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Necesito un empujoncito

Sí, lo necesito.

Hoy he conseguido arrancar unos minutos a mi día (tener una semana de vacaciones ayuda), y la verdad es que podría haberlos dedicado a muchas otras cosas... pero me he sentado ante el teclado, y sólo me ha apatecido pasarme por aquí.

Pero Anna,¿habrá alguien más ahí?, ¿y qué vas a decir?. ¿Hace falta explicar los grandes logros (y frustraciones) de estos largos meses... años?,¿o seguimos como si ho hubiera pasado nada?. ¿Qué digo?

Pues no lo sé, la verdad. No sé si hay alguien todavía por aquí, o habrá alguien que aterrice por casualidad alguno de estos días. No sé si queréis una breve descripción de este tiempo de ausencia (lo más importante no se puede obviar: ¡¡terminé la residencia!!), o si preferiríais que hablara de algún tema en concreto, que recuperara alguna sección... La verdad, ni siquiera sé si ésto es fruto del deseo (siempre presente) y el tiempo ocioso (casi cosa del azar) y,  por lo tanto, volverán a pasar un tiempo indeterminado hasta que vuelva. Pero lo que quiero, de verdad quiero, es volver de verdad.

Y para ello lo que necesito, de verdad de la buena, es un reinicio. Y que me digáis, si aún me leéis, si os gustaría seguir con el tono del blog, alternando algo de ciencia con vivencias personales; si hay algún tema que os atraiga más y sobre el que querríais saber, si mis presentaciones y sesiones os siguen pareciendo útiles...

Lo que necesito, de verdad, es un empujoncito a mi motivación. Como siempre, comentarios más abajo, o vía Twitter (@Anna_Pardo; @Historiaclínica).

Las comparaciones no siempre son odiosas

Hace unos meses ya os hablé aqui de lo difícil que puede ser a veces para un médico estar al otro lado. Pues bien, como en mi casa vamos siempre de susto en susto, esta semana he vuelto a estar de hospitales... y he vuelto a ver cosas que no me han gustado nada.

Pero si bien en la otra entrada os hablé más de lo complicado que es intentar mantenerse al márgen, ahora me gustaría más centrarme en una sensación que no he cesado de tener estos días: ni yo lo hago tan mal, ni en mi hospital somos tan malos.

A veces, cuando trabajas en un hospital pequeño, acabas teniendo sin quererlo un cierto complejo de inferioridad... Sabes que las cosas se hacen bien, estás contento, pero como no tienes otra perspectiva que la tuya imaginas que en todos sitios las cosas son así. Si a eso le sumas que los hospitales más grandes no cesan de salir en los medios, de investigar, de publicar, etc, a veces caes en el error de pensar que, tanto ellos como tú mismo, tenéis razón al decir que ellos deben hacer las cosas bien, la Medicina allí se hace mejor. Se les llena la boca con palabras como excelencia, se les llenan las paredes con diplomas y premios, y tú acabas pensando que, a lo mejor, eso es lo que importa.

Pero de pronto aterrizas allí, en un hospital de los grandes, de los importantes, de los "buenos". Tienes a un familiar gravemente enfermo y, aunque les agradeces la rapidez del diagnóstico y la atención inicial, luego empiezan a sucederse una serie de errores, malas praxis y demás que te acaban hartando. Sin hablar de la atención al paciente, que deja bastante que desear, lo que de verdad te preocupa es que, durante más de 48h, un paciente inestable ni siquiera esté monitorizado. Te preocupa que, aunque tengas un diagnóstico y se haya iniciado el tratamiento, no se estén realizando el resto de exploraciones indicadas para completar el pronóstico y, tal vez, modificar el tratamiento. Y, entonces, a pesar de lo preocupada que puedas estar, te abstraes de pensar en que esa persona es un familiar, lo miras sólo como a un paciente: sabes lo que hay que hacer, y sabes que tú lo habrías hecho (porque lo haces cuando has tenido un paciente igual) y, sin quererlo, sonríes y piensas que lo estás haciendo bien.

Dejando de lado la indignación que pueda sentir porque mi padre no haya sido tratado correctamente en muchísimos aspectos, me complace gratamente ponerme una medallita: tanto a mí, como a mis compañeros; a mi hospital. Me complace saber que, a pesar de "ser pequeños", hacemos lo que hay que hacer cuando hay que hacerlo, nos preocupamos por más cosas que sólo lo puramente asistencial, ofrecemos en general una buena atención. Y entiendo ahora que mis pacientes, en general, se vayan siempre contentos. Entiendo que tantas horas de estudio, trabajo y esfuerzo merecen la pena y me doy cuenta, una vez más, de que trabajo en un lugar fantástico. En un lugar donde me están enseñando a hacer Medicina de verdad.

Pienso entonces en la numeritis del MIR y en la gente que elige plaza esta misma semana y me preocupa que se cieguen por el nombre del hospital, sin prestar atención a la calidad de lo que allí se ofrece. No de lo que se ofrece al residente, sino de lo que se ofrece al paciente que es, al fin y al cabo, quien importa en todo esto.

Un poco de arte...

Hoy os traigo una entrada muy especial y que, personalmente, me hace mucha ilusión compartir con vosotros.

Para los que no lo sepáis, J. es, además de un excelente pintor y restadurador de arte, un apasionado de la ciencia. Quizás por eso hace unos añitos, para su proyecto final, decidió crear una serie de cuadros sobre temas médicos. Mucho tiempo después, y como estímulo a que siga pintando, me ha permitido que comparta por fin sus trabajos con vosotros. ¡Así que aquí los tenéis!



Y como estamos en los tiempos que estamos, y además el espacio en casa cada vez escasea más, aprovecho para hacer un poco de publicidad y deciros que todas estas maravillas están en venta. Si a alguien le interesan, podéis dejar un comentario aquí o enviarme un correo. Veréis que en  las descripciones de los cuadros, además de las medidas y técnica, se incluye el precio (habría que sumar los gastos de envío). Y si alguien vive en Barcelona o cercanías, y le apetece verlos en directo, sólo tiene que preguntar.

Espero que os gusten tanto como a mí.

El equilibrio

Los últimos días he pasado mucho tiempo en el hospital, más del habitual y necesario. Además, no sólo en el mío. Por si fuera poco, si en uno he sido médico, en otro he sido "familiar de paciente". Y chicos, sinceramente, a veces cuesta mucho mantener el equilibrio.

Si hay algo que me molesta, cuando estoy trabajando, son los familiares que proclaman a gritos que son médicos. ¿A razón de qué?, ¿esperan un trato especial, quieren que les explique absolutamente todo lo qué hago, me quieren hacer saber que están en posición de cuestionar mis decisiones? Es algo que me incomoda muchísimo y que, de verdad, nunca he entendido qué beneficio les reporta a ellos... al menos conmigo, que seguiré tratándoles (a ellos y a su familiar, el paciente), igual que a todos los demás. Por eso nunca digo que soy médico cuando yo estoy al otro lado de la relación, me incomodaría lo mismo o más (otra cosa, claro, es que la mayoría de veces mis padres lo dicen orgullosos pensando que no me importa).

Pero lo cierto es que, ser médico (o personal sanitario de cualquier tipo), es muy raro cuando eres tú el paciente o lo es alguien muy cercano a ti. Inevitablemente, ves cosas que se hacen mal: trato con el paciente, instalaciones, relación médico-personal, pruebas, diagnósticos, tratamientos que tú harías diferente... cosas en las que seguramente, los demás no repararn. En esos casos, es complicado no poner una mala cara, no soltar algún comentario o, si algo está muy mal (desde tu punto de vista) no quejarse. Evidentemente, sobre todo cuando es un hospital distinto al que tú trabajas, también ves muchas cosas buenas y que podrías aplicar a tu entorno, pero ese no es el tema en el que me quiero centrar.

En mi experiencia de estos días, aunque a veces con dificultad, creo que ha sabido mantenerme en ese frágil equilibrio de no decir a qué me dedico (sí, algunos lo sabían por mis padres), pero sí mirar con ojo crítico los informes y los tratamientos. Creo que he sabido estar en mi sitio y colaborar como lo haría cualquiera, aunque es difícil ver a una enfermera/auxiliar y no poderles echar una mano en algo que en tu entorno y con tus compañeras harías. Ha sido, sobre todo, muy difícil, centrarme en el problema del día a día e intentar no pensar en lo que sé, sino en lo que está pasando: inevitablemente, mis conocimientos hacen que pueda ponerme en la peor de las situaciones y estar temiéndome siempre lo peor... no hay que transmitir eso al enfermo ni al resto de la familia, a veces es mejor callar o decir, sencillamente, lo que necesitan saber.

Afortunadamente, aunque todo esto viene motivado por una actitud muy poco profesional por el médico responsable del caso en cuestión, si de algo me ha servido es de darme cuenta de que, las cosas que peor he visto hacer, no las llevo a cabo con mis pacientes. Pero claro, es fácil reconocer lo que uno cree hacer mejor o igual que otros, ¿no?

Lo verdaderamente difícil, es ver algo que yo también hago mal... básicamente porque, en cualquier caso, no lo hago de forma consciente. Imagino, no obstante, que mis pacientes o sus familiares sí han podido sentirse mal conmigo, su médico, en alguna ocasión, y con toda la razón podrían criticarme. Así pues, como última reflexión, si os pasáis por aquí me haríais un gran favor comentando qué cosas creéis que los médicos, o los profesionales sanitarios, podemos mejorar (siempre que esté en nuestra mano el hacerlo); quizás con vuestros comentarios caiga en algo que creo estar haciendo bien y no es así. De verdad que me gustará mucho leer vuestros comentarios.

Y, lo más importante: en el caso en cuestión... ¡¡todo ha ido de maravilla!! Ahora mismo, en mi casa, no se podría ser más feliz.

El blog de la Doctora Jomeini


Como a muchos de los que andamos por aquí, la Doctora Jomeini es toda una inspiración.

El suyo fue de los primeros (sino el primero) de los blogs "médicos" que empecé a leer y seguir y, todavía hoy, cuando el tiempo escasea, uno de los que nunca me pierdo.

Por eso, es un placer para mí colaborar en el Día #Jomeini y presentaros, ¡por fin! su libro, que podéis encontrar tanto en papel como en eBook en los sitios habituales.

Por si todavía no la conocéis, cosa que dudo, aquí tenéis un enlace a su blog y, aquí, las primeras páginas del libro.

Consultas externas XXXII: semana del 16-22 de mayo


¡Hola a todos! Aunque esta semana ha sido de no parar (y menos lo será la que empieza mañana), no podía dejaros sin el resumen semanal; eso sí, tengo mucha lectura pendiente todavía, así que la mayoría la tendréis el próximo domingo.

Lo que sí os dejo es un LipDub muy divertido de la Facultad de Medicina de Valencia:

¿Qué es una historia clínica?

Desde que abrí este blog, la pregunta que más se ha repetido en las búsquedas y en Formspring ha sido qué es una historia clínica. Eso, y los montones de búsquedas de lo más variopintas que me llegan en referencia a este tema, y coincidiendo en que como R1 de Interna mi objetivo es hacer unas perfectas historias clínicas, me ha empujado a publicar esta entrada.

La verdad es que vistas algunas preguntas que me llegan, creo que muchos no lo tenéis nada claro... cuando en realidad me parece algo de lo más sencillo. Una historia clínica no es más que un compendio de todos vuestros antecedentes médicos, el motivo que os lleva a consultar a un médico, vuestras alergias, operaciones antiguas... pero también engloba a los resultados de la exploración física y las pruebas que os puedan pedir, el diagnóstico, la evolución y el tratamiento. ¿No habéis ido nunca al médico y os ha agobiado a preguntas? ¡Pues para eso son! En esta entrada, me voy a limitar a daros un esbozo de las cosas que solemos preguntar, y por qué, ya que tampoco creo que haga falta profundizar demasiado en el tema... luego, si queréis saber algo más concreto, siempre podéis preguntarme en los comentarios.
  1. Anamnesis: esta es la parte más extensa de una historia clínica, ya que se refiere a toooodas las preguntas que podemos hacer los médicos para llegar a saber qué le pasa a un paciente. Como veréis, solemos dividirla en diferentes partes:
    • Datos de filiación: como en cualquier informe y documento legal (como es una historia clínica), necesitamos conocer el nombre, edat, profesión, etc.
    • Motivo de consulta: lo principal, ¿por qué ha venido ese paciente a visitarse? Debemos ser capaces de sintetitzarlo en una sola línea, pues ya lo ampliaremos más tarde.
    • Antecedentes familiares: en mis años de estudiante he visto que muchas veces se omite este apartado en la entrevista al paciente, cuando debería ser básico, pues nos puede ayudar mucho. Deberíamos preguntar aquí por las enfermedades más prevalentes (hipertensión, colesterol, diabetes, cáncer, cardiopatía isquémica, etc.) y, a ser posible, deberíamos ser capaces de hacer un árbol genealógico de unas dos generaciones, pues podríamos estar ante un cuadro hereditario sin saberlo.
    • Datos epidemiológicos: esto quizás sea más específico de algunas patologías, como las infecciosas, y por eso también se omite a veces... aunque no deberíamos. Aquí hay que preguntar por viajes al extrangero recientes, vacunas o transfusiones recibidas, convivencia con animles, etc.
    •  Medicación habitual: importantísimo saber si nuestro paciente está tomando algún medicamento (y para qué lo toma)
    • Antecedentes personales: apartado muy extenso donde preguntamos por todo lo acontecido en el pasado,
      • datos del nacimiento: cómo fue el parto, primeros días, tiempo de lactancia, etc.
      • desarrollo y pubertad, sobre todo en las mujeres, para conocer su historia ginecológica (edat de la primera menstruación, si son regulares o no, etc.). También en las mujeres preguntaremos por el número de partos, hijos y abortos.
      • hábitos fisiológicos: ritmo miccional y defecatorio, tipo de dieta, nivel de ejercicio...
      • hábitos tóxicos: consumo de tabaco, alcohol u otras drogas.
    • Antecedentes patológicos (que podemos englobar en el apartado anterior): lo que no se nos puede pasar por alto:
      • alergias a medicamentos u otras sustancias.
      • vacunaciones (si no lo hemos preguntado antes)
      • enfermedades importantes en la infancia
      • accidentes y traumatismos importantes
      • enfermedades sufridas, ya sean de forma aguda (por ejemplo, una neumonía) o crónica (por ejemplo, diabetes). Aquí no sólo hay que reflejar que se han sufrido o sufren, sino cómo se controlan, si están en tratamiento, etc.
      • intervenciones quirúrgicas
    • Enfermedad actual: aquí ampliamos el motivo de consulta. Cuándo empezaron los síntomas, cómo ha evolucionado hasta el momento, qué molestias hay actualmente, si hay dolor, si hay fiebre... ¡todo lo que podamos saber! Deberíamos ser capaces de hacer, ni que sea resumidamente, una anamnesis por aparatos y sistemas, preguntando activamente por los síntomas y signos más comunes, desde la cabeza a los pies.
  1. Exploración física: cualquier maniobra que un médico haga debe constar aquí, junto a los resultados (sean normales o no, pues si ponemos nada el que la lea puede pensar que se nos ha pasado por alto hacerlo). Siempre deberíamos hacer una exploración completa, y no centrada sólo en un punto (es decir, si al paciente le duele la barriga, también hay que auscultarle y hacerle una exploración neurológica).
  2. Curso evoluivo: esta parte no está siempre, pero sí en pacientes que están ingresados o en observación. Si habéis estado ingresados en un hospital, habréis visto que los médicos se han pasado a veros y, aunque lo hayan hecho muy brevemente, os han explorado de nuevo y os han preguntado algunas cosas (cómo habéis pasado la noche, si tenéis dolor, etc.): bien, ésto es lo que se recoge en esta parte de la historia clínica, y nos sirve (como su nombre indica), para ver cómo evoluciona un paciente. A nivel ambulatorio o de consulta, corresponde a todas aquellas visitas que no son la primera (momento en el que os habrán hecho la anamnesis detallada), siempre que no os estéis visitando por un problema nuevo.
  3.  Dignósticos y tratamientos: es la parte más específica, donde reuniendo todos los detalles se llega a una conclusión... y a su debido tratamiento.
En cuanto al órden de todo esto, aunque los partados numerados sí tienen un órden lógico, dentro de la anamnesis puede variar... Hay quien sigue el proceso que os he dicho; a mí en cambio me gusta empezar por el motivo de consulta y la enfermedad actual, pues creo que para el paciente lo demás no tiene tanta importancia en el momento, y empezar preguntando si vive con animales puede darle la sensación de que, para nosotros, su problema no es importante. Sea como sea, lo más importante y que no debéis olvidar nunca, es que debéis seguir un órden (siempre el mismo), sea el que sea, pues de lo contrario os dejaréis muchas cosas por preguntar o hacer.

La verdad es que podría hacer una entrada muuucho más larga (o una serie de entradas) hablando de este tema, pues tiene bastante miga, pero como idea principal creo que os servirá.

Consultas externas XXXI: semana del 9 al 15 mayo


¡Qué semana tan especial para los nuevos residentes! Aquí estamos, empezando de nuevo, un largo camino que nos llevará a terminar nuestra especialidad.

En estos días, la blogosfera se ha hecho eco de esto: desde gente como yo explicando sus miedos hasta montones de adjuntos y residentes mayores dándonos la bienvenida. Pero tranquilos, que en esta semana ha habido lugar también para otras cosas muy interesantes.

Para terminar, hoy os dejo con el primer capítulo de una de mis series favoritas: Scrubs, que además creo que es la que mejor refleja el día a día en un hospital.

Consultas externas XXX: semana del 2 al 8 de mayo

En mi última semana de vacaciones, y aunque a horas un poco inapropiadas, os traigo como siempre el resumen de lo mejor de la semana.

Eso sí, en estos días no he encontrado ningún vídeo interesante para poneros... ¿alguna sugerencia?

La jerarquía de un hospital

Como en cualquier organización que se precie, en los hospitales, hay jerarquías...

Evidentemente no a todos gusta, aunque la mayoría coincidimos en que alguna forma de organización es necesaria para que todo el mundo sepa qué debe hacer, y ante quién debe responder. El sistema, como todo, es mejorable, pero lleva siendo el mismo desde hace muuucho tiempo. Y, como me guste o no, en una semana estaré dentro de él, me ha parecido interesante comentaros sus peculiaridades... Seguro que dentro de un año podré hablaros mejor de estos entresijos pero, de momento, os dejo una pincelada.

En la base de la pirámide, que como siempre es la parte más numerosa, están los estudiantes de Medicina. Los hay quienes directamente los consideran fuera del sistema, pues no se pueden considerar todavía "trabajadores", pero a mí me gusta incluirlos en él: si las prácticas de nuestra carrera fueran como deberían ser, sin duda serían una base sólida y bien aprovechada... De momento, los estudiantes se limitan a seguir a algún residente, buscar algún café, mirar las constantes de los pacientes (aunque nadie les pregunte después por ella) y, en raras ocasiones, hacer cosas más provechosas como completar las peticiones de analíticas, esperar los resultados de alguna prueba o, ¡sorpresa!, historiar al enfermo. Sin duda es deprimente su función hoy en día, y a mi parecer el engranaje que más podría y debería mejorar.

En el segundo tramo de la pirámide están los residentes. Pero, ojo, ¡no todos son iguales! El escalafón más bajo (y que algunos consideran realmente la base del sistema), somos los residentes de primer año, comúnmente abreviados como R1. Nuestra tarea, al principio, es poco más que la de un estudiante, pero en pocas semanas empezamos a ganar responsabilidad de forma progresiva (¡o eso espero!). El grupo de residentes tiene sus particularidades:
- siempre se nos llama con la letra R y el número que indica nuestro año (del 1 al 4-5, según la duración de nuestra especialidad).
- nuestros compañeros de año, los que entran con nosotros al hospital, son nuestros co-erres (o coRs), indicando que se encuentran en el mismo escalón que nosotros.
- cada año, siempre el mismo día, cuando entren los nuevos residentes ascenderemos de peldaño: el jueves, que empiezo yo, los hasta ahora R1 pasarán a ser R2, éstos se transformarán en R3, etc etc. Aquí sí, con cada nuevo año, se adquiere más responsbilidad y se tiene menor supervisión.
- ... de este modo, los residentes "mayores" se encargan progresivamente de enseñar y guiar a los residentes "pequeños"

Por encima de nosotros están los adjuntos: médicos que han terminado su especialidad y funcionan, en el día a día, de forma totalmente independiente. Normalmente, dirigen un "equipo", que se compone de él y "sus" residentes, siendo los máximos responsables de su formación, junto a los tutores... pues el tutor de cada residente puede corresponderse, o no, con el adjunto al que eres asignado.

Pero ser adjunto no significa no rendirle cuentas a nadie, pues por encima de todo tenemos al jefe de servicio, quien coordina a todos los adjuntos, residentes y estudiantes y, por lo tanto, a todos los equipos que trabajan en el servicio (además, obviamente, de otras funciones más burocráticas). Después de él, ya nos iríamos a cargos generalmente no asistenciales, como el director médico, el gerente del hospital... vamos, las altas esferas.

¡Y esto sólo en lo que se refiere a la parte médica! Luego tenemos al equipo de enfermería, que funciona más o menos como nosotros, junto a los auxiliares y los celadores... vamos, todo un quebradero de cabeza para RR.HH y gestores. Como véis, en un lugar donde trabaja tantísima gente es necesario algún modo de ordenarnos, aunque, como ya os digo, esta jerarquización es bastante discutible.

Ahora ya sabréis de qué os hablaré a partir de ahora cuando me refiera a mi adjunto, mi coR, mi R2 o lo que sea. De momento, me toca empezar por abajo...


Editado: @rosataberner, me comentaba ayer en Twitter un par de cosas, y como yo no tengo ni idea y me parece interesante, os lo dejo por aquí:
El jefe de servicio creo que no "manda" a los resis (B.O.E.) (...) Pues habría que mirarlo, pero ahí la figura del tutor creo que está por encima del jefe de servicio. Creo que esto es para que no se tienda a usar a los resis sólo como "mano de obra" por parte de ciertos jefes de servicio

Consultas externas XXIX: semanas del 25 de abril al 1 de mayo

 Una semanita más, aquí tenéis el resumen de la semana de la blogosfera sanitaria. Si, además queréis echar un vistazo por nuestra entrada más leída, podéis hacerlo aquí.

Y, para terminar, el vídeo de esta semana: encontrado gracias a La ciencia y sus demonios, el paso del VIH al interior de una célula.

Consultas externas XXVIII: semana del 18-24 de abril


¡Hola a todos! Sé que esta semana no ha habido ninguna entrada por mi parte (y eso que tengo un montón a medias en los borradores), pero os aseguro que estos últimos días apenas he parado en casa. ¿Quién dijo que los meses postMIR iban a ser relajados? Por suerte, la blogosfera ha seguido más productiva que yo, y puedo dejaros esta lista de lectura que, espero, disfrutéis.

Para terminar, este vídeo que he encontrado en Somos Medicina: cómo tratar una sepsis... ¡a ritmo de rap!

Consultas externas XXVII: semanas del 4 al 17 de abril

Perdonad que me saltara el resumen la semana pasada, pero entenderéis que con la emoción no estaba para ello. Eso sí, para compensar os dejo el enlace a mis recomendaciones de estos últimos 15 días, y algunas son verdaderamente buenas, así que echadles un vistazo.

Y si os quedáis con ganas de más, y todavía no sabéis por qué transpiro felicidad por cada poro de mi piel, podéis pasaros por mi entrada más leída estas semanas.

Para terminar, como siempre, un vídeo: esta vez uno en el que, espero, no vea reflejada en unos meses...

Consultas externas XXVI: semana 28 de marzo - 3 de abril


Esta semana sí, en domingo, os dejo el resumen bologsférico. Y si queréis añadir algo más a la lectura, podéis pasaros por la entrada más visitada esta semana en Historia Clínica.

Para despedirnos, como siempre, un vídeo: Buenafuente y el copago

Consultas externas XXV: semana 21-27 de marzo


Aunque otra vez un poquito tarde, aquí tenéis mis recomendaciones de lectura de esta semana y, de verdad, os aconsejo que no os las perdáis.

Además, si se os pasó mi entrada de este lunes, la más leída de la semana, os invito a echarle un vistazo y darme vuestra opinión.

Y para terminar, el vídeo de esta semana...

Consultas externas XXIV: semana 14-20 de marzo


¡Perdonad el retraso! No sólo estamos a lunes, sino que no he podido terminar mis lecturas de esta semana, así que algunos enlaces os los dejo para la próxima semana... Pero aunque no esté todo lo que debería, una semana más os dejo el resumen de mis imprescindibles en la blogosfera.

Y como esta semana ha sido movidita para los postMíricos (con la salida de las listas definitivas), y hemos hablado bastante del MIR esta semana, no quiero despedirme sin dejaros unas cositas más...

... en primer lugar, para todos los que acabáis de hacer el examen y estáis inmersos en la duda de la elección de plaza, os invito a pasaros por esta nueva web: Tu Plaza MIR; a través de unos sencillos pasos, la página ordena todas las plazas disponibles en función de tus gustos personales, teniendo en cuenta especialidad, centro y distancia. Y aunque lo tengáis claro, como yo, os recomiendo echar un vistazo para probarla... a mí me ha gustado mucho, y creo que puede ser muy útil para algunas personas.

Esta semana, como ya se podía intuir por la cantidad de comentarios, la entrada más visitada ha sido mi elección de academia, así que aprovechando que AMIR ha colgado ya los vídeos de sus Jornadas PostMIR de este año, os dejo el primer vídeo de introducción y os recomiendo, a todos los que estáis en proceso de selección, que echéis un vistazo por su canal.

Consultas externas XXIII: semana 7-13 de marzo


Un domingo más, aquí os dejo un enlace a las entradas más destacadas de la semana, y os recomiendo que os deis un paseo por la lista, porque hay algunos enlaces muy, muy interesantes.

... como interesante me pareció también el vídeo que os dejo. Un monólogo, aparentemente "inocente", con algunas reflexiones interesantes detrás, sobre todo en lo que a Atención Primaria se refiere, y que esta semana ha dado bastante de qué hablar.



... y por si os la perdistéis, aquí os dejo la entrada más leída esta semana en Historia Clínica.

¿Y si no hablo catalán?

¡Advertencia! Con esta entrada, no pretendo abrir discusiones acaloradas sobre nacionalismo ni idioma; tampoco pretendo que se convierta en un debate político. Aunque tengo convicciones muy fuertes al respecto, voy a intentar mantenerme neutral y plantear sólo una realidad objetiva que, espero, pueda ayudaros. Por favor, agradecería que vuestros comentarios también fueran en la misma línea.

Sois ya muchos los que me habéis preguntado por diversos canales qué pasa por hacer la residencia en Catalunya... y no hablar catalán. En vista de que vuestras dudas se repiten, y creo que es un tema muy importante a tener en cuenta (y más en estas fechas, para los que vais a escoger plaza pronto), creo que bien se merece una entrada. No obstante, si alguna de vuestras dudas no se responde aquí, como siempre, dejad un comentario e intentaré responderos lo antes posible.

En primer lugar, ¿qué uso tiene el catalán en los hospitales? Por mi experiencia, en diversos hospitales, puedo deciros que exactamente el mismo que el castellano... Imagino que eso puede variar un poco si no trabajáis en una ciudad, donde la población inmigrante disminuye, pero en la mayoría de los lugares, la cantidad de castellano-parlantes exclusivos es tal que, invariablemente, no suele darse preferencia al catalán. Ahora, eso no quiere decir que no se use, simplemente que es una opción personal. Por ejemplo, yo hablo catalán en mi vida diaria, con mi familia y amigos, y eso hace que, cuando me dirijo a una persona nueva (para presentarme, o saludar, por ejemplo) lo haga en catalán. ¿Seguiré hablando catalán si esa persona no me entiende? Evidentemente no (aunque maleducados los hay en todas partes). Lo mismo pasa con el resto de médicos... y con los pacientes: no hay ningún problema en utilizar cualquiera de los idiomas y, de hecho, los pasillos suelen ser una torre de Babel en ese sentido.

Vale, pero... ¿y los informes?, ¿cuál es el idioma vehicular de la administración hospitalaria? Hay que tener en cuenta que, en los hospitales que dependen del ICS (Insitut Català de la Salut), por ser subsidiarios de la Generalitat de Catalunya, suele primar (o solía, antes del nuevo Estatut) el catalán en los comunicados; es decir, en los papeles de solicitud, programa informático, peticiones... Ahora bien, en los hospitales en los que he estado, siempre he encontrado todo el papeleo en ambos idiomas. Repito: siempre. Y los informes, pues una vez más, dependen de cada uno: si hablas castellano, lo escribes en castellano; si hablas catalán, lo escribes en catalán.

Soy consciente de que, desde algunas entidades (medios de comunicación, grupos políticos) se "fomenta" una imagen de Catalunya que no es la real y, leer esto ahora, puede parecer que estoy defendiendo una realidad demasiado "bonita". Pero no es así, de verdad. Si habéis estado alguna vez en Catalunya, sólo tenéis que pensar en lo que habéis escuchado en la calle, en las tiendas... en los hospitales es igual. ¿Alguna vez alguien se ha negado a hablaros en castellano? Puede; porque repito, gente maleducada e intransigente la hay en todos lados, pero esta excepción  no puede marcar la norma. Además, en un puesto de trabajo, está claro que todo es mucho más flexible: nadie os va a obligar a hablar o escribir (o entender) el catalán, nadie, porque si lo hace, está incumpliendo una ley: en Catalunya hay dos lenguas oficiales, así que se puede usar cualquiera de ellas en todos los ámbitos.

Obviamente, no nos vamos a engañar, conocer el idioma es una ventaja... Es una ventaja, para comunicaros con el viejecito de 90 años que ha vivido toda su vida lejos de la ciudad y se expresa mal en castellano, porque os dirá que "em fa mal el pit" en vez de "me duele el pecho". Pero, ¿acaso vais a trabajar solos? ¿Acaso en los hospitales no hay montones de profesionales (médicos, enfermeros, celadores) que pueden solucionaros una duda lingüística en un momento dado? Por si eso fuera poco, no sé si en todos los hospitales, pero sí en los que dependen directamente del ICS, la primera semana de residencia suele haber unos cursos voluntarios y gratuítos de acogida lingüística, durante los cuales se dan algunas nociones del vocabulario más habitual en el hospital.

Pero no nos engañemos, un idioma se aprende en la calle/trabajo... ¿y qué tiene eso de malo? ¿De verdad alguien cree que trabajar aquí y aprender un idioma nuevo es una desventaja? Estoy segura, porque conozco a montones de personas en la misma situación, que aunque no uséis directamente el catalán, en unos meses podréis entenderlo casi completamente. No es un idioma difícil (al menos oralmente, que la gramática y la ortografía se complican un poco) y, no nos engañemos, poniéndome en la situación de Barcelona... no lo hablamos bien: tenemos mucho contacto con el castellano, y el resultado es un "catallano" muy entendible :P

En definitiva, ¿haría yo aquí la residencia sino hablara catalán? Pues, como en todo, hay casos y casos... Si dudara entre dos hospitales buenísimos, uno en Catalunya y otro no, el factor idioma debería tenerse en cuenta (igual que, ahora mismo, yo puedo tener en cuenta entre dos hospitales buenísimos si me pagan las dietas; es decir, no es un factor decisivo, pero ante la duda, todo vale). Ahora bien, si lo que queréis es venir a esta Comunidad por algún motivo especial, o bien aquí hay un hospital que cumple todas vuestras expectativas, que el idioma no os eche para atrás, por favor. No descartéis venir aquí por eso. ¡Además, Catalunya es una Comunidad preciosa!

Espero, de todo corazón, haber resuelto la mayoría de vuestras dudas, y no haber ofendido a nadie con mis comentarios. Os lo repito, comentad todo lo que queráis, que responderé encantada. Y si decidís venir a Catalunya, ¡bienvenidos, os ayudaré encantada con lo que sea!

Consultas externas XXII: semana 28 de febrero - 6 de marzo

Como ya os comenté la semana pasada, podéis consultar el resumen semanal de Historia Clínica a la blogosfera desde aquí: #imprescindiblesHC.

Y para despedir la semana, un poco de música... en concreto, una de mis canciones preferidas, y que más me ha acompañado durante el estudio del MIR:

II Jornadas PostMIR AMIR 2011

... aquí es donde estuve el pásado sábado, toooodo el día.

Mi Academia organiza desde hace 4 años (aunque sólo 2 en Barcelona), unas jornadas de orientación postMIR, enfocadas sobre todo a la elección de especialidad, aunque cada vez más centrada en los diferentes hospitales donde realizarla. En este enlace, podéis ver las charlas de otros años; en cuanto cuelguen las de este año, también os las dejaré por aquí.

La verdad es que, aunque yo hace años que tengo claro lo que quiero hacer (como primera, segunda y tercera opción), sé que tengo una suerte tremenda... por eso me parece genial que se organicen cosas así, donde son los propios residentes los que hablan de cada especialidad, de los pros y los contras, de por qué elegirla. ¿Por qué fui yo a las charlas? Primero, porque siempre se aprenden cosas, y saber más sobre otras especialidades nunca está de más; pero fundamentalmente quise ir para ver si podía contestar a la pregunta que me ronda desde hace semanas: ¿dónde voy a trabajar?

Que en estos tiempos que corren mi mayor preocupación sea elegir el lugar donde quiero trabajar es una fortuna, lo sé (hay quien no tiene ni una opción); pero os aseguro que esto me está agobiando tanto o más que el propio examen... Una decisión así, en la que hay que valorar tantísimas cosas, y de la que depende mi futuro (o, al menos, mis próximos 5 años) es algo que no debe hacerse a la ligera. Por eso, aunque me llevé algunas ideas claras el sábado, de aquí a abril me toca pasearme por todos los hospitales que figuran en mi lista (y alguno más) para intentar dilucidar cuál puede ser la decisión más acertada. ¡No os preocupéis, que ya os contaré mis aventurillas como entrevistadora!

Volviendo a las Jornadas, que tuvieron unos ponentes excelentes, me falta remarcar que tuvieron también momentos para la emotividad: el director y su charla sobre nuestros resultados en el examen, un vídeo que nos habían preparado los profesores, tutores y demás componentes de la Academia, algunas despedidas, conocer al nº1 de este año, recordar los nervios vividos hace apenas 1 mes... ¡buff, se me cayeron algunas lágrimas!

Para terminar, sólo quiero comentar que los próximos días 11 y 12, estas Jornadas se repiten en Madrid, y están abiertas a todo el mundo. Desconozco si quedan todavía plazas vacantes (es gratuíto, pero hay problemas de aforo), pero si tenéis la oportunidad, acabéis de hacer el MIR o os queden todavía unos años, acercaros por allí.

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