Voyeurismo, narcisismo, infidelidad, bestialismo, autoagresiones,
sadomasoquismo y homosexualidad latente.
No, esto no es un listado de parafilias, sino los caminos
por los que transita John Huston, en
mayor o menor grado, en “Reflejos en un
ojo dorado”.
Basada en la novela de Carson McCullers, es un estudio sobre un grupo de individuos de
alma distorsionada, que esconden tras una apariencia de normalidad, conductas afectivas
y sexuales aberrantes reprimidas en mayor o menor grado, que Huston va desgranando a lo largo de la
cinta con su habitual maestría.