Esta semana que todas mis reuniones y acciones casi se han centrado en el emprendimiento, he seleccionado esta, que seguro muchos/as ya la habéis leído, pero como oí el otro día muchas veces no es acceder a cosas nuevas, sino recordar las que ya sabemos.
La liebre y la tortuga
Una vez, una liebre, se burlaba de las patas cortas y de la lentitud de una tortuga.
Llegó el día de la carrera y mientras la tortuga no dejaba de caminar aunque a paso lento, la liebre corrió rápidamente y al ver seguro su triunfo decidió echarse una siesta.
Poco después, la liebre despertó y vio a la tortuga llegar a la meta y ganar.
Lección: