En esta crítica me baso en lo que dijo mi amiga Sofia:
-Qué es lo real realmente, qué es lo que percibimos de la realidad, qué es lo que queremos creerEn esta crítica me baso en lo que dijo mi amiga Sofia:
-Qué es lo real realmente, qué es lo que percibimos de la realidad, qué es lo que queremos creer, qué es lo que nos hacen creer, y cómo podemos diferenciar todo ello, o si realmente merece la pena averiguarlo -Qué es lo realmente importante de una religión: el que se cuente una verdad o el que sirva de consuelo con la fe para aquel que decide o necesita creer en algo -Si tiene la vida artificial consciente el derecho sobre su propia vida o si carece de cualquier derecho humano, si realmente podemos seguir siendo humanos si ignoramos el conflicto interno que nos genera esta cuestión -Si es realmente la falta de empatía en una creación lo que justifica que podamos darle un uso a esa vida artificial consciente en nuestras propias condiciones -Si es realmente la falta de empatía lo que nos diferencia de las máquinas, si es realmente la inteligencia lo que nos diferencia de los animales vivos, en suma, qué es lo que verdaderamente nos diferencia de los demás entes -Si es posible huir de nosotros mismos, de nuestra soledad, nuestra melancolía, nuestra tristeza, nuestro sentimiento de vacío, con máquinas que creen sentimientos "positivos" en nosotros, o si nos estaremos convirtiendo en máquinas en el proceso al huir de estos mismos sentimientos "negativos" -Si tenemos nosotros derecho a crear una vida artificial consciente que nos sirva y trabaje en nuestras propias condiciones, y qué en que nos convierte eso -Si los humanos no somos perfectos, realmente se puede crear algo perfecto, o mejor, que los humanos, y si fuera mejor que nosotros, realmente se puede decir que ello nos puede servir, o puede darse la vuelta a la tortilla y acabar sirviéndoles a ellos en ese equilibrio peligroso -Cuando un individuo no se ajusta a los moldes que la sociedad califica como "ideales", se tiende a marginar a ese mismo individuo. Si realmente podemos seguirnos llamándonos humanos al despreciar y tratar como desechos de la sociedad a estos individuos -Si la información que recibimos de los medios es de fiar o es una lenta cadencia machacona de cómo debemos pensar para ajustarnos a esos moldes ideales de la sociedad en la que vivimos -Si realmente nos importa el que nos manipulen o si nos da igual porque solo damos importancia a mirar por nosotros mismos e ignorar al otro en el proceso
La idea que yo tenía de esta historia es la de la película de Ridley Scott. Se toma la concepción general, pero ambas versiones siguen un rumbo radicalmente distinto. En el libro se da mayor peso a la importancia que se le da a los animales auténticos en un tiempo en que la mayoría de las especies se encuentran tanteando la extinción y el culto a un sufrimiento colectivo en la figura de un Mesías tecnológico.
Sus tintes filosóficos sobre el ser humano y los andrillos se bate en duelo con el deseo de poseer un animal vivo, desatando el conflicto sobre la empatía y el sentido de uno mismo. La sensación de estar inmerso en la nada más absoluta empuja al protagonista a perseguir un fin que parece la solución a esos sentimientos de vacío, o por lo menos parece que disminuye su angustia existencial. De ahí surge la necesidad de soñar, y soñar con lo más preciado (concepto que cambia según el valor que se le dé a cada objeto, pues suele valorarse más lo que más escasea en su momento) en un mundo devastado y sin amor.
Es una novela escrita en un estilo muy antiséptico. No se detiene mucho en los personajes, sino que parece una concatenación de acciones y de impulsos más que de rumiación de unos pensamientos y un diálogo interior. Creo que las novelas de estas décadas pecan de tratar a los personajes desde la distancia con hilos invisibles, más que de vivir realmente bajo la piel de los mismos, lo cual produce un distanciamiento intencionado para mostrarnos la nula enraización de los personajes en el entorno en que viven. Un entorno que no parece acogerles sino que más bien les enerva y no les permite el descanso. La aprensión que les genera su ambiente conduce a una deshumanización radical y artificial que les sume en una depresión de alto rendimiento.
El lector también acaba estando empapado en ese sentimiento apocalíptico que envuelve la novela, y le hace preguntarse adónde nos llevará todo esto de los avances de una humanidad y de la degradación de un mundo en la producción de todo ese kippel (basura que se genera por los humanos y que parece multiplicarse cuando no se invierten esfuerzos en eliminarla) que parece no cesar en una realidad colectiva entumecida por una violencia interior con la que no se sabe cómo lidiar precisamente....more
Es pura poesía. Al leer las experiencias de una persona tan inteligente que se ve 'atrapada' en la prisióMe encanta la película. El libro no es menos.
Es pura poesía. Al leer las experiencias de una persona tan inteligente que se ve 'atrapada' en la prisión de su cuerpo, la tentación de decir que es una historia de superación es fuerte. Pero más que eso es un ejercicio de imaginación sin límites, de una sabiduría que solo se aprende cuando te encuentras demasiado tiempo solo con tu propia mente, cuando estás obligado a observar, cuando ves cómo transcurre la vida ante tus ojos, y tú no participas en ella.
Esta obra no es solo un autobiografía con un valor científico o médico. El sobrevivir a este giro macabro del destino y vivir luego con la lucidez y ánimo suficientes como para contarlo. Esto es un manifiesto para todo el mundo, para reflexionar sobre todo aquellas cosas intangibles que realmente son las más importantes en nuestra existencia, para empezar a abrir la mente en aquellos rincones que ya existían pero que, por miedo a conocerse a uno mismo, permanecían obstinadamente ocultos.
Una delicia.
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Por supuesto, el principal interesado es el último en enterarse de tales bicocas. En lo que a mí respecta, tuve derecho a veinte días de coma y varias semanas de niebla antes de darme cuenta verdaderamente de la extensión de los daños.
No emergí por completo a la superficie hasta finales de enero, en esta habitación, la 119, del Hospital Marítimo de Berck, donde en estos momentos se cuelan las primeras luces del alba.
Es una mañana corriente. A las siete, el carillón de la capilla empieza de nuevo a marcar el transcurso del tiempo, cuarto a cuarto. Tras la tregua de la noche, mis cargados bronquios se ponen a resonar ruidosamente otra vez. Mis manos, crispadas sobre la sábana amarilla, me hacen sufrir, sin que logre determinar si me arden o están heladas. A fin de luchar contra la anquilosis, esbozo un movimiento reflejo de desperezo que obliga a brazos y piernas moverse escasos milímetros. Eso suele ser suficiente para aliviar un miembro dolorido.
La escafandra se vuelve menos opresiva, y la mente puede vagar como una mariposa. Hay tanto que hacer… Se puede emprender el vuelo por el espacio o el tiempo, partir hacia Tierra del Fuego o la corte del rey Midas.
O bien hacer una visita a la mujer amada, deslizarse a su lado y acariciarle el rostro, todavía dormido. O construir castillos en el aire, conquistar el vellocino de oro, descubrir la Atlántida, realizar los sueños de la infancia o las fantasías de la edad adulta.
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Con la guardia medio baja, Vincent avanza como un boxeador de peso medio. El día de Mithra-Grandchamp, tras la funesta llegada, se había limitado a soltar: «Gilipollas. Somos unos auténticos gilipollas. En el periódico nos van a pasar por la piedra». Era su expresión favorita. Para ser franco, me había olvidado de Mithra-Grandchamp. El recuerdo de esa historia acaba de volverme a la memoria, dejando en ella una huella doblemente dolorosa. La nostalgia de un pasado que no ha de volver y sobre todo los remordimientos por las ocasiones perdidas. Mithra-Grandchamp son las mujeres que no has sabido amar, las oportunidades que no has querido aprovechar, los momentos de felicidad que has dejado escapar. Hoy tengo la sensación de que toda mi existencia no ha sido sino una sucesión de pequeños fracasos. Una carrera cuyo resultado se conoce pero en la que se es incapaz de apostar por el ganador.
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Lejos de esos desbarajustes, en el silencio reconquistado puedo escuchar a las mariposas que revolotean por mi cabeza. Se requiere mucha atención e incluso algo de recogimiento, pues el batir de sus alas es casi imperceptible. Una respiración un tanto fuerte basta para cubrirlo. Por lo demás, resulta asombroso. Mi audición no mejora y sin embargo las oigo cada vez mejor. Debo de tener oído de mariposa.
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Es domingo. La campana da las horas con gravedad. En la pared, el calendario de la seguridad social que deshojan día tras día indica ya agosto. ¿Por obra de qué paradoja el tiempo, que aquí permanece inmóvil, lleva en e exterior una carrera desenfrenada? En mi universo encogido, las horas se estiran y los meses pasan a la velocidad del rayo. No puedo creer que estemos en agosto. Amigos, esposas, niños se han dispersado al viento de las vacaciones. Con la mente me dejo caer por los campamentos donde han instalado sus cuarteles de verano, y tanto peor si esa gira me desgarra un poco el corazón. En Bretaña un tropel de chiquillos regresa del mercado en bici. La risa ilumina todos los rostros. Algunos de esos niños han alcanzado hace tiempo la edad de las grandes preocupaciones, pero en los caminos bordeados de rododendros todos pueden recuperar la inocencia perdida. Esta tarde irán a contornear la isla en bote. El pequeño motor luchará contra las corrientes. Alguien se tenderá en la proa de la barca con los ojos cerrados y dejará arrastrar el brazo a la deriva por el agua fría. En el Midi hay que refugiarse en lo más recóndito de las casas aplastadas por el sol. Los cuadernos de dibujo se llenan de acuarelas. Un gatito con la pata herida busca los rincones sombreados del jardín del cura, y más lejos, en la Camarga, una nube de becerros cruza una marisma de la que emana el aroma del primer pastís. Por doquier se aceleran los preparativos para la gran cita doméstica que de antemano provoca bostezos de lasitud en todas las mamás, pero que a mis ojos toma el cariz de un rito fantástico y olvidado: el almuerzo.
Es domingo. Escruto los volúmenes que se apilan en el alféizar de la ventana y componen una pequeña biblioteca bastante inútil puesto que hoy nadie vendrá a leer para mí. Séneca, Zola, Chateaubriand, Valéry Larbaud están ahí, a un metro, cruelmente inaccesibles. Una mosca muy negra se posa en mi nariz. Muevo la cabeza para desalojarla. Se pega como una lapa. Los combatesde lucha grecorromana que vimos en losJuegos Olímpicos no eran tan feroces.
Es domingo.
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Casi hemos llegado al final del camino, y sólo me resta evocar aquel viernes 8 de diciembre de 1995 de funesta memoria. Desde el principio tengo ganas de contar mis últimos momentos de terrícola en perfecto estado de funcionamiento, pero lo he diferido tanto que ahora el vértigo se adueña de mí en el instante de efectuar ese salto al vacío hacia mi pasado. Ya no sé por qué extremo coger aquellas horas pesadas y vanas, inasibles como las gotas de mercurio de un termómetro partido en dos. Las palabras me eluden. Cómo hablar del cuerpo flexible y tibio de muchacha alta y morena junto al que te despiertas por última vez sin prestarle atención, casi refunfuñando. Todo era gris, pastoso y resignado: el cielo, la gente, la ciudad agobiada por varios días de huelga de los transportes públicos. A imagen y semejanza de millones de parisinos, Florence y yo iniciamos como zombis, con la mirada vacía y el rostro cansado, ese nuevo día de descenso a un burdel inextricable.
Realicé maquinalmente todos los sencillos gestos que ahora me parecen milagrosos: afeitarse, vestirse, tomar un tazón de chocolate. Había fijado aquella fecha desde hacía semanas para probar el nuevo modelo de una firma automovilística alemana, cuyo importador ponía a mi disposición un coche con chófer para todo el día. A la hora prevista, un joven elegante espera ante la puerta del edificio, apoyado en un BMW gris metalizado. Observo por la ventana la gran berlina, tan maciza, tan lujosa. Me pregunto qué pinta voy a tener con mi vieja cazadora vaquera en esa carroza de alto ejecutivo. Apoyo la frente en el cristal para sentir su frescor. Florence me acaricia la nuca con dulzura. Los adioses son furtivos, nuestros labios se rozan apenas. Ya estoy trotando por la escalera, cuyos peldaños huelen a encáustico. Será el postrer olor de los viejos tiempos.
I read the news today, oh boy…
Entre dos informaciones de tráfico apocalípticas, en la radio ponen una canción de los Beatles, A day in the life. Iba a decir una «vieja» canción de los Beatles, puro pleonasmo, ya que su última grabación se remonta a 1970. El BMW se desliza a través del Bois de Boulogne como una alfombra mágica, un capullo de suavidad y voluptuosidad. Mi chófer es simpático. Le expongo mis planes para la tarde: ir a buscar a mi hijo a casa de su madre, a cuarentakilómetros de París, y traerle a la ciudad a última hora de la tarde.
He did not notice that the lights had changed…
***
Fue aquí, en Montainville, en casa del anciano médico tunecino que ayudó a traer a mis hijos al mundo. A partir de ese momento, todo se vuelve incoherente. Se me nubla la vista y mis ideas se embrollan. Pese a todo me pongo al volante del BMW, concentrándome en las luces anaranjadas del salpicadero. Conduzco despacio, y en el haz de los faros apenas reconozco las curvas que sin embargo he cogido miles de veces. El sudor perla mi frente, y cuando nos cruzamos con un coche, lo veo doble. En el primer cruce, me detengo en el arcén. Salgo vacilante del BMW. Apenas me mantengo en pie. Me desplomo en el asiento trasero. Sólo tengo una idea fija: volver a subir al pueblo, donde vive también mi cuñada Diane, que es enfermera. Semiinconsciente, en cuanto llegamos ante su casa le pido a Théophile que corra a buscarla. Segundos después, allí está Diane. Me examina en menos de un minuto y pronuncia su veredicto: «Hay que llevarle a la clínica. Lo más rápido posible». Son quince kilómetros. Esta vez el chófer arranca a toda velocidad, estilo carrera de bólidos. Me siento muy, muy raro, como si me hubiera tomado una pastilla de LSD, y me digo que esas fantasías ya no corresponden a mi edad. Ni por un instante me asalta la idea de que tal vez me esté muriendo. Por la carretera de Mantés, el BMW ronronea en la escala de los agudos, y adelantamos a toda una fila abriéndonos paso con sonoros toques de claxon. Querría decir algo del tipo: «Tranquilos, se me pasará. No vale la pena exponernos a un accidente», pero ningún sonido sale de mi boca, y mi cabeza, ahora incontrolable, se mece de un lado a otro. Los Beatles me vuelven a la memoria con la canción de esta mañana. And as the news were rather sad, I saw the photograph. Llegamos enseguida a la clínica. La gente corre en todas direcciones. Me trasladan con los brazos inertes a una silla de ruedas. Las portezuelas del BMW se cierran con un suave chasquido. Alguien me dijo un día que los buenos coches se reconocen por la calidad de ese chasquido. Me deslumbra el neón de los pasillos. En el ascensor, unos desconocidos me prodigan expresiones de aliento, y los Beatles atacan el final de A day in the life. El piano que cae del piso sesenta. Antes de que se estrelle, tengo tiempo para un último pensamiento: hay que anular las reservas del teatro. De todos modos, habríamos llegado tarde. Iremos mañana por la noche. A propósito, ¿dónde se ha metido Théophile? Y caigo en coma.
***
Me alejo. Lenta pero inexorablemente. Al igual que en una travesía el marino ve desaparecer la costa donde ha soltado amarras, siento como mi pasado se difumina. Mi antigua vida pervive aún en mí, pero se reduce cada vez más a las cenizas del recuerdo.
I liked the movie but it was after so many mentions of this books afterwards that I decided to finally read it.
Apparently is a book for INFPs to bask I liked the movie but it was after so many mentions of this books afterwards that I decided to finally read it.
Apparently is a book for INFPs to bask in. And I can see why, Charlie's perspective is charming and sincere, candid and mature at once. And very much out-of-the-box, using events and facts of real life to gather into the mysteries of life, the universe and the human being.
So, this is a book about teens and all the 'teen' struggles: high school, stereotypes, teachers as counselors, friendship, unrequited love, music...
Also the 'not so teen' heavy struggles: suicide, homosexuality, philosophy, childhood trauma, all kind of abuse (violent, sexual, domestic, etc), cheating, lying, family complicated issues...
So it's not a light reading at all.
There were sentences I really loved.
“We accept the love we think we deserve.”
“So, this is my life. And I want you to know that I am both happy and sad and I'm still trying to figure out how that could be.”
“To tell you the truth, I've just been avoiding everything.”
“I feel like a big faker because I've been putting my life back together, and nobody knows.”
“And in that moment, I swear we were infinite.”
“Nobody felt sad as long as we could postpone tomorrow with more nostalgia.”
“I guess we are who we are for a lot of reasons. And maybe we'll never know most of them. But even if we don't have the power to choose where we come from, we can still choose where we go from there.”
“Maybe these are my glory days, and I'm not ever realizing it because they don't involve a ball.”
“I put my head under my pillow and let the quiet put things where they are supposed to be.”
“Maybe it's good to put things in perspective, but sometimes, I think that the only perspective is to really be there.”
“I'm going to do what I want to do. I'm going to be who I really am. And I'm going to figure out what that is.”
“Things change. And friends leave. Life doesn't stop for anybody.”
“I am very interested and fascinated how everyone loves each other, but no one really likes each other.”
“This moment will just be another story someday.”
“Sometimes people use thought to not participate in life.”
“I just want you to know that you’re very special… and the only reason I’m telling you is that I don’t know if anyone else ever has.”
“Try to be a filter, not a sponge.”
“It’s much easier not to know things sometimes.”
“I don't even remember the season. I just remember walking between them and feeling for the first time that I belonged somewhere.”
“I wanted to laugh. Or maybe get mad. Or maybe shrug at how strange everyone was, especially me.”
“What about when someone doesn't need a shoulder? What if they need the arms?”
“He’s my whole world.” “Don’t ever say that about anyone again. Not even me.”
"I hate you." "I love you." "You're a freak, you know that? Everyone says so. They always have." "I'm trying not to be."
“I don't know the significance of this, but I find it very interesting.”
“I don't know what's wrong with me. It's like all I can do is keep writing this gibberish to keep from breaking apart.”
“It's strange the times people choose to be generous.”
“I didn't know that other people thought things about me. I didn't know that they looked.”
“And things were back to normal except we were just friends.”
“Craig said the problem with things is that everyone is always comparing everyone with everyone”
“When to stopped wishing things wouldn't fall apart, you'd stop suffering when they did.”
“I don't know if you've ever felt like that. That you wanted to sleep for thousands of years. Or just not exist..”
And other parts:
“It's much easier to not know things sometimes. Things change and friends leave. And life doesn't stop for anybody. I wanted to laugh. Or maybe get mad. Or maybe shrug at how strange everybody was, especially me. I think the idea is that every person has to live for his or her own life and than make the choice to share it with other people. You can't just sit their and put everybody's lives ahead of yours and think that counts as love. You just can't. You have to do things. I'm going to do what I want to do. I'm going to be who I really am. And I'm going to figure out what that is. And we could all sit around and wonder and feel bad about each other and blame a lot of people for what they did or didn't do or what they didn't know. I don't know. I guess there could always be someone to blame. It's just different. Maybe it's good to put things in perspective, but sometimes, I think that the only perspective is to really be there. Because it's okay to feel things. I was really there. And that was enough to make me feel infinite. I feel infinite.”
“I don’t know if I will have the time to write any more letters, because I might be too busy trying to participate. So, if this does end up being the last letter, I just want you to know that I was in a bad place before I started high school, and you helped me. Even if you didn’t know what I was talking about, or know someone who’s gone through it, you made me not feel alone. Because I know there are people who say all these things don’t happen. And there are people who forget what it’s like to be sixteen when they turn seventeen. I know these will all be stories some day, and our pictures will become old photographs. We all become somebody’s mom or dad. But right now, these moments are not stories. This is happening. I am here, and I am looking at her. And she is so beautiful. I can see it. This one moment when you know you’re not a sad story. You are alive. And you stand up and see the lights on the buildings and everything that makes you wonder. And you’re listening to that song, and that drive with the people who you love most in this world. And in this moment, I swear, we are infinite.”
“The thing is, some girls think they can actually change guys. And what’s funny is that if they actually did change them, they’d get bored. They’d have no challenge left. You just have to give girls some time to think of a new way of doing things, that’s all. Some of them will figure it out here. Some later. Some never. I wouldn’t worry about it too much.”
“Charlie, don’t you get it? I can’t feel that. It’s sweet and everything, but it’s like you’re not even there sometimes. It’s great that you can listen and be a shoulder to someone, but what about when someone doesn’t need a shoulder? What if they need the arms or something like that? You can’t just sit there and put everybody’s lives ahead of yours and think that counts as love. You just can’t. You have to do things.”
I also loved this poem (originally written by Dr. Earl Reum):
“Once on a yellow piece of paper with green lines he wrote a poem And he called it "Chops" because that was the name of his dog And that's what it was all about And his teacher gave him an A and a gold star And his mother hung it on the kitchen door and read it to his aunts That was the year Father Tracy took all the kids to the zoo And he let them sing on the bus And his little sister was born with tiny toenails and no hair And his mother and father kissed a lot And the girl around the corner sent him a Valentine signed with a row of X's and he had to ask his father what the X's meant And his father always tucked him in bed at night And was always there to do it
Once on a piece of white paper with blue lines he wrote a poem And he called it "Autumn" because that was the name of the season And that's what it was all about And his teacher gave him an A and asked him to write more clearly And his mother never hung it on the kitchen door because of its new paint And the kids told him that Father Tracy smoked cigars And left butts on the pews And sometimes they would burn holes That was the year his sister got glasses with thick lenses and black frames And the girl around the corner laughed when he asked her to go see Santa Claus And the kids told him why his mother and father kissed a lot And his father never tucked him in bed at night And his father got mad when he cried for him to do it.
Once on a paper torn from his notebook he wrote a poem And he called it "Innocence: A Question" because that was the question about his girl And that's what it was all about And his professor gave him an A and a strange steady look And his mother never hung it on the kitchen door because he never showed her That was the year that Father Tracy died And he forgot how the end of the Apostle's Creed went And he caught his sister making out on the back porch And his mother and father never kissed or even talked And the girl around the corner wore too much makeup That made him cough when he kissed her but he kissed her anyway because that was the thing to do And at three a.m. he tucked himself into bed his father snoring soundly
That's why on the back of a brown paper bag he tried another poem And he called it "Absolutely Nothing" Because that's what it was really all about And he gave himself an A and a slash on each damned wrist And he hung it on the bathroom door because this time he didn't think he could reach the kitchen.”
I liked this better than the first one. Now I'm getting why Vadin and Dan belong to the exclusive group of charscters I will never forget.
[image] [imagI liked this better than the first one. Now I'm getting why Vadin and Dan belong to the exclusive group of charscters I will never forget.
I've never been to Ibiza but it's amusing how people mention the island once and again in books, TV and movies. What I usually hear about Ibiza[image]
I've never been to Ibiza but it's amusing how people mention the island once and again in books, TV and movies. What I usually hear about Ibiza is "DJs, Paris Hilton, balconing and cruisers". I guess it's about time I go for a visit if only to change that opinion. All those British people can't be wrong when they keep coming, right? It's not as if we forced them to. Still, I have always been fond of Medieval or Imperial cities, nightlife and beaches are not that attractive to me in comparison.
Anyway, I had the feeling Garrett Leigh would drag us to Ibiza somehow, in a Woody Allen's sort of way (when Javier managed to drag Scarlett and Rebecca to Oviedo in Vicky Cristina Barcelona), because she and her British compatriot (yes, Suki Fleet) kept giving signals about it (saying more than once the character's parents are retired in Spain, and sometimes, they are more specific).
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But don't get me wrong. I kept hearing any of the Baleares archipelago's island now and then, but I have never actually seen it in action, and that's why this story was innovative for me. I can seriously admit it's the first book I've read with the characters actually falling in love in Ibiza (amongst other places) and I celebrate that. I feel it as exotic as the next person, if I'm honest.
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Anyway, stop babbling. First of all, I expected this book to me MUCH WORSE because of the mediocre opinions I had the chance to read from my friends. It's by no means her best book, though. What I find surprising is that, despite it's a novella, I didn't feel it short. I have complained several times about the author's fixation on writing very few pages about stories that deserve many more. But here I didn't feel it that way, I even felt this was a long book. Weird, yeah? I think it's because it's designed to cover the ups and downs through the years, since the friendship is born before the age of ten until they are over twenty. It can be included in the self of the I-have-been-in-love-with-you-since-forever-but-you-are-straight-and-we-will-be-suffering-for-a-decade-or-so-because-we-cannot-face-it-together kind of books.
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Unfortunately, I couldn't form a connection with the characters as I would have liked. Most of the time I didn't even like Jack. I must say this can be due to his lack of POV, as he is the opposite of an extroverted person, even if he is apparently outgoing. Still, I've been bonded with characters whose perspective is not displayed, so in fact that is a weak argument.
Do you remember American Beauty when the blondie looks like a whore at first and little by little, she gets rid of the makeup and close to the end we find out she is a virgin and is desperate to be cherished by the one she thinks gives a damn about her? This is how Jack was for me, he is the one who is full of makeup, but things are not as they seem at first. He has an inner need but nobody gives a damn about him, and Will is not able to see it for the most part of the book. He is too focused on himself being the hopeless suitor and mourning about someone he thinks he has never had. And that's admirable because it's blatantly clear Jack only has eyes for Will. But as Lizzie's friend says in Pride and Prejudice, the movie: We are all silly when in love.
To sum up, I recommend this book but I would not recommendit to begin with this author.
Well, it is about a war. And it's crazy but it's a modern war. It's not that far, right? There was some philosopher who said that, the more tim[image]
Well, it is about a war. And it's crazy but it's a modern war. It's not that far, right? There was some philosopher who said that, the more time that passes, the less deaths occur in the wars because the human being changes for the better as the same time values are strengthened. I don't know how to digest that. I wish I remembered that author's name because I'd like to know if he was born before or after WWI, or WWII, and going on. My brain doesn't work when it should. It definitely didn't when I finished this book.
It's pretty short, in above an hour I had read it. And then I thought... This war is not mentioned very often. It happened in Europe, it happened not a long while ago, in happened and it's not a good happening. Crimes were committed and brutalities were not uncommon. And who remembers that now? Apart from that Isabel Coixet film, I have heard little about it.
Mikail is from Pristina, Kosovo. Isa is American. Both are up to their necks in it. Mikail is in the Resistance, and Isa is a spy whose intentions are not that clear in the beginning. They say what we think that happened, really happened, and that we don't think about, happened too. It's not hard to believe this could have happened, but it was so quick I missed some kind of development. This novella would make a wonderful novel, and I hope that will be possible, too.
It's GL and she really knows how to write a love story, but my issue with this one is that it's too short. She came up short. Lately I can only think about that word: short, short, short. I'm not obsessed but it was short. Okay? It's supposed to happen during several months, but it's not showed, just told that those months passed and the MCs were together several times primarily to share information first, to share passion then. It wasn't enough and that's bad because it could have been better, but that's good because what little I saw I liked. A lot.
So, all in all, it was worth it and I loved their relationship, it's just that there is little we really know about them both, as there is no time to get to know them. It really improves from the (view spoiler)[trip in the van (hide spoiler)] till the end. When the insta-love is forgotten it is a pretty believable and beautiful love story.
There were parts I adored here, but also there were parts I was really bored. It’s a slow burn book, in the sensI feel divided with this book.
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There were parts I adored here, but also there were parts I was really bored. It’s a slow burn book, in the sense of writing. Everything was done with no rush, very quietly. It’s a love story born from friendship, a story of the first love in youth, and of separation and distance, in time and place. Until one day fate decides to join them again. Lucky for them they are single when they meet again. In that moment, flames of passion blossom, and they decide there won’t be a third meeting because they will be together forever.
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The beginning is very slow. I normally have a difficult time starting novels, getting into the story is an effort for me since… forever. I love gripping openings for a reason. Here it’s very smooth but strangely so, I could read it easily… at least the first two pages. Because the prologue is beautiful. But then the first chapter was very slow and I was wondering if I would have to wait too much for the MC to meet. Still, the prologue was so promising I went on with the story.
And I’m super glad, because the teen years are lovely. I love young adult novels, and this is one of those, in a part-time way. So, I was hooked.
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But then… the adult part was not that great. I had to keep ordering myself to continue, with the hope of reading more of the teen years, but they had already passed. The kids’ episodes were too slow again. It’s not that I hate kids in books, it’s just that those scenes were too gray, too dull.
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At the end, we have a conflict. It seems like Hugo has a secret, he has a drag queen role, Miss Cherrie Pop! (it's in the sinopsis, so I don't consider it a spoiler). That part was very interesting. If I am honest, it was something different. Sorry, but I’m a little new to this genre yet, so transvestism is not something I’m used to.
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Also, Kevin has some problems to sort out. He is in the process of divorce, and has never outed himself. His father was very commanding, and he ruled everything about his son’s life. Of course, he wasn’t very pleased when Kevin had a best friend he wanted to be all the time with. He considered it a waste of time and energy, when he had to make a social network for his profesional future and be surrounded by useful people and not “losers” like Hugo. That didn’t stop them from experimentating together in the past, but they had to live it in the shadow, so they really didn’t have a relationship, only in secret. Another complication they have to solve, but their love seems strong enough, so it's not difficult to guess they will achieve to stuck together.
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By the way, I liked the fact that (view spoiler)[Brooke, the ten-year-old daughter, already knew Hugo and Kevin were a couple. (hide spoiler)] It made me wonder what children see that adults think is well hidden.
The ending was a pretty thing. It brings the promise of more (it’s a trilogy, so of course), but I’m not sure if I’ll continue the series, these ups and downs didn’t make me much good. So I'll put it in my imaginary maybe shelf to consider.
I promised a sweet if it was good, and you know what?
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It deserves the whole store!
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Becaus[image]
“Awesome. Dude.”
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I promised a sweet if it was good, and you know what?
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It deserves the whole store!
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Because I’ve found a treasure in this book!
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You have no idea how I want a paperback of this!
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I’m so happy I read this book!
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My dear, you know it is free?
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You know I had to pay more than 15 euros for some crappy books?
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Please, don’t waste your money or your time, just read this book.
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Trust me!
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Did I sound arrogant?
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Sorry, I’m hexed.
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Well, ok, let’s explain why.
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Jared senses immediately Jensen is not an ordinary kid.
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Jensen is not a normal kid. He is different. He is weird. He is special. He is UNIQUE. And I could genuinely believe it. He was.
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Not only words or long explanations, but demonstrations and feelings. I bought it completely. He needs to be cared for and he is, by Jared. Jared feels the need to care for Jensen. I could feel the need to care for Jensen. He inspires a tenderness so sweet I wanted to have my heart broken because it would be less painful. He is deliciously kind, impossibly good and heart-wrenching in a way that makes you want to look for someone like him in this world.
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Because if he exists, this world is something worth living. He is the twin soul everybody would want, at least, I would want to find my twin soul and I would want it to be him. And if that twin soul is the love of my life, there is no more I could ask to life.
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Reading him was like touching the sun. It felt like a mystical experience.
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But Jensen is a misfit. He plays alone or so it seems. Jensen wants to have friends and be happy but he gets the opposite because he is cursed. Children sense something strange in him, so he is left alone. His family is hopeless and makes him see it like a burden and not like a gift.
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In those moments I really really REALLY hated his family.
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This spurs his way of thinking and feeling about himself, which builds his self-image and it’s not a good one. As a result, apart from being a special kid since birth, he becomes even more isolated.
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Until he meets Jared in the teens. And Jensen falls in love. Not with the young Jared, but with this future Jared. All of a sudden, he has hope. He is not alone.
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He has young Jared but he will have adult Jared. Platonic love at its best. This world starts shining again.
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But outside forces separate them again and again and, consequently, so do their paths.
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It is like losing a limb. Or a piece of heart. Or a whole heart.
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This is a long tale. We meet the MC very young and we see them grow up during the years. First in separate paths, but when Jared sees Jensen child in the park, the paths are doomed to be full of crossroads and to pass through bad and very hard lands.
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I have never seen a episode of Supernatural. Of course, I love Jensen Ackles. He’s my Ty forever and that won’t change. This novel is a fanfic of that series. I have no idea how are the MC supposed to be there. I only know that they are MEANT to be like this here.
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This book is magic. Literally speaking. If it says “Jump!”, I’d say “How high?”.
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I couldn’t stop thinking about this book when I wasn’t reading it.
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I thought about this while punching the air in my kick-boxing class, and even in the voluntary mornings in the hospital (I even read when the doctors weren’t paying attention. Yeah, don’t come to my hospital when I graduate).
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This story is special. It left me that warm feeling inside I long for everyday of my life.
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I’ve been days submerged in this special story.
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Surrounded by water. Drowning in water. Breathing water.
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But this water felt like air, necessary to live, to exist. I cling to books like that. I need to look for that feeling, that feeling of experiencing a kind of samsara o nirvana. Maybe this feeling is too fleeting to be real, but I need to look for it in a book. It’s like trying to catch the sea in your hands, with the drops flowing between your fingers. I was awed.
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The writing is pure poetry, pure music, pure magic. I was caught since the beginning and I couldn’t think about anything else during this hibernation. Everything else out of the bubble felt off, like it wasn’t meant to be there at all. It was just Jensen, Jared, and me. And the words. This book is a feast for the senses. I could see and smell and hear and taste and touch.
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The loneliness, the friendship, the alienation, the fear, the dizziness, the love. I could travel through seas, jungles, mountains, forests and universes riding those sentences.
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I could sync with this book. Like becoming part of its landscape.
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I felt limitless. “Bodyless”.
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It was like looking directly at the sun. It was like flying too close to the sun. It left me blind.
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Everything felt in its place. Nothing was innocuous. If there was some detail that felt out of place right then there was no sense flipping out because that piece finds its place later on.
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The MC are meant to be together and there is no denying it. It’s like fighting the inevitable. If they exist it is because they are destined to be together, otherwise they would not have been born in the first place.
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Their relationship is logical like a mathematic problem, but also it is chaotic and aimless, a series of encounters and failed meetings intertwined in which we know the end because there is no another one possible. The world would not work if if doesn’t resolve like that.
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Am I being overly dramatic? Could be, I don’t care.
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Just saying... I usually have some kind of argument with myself before giving 5 stars. But it would be shameful to deny them to this story. It's romantic. I liked it.
Lo primero que pensé cuando empecé el libro fue: “¿Qué ha pasado?”. Me sorprendió ver la situación de los protagonistas, Tatiana y Alexander, aunque lLo primero que pensé cuando empecé el libro fue: “¿Qué ha pasado?”. Me sorprendió ver la situación de los protagonistas, Tatiana y Alexander, aunque lo cierto es que no debí haberlo hecho, pues se intuye en la última parte del segundo libro. ¿Qué fue de Leningrado? ¿Qué fue de Luga, de Lazarevo, de Morozovo? ¿Dónde estás Alexander? ¿Qué fue del amor? ¿Dónde estás? Me dolió el alejamiento entre ambos, por el día se tratan desde la distancia, con respeto y deferencia, pero sin rastro de ese amor por el cual suspiramos en el primer libro, en apariencia. Por la noche ambos se aman, pero también parecen a años luz uno del otro. Después de todo lo que vivieron y todo ese amor que se tuvieron, ¿qué ha pasado? No ha desaparecido, simplemente, ambos han sufrido, han cambiado, han madurado… y han vivido mucho tiempo… separados, son desconocidos pero al mismo tiempo se conocen en profundidad, lo saben todo sobre el otro, lo esencial, pero no consiguen superar esas barreras invisibles a los ojos pero evidentes en el alma.
Alexander está a miles de kilómetros de allí, su alma vaga en la oscuridad y se ahoga en el pasado, en los recuerdos que no lo abandonan, los lleva en la piel, tallados en un mapa en su cuerpo, ¿cómo olvidarlos? Le persiguen, le tienen atrapado, no puede huir de su mente, no puede escapar de su cuerpo, no puede olvidar… El amor sigue ahí, escondido, indestructible, pero él… él está lejos.
La memoria perdura para siempre, puede difuminarse con el paso del tiempo, pero el dolor permanece. Y si los recuerdos son tan traumáticos y desgarradores no es extraño que las personas cambien. Este es el caso de Alexander, no sólo ha sufrido la guerra, el hambre, el frío y la brutalidad de los campos de concentración, también la soledad y la desesperación han hecho mella en su vida, en su alma. No hay nada que no haya vivido aún en su juventud, es un hombre viejo con un cuerpo joven, se siente cansado aún cuando sus fuerzas sean las mismas. Su piel ha quedado marcada por numerosos tatuajes y cicatrices por parte de rusos y nazis, su pasado inmortalizado con un mapa, del que no puede huir. Es un ex combatiente como los demás soldados que fueron a la guerra y sobrevivieron… y cambiaron. Sirviendo al ejército desde su juventud, ha vivido demasiado tiempo bajo el yugo del comunismo, la guerra y las barbaridades que tuvo que presenciar. Ha levantado un muro a su alrededor, se ha hundido en el pasado, se ha estancado en el presente, no consigue superarlo, se ha vuelto retraído y taciturno, triste y apesadumbrado, incluso ante Tatiana, el amor de su vida, la luz de su existencia.
Primero fue el vestido blanco con rosas bordadas y el banco; el helado y el autobús; los viajes en el tranvía y las noches blancas; la Rusia comunista: Leningrado y la fábrica de la Kirov, la catedral de San Isaac; el racionamiento y las bombas; Luga, Lazarevo, Morozovo y el Lago Ladoga... la Segunda Guerra Mundial; el hambre y el frío; la esperanza y la muerte; el dolor y el amor...
Luego reapareció el dolor, más dolor; la distancia y la nostalgia; Rusia y EEUU; la Guerra Mundial, la Europa destruida; la inanición y la abundancia; la tristeza y la soledad; la muerte y el deseo de morir; la esperanza y la pérdida de fe; la resignación y la inconformidad; la traición y la lealtad; el odio y el amor...
Su amor fue vivir el presente, aprovechando cada instante, atesorando cada momento, como bien decía en “El jinete de bronce”: no tenían un pasado, no tenían un futuro, simplemente, eran, jóvenes en Lazarevo. La guerra amenazaba con acabar con este amor y el pasado era simplemente un puñado de momentos robados durante la contienda, sin poder vivir su historia en su totalidad. Pero ahora, vencidas todas las fuerzas que les superan, exiliados en EEUU para empezar de cero y cumplir con su sueño americano, pueden vivir por primera vez en libertad, como una familia, como lo que siempre desearon. Pero no será fácil.
Alexander no es el mismo personaje perfecto y optimista del primer libro, deja de ser ese héroe maravilloso para convertirse en otro hombre, oscuro y destrozado por la brutalidad de la guerra y los campos de concentración. Ha sido endurecido por numerosos frentes, como bien vimos en los otros libros. Es brusco e indiferente en ocasiones, en otras saca a relucir su mal carácter, incluso dudamos de si ha olvidado el amor, de si realmente ama a Tatiana, pues la distancia que interpone entre ellos es desgarradora. Pero no hay razón para temer eso, la ama, más de lo que podemos imaginar, es su faro en la oscuridad, su solaz en la desesperanza. Sólo que no es capaz de mostrar sus sentimientos, una coraza inhumana le ha rodeado, una máscara que produce dudas, compasión y desesperación a partes iguales. Alexander es un personaje con muchas facetas y en ocasiones contradictorias. Tatiana lo sabe y sabe que tiene que protegerlo, incluso de sí mismo, al mismo tiempo que intenta conocer a su nuevo marido, para recuperar aquello que perdieron en Leningrado. Fue ella la que le rescató y sabe muy bien que su recuperación simplemente acaba de empezar, las heridas, viejas y nuevas, le han cambiado durante los años de separación y sólo queda que el tiempo y el amor las cure.
Tatiana sigue siendo la joven voluntariosa, sincera y honesta, pero ha madurado gracias al tiempo y el dolor. Sabe lo que es una pérdida y no está dispuesta a pasar de nuevo por ese trance, por lo que siempre tratará de proteger a los suyos, sobre todo a Alexander que, hermético, impenetrable, la necesita más que a nadie y nada en el mundo y ella lo sabe. Ella es la fuerte, la roca sobre la que se sostienen los demás, donde se agarrará Alexander para volver a vivir. Será un proceso lento, doloroso pero bonito ver cómo va derribando cada muro que Alexander ha erigido a su alrededor. En ocasiones él me ha puesto los pelos de punta con su dureza y su cruda sinceridad, en otras me ha dado un vuelco al corazón cuando la rechaza o, al contrario, la abraza para no separarse de ella jamás, en un ataque de posesión y agonía.
La novela es un recorrido por la segunda mitad del siglo XX, desde EEUU presenciamos los años 50 y el típico machismo de la época, los distintos conflictos bélicos en que los norteamericanos participaron, tales como el Conflicto de Corea o la Guerra de Vietnam, en las que se vieron inmersos algunos de los personajes. También acudimos a la llegada del hombre a la luna el 20 de julio de 1969, fecha que se les quedó grabada en la mente a la familia Barrington, pero no por interés científico y patriótico. A través de los años vemos cómo el amor entre amos se afianza, se tambalea y vuelve a cobrar fuerza. Hay altibajos y momento difíciles, algunos muy graves pero ellos siguen juntos, desafiando a todo aquello que amenaza con separarlos.
Aparecen nuevos personajes y enemigos, la hipocresía y la amistad se confunden, pero poco a poco los vamos descubriendo. Hay sucesos y descubrimientos predominantes por parte de estos personajes, algunos irreversibles. Otros peligran su amor, y algunos incluso sus vidas. Anthony adquiere importancia a medida que crece, nombramos también a Vikki y al coronel, aparte de todos los conocidos con los que nuestros protagonistas se relacionan a lo largo de los años…
El “Jardín de Verano” es, ante todo, un libro muy complejo. La novela romántica trata, básicamente, de la época en que los protagonistas se conocen y se enamoran, y la historia surge hasta el momento en que encuentran el equilibrio y la felicidad. Incluso a veces se muestra cómo es la vida de éstos algún tiempo después, en ocasiones con la presencia de niños o estando la protagonista embarazada. Seguro que no soy la única que se ha preguntado cómo sería la historia completa, desde el instante en que se enamoran hasta el momento culminante de sus vidas pasando por una aventura emocionante como lo es el matrimonio y sus sucesivas escenas de amor y felicidad, tristeza y dolor. Ésta es esa historia que estábamos esperando.
Tuve miedo de empezar este libro, primero porque era la despedida, la última vez que seguiría a mis protagonistas, a estos personajes que han llegado a mi corazón. Segundo porque no sabía con qué me iba a encontrar pero sí que la autora nos haría pasar por sufrimientos y alegrías, que reiría y lloraría, que la lectura me iba a dejar agotada entre tantas emociones contradictorias, y es cierto. Leo con gozo cómo Tatiana y Alexander superan todos los obstáculos, cómo consiguen encontrar la felicidad y cómo regresan a ese momento mágico que encontraron en el Jardín de Verano y veo con tristeza cómo pasa el tiempo, cómo envejecen juntos y cómo se aman y se necesitan el uno al otro para vivir…
La trilogía de “El Jinete de Bronce” es una serie de novelas que no puedes evitar atesorar en tu corazón. Esta trilogía ha cambiado mi concepto de lo que es la novela romántica e irremediablemente ha bajado el listón de las demás novelas. Consigue sumergirnos en la historia y sentir y sufrir con los personajes, pasando por la alegría más intensa hasta la tristeza más desgarradora, no deja indiferente a nadie. Se ha atrevido a ir más allá de cualquier novela, utilizando un tiempo y espacio inusuales. Son libros largos y tratan la misma historia durante tres volúmenes sin decaer en ningún momento, arriesgan mucho pero la autora lo aborda todo magistralmente. Nos emocionan por momentos, sus frases y situaciones te dejan una sonrisa en la cara o te dan un vuelco al corazón. Es una historia sentimental pero muy sensual, de las más completas e intensas, de esas que, a pesar de sus fallos, las consideras perfectas. Desde que leí “El Jinete de Bronce”, no hago más que pensar en bancos, tranvías y autobuses, y me ha creado la necesidad de viajar a Rusia y la Europa Oriental para conocer el lugar de Tatiana y Alexander, para conocer las noches blancas y todos aquellos lugares que pisaron juntos.
Alexander es el protagonista más entrañable y humano que he tenido la suerte de conocer. Su gran profundidad y sus numerosas facetas nos cautivan a lo largo de los libros. No puedo evitar amar al personaje pero también hubo momentos en los que lo odié, lo confieso. Lo cierto es que descubrimos muchas caras de nuestros protagonistas a lo largo del libro, características que pueden no agradarnos, distanciándose de las cualidades que tuvieron en el primer volumen. Los que se hayan leído la trilogía sabrán a lo que me refiero. La historia de amor de Tatiana y Alexander no es perfecta, hay momentos desgarradores que te dejan en tensión a lo largo de las páginas y otros en los que lo único que deseas es abrazar el libro y no separarte de él. “Cada pareja es un mundo”, dice Tatiana en varias ocasiones, y tiene razón.
Si hay algo que la autora maneja con total maestría es el simbolismo en sus novelas. Tiempo después de leer la trilogía, aún recuerdo el banco de Leningrado, el tranvía y el autobús. Relaciono Lazarevo como el paraíso de los protagonistas más entrañables que he leído; la Segunda Guerra Mundial cambia de significado y el sitio de Leningrado deja de ser una masacre para convertirse en la historia de amor más bonita, desgarradora e intensa de mi vida. A pesar de que todos los libros son muy buenos, mi favorito es “El jinete de bronce”, cuando no sabía lo que iba a descubrir pero tenía absoluta certeza de que lo que tenía entre mis manos era una piedra preciosa, que guardaría y admiraría cada cierto tiempo....more
Ésta es una de las máximas que mencionan en el libro, y me parece una frase de lo más sencilla y con mucho si“Por un mundo suficiente... y el tiempo.”
Ésta es una de las máximas que mencionan en el libro, y me parece una frase de lo más sencilla y con mucho significado. A lo largo de la historia, se es consciente de hasta qué punto tiene razón.
No se ha comentado mucho sobre él en el foro, y la verdad es que nunca lo hubiera comprado, tenía pocas referencias y desde luego, no las leía. Pero un buen día, visitando una web romántica de habla inglesa, vi un cartel de película muy sugerente. Me dije que la historia tenía que ser mínimamente interesante, lo suficiente, como para llevarla al cine. No sólo es cierto, sino que supera todas mis expectativas. Las lectoras a las que les gusten las novelas paranormales están de enhorabuena, no puedo sino dedicar halagos a este libro.
Clare y Henry no son una pareja normal, aunque traten de serlo. Lo suyo fue amor a primera vista... pero no a la vez, sino dos. Clare conoce a Henry cuando ésta tiene 6 años y él viaja a través del tiempo a su infancia. Desde entonces 152 veces se habían visto... hasta reencontrarse. Este reencuentro para Clare no lo fue para Henry, un Henry de 28 años que se topa con una joven que le llama por su nombre nada más verle y a la cual no recuerda. No la conoce, jamás la había visto. Pero en el futuro lo hará...
Henry sufre una extraña enfermedad que le hace cronodesplazarse sin control. No elige cómo ni cuándo, ni adónde ni en qué época. Llega siempre desnudo y sin medios al lugar de destino y tiene que apañárselas para sobrevivir al frío, al hambre y a cualquier clase de adversidad que se le ponga por delante, lo que pone en peligro su vida en numerosas ocasiones. Clare se preocupa por él cada vez que sucede, y le espera, espera a que vuelva, y reza, suplica para que esté sano y salvo, donde quiera que haya ido.
La vida de Henry antes de conocer a Clare era vacía y disoluta: su madre, famosa soprano de los años 60, murió en un accidente de tráfico cuando él era todavía un niño; su padre, alejado de su hijo desde entonces debido a los recuerdos y la nostalgia, no puede soportar permanecer con él, por lo que le falló el apoyo paterno en su infancia. Los viajes en el tiempo hacían difícil cualquier tipo de relación amorosa, por lo que sus aventuras con otras mujeres siempre estuvieron carentes de sentido... y su novia Ingrid, un romance difícil que traía muchos lamentos y penas. Las borracheras hasta la saturación, el deseo de olvidar, de desvanecerse... Justo cuando no podía caer más bajo, apenas el mismo día, se encuentra con Clare, y sin comerlo ni beberlo, consigue la primera cita con ella para esa noche. Allí empezó todo... para él.
Clare conoce a Henry desde siempre, encuentra al amor de su vida muy pronto y espera impaciente a que él aparezca como por arte de magia para pasar las horas con él. No revela la existencia de Henry a nadie de su familia, excepto a su abuela. Es su “secreto”. A medida que va creciendo, va sintiendo algo más que cariño por Henry y las cosas se vuelven cada vez un poco más complicadas. Pronto surgen los primeros besos y las primeras caricias, los abrazos y las citas de amor. A pesar de todo, Henry siempre trata de que la cosa no vaya más allá. Las circunstancias en que se encuentran también resultan difíciles para ella: la llegada de la adolescencia, el instituto, las amigas, los chicos, la familia... y esperando el momento en que se reencuentre con su futuro marido una vez más... Algunos encuentros te dejan con una sonrisa en el rostro: la inocencia de Clare, aunque con una nota pícara en su carácter; las ambigüedades de Henry al negarse a revelar lo que va a suceder; las conversaciones tan nimias que tienen unas veces, tan profundas otras, citas que son preciosas, citas que son conmovedoras; pero entre todo ello también hay momentos muy tristes o, sin saberlo muy bien, intuitivamente horribles.
Los viajes en el tiempo causan situaciones divertidas y desgarradoras por igual. Por un lado, está la ironía con que la autora escribe la historia, un humor que nos ayuda a sobrellevar la trama, que ya de por sí resulta dura. Por otra parte, está la crudeza de los escenarios y los problemas que tienen que sortear los protagonistas para conseguir la felicidad, las numerosas desapariciones de Henry, la manera en que éste trata de sobrevivir hasta regresar al presente, las conversaciones y encuentros consigo mismo o con su familia, la desesperada espera de Clare, las dudas sobre el futuro de ambos, las discusiones, la resignación, la esperanza, el vértigo ante lo desconocido... Y resultan curiosos y, sobre todo chocantes, algunos episodios de la pareja, totalmente inesperados, que te sorprenden en el momento menos oportuno...
También están las distintas relaciones entre los protagonistas. Hay numerosos lazos entre ellos: Clare niña-Henry adulto, Henry adulto-Henry niño, Henry adulto-Clare adulta, Henry pasado-Clare presente, Henry futuro-Clare presente... Cada una de ellas bajo un enfoque diferente, que nos permiten ver las distintas facetas de su relación. Hay un desorden evidente a lo largo de libro, sucesos que tienen que pasar más tarde ocurren en un momento dado inesperadamente. Esto puede parecer complicado, pero la autora resuelve el problema indicando las fechas y las edades de los protagonistas al principio de cada uno de los capítulos, resultando una mezcla de saltos temporales que podemos localizar fácilmente. No hay resquicios, todo está muy bien conectado, no hay incoherencias.
Los personajes secundarios son muy variados y variopintos: los amigos, la familia, los compañeros de trabajo... Mención aparte de la ex novia de Henry, Ingrid, una mujer bellísima pero con un futuro trágico que se prevee desde muy pronto. A Celia, una mujer de raza negra enamorada de Ingrid y con unas salidas increíbles. Y a Gómez, un hombre con ideas muy polémicas y puntos de vista muy particulares, con una total falta de sensibilidad para con los demás, que desde el principio se sabe que siente algo por Clare pero que no duda en casarse con otra mujer.
Decir que no os sorprendáis por la previsibilidad, es algo que la autora tiene perfectamente pensado. Desde casi la mitad del libro se sabe cómo acabará, pero esto no le quita sabor ni ansiedad a la historia, es más, la exacerba, la hace más profunda. Esa incertidumbre ante lo conocido me ha resultado extraña, pues en todo momento esperaba que la trama diese un giro completo y tomara otra dirección, pero en ningún momento me he sentido estafada por seguir el rumbo prefijado, lo cierto es que era algo inevitable.
Otra cosa que me gustó del libro es que muestra los pensamientos de ambos personajes, del hombre y de la mujer, de Henry y de Clare, vienen indicados también al principio de los párrafos correspondientes a cada uno de ellos. Están relatados en primera persona, conocemos en todo momento sus pensamientos más profundos, sus emociones más intensas, sus deseos más ocultos, sus dudas, sus penas, sus miedos...
“La mujer del viajero en el tiempo” es una de esas novelas en las que tienes que tener un pañuelo en la mano y un montón de horas por delante, aunque sean horas de sueño, porque no consigues separarte del libro hasta terminarlo. He vivido mucho con esta historia, me ha absorbido completamente, muy poco explícitas escenas hot pero con mucha carga emocional, el amor presente en cada una de las páginas, los inevitables golpes de la adversidad y las lágrimas que saltan a borbotones sin poder reprimirlas... me ha hecho llorar pero también me ha hecho reír. El ambiente es agridulce, no hay sentimentalismo ni conversaciones “pasteleras”. La trama empieza de un modo muy prometedor, pero no es una historia fácil y desde luego no todo sale bien. Sólo puedo decir en su defensa que es una historia de amor que merece la pena leer, al menos, una vez en la vida. El amor eterno a través del tiempo y de los tiempos, las primeras sensaciones revividas una y otra vez y una sencilla pero compleja trama que creó uno de los libros más bonitos y conmovedores que he leído nunca....more
“El sueño imposible” es el primer libro de la autora y creo que empezó con muy buen pie. Pero antes de éste, leí “El jinete de bronce”, al que yo cons“El sueño imposible” es el primer libro de la autora y creo que empezó con muy buen pie. Pero antes de éste, leí “El jinete de bronce”, al que yo consideré un duro contrincante para poner nota. Sin embargo, los hechos hablan por sí solos y no puedo encontrar comparación alguna entre ambas obras.
Tully no es una protagonista normal, no es la heroína del libro, sino la “antiheroína”; no es amable, ni tierna ni inocente, no es nada de aquello que caracteriza a las mujeres de otras novelas. Es un personaje fuerte, sí, pero esa fuerza a menudo la lleva a alejarse de los que más la aman, esa ausencia ante todo la lleva a ser infeliz y a desear cosas imposibles, cosas contradictorias e inalcanzables... A pesar de todas las adversidades que se le ponen por delante, siempre tratará de cumplir sus sueños, muchas veces sus decisiones la llevan por derroteros que la destruyen, la debilitan, pero ella es dura como una roca, y siempre se levanta, siempre sale adelante, siempre trata de superar o de olvidar su pasado, siempre ignora la mano que le tienden, siempre quiere salir del agujero por sus propios medios. No permite que nadie le ofrezca su ayuda y no permite que nadie la conozca, desea confundirse entre la masa de gente, permanecer en el anonimato, entre personas desconocidas que no sepan de su pasado, de ese turbio pasado que condicionó su forma de ser, y de sentir.
Cada trauma que tuvo que padecer de niña la acompaña en su camino hacia la madurez. Una vez que aceptamos un hecho que tuvo que sufrir nos sorprende con otro aún más duro y aún más perturbador que el anterior. A pesar de su incapacidad para devolver amor, ternura o calor humano, siempre hay alguien allí luchando por ella, aquellos que la aman en silencio o, al contrario, sirven su amor ante sus ojos. Pero ella, aunque percibe esos sentimientos, no los aprecia, no los corresponde, porque no puede y porque no quiere hacerlo. Desea ser una persona diferente y escapar de todo lo que la persigue, de su vida, de su pasado, de su familia, de todos los que constituyeron su entorno a lo largo de los años. En su empeño por escoger el rumbo a seguir, en su terquedad, arrastra a los demás con ella. A veces no sabemos si sentir más compasión por ella o por los que están a su alrededor.
Natalie Anne Makker, o Tully, tiene la etiqueta de chica fácil escrita en la frente, pero eso no puede estar más lejos de la realidad, porque es una persona realmente complicada. Es una auténtica pendón, implacable con sus conquistas, insensible con sus enemigos, leal con los que realmente ama, y totalmente indiferente en todo en cuanto a ella se refiere. Es la chica atractiva de los bailes sensuales y las ropas ajustadas, la chica que no duda en subirse al coche de cualquier tío dispuesto a ello, la chica que al volver a casa sabe que le espera tensión, amargura e incluso un golpe que le destroce la cara. Padece de insomnio, apenas duerme unas horas, y cuando lo hace, sus sueños siempre la acosan, pesadillas que confunde con la realidad y de las que no puede huir. No se siente capaz de sentimientos, pero sí que los tiene, sentimientos hacia sus amigas, sentimientos hacia los hombres, sentimientos hacia sus padres... Confusos, extraños, difíciles, tan extraños y difíciles como lo es ella, de carácter esquivo y confuso, una contradicción para ella misma.
En un principio, al abrir el libro, no encontramos nada de amor, nada en absoluto. Vemos la amistad, el dolor, los recuerdos, los sueños, el deseo de dejarse llevar, la tendencia a la autodestrucción... El amor se caracteriza por su ausencia. Sin embargo, más adelante, no vemos nada más que amor, impregnado en cada una de las páginas que van pasando por nuestros dedos. Estoy muy frustrada porque no consigo plasmar lo que he sentido con este libro, no consigo captar su esencia, ni lo que me ha hecho sentir. Es una historia totalmente diferente, no sólo por la historia en sí, sino por la manera de llevarla. Conocemos a los personajes desde su raíz: sus deseos más ocultos, sus pensamientos más inquietantes y sus sentimientos tan confusos y perturbadores... Conocemos a los personajes sobre todo por lo imperfectos que son, por lo humanos que son, por los fallos tan garrafales que cometen, por sus peores reacciones ante la adversidad, ante el amor o ante la amistad.
La amistad... es uno de los grandes temas de esta novela, uno de los sentimientos más bonitos del libro pero también uno de los más dolorosos. Su relación con su mejor amiga Jennifer, la única amiga verdadera que tiene y la única persona que ama, lo es todo para Tully, todo en una vida disoluta y destrozada, su futuro, su pasado y su presente, todo ligado a ella. Pero esta relación tan profunda condicionará sus vidas de un modo tan intenso hasta el punto de alcanzar la obsesión.
El otro gran tema es, por supuesto, el amor. Aquí se muestra de muchas formas, y de ninguna. En un principio no vemos nada de amor. No voy a decir nada de lo que sucede en el libro, porque la sorpresa es uno de los mayores dones que nos otorga. Ni siquiera voy a decir el nombre del hombre del que, finalmente, se enamora. No voy a contar todo por lo que tiene que pasar este hombre, ni esta mujer, para lograr por fin la felicidad. No voy a decir lo que sufre este hombre, lo que tiene que sufrir esa mujer para darse cuenta de que le amaba desde el principio, porque a ese hombre le conoce desde siempre, y ese hombre posó sus ojos en ella y no los volvió a despegar. No concibe otra vida, no quiere otra mujer.
La novela está ambientada en la América profunda de los 70 hasta principios de los 90. Desde que Tully tiene 17 años hasta cumplir los 30. La historia se teje en torno a una ciudad en el estado de Kansas, Topeka, entre campos de maíz, institutos, fiestas y trabajos de verano para pagar la matrícula de la universidad. Más adelante, la universidad, las cafeterías, el trabajo, el matrimonio... Hay novios, ligues, amores platónicos, maridos, amantes... Hay continuas referencias a libros, películas o grupos musicales que estuvieron muy en boga, e incluso fragmentos de canciones u obras literarias. Algunos de esos mensajes sirven como predicciones o avisos ante lo que sucederá posteriormente, avisándonos del futuro, preparándonos para lo que va a acontecer.
No sé muy bien cómo definir esta novela. Es nuestra Paullina en estado puro, sí, pero no encaja en ningún molde que haya visto antes. Su estilo es inconfundible: su forma de escribir, de describir hechos y recuerdos dolorosos, extraños, humanos, tan humanos que no sabemos cómo reaccionar ante tanto horror o sufrimiento... Esta autora escribe historias muy tristes y muy intensas, pero muy bonitas, con una pizca de nostalgia y dolor, siempre con algo por lo que encogerse el corazón ante cada una de las páginas. Una vez que empiezo una sus historias, sé que me va a atrapar, cautivar y pensar en ella durante días, con la mente rondando en torno al libro y sus protagonistas, tan profundos, tan humanos, con tantos fallos y tantas cualidades...
Paullina me sorprende con cada libro. Creo que es algo inherente a ella y que nunca dejará de cautivarme. No conozco una escritora que me haga sentir ni emocionarme como ella, con su capacidad para plasmar tanto acciones como pensamientos, sentimientos y hechos, resultando un conjunto que podría llamarse obra de arte. Me encanta su forma de escribir, su capacidad de provocarnos emociones, de describirnos sentimientos, de conseguir que conozcamos tan bien a los personajes que nos parecen tan humanos y tan imperfectos que les amamos por ello. La autora nos muestra el lado más crudo del ser humano, adapta el lenguaje y la estructura a la forma de pensar y sentir de nuestra protagonista, Tully. Una protagonista fuerte y endurecida por la adversidad a lo largo de su vida, que aprende de sus acciones a fuerza de golpes, que comete tantos fallos y tan grandes, que ha sufrido tantas veces y en tal medida, que ha reaccionado tan mal y de forma tan inevitable... Su forma de ser y su forma de pensar, de sentir y de no sentir, la conducen a situaciones tan desgarradoras como emotivas, pasando por muchos baches y dificultades, porque el camino es largo y duro... pero al final... al final del todo, está el paraíso.
Finalmente, para acabar, voy a poner un aviso. Estoy segura de que no soy nada imparcial en cuanto a esta autora se refiere. Considero a Paullina una gran novelista, la considero también en otro nivel, ni mejor ni peor, simplemente, otro nivel. Lo siento, pero no puedo resistirme, no soy inmune a Paullina y tampoco quiero serlo.
Este libro me ha gustado de forma diferente a “El jinete de bronce”, no me ha parecido ni mejor ni peor, sino distinto.
Paullina es una maestra en el arte de plasmar sentimientos. Me quito el sombrero....more