Cuando la carrera en solitario de un vocalista comienza a tener más éxito que la de su grupo, lo normal es que este último acabe disolviéndose. La publicación en 1971 de "Every Picture Tells A Story", el tercer álbum en solitario de Rod Stewart, iba a iniciar el declive de los Faces. El álbum fue número uno en Estados Unidos y en Gran Bretaña, y a pesar de contar con la colaboración de sus compañeros de banda, el destino de los Faces parecía ya escrito. Le seguirían "Never A Dull Moment" en 1972 y el rechazado por la crítica "Smiler" en 1974, a pesar de lo cual la carrera de Stewart como solista de éxito era ya un hecho.
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miércoles, 3 de abril de 2013
BLONDES HAVE MORE FUN - Rod Stewart, 1978
Cuando la carrera en solitario de un vocalista comienza a tener más éxito que la de su grupo, lo normal es que este último acabe disolviéndose. La publicación en 1971 de "Every Picture Tells A Story", el tercer álbum en solitario de Rod Stewart, iba a iniciar el declive de los Faces. El álbum fue número uno en Estados Unidos y en Gran Bretaña, y a pesar de contar con la colaboración de sus compañeros de banda, el destino de los Faces parecía ya escrito. Le seguirían "Never A Dull Moment" en 1972 y el rechazado por la crítica "Smiler" en 1974, a pesar de lo cual la carrera de Stewart como solista de éxito era ya un hecho.
martes, 26 de marzo de 2013
DIRE STRAITS - Dire Straits, 1978
Algunos problemas personales habían provocado que el guitarrista Mark Knopfler se mudase a casa de su hermano David, otro guitarrista que compartía piso con un bajista llamado John Illsley. Normalmente cuando tres músicos viven juntos lo mínimo que sale de allí son ganas de formar una banda, así que reclutaron al batería Pick Withers, un tipo que ya había tocado con Mark en una banda llamada Brewers Droop.
sábado, 2 de marzo de 2013
IF YOU WANT BLOOD YOU'VE GOT IT - AC/DC, 1978
El 30 de Abril de 1978 Bon Scott, Angus Young, Malcolm Young, Cliff Williams y Phil Rudd se encerraban, como no podía ser de otro modo, en el Apollo Theatre de Glasgow para grabar el que iba a ser el primer directo de AC/DC. El artefacto se titularía "If You Want Blood You've Got It" y se lanzaría al mercado en Octubre de ese mismo año.
La banda acababa de colocar el magnífico "Powerage" y se encontraba en plenitud de facultades, algo que por supuesto es evidente a lo largo y ancho de las diez pistas que componen este monumental directo, un disco que recoge en toda su crudeza la energía y el sonido de cinco tipos que estaban a punto de convertirse en uno de los grupos de rock más importantes de todos los tiempos. En aquellos momentos AC/DC eran una auténtica bomba de relojería a punto de explotar, algo que iba a suceder apenas un año más tarde con el lanzamiento del inmortal "Highway To Hell". Todo queda plasmado en "If You Want Blood You've Got It", uno de los directos más explosivos de la historia.
miércoles, 23 de enero de 2013
VAN HALEN - Van Halen, 1978
Seguramente Gene Simmons no era consciente de la magnitud que iban a adquirir aquellos cuatro tipos en los que se había fijado. Si, sabía que habían alcanzado elevadas cotas de popularidad en los clubes de Los Angeles, clubes que llenaban todas las noches, así que tampoco imaginaba en que se iban a convertir cuando se decidió a financiarles esas cuatro demos que presentaron a Warner Brothers.
Después, una notable radiodifusión y la irrupción en la escena musical de la banda de cabecera del nuevo hard rock de la década de los 80.
Efectivamente 1978 traía el álbum de debut de Van Halen. Probablemente no sea su trabajo más redondo, pero sin duda, históricamente, es el más importante. "Van Halen" cimentó los límites del género e introdujo una revisión de la guitarra eléctrica que sirvió de guía para las bandas venideras. Considerando el impacto que "Van Halen" tuvo en esas bandas, no es descabellado decir que eso le convierte en uno de los discos incuestionables de la historia del rock.
A finales de la década de los 70 la música disco y el punk centraban la mayor parte de la atención mediática y popular. El viejo rock que las grandes bandas de comienzos de década habían elevado a su máxima expresión parecía reducirse a círculos minoritarios. La aparición de Van Halen reinventó el rock americano. "Van Halen" fue algo nuevo, la llave que abrió la puerta al fabuloso hard rock de los años 80.
El talento musical de los hermanos Van Halen es algo innegable. La innovadora manera de tocar la guitarra de Eddie Van Halen marcaría un nuevo estándar para las siguientes generaciones de guitarristas. Inspirado por la grandeza de Jeff Beck, Eddie Van Halen ofrece en cada tema de "Van Halen" una lección avanzada y magistral, decisiva a la hora de comprender el nuevo rock. Alex Van Halen creó un sonido único desde su batería, un sonido que dotó de rock a todo el álbum. Cualquier banda en la que hubiesen estado ambos hubiese sido grande, pero es que el cuarteto se completó con el bajista Michael Anthony y el vocalista David Lee Roth. Anthony corría un serio riesgo que fue capaz de convertir en virtud. Tocar por detrás de Eddie Van Halen lo es si no eres lo suficientemente bueno, y Michael Anthony lo hizo de manera sobresaliente. Sus coros además son indispensables para el sonido del álbum. David Lee Roth elevó el estatus del frontman a una nueva dimensión. Su feeling, su soul, su sexualidad y por su puesto su voz única le elevaron a la categoría de icono del hard rock, en la estela de algunas de las mejores voces de su género.
Tod Templeman, el tipo que cinco años antes produjo el debut de los Montrose de Sammy Hagar y Ronnie Montrose, se iba a encargar de hacer lo propio con "Van Halen". Su trabajo resulta perfecto. Aspectos como el sonido de guitarra por un solo canal provocaron una concisa y asombrosa separación por instrumentos e incluso la ausencia de guitarras rítmicas durante los solos de Eddie Van Halen dotan al disco de una refrescante sensación de directo.
"Van Halen" se compone de once pistas compuestas de manera excelente y fabulosamente interpretadas. Musicalmente cada tema muestra diferentes versiones de la pirotecnia guitarrera que caracterizó a la banda desde sus inicios, conducida de manera soberbia por su excelente combo rítmico y la irrupción del poderío vocal de David Lee Roth. Básicamente es el sota, caballo, rey de cualquier banda de rock, pero en "Van Halen" la banda se convirtió en leyenda. Cada miembro del grupo juega un rol fundamental en un álbum decisivo.
La brutal "Runnin' With The Devil" es el tema que abre "Van Halen", y como presentación del nuevo sonido que ofrece la banda no puede ser mejor. Demoledor tema que prepara sin pudor el espectáculo que se avecina. La instrumental "Eruption" constituye un ente en si mismo. Su minuto y pico de duración aúna exuberancia y virtuosismo con la precisión de un violinista poseído por la irreverente pasión del blues y del rock. El cover del "You Really Got Me" de Ray Davies para los Kinks supera al original al menos en términos de poderío guitarrero y muestra la capacidad arrasadora de David Lee Roth como frontman único. "Ain't Talkin' 'Bout You" presenta al David Lee Roth más sexy en base a sus frenéticos riffs, auténticos instrumentos de voltear cabezas. "I'm The One" se embarca en un alocado tren lleno de energía al tiempo que una batería salvaje nos prepara para un interludio de auténtico lujo. "Jamie's Cryin'" es un fabuloso esfuerzo con dos partes de guitarra verdaderamente asombrosas. Sensacional el trabajo de Alex Van Halen e imprescindibles los coros de Michael Anthony. "Atomic Punk" y el cierre "On Fire" son ejemplos perfectos de la teatralidad, el virtuosismo y el salvajismo de la nueva banda. "Feel Your Love Tonight" muestra de nuevo el lado más sexual de David Lee Roth tratando de impresionar a esa chica impresionable desde sus deliciosas y humeantes armonías vocales. "Little Dreamer" tiene un ritmo más lento, algo funky, mientras que el cover del "Ice Cream Man" del bluesman de Chicago John Brim se convierte en una oda al rock and roll de la vieja escuela poseído por un ritmo bluesy y un final absolutamente Van Halen, además de mostrarnos las habilidades acústicas de David Lee Roth.
"Van Halen" es un disco imprescindible, un ritual de iniciación para cualquiera con ganas de enfrentarse al hard rock que voló nuestras cabezas en la década de los 80, una lección de virtuosismo a las seis cuerdas, un ejemplo de la consagración de un frontman, uno de los discos que habría que llevarse a una isla desierta, aquel que cambió el panorama del rock en los estertores de la década de los 70, el que nos hizo comprender que con talento e imaginación todo es posible en el rock.
Sin "Van Halen" el sonido del hard rock de los ochenta hubiese sido completamente diferente.
lunes, 7 de enero de 2013
LIVE AND DANGEROUS - Thin Lizzy, 1978
Si tenemos en cuenta que muchos de los mejores álbumes de la gloriosa década de los 70 fueron grabados en directo, y que probablemente el mejor de todos ellos lo grabó Thin Lizzy en 1978, se hace obligado de todo punto dedicar una entrada a "Live And Dangerous", absoluta obra maestra en su género.
Los 17 temas de "Live And Dangerous" empequeñecen sin duda sus respectivas versiones de estudio, y eso, de semejantes trallazos, ya es mucho decir. El trabajo del estudio otorgó a "Live And Dangerous" una calidad de sonido aceptable, pero afortunadamente conservó el poder y la energía de la banda en directo, donde los chicos de Phil Lynott eran unas auténticas locomotoras.
domingo, 23 de diciembre de 2012
DARKNESS ON THE EDGE OF TOWN - Bruce Springsteen, 1978
A comienzos de la década de los 70 Bruce Springsteen ya había formado varias bandas con las que trataba de abrirse camino en el descarnado mundo de la música. Child, Still Mill o The Bruce Springsteen Band fueron algunos de los grupos que iniciarían la carrera de Springsteen, grupos donde además formaría junto a algunos de los músicos que le iban a acompañar en su dilatada trayectoria. Carl West era el tipo que se encargaba de la representación de aquellas bandas, y en 1971 hablaría de su representado a Mike Appel, el hombre que llevaba a los psicodélicos Sir Lord Baltimore. En 1972 Appel preparaba un contrato con Springsteen y le conseguía una audición con CBS a través del caza talentos de la discográfica, John H. Hammond. Springsteen firmaba por CBS y el propio Mike Appel participaría en la producción de "Greetings From Asbury Park, N.J." en 1973, "The Wild, The Innocent And The E Street Shuffle" en ese mismo año y "Born To Run" en 1975.
Durante la grabación de "Born To Run" a Springsteen comenzaron a no gustarle ciertos aspectos de la dirección y producción de Mike Appel, así que finalmente le reemplazaría por Jon Landau en 1976, abriéndose una batalla legal que terminaría fuera de los tribunales. Landau abriría el camino musical y político a Springsteen alejándole del aventurero romanticismo que proponía Appel.
Así que después de dos años Springsteen volvía al estudio, en este caso los Record Plant de Nueva York, para grabar la que se iba a convertir en probablemente la joya de su carrera. El dos de Junio de 1978 se ponía a la venta "Darkness On The Edge Of Town", producido efectivamente por Jon Landau, ayudado en aquellas labores por el propio Springsteen y por el guitarrista Steven Van Zandt.
Verdaderamente a Springsteen le salió una obra maestra. No cosechó las ventas de "Born To Run", el álbum que le situó en escena, pero posee un sabor y una intensidad superiores. Un álbum oscuro con ciertas dosis de optimismo que se inspira en los difíciles momentos que atravesaba la clase obrera norteamericana a mediados de la década de los 70. Unas letras certeras y una música de ensueño para un trabajo insuperable. Es verdaderamente asombrosa la profundidad y la belleza con la que Springsteen expresa las preocupaciones de su país en aquellos tiempos difíciles y como es capaz de plasmarlo en "Darkness On The Edge Of Town".
Las fotos usadas para la portada y contraportada de "Darkness On The Edge Of Town" ya indican en cierto modo lo que vamos a encontrar en el interior del disco. En la portada Springsteen viste la famosa chupa de cuero del "Born To Run", la que le convirtió en icono, pero en la contraportada ya aparece sin ella, despojado de toda la superficialidad de su recién estrenado estatus de estrella del rock, vestido con una simple camiseta blanca, como cualquier obrero protagonista involuntario del disco. Sorprendentemente diferente del excelente "Born To Run", le supera en su claridad y en su profundidad de pensamiento.
Las historias más banales y cotidianas se convierten en relatos absolutamente convincentes de la mano de Springsteen, el mago que las transforma en cuentos simples, honestos y valientes despojados de cualquier tipo de artificio musical, sólo mecidas por melodías de extrema belleza.
Es en este punto, en el compositivo donde Springsteen y sus chicos parecen haber trabajado más duro que en álbumes anteriores, logrando unos arreglos aparentemente sencillos que esconden una complejidad realmente adicitiva. La composición constituye un magnífico conjunto en el que cada corte del disco obtiene protagonismo propio. La música de la E Street Band se antoja mejor que nunca, reemplazando el muro de sonido del "Born To Run" por un estilo más minimalista en el que cada instrumento se escucha con definitiva claridad. El piano de Roy Bittan, la batería de Max Weinberg, los teclados de Danny Federici, el saxo del gran Clarence Clemons, la guitarra de Steven Van Zandt o el bajo de Garry Tallent, se muestran completamente aprovechados, seguros de si mismos, ocupando el espacio que les pertenece sin molestar a sus compañeros.
"Darkness On The Edge Of Town" comienza de manera gloriosa. "Badlands" trancsurre por derroteros hasta cierto punto optimistas mientras Springsteen se muestra apasionado y relativamente triste al mismo tiempo. Una llamada de atención para mantenerse alerta ante las adversidades. "Adam Raised A Cain" se observa emocional en exceso mientras que Springsteen llega a manifestar incluso enfado, en medio de la sorpresiva aparición de una guitarra eléctrica. "Something In The Night" es una joya en forma de balada larga, hermosa y honesta. "Candy's Room" se convierte en uno de los puntos álgidos gracias a un fabuloso piano que tranquilamente conduce a un estribillo lleno de visión e imaginación. Apasionada y desesperada como debe ser una canción de amor, aunque se trate de ese otro tipo de mujeres. "Racing In The Street" homenajea a todos aquellos que vivieron, crecieron y trabajaron en aquel New Jersey obrero, mientras que "The Promised Land" regala una optimista melodía sobre el duro día a día laboral, una especie de preparación en la superación de los problemas. "Factory" se antoja como una especie de continuación en forma de corta y melódica pieza sobre las dificultades de la jornada de trabajo. "Streets Of Fire" nos deja unas voces memorables para un corte basado en una melodía sencilla pero sumamente eficaz, documentando las vidas de los ignorados y perseguidos.Una obra maestra en si misma que regala la que probablemente sea la mejor interpretación vocal de la carrera de Springsteen. "Prove It All Night" posee un inmenso estribillo que le coloca como el tema más popular del disco y "Darkness On The Edge Of Town" finaliza el álbum al que titula de manera hosca y grandiosa, en oposición al mágico "Born To Run".
"Darkness On The Edge Of Town" es sin duda la piedra angular de la carrera de Bruce Springsteen, una joya total e implacable que nadie debe dejar de escuchar. "Born To Run" puso los focos y el estrellato sobre las espaldas de Springsteen. "Darkness On The Edge Of Town" sin embargo, lo situó retrocediendo hacia las sombras para hacer frente a sus propios demonios. Es probablemente la búsqueda más desgarradora y llena de alma de toda su discografía.
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viernes, 14 de diciembre de 2012
POWERAGE - AC/DC, 1978
En Mayo de 1978 AC/DC lanzaba su quinto álbum de estudio. "Powerage" no es el más aclamado trabajo de AC/DC, tampoco es uno de los álbumes más importantes o influyentes de la historia del rock, tampoco es su disco más atractivo o estimulante, pero su sonido crudo, la voz llena de feeling de Bon Scott, sus martilleantes riffs, sus pentatónicos solos y su poderosisimo combo rítmico lo convierten posiblemente en el que mejor define lo que es AC/DC, la banda que toca lo que toca mejor que nadie. Seguramente se trate del álbum más sólido que la banda grabase nunca, un compendio de rock duro minimalista basado en algunos de los mejores temas de Angus y sus chicos. Efectivamente, aquí no hay un himno, de los que han quedado reflejados en su historia, pero "Powerage" es un clásico en si mismo, enterrado por álbumes como "Let There Be Rock" o "Highway To Hell", pero de unas dimensiones éticas en cuanto a sonido, bastante más considerables. "Powerage" es sin duda uno de los álbumes olvidados más grandes de la historia del rock.
Fue la primera vez que Cliff Williams grababa con AC/DC, y por supuesto eso, aquí, se nota y mucho, proporcionando un salto cualitativo de considerables proporciones al sonido de la banda. Fue la última vez que Harry Vanda y George Young, responsables de ese sonido característico de blues hard rock, producirían un disco de AC/DC, y realmente es una producción brillante. La guitarra solista y la rítmica suenan distintas, fuertes y poderosas, mostrando una brillantísima interacción entre los hermanos Young.
En "Powerage" nos encontramos con nueve riffs memorables, nueve riffs fáciles de tocar pero imposibles de escribir. Riffs aparentemente simples pero que seguramente habrán dejado a algún virtuoso de la guitarra pensando el por que no se le han ocurrido a él. Algunos de los mejores solos de la carrera de Angus Young se encuentran aquí, así como algunas de las mejores letras que Bon Scott jamás escribiese, llenas de espíritu melancólico y sentimiento. Phil Rudd y Cliff Williams se convierten en un gigantesco martillo que golpea sin pausa pero con un excelente sentido del ritmo, un auténtico metrónomo disfrazado de bola de demolición.
"Powerage" da comienzo de manera inmejorable. "Rock 'n' Roll Damnation" posee uno de los estribillos más pegadizos de AC/DC y un ritmo llevado a golpe de guitarra. Ojo a las maracas y a los aplausos. "Down Payment Blues" es uno de los mejores temas de "Powerage", con un Bon Scott glorioso y un tremendo riff de guitarra. De absoluta base bluesy para contar las penurias de no tener dinero. ¿Os suena?. "Gimme A Bullet", presenta un sensacional ritmo a cargo de Phil Rudd. La icónica "Riff Raff" se desenvuelve en medio de riffs rápidos y furiosos tan sólo destrozados por el todo poderoso Angus Young. "Sin City" es otro de los grandes clásicos de la banda. El juego en Las Vegas sirve de excusa para una trepidante sucesión de riffs que sólo se toman un descanso hacia la mitad, mecidos por una fabulosa línea de bajo cortesía de Cliff Williams, mientras Bon Scott murmura en la calma que precede a la tempestad con la que termina el tema. "What's Next To The Moon" es sin duda la joya escondida en "Powerage", el álbum escondido de la discografía de AC/DC. Sus coros pandilleros, el nuevo y creativo ritmo de Phil Rudd, o su simple y agradable riff la colocan entre las más grandes. "Gone Shootin'" representa la asunción del rhythm and blues para AC/DC. Literalmente te levanta del asiento de la mano de la verdadera estrella del tema, una línea de bajo que mantiene sin fisuras la cadencia del ritmo. "Up To My Neck To You" describe la curiosa manera de Bon Scott de percibir las relaciones con el sexo opuesto a golpe de riffs. "Kicked In The Teeth" cierra "Powerage" cabalgando de nuevo entre riffs repletos de rock and roll mientras Bon Scott argumenta como es engañado por las mujeres.No olvidemos "Cold Hearted Man", otra delicia de hard rock de influencias bluesy.
Como Malcolm Young ha dicho en alguna ocasión, este es su álbum más olvidado, y sin duda uno de los mejores. Tan bueno como "Let There Be Rock" pero con la mejora rítmica que supuso Cliff Williams. Tras la bomba que supuso "Let There Be Rock" se antojaba complicado igualarlo. "Powerage" incluso lo supera. "Powerage" era el álbum destinado a que AC/DC conquistase Estados Unidos, pero "fallos técnicos" en Atlantic no lo permitieron, y se reservó ese lugar en la historia para "Highway To Hell".
domingo, 11 de noviembre de 2012
SOME GIRLS - The Rolling Stones, 1978
"Ni Elvis, Beatles o Rolling Stones en 1977". Tamaña declaración de intenciones la escupía Joe Strummer, vocalista de The Clash, en "1977", la cara B de "White Riot", el single de debut de la banda, lanzado en marzo del 77. Aquellos niñatos de The Clash trataban de definir a su manera el pasado, el presente y el futuro del rock and roll. Sin discutir la veracidad filosófica de semejante afirmación, estaremos sin duda de acuerdo, en que de facto, Strummer y sus muchachos tenían razón. Elvis moriría meses más tarde, los Rolling Stones no publicarían nada ese año, y los miembros de los Beatles tampoco lo harían, a excepción de Ringo Star. Ni siquiera The Who, Bob Dylan, Led Zeppelin o Bruce Springsteen lanzarían nada al mercado.
Aquel año las listas de éxitos se llenaron de estrellas del pop, rockeros mainstream y cantautores. El rhythm and blues y el country se encontraban en una especie de callejón sin salida e incluso el rock sureño comenzaba a perder sus señas de identidad. Por otro lado un puñado de bandas de punk enarbolaban la bandera del rock and roll crudo y rebelde, aunque no fueron el único género que acaparó aquella rabiosa y juvenil energía. El reggae y la música electrónica comenzaban a ganar terreno. 1977 fue por tanto el año bisagra del rock and roll, el año en el que el rock tuvo un pie en la tumba y el otro en el futuro. Fue el año del punk, un género que aún a día de hoy nos sigue pateando los traseros.
Ante esa tesitura musical sólo un tarado o un genio se metería en un estudio de grabación para tratar de grabar un álbum de rock. Sólo ellos podían hacerlo, y en octubre de 1977 The Rolling Stones entraban en los Pathé Marconi Studios de París para grabar uno de los más históricos lanzamientos de la banda, "Some Girls".
Efectivamente The Rolling Stones eran capaces de lo mejor, pero la situación por la que atravesaban aquel año de 1977 no les colocaba en disposición de pegar un pelotazo como "Some Girls". Keith Richards esperaba juicio en Canadá por consumo de estupefacientes al mismo tiempo que se debatía en una pelea no tan sorda por el control de la banda con Mick Jagger. Por si eso fuera poco el inmenso guitarrista Mick Taylor había dejado el grupo en diciembre de 1974 y hubo que ensamblar a Ron Wood, algo que no debió ser demasiado difícil a tenor del potente "Love You Live", grabado entre el 75 y el 77, directo en el que el gitano se entendió de maravilla con Richards y su particular idea del weaving. El punk destrozaba cabezas y la epidemia disco de "Fiebre del Sábado Noche" reventaba las discotecas de todo el planeta. ¿Como sacar un álbum que aunase ambas corrientes sin renunciar a unas raíces ancladas en el rock and roll, el blues y el soul?. La mejor respuesta fue sin duda "Some Girls".
Era el año del punk, el año en el que aquellos insolentes pretendieron apear de su trono a bandas como los Stones. Su respuesta iba a ser inmediata. Richards y Jagger demostrarían al mundo que podían componer temas cañeros y abrasivos sin perder el feeling y la sexualidad que les había caracterizado. Aquellas bandas habían despertado a la bestia, y los amantes del rock lo agradeceremos eternamente.
Con la normalidad como bandera Keith Richards hubiese acabado en la cárcel y The Rolling Stones se habrían disuelto. En previsión de que aquello sucediese esos tipos se juntaron una vez más y nos dejaron acojonados.
El 10 de Octubre de 1977 la banda comenzaba las sesiones de grabación de "Some Girls" en los estudios Pathé Marconi de París. Cuatro piezas claves se juntaban en París. Mick Jagger y su camaleonico instinto para las modas imperantes, Keith Richards y su firme deseo de no desmembrar a la banda, Ron Wood o el pegamento que unió a Jagger y Richards, y el ingeniero Chris Kimsey, básico en ese nuevo sonido del grupo.
Kimsey tenía muy claro que quería recuperar ese viejo y sucio sonido que antaño había acompañado a los Stones. Jagger le había llamado ensimismado por las bases rítmicas que Kimsey lograse para Peter Frampton y Bad Company. Necesitaban apartarse de las grabaciones limpias y asépticas por las que la banda se había decantado en álbumes anteriores, acercarse a un sonido real en vivo. Lo consiguió absolutamente.
Otro aspecto fundamental en la grabación de "Some Girls" fueron los estudios Pathé Marconi. Una sala de ensayos inmensa con un pequeño cuarto de control dotado con una vieja consola de dieciséis pistas de los años 60, fueron suficiente para que Chris Kimsey se enamorase de inmediato del sonido claro y a la vez sucio, con un toque de música de club, que de allí salía. Todo el grupo se encontraba en la misma habitación, tocando juntos, en semicírculo. Watts en el medio, Keith y su pedal MXR a la izquierda, al igual que Wood, y Jagger y Wyman a la derecha. En esa sala, con ese pedal de Richards, y con esa disposición, el sonido adquirió ese aroma a tugurio y esa homogeneidad tan extraña al tener en cuenta la poca cohesión que tienen entre si sus diez pistas.
Importante también sería una grabación con la banda reducida a lo imprescindible. Los cinco miembros lo registraron todo sin compañías adicionales, incluyendo los arreglos de piano, armónica, teclados y saxo después de que los temas se grabasen en su expresión más minimalista. Además Mick Jagger se había colgado una guitarra, algo que posiblemente sería el aspecto clave en la energía punk de "Some Girls", dado el amateurismo de Mick a las seis cuerdas.
En Mayo de 1978 "Some Girls" salía a la venta. Aquella ecléctica mezcla de temas iba a salvar una vez más, la carrera de los Stones. Ácido, voraz, suave y calmado al mismo tiempo, punk, rock, blues country y soul elaborados a la manera de los Stones.
El disco se iniciaba con "Miss You". No, no era una broma, era la plasmación de las ensoñaciones discotequeras de Jagger, guiado por la fiebre Travolta y por las muchas noches que pasó en las pistas de baile neoyorquinas. El falsete de Jagger, la armónica de Sugar Blue, el saxo de Mel Collins, el ritmo movedizo y los arreglos de guitarra adaptados de manera fabulosa a la música de bale, crearon un tema absolutamente irrepetible.
"When the Whip Comes Down" respondía a la clásica colaboración riff de Richards y letra de Jagger. Las cloacas del mundo gay de Nueva York sirvieron de inspiración para esta potente y arisca pieza de rock, sin duda una de las mejores del álbum.
El toque soul del disco llegaba en la tercera pieza. "Just My Imagination", interpretada originalmente por The Temptations, incluía una magistral línea de bajo a cargo de Bill Wyman. Un inspirado Watts a bordo de su batería de juguete, unos relajadísimos arreglos de guitarra y un perfecto Jagger hicieron el resto, transmitiendo tal vez un toque de funky.
El mejor Jagger del disco nos llega de la mano de "Some Girls", el tema que da título al álbum. Cantar tus obsesiones sexuales con voz de mamarracho tiene su mérito, pero más lo tiene anunciar a los cuatro vientos las excelencias de diversas tías de diversas razas, con la polémica que aquello seguramente iba a generar en el año 1978. "Las chicas negras sólo quieres que se las follen toda la noche". Bueno, supuestamente aquello estaba basado en las propias experiencias de los Stones, de Mick en este caso, autor de la letra, y sinceramente, si yo fuese tía, negra, blanca o china, me pasaría toda la noche follando con él. Otras épocas, otras mentalidades, otras esencias. Riffs cañeros para esta potente sátira.
"Lies", otro tema de Jagger, era el punto y seguido a la cara A de "Some Girls". Potente y enérgica, tal vez dedicada a Richards, es uno de esos momentos de inspiración punk del álbum. Evidentemente no lo es, pero manifiesta y escupe esa rabia de Jagger hacia vaya usted a saber que.
La cara B comenzaba con un impresindible en todos o casi todos los discos de los Stones. "Faraway Eyes" o la clásica cachondada country de Richards y Jagger. Cachondada o no lo cierto es que es un temazo lleno de fuerza que en directo es desbordante, sobre todo cuando el reverendo Jagger se suelta.
El rock and roll de rancio abolengo aparece en "Respectable", una iracunda y ansiosa pelea política y sentimental en la que Chuck Berry se apodera del cuerpo y de las manos de un durísimo Keith Richards.
Una vez más Keith Richards se convierte en protagonista casi exclusivo del mejor momento de un álbum de los Stones. "Before They Make Me Run" es una auténtica maravilla. La cárcel, las adiciones y el peligro constante de muerte guiaron a Richards al escribir esta pieza maestra del rock. Extraña y vigorosa, como todas en las que canta, hipnotizante a través de ese extraño ronroneo nasal en el que se convierte esta vez su voz.
Seguía "Some Girls" con otro número uno de las listas, "Beast Of Burden", un nuevo acercamiento soul de los Stones, una súplica desesperada de Richards a Anita para que no se lo llevara al negro mundo de las adicciones sin salida.
"Shattered" cerraba el álbum de manera magistral. Cruda y cañera, ácida y respondona, enarbolaba la bandera de los resucitados Stones. Las putas buscaban en las calles algo que tal vez Mick y Keith ya habían encontrado.
¿Fue "Some Girls" una respuesta a las provocaciones del punk?. Considerémoslo como el álbum con el que los Stones pusieron a todo el mundo en su sitio. Al punk, a la prensa, a sus detractores, a sus seguidores, y sobre todo a ellos mismos, porque fueron capaces de lanzar uno de los mejores álbumes de la década cuando todo, absolutamente todo parecía, de hecho estaba, en su contra.
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