Mostrando las entradas con la etiqueta Lilián Cámera. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Lilián Cámera. Mostrar todas las entradas

miércoles, 23 de junio de 2010

desmesura




En el frontispicio del Templo de Apolo Delfos rezaba “Gnothi seauton”,
es decir Noscete ipsum: Conocete a ti mismo. Frente a la interpretación
popular, esta máxima no vendría a demandar un principio de
auto-reflexión y auto-comprensión, sino el conocimiento de
los propios límites. Vos, mortal, aprendé: no sos un Dios,
no oses ocupar ese lugar.
Tres poetas, como Prometeo desafiando a Zeus o como
Aracne tejiendo mejor que la propia Palas Atenea y
denunciando las violaciones perpetradas por los inmortales
al hacerlo, se embarcan en la Hybris, la desmesura,
atravesar los límites, ir más allá, adonde se supone no
deberíamos, donde se supone, las divinidades y los dioses
del Olimpo poético no nos permiten, no nos desean para
poner en jaque el statu quo de la poesía hasta que de
rodillas salga de su templo.
Casa de la Lectura
02 de Julio - 19.30 hs.
Lavalleja 924

jueves, 11 de febrero de 2010

Sensatez y sentimiento

nacimiento de Atenea

"No vayas a olvidarte del tiempo.
Dilo. Dilo.
El universo está hecho de historias,
no de átomos"
La velocidad de las Tinieblas- IX


"Contéstame.Baila mi danza."
Muriel Rukeyser

Para Leonor, que baila descalza


Atenea es una de las divinidades del panteón griego que suscita mayor interés, representada como símbolo del progreso intelectual y designada por los romanos con el nombre de Minerva. Como Artémis, que ya describiera Julieta en la entrada anterior, presenta varios caracteres lo que dificulta una concepción única. Según Max Müller, la palabra griega Άθηνά es una forma ligeramente modificada de la voz sánscrita Ahana (la abrasadora) que es uno de los epítetos de la Aurora. Según M. Scgwartz, por el contrario, Atenea es una divinidad del relámpago. Esta última interpretación parece acomodarse mejor a las tradiciones helénicas.

Hay múltiples variantes del mito que sería muy largo enumerar, sin embargo la que más me interesa destacar es la que está consolidada en Teogonía de Hesíodo. Allí se instituye un orden vertical y se establece un linaje, siendo necesaria  la subordinación de Atenea al padre de los dioses. La diosa debía pasar a ser hija de Zeus y condicionar sus atributos y acciones a la supremacía de un dios masculino. (ver diferentes versiones).

Cuenta cómo Zeus, el padre de los dioses tomó a Metis, hija del titán Océano y de Tetis, como su primera esposa y la dejó encinta. Pero Gea y Urano le advirtieron que Metis tendría una niña de esta unión y que si volvía a concebir un nuevo hijo éste estaba destinado a destronar a Zeus, el oráculo repetía lo que ya el propio Zeus había hecho con Cronos y éste a su vez con Urano. Impidiendo que la predicción se cumpliera, el crónida tragó a Metis, para que esta diosa le avisara siempre sobre lo bueno y lo malo.”Y el de su cabeza, dio luz a Atenea, al de ojos glaucos, terrible, belicosa, conductora de ejércitos y augusta, a la que encantan los tumultos, guerras y batallas”

Siendo Metis regente de la sabiduría y los conocimientos, al devorarla Zeus, es interesante como Hesíodo lo coloca como poseedor final de toda la sabiduría y esa forma especial de la inteligencia encarnada en Metis que es la astucia.

Veamos los aspectos más relevantes de la “parthenos” (1) y que pudieran ser antagónicos si es que nos guíamos por una concepción binaria. Prefiero tomar lo que María Cecilia Colombani define como ese “fondo paradojal que constituye un marco constante de la divinidad” y que va más allá de una lógica de la ambigüedad, cambiando este término por el de lógica de la complejidad. “Es en esta complejidad que cada dios no sólo se presenta junto a su opuesto sino que él mismo se presenta con una multiplicidad de caras opuestas.”


Lilián Cámera

1)la joven que no ha tenido hijos
Imagen: Sawako

Bibliografía:
Nicole Loraux " Las experiencias de Tiresias. Lo femenino y el hombre griego."
María Cecilia Colombani “El poder de Tierra en Teogonía. Poder y resistencia: el modelo de la batalla perpetua.
F.Frontisi-Ducroux, Jean Pierre Vernant " En el ojo del espejo"

sábado, 5 de diciembre de 2009

LUNA NUEVA


Si hacía falta algo más para corroborar que estamos perdidos, aquí tenemos un nuevo estreno de la saga vampírica de Stephenie Meyer: Luna Nueva, por cierto con desborde de espectadores y grititos (de chicas y chicos).

Uno que ha gastado pestañas leyendo y viendo lo mejor del género, asiste con impotencia a un fenómeno que sólo puede explicarse, más allá del marketing, por la búsqueda de sensaciones emparentadas con la trivialidad, invirtiendo Arendt, el mal de la banalidad no sería ajeno a los hechos, la fijación de los valores del conservadurismo y la corrección política tampoco.

Qué podemos esperar de cuatro librotes, de entre 500 y 600 páginas devorados por aquellos que usualmente no leen ni los diarios? (tal vez una forma de entrar a la lectura de otros autores?) Qué clase de situación nos plantean estos vampiros abstemios, de corazón blando, que quieren casarse y formar una familia? Cómo tomaremos el hecho de su conversión a un estilo de vida burgués, con casa fija, escuela, automóvil, deseos de integrarse a la humanidad y de ayudarla contra los malvados de siempre? Podremos tragar saliva y ver que otro mito, el del hombre lobo, coadyuva y se fusiona para brindar un escenario donde las criaturas salvajes y peludas se enternecen y deambulan para proteger los límites de un deber ser?
Asistimos a una especie de subversión del mito con vistas a romper cristalizaciones de siglos? Ay! Si así fuera no estaría yo en conflicto, pero que justamente sean ellos, vampiros y hombres lobos, los que bajen línea para imponer las buenas costumbres, el decoro, el matrimonio y el horror a las relaciones sexuales pre – libreta, es algo difícil de comprender.

Para entender, la saga (que leí entera) escrita por Meyer, con un lenguaje mucho más básico que el de JK RowlingHarry Potter (lo que ya es mucho decir) relata la historia de los Cullen, vampiros que viven en Forks, un pueblito de Washington aquejado por lluvias y cielos nublados.
Hasta allí llegará para vivir con su padre, Bella Swan, que al ver en la secundaria a estos seres pálidos y hermosos quedará rápidamente fascinada. La perlita son los Cullen: Edward, Emmett, Jasper, Alice y Rosalie fueron adoptados por el doctor Carlisle Cullen y su esposa, Esme y no le hincan el diente a nadie, como buenos vecinos.
Optan por dedicarse a los ciervos y otras especies para saciar su sed de sangre, tratan de hacer su tarea en la escuela y en el caso del Dr. Cullen, de brindar asistencia médica cordial a los seres humanos.

Con las mismas características del folletín (esto no es por sí objetable) asistiremos al romance entre Edward y Bella, con el tercero en discordia: Jacob, amigo de la infancia, integrante de la tribu de los Quilaute y para más datos, con cierta tendencia a desaparecer las noches de luna llena. En esta segunda película, Edward se va con su familia para salvaguardar a Bella, quien deprimida y solitaria, al borde del suicidio, se ampara en el torso desnudo y vigoroso de Jacob.

Hasta aquí podría ser Inframundo, la saga sobre la eterna lucha entre Vampiros y Hombres Lobos, sólo que (dejando de lado su calidad como películas) Kate Beckinsale y compañía, nos muestran seres muchos más oscuros y atormentados, aún en la posibilidad de amarse, las cosas terminan muy mal y la crueldad está a disposición de todos los personajes: máquinas de matar merodeando en la noche citadina. Todos están dispuestos a sucumbir a sus ansias y ninguno tiene el prurito de hacer con el prójimo la fuente de alimentos perfecta.

En ambas sobran los lomazos, motivo de los gritos en la platea, en ambas una historia de amor se muestra con serias dificultades, pero cuando la Beckinsale se transa al híbrido Michael, no le pide anillo de compromiso ni planea una fiesta de esponsales.

Lo que quiero decir es que Crepúsculo y Luna Nueva me remiten a las novelas que se leían en una época con delectación: las de Corín Tellado, dónde además de los músculos y la virilidad perfecta del novio/pretendiente/ candidato, asistíamos a los cortes magistrales entre capítulo y capítulo en las escenas más “hot”: justo cuando se estaba por concretar el “acto de amor” (así se llamaba) la pareja sufría interrupciones y vicisitudes de todo tipo. Hasta el casamiento…

Es lo que sucede en Luna Nueva, de besitos no pasamos y en el caso de Bella – Jacob, ni eso, acercamientos, jadeos y otras yerbas, no llegan más allá gracias a teléfonos y padres inoportunos.
Los adolescentes no beben, no son azotados por la lujuria ni reciben el castigo ejemplificador de un Jason que los rebana por sus desnudeces, no forman bandas dedicadas a destruir la propiedad privada, ni se arrodillan ante el dealer ni asisten a raves frenéticos. No deambulan perdidos en busca de un éxtasis liberador ni cargan pancartas defendiendo al movimiento LGTB.

Será esto lo que fascina a un público alejado o aparentemente alejado en lo real de una impronta romántica y demodé? La vuelta a los valores de la abuelita? Y por favor, entiéndase el término romántico como un sinónimo de meloso y sentimental, nada que lo ligue al movimiento del Romanticismo en la poesía (Novalis, Keats, Günderrode) Ellos tenían a la noche por patria y al exilio como horizonte, deambulaban por los cementerios bajo la luna llamando a la amada muerta, morían muy jóvenes y no calzaban en las instituciones como un guante.
Por algo María Negroni en Museo Negro dijo (comparando a poetas y vampiros):”Los dos atacan al burgués que hace de las cuatro paredes de su hogar, la empalagosa guarida de sus miedos. Ambos están sedientos de crueldad”…o "se veían a sí mismos como seres marginales, es decir videntes, fascinados por la destrucción y la muerte”. Fidelidad a una extranjería y a una desterritorialización que poco tiene que ver con bodas y finales felices.

En Luna Nueva todo es una inmensa explosión de luz, hasta en la piel de los vampiros que brilla como un diamante. Bajo esa luz por la que nunca deambularon ni Lestat (icono queer) ni Louis (el más humano de los vampiros) ni Armand (la belleza del efebo como máscara del asesino) en las sagas de Anne Rice, se consuma el rito de pasaje de la adolescencia a la adultez, anclada en los valores más tradicionales.

Por suerte para quienes preferimos el topos desolado, se estrenó el jueves Criaturas de la Noche (Let the right one in) una bellísima e inusual película sobre el género, de la que tuve el gusto de escribir en la Revista La Otra Nº 22, pero esa es OTRA historia…


Lilián Cámera

miércoles, 30 de septiembre de 2009

HEDERA HELIX

¿No hay que odiarse primero, si se ha de amarse?...
Yo soy tu laberinto...

Fragmento de “Ditirambos de Dionisos” (1888-1889)
Friedrich Nietzsche

para Julieta Eme

1

tiempo fuera de mí
tiempo en que fuera real la máscara
zumbido de mosca
en esa brecha
donde canta un sol muerto
y el río desfallece
porque es aquí
siempre iluminada
la vid en los ojos
que a una y otra orilla devienen
en pequeñas zarzas
Parménides




3

leve entre la línea de hoy y el ayer
peno por escobas voladoras
el viejo ritual que desherede
la carga del zapato
sobre mi cabeza
ha llegado la tarde
al estanque de Sémele
una dulce oscuridad se ceba en muslos
partido mi dios crepita una agonía luminosa
trae a mis manos secretos de un lugar
donde la muerte esplende
y la vida se oculta en lo callado


© Lilián Cámera
(ir a serie completa)

*hedera helix: hiedra símbolo del culto a Dionisos

sábado, 6 de diciembre de 2008

mito y poesía





Cuando los dioses se van, dejan siempre detrás, fantasmas.

George Santayana


Ícaro cae, con sus alas quemadas, después de acercarse al sol. Y en la poesía escuchamos su grito…

Medea. Romina Tejerina. ¿de cuál Eva somos hijos?
¿Y bajo qué sol inmolaremos el corazón?

Si para Eliot nuestra tierra ha quedado yerma, la poesía es el altar preparado para los dioses, los grandes ausentes en el hueco de los hombres. Los mitos son el ritual de la creación que se repite verso a verso, reservorio de pasión y de muerte.

Será cuestión de abrir, en cada poema, esa caja de Pandora.


Liliana Piñeiro.


Los poetas y el mito

Coordinación: Javier Galarza
Producción: Lilián Cámera

Martes 9 de diciembre 20 hs.
Casa de la Lectura
Lavalleja 924 Buenos Aires Argentina