Quizás, tal vez, en cuanto a técnica y/o talento musical y/o compositivo no sea yo el más indicado para reseñar esta supuesta opera-rock, más bien opera-heavy, pero mi opinión es que es una verdadera tomadura de pelo.
Lou Reed me da la sensación que hace años que vive en un limbo extraño, en el cual está encantado de conocerse y eso le da licencia para hacer cualquier mierda, y que un reducto de llamémosles puretas, o mejor enteradillos, te haga sentir estúpido por no entenderle.
Pues no, no le entiendo esa unión con
Metallica, ni al grupo de metal esa unión con
Lou Reed, ya que no consiguen empastar lo más mínimo en ninguna de las canciones. La contundencia musical hace daño al recitado desafinado y taciturno del ex-
Velvet Underground, y a la inversa la fiereza instrumental queda seriamente afectada por la verborrea de
Reed.
Ni la historia con
Jack el Destripador de por medio que inspira las canciones tiene reflejo alguna en la unión de estos mastodontes de la música, a los cuales ya hace tiempo que creo que se les pasó el arroz del talento, aunque repito, tal vez yo no tenga la inteligencia ni el talento para enterder esto (ni nada), pero a mi no me la cuelan ni por un lado ni por el otro.
En cuanto a las canciones solo soy capaz de tragarme una,
Little Dog, por la sencilla razón que suena al Lou Reed neoyorkino y taciturno de siempre, el resto, material para tortura,aunque con esa horrible, dantesca e innecesaria portada ya daban ganas de no escuchar el disco.