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jueves, 31 de agosto de 2017

Xperimental Eros




Xperimental  Eros
Director: Varios
Año: 2007
País: depende

Directores – Título del Capítulo
Jeff Krulik - King of Porn
Mark Street - Blue Movie
Tom Palazzolo - Sneakin’ and Peekin’
Naomi Uman - Removed
Thomas Draschan & Stella Friedrichs  –
The Influence of Ocular Light Perception on Metabolism in Man and Animal
Lewis Klahr - Downs are Feminine
Peggy Ahwesh - The Color of Love
Julia Ostertag - SexJunkie
Oscar Perez – Pacifier

Xperimental Eros reúne en un largometraje varios cortos sobre la Erótica, donde cada director expande  sus fantasías animadas de ayer y hoy, invocando  desde lo más profundo del  placer su arte degenerado. Pequeños pedazos de obsesión sexual como acto de espectáculo y poesía para los más bajos instintos y las más sublimes sensaciones con emociones.


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Llega el Viernes, y como cada viernes una pizza y una película de terror para los amantes del séptimo arte, entre los que cuento a los seguidores de Horroerótica y de Homenaje a Jess Franco, entre miles.

Para todos presento aquí un desafío.

Hoy presentamos la película  ‘Xperimental Eros’ (2007), más que una película un atrevimiento de varios autores que desafían al porno con la difícil tarea de entretener  excitando el cerebro.

A lo largo y ancho de este inclasificable buñuelo de Moëbius hay documentales y experimentos poco convencionales por su locura estética, tratando los fotogramas, enmascarando formas, jugando con colores y apariciones extrañas, como pareidolias  al gusto del cine y su observador.

En cualquier caso el tema central es Eros, o sexos, buscando el sexto sentido. O sea que no nos asustemos ante confesiones en pantalla de absoluta lujuria por parte de autores y actores.

Que no siendo pornográfico, debemos suponer que los órganos sexuales en la pantalla son de por sí un instrumento de transgresión en la experimentación apocalíptica que todo artista lleva en sus entrañas, por lo que no me extraña.

En cualquier caso, y porque reconozco algunos lectores por sus manías, destacaría el primer capítulo, ‘King of Porn’, quizás el más espeluznante. Se trata de un documental sobre el coleccionista Ralp Wittington  que nos muestra su colección de revistas y videos porno que llenan su casa de forma patética y obsesiva, afirmando su coleccionismo compulsivo como síndrome de Diógenes.  Y quién esté libre de pecado que tire la primera piedra.

Sin duda el espectador se echará unas risas, de la misma manera que el director se ‘parte la caja’ cuando ve aparecer videos y revistas en los rincones más insólitos de un solitario que vive rodeado de su locura (o basura).

Todavía más, rizando el rizo con risas, cuando el Sr. Wittington ofrece toda su colección al Museo de Arte Moderno de su ciudad, que recoge la propuesta con entusiasmo y agradecimientos, digo yo si en broma o en falso, ya que dudo que todo el morbo exhibido sea del gusto del consumidor de museos, aunque sean  de arte moderno.

No digo más, ya sea solamente por este primer capítulo se agradece el resto, que es más extraño que un perro verde y más retorcido que Twin Peaks 3ª temporada. Pues hay momentos que no sabes lo que estás viendo, perdido el argumento, que no hay, y sucumbiendo al abatimiento del sacrificado cinéfilo sufrido. A ver quién se atreve con TODO y llega al final sin parpadear.

Y si eres de los que han llegado al final apúntate diez puntos y  cuidado con los extras, como en las películas de marvel, pero en este caso prohibidas a menores y en blanco y negro.

Por cierto, NO hay EXCUSAS para no ver la película, ya que podéis encontrar el enlace en esta web. Ánimo, que no falten palomitas, seguir el enlace y visionarla.

ENLACE    


VIDEO


FOTOS











domingo, 25 de junio de 2017

Twin Peaks 2017




Twin Peaks 2017

Mi sombra siempre me acompaña, unos días delante, otros días detrás… salvo los días nublados o de noche.

Con estas palabras explica Wally a sus padres lo cariacontecido en sus últimos años de carretera y manta. Y con estas palabras ilustro este post de extravagante discreto mientras en la mesa mi mujer sirve un bogavante al horno que espero devorar con atención.

Se debería titular  ‘Twin Peaks… 25 years later’ pero se trata de David Lynch y su última Obra de Arte. Si algunos dudan de acercarse a la ‘silly box’ que se Sienten Koño, que esto va en serio y hace tiempo que no me siento (en diversos sentidos).

La melodía de Angelo Badalamenti continúa siendo un lamento que me transporta a sensaciones conocidas que anidan en lo más profundo de mi alma,  como la madalena de Proust, que de repente me sorprende y alumbra en cuerpo y alma en un viaje al futuro, que es ahora.

La tercera temporada de Twin Peaks es una película de 18 horas que debe completar el testamento cinematográfico de sus autores. Un juego entre candilejas que se perdió hace tiempo en ‘Twin Peaks: fuego camina conmigo’ (1992), el año de las Olimpiadas de Barcelona.

Por los capítulos que he visionado de esta nueva serie debo destacar que me sorprende.

Será por el juego de tiempo y espacio que propone, incluso por una visita inesperada a la Zona Negativa que descubrieron los Fantastic Four en su día. En una puesta en escena que concentra momentos lentos en un tiempo que aceleramos el vídeo para un visionado rápido, donde  algunos perdemos la esencia de la intención por la deriva de estos tiempos.

Increíble Kyle MacLachlan, en sus tres papeles un Papelón, y algo más que podemos analizar con devoción. Lo compro.

Y todos los personajes que aparecen tras 25 años, como han cambiado, como hemos cambiado, porque en realidad de esto va la serie, de cómo hemos cambiado nosotros mismos, y en este juego de identificaciones que siempre nos propone el cine, allí estamos, recordando con nostalgia tal como éramos hace 25 años.

Las lágrimas del actor ante la fotografía de Laura Palmer entran en nuestro corazón salvaje porque el pasado lo vivimos en un viaje al futuro, que es Ahora, y la pregunta: ¿Dónde hemos estado desde entonces?