orilla ni en la otra orilla por muchos de nuestros hermanos, (aunque) por otros sí". "No se tiene que olvidar la historia, tenemos que sobreponernos a la historia por el perdón", concluyó el cardenal
Pero no es cierto que sea difícil olvidar la Historia: basta con que sea conveniente. Con lo fácil que ha sido olvidar los fusilados, los muertos en el estrecho de la Florida, los presos que incluso ahora siguen en las cárceles. Pregúntenle por las UMAP y verán si al Richelieu de Jaguey Grande no le da un ataque de amnesia. Pregúntenle por la parte de la Historia que no le conviene recordar y verán como todo lo quema, todo lo deja, esa es su lema, su religión.

viernes, 25 de marzo de 2016

La pelota

El domingo pasado escribía facebook: "Obama da la impresión del niño rico que pone el bate, el guante y la pelota para que lo dejen jugar en un cuatro esquinas". Pues el niño rico metió un jonrón. Los otros fueron todo lo marrulleros que pudieron pero resulta que el muchacho se había preparado bien y bateó con todas sus fuerzas. Eso habrá que reconocérselo, sin dudas. Aunque sea por la bulla que han armado los de allá diciendo que no fue jonrón, o que ni siquiera se paró en la caja de bateo*. Y no es que haya ganado ningún juego. El juego es largo y los dueños del juego están acostumbrados a anotarse todas las carreras sucias que puedan y así seguir ganando partidos. Y hasta se aprovecharán de la repercusión mundial del juego para decir que aquello es un campeonato mundial y de paso buscarse patrocinadores. No obstante se necesitará tiempo para aquilatar el efecto que ha tenido en los cubanos de la isla el recuerdo de aquel jonrón de Obama. La impresión que les causó la contemplación de aquellos flamantes bates y guantes. La oportunidad de descubrir que más allá de las marrullerías a las que los han acostumbrado la pelota puede ser otra cosa.


martes, 22 de marzo de 2016

Haciendo histeria (con postdata)


Debo confesar que el viaje de Obama a Cuba ha superado mis expectativas. Aunque sea por el hecho de que no esperaba nada de dicho viaje*. No es cinismo, apenas un ejercicio elemental de memoria. Recordar cómo el régimen cubano ha sabido procesar y sacarle partido al desfile de papas en un país en que se persiguió activamente a la iglesia y aun ahora se restringe y margina su actividad me podía servir de referencia y antídoto a cualquier entusiasmo previo. Debía saber –como ocurrió- que Obama entraría en contacto con una realidad editada en detalle, ya fuera en el ambiente íntimo de un restaurante privado o en el multitudinario de un estadio, que encontraría frente a sí una escenografía diseñada para tratar de hacer invisibles entre sí a visitantes y visitados.
Dicho esto de todo lo que ha trascendido hasta ahora los momentos más luminosos de la visita de Obama fueron en mi opinión dos. El primero fue el encuentro oficial entre Obama y Raúl Castro  en el Palacio de la Revolución y la posterior rueda de prensa. Aunque si se piensa bien el mérito corresponde en buena medida al anfitrión quien con su torpeza habitual contribuyó al realce del visitante y a recordarle de paso al público cubano cuán lejos se encuentra su actual gobernante de ser un estadista más o menos decente, cuán distante está de la realidad cubana en particular y de esa otra realidad más general que abarca el mundo de las cosas sensibles. Denle un micrófono al General-Presidente y hará el ridículo. Denle un micrófono, unos audífonos y un par de preguntas incómodas y soltarás el bofe riéndote.
El discurso de hoydirigido al pueblo cubano, fue el segundo momento luminoso incluso aunque no estuviera a la altura de sus precedentes más memorables en circunstancias parecidas. Piensen por ejemplo en alocuciones famosas como las de John F. Kennedy ("Ich bin ein Berliner") y Ronald Reagan (Mr. Gorbachev, tear down this Wall!”) en Berlín Occidental o en aquella famosa homilía de Juan Pablo II en Varsovia en 1979. Nada más lejos, en fin, del estilo sosegado y conciliador del actual ocupante de la Casa Blanca. No obstante Obama se permitió recordarle a su audiencia cuál es el sentido profundo de la democracia, de repetir los mandamientos básicos de la constitución americana y de citar una definición de libertad de Martí (en español) que la persistencia de un régimen asfixiante como el cubano consigue hacer subversiva: "La libertad es el derecho de todo hombre a ser honrado, y a pensar y a hablar sin hipocresía". En fin, mucho más de lo que está acostumbrado a escuchar el cubano promedio a través de sus televisores aunque –habrá que reconocerlo- bastante menos de lo que se atrevió a decir en 1998 el obispo santiaguero Pedro Meurice y que mal que bien fue sepultado bajo la abrumadora maquinaria propagandística del castrismo.
De los efectos profundos de esta visita en la psiquis colectiva de un pueblo acostumbrado a un discurso de confrontación y mezquindad, de la manera en que los cubanos procesarán el contraste entre un líder contemporáneo y esa cosa anticuada que sólo propone como alternativas la pobreza y la obediencia (cuando no las dos a la vez) solo se podrá hablar con el paso del tiempo. Lo que sí se puede decir desde ahora es que todo lo ocurrido en esos dos días que los periódicos de medio mundo calificaron como históricos incluso antes de que transcurrieran entraba más o menos dentro de la estrategia de riesgos calculados por el régimen cubano. Que estaban dispuestos a soportar el despliegue épico de buenismo presidencial con tal de que Obama, satisfecho de su esfuerzo –que no fue poco y que me apresuro en reconocer- los ayudara a desatar el nudo de las inversiones norteamericanas y del turismo masivo a la isla. (Si algo está claro es que Raúl Castro está tan interesado como Obama en dejar atrás las "batallas ideológicas del pasado": las divisas norteamericanas bien valen una ideología). Con las arcas venezolanas entregadas al cultivo intensivo de telarañas tales riesgos más que aceptables eran casi forzosos. Y con lo visto a lo largo de la visita no pareció un riesgo exagerado. Eso quizás explique por qué Raúl Castro, que a la llegada de la comitiva presidencial no se dignó a aparecerse por el aeropuerto, ya en la despedida los acompañara –solícito- hasta la escalerilla del Air Force One. Y nada debería ser más preocupante para un demócrata que el súbito afecto de un tirano.

*Tampoco hay que exagerar. Días antes de la visita el profesor Ted Henken se iba a reunir en la Casa Blanca a donde habían llamado para consultarlo. Generosamente nos pidió a un grupo de personas que le diéramos nuestras recomendaciones sobre dicha visita para transmitírselas a la Casa Blanca y esto fue lo que le escribí:

Querido Ted: Yo le recomendaría que bajo ningún concepto se reuniera con Fidel Castro porque tendría un peso simbólico altamente favorable al castrismo no justificado por ningún protocolo diplomático.Sí recomiendo que se reúna con los principales representantes de la disidencia (Berta Soler, Antonio Rodiles, Martha Beatriz Roque, José Daniel Ferrer, José Luis García “Antúnez”, Guillermo Fariñas, Oscar Elías Biscet, Manuel Cuesta Morúa, etc) y con miembros destacados de la sociedad civil cubana (Yoani Sánchez, Dagoberto Valdés, el Padre Conrado etc) en específico. Recomiendo también que sea el propio Obama quien ponga las condiciones del encuentro. Pero lo más importante de todo es dejar claro a Obama que su visita a Cuba se va a escenificar como una rendición del gobierno "imperialista" norteamericano al régimen cubano y todo esfuerzo que haga por romper esa percepción será poco pero ya que va a ir debería intentarlo. Estar alerta en todo momento a las "trampas" que le van a tender en ese sentido, no dejarse atrapar por el protocolo que sin dudas le van a imponer a cada paso. Tratar de romper dicho protocolo cada vez que pueda y mostrarse ante el pueblo cubano como un dirigente accesible, abierto, enérgico y espontáneo. Sería deseable que pudiera hablar en español pero en cualquier caso en su discurso puede trazar un paralelo entre los cambios que se están produciendo en todo el mundo, entre ellos el cambio de la política norteamericana hacia Cuba y la falta de cambios dentro de Cuba, país que se ha mantenido tantos años bajo el mando de una sola familia. Y que ninguna concepción de la política justifica la sistemática represión de los que manifiesten su desacuerdo con dicha concepción. Debería hablar de la necesidad de crear condiciones para que cada cual pueda expresar sus opiniones sin miedo a represalias. Y hablar en concreto del acceso a internet en particular y de la modernización de la sociedad en general. Y nada, muchas gracias por contar conmigo para esto y mucha suerte en tu "mision". Abrazos 

martes, 23 de febrero de 2016

Yoani en Nueva York (y Obama en La Habana)


Anoche se presentó Yoani Sánchez en el Instituto Cervantes de Nueva York ante una sala atestada de público. La cuestión que flotaba en el ambiente y que abordó enseguida la periodista fue la próxima visita del presidente norteamericano a Cuba. Yoani afirmó que la visita le parecía positiva pensando en el impacto simbólico que tendría para la población cubana que el máximo líder del país que siempre le ha sido presentado como enemigo los visite y sea recibido por los mismos que no hace tanto lanzaban proclamas antimperialistas. Dijo que al mismo tiempo le parecía bien que hubiera quienes criticaban la visita porque eso obligaría a Obama a actuar de manera más responsable. De cualquier manera, insistió, no creía que hubiera que esperar mucho de la vista porque el problema de Cuba debía ser resuelto por los propios cubanos. Al preguntársele si había posibilidad de que esta nueva fase de las relaciones entre el gobierno norteamericano y el cubano pudiera empeorar la situación ya existente respondió que sí: era posible que en caso de que el gobierno norteamericano cometiera el mismo error que en 1898 durante el Tratado de París [que estableció las bases de la retirada de las autoridades españolas de sus colonias de Cuba, Puerto Rico y Filipinas] de no contar con los intereses del pueblo cubano y negociar con el régimen cubano a espaldas del pueblo la normalización de las relaciones entre ambos países terminara empeorando al situación del país.

martes, 1 de septiembre de 2015

Cambios

No estoy de acuerdo con que hayan cambiado el nombre de Mount McKinley por el de Denali. Lo que deberían haber hecho es cambiarlo por el de Mount Obama, que después de todo es lo más grande que le ha pasado a este país desde la cuarta glaciación. Pero claro, su humildad no le permite reconocerlo.
En serio: con el problema que ya tienen los estudiantes norteamericanos con nombrar los puntos geograficos ya existentes la medida por si misma raya en la crueldad. Si a eso hay que añadirle que no se trata de cualquier punto del pais sino el más alto ampararse en una inocua tradición presidencial (que establece que un presidente en el último año de su mandato puede rebautizar un sitio no menos inocuo) subraya todavía más su abuso de autoridad. No llega a la grosería de un Trujillo de nombrar el pico más alto del país con su apellido pero sus pretensiones de cambiar su geografía y su historia no parecen menores.
Encima el cambio va en linea con la corrección política (trocar el nombres de los conquistadores por el de los de los conquistados) que vale lo mismo que decir con el populismo y la demagogia. Esto abre el camino de una reconquista simbólica que podría -por poner un ejemplo- reclamar su derecho a renombrar Washington DC como Nacotchtank siguiendo idéntica lógica. Esperemos, no obstante, que tenga el mismo éxito de cuando a la calle Carlos III decidieron cambiarle el nombre por el de Salvador Allende.

lunes, 13 de abril de 2015

Reconciliación en la granja

“Animal Farm” (1954), la adaptación cinematográfica de la novela homónima de George Orwell realizada por el emigrado húngaro John Halas y su esposa británica Joy Batchelor tuvo entre tantas virtudes la de ser  la primera película de largometraje de dibujos animados producida y estrenada en el Reino Unido.

Fue una versión bastante fiel a la novela original hasta el final en que en lugar del afianzamiento de la dictadura del cerdo Napoleón y la aceptación de su poder en la granja por parte de los humanos los productores optaron por terminar el dibujo animado con una nueva rebelión de los animales que termina derrocando la dictadura porcina. Este cambio se ideó porque tanto el director como el productor Louis De Rochemont estuvieron de acuerdo en que "la sombría desesperanza del original era más de lo que el público podía soportar". 


La Cumbre celebrada el fin de semana pasado en Panamá transcurrió con un guión bastante más apegado a la novela de Orwell que la adaptación de Halas: con la esperada reconciliación entre puercos y granjeros. El discurso de Raúl Castro parece haber sido copiado del cerdo Napoleón:
Como en todos sus discursos, Napoleón fue breve y al grano. «Él también —dijo— estaba contento de que el período de desavenencias llegara a su fin. Durante mucho tiempo hubo rumores propalados —él tenía motivos fundados para creer que por algún enemigo malévolo— de que existía algo subversivo y hasta revolucionario en sus puntos de vista y los de sus colegas. Se les atribuyó la intención de fomentar la rebelión entre los animales de las granjas vecinas. ¡Nada podía estar más lejos de la verdad! Su único deseo, ahora y en el pasado, era vivir en paz y mantener relaciones normales con sus vecinos
 Eso sí, a diferencia de la novela el resto de los animales de la granja en lugar de asistir incrédulos a la reconciliación de los supuestos enemigos les fue ordenado atacar sin piedad a los animales que habían escapado de la granja tiempo antes. Aquél final que pareció impensable para el público inglés en 1954, más que aceptable, parece tremendamente alentador para los cubanos de hoy. Al menos es lo que dicen todos los expertos.

Todo es cuestión de tiempo cuando se trata de convertir lo inaceptable en inevitable.   

miércoles, 17 de diciembre de 2014

El día que Obama fue Homer Simpson

Así, de un golpe Obama cambia las reglas del juego. No valdrá de mucho recordarle lo que ha dicho todos estos años sobre el asunto (sobre todo si se trataba de años electorales) porque como todos los políticos gobierna en el ahora y si acaso con la vista puesta en la posteridad. Y algo de eso hay en el asunto. A la Historia le importan poco las cifras de desempleo y las fluctuaciones de la bolsa excepto si rompen récords. Quiere ser el primero en algo y el gesto lo convierte en todo un innovador. Bueno, hay un precedente mucho más trascendental y es el del acercamiento de Nixon-Kissinger a la China de Mao que modificó la geopolítica mundial de manera bastante imprevisible para sus protagonistas. 
Habrá que preguntarse si Obama se cree la mitad de lo que dijo sobre que el restablecimiento de las relaciones con Cuba traerá mejorías para el pueblo cubano. Lo que no quedan dudas que todas las movidas del raulismo (desde la prisión de Alan Gross a ciertos cambios en lo económico) iban encaminados en esa dirección y sólo faltaba esto para completar su plan: una vez privatizado el país (en manos de militares y secuaces aledaños) hace falta sacarlo a cotizar en bolsa. También está claro que esta no es una movida repentina sino cuidadosamente pactada entre ambas partes: muchas señales en los últimos meses apuntaban en esa dirección aunque ninguna de ellas se relacionaba con una mayor tolerancia del régimen cubano hacia la oposición o mayor respeto por los derechos humanos de su país.
Lo dicho, ahora estamos ante un juego distinto y más allá de la señal de aliento que perciba en ello la dictadura cubana y de paso todos los secuestradores de este mundo -que habrán aprendido que todo es cuestión de perseverar- uno esperaría que esta jugada le salga mal al castrismo y bien a los cubanos aunque solo sea porque la naturaleza rígida del régimen está más allá de los cambios que se avecinan. Pero ahora mismo todo apunta en sentido contrario, que pese al buenismo del discurso de Obama al castrismo le acaban de regalar la sobrevida que estaba buscando, el detalle que le faltaba al raulismo para implementar su propia variante del modelo chino*.

*Cito mi propia definición de modelo chino: "Para los que lo único que conocen de China son los restaurantes que pululan por el Primer Mundo debo aclararles que “modelo chino” no significa trabajar hasta bien tarde en la noche y reciclar la comida. El modelo chino implica, en pocas palabras, libertad económica y represión política. O sea, lo que en otros lugares –cosa curiosa- se conoce como 'dictadura de derechas'"


P.D.: Y nada mejor para comentar esta noticia el mismo día en que Los Simpsons celebran su 25 aniversario que esto:


Los Simpsons visitan a Fidel Castro en Cuba by diariodecuba

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Sentidos

Como mismo no se debe exagerar su significado político no se debe minimizar el apretón de manos de Obama reduciéndolo a simple gesto de cortesía. Cualquier gesto público que tome un presidente norteamericano es un símbolo de algo. Quien quiera que ocupe la presidencia norteamericana es un emisor permanente de símbolos políticos, incluso en circunstancias mucho más ligeras. Si hace unas semanas Obama saludaba a una de las figuras más visibles de la disidencia cubana y con ese gesto quiso decir algo es iluso –en las mismas horas en que secuaces de ese al que dio la mano apaleaban en Cuba a quienes intentaban celebrar el día de los derechos humanos- negarle significación a este saludo.

No obstante su interpretación se hace más confusa cuando Obama pasa de este gesto cortés o amistoso –como quiera vérsele- a la puya de decir en el discurso que pronunció a continuación “Hay gobernantes que alaban a Mandela pero no toleran la disidencia”. Pero a política no es –discúlpenme la obviedad- poesía. En política aún los mensajes más oscuros requieren de señales claras. Y en este juego semiótico los regímenes totalitarios llevan ventaja: importa menos qué dijiste o hiciste que tu capacidad para controlar su interpretación. Un ejempo es aquél chiste que atribuye a Napoleón haberle dicho a Fidel Castro (o a su equivalente en el totalitarismo de turno): “si hubiera tenido tu periódico nadie se habría enterado que perdí en Waterloo”.

Otro ejemplo fue el apretón de manos de ayer. Benéfico –o al menos no lesivo- para las relaciones exteriores de la dictadura en los medios oficiales cubanos a los que tiene acceso el cubano de a pie se ha tenido el cuidado de ignorarlo. Nada más inconveniente para mantener el espíritu combativo de la tropa que un apretón de manos con el presidente de la nación enemiga. Sobre todo si es la misma para la cual supuestamente trabajan los que han sido sometidos a golpizas y tratos vejatorios de todo tipo en estos días. Una foto menos en el tan censurado álbum de familia del castrismo no se echará a ver. Para que el gesto de Obama tuviera algún significado positivo –y por positivo entiendo lo contrario a un vago respaldo a la dictadura más antigua de Occidente-, para que Obama tuviera algo de control sobre su significado debería responder a un plan. No obstante me temo que en este caso –como en tantos otros- el presidente de Estado Unidos carezca no de una visión general pero sí de un proyecto concreto.

lunes, 16 de abril de 2012

Castro y sus precursores (Con post data)

Hace tres años escribí un artículo tratando de reproducir el inimitable estilo del Reflexionante en Jefe en vísperas a una Cumbre de las Américas:
Sin renunciar a nada
Los hechos me han dado la razón. La Tierra es redonda. Eso que ahora parece obvio hace tiempo atrás era tenido como una herejía y éramos muy pocos los que nos atrevíamos a sostenerla. También predije la llegada de un ser humano de la raza negra a la presidencia del país capitalista más poderoso del mundo. “El futuro de los Estados Unidos es negro” dije en un discurso en 1973 sólo que en aquél tiempo no se entendió si se trataba de la elección de Obama o de la crisis financiera que hoy sacude al imperio. Es hora que las agencias enemigas dejen de romperse la cabeza. Me refería a los dos. Mañana se inaugura la mal llamada Cumbre de las Américas. Coincide con una fecha inolvidable para todos los cubanos porque ese día se cumplirán 48 años exactos que mercenarios invadieran nuestro país con el apoyo del gobierno del joven e inexperto presidente Kennedy. Obama puede cometer mañana errores similares que serán muy costosos para sus posibilidades de reelección, algo que miramos con preocupación. Me parece que por su condición de hombre negro inteligente y sensible puede darle un vuelco a nuestras relaciones pero sea cual fuere su posición en la Cumbre de mañana viernes, nuestros países no pueden seguir ninguno de los caminos trillados habituales Muchos de los presidentes que asistirán a la Cumbre comparten nuestros puntos de vista y tienen un alto grado de preparación revolucionaria pero hay que trabajar a partir de las características de cada uno de ellos, el grado de control y dominio de sus propuestas en cada una de las situaciones concretas que pueden presentarse. Uno de los principios inviolables es que no puede haber vacilación alguna si el presidente de raza negra no se pronuncia de manera terminante contra el bloqueo. Toda Latinoamérica debe dejar claro su rechazo a esta criminal medida. Y que no le estamos mendigando nada y que si es necesario seguiremos resistiendo 50 años más. Ya lo hicimos en Girón y en el Clásico Mundial que acaba de concluir. Desgraciadamente, hubo ciertos dirigentes que crearon el hábito malsano de esperar por el primer strike, metafóricamente hablando, vieja costumbre que el adversario conoce e intenta aprovecharse de ella. Hay que obligarlo a una tarea difícil desde el primer instante sin importar el color el sexo que sea. Mañana empezará la Cumbre con un gran despliegue mediático y a un costo de millones de dólares mientras millones de niños mueren de hambre en algún lugar del mundo. Nuestro país por su parte cuenta con una dignidad intacta de la que ha dado muestra en cada batalla y en cada evento deportivo. Es una suerte que a esta Cumbre no acudan ni Japón ni Corea del Sur, esos países milenarios con millones de ojos rasgados y sangre fría. Así podremos obtener una resonante victoria. Como en Playa Girón donde seguramente habríamos derrotado incluso a los japoneses si se hubieran atrevido a acudir.

Sin embargo ahora caigo en cuenta que el estilo  es menos inimitable de lo que parece o que, en un inesperado giro del destino mi imitado ha terminado imitando el estilo que usé para imitarlo a él y así resumir la Cumbre de las Américas que se celebró el fin de semana:

 

 

La Cumbre de las guayaberas
Obama, el primer Presidente negro de Estados Unidos -sin dudas inteligente, bien instruido y buen comunicador-, hizo pensar a no poca gente que era un émulo de Abraham Lincoln y Martin Luther King.Hace cinco siglos una Bula Papal, aplicando conceptos de la época, asignó alrededor de 40 millones de kilómetros cuadrados de tierra, aguas interiores y costas a dos pequeños y belicosos reinos de la península Ibérica.Ingleses, franceses, holandeses y otros importantes Estados feudales fueron excluidos del reparto. Interminables guerras no tardaron en desatarse, millones de africanos fueron convertidos en esclavos a lo largo de cuatro siglos y las culturas autóctonas, algunas de ellas más avanzadas que las de la propia Europa, fueron deshechas.Hace 64 años fue creada la repudiable OEA. No es posible pasar por alto el grotesco papel de esa institución. Un elevado número de personas, que tal vez sumen cientos de miles, fueron secuestradas, torturadas y desaparecidas como consecuencia de sus acuerdos para justificar el golpe contra las reformas de Jacobo Árbenz en Guatemala, organizado por la Agencia Central de Inteligencia yanki. Centroamérica y el Caribe, incluida la pequeña isla de Granada, fueron víctima de la furia intervencionista de Estados Unidos a través de la OEA.Más grave todavía fue su nefasto papel en el ámbito de Suramérica.El neoliberalismo, como doctrina oficial del imperialismo, cobró inusitada fuerza en la década del 70 cuando el Gobierno de Richard Nixon decidió frustrar el triunfo electoral de Salvador Allende en Chile. Una etapa verdaderamente siniestra en la historia de América Latina se iniciaba. Dos altos jefes de las Fuerzas Armadas chilenas, leales a la Constitución, fueron asesinados y Augusto Pinochet impuesto en la jefatura del Estado, tras una represión sin precedentes en la que numerosas personas seleccionadas fueron torturadas, asesinadas y desaparecidas.La Constitución de Uruguay, un país que se había mantenido durante muchos años en el marco de la institucionalidad, fue barrida.Los golpes militares y la represión se extendieron a casi todos los países vecinos. La línea de transporte aéreo cubana fue objeto de brutales sabotajes. Un avión fue destruido en pleno vuelo con todos sus pasajeros. Reagan liberó al autor más importante del monstruoso crimen de una prisión en Venezuela, y lo envió a El Salvador a organizar el intercambio de drogas por dinero para la guerra sucia contra Nicaragua, que costó decenas de miles de muertos y mutilados.Bush padre y Bush hijo, protegieron y exoneraron de culpa a los implicados en estos crímenes. Sería interminable la lista de fechorías y actos terroristas cometidos contra las actividades económicas de Cuba a lo largo de medio siglo.Hoy, viernes 13, escuché valientes palabras pronunciadas por varios de los oradores que intervinieron en la reunión de cancilleres de la llamada Cumbre de Cartagena. El tema de los derechos soberanos de Argentina sobre las Malvinas -cuya economía es brutalmente golpeada al privarla de los valiosos recursos energéticos y marítimos de esas islas-, fue abordado con firmeza. El canciller venezolano Nicolás Maduro, al finalizar la reunión de hoy, declaró con profunda ironía que “del Consenso de Washington se pasó al Consenso sin Washington”.Ahora tenemos la Cumbre de las guayaberas. El río Yayabo y su nombre indio, totalmente reivindicado, pasarán a la historia.
La diferencia es que el texto del Caballo de Soya es mucho mas divertido. 


P.D.: Y de paso me recuerda la conclusión de Borges en su famoso ensayo Kafka y sus precursores


En el vocabulario crítico, la palabra precursor es indispensable, pero habría que tratar de purificarla de toda connotación de polémica o rivalidad. El hecho es que cada escritor crea sus precursores. Su labor modifica nuestra concepción del pasado, como ha de modificar el futuro. En esta correlación nada importa la identidad o la pluralidad de los hombres.


A este paso empiezo a correr el riesgo de convertirme en precursor del Fidel Castro, en cómplice involuntario pero insistente de sus sandeces. De parodiarlas a servirles de profeta.

domingo, 15 de abril de 2012

Mono se queda

El Fume me advierte la manera poco sutil que ha encontrado el Granma de llamarle mono a Obama. Un racismo tan burdo que avergonzaría al KKK:


viernes, 12 de febrero de 2010

Intransigencias

El corresponsal de El País en Miami lucha a brazo partido por convertirse en el Mauricio Vicent del norte. En la edición de hoy Juan José Fernández se inventa este titular: “El exilio cubano se harta de Obama”. Esas son sus conclusiones sobre la renuncia del congresista Lincoln Díaz Balart a aspirar a un nuevo término. A una especulación suya -a la que no se han atrevido ni el Washington Post ni The New York Times- le da el estatus de noticia. Igual que cualquier cliente del Versailles con la diferencia que los viejitos se limitan a soltarlo en el mostrador mientras se inoculan su dosis diaria de cafeína. Mucho más justo sería este titular: “Los viejitos del Versailles se hartan de Obama y de café”.

“El exilio intransigente” dice Mr. Fernández como el Granma adjetivaría “cavernícola”. Y seguro que es tan intransigente como aquél exilio español de ciudad México, Buenos Aires o París, para no hablar del de Moscú. Pero ¿Alguna vez llamaron “intransigente” a La Pasionaria como se habla de los miembros de alguna secta empeñada en curar el adulterio a pedradas? Todo exilio es por definición intransigente o si no ¿para qué insiste llamarse “exilio” y no “emigración”? Quizás si se insiste en el dichoso adjetivo es para distinguirlo, por ejemplo, del exilio en el cielo con Cucú Diamantes.

Y la verdad es que Lincoln Díaz Balart no es santo de mi devoción pero esa insinuación habitual de que pedir democracia para Cuba en términos algo más duros que los de Moratinos es cosa de fanáticos me parece insultante. Sobre todo para los verdaderos fanáticos que bastante empeño ponen en serlo.

lunes, 14 de diciembre de 2009

Honduras

Jorge Castañeda hace un resumen muy bueno del “caso Honduras’ hoy en El País. Empieza así:

Nadie salió bien librado de la crisis política y diplomática que final y afortunadamente parece acercarse a su término. Los países que desde antes de la defenestración de Manuel Zelaya el 28 de junio pasado apoyaron su permanencia en el poder -las llamadas naciones del ALBA: Cuba, Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Ecuador, Paraguay, y aunque no formalmente, Argentina- perdieron en toda la línea. Honduras se ubicaba en su columna; ya no. Hugo Chávez podrá alegar lo que quiera, pero se quedó con un aliado menos.
Los países latinoamericanos normalmente más sensatos, pero en esta ocasión arrastrados por Chávez -Brasil, Chile, Uruguay, El Salvador, Guatemala-, también acabaron mal. Basaron todo -la definición de la democracia, el desenlace de la crisis, sus alianzas y deslindes- en la restauración de Zelaya en la presidencia. No lo lograron, ni antes de las elecciones ni después, ni por un periodo respetable o por un lapso pro forma, con sombrero presidencial o sin el mismo. El desempeño brasileño, tan criticado por la prensa paulista, se antoja el más extraño: en el mejor de los casos, Chávez los tomó por sorpresa, introdujo a Zelaya a su embajada, se burló del principio del asilo diplomático, y tampoco les aseguró una salida decorosa. Los países ajenos a la región -la Unión Europea, Estados Unidos-, y los oriundos de ésta gobernados por mandatarios de centro o de centro-derecha -Colombia, Perú, Costa Rica, México- corrieron con un destino muy parecido el uno al otro. Condenaron con toda razón el golpe de Estado de junio pero, por querer evitar a toda costa un enfrentamiento político-ideológico con el ALBA y Brasil, desistieron de adentrarse igualmente en las causas del golpe, analizarlas y condenarlas también. Aceptaron hacer de la restitución de Zelaya la piedra de toque del retorno a la democracia, y terminaron por avalar sin chistar la tesis aberrante según la cual un gobierno ilegítimo [creo que hay una errata en el texto original] no puede organizar elecciones legítimas, justas y limpias.

Pero lo más interesante en mi opinión es su dictamen sobre la política de Obama hacia Latinoamerica:
Obama debe entender que pedir perdón por pecados pasados no constituye un programa de política exterior, ni siquiera en una región tan sensible a los gestos y ritos como América Latina. Estados Unidos ya no puede, ni debe imponer su postura en el hemisferio occidental. Pero tampoco puede resignarse a ser un simple espectador de los acontecimientos, o seguidor de los demás, y mucho menos de un ficticio consenso latinoamericano.

[Texto completo]

jueves, 19 de noviembre de 2009

Diálogo

Esta entrevista del presidente norteamericano con Yoani Sánchez tiene mucho de sorprendente e inédito y creo que a todos los que estamos interesados en la democracia en Cuba debería alegrarnos. No porque las respuestas de Obama sean especialmente claras –aquí se confirma una vez más como el rey de las medias tintas- pero el simple gesto de acceder al intercambio con Yoani dice más de su disposición a iniciar un intercambio con la sociedad civil cubana que las vaguedades que abundan en esta entrevista.

P.D.: Mauricio Vicent, corresponsal del Granma para España, pasa por alto el detalle de que Obama haya preferido dialogar con Yoani antes que con Raúl Castro para sacarse este titular de la manga: Obama se muestra favorable a una "diplomacia sin condiciones" con Cuba en el blog de Yoani Sánchez. Sus conclusiones me recuerdan a las del científico del cuento luego de cortarle todas las patas a un cangrejo y gritarle que se mueva: “Cangrejo sin patas no oye”.

P.D.2: Y mientras tanto Lagarde echa espuma por la boca.


Presidente Barack Obama: Agradezco esta oportunidad que me brindas para compartir impresiones contigo y con tus lectores en Cuba y en el mundo, y aprovecho para felicitarte por el premio María Moore Cabot de la Escuela Graduada de Periodismo de la Universidad de Columbia que recibiste por promover el entendimiento mutuo en las Américas mediante tus reportajes. Me decepcionó que se te impidiera viajar para recibir el premio en persona.
Tu blog ofrece al mundo una ventana particular a las realidades de la vida cotidiana en Cuba. Es revelador que el internet les haya ofrecido a ti y a otros valientes blogueros cubanos con un medio tan libre de expresión, y aplaudo estos esfuerzos colectivos para apoderar a sus compatriotas para expresarse a través de la tecnología. El gobierno y el pueblo estadounidense nos unimos a todos ustedes en anticipación del día que todos los cubanos puedan expresarse libre y públicamente sin miedo ni represalias.

Yoani Sánchez: 1. Durante mucho tiempo el tema de Cuba ha estado presente tanto en la política exterior de los Estados Unidos, como entre las preocupaciones domésticas, especialmente por la existencia de una gran comunidad cubano-americana. Desde su punto de vista, ¿en cuál de los dos terrenos debe ubicarse este asunto?

Todos los asuntos de política exterior tienen componentes domésticos, especialmente aquéllos que conciernen países vecinos como Cuba, de donde provienen muchos emigrantes radicados en los Estados Unidos, y con la que tenemos una larga historia de vínculos. Nuestros compromisos de proteger y apoyar la libre expresión, los derechos humanos y un estado de derecho democrático tanto en nuestro país como en el mundo también rebasan las demarcaciones entre lo que es política doméstica y exterior. Además de todo esto, muchos de los retos que comparten nuestros países, como la migración, el narcotráfico y el manejo de la economía, son asuntos tanto domésticos como foráneos. En fin, las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos han de ser vistas dentro de un contexto tanto doméstico como exterior.

2. En el caso de que existiera, por parte de su gobierno, una voluntad de dar por terminado el diferendo, ¿pasaría esto por reconocer la legitimidad del actual gobierno de Raúl Castro, como único interlocutor válido en unas eventuales conversaciones?

Como he dicho antes, mi administración está lista para establecer lazos con el gobierno cubano en un número de áreas de mutuo interés, como hemos hecho en las conversaciones migratorias y sobre correo directo. También me propongo facilitar mayor contacto con el pueblo cubano, especialmente entre familias que están divididas, algo que he hecho con la eliminación de restricciones a visitas familiares y a remesas. Queremos establecer vínculos también con cubanos que están fuera del ámbito gubernamental, como lo hacemos en todo el mundo. Está claro que la palabra del gobierno no es la única que cuenta en Cuba. Aprovechamos toda oportunidad para interactuar con todos los renglones de la sociedad cubana, y miramos hacia un futuro en que el gobierno refleje expresamente las voluntades del pueblo cubano.

3. ¿Ha renunciado el gobierno de Estados Unidos al uso de la fuerza militar como forma de dar por terminado el diferendo?

Estados Unidos no tiene intención alguna de utilizar fuerza militar en Cuba. Lo que Estados Unidos apoya en Cuba es un mayor respeto a los derechos humanos y a las libertades políticas y económicas, y se une a las esperanzas de que el gobierno responda a las aspiraciones de su gente de disfrutar de la democracia y de poder determinar el futuro de Cuba libremente. Sólo los cubanos son capaces de promover un cambio positivo en Cuba, y esperamos que pronto puedan ejercer estas facultades de manera plena.

4. Raúl Castro ha dicho públicamente estar dispuesto a dialogar sobre todos los temas, con el único requisito del respeto mutuo y la igualdad de condiciones. ¿Le parecen a usted desmedidas estas exigencias? ¿Cuáles serían las condiciones previas que impondría su gobierno para iniciar un diálogo?

Llevo tiempo diciendo que es hora de aplicar una diplomacia directa y sin condiciones, sea con amigos o enemigos. Sin embargo, hablar por aquello de hablar no es lo que me interesa. En el caso de Cuba, el uso de la diplomacia debería resultar en mayores oportunidades para promover nuestros intereses y las libertades del pueblo cubano.
Ya hemos iniciado un diálogo, partiendo de estos intereses comunes —emigración que sea segura, ordenada y legal, y la restauración del servicio directo de correos. Estos son pasos pequeños, pero parte importante de un proceso para encaminar las relaciones entre los Estados Unidos y Cuba en una nueva y más positiva dirección. No obstante estos pasos, para alcanzar una relación más normal, va a hacer falta que el gobierno cubano tome un curso de acción.

5. ¿Qué participación podrían tener los cubanos del exilio, los grupos de oposición interna y la emergente sociedad civil cubana en ese hipotético diálogo?

Al considerar cualquier decisión sobre política pública, es imprescindible escuchar tantas voces diversas como sea posible. Eso es precisamente lo que hemos venido haciendo con relación a Cuba. El gobierno de los Estados Unidos habla regularmente con grupos e individuos dentro y fuera de Cuba, que siguen con interés el curso de nuestras relaciones. Muchos no están de acuerdo con el gobierno cubano, muchos no están de acuerdo con el gobierno estadounidense, y muchos otros no están de acuerdo entre sí. Lo que debemos estar todos de acuerdo es que tenemos que escuchar a las inquietudes e intereses de los cubanos que viven en la isla. Por eso es que todo lo que están haciendo ustedes para proyectar sus voces es tan importante —no sólo para promover la libertad de expresión, pero también para que la gente fuera de Cuba pueda entender mejor la vida, las vicisitudes y las aspiraciones de los cubanos que están en la isla.

6. Usted es un hombre que apuesta por el desarrollo de nuevas tecnologías de comunicación e información. Sin embargo los cubanos seguimos con muchas limitaciones para acceder a Internet. ¿Cuánta responsabilidad tiene en eso el bloqueo norteamericano hacia Cuba y cuánta el gobierno cubano?

Mi administración ha tomado pasos importantes para promover la corriente libre de información proveniente de y dirigida al pueblo cubano, particularmente mediante nuevas tecnologías. Hemos posibilitado expandir los lazos de las telecomunicaciones para acelerar el intercambio entre la gente de Cuba y la del mundo exterior. Todo eso recrecerá los medios a través de los cuales los cubanos en la isla podrán comunicarse entre sí y con personas fuera de Cuba, valiéndose, por ejemplo, de mayores oportunidades en transmisiones de satélite y de fibra óptica. Esto no ocurrirá de un día a otro, ni tampoco podrá tener plenos resultados sin actos positivos del gobierno cubano. Tengo entendido que el gobierno cubano ha anunciado planes para ofrecer mayor acceso al internet en las oficinas de correo. Sigo estos acontecimientos con interés y urjo al gobierno a permitir acceso a la información y al internet sin restricciones. Quisiéramos escuchar qué recomendaciones tienen para apoyar el flujo libre de información desde y hacia Cuba.

7. ¿Estaría dispuesto a visitar nuestro país?

Nunca descartaría un curso de acción que avance los intereses de los Estados Unidos o promueva las libertades del pueblo cubano. A la misma vez, las herramientas diplomáticas han de usarse sólo luego de preparaciones minuciosas y como parte de una estrategia clara. Anticipo el día que pueda visitar una Cuba donde toda su gente pueda gozar de los mismos derechos y oportunidades que goza el resto de la gente del continente.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Obama, ocupado

No es necesariamente fresca la noticia sin dejar de ser preocupante. Barack Obama no ha encontrado tiempo para asistir a la celebración del veinte aniversario de la caída del Muro de Berlín –el próximo 9 de noviembre- a la que lo había invitado Angela Merkel. Al parecer ese día Obama ocupado en otras cosas como aquellos viejos teléfonos en los que sólo les cabía una llamada. No soy de los que anda criticando a Obama por hacer una cosa con la misma fuerza con la que le criticaría hacer exactamente lo contrario (hay quienes si asistiera le reprobarían el andar viajando y desatender los problemas internos) pero un gesto así más que hablarnos de la importancia que le concede el presidente a ciertas zonas del pasado envía señales preocupantes de cara al futuro. Su posición incluye una importante carga ritual y su inasistencia conlleva tanto simbolismo como lo tendría su presencia el próximo lunes en la capital alemana. Pero quizás es demasiado pedirle que celebre el penúltimo gran hito de la historia contemporánea en el que su país tuvo un papel decisivo y positivo (aunque sea sólo porque sin Estados Unidos Berlín Occidental no hubiera sobrevivido y el muro habría sido innecesario). Ese día el presidente andará demasiado atareado haciendo sus maletas para su primera visita oficial a China a donde llegará el 11 de noviembre.