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miércoles, 31 de agosto de 2011

Jacques y Robert, juntos pero no revueltos.

Gracias a Entrecómics por el recordatorio felicito con retraso a dos grandes del Cómic, Robert Crumb (68) y Jacques Tardi (65) por su cumpleaños el día de ayer.

Casi coincidentes en edad pero de lo más dispar en cuanto a estilo e intereses. Crumb y Tardi son sin duda dos referentes ineludibles para todos los autores posteriores.

FELICIDADES A AMBOS.







jueves, 5 de mayo de 2011

“Cuerpo a Tierra”, de Jacques Tardi y Jean-Patrik Manchette.

Buena parte de la prolífica producción de Jacques Tardi se ha centrado en la adaptación al cómic de algunos de los principales autores del polar francés como Léo Málet o Jean-Patrick Manchette. De una novela de este último, “Balada de la Costa Oeste” es precisamente una de las adaptaciones de Tardi que más me gustan por lo que, cuando Norma Editorial anunció la publicación de “Cuerpo a Tierra”, adaptación de otra novela de Manchette –“La Position du Tireur Couché”-, actualmente descatalogada en España-, empecé a frotarme las manos. Sin embargo, tras su lectura, me temo que “Cuerpo a Tierra es el tebeo más decepcionante de los que he leído del francés.

Christian es un avezado asesino profesional capaz de solventar cualquier encargo con diligencia y pulcritud. Sin embargo, Martin Terrier, el alter ego de Christian, está asqueado de su trabajo y, tras un último encargo, decide volver al pueblecito donde se crió para reencontrar a su novia de juventud, Alice. Sin embargo, la cosa se lía de mala manera cuando Terrier descubre que ni sus antiguos jefes ni los familiares de una de sus víctimas están dispuestos a dejarle ir tan fácilmente y le siguen los pasos mientras que Alice no quiere saber nada de él y se ha casado con uno de sus viejos amigos.

Sin haber leído la obra original, he de decir que “Cuerpo a Tierra” es uno de los tebeos más embarullados y confusos que he leído del autor francés. Embarullamiento imagino que debe proceder en parte del original (ya se avisa en el prólogo que el mismo Manchette no se tomó demasiado en serio una la novela que calificaba como un mero “ejercicio técnico”) y que lastra la labor de un Tardi que no se nota especialmente inspirado en esta obra. El protagonista, Martin Terrier, émulo de Steve MacQueen, es un mero vehículo para concatenar una serie de peripecias absurdas cuyo objeto no es otro que satirizar las convenciones del género. Y es que Tardi se muestra torpón para trasladar al cómic el marcado carácter paródico e irónico con que Manchette, intuyo, debió escribir la novela y el desarrollo que realiza resulta esquemático y excesivamente literario, yendo la traslación de la historia de más a menos, entorpecido por los largos diálogos de Manchette y abusando en demasía de los “cabezones parlantes” y los cuadros de texto, que en la última parte de la obra se muestran como prácticamente los únicos recursos para acelerar la conclusión de la obra.


En definitiva, ni Manchette ni Tardi parecen demasiado interesados en “Cuerpo a Tierra” y es una lástima porque es una historia de género que, en mi opinión, hubiera ganado con un planteamiento dramático, un tratamiento más serio de los personajes y un mejor acabado siendo el resultado final una obra decepcionante. Y es que todo maestro hecha un borrón de vez en cuando.

jueves, 10 de febrero de 2011

“Una resaca de cuidado”, de Jacques Tardi y Léo Malet.

Estos días que mucha gente parece dispuesta a ponerse una nariz de payaso, no está de más traer a colación “Una resaca de cuidado”, obra publicada hace unos añitos ya por Norma Editorial y que viene a completar la serie que unos cuantos años antes la propia Norma dedicara a publicar las adaptaciones que Tardi realizase de las novelas noir de Léo Malet protagonizadas por Néstor Burma (quedan todavía un par más inéditas en España realizadas por otros autores).

Probablemente, “Una resaca de cuidado” no sea la mejor obra para iniciarse en la serie ya que hace referencia a hechos de álbumes anteriores como “Niebla sobre el Puente Tolbiac” pero para los seguidores del particular Néstor Burma es una lectura recomendable al encontrarnos de nuevo con el particular detective enfrascado en un nuevo y extraño caso en el que él mismo es el principal sospechoso.

Más allá del atractivo de la historia planteada por Malet (todo un maestro del polar) en el que tan importante son intriga como la ironía desplegada en el desarrollo de la trama y el tratamiento de los personajes, la obra es interesante por el tratamiento que le da un Jacques Tardi especialmente inspirado a la hora de reflejar los recuerdos inconexos y las pesadillas que sufre Burma en los que radican las claves de un misterio en el que se entremezclan extraños payasos que regentan bares, polis corruptos y antiguos resistentes con ganas de venganza. A raíz del desarrollo lineal (inicio-nudo-desenlace) sobre el que se asienta la narración de la historia organizada en tres capítulos diferenciados, Tardi va incorporando viñetas en rojo como flashes de los recuerdos del desmemoriado Burma víctima del resacón al tiempo que desordena la composición clásica de página.

Al tratarse de una adaptación literaria, quizás Tardi abuse en ocasiones demasiado de las cartelas y los cuadros explicativos (por suerte excelentemente traducidos por ese gran conocedor del género que es Sánchez Abuli) pero, a pesar de ello, demuestra una vez más su especial talento para la narración gráfica y su fascinación constante por la ciudad de París aun cuando en esta ocasión la acción se traslade de los bulevares a un suburbio de las afueras. Por otro lado, la historia cuenta además con la curiosidad de ser la única de la serie de Néstor Burma en que opta por el uso del color alejándose de los grises habituales quizás precisamente para lograr el efecto más arriba descrito.

En definitiva, “Una resaca de cuidado” es un tebeo entretenido con un desarrollo más complejo del que pueda parecer en una primera lectura en el que Tardi consigue eficazmente trasladar al lenguaje del cómic una trama negra clásica quizás menos elaborada y más artificiosa que otras entregas de la misma serie. Recomendable para aquéllos con conocimientos previos de los universos de Tardi y Léo Málet.

jueves, 23 de septiembre de 2010

“Las extraordinarias aventuras de Adèle Blanc-Sec”, de Jacques Tardi.


Si algo bueno tienen las adaptaciones cinematográficas de cómics es que los editores españoles de pronto se acuerdan que tienen los derechos y deciden reeditarlos para satisfacción de los aficionados. Es lo que ha pasado con “Las extraordinarias aventuras de Adèle Blanc-Sec” que a la estela de la película de Luc Bessom está siendo reeditada en tres apañados integrales por Norma Editorial después de mantener la serie descatalogada durante años.

De momento ha aparecido hace unos meses el primero de estos tomos que recoge los cuatro primeros álbumes de la serie (“Adèle y la bestia”, “El demonio de la Torre Eiffel”, “El sabio loco” y “Momias enloquecidas”) que básicamente son los que se adaptan en la película (según dicen, que yo la película todavía no la he visto) creo que estamos ante una de las recuperaciones del año, previniendo que las aventuras de Adèle Blanc-Sec no es un tebeo para todos los gustos y que puede llevar a más de uno a sentirse irritado tras su lectura ya que no estamos ante un tebeo convencional.

Desde los inicios de la publicación de la serie en 1976, Tardi se planteó el desarrollo de una serie que fuese una declaración de amor a los pastiches y novelas por entregas francesas de finales del XIX y principios de siglo XX ideadas por los Lerroux, Dumas, Verne y, sobre todo a mí entender, de “Los misterios de París”, de Eugene Sue, y a lo largo de los cuatro álbumes que se recogen en este volumen sienta las bases de la serie en la que alejándose del tono dramático de las aventuras hace un acercamiento irónico a las desventuras de su antiheroina en las que subvierte las estructuras lógicas para que el tebeo se convierta en una lectura completamente impredecible y alocada en la que de una página a la siguiente cualquier cosa puede pasar y se evite cualquier tipo de clímax formulario, poco habitual en los cómics de aventuras modernos pero muy propio del tipo de literatura que Tardi pretende emular y parodiar.

Adèle Blanc-Sec es el único personaje cuerdo en el universo gótico inventado por Tardi, en el que los cultos satánicos pequeño burgueses, los rocambolescos experimentos de científicos chiflados dispuestos a vencer a la muerte y los pterodáctilos poseídos van de la mano de chocantes momias resucitadas e ídolos mesopotámicos, siendo la pragmática Adéle más que una heroína al uso una mera espectadora forzosa de las rocambolescas aventuras improvisadas por Tardi a su alrededor. Un Tardi que en ningún momento realiza el cómic pensando en lo que va a gustar a los demás sino en lo que le gusta a él y que propone un juego en el que marca las reglas para disfrutar de sus historias (tipos como Alan Moore y Mike Mignolla estoy seguro que lo han hecho).

Por otro lado, si la ironía de Tardi concentrada en un único volumen leída de un tirón puede que llegue a empachar, recomiendo que se lea esta obra a poquitos para ir digiriendo las bromas que el autor se permite. Un Tardi que, a pesar de estar improvisando todo el rato, logra ir cerrando las historias para que sólo pendan de un implícito “continuará” que va dando cohesión a la serie junto a la aparición de impagables secundarios como el lamentable comisario Caponi, víctima propiciatoria de los juegos de Tardi. Si a pesar de todo, las historias no le entran siempre se puede disfrutar del despliegue gráfico de Tardi y su talento para la narración gráfica así como de su versión de un París que se convierte en un personaje más sobre el que se sustenta la obra.

En definitiva, mi consejo es que os acerquéis a “Las extraordinarias aventuras de Adèle Blanc-Sec” con la mente abierta y dispuestos a dejaros sorprender por los atrevimientos de un Tardi inspirado, atrevido y divertido como probablemente en ninguna otra de sus obras. Ya me contaréis.