Mostrando entradas con la etiqueta Bob Fosse. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Bob Fosse. Mostrar todas las entradas

sábado, 7 de noviembre de 2009

Top five (+ bonus track) (VII)

Y seguro se pensaban que esta sección había muerto, pero nunca, never, nadadeso. Los top faivs son una sección pedorra infaltable en este blog, y el día que dejen de existir será porque habré quedado ciego, senil, dedicado a la jardinería u otra huevada similar.
Va una aguerrida serie de momentos musicales de películas no musicales. Y para cerrar la selección sin defraudar a nadie, un par de ponjas dándose como adentro de un gorro.

Am I blue? - Tener y no tener

Hace un tiempito colgaba en esta misma sección una grandiosa secuencia de El sueño eterno, con la Bacall cantando, y hubo unas cuantas aprobaciones. Ahora conseguí otra, esta vez de Tener y no tener. Podría verla una infinidad de veces.



Ora bolas - Leonera

Ahora es cuando ustedes empiezan a dudar de mi cordura y mi sanidad mental. Lo cierto es que me encantó el comienzo de Leonera, al punto que mi hija y yo ya nos conocemos esta canción de memoria y la cantamos a diario. El fragmento no tiene absolutamente nada que ver con la peli, pero si no la vieron aprovecho para recomendársela.



Tomorrow belongs to me - Cabaret

El otro día veía El triunfo de la voluntad de la Riefenstahl y mientras esas multitudes marchaban, todo el tiempo resonaba esta canción en mi cabeza. Un fragmento de antología, orquestado por uno de los grandes.



I wanna be loved by you - Some like it hot

Creo que nadie estará en desacuerdo con que Some like it hot es una de las mejores comedias jamás filmadas. Y nadie me va a llevar la contra si digo que la Marilyne estaba fuerte como cadenazo en las muelas. Y ese par de actorazos, imponentes. Tantas gracias Josep!



Mourya re - Don

¿Todavía no vieron Don? Esto lo pongo adrede para que alguno de esos prejuiciosos que no vería una película india en su vida ya se ponga en campaña para conseguirla. Hace tiempo no veía un baile callejero filmado con tanta fuerza.



Bonus track: yakuzas tirándose con flores

Suave, sutil, detenido y predecible, el final de Dead or alive es un ejemplo de la extrema amabilidad del adorable Takashi Miike. Para disfrutar con la familia.

sábado, 19 de julio de 2008

Lenny (Bob Fosse, 1974)

De verdad es poco comprensible que una película tan importante como Lenny haya quedado tan relegada, que haya caído en tan lamentable olvido, y hasta me siento un poco avergonzado de no haber oído nada de ella ni saber sobre su existencia hasta hace muy poco. Le debo un inmenso agradecimiento a mi amigo Josep; en primer lugar por habérmela presentado, pero sobre todo por haberme retado públicamente a reseñarla. Tuve que aceptar su desafío, resultaba interesante y hasta divertido jugarme a criticar una película de la que poco y nada sabía, y ni siquiera podía dar por cierto si iba a gustarme. Hoy asumo con absoluta satisfacción la tarea de dedicarle algunas líneas a tan sorprendente filme.
No voy a pisar la notable reseña que escribió Josep. El que tenga interés en una notable introducción y un mejor análisis puede empezar por su texto, que comparto palabra por palabra. Esta entrada debe considerarse un simple agregado.


Lenny podría estrenarse hoy mismo como una película nueva y muchos ni se darían cuenta de que fue filmada hace más de tres décadas. La fotografía de Bruce Surtees, en blanco y negro y de fuertes contrastes, no tiene nada que envidiarle, por ejemplo, a la de Buenas noches y buena suerte. La estructura narrativa de corte clásico, dotada a su vez de permanentes saltos temporales, recuerda a la caótica exposición de El ciudadano, ese otro imposible biopic. Caigo en la cuenta de que películas como Man on the moon o The people vs. Larry Flynt (ambas de Milos Forman) se centran en temáticas que Lenny abordó antes, y es probable que jamás hubiesen surgido de no existir este precedente fílmico (además no le llegan ni a los talones).
Fuera de su absoluta vigencia y del asombro que provoca la estética a nivel general, Lenny divierte, arranca carcajadas, emociona, hace pensar y luego entristece, incomoda y hasta llega a indignar. Reto al lector a nombrar ahora, en menos de treinta segundos, una película de los últimos años que cumpla con todos estos cometidos… vamos, sólo una… ¿que qué?, ¿que no existe?... piensen un poco, que no puede ser tan difícil.
Uno de los mayores atributos de Lenny es el saber utilizar un montaje sugerente que crea sentido y llama a la reflexión activa respecto a la contraposición de planos en diferentes tiempos. Así, vemos a Lenny en pleno show hablando de sus continuos y sufridos esfuerzos en función de la integración racial, mientras se nos muestra un brevísimo flashback, ¿o será flashforward? de él mismo entrando en un cuarto con una negra sensual e imponente; la toma dura apenas un par de segundos, pero es un claro ejemplo entre tantos otros del ingenio volcado al recurso audiovisual, muy frecuente en el filme.

Como una considerable cantidad de filmes creados en la década del setenta, el erotismo presente en Lenny descolocará a los que hoy tristemente se han acostumbrado al grosero puritanismo hollywoodense, y esta película humilla a toda la chatarra pseudoerótica producida por la metrópoli en la última década. Si tuviera que resumir la intención y el espíritu general de la película, diría que se trata de una feroz reivindicación de la stand-up comedy, denostada frecuentemente como frívolo entretenimiento popular, y mostrada aquí como un vehículo capaz de desnudar las contradicciones del individuo y de la sociedad en su conjunto. Cuando Lenny dice “Todos queremos una esposa que sea al mismo tiempo una catequista y una puta de 500 dólares la noche” está soltando una acerada crítica contra este bicho revuelto, cargado de contradicciones, ciclotimias, caprichos e indigestas que es el ser humano; está desnudando ridículas actitudes inherentes a uno mismo. Lenny Bruce fue un pateador de esquemas nato, un Von Trier risueño, un corrosivo desmantelador de arbitrariedades. Merecía que un maestro como Bob Fosse le hiciera justicia de esta manera.

PD. Josep eso sí, ando tapado de trabajo así que te ruego no vuelvas a hacerme otro de estos desafíos hasta, digamos, dentro de un par de años.