Seguidores

Mostrando entradas con la etiqueta Rio Zujar. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Rio Zujar. Mostrar todas las entradas

miércoles, 22 de agosto de 2012

Lo que bien empieza, mal termina

    Eran jóvenes y llenos de luz, sus ojos y sus cuerpos irradiaban energía. Ella se llamaba Estela y anhelaba ese amor puro e ingenuo de adolescencia, de chiquilla soñadora, que sueña con ese mundo al que abarca su imaginación,  un mundo al que no ha salido, mientras hilvana y cose vestidos, preciosos pañuelos y no menos preciosas mantillas que las gentes del pueblo lucen en las fiestas señaladas. Él se llamaba Santiago y anhelaba dar luz a todos esos pueblos que aún veneraban los candiles, amaba la electricidad y el progreso, como amó a Estela desde el momento en que la vio por primera vez en el estanco, ella compraba unos sellos, él unos cigarrillos, no se miraron aunque el corazón les diese un vuelco, el mismo vuelco que dio el pueblo el día que la electricidad comenzó a funcionar, mientras la luz iluminaba las calles Santiago tomaba la mano de Estela, ella veía en él a un héroe, no menos que un Hercúles, un adalid de la modernidad que iluminaría su camino, llegó pasado un par de años una sonada boda, dos hijos guapos y una imposición de la rutina y de la costumbre, mientras por las noches la luz iluminaba el pueblo y los candiles descansaban en los trasteros. Sin previo, como sobrevienen las tragedias llegó la tempestad, arrastró la luz , el pueblo y con todo lo que el avezado lector pueda imaginar, se llevó un historia de amor que caducó.
     
Texto: Pedro Maximiano Cascos
Fotos: Ana Manotas Cascos


Caducidad
Lo que no fluye