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jueves, 25 de abril de 2019

"ESPANTAJOS DE NUBES"



Llueve y tú dices es como si las nubes lloraran. Luego te cubres la boca y apresuras el paso. ¿Como si esas nubes escuálidas lloraran? Imposible. Pero entonces, ¿de dónde esa rabia, esa desesperación que nos ha de llevar a todos al diablo?

Roberto Bolaño (Lluvia)




miércoles, 21 de marzo de 2018

El VUELO EN UN INSTANTE

  Dedicada a Angel del blog Ventolera revuela, el y su familia lo están pasando muy mal, es un momento duro para ellos. 
   Espero la el alma Pablo vuele como estas palomas en busca de todo lo que ansiaba.
   Un fuerte abrazo.


viernes, 25 de agosto de 2017

La cuesta de la vida




"El problema de la vejez, es que el alma no envejece con el cuerpo", por tal motivo cometemos imprudencias creyendo que aun tenemos la energia de la juventud.



Simone de Beauvier













jueves, 11 de septiembre de 2014

Amor incondicional


Esta foto es un homenaje a mis padre, al amor y respeto que se han tenido siempre.
Son las manos de mis padres, mi padre falleció este año, el día 11 de marzo,  después de pasarlo muy mal, con una enfermedad tan terrible como el  alzheimer. Siempre tenía frías las manos y siempre le decía a mi madre que se las calentara. Es un homenaje al amor de casi 60 años que se han tenido y tras la muerte de mi padre aún sigue ahí. Ese amor hace que la vida   merezca la pena. Os quiero a los dos.
Papa, jamás te olvidaremos.


jueves, 6 de marzo de 2014

El paseo



     Daría un largo paseo por el bosque y embriagaría mis ojos con todas las bellezas del mundo de la naturaleza, intentando desesperadamente absorber el gran esplendor que se despliega en todo momento ante lo que pueden ver.


Helen Keller


viernes, 18 de enero de 2013

El ánima de Gonzalo


   Todas la viejas ciudades están llenas de leyendas, que van de boca en boca. Algunas muy conocidas, otras no tanto y las verdaderas son aquellas que se ocultan en el tiempo y nadie sabe. Paso a contar como buenamente pueda, la historia  me llegó de alguien que ya murió y me dio permiso para hablar de ello. Por el año de 1605, un joven llamado Gonzalo, considerado hombre de múltiples virtudes en Cáceres, estaba prometido con Beatriz, joven de su misma edad, beldad que alegraba la vista, de bucles dorados y piel nívea. Pese a las virtudes de Gonzalo, no le acompañaba la bolsa de los dineros a la par que la de la familia de Beatriz. Estaba la muchacha prometida a un capitán del ejército, recio y estirado en su orgullo. Beatriz nunca encontró a un hombre en ese capitán llamado don Ginés, le parecía una bestia engalanada. Una noche que don Ginés estaba bastante bebido se llevó obstinado en su empeño a Beatriz a una casa de mala fama, refugio de gentes de mal vivir al amparo de la noche, era noche oscura y de persistente llovizna. La familia de Beatriz creyó que estaba en casa de den Ginés tratando con su futura familia. Don Ginés presentó a la muchacha como quien luce un trofeo de caza y alardea de ello, dando voces puso en subasta el virgo de Beatriz, aunque hubo varios que les sobraba lujuria, a la par que les faltaba escrúpulos y monedas, don Ginés sacó una bolsa de dinero y se la quedó él, se echó al hombro a la chica y subió con ella arriba, no creo necesario contar lo que sucedió. Después salió don Ginés a la calle, más bebido que entró, todo el mundo callaba. Gonzalo vio salir a don Ginés del lugar, temiendo lo ocurrido, fue a por él y lo apuñaló sin mediar palabra, repetidas veces, la última en el costado, buscó luego a Beatriz y la sacó de allí malherida y balbuciendo que la matará pues había perdido el honor, murió en sus brazos, cuando le encontraron soldados de don Ginés que lo mataron a lanzadas. Por las noches su ánima camina entre las calles del casco viejo, buscando burdos fanfarrones a los que poder apuñalar, es un ánima que no está en paz, que la rabia le guía más allá.

Texto: Pedro Maximiano Cascos
Fotos:  Ana Manotas Cascos


viernes, 4 de enero de 2013

De felinos y de hombres


        Recibió por su setenta cumpleaños un pequeño gato al que crió con biberón, sus hijos le dieron a ese tierno animal en adopción y Fermín lo hizo suyo. Cuando el gato comenzó a corretear se lo llevaba a su huerta, donde el felino disfrutaba a sus anchas. Fermín pensaba para sí que sobre el lomo de esa inconsciente criatura había recaído la limpieza de conciencia de sus hijos, que debido a sus hipotecas, vacaciones y obligada vida social, no podrían dar la compañía que necesitaba el padre. Pues que lo haga el gato pensó Fermín por sus hijos. Llamó al gato "Isidoro" en recuerdo a aquella serie que veían sus hijos hacía ya años. Fué "Isidoro" el rey de la casa, Fermín le reservaba sus mejores manjares y hablaba con él como si de una persona se tratara, nunca(excepto cuando se enamoraba) abandonaba "Isidoro" a su Fermín, que le correspondía pasando la mano con suavidad por su dorado lomo y un tazón de leche, "Isidoro" que no era desagradecido también correspondía con sus ronroneos y acurrucándose a sus pies mientras Fermín se adormilaba al ritmo de los informativos de televisión.

Texto: Pedro Maximiano Cascos
Fotos: Ana Manotas Cascos

El descanso del cazador

Anhelada libertad

sábado, 26 de mayo de 2012

La estela

       ¿Quién no se ha cansado de pasear solo?, ¿de caminar solitario con la compañía de tu sombra?. Cuando la arena de la playa ha sido testigo de unas soledades que te angustiaban, te atosigaban, sentías su gélido aliento tras la nuca y creías ser el desvalido cordero perdido en la noche y rodeado de lobos. Tras la tempestad viene la calma y tras las largas tempestades vienen calmas serenas, como un premio a ese sufrido corredor de fondo que se había desorientado tras la búsqueda de la meta. Una calma que puede rodar en bicicleta, donde va esa persona, que con su compañía es bálsamo milagroso para las heridas de una prolongada batalla y seguimos esa estela que dejan las ruedas sobre la arena, hacia un lugar, una meta...un hogar. La historia sigue, pero cualquiera que haya vivido sabrá continuarla, tiene diferentes estelas pero una misma meta.

Texto: Pedro Maximiliano Cascos
Foto: Ana Manotas Cascos

jueves, 19 de abril de 2012

Ya no queda América por descubrir


¿Por qué nos gusta mirar el horizonte?. Parece que nos llamara, o más bien somos nosotros los que deseamos preguntar algo que nos acongoja y no nos atrevemos a preguntar. Siempre el deseo que anida dentro y parece que en unos momentos nos lleva en volandas y otras nos ata a la tierra que pisamos. Ese mismo deseo que nos  lleva a descubrir, buscar...un continente, una ola, o bien eso tan manido de a nosotros mismos, pero que nunca encontramos.

 Texto: Pedro Maximiano Cascos
Foto: Ana Manotas Cascos