Esencia
blanca la de tu cuerpo que mana en bravura salpicada mojando mi piel,
resbalando
entre los sudores del camino que han llevado al éxtasis,
la
fuerza aplicada, las ganas en embestidas,
las
palabras que se han acumulado entre tu hambre y mi sed…
Mi
sed de ti, tu hambre de mí…
como
nómadas del desierto en medio de un oasis deseado e inesperado.
Y
reptando en el vértice de tu corazón,
marcando
con mis garras de hembra salvaje al Hombre que domina y manda,
excitado
en la rebeldía de su Vestal,
mientras
Tú buscas entre los pliegues de mi piel el modo de saciarte,
a
veces sin saciarme, sin contemplaciones ni medidas…,
desnudando
mi lujuria, mi desenfreno,
haciéndome
suplicar en cada gemido,
en
cada alarido, mi entrega, mi deleite en complacerte, complaciéndome…
Y me
bebo las mieles de esta pasión, germinando en mí el manantial que te colme a
Ti.