| La Magdalena arrepentida / Jean Michel Rousvoal |
Olvidé tu palabra,
como una estaca clavada en el alma.
Reviví la carne, como la esencia perdida en el cruce de mis pilares,
como el grito callado que se ahoga en la garganta
cuando el silencio tiembla en el abismo de mis entrañas...
siendo ser.
Y fui raíz desnuda,
latiendo en la sombra de tu boca no dicha,
espina de luna,
sangrando versos en la médula del deseo.
Tu ausencia,
vestida de lirio negro,
me rozó los bordes
con dedos de fuego antiguo,
y se quebró mi nombre
bajo el peso húmedo de tu sombra.
Se hizo carne la noche
entre los huesos del sueño,
y mi vientre —tierra herida—
brotó jazmines oscuros
al recuerdo tibio
de tu voz detenida.
No supe huir.
Solo fui sangre.
Solo fui llama.
Solo fui viento ardiendo en tu costado.