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sábado, 18 de diciembre de 2021

THE FLAMING STARS. "Songs from the bar room floor" (1996)

 


The Flaming Stars fue la bendita locura que se sacó de la chistera el batería de Gallon Drunk, Max Décharné, y "Songs from the bar room floor" fue el primer trabajo  de un total de 7 discos, donde vemos por donde iban a girar los mordiscos de furia de una banda que tiene el rock and rolk, el garaje y el punk como bandera. 

Desde que suena "The face on the bar room floor", seguida por "Forget my name" y su cadencia de himno, es imposible no sentirse atraído por este influjo nacido en los 90 y que es una continua concatenación de canciones para el uso y disfrute de los que amamos la insumisión musical. "You can't lie" es puro indie rock y ""Who's out there?" sale de una cueva repleta de peligros. 

También tenían tiempo para mostrarse más suaves en sus intenciones como nos muestran en "Burnt out wreck of a man", para remontar la electricidad galvánica en "Bring me the rest of Alfredo García", puro rock and rolk con órgano incluido. 

En "Kiss tomorrow goodbye" vuelven a las carantoñas, para parecerse casi a The Pogues en "The Ballad of the walking wounded". Siguen sonando arcaicos en "Downhill without brakes" y "Theme from dog instruction", para recordarnos a Gallon Drunk en la energética "Back of my mind".

En la parte final predominan los sonidos más primitivos con pulsiones del tipo de "Like trash". En resumen, a todos los que seguimos con fervor a Gallon Drunk, The Flaming Stars es un buen aliciente repleto de sonidos añejos para hacernos disfrutar. 


martes, 26 de octubre de 2021

THE A-BONES. "Music minus five" (1993)

 

Si te gustan The Cramps, tienes que disfrutar como un loco con The A-Bones, banda de garaje rock de New York, formada por el cancante Bill Miller y que despuntó (como tantas y tantas bandas) en los 90. "Music minus five" fue su tercer disco, y desde que comienza la correosa "Bird diggin'", sabes lo que te vas a encontrar por esta cueva de viejas fragancias. 

Rock and rolk, tan solo rock and rolk, pero que gusto para el espíritu y para tus orejas ("The Claw"). Y es que una banda que se pone como nombre el titulo de una canción de The Trashmen, tiene muy claro que lo suyo son los bailes dislocados en salones con poca luz y mucho veneno, donde se respire ácido y siderurgia de sudor ("Donut run"). 

Vaya gozada "You oughta know", es oirla y no parar de bailar, de moverte como un poseso, de flipar por su rabia y su enorme potencial sonoro. Recuerdo cuando los conoci con su minielepe "Free beer for life!" donde aparecia un poli ingles rodeado de cientos de cervezas dando rienda suelta a una ebriedad compulsiva. Así es la música de The A-Bones ("Little bo Pete"). 

Alojados en el clásico label de rock and rolk Norton Records, la banda cumplía lo que prometía. Buenos ratos, buena diversión, nada de desgana, música desde lo profundo del abismo como esa bestialidades sonoras llamadas "Hully Gully" y "Come on comme on".

Toda la discografía de The A-Bones es un continuo frenesí, una dedicatoria al rock como elemento catalizador, como fuente inagotable de una fuerza primigenia que todo lo desborda. Oyendo temas como "Who the heck" o "Bonomo Twine time" te das cuenta que músicas como las de The A-Bones son incombustibles, que aguantarían hasta una explosión nuclear. 


 

lunes, 7 de abril de 2014

BASS DRUM OF DEATH. "Bass drum of death" (2013)


Bass Drum of Death no son otro grupo hype. No van de principitos con vaqueros rotos queriendo hacernos ver sus predilecciones musicales por bandas como The Velvet Underground o Television. Bass Drum of Death es un grupo que esta pirado por el garaje y por la distorsión, por las cuevas subterráneas donde se sirve cazalla mezclada con bailes de salón de esqueletos cachondos.

"I wanna be forgotten" es una primera piedra de toque, un murmullo de bilis que se esparce por la colina de los salvajes que nos aventuramos a degustar estos sonidos sucios. Este es el segundo disco de la banda, y se han esmerado para contagiarnos con toques cercanos a Jon Spencer, como "Fine lines".

"Shaterred me" tiene ínfulas de single y "Such a bore" esta sacado del mismo baúl donde tenemos guardados nuestros viejos artefactos sonoros comandados por The Sonics y compañía. Lo tenían fácil para ser unos nuevos The Hives. Pero ellos prefieren arrastrar las guitarras, ("No Demons") y caminar siempre sobre el fuego.

"Bad reputation" es otra andanada de crujidos que da paso a ese festival sónico que es "Crawling after you", casi indie, pero no, se amarra con fuerza en los graves tonos que no dejan pasar el aire, viciado mundo primitivo para que volvamos a nuestra ser primordial.

Bass Drum of Death. Volvemos a las andanzas, sacudámonos la apatía, vamos a roquear garaje incisivo y total. Recomendables.